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MARÍA CRISTINA VILAS TABOADA

TEORÍA DE MORSE DISCRETA

136b
Publicaciones
del
Departamento
2018 de Geometría y Topología

UNIVERSIDADE DE SANTIAGO DE COMPOSTELA


MARÍA CRISTINA VILAS TABOADA

TEORÍA DE MORSE DISCRETA

136b Publicaciones
del
Departamento
2018 de Geometría y Topología

UNIVERSIDADE DE SANTIAGO DE COMPOSTELA


© Universidade de Santiago de Compostela, 2018

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MÁSTER EN MATEMÁTICAS
Traballo Fin de Máster

Teoría de Morse discreta

María Cristina Vilas Taboada

Xullo 2017

UNIVERSIDADE DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

1
Índice general

Resumen 5

Introducción 7

1. Teoría de Morse clásica 9


1.1. Preliminares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
1.2. Estructura local de las funciones de Morse . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
1.3. Existencia de funciones de Morse . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
1.4. Campo vectorial gradiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
1.5. Tipo de homotopía en términos de puntos críticos . . . . . . . . . . . . . . 17
1.6. Desigualdades de Morse . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22

2. Teoría de Morse Discreta 27


2.1. Preliminares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
2.2. Campo vectorial discreto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
2.3. Diagrama de Hasse . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
2.4. Colapsos celulares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
2.5. Tipo de Homotopía en términos de celdas críticas . . . . . . . . . . . . . . 46
2.6. Cancelación de celdas críticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51

3. Epílogo 55
3.1. De la teoría de Morse clásica a la discreta . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
3.2. Aplicaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61

Bibliografía 65

3
Resumen
Marston Morse en su artículo “The calculus of variations in the large” de 1934, establece
las primeras ideas que permiten, posteriormente, a Milnor en 1963 demostrar la estrecha
relación que existe entre los puntos críticos de una función diferenciable sobre una variedad
diferenciable y el tipo homotópico de la misma. Todo ello se conoce actualmente como “La
teoría de Morse”. El desarrollo de la capacidad de computación viene propiciando desde
los años 60 del siglo XX una incorporación de métodos computacionales a la topología
algebraica. En particular, dicho movimiento desemboca, en el caso de la Teoría de Morse,
en el desarrollo de una versión “discreta” de “La teoría de Morse” a partir de los trabajos
de Forman en 1998. El principal objetivo de este trabajo es la presentación, someramente,
de la teoría de Morse discreta, las relaciones existentes entre ambas teorías y algunas de
sus aplicaciones.

Abstract
There exists a close relation between the critical points of a differentiable function
on a differentiable manifold and the Homotopic type of the same as it was proven by
Milnor in 1963 following ideas of the Marston Morse’ seminal paper: “The calculus of
variations in the large”. All of this is now known as “The Morse Theory”. The development
of the computational capacity has been propitiating from the 60s of the twentieth century
an incorporation of computational methods to the algebraic topology. In particular, this
movement led in 1998 to the Forman’s development of a “discrete” version of “The Morse
Theory”. The main objective of this TFM is the brief presentation of the discrete Morse
theory, the existing relations between both theories (classical and discrete) and some of
their applications.

5
Introducción

“Todo matemático tiene un arma secreta.


La mía es la teoría de Morse.”
–Raoul Bott

El objetivo de la topología diferencial consiste en el estudio de las propiedades globales de


las variedades diferenciables. Con ello, no es de extrañar que a lo largo de los primeros trein-
ta años del siglo pasado, los topólogos se centrasen en el desarrollo de métodos algebraicos
y combinatoriales para determinar invariantes topológicos que abreviasen el proceso de su
cálculo. Es en 1934 cuando Morse [18], en su conocido trabajo sobre el cálculo de variacio-
nes generalizado, introdujo métodos de la topología diferencial, que hoy en día se conocen
como la teoría de Morse, aportando técnicas directas en el estudio de la topología de una
variedad mediante el análisis de funciones diferenciables definidas sobre la misma. Esto
provocó una verdadera revolución en el estudio de la topología de variedades diferenciables
al permitir demostrar que la naturaleza de los puntos críticos de funciones diferenciables
sobre la variedad reflejaban la complejidad topológica del espacio subyacente. Uno de los
clásicos libros que introducen este resultado es el libro de Milnor [17] publicado en 1963 que,
por otra parte, es referencia obligada para iniciarse en esta área de la topología diferencial.

Muchos autores consideran que los años 60 son el inicio de la edad de oro de la topología
poliedral. Se debe a la incorporación de métodos computacionales a la topología algebraica
así como a la introducción de nuevas técnicas para el estudio de viejos problemas, como la
conjetura de Poincaré o la clasificación de variedades bajo relaciones más débiles que la de
difeomorfismo. Esto incrementó el interés por trasladar conceptos y herramientas usadas
en el estudio de modelos continuos a los objetos combinatorios y discretos. En particular,
en 1998, Forman [8] introduce una teoría de Morse de naturaleza puramente discreta sobre
CW-complejos finitos, convirtiéndose en una herramienta de gran utilidad en la topología
computacional. Los resultado obtenidos en esta teoría son análogos a los obtenidos en la
teoría de Morse clásica y, además, presentan la misma profundidad geométrica. No obstan-
te, cuentan con la ventaja de mermar sus demostraciones al estar desde una perspectiva
combinatorial, así como de obtener un lenguaje mucho más intuitivo.
La teoría de Morse discreta es el objeto de estudio del presente trabajo, aunque también
se tratará, someramente, la teoría de Morse clásica constatando la analogía entre ambas
teorías. La memoria ha sido estructurada del siguiente modo. En el primer capítulo se

7
8 Introducción

aborda la teoría de Morse clásica comenzando con la introducción de los conceptos básicos
tales como la función de Morse, punto crítico y complejo de nivel. Se verá la fundamen-
tal propiedad analítica de las funciones de Morse así como su existencia sobre cualquier
variedad. Además, se introduce la noción de gradiente como campo vectorial de una fun-
ción de Morse que permite analizar el tipo de homotopía de una variedad diferenciable en
términos de puntos críticos y la posibilidad de obtener una función de Morse con menos
puntos críticos. Mencionar que todos los resultado expuestos en este capítulo prescinden
de demostraciones, por no ser esta versión de la teoría el objetivo principal del trabajo.
A continuación, el capítulo segundo constituye la parte fundamental del trabajo y con-
tiene una exposición detallada de la teoría de Morse discreta para CW-complejos regulares
finitos. En él se abordan los conceptos, análogos a la clásica, de función de Morse discreta,
celda crítica y complejo de nivel. Así mismo, se introduce la definición de gradiente de
Morse discreto, que puede asociarse a un diagrama de Hasse, y, al igual que en la versión
clásica, permite analizar el tipo de homotopía en términos de celdas críticas. El capítulo
concluye con la cancelación de celdas críticas presentando las condiciones bajo las que se
puede encontrar una función de Morse discreta con menos celdas críticas.
Para finalizar, se incluye un último capítulo, denominado epílogo, en el que se refle-
xiona acerca de la relación entre ambas teorías, incluyendo ejemplos para su comprensión.
Además, se exponen algunas de las muchas aplicaciones en las que contribuye la teoría de
Morse discreta.
En la bibliografía con la que termina esta memoria se han incluido las referencias
usadas en este trabajo. El libro de Milnor [17] es la referencia clásica en teoría de Morse
diferenciable, por lo que la consideramos como referencia por defecto del primer capítulo.
En cuanto al desarrollo de la teoría de Morse discreta en el segundo capítulo, las notaciones,
definiciones y argumentos que no han sido referenciadas, para no dificultar la lectura con
repeticiones, se han tomado de su creador Forman [6] y [8].
Capítulo 1

Teoría de Morse clásica

Una potente herramienta para el estudio de la topología de una variedad diferenciable


es la, actualmente denominada, Teoría de Morse. El objetivo de esta teoría, descrito de una
manera concisa, se puede decir que es el estudio de la relación entre los puntos críticos de
las funciones reales definidas sobre una variedad diferenciable y las propiedades globales
de ésta. Así, salvo indicación en contrario, se considerará M una variedad diferenciable y
compacta de dimensión n y f : M −→ R una función diferenciable.

1.1. Preliminares
Comenzamos introduciendo los conceptos iniciales para adentrarnos en la teoría: la
función de Morse y el punto crítico que, a partir de ellos, y junto con el concepto de
conjunto de nivel, se obtiene información sobre el tipo de homotopía de una variedad
diferenciable M .
Definición 1.1. Un punto p ∈ M se dice punto crítico de f si la aplicación diferencial de
f en p es nula. En este caso, el valor real f (p) se denomina valor crítico de f .
Notemos que, fijado un sistema de coordenadas locales (x1 , . . . , xn ) en un entorno de p,
siendo p el origen, decir que p es punto crítico equivale a decir que:
∂f
(p) = 0, ∀i ∈ {1, . . . , n}.
∂xi
Definición 1.2. Sea p ∈ M un punto crítico de f . Fijado (x1 , . . . , xn ) un sistema de
coordenadas locales en un entorno de p lo suficientemente pequeño, se dice que el punto
crítico p es no degenerado si la matriz Hessiana
 2 
∂ f
Hf,p = (p) es no singular.
∂xi ∂xj
Se comprueba fácilmente que tal condición es independiente del sistema de coordenadas
seleccionado, teniendo en cuenta que la propiedad de no singularidad de una matriz equivale
a que su determinante sea no nulo.

9
10 1 Teoría de Morse clásica

Definición 1.3. Una función diferenciable f : M −→ R se dice una función de Morse si


todos sus puntos críticos son no degenerados.

Ejemplo 1.4. 1. La función altura h sobre la esfera unitaria S2 en R3 es un ejemplo


sencillo de función de Morse. Está claro que h tiene dos puntos críticos, p
el polo norte y
el polo sur. Considerando la parametrización del hemisferio norte
p (x, y, 1 − x2 − y 2 )
obtenemos que la función altura viene dada por h(x, y) = 1 − x2 − y 2 donde el
polo norte se corresponde con el origen de estas coordenadas. Realizando cálculos
elementales, se obtiene la matriz Hessiana:
 2

y −1 −xy
3 3
2 −y 2 ) 2 (1−x2 −y 2 ) 2
Hh,(x,y) =  (1−x−xy
x2 −1

3 3
(1−x2 −y 2 ) 2 (1−x2 −y 2 ) 2

Así, el determinante de Hh,(0,0) es no nulo y, por tanto, el polo norte es un punto crítico
no degenerado. Análogamente, obtenemos que el polo sur también es no degenerado.

2. De manera similar, se tiene que la función altura f : T −→ R sobre el 2-toro T situado


de forma vertical es una función de Morse con cuatro puntos críticos.: p, q, r y s.

3. Sea M una subvariedad de Rn . La función fp : M −→ R definida por f (q) = ||q − p||2


∀ q ∈ M , es una función de Morse para casi todo punto p ∈ Rn . Su comprobación se
puede ver en Milnor [17] y, con ello, podemos concluir que a pesar de que no toda
función diferenciable sobre M es de Morse, éstas abundan.

El sentido en el que un punto crítico p de f es degenerado es el de poseer múltiples


direcciones en p tanto de crecimiento como de decrecimiento sobre f . Esto nos lleva al
siguiente concepto que nos proporcionará, como se comprueba con el Lema de Morse 1.12,
el número de direcciones linealmente independientes y decrecientes en un punto crítico no
degenerado sobre una función f .

