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Luisa Ochoa Martínez

Seminario de Heidegger

De manera personal, acorde a la interpretación del texto Introducción a la metafísica, la


apariencia es verdadera en tanto su existencia y correspondencia con el ser, de este modo,
conserva su unidad y al mismo tiempo su diferencia con el mismo. Me parece menester citar
el texto para aclarar de dónde deduje esta afirmación y así luego poder argumentarla.

En primer lugar se trató de comprender de qué manera, a partir de la integración griega del
ser, entendido como Φυσις, y que sólo a partir de ella, en tanto verdad, en el sentido del estar
al descubierto, como la apariencia, en cuanto determinada manera de mostrarse surgiendo,
pertenecen necesariamente al ser. (Heidegger, 19. P 104)

En el intento de buscar la conexión entre la relación ser-apariencia encontramos que la


palabra apariencia se puede entender como lo que se nos muestra, lo que se nos presenta y se
encuentra a disposición de nosotros, en este orden de ideas, la apariencia aquí se nos revela
al igual que se nos revela el ser. Por lo anterior sostengo que estos dos términos se encuentran
en unidad y en esta unidad, impera, una correspondencia donde uno no se encuentra sin el
otro, es decir, el ser en tanto se nos aparece, corresponde a una apariencia.

Ahora bien, sólo desde la separación dada por los griegos podemos dar su diferenciación
originaria, dicha diferenciación la entiendo en la medida que la physis (el ser) en su sentido
del surgir, brotar de sí mismo y salir de lo oculto tiende entonces, al aparecer. Este aparecer
también corresponde también al termino griego de la verdad, el cual consta de des-
ocultamiento, de mostrarse a la luz frente a nuestros ojos. Pero en ese des-ocultamiento que
era en mayor rango la mejor experiencia del ser ya que se muestra tal y como es en su aparecer
se ve afectado por lo que todos entendemos por apariencia, algo que puede ser o no, ya que
al descubrirse queda vulnerable a la opinión de todos los que lo puedan vislumbrar. Por ello
no podemos decir con firme certeza que todo lo que se nos presenta, es propiamente el ser,
pues, puede la apariencia engañarnos si no logramos definir en qué consiste dicha diferencia
y así poder buscar el camino para superarla.

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