Está en la página 1de 2

Santiago Arroyave Benjumea C.C.

1017205379

Dos predicciones sobre el contenido:

1. La primera impresión que el título me genera alrededor de la temática que aborda podría
tener que ver con la poesía. El título es una aliteración, en él se repiten ciertos sonidos
relativos a la letra c o a la combinación de letras cl que tiene ecos de la poesía. Siguiendo
este sentido, al referirse el título a cierto cataclismo podría tratarse, entonces, de una crítica
a cierto tipo de poesía o una diatriba contra la poesía del momento.
2. La segunda predicción está relacionada con la variación que el título parece hacer de la frase
popular: la espada de Damocles. En este sentido no sería una espada aquello que está sobre
la cabeza de alguien, sino un cataclismo, una debacle, un desastre de grandes magnitudes.
Un peligro inmenso que está cercano.

Tema: Las ojivas nucleares y el peligro que corre el mundo entero por la potencial capacidad de
destrucción de estas armas.

Idea principal: La industria armamentística es el mayor peligro de toda la humanidad. Si el estado


de cosas continúa su marcha, toda la humanidad perecerá.

Argumentos principales e ideas secundarias:

(Como el texto está estructurado por acápites, entonces se realizará una exposición concisa de
argumentos e ideas expuestos en cada uno de los acápites, esto permite establecer una exposición
más sistemática y cercana a la lógica del texto)

1. En los párrafos introductorios García Márquez postula que uno de los principales factores
que se debe tener en cuenta para ponderar el peligro que significa la industria nuclear es el
crecimiento de esta en las cuatro décadas que van desde su inicio hasta la publicación del
artículo. Un crecimiento que no tiene comparación con ninguna otra industria y que, de por
sí, es significativo para el autor.
2. En el acápite titulado “Despilfarro nuclear”, el autor realiza una comparación entre las
inversiones de producción que se han realizado en la industria armamentística nuclear y las
inversiones que podrían ser necesarias para solventar muchos problemas del mundo; tales
como el mejoramiento de las condiciones de vida de millones de personas, la inversión en
maquinaria para la producción de alimentos en las zonas más desfavorecidas de la tierra, la
eliminación del hambruna en el mundo y ayudaría a alcanzar la meta de alfabetización
mundial. Utiliza la comparación de cifras y datos para dar una imagen de conjunto de todo
el problema que el artículo aborda.
3. En el acápite titulado “Una cultura de paz” se centra en el conjunto de energía y de saberers
humanos aplicados en el desarrollo de esta industria. Una gran cantidad de personas
“sabias” que están dirigiendo todos sus esfuerzos en un sentido opuesto al cual el autor
desearía: la construcción de una cultura de paz contraria a la dirección actual de la
humanidad: la invención de nuevas tecnologías de la muerte y el asesinato. García Márquez
argumenta, en esta parte del artículo, el sinsentido actual de las cosas. Intenta dar al lector
una visión compleja de una suerte de paradoja al identificar cultura con muerte, alegando
una contradicción. Las grandes inteligencias deberían estar concentradas en mejorar el
mundo, pero no lo están haciendo; esto es lo que nos alega el autor.
4. En el acápite titulado “morirse de amor” el autor concluye el texto con la imagen de la
posible extinción de la vida. Argumenta que, si después de clamar por un mundo sin armas,
de alzarse en protesta, la vida en la tierra es destruida, sería necesario un aviso, un legado
dejado a la próxima especie de hombres que, después de millones de años, vuelvan a poblar
la tierra, un aviso para que no cometan los mismos errores. Y para que sepan quiénes fueron
aquellos que acabaron una vez la vida en la tierra, aquellos que gerenciaban la industria
armamentística nuclear.

Conclusión:

La humanidad está en peligro. Puede extinguirse debido a las motivaciones, a los intereses de unos
pocos. Los peligros de la guerra nuclear son ridículos en comparación de cualquier cosa que se
pretenda defender, porque nada vale la extinción de la vida en la tierra.

También podría gustarte