Definición 1.5. Sea p un punto crítico de f no degenerado. Se define el índice de p, que


denotaremos por λf,p , como el índice de la matriz Hessiana Hf,p , esto es, el número de
autovalores negativos de Hf,p .
1.1 Preliminares 11

Por comodidad, y salvo confusión, denotaremos el índice de un punto crítico λf,p sim-
plemente por λ.
Para una función de Morse f : M −→ R se pueden agrupar los datos de los índices
definiendo el siguiente polinomio que, en palabras de Bott [2], es la “medida cuantitativa
de Morse” del comportamiento crítico de f .

Definición 1.6. Sea una función de Morse f : M −→ R con nλ puntos críticos de f de


índice λ . Se define el polinomio de Morse asociado a f como
X
Mf (t) = nλ tλ .
λ≥0

Los coeficientes de este polinomio se denominan números de Morse de f .

A continuación introducimos unos objetos esenciales en la Teoría de Morse, los lla-


mados conjuntos de nivel, cuyo estudio, desarrollado en los teoremas 1.25 y 1.28, nos
permitirá dotar a una variedad diferenciable, compacta y n-dimensional de una estructura
de CW-complejo. Con objeto de que esta memoria tenga el mayor autocontenido posible,
recordemos la definición de CW-complejo, que puede verse en Hatcher [10].

Definición 1.7. Un CW-complejo es un espacio topológico X que se construye inductiva-


mente de la siguiente manera:

1. El 0-esqueleto X (0) es un conjunto de 0-celdas.

2. Supuesto el (n−1)-esqueleto X (n−1) definido, construimos el n-esqueleto X (n) pegando


las n-celdas a X (n−1) a lo largo de sus fronteras. Obtenemos, así, el espacio cociente
X (n) con la topología cociente asociada.

3. Si realizamos este proceso un número


S∞ finito de veces, tenemos X = X (n) para algún
(n)
n < ∞. En caso de tener X = n=0 X , dotamos a este espacio con la topología
débil: A ⊆ X es abierto ⇔ A ∩ X (n) es abierto en X (n) para cada n.

Definición 1.8. Dado X un CW-complejo se dice que Y ⊆ X es un subcomplejo de X si


es una unión de celdas de X tal que σ̄ ⊆ Y para cada celda σ de Y .

Definición 1.9. Sea f : M −→ R una función diferenciable sobre una variedad M . Para
cada a ∈ R se define el conjunto de nivel Ma como el subconjunto cerrado de M dado por
Ma := f −1 (−∞, a] = {p ∈ M | f (p) ≤ a}.

Observación 1.10. Si a ∈ R no es un valor crítico de f , esto es, si es un valor regular de f ,


entonces, por el teorema del valor regular, el conjunto f −1 (a) es una subvariedad de M y
el conjunto de nivel Ma es una variedad con borde f −1 (a).
Para ver la relevancia de tales conjuntos recurrimos al ejemplo, obligado, con el que
Milnor comienza la introducción de su clásico libro [17].
12 1 Teoría de Morse clásica

Ejemplo 1.11. Sea f : T −→ R la función altura sobre el toro 2-dimensional T situado en


forma vertical. Está claro que f tiene cuatro puntos críticos: el punto p, con índice 0 por
ser un mínimo, q y r, ambos con índice 1 por ser puntos de silla, y, finalmente, el punto s,
que al ser un máximo tiene índice 2.

Analicemos y comparemos los conjuntos de nivel para cada a ∈ R cuyo resultado se


muestra en la siguiente imagen.

Si a < f (p) el conjunto de nivel Ma es el vacío.

Al pasar el nivel de p, para f (p) < a < f (q), se tiene que Ma es homeomorfo a un
disco, por lo que es homotópicamente equivalente a un punto, esto es, a una 0-celda.

Si se alcanza el nivel q, para f (q) < a < f (r), resulta que el conjunto Ma es homeo-
morfo a un cilindro, que es homotópicamente equivalente e un disco con una 1-celda
pegada.

Al superar el nivel de r, para f (r) < a < f (s), Ma es el resultado de extraerle un


disco al toro, lo que es homotópico a un cilindro con una 1-celda pegada.

Finalmente, al sobrepasar el nivel s, para a > f (s), se tiene que Ma es el toro


completo, que es equivalente homotópico al resultado de pegarle al conjunto de nivel
anterior una 2-celda.
1.2 Estructura local de las funciones de Morse 13

' representa el mismo tipo de homotopía.

Por consiguiente, se observa que se puede construir el 2-toro T con una 0-celda, dos
1-celdas y una 2-celda, que se corresponden con los puntos críticos de la función f y sus
índices asociados. De este modo, salvo tipo de homotopía, T se puede obtener pegando
celdas a los conjuntos de nivel determinados por los puntos críticos.
En resumen, cabe esperar que los puntos críticos de una función de Morse permitan
caracterizar el tipo de homotopía de una variedad.

1.2. Estructura local de las funciones de Morse


El ejemplo anterior muestra una observación clave del papel que juegan los conjuntos
de nivel para el propósito de la obtención de información de la topología de una variedad:
el tipo de homeomorfismo de Ma cambia únicamente con los valores críticos de la función
de Morse y, además, esta alteración depende del índice de los mismos.
La razón por la cual las funciones de Morse son adecuadas para este propósito, a parte
de su existencia en abundancia, como se verá en la siguiente sección 1.3, es su simple
comportamiento en sus puntos críticos. El resultado expuesto a continuación, comúnmente
conocido como Lema de Morse, muestra la fundamental propiedad analítica de las funciones
de Morse: la capacidad de poder expresarse, localmente, como una forma cuadrática en sus
puntos críticos.
Teorema 1.12 (Lema de Morse). Sea f : M −→ R una función de Morse sobre M una
variedad diferenciable n-dimensional y p ∈ M un punto crítico de f con índice λ. En-
tonces, existe una carta1 (U, (x1 , . . . , xn )) centrada en p tal que la expresión de f en esas
coordenadas viene dada por:
λ
X n
X
f = f (p) − x2i + x2i .
i=1 i=λ+1
1
En la literatura, la carta proporcionada por el Lema de Morse suele denotarse por “carta de Morse”,
como puede verse en [1]. Aunque también triunfaron otras asignaciones como “las coordenadas adaptadas
al punto crítico”, tal y como las define Nicolaescu [19].
14 1 Teoría de Morse clásica

Observación 1.13. La existencia de tal entorno del punto crítico, en donde la función f
toma la forma de una función cuadrática, permite concluir que los puntos críticos de una
función de Morse están aislados. En particular, una función de Morse sobre una variedad
compacta tiene una cantidad finita de puntos críticos.
El resultado anterior prueba, como se ha indicado anteriormente, que el índice de un
punto crítico mide la cantidad de direcciones decrecientes sobre el punto con respecto a la
función f . Así, un punto crítico de f con índice 0 se corresponderá con un mínimo local
de f , mientras que uno de índice n con un máximo local de f .

1.3. Existencia de funciones de Morse


En esta sección se muestra como una variedad diferenciable compacta arbitraria admite
siempre una función de Morse definida sobre ella. Seguimos los argumentos proporcionados
por Matsumoto [15], que no solo probó su existencia sino que comprobó algo más fuerte: la
posibilidad de encontrar una función de Morse sobre una variedad diferenciable compacta
M lo suficientemente “cerca” de una función diferenciable sobre M prefijada. Definamos
qué se entiende por esta cercanía entre dos funciones.
Definición 1.14. Sean f, g : K −→ R dos funciones diferenciables sobre K compacto
contenido en un entorno coordenado de M . Para ε > 0, se dice que f es una (C 2 , ε)-
aproximación de g en K si para cada p ∈ K se verifican las siguientes desigualdades:
|f (p) − g(p)| < ε,
∂f ∂g
(p) − (p) < ε, para i = 1, . . . , n ,

∂xi ∂xi

∂ 2f ∂ 2g
(p) − (p) < ε, para i, j = 1, . . . , n.

∂xi ∂xj ∂xi ∂xj

Para una variedad compacta M , se puede tomar una cantidad finita m de entornos
coordenados Ui de M tal que {Ui }mi=1 es un recubrimiento finito de M . Si para cada i se
considera un compacto Ki ⊂ Ui de modo que M = m
S
i=1 K i , entonces se puede dar una
definición de aproximación entre dos funciones de manera global sobre la variedad. Este
concepto, nos permitirá afirmar que cualquier función diferenciable sobre M puede ser
aproximada por una función de Morse.
Definición 1.15. Dadas f, g : M −→ R se dice que la función f es una (C 2 , ε)-aproximación
de g si f|Ki también lo es de g|Ki para cada i ∈ {1, . . . , m}.
Teorema 1.16. Sea una función diferenciable g : M −→ R sobre una variedad diferencia-
ble compacta n-dimensional. Entonces existe una función de Morse f : M −→ R tal que
para un ε > 0 lo suficientemente pequeño f es una (C 2 , ε)-aproximación de g.
Observación 1.17. Como consecuencia de este teorema se tiene que las funciones de Morse
sobre M abundan en el conjunto de las funciones diferenciables sobre M .
1.4 Campo vectorial gradiente 15

Dado que una variedad compacta M arbitraria siempre admite una función diferenciable
definida sobre ella, se tiene garantizada la existencia de funciones de Morse sobre M . Y
no solo eso, sino que Matsumoto [15] prueba, además, que cualquier función de Morse
puede ser aproximada por otra en la que se tiene una correspondencia biunívoca entre sus
puntos críticos y valores críticos. A este tipo de funciones Nicolaescu [19] las denominó
no resonantes y, en consecuencia del teorema anterior, podemos afirmar la existencia de
funciones de Morse no resonantes sobre una variedad compacta arbitraria.

1.4. Campo vectorial gradiente


Los principales teoremas de la teoría de Morse, expuestos en la siguiente sección, en-
vuelven una idea esencial en sus demostraciones: el estudio de la dinámica de una función
de Morse f . Esta dinámica vendrá determinada por un campo vectorial sobre la varie-
dad, denominado gradiente como campo vectorial de f , cuyas lineas de flujo conectarán los
puntos críticos de la función de Morse.
Definición 1.18. Sea f : M −→ R una función diferenciable y U ⊂ M un entorno coor-
denado con (x1 , . . . , xn ) sistema de coordenadas. Se define el campo vectorial gradiente de
f como:
n
X ∂f ∂
Xf = .
i=1
∂x i ∂x i

Pn ∂f 2
 
Además, se tiene que Xf · f = i=1 ∂x i
≥ 0, donde X f · f (p) > 0 para todo punto
p excepto los puntos críticos de f . Así, Xf apunta en la dirección de crecimiento de f .
Definición 1.19. Sea f : M −→ R una función de Morse y V un campo vectorial sobre
M . Se dice que V es un gradiente como campo vectorial de f si se verifican las siguientes
condiciones:
1. V · f ≥ 0 dándose la igualdad únicamente en los puntos críticos de f ,
2. Para cada p ∈ M punto crítico de f de índice λ , se tiene un entorno coordenado
centrado en p con coordenadas (x1 , . . . , xn ) en donde V toma la expresión
λ n
X ∂ X ∂
V = −2 xi +2 xi .
i=1
∂xi i=λ+1
∂x i

El gradiente como campo vectorial siempre apunta en la dirección de crecimiento de la


función. Además, para cualquier función de Morse f se tiene garantizada la existencia del
entorno coordenado mencionado en la segunda condición, ya que el Lema de Morse 1.12
proporciona una carta (U, (x1 , . . . , xn )) centrada en el punto crítico p de índice λ en donde
λ
X n
X
f = f (p) − x2i + x2i .
i=1 i=λ+1
16 1 Teoría de Morse clásica

Así, en tal entorno U bastaría considerar Xf como el gradiente como campo vectorial de f .
De este modo, si consideramos un gradiente como campo vectorial de una función de Morse
f definida sobre una variedad M en R3 , tendremos que en un entorno lo suficientemente
pequeño de cada punto crítico, el campo vectorial será de una de las siguientes formas
según el punto crítico sea mínimo, máximo o punto de silla, respectivamente.

Ejemplo 1.20. Sea h la función altura sobre la esfera S2 en R3 . En 1.4.1 hemos visto
que h se trata de una función de Morse. Si pensamos en el gradiente de h resulta que Xh
consiste en vectores que recorren de manera creciente los círculos máximos de S2 del polo
sur al polo norte. Por tanto, un gradiente como campo vectorial V coincidirá con Xh en
dos entornos U1 y U2 próximos al polo norte y sur, respectivamente. Sin embargo, fuera
de estos dos entornos, V no tiene que consistir en tales vectores a lo largo de esos círculos
máximos, basta con que en M \(U1 ∪U2 ) el campo de vectores no tenga vectores ortogonales
a dichos círculos y apunten en el sentido de crecimiento de h.

Para cualquier función de Morse f siempre se puede definir un gradiente como campo
vectorial de f , cuya demostración puede verse en Knudson [12].

Teorema 1.21. Sea f una función de Morse definida sobre una variedad diferenciable
compacta y n-dimensional, entonces existe un gradiente como campo vectorial para f .

A continuación, introducimos el concepto de curva integral de un campo de vectores


que resulta ser de gran utilidad a la hora de mejorar una función de Morse, en el sentido
de tener menos puntos críticos.

Definición 1.22. Una curva σ : I −→ M se dice curva integral de un campo vectorial V


si:

(t) = Vσ(t) , para todo t ∈ I.
dt
Intuitivamente, las curvas integrales de un gradiente como campo vectorial de f una
función de Morse sobre M , parten de un punto crítico y se mueven hacia otro de tal forma
que nunca alcanzan a ninguno de los dos.
Necesitaremos las dos siguientes definiciones que nos permitirán relacionar un punto
crítico de índice λ con otro de índice λ − 1. Para ello, usaremos el gradiente negativo de f .
1.5 Tipo de homotopía en términos de puntos críticos 17

Definición 1.23. Sea f : M −→ R una función de Morse. Se define el flujo asociado al


gradiente negativo de f , −∇f , como la función diferenciable φ : R × M −→ M que verifica
∂ 
φ(t, p) = −∇f φ(t, p) ,
∂t
φ(0, p) = p .
Para un punto p ∈ M fijado, se dice que la curva φ(t, p) es la línea de flujo del campo
vectorial V = −∇f que pasa por p en el instante inicial.

Definición 1.24. Sea p ∈ M un punto crítico de una función de Morse sobre M y sea φ
el flujo asociado a −∇f . Se define la variedad estable de p como el conjunto

Mps = {q ∈ M | lı́m φ(t, q) = p}.


t→∞

Análogamente, la variedad inestable de p es el conjunto

Mpu = {q ∈ M | lı́m φ(t, q) = p}.


t→−∞

1.5. Tipo de homotopía en términos de puntos críticos


En esta sección se exponen dos teoremas básicos de la teoría de Morse en los que se
muestra como para una variedad diferenciable compacta arbitraria, los índices de los puntos
críticos de una función de Morse, definida sobre ella, están estrechamente relacionados con
el tipo homotópico de la variedad.
Fijemos M una variedad diferenciable n-dimensional compacta y veamos que los cam-
bios importantes en los conjuntos de nivel ocurren al alcanzar los puntos críticos de una
función de Morse dada sobre la variedad.

Teorema 1.25. Sea f : M −→ R una función de Morse y sean a < b números reales para
los que f −1 [a, b] no contiene ningún punto crítico. Entonces los conjuntos de nivel Ma y
Mb son difeomorfos y Ma es un retracto por deformación de Mb .

Como consecuencia directa de este resultado, junto con el Lema de Morse 1.12, se tiene
el siguiente teorema proporcionado por Reeb [20].

Teorema 1.26. Sea f : M −→ R una función de Morse sobre una variedad diferenciable
n-dimensional compacta con exactamente dos puntos críticos. Entonces la variedad M es
homeomorfa a una n-esfera.

El teorema 1.25 muestra como, a efectos del tipo de homotopía, los conjuntos de nivel
Ma y Mb son el mismo si el conjunto Mb \Ma no contiene puntos críticos. No obstante,
el alcance de un punto crítico de una función de Morse supone un punto de inflexión en
el cambio del tipo de homotopía de los conjuntos de nivel superior e inferior respecto al
18 1 Teoría de Morse clásica

correspondiente valor crítico. Estos cambios sobre la variedad M se pueden agrupar en la


denominada descomposición de asas, un resultado fundamental de la Teoría de Morse que
descompone una variedad en una sucesión de discos, denominadas asas, pegados entre sí.

Para entender el procedimiento de tal descomposición, pongámonos en la siguiente si-


tuación. Sea f : M −→ R una función de Morse con p0 , p1 , . . . , pk puntos críticos ordenados
por sus correspondientes valores críticos c0 ≤ c1 ≤ · · · ≤ ck . Dado que f se puede aproxi-
mar por una no resonante, se puede suponer que ci 6= cj para i, j ∈ {0, 1, . . . , k} distintos.
Tenemos, por tanto, los conjuntos de nivel Ma = ∅ para a < c0 y Ma = M para a > ck .
Veamos cómo son el resto de conjuntos de nivel según se alcanza un punto crítico.

Punto crítico mínimo p0 :

Por el Lema de Morse 1.12, se tiene un sistema de coordenadasPn (x12, . . . , xn ) de modo


que en un entorno de p0 f toma la expresión f = c0 + i=1 xi . Para ε > 0, lo
suficientemente pequeño, con ε < c1 − c0 , resulta que los conjuntos de nivel
Pn inferior y
2
superior respecto al punto crítico son Mc0 −ε = ∅ y Mc0 +ε = {x ∈ M | x
i=1 i < ε},
el cual es difeomorfo al disco Dn .

Punto crítico pi mínimo local, esto es, de índice 0:

De manera análoga, una vez se alcanza el punto crítico pi , resulta que, para ε > 0 lo
suficientemente pequeño, el conjunto de nivel superior Mci +ε es difeomorfo a la unión
disjunta del disco Dn y el conjunto de nivel inferior Mci −ε .
1.5 Tipo de homotopía en términos de puntos críticos 19

Donde ' representa la relación ser difeomorfos.

Punto crítico máximo pk :

Pn 2por el Lema de Morse 1.12, en un entorno de pk f es de la forma f =


De nuevo,
ck − i=1 xi para algún sistema de coordenadas (x1 , . . . , xn ) centrado en pk . Tomando
ε > 0 lo suficientemente pequeño, se tiene que el conjunto de nivel inferior
Pn 2 Mck −ε
−1
es una variedad con frontera f (ck − ε) y M \Mck −ε = {x ∈ M | i=1 xi ≤ ε}
es difeomorfo a un n-disco. Por tanto, el conjunto de nivel superior Mck +ε = M se
obtiene del anterior Mck −ε pegándole a su frontera un n-disco.

Punto crítico pi máximo local, esto es, de índice n:

Análogamente, una vez sobrepasado el máximo local pi , se tiene que Mci +ε es di-
feomorfo al conjunto de nivel anterior Mci −ε junto con un disco Dn pegado a su
frontera.
20 1 Teoría de Morse clásica

Donde ' representa la relación ser difeomorfos.

Puntos críticos pλ de índice 0 < λ < n:


Sabemos de la existencia
Pλ de2unaPcarta (U, (x1 , . . . , xn )) centrada en pλ donde f toma
n 2 −1
la expresión
 f = c λ − x
i=1 i + i=λ+1 i . Consideremos ε > 0 de modo que f
x [cλ −
ε, cλ + ε] no contenga más puntos críticos que pλ . El conjunto de nivel Mcλ −ε es una
Pλ 2 Pn 2
variedad cuya frontera, en U, es el conjunto {x ∈ M | i=1 xi − i=λ+1 xi = ε}.
Tomemos ahora el conjunto de puntos en U que verifica las siguientes dos condiciones:
λ
X n
X
1. x2i − x2i ≤ ε ,
i=1 i=λ+1
n
X
2. x2i ≤ δ , para δ  ε dado.
i=λ+1

Este conjunto es difeomorfo a la variedad producto Dλ × Dn−λ y el conjunto de nivel


Mcλ +ε se obtiene del anterior Mcλ −ε pegándole a su frontera el conjunto Dλ × Dn−λ
mediante una aplicación pegado que definimos a continuación.

En la anterior imagen, los puntos situados por encima de la curva roja son aquellos que
verifican la condición 1, mientras que aquellos situados entre las dos curvas de color verde
son los que verifican la condición 2. La intersección de estos dos conjuntos es una λ-asa.

Definición 1.27. Se dirá que la variedad H λ := Dλ × Dn−λ es una asa n-dimensional


de índice λ o simplemente λ-asa. Se define su núcleo como el λ-disco Dλ × {0} ⊂ H λ ,
conocido de forma estándar como la λ-celda eλ , y el conúcleo de H λ será el (n − λ)-disco
{0} × Dn−λ ⊂ H λ , que viene a expresar el grosor de la λ-asa.
1.5 Tipo de homotopía en términos de puntos críticos 21

Para cada p ∈ M punto crítico de índice λ con f (p) = c, se necesitará pegar una λ-asa
al conjunto de nivel inferior Mc−ε , para un ε > 0 lo suficientemente pequeño especificado
en 1.28. Este procedimiento se hará con una aplicación denominada aplicación pegado:

ψ : ∂Dλ × Dn−λ = Sλ−1 × Dn−λ −→ ∂Mc−ε

de modo que, al identificar los puntos p ∈ ∂Dλ × Dn−λ con ψ(p) ∈ ∂Mc−ε , se pega la λ-asa
H λ al conjunto de nivel Mc−ε . Denotemos por Mc−ε ∪ψ H λ al espacio resultante de pegar la
λ-asa al conjunto de nivel mediante ψ. En caso de no ser necesario especificar la aplicación
pegado, lo denotaremos por Mc−ε ∪ H λ . Dado que este espacio posee “esquinas” en los
puntos de corte de H λ y Mc−ε , se tiene que Mc−ε ∪ψ H λ no es una variedad. Sin embargo,
Nicolaescu [19] muestra que se puede suavizar obteniendo una variedad diferenciable M 0
que retracta sobre Mc−ε ∪ψ H λ .
Procedemos, finalmente, a establecer el resultado que da lugar a la descomposición en
asas de la variedad M .
Teorema 1.28. Sea f : M −→ R una función de Morse sobre una variedad diferenciable
n-dimensional y p ∈ M un punto crítico de índice λ con valor f (p) = c. Sea ε > 0 tal
que f −1 ([c − ε, c + ε]) es un conjunto compacto que no contiene más puntos críticos que
p. Entonces, el conjunto de nivel Mc+ε tiene el mismo tipo de homotopía que Mc−ε con
una λ-celda eλ pegada a lo largo de su frontera. Además, Mc−ε ∪ eλ es un retracto por
deformación de Mc+ε .
Observación 1.29. 1. El anterior teorema se sigue verificando si la función de Morse f
tiene p1 , . . . , pk puntos críticos con la misma imagen c y cuyos índices don λ1 , . . . , λk
respectivamente. Así, si f −1 ([c − ε, c + ε]) no contiene otros puntos críticos, se tiene
que Mc+ε tiene el mismo tipo de homotopía que Mc−ε ∪ eλ1 ∪ · · · ∪ eλk . No obstante,
dado que cualquier función de Morse puede ser aproximada por otra no resonante,
esta situación se puede evitar.

2. Si se considera la variedad diferenciable M 0 mencionada anteriormente, se tiene,


además, que Mc+ε es difeomorfa a M 0 , como puede verse en Knudson [12].
La descomposición en asas de una variedad diferenciable n-dimensional y compacta M
se obtiene del siguiente modo. Para f : M −→ R una función de Morse, que podemos supo-
ner no resonante, sean p0 , p1 , . . . , pk sus puntos críticos ordenados de manera ascendente
por sus valores críticos c0 , c1 , . . . , ck y sean λ0 , λ1 , . . . , λk sus índices respectivos. Dado
que p0 se corresponde con el mínimo global de la función f , λ0 = 0 y Mc0 +ε es difeomorfo
a Dn = H λ0 , para ε > 0 adecuado. El siguiente punto crítico es p1 y, como hemos visto,
para un ε1 > 0, lo suficientemente pequeño, tenemos que Mc1 +ε1 es difeomorfo a Mc1 −ε1
con H λ1 pegada a lo largo de su frontera. Además, [c0 + ε, c1 − ε1 ] no contiene ningún valor
crítico, por lo que el teorema 1.25 nos garantiza que Mc0 +ε y Mc1 −ε1 son difeomorfos. Con
todo ello, tenemos que Mc1 +ε1 es difeomorfo a Dn con una asa H λ1 pegada a lo largo de su
frontera. Siguiendo este proceso para cada punto crítico, se puede obtener la variedad M a
partir de Dn pegando, por medio de aplicaciones pegado, asas una tras otra de modo que
22 1 Teoría de Morse clásica

M será de la forma H λ0 ∪ H λ1 ∪ · · · ∪ H λk . Así, una función de Morse sobre la variedad M


determina una descomposición en asas de la misma.
Como consecuencia, se tiene el siguiente resultado.
Teorema 1.30. Sea f : M −→ R una función de Morse con p0 , . . . , pk puntos críticos
de índices λ0 , . . . , λk respectivamente. Entonces M tiene el mismo tipo homotópico de un
CW-complejo que tiene una eλi celda de dimensión λi por cada punto crítico pi :

M ' eλ0 ∪ eλ1 ∪ · · · ∪ eλk .

En esta CW-descomposición, no necesariamente se tiene que las celdas eλi son pegadas
en orden creciente de su dimensión. Sin embargo, se puede obtener tal CW- descomposición
sin más que considerar una función de Morse adecuada.
Teorema 1.31. Sea f : M −→ R una función de Morse con p0 , p1 , . . . , pk puntos críticos
de índices λ0 , λ1 , . . . , λk , respectivamente. Entonces se puede perturbar f obteniendo otra
función de Morse g con los mismos puntos críticos de modo que para pi y pj tal que
g(pi ) < g(pj ) se tiene que λi ≤ λj .

1.6. Desigualdades de Morse


La teoría de Morse proporciona una relación entre los números de Betti de una variedad
diferenciable M y los puntos críticos de una función de Morse f definida sobre M . Esta
relación es descrita mediante una colección de desigualdades conocidas como desigualdades
de Morse. Además, en virtud del teorema 1.30, una función de Morse permite calcular la
característica de Euler de M contando sus puntos críticos. Para ello, es necesario introducir
los números de Betti.
Sea X un CW-complejo de dimensión n. Para cada λ ∈ {0, 1, . . . , n}, denotemos por Cλ
el grupo abeliano libre generado por las λ-celdas de X. Sea ϕ : ∂eµ −→ X (µ−1) la aplicación
pegado para cada µ-celda eµ , con µ ∈ {1, . . . , n}, siendo X (µ−1) el (µ − 1)-esqueleto de X.
Definamos el homeomorfismo “frontera”:
∂µ : Cµ −→ Cµ−1
X
eµk 7−→ ∂µ (eµk ) = mlk eµ−1
l
l

donde mlk es el grado de la aplicación

f
∂eµk = Sµ−1 / X (µ−1) / Sµ−1
l

siendo Sµ−1
l la (µ − 1)-esfera resultado de tomar X (µ−1) y colapsar en un punto su subcom-
plejo G
X (µ−2) eµ−1
r .
r6=l
1.6 Desigualdades de Morse 23

Con todo ello se tiene el siguiente concepto de cadena compleja de X que proporciona
la definición de los números de Betti.

Definición 1.32. Sea X un CW-complejo n-dimensional. La sucesión de grupos y homeo-


morfismos
0 / Cn ∂n / Cn−1 ∂n−1 / . . . ∂2 / C1 ∂1 / C0 /0

se denomina cadena compleja celular de X y se denota por C• (X) .

En la teoría de los CW-complejos es un resultado conocido que las aplicaciones frontera


verifican que ∂λ−1 ◦ ∂λ = 0 para cada λ ∈ {1, . . . , n}. En consecuencia, se tiene que
Im ∂λ ⊂ Ker ∂λ−1 . Esto nos permite dar la siguiente definición.

Definición 1.33. Sea X un CW-complejo n-dimensional. Se definen los número de Betti


de X como:
βλ := rank Hλ (X, Z), ∀ λ ∈ {0, 1, . . . , n}
donde Hλ (X, Z) es el grupo abeliano cociente Ker ∂λ /Im ∂λ+1 , denominado λ-ésimo grupo
de homología de X.

Definición 1.34. Sea X un CW-complejo de dimensión n. Se define la característica de


Euler de X como:
Xn
X (X) = (−1)λ βλ (X) .
λ=0

Otra forma alternativa de calcular X (X) es mediante el número de λ-celdas de X que


denotaremos por cλ (X):
n
X
X (X) = (−1)λ cλ (X) .
λ=0

Ya se ha visto que una función de Morse f : M −→ R determina una CW-descomposición


de M con una λ-celda por cada punto crítico de índice λ. Como consecuencia, denotando
por nλ el número de puntos críticos de f con índice λ, se tiene que cλ (M ) = nλ . Así, la
característica de Euler de M viene dada en función de los puntos críticos de f como:
n
X
X (M ) = (−1)λ nλ .
λ=0

Se exponen, a continuación, las desigualdades de Morse, considerándose el primer re-


sultado como caso particular del segundo.

Teorema 1.35 (Desigualdades de Morse débiles). Sea M una variedad diferenciable, com-
pacta y n-dimensional. Para cualquier función de Morse f : M −→ R se verifican:

βλ (M ) ≤ nλ , para cada λ ∈ {0, 1, . . . , n}.


24 1 Teoría de Morse clásica

Teorema 1.36 (Desigualdades de Morse fuertes). Sea M una variedad diferenciable, com-
pacta y n-dimensional. Para cualquier función de Morse f : M −→ R se verifican:
λ
X λ
X
(−1)k βλ−k (M ) ≤ (−1)k nλ−k , para cada λ ∈ {0, 1, . . . , n}.
k=0 k=0

Las desigualdades de Morse nos permiten saber una cota inferior del número de puntos
críticos de cada índice que, como mínimo, ha de tener una función de Morse. De este modo,
aquellas funciones de Morse cuyo número de puntos críticos sea mínimo, esto es nλ = βλ ,
se dicen perfectas.

Ejemplo 1.37. 1. Los números de Betti para la esfera S2 son: β0 = β2 = 1 y β1 = 0. De


este modo, tenemos que para cualquier función de Morse sobre la esfera, se tendrán,
al menos, un punto crítico de indice 0 y otro de índice 2, por lo que la función altura
sobre S2 es una función de Morse perfecta.

2. En el caso del toro 2-dimensional T se tiene β0 = β2 = 1 y β1 = 2, por lo que


cualquier función de Morse sobre T tendrá, al menos, un punto crítico de índice 0,
otro de índice 2 y dos más de índice 1. Así, la función altura definida sobre el toro
es una función de Morse perfecta.

No siempre se puede definir una función de Morse perfecta sobre una variedad diferen-
ciable compacta. Un ejemplo de ello es la esfera de Poincaré cuyos números de Betti son
β0 = β3 = 1 y β1 = β2 = 0 y, sin embargo, toda función de Morse sobre esta variedad
tiene, al menos, 6 puntos críticos. También es cierto, que bajo ciertas circunstancias se
puede reducir la cantidad de puntos críticos de una función de Morse, sobre una variedad
diferenciable y compacta, que no es perfecta, como se muestra en el siguiente resultado que
puede verse en Laudenbach [14].

Teorema 1.38. Sea f : M −→ R una función de Morse con p0 , p1 , . . . , pk puntos críticos


de índices λ0 , λ1 , . . . , λk , respectivamente, y tal que sus valores críticos son c0 ≤ c1 ≤ · · · ≤
ck . Fijado un i ∈ {0, 1, . . . , k} supongamos que se verifican las siguientes condiciones:

1. λi = λi−1 + 1 ,

2. En el conjunto f −1 (ci−1 + ε), con ci−1 + ε < ci , se tiene que Mpsi−1 y Mpui se intersecan
transversalmente en un único punto.

Entonces, f se puede perturbar en una nueva función de Morse g tal que g y f coincidan
fuera de un entorno U de Mpsi−1 ∩ Mpui y g no tenga puntos críticos en U.

Milnor [16] muestra una versión mucho más intuitiva en su teorema conocido como
“primera cancelación” que dice lo siguiente. Si tenemos f : M −→ R una función de Morse
con p y q puntos críticos tal que índice(q) = índice(p) + 1 y V es un gradiente como campo
vectorial para f con exactamente una curva integral γ de p a q, entonces se puede modificar
1.6 Desigualdades de Morse 25

V en un entorno de γ de tal forma que se obtiene otro campo vectorial gradiente como
campo vectorial V̂ cuyos puntos críticos son los de V quitándole p y q.

Un claro ejemplo donde visualizar este resultado es el siguiente sobre un toro con un
bache.

Ejemplo 1.39. Consideremos f la función altura asociada a la variedad que aparece en


la siguiente imagen.

Está claro que λ3 = 1 y λ4 = 1 + λ3 . Además entre los puntos p3 y p4 , para cualquier


V gradiente como campo vectorial de f , se tiene una única curva integral γ que parte de
p3 y sube cuesta arriba hacia p4 . Entonces, estamos en una situación del siguiente estilo.

El argumento de Milnor nos asegura que podemos modificar el campo vectorial V en un


entorno U de γ obteniendo un gradiente como campo vectorial con puntos críticos p0 , p1 , p2
y p5 . La idea es considerar sobre γ el campo vectorial −V y en su entorno U modificar V
como se muestra a continuación.
26 1 Teoría de Morse clásica

De este modo, se obtiene un nuevo campo vectorial V̂ que será gradiente como campo
vectorial para una función de Morse g con puntos críticos p0 , p1 , p2 y p5 . Además, obser-
vamos que los vectores de V̂ fuera de U van acorde con el crecimiento de la función altura,
por lo que f y g coinciden fuera de tal entorno U.
Capítulo 2

Teoría de Morse Discreta

A finales de los años 90, el enfoque de la teoría de Morse se lleva al terreno de la


combinatoria. Es Forman [8], en 1998, quien desarrolla tal adaptación de la teoría a los CW-
complejos, ocasionando la aparición de una potente herramienta para el análisis de estos
complejos y, en particular, si se dota de una estructura celular a una variedad diferenciable,
una segunda vía para el análisis de la topología de variedades.
En este capítulo se presenta la teoría de Morse discreta sobre CW-complejos regulares
finitos, comenzando con la introducción de los conceptos básicos de la teoría que darán
lugar a resultados análogos a la clásica, aunque cuentan con la ventaja, al estar desde una
perspectiva combinatorial, de poder realizar cálculos así como algoritmos para construir
funciones de Morse discretas sobre complejos celulares. Se asume la familiaridad con los
CW-complejos y su construcción mediante aplicaciones pegado, que pueden encontrarse
en Whitehead [24]. No obstante, recordemos algunas nociones y resultados concretos que
necesitaremos sobre los CW-complejos y establezcamos la correspondiente notación.

2.1. Preliminares
Salvo indicación en contrario, a lo largo de todo el capítulo denotaremos por X un CW-
complejo regular y finito, cuya definición puede verse en 2.1. Consideraremos las siguientes
notaciones:
X (p) denotará el p-esqueleto de X,
Xp denotará el conjunto de todas las celdas de dimensión p de X,
Para σ celda de X, σ (p) denotará que σ ∈ Xp .
Además, si σ y τ son dos celdas de X, la relación σ ≺ τ dada por σ ⊂ τ̄ y σ 6= τ , expresará
que la celda σ es cara de τ . Denotaremos σ  τ si σ = τ o σ ≺ τ .
Definición 2.1. Sea X un CW-complejo. Se dice que X es regular si para cada p-celda
σ de X su aplicación pegado ϕ : ∂σ −→ X (p−1) es un homeomorfismo sobre su imagen.
Además, X será finito si tiene un número finito de celdas.

27
28 2 Teoría de Morse Discreta

Definición 2.2. Sean σ (p) ≺ τ (p+1) dos celdas de un complejo celular X y h : Dp+1 −→ X
una aplicación continua con Int(Dp+1 ) homeomorfo a τ . Se dice que σ es una cara regular
de τ si se verifican las dos condiciones siguientes:
1. h : h−1 (σ) −→ σ es un homeomorfismo.

2. h−1 (σ) es un p-disco.


En otro caso, se dice que σ es cara irregular de τ .
Se necesitarán los siguientes dos resultados sobre complejos celulares cuyas demostra-
ciones pueden verse en Forman [8].
Teorema 2.3. Para p ≥ 1, sean las celdas γ (p−1) ≺ σ (p) ≺ τ (p+1) de X un CW-complejo.
Una de las siguientes afirmaciones es cierta:
1. σ es una cara irregular de τ .

2. γ es una cara irregular de σ.

3. Existe una p-celda σ̂ distinta de σ tal que γ ≺ σ̂ ≺ τ .


Esto nos garantiza que para cada (p+1)-celda τ de un CW-complejo regular, con p ≥ 1,
existen al menos dos p-caras de τ que comparten una (p − 1)-cara.
Teorema 2.4. En un CW-complejo regular, sean γ (p−1) ≺ τ (p+r) para algún p, r ≥ 1.
Entonces, se tienen dos (p + r − 1)-celdas distintas σ y σ̂ tal que γ ≺ σ ≺ τ y γ ≺ σ̂ ≺ τ .
Procediendo por inducción, para p, r ≥ 1 se tiene garantizado que cualquier par de
celdas γ (p−1) ≺ τ (p+r) siempre tendrán, al menos, dos p-celdas σ y σ̂ tal que γ ≺ σ ≺ τ y
γ ≺ σ̂ ≺ τ .
Se exponen, a continuación, las definiciones básicas de la teoría de Morse discreta sobre
un CW-complejo regular.
Definición 2.5. Sea X un CW-complejo regular y finito. Denotemos por K el conjunto
de todas las celdas de X. Una función de Morse discreta sobre X es una función

f : K −→ R

tal que para cualquier σ (p) ∈ K se verifican las siguientes condiciones:


1. #{τ (p+1)  σ (p) | f (τ ) ≤ f (σ)} ≤ 1.

2. #{γ (p−1) ≺ σ (p) | f (γ) ≥ f (σ)} ≤ 1.


Grosso modo, una función de Morse discreta f es aquella que partiendo de una celda, al
movernos a una celda adyacente de exactamente una dimensión mayor (menor) la función
de Morse crece (decrece) estrictamente con posibilidad de una única excepción en la que
una de esas celdas adyacentes f decrezca (crezca).
2.1 Preliminares 29

Ejemplo 2.6. Un ejemplo sencillo con el que visualizar si una función sobre un CW-
complejo regular es una función de Morse discreta son las siguientes sobre una descompo-
sición celular de la esfera S1 :

La primera se trata de una función de Morse discreta, mientras que la segunda, puesto
que la 0-celda de valor 2 tiene sus dos 1-celdas adyacentes con un valor menor o igual que
2, no es una función de Morse discreta.
Asociado a la noción de función de Morse discreta está el concepto de celda crítica, que
vienen siendo aquellas celdas en las que no se verifican tales excepciones.
Definición 2.7. Dada una función de Morse discreta f sobre X, se dirá que una celda σ (p)
de X es una celda crítica de f de índice p si se verifican las siguientes dos condiciones:
1. #{τ (p+1)  σ (p) | f (τ ) ≤ f (σ)} = 0.
2. #{γ (p−1) ≺ σ (p) | f (γ) ≥ f (σ)} = 0.
No es necesario especificar el índice de una celda crítica conocida su dimensión. Por
ello, sin dar pie a confusión, simplemente diremos que σ (p) es una celda crítica de f .
Recordemos que para el caso diferenciable, el Lema de Morse 1.12 asegura que dado un
punto crítico p de índice 1 de una función de Morse f definida sobre una variedadP diferen-
ciable n-dimensional, localmente f se puede expresar como f (x) = f (p) − x21 + ni=2 x2i ,
para algún sistema de coordenadas (x1 , . . . , xn ) centrado en p. Con ello, partiendo de p,
resulta que f decrece en ambos sentidos de la dirección x1 y crece en todas las demás
direcciones coordenadas. Si ahora tomamos σ una celda crítica de dimensión 1 para una
función de Morse discreta F , entonces F (σ) es mayor que el valor de sus 0-caras y es menor
que cualquier 2-celda para la cual σ es una de sus caras. Por tanto, observamos que una
función de Morse discreta refleja una situación análoga a la de una función de Morse en el
caso diferenciable.
Ejemplo 2.8. 1. Considerando la función de Morse discreta del ejemplo 2.6, se tiene
que las únicas celdas críticas son la 0-celda de valor 0 y la 1-celda de valor 2.
2. Un manera simple de obtener una función de Morse discreta f sobre un CW-complejo
regular X es asignando a cada celda de X su dimensión, esto es, f (σ) = dim(σ) para
toda celda σ de X. De este modo, f es una función de Morse discreta sobre X con
todas sus celdas críticas.
30 2 Teoría de Morse Discreta

3. Otro ejemplo sencillo de una función de Morse discreta f sobre cualquier CW-
complejo regular X, aunque no tan trivial como el anterior, se obtiene construyendo
la función f por inducción asignando a cada vértice un número real positivo, distintos
entre sí, y a cada p-celda de X la suma de los valores de todas sus (p − 1)-caras, esto
es, para cada σ (p) celda de X:
X
f (σ) = f (γ) .
γ (p−1) ≺σ

Se tiene así una función de Morse discreta donde todas sus celdas son críticas:
X
τ (p+1)  σ (p) ⇒ f (τ ) = f (σ) + f (σ̂) > f (σ) .
σ̂6=σ
σ̂ (p) ≺τ
X
σ (p)  γ (p−1) ⇒ f (σ) = f (γ) + f (γ̂) > f (γ) .
γ̂6=γ
γ̂ (p−1) ≺σ

Así como en la teoría de Morse clásica es necesario demostrar que siempre se puede
definir una función de Morse sobre una variedad diferenciable, compacta y n-dimensional,
en el caso discreto queda clara la existencia de funciones de Morse discretas sobre un
CW-complejo regular con cualquiera de los dos ejemplos anteriores.
También se puede obtener ejemplos de funciones de Morse discretas por restricción o
extensión de una función de Morse discreta dada.

Lema 2.9. Sea X un CW-complejo e Y un subcomplejo de X. Si f es una función de


Morse discreta sobre X, entonces su restricción a Y es una función de Morse discreta
sobre Y . Además, si σ es una celda de Y que es crítica para f , entonces σ es crítica para
f|Y .

Su comprobación es inmediata de las definiciones de función de Morse y celda crítica.


El hecho de que f|Y conserve el carácter de ser celda crítica de f no garantiza que no haya
más celdas críticas en el subcomplejo Y respecto de f|Y que respecto de la propia f , como
se puede ver en el siguiente ejemplo donde las celdas en color rojo son las celdas críticas.
2.1 Preliminares 31

Lema 2.10. Si X es un CW-complejo e Y un subcomplejo de X, cualquier función de


Morse discreta f sobre Y se puede extender a X mediante una función de Morse discreta g.

Demostración. Denotando por c = máx{f (σ) | σ celda de Y }, definimos la función g como:


(
f (σ) si σ es celda de Y
g(σ) =
c + dim(σ) si σ es celda de X\Y

g es una función de Morse discreta sobre X dado que para cada celda σ (p) de X se tiene lo
siguiente:

1. Si σ es una celda de Y , entonces:

#{γ (p−1) ≺ σ | g(γ) ≥ g(σ)} = #{γ (p−1) ≺ σ | f (γ) ≥ f (σ)} ≤ 1 .


#{τ (p+1)  σ | g(τ ) ≤ g(σ)} = #{τ (p+1)  σ | f (τ ) ≤ f (σ)} +
#{τ (p+1)  σ | c + dim τ ≤ f (σ)} ≤ 1 + 0 .

2. Si σ es una celda de X\Y , entonces:

#{γ (p−1) ≺ σ | g(γ) ≥ g(σ)} = #{γ (p−1) ≺ σ | f (γ) ≥ c + dim σ} +


#{γ (p−1) ≺ σ | c + dim γ ≥ c + dim σ} = 0 .
#{τ (p+1)  σ | g(τ ) ≤ g(σ)} = #{τ (p+1)  σ | c + dim τ ≤ c + dim σ} = 0 .

Observación 2.11. La función g descrita en la demostración es una función de Morse discreta


donde todas las celdas de X\Y son críticas para g y, además, todas las celdas de Y que son
críticas para f también lo son para g, sin la posibilidad de que haya celdas críticas en Y
para g que no lo sean para f . En conclusión, esta extensión g no es “eficiente” en el sentido
de obtener una función de Morse sobre X con el número mínimo de puntos críticos posibles
en X\Y. Se puede definir una extensión mucho mejor si estamos ante ciertas condiciones
sobre el complejo X como veremos en 2.39.
De las dos condiciones de la definición de celda crítica 2.7, basta con que no se verifique
una de ellas para asegurar que la celda σ no esf crítica. Además, sólo será posible que no
se verifique únicamente una de las dos.

Lema 2.12. Sea f una función de Morse discreta sobre un CW-complejo X. Si σ es una
p-celda de X no crítica para f , entonces se verifica una única condición de las siguientes:

1. Existe τ (p+1)  σ (p) tal que f (τ ) ≤ f (σ).

2. Existe γ (p−1) ≺ σ (p) tal que f (γ) ≥ f (σ).


32 2 Teoría de Morse Discreta

Demostración. σ será no crítica si se verifica una de las dos condiciones. Supongamos que
se verifican ambas. Se tiene que p ≥ 1 y, por ser X regular, σ (p) es una cara regular de τ (p+1)
y γ (p−1) una de σ (p) . Así, por el teorema 2.3, existe una p-celda σ̂ 6= σ tal que γ ≺ σ̂ ≺ τ .
Dado que σ̂ y σ son dos p-caras de τ con f (τ ) ≤ f (σ), se tiene que f (τ ) > f (σ̂). De
ahí se sigue, por las dos condiciones, que f (σ̂) < f (γ) y f (σ) ≤ f (γ), lo que supone una
contradicción con ser f una función de Morse discreta.
Observación 2.13. Consecuencia inmediata del lema, la definición de función de Morse
discreta sobre un CW-complejo se podría reformular agrupando las dos condiciones de 2.5
como una única condición: para cada celda σ (p) del complejo celular se tiene
#{τ (p+1)  σ (p) | f (τ ) ≤ f (σ)} + #{γ (p−1) ≺ σ (p) | f (γ) ≥ f (σ)} ≤ 1 .
En la teoría de Morse clásica, se ha visto como el mínimo y máximo de una función de
Morse sobre una variedad diferenciable y compacta n-dimensional, se alcanzan sobre puntos
críticos de índice 0 y de índice n, respectivamente. Sin embargo, en la versión discreta no se
tiene la misma relación. Es cierto que el mínimo de una función de Morse discreta se debe
alcanzar en 0-celdas críticas, pero en cuanto al máximo ya no tiene por qué alcanzarse en
celdas críticas de dimensión máxima, y si lo hace puede que ésta no sea crítica, como se
muestra en la siguiente imagen.

Lema 2.14. Toda función de Morse discreta f sobre X tiene que alcanzar su mínimo en
alguna 0-celda crítica.
Demostración. Supongamos que el mínimo de f se alcanza en σ (p) una celda de dimensión
p ≥ 1. Dado que X es un CW-complejo regular, σ tiene, al menos, dos (p − 1)-caras: γ1 y
γ2 . Luego, al tomar σ el valor mínimo de f , se tiene que f (σ) ≤ f (γ1 ) y f (σ) ≤ f (γ2 ), lo
que supone una contradicción con que f sea función de Morse discreta. Por tanto, el valor
mínimo de la función se tiene que alcanzar sobre una 0-celda σ (0) . Además, σ (0) debe ser
crítica, ya que de no serlo existiría τ (1)  σ (0) tal que f (τ (1) ) = f (σ (0) ) y, por otra parte,
el teorema 2.3 nos garantiza que existiría σ̂ (0) ≺ τ (1) con σ̂ (0) 6= σ (0) , por lo que al ser f
función de Morse discreta, se tendría que f (σ̂ (0) ) < f (τ (1) ) = f (σ (0) ).
Notemos que en el anterior ejemplo de la imagen, la 0-celda σ, que tiene valor máximo
3, únicamente es cara de la 1-celda τ . Si esto no sucediese, entonces σ no podría alcanzar el
máximo de la función f , ya que en este caso existiría otra 1-celda τ̂ para la cual σ sería una
de sus caras y, por definición de función de Morse discreta, se tendría que f (τ̂ ) > f (σ) = 3.
Siguiendo este razonamiento se tiene el siguiente resultado.
2.1 Preliminares 33

Proposición 2.15. Si M es una variedad n-dimensional, compacta, triangulable y sin


frontera, entonces cualquier función de Morse discreta f definida sobre una triangulación
de M alcanzará su máximo sobre alguna n-celda crítica.

Demostración. Supongamos que f alcanza el máximo sobre una p-celda σ con p < n. Al
no tener borde la triangulación, σ es cara de al menos dos (p + 1)-celdas que, por definición
de función de Morse discreta, como mínimo una de ellas tendrá un valor mayor estricto
que f (σ), en contradicción con que f (σ) sea el máximo de f . Por tanto, el máximo de f se
alcanza en alguna celda σ (n) . Además, esta celda es crítica de f , ya que de no ser así, existiría
γ (n−1) ≺ σ tal que f (γ) ≥ f (σ) y, al ser f (σ) el valor máximo, f (γ) = f (σ). Por otra parte,
al tratarse de una triangulación sin borde, γ (n−1) sería cara de otra celda σ̂ (n) 6= σ (n) , y
por definición de función de Morse discreta, f (σ) = f (γ) < f (σ̂), en contradicción con que
f (σ) sea el máximo de f .

Para terminar, presentamos dos resultados que ilustran el comportamiento de las fun-
ciones de Morse discretas.

Proposición 2.16. Sea f una función de Morse discreta sobre un CW-complejo regular.
Si para σ (p) ≺ τ (p+1) se tiene que f (σ) ≥ f (τ ), entonces para cualquier γ (p−1) ≺ τ (p+1) que
no sea cara de σ, se tiene que f (γ) < f (τ ).

Demostración. En las hipótesis del teorema, sea γ (p−1) ≺ τ con γ 6= γ̂ para todo γ̂ (p−1) ≺ σ.
En virtud del teorema 2.4, la celda τ tiene, al menos, dos p-caras distintas σ1 y σ2 que
comparten a γ como cara. Además, por la propia definición de función de Morse discreta,
f (σi ) > f (γ) para algún i ∈ {1, 2}. Luego, si f (γ) ≥ f (τ ) resulta que f (σi ) > f (τ ) y, de
nuevo, por definición de función de Morse discreta, se tiene que σi = σ, obteniendo que
γ ≺ σ, lo que supone una contradicción con lo establecido.

No obstante, para aquellas γ (p−1) ≺ τ (p+1) que son cara de σ no se puede decir nada
acerca de la relación que hay entre f (γ) y f (τ ), como se puede comprobar con las siguientes
tres funciones de Morse discretas sobre el triángulo como complejo simplicial, presentando
las tres relaciones posibles.

El siguiente resultado técnico, en particular, nos permitirá definir de una manera muy
intuitiva el concepto análogo a los conjuntos de nivel 1.9 de la versión diferenciable.

Lema 2.17. Sea f una función de Morse discreta sobre X y σ una p-celda de X. Se tienen
los dos siguientes resultados:
34 2 Teoría de Morse Discreta

1. Si σ ≺ τ , entonces existe una (p + 1)-celda τ̂ tal que σ ≺ τ̂  τ con f (τ̂ ) ≤ f (τ ).

2. Si γ ≺ σ, entonces existe una (p − 1)-celda γ̂ tal que γ  γ̂ ≺ σ con f (γ̂) ≥ f (γ).

Demostración. Comprobamos las primera afirmación, obteniendo la prueba de la segunda


de manera similar. Si σ (p) ≺ τ , entonces dim(τ ) > p. Comprobemos el resultado por
inducción en k siendo dim(τ ) = p+k. Para k = 1 es inmediato. Supongamos dim(τ ) = p+k
con k > 1. Por el teorema 2.4, existen dos (p + k − 1)-celdas distintas α1 y α2 de modo
que σ ≺ αi ≺ τ para i = 1, 2. Dado que f es una función de Morse discreta, al menos una
de estas dos celdas αi con i = 1, 2 verifica que f (αi ) < f (τ ). Procediendo por inducción,
se obtiene el resultado.

2.2. Campo vectorial discreto


La teoría de Morse clásica se puede desarrollar desde el punto de vista de los sistemas
dinámicos, ya que los puntos críticos de una función de Morse se corresponden con los
puntos fijos del flujo respecto al gradiente de la función, enfoque adoptado por Smale
[23]. En el caso discreto presenta una ventaja añadida al ser mucho más fácil manejar el
gradiente de una función de Morse discreta que la propia función. Esto se debe a la simple
caracterización geométrica del gradiente, en la versión discreta, y a su sencilla visualización.
En esta sección se introduce el concepto análogo al gradiente como campo vectorial
1.19 de una función de Morse diferenciable, pudiendo encontrar cualquier resultado de esta
sección en Forman [6], [8].

Definición 2.18. Un campo vectorial discreto V sobre X es una colección de pares de


celdas de X {σ (p) ≺ τ (p+1) } de modo que ninguna celda está simultáneamente en más de
un par de V . Cuando una celda de X no está emparejada con ninguna otra celda, se dice
que es una celda crítica de V .

Se puede obtener una interpretación geométrica de este concepto si denotamos al par


{σ (p) ≺ τ (p+1) } de V por una flecha σ → τ , de tal forma que para cada σ celda de X se
verifica una única de las siguientes afirmaciones:

σ es el comienzo de una flecha.

σ es el final de una flecha.

σ ni emite ni recibe una flecha.

Con esta interpretación, podremos decir que σ será una celda crítica de V si verifica la
última afirmación.

Ejemplo 2.19. Un sencillo ejemplo donde se muestra la interpretación geométrica de un


campo vectorial discreto es el siguiente sobre un complejo simplicial.
2.2 Campo vectorial discreto 35

Este campo vectorial discreto V consta de los pares de celdas {γ0 ≺ σ0 }, {γ1 ≺ σ1 },
{γ2 ≺ σ5 }, {γ3 ≺ σ3 }, {γ4 ≺ σ6 } y {σ4 ≺ τ2 }. Observamos que las únicas celdas que ni
reciben ni expulsan una flecha son σ2 , τ1 y τ3 . Por tanto, son celdas críticas de V y, en
efecto, no son partícipe de ningún par de celdas de V .

El concepto análogo de una curva integral de un campo vectorial sobre una variedad
diferenciable son los caminos sobre un campo vectorial discreto definidos a continuación.

Definición 2.20. Sea V un campo vectorial discreto sobre X. Un V -camino de índice p


es una sucesión de celdas
(p) (p+1) (p) (p+1) (p) (p)
σ0 , τ0 , σ1 , τ1 , σ2 , . . . , τr(p+1) , σr+1

con r ≥ 0, donde para cada i = 0, . . . , r se verifican las siguientes condiciones:


(p) (p+1)
1. {σi ≺ τi } es un par de V ,

2. σi y σi+1 son caras distintas de τi .

Si además σ0 = σr+1 , entonces se dice que el V -camino es un camino cerrado.

Se puede extender esta definición como sigue.

Definición 2.21. Sea V un campo vectorial discreto sobre X. Un V -camino de τ (p+1) a


σ (p) es cualquier V -camino
(p) (p+1) (p) (p+1) (p)
σ0 , τ0 , σ1 , τ1 , σ2 , . . . , τr(p+1) , σ (p)
(p)
de modo que σ0 ≺ τ y, además, τ0 6= τ .

Intuitivamente, un camino de τ (p+1) a σ (p) es cualquier camino que parte de una p-cara
σ0 de τ y llega a σ de tal forma que al exigir que τ0 6= τ , el par de celdas {σ0 ≺ τ } no está
en el campo vectorial, y, por tanto, el camino no sale de σ0 y se adentra en la celda τ .

Ejemplo 2.22. Consideremos el ejemplo anterior 2.19. Se tiene que la sucesión de celdas
γ0 , σ0 , γ1 , σ1 , γ2 , σ5 , γ0 es uno de los posibles V -caminos de índice 0 que, además, es
cerrado. Así mismo, la sucesión de celdas γ4 , σ6 , γ2 , σ5 , γ0 es el único V -camino de σ3 a γ0 .
36 2 Teoría de Morse Discreta

Gradiente de Morse discreto


Una función de Morse discreta sobre cualquier CW-complejo regular define un particular
campo vectorial discreto sobre el complejo, que almacena la información necesaria de la
función, permitiendo obviar los valores que toma la misma si se tiene tal campo vectorial
discreto. Es el llamado campo vectorial gradiente, cuya definición se basa en el lema 2.12
permitiendo agrupar las celdas no críticas de una función de Morse discreta f , en pares
disjuntos {σ (p) ≺ τ (p+1) } de tal forma que f (σ) ≥ f (τ ). De este modo, se puede pensar
el gradiente de una función de Morse discreta como aquel que asigna flechas σ → τ entre
tales pares disjuntos de celdas no críticas y no asigna flecha ninguna a aquellas celdas que
sí sean críticas.
Definición 2.23. Para cualquier función de Morse discreta f sobre X, se define el campo
vectorial gradiente de f como la colección de pares de celdas {σ (p) ≺ τ (p+1) } no críticas de
f tal que f (σ) ≥ f (τ ). A este campo vectorial discreto lo denotaremos1 por −∇f .
Observar que las celdas críticas de f no están emparejadas con ninguna otra celda
mediante −∇f , por lo que el campo vectorial gradiente de f conserva el criterio de ser
celda crítica de la función f .
Ejemplo 2.24. 1. La función de Morse discreta f definida en el ejemplo 2.6 tiene el
siguiente campo vectorial gradiente

que nos indica el sentido de decrecimiento de la función. Notemos que las celdas
críticas de f , pintadas en color rojo, se corresponden exactamente con las celdas
críticas de su campo vectorial discreto.
2. La función de Morse discreta sobre X definida en 2.8.2, que asocia a cada celda su
dimensión, dado que todas las celdas son críticas, se tiene −∇f = ∅. Lo mismo ocurre
para la función definida en 2.8.3.
La forma en la que se toman los pares de celdas del campo vectorial gradiente de una
función de Morse f , hace que los caminos respecto a −∇f se caractericen por recorrer las
celdas del camino a la vez que f va decreciendo. De este modo, al igual que las curvas
integrales del gradiente sobre una variedad diferenciable no pueden tener lazos, un camino
respecto a −∇f una vez que recorre una celda no puede volver a ella.
1
Para ser precisos, usamos la notación −∇f para indicar que los vectores van en la dirección de decre-
cimiento de f .
2.2 Campo vectorial discreto 37

Lema 2.25. Sea f una función de Morse discreta sobre X. Una sucesión de celdas de X
(p) (p+1) (p) (p)
σ0 , τ0 , σ1 , . . . , τr(p+1) , σr+1

es un camino respecto a −∇f si, y solo si, para cada i = 0, . . . , r se tiene que σi y σi+1
son caras de τi y, además, se verifica:

f (σ0 ) ≥ f (τ0 ) > f (σ1 ) ≥ f (τ1 ) > · · · ≥ f (τr ) > f (σr+1 ).

Demostración. Si la sucesión dada es un camino respecto a −∇f , para cada i = 0, . . . , r


se tiene, por definición de campo vectorial gradiente, f (σi ) ≥ f (τi ) y, dado que σi+1 no
está emparejado con τi , f (σi+1 ) < f (τi ).
Supongamos ahora que la sucesión verifica la cadena de desigualdades. Dado que
f (σi ) ≥ f (τi ) para cada i = 0, . . . , r, por definición de −∇f , resulta que {σi ≺ τi } ∈ −∇f .
Además, f (σi+1 ) 6= f (σi ), por lo que σi 6= σi+1 y, en conclusión, la sucesión de celdas es un
camino respecto a −∇f .

Observación 2.26. Está claro que en un camino de τ (p+1) a σ (p) , respecto al campo vectorial
gradiente de una función de Morse discreta f , el valor f (τ ) será mayor estricto que el valor
de cualquier celda del camino. Además, por como se define el campo vectorial gradiente,
un camino de una celda crítica τ (p+1) a otra celda σ (p) , será cualquier camino que parta de
una p-cara no crítica de τ y llegue a σ.
Se tiene el siguiente resultado consecuencia directa del anterior lema.

Corolario 2.27. Dada una función de Morse discreta f sobre X, todo camino respecto a
−∇f es no cerrado.

Está claro que un campo vectorial gradiente de una función de Morse discreta es un
campo vectorial discreto. Lo que no resulta tan obvio es el recíproco. Nos preguntamos,
por tanto, qué campos vectoriales discretos son el gradiente de alguna función de Morse
discreta. Describir directamente funciones de Morse sobre un complejo celular arbitrario,
en la que no todas las celdas sean críticas y el número de éstas sea relativamente pequeño,
es una tarea delicada. Sin embargo, se puede evitar pasar por este proceso si sabemos
la respuesta a la anterior pregunta, ya que ésta nos permitiría trabajar con campos de
vectores discretos sin necesidad de especificar los valores de una función de Morse discreta.

El único requisito necesario para que un campo vectorial discreto sea el gradiente de
una función de Morse discreta es la propiedad, mencionada en 2.27, de no poseer caminos
cerrados.

Teorema 2.28. Un campo vectorial discreto V definido sobre X es el gradiente de una


función de Morse discreta sobre el complejo celular X si, y solo si, V no contiene V -caminos
cerrados.
38 2 Teoría de Morse Discreta

La demostración de este teorema puede verse en Knudson [12] que, a partir de un campo
vectorial discreto V sobre X, construye de forma inductiva una función de Morse discreta f
sobre X con −∇f = V . Sin embargo, demostraremos este resultado en la siguiente sección
con la ayuda de la teoría de grafos, con la intención de dejar algo más clara la forma de
visualizar si un campo vectorial discreto es gradiente de alguna función de Morse discreta.

A partir de ahora, nos referiremos a campos vectoriales discretos sin caminos cerrados
como el gradiente de Morse discreto, siendo éste el campo vectorial gradiente de alguna
función de Morse discreta que no necesitaremos especificar.

2.3. Diagrama de Hasse asociado a un campo vectorial


discreto
La teoría de Morse discreta presenta cierta conexión con la teoría de grafos, lo que
enfatiza su naturaleza puramente combinatoria. Este vínculo fue percibido por Chari [3],
proporcionando una relación entre un campo vectorial discreto sobre un CW-complejo X y
un conjunto independiente de aristas sobre un grafo orientado. Esta conexión nos permite
caracterizar aquellos campos vectoriales discretos sobre un complejo celular X que son el
gradiente de una función de Morse discreta sobre X. Con ello, obtenemos una demostración
alternativa al teorema 2.28.

Definición 2.29. Sea X un CW-complejo regular. Se define el diagrama de Hasse de X


como el grafo orientado y acíclico H cuyos vértices son el conjunto de celdas de X y las
aristas son aquellas que van de la celda τ a la celda σ si σ ≺ τ y difieren en una dimensión.

Por lo general, los vértices de un diagrama de Hasse de X un CW-complejo regular


se representan en filas de tal modo que cada fila se corresponde con los vértices de igual
dimensión y, además, si recorremos las filas de abajo a arriba, vamos en el orden creciente
de la dimensión de sus elementos.

Ejemplo 2.30. La representación del diagrama de Hasse de un triángulo como complejo


simplicial, cuyos vértices son {a}, {b} y {c}, es la siguiente:
2.3 Diagrama de Hasse 39

Definición 2.31. Sea V un campo vectorial discreto definido sobre X. Se construye el


diagrama de Hasse asociado a V de la siguiente forma: partiendo de H el diagrama de
Hasse definido a partir de la estructura celular de X, para cada par {σ ≺ τ } ∈ V se
invierte la flecha del grafo H.

Observación 2.32. Representando el diagrama de Hasse por filas en la dimensión de sus


vértices y ordenando estas filas de abajo hacia arriba con el crecimiento de la dimensión de
sus elementos, entonces este grafo tiene todas sus aristas apuntando hacia abajo, mientras
que si consideramos el diagrama de Hasse asociado a un campo vectorial discreto, aquellas
aristas que apunten hacia arriba conforman los pares de celdas del campo.

Ejemplo 2.33. Consideremos el siguiente campo vectorial discreto V sobre un triángulo


como complejo simplicial de vétices {a}, {b} y {c}.

Comparemos el diagrama de Hasse asociado a V , que se muestra en la siguiente imagen,


con el diagrama de Hasse original que vimos en el ejemplo 2.30.

Observando el diagrama de Hasse original H, vemos como las únicas aristas de H que
se han volteado son {a, b} → {b}, {a, c} → {c} y {a, b, c} → {b, c}. De este modo, si
únicamente sabemos Ĥ el diagrama de Hasse asociado a V y queremos determinar los
pares de celdas que conforman a V , simplemente tendríamos que mirar las aristas que
apuntan hacia arriba. En este caso, las celdas asociadas a las aristas que apuntan hacia
arriba son {{b} ≺ {a, b}}, {{c} ≺ {a, c}} y {{b, c} ≺ {a, b, c}}, que, en efecto, son los pares
de celdas que determinan a V .

Considerando el diagrama de Hasse asociado a un campo vectorial discreto sobre X,


se puede determinar si tal campo vectorial es un gradiente de Morse discreto sobre el
complejo, sin más que observar si el grafo es acíclico. Su demostración, adaptada de la de
40 2 Teoría de Morse Discreta

Zax [25], nos proporciona un resultado análogo al teorema 2.28. Para ello se necesita del
siguiente resultado conocido en la teoría de grafos.

Lema 2.34. Sea G un grafo orientado finito y sea V (G) el conjunto de vértices de G.
Entonces, G es acíclico si, y solo si, existe una función f : V (G) −→ R estrictamente
decreciente a lo largo de cada camino orientado.

Teorema 2.35. Un campo vectorial discreto V es el campo vectorial gradiente de una


función de Morse discreta sobre X si, y solo si, el diagrama de Hasse asociado a V es
acíclico.

Demostración. Sea H el diagrama de Hasse asociado al campo vectorial V que es el gradien-


te de una función de Morse discreta. Notemos que, por el corolario 2.27, ningún V -camino
puede ser cerrado. Supongamos que H contiene un ciclo C. Este ciclo únicamente consta
de celdas de dimensión p y p + 1, para algún p ≥ 0, de no ser así, el ciclo recorrería las
celdas γ (q−1) → σ (q) → τ (q+1) , para cierto q ≥ 1, y, por la observación 2.32, los pares de
celdas {γ ≺ σ} y {σ ≺ τ } estarían en V , lo que supone una contradicción con la definición
de campo vectorial discreto V . Tenemos, por tanto, que el ciclo C es de la forma:
(p) (p+1) (p) (p+1) (p) (p)
σ0 , τ0 , σ1 , τ1 , σ2 , . . . , τr(p+1) , σ0 .

De nuevo, teniendo en cuenta la observación 2.32, para cada i ∈ {0 . . . , r} resulta que


{σi ≺ τi } ∈ V y, denotando σr+1 := σ0 , τi  σi+1 6= σi . En conclusión, hemos obtenido un
V -camino cerrado, lo cual es imposible.
Recíprocamente, supongamos que H el diagrama de Hasse asociado a un campo vecto-
rial gradiente V es acíclico. Veamos que V es el campo gradiente de alguna función de Morse
discreta f . Por el lema anterior 2.34, existe una función f : V (H) −→ R estrictamente de-
creciente a lo largo de cada camino orientado en H. Tomando esta función sobre los vértices
y teniendo en cuenta la observación 2.32, se tiene que los pares de celdas {σ ≺ τ } ∈ V
son aquellos para los que f (σ) > f (τ ). Luego, únicamente necesitamos comprobar que la
función f es de Morse discreta.
Por construcción del diagrama de Hasse, se tiene:

{σ (p) ≺ τ (p+1) } ∈
/ V ⇔ f (σ) < f (τ ),

{σ (p) ≺ τ (p+1) } ∈ V ⇔ f (σ) > f (τ ).


Además, por definición de campo vectorial discreto, ninguna celda está simultáneamente
en más de un par de V . Por tanto, si σ (p) es una celda tal que {σ ≺ τ } ∈ V , se tiene que
/ V para cada γ (p−1) ≺ σ y cada τ̂ (p+1)  σ con τ̂ 6= τ . Así,
los pares {γ ≺ σ},{σ ≺ τ̂ } ∈

#{τ (p+1)  σ | f (τ ) ≤ f (σ)} = 1,

#{γ (p−1) ≺ σ | f (γ) ≥ f (σ)} = 0.


2.4 Colapsos celulares 41

Análogamente, si σ (p) es una celda tal que {γ < σ} ∈ V , se tiene


#{τ (p+1)  σ | f (τ ) ≤ f (σ)} = 0,
#{γ (p−1) ≺ σ | f (γ) ≥ f (σ)} = 1.
En conclusión, f es un función de Morse discreta y V = −∇f .
Finalmente, obtenemos una demostración alternativa del teorema 2.28 con el siguiente
resultado.
Teorema 2.36. Sea V un campo vectorial discreto sobre X. V no contiene V -caminos
cerrados si, y solo si, el diagrama de Hasse asociado a V es acíclico.
Demostración. Una implicación está probada en la primera parte de la demostración del
teorema anterior. Comprobemos, por tanto, que si H es acíclico, entonces V no puede
contener V -caminos cerrados. Supongamos que tenemos
(p) (p+1) (p) (p)
σ0 , τ0 , σ1 , . . . , τr(p+1) , σ0
un V -camino cerrado. Denotando σr+1 = σ0 , para cada i ∈ {0, . . . , r} se tiene que
{σi ≺ τi } ∈ V , por lo que H tiene una arista orientada σi → τi , y que {σi+1 ≺ τi } ∈
/ V,
por lo que H tiene una arista orientada τi → σi+1 . De este modo, tenemos
σ0 → τ0 → σ1 → · · · → τr → σ0
en contradicción con que H sea acíclico.

2.4. Colapsos celulares


Intuitivamente, un colapso celular es un retracto por deformación fuerte que empuja
el interior de una celda que no es cara de ninguna otra celda. Además, este empuje se
realiza desde una de las caras libres de dicha celda máxima, hasta que ésta desaparece por
deformación.
Definición 2.37. Sea X un CW-complejo regular. Una celda σ de X se dice cara libre de
X si es cara de una única celda de X.
Definición 2.38. Un colapso elemental es un subcomplejo Y de X resultado de extraer
una cara libre a X, esto es, si σ (p) ≺ τ (p+1) son celdas tal que σ es un cara libre de X,
entonces Y = X\(σ ∪ τ ) es un colapso elemental. En este caso se dice que X colapsa sobre
Y y se denota por X &σ Y . En general, se dice que X colapsa en Y , que denotaremos por
X & Y , si existe una sucesión de colapsos elementales X &σ1 X1 &σ2 · · · &σn Xn tal que
Xn = Y . Además, si X & Y , entonces Y es un retracto por deformación de X.
En caso de que X sea un CW-complejo regular que colapsa en Y , se puede extender
una función de Morse discreta definida sobre Y a otra sobre X de una forma más eficiente
que la propuesta en el lema 2.10.
42 2 Teoría de Morse Discreta

Lema 2.39. Sea Y un subcomplejo de X tal que X & Y. Cualquier función de Morse
discreta f sobre Y se puede extender a una función de Morse discreta g sobre X tal que
toda celda de X\Y sea no crítica.
Demostración. Supongamos que X colapsa en Y por medio de un único colapso elemental,
esto es, X &σ Y y X = Y ∪ σ ∪ τ . Entonces, dada f una función de Morse sobre Y ,
considerando c = máx{f (σ) | σ celda de Y }, la función g definida por g(γ) = f (γ) para
toda celda γ de Y , g(σ) = c + 1 y g(τ ) = c + 2, claramente, se tiene que g es una función
de Morse discreta sobre X de modo que en X\Y no hay celdas críticas. Procediendo por
inducción, se obtiene el resultado.
Un colapso celular determina un gradiente de Morse discreto en el siguiente sentido.
Supongamos un colapso X & Y dado por una sucesión de colapsos elementales X =
X0 &σ1 X1 &σ2 · · · &σn Xn = Y . Se tiene que para cada i ∈ {1, . . . , n} la celda σi es cara
de una única celda τi en Xi−1 y, además, dim τi = dim σi + 1. De no ser así, se tendría que
(p) (p+r)
σi ≺ τi , para p ≥ 0 y r ≥ 2, lo que implicaría, por el teorema 2.4, que σi sería cara de
dos (p + r − 1)-celdas. Queda claro, por tanto, que la familia de pares de celdas {σi ≺ τi }
para cada i ∈ {1, . . . , n}, definen un campo vectorial discreto V sobre el CW-complejo X.
Además, se tiene que todas las celdas del subcomplejo Y de X son celdas críticas de V.
Este campo vectorial discreto V definido sobre X y determinado por las celdas partíci-
pes en una sucesión de colapsos, es un gradiente de Morse discreto. En su comprobación
necesitaremos del siguiente resultado.
Lema 2.40. Sea X &σ1 X1 &σ2 · · · &σn Xn una sucesión de colapsos. Si la celda σi de
X es cara libre de X para algún i ∈ {1, . . . , n}, entonces cualquier V-camino que contiene
a σi , parte de σi .
(p)
Demostración. Sea un V-camino que contiene a σi cara libre de X para algún i ∈
{1, . . . , n}. Si este V-camino partiese de otra p-celda σ0 6= σi , entonces, por la defini-
ción 2.20 de camino de un campo vectorial discreto, ∃ τ (p+1) celda de X con τ  σi tal que
{σi , τ } ∈ / V. Por otra parte, dado que σi es una celda partícipe en la sucesión de colapsos,
(p+1)
∃ τi  σi tal que {σi , τi } ∈ V. En conclusión, si el V-camino contiene a σi y no parte
de la misma, se tiene que σi no puede ser cara libre de X.
En general, el recíproco no es cierto. En efecto, dado X un CW-complejo regular,
supongamos que en la sucesión de colapsos X &σ1 X1 &σ2 · · · &σn Xn no todas las
celdas σi tienen la misma dimensión y denotemos por p el mínimo de estas dimensiones.
Sea i ∈ {1, . . . , n} tal que σi es la primera p-celda de la sucesión de colapsos, esto es,
dim σj > p para todo j < i. Basta con que la celda σi no sea cara libre de X para
obtener un contraejemplo del recíproco al lema anterior, ya que cualquier V-camino que
contenga a σi , partirá de σi . De no ser así, el camino contendría un segmento de la forma
(p) (p+1) (p)
σs , τs , σi por lo que {σi , τs } ∈
/ V y, como σi es la primera celda de dimensión p
de la sucesión de colapsos, entonces s > i, lo que implica que σi es cara de τs celda del
subcomplejo Xs−1 de Xi−1 . Pero, por otra parte, σi también es cara de la celda τi de Xi−1 ,
lo que supone una contradicción con que σi sea cara libre de Xi−1 .
2.4 Colapsos celulares 43

Teorema 2.41. El campo vectorial discreto V inducido por el colapso X & Y es un


gradiente de Morse discreto.
Demostración. Sea el colapso X & Y dado por la sucesión de colapsos elementales X =
X0 &σ1 X1 &σ2 · · · &σn Xn = Y . En virtud del teorema 2.28, únicamente se tiene que
comprobar que V no posee caminos cerrados. Supongamos Γ un V-camino cerrado en X.
El lema anterior 2.40 nos garantiza que cualquier celda de un V-camino que no sea celda
inicial de éste, no será una cara libre de X. Por tanto, se tiene que ninguna celda del
camino Γ será cara libre del complejo celular X, lo que implica, por cómo se define V, que
Γ estará contenido en X1 . De manera análoga, si ahora Γ es un V-camino cerrado contenido
en Xi , para algún i ∈ {1, . . . , n − 1}, se tiene que ninguna celda de Γ es cara libre de Xi lo
que implica, por definición del campo vectorial discreto V, que Γ es un V-camino cerrado
contenido en Xi−1 .
De este modo, procediendo por inducción en la sucesión de colapsos elementales, Γ sería
un V-camino cerrado contenido en Xn , lo cual no es posible ya que en Xn todas sus celdas
son críticas de V.
Se ha comprobado como una sucesión de colapsos determina un gradiente de Morse
discreto. En realidad, la relación entre ambos es aún más estrecha. Un gradiente de Morse
discreto V sobre X facilita un procedimiento para reducir, mediante colapsos, el complejo
X. Para ello es necesario no tener en cuenta las celdas críticas de V , es decir, si τ (p+1) es
una celda crítica de V y σ (p) ≺ τ (p+1) es tal que {σ (p) ≺ τ̂ (p+1) } ∈ V para τ̂ 6= τ y, además,
σ no es cara de ninguna otra celda distinta de τ̂ y τ , entonces podemos colapsar mediante
σ de modo que “estiramos” τ .

Veamos este procedimiento con algunos ejemplos en donde se pone de manifiesto la


idea básica de los dos principales teoremas de la teoría de Morse discreta 2.47 y 2.48: los
cambios importantes en el tipo de homotopía tienen lugar en las celdas críticas.
Ejemplo 2.42. 1. Consideremos la función de Morse sobre una descomposición celular
1
de S definida en el ejemplo 2.6.
44 2 Teoría de Morse Discreta

Tenemos que la 0-celda de valor 0 y la 1-celda de valor 2 son celdas críticas, mientras
que las restantes son celdas no críticas que definen un gradiente de Morse discreto
V tal y como se ve en la anterior imagen. Siguiendo el argumento que se acaba de
exponer, podemos “estirar” la 1-celda crítica mediante colapsos determinados por V .

Mediante este proceso, obtenemos la construcción de S1 con una 0-celda a la que le


pegamos una 1-celda, que se corresponde justamente con los índices de las dos celdas
críticas de las que partimos.

2. Consideremos el tetraedro como triangulación de la esfera S2 y el gradiente de Morse


discreto sobre el tetraedro que se muestra a continuación.

Las celdas críticas de este complejo simplicial son el vértice γ, que es una 0-celda, y el
triángulo base, que es una 2-celda. Realizando el procedimiento anterior, obtenemos
una 0-celda con una 2-celda pegada a lo largo de su frontera a esa 0-celda, esto es,
una estructura de CW-complejo de S2 que no es regular.

3. Consideremos el complejo simplicial sobre el 2-toro, formado por siete 0-celdas, vein-
tiuno 1-celdas y catorce 2-celdas, y sea el siguiente gradiente de Morse discreto sobre
el complejo simplicial.
2.4 Colapsos celulares 45

Tenemos cuatro celdas críticas: el vértice {d}, que es una 0-celda, las aristas {b, g}
y {e, f }, que son 1-celdas, y el triángulo {b, c, f }, que es una 2-celda. Siguiendo
el anterior procedimiento, veamos que obtenemos la construcción del toro con una
0-celda, dos 1-celdas y una 2-celda.
46 2 Teoría de Morse Discreta

Por lo que obtenemos la construcción del toro mediante una 0-celda, dos 1-celdas y
una 2-celda.

2.5. Tipo de Homotopía en términos de celdas críticas


En la teoría de Morse clásica, hemos visto cómo los puntos críticos de una función
de Morse sobre una variedad diferenciable contenían la información topológica necesaria
para poder determinar el tipo homotópico de la variedad. De igual modo, en el contexto
discreto, se tendrá que las celdas críticas de una función de Morse discreta definida sobre
un CW-complejo regular determinan por completo el tipo homotópico de dicho complejo
celular. Además, las dimensiones de las celdas críticas desempeñarán el mismo papel que
jugaba el índice de un punto crítico, en el caso diferenciable, a la hora de concretar el tipo
de homotopía del complejo.

Definición 2.43. Sea f una función de Morse discreta sobre X. Para cada valor a ∈ R,
se define el complejo de nivel de f como el siguiente subcomplejo de X:
[ [
X a := γ
σ∈K γσ
f (σ)≤a

siendo K el conjunto de todas las celdas de X.


2.5 Tipo de Homotopía en términos de celdas críticas 47

En caso de ser necesario especificar que el complejo de nivel X a es respecto a la función


f , lo denotaremos por Xfa .
Observación 2.44. Para un CW-complejo X no necesariamente regular se tiene la misma
definición de complejo de nivel. Ahora bien, no siempre ha de conducir a que tal complejo
sea un subcomplejo de X. Para evitar esta situación, es necesario restringirse a ciertas
funciones de Morse discretas y, para ello, se exige que el CW-complejo X y una función
de Morse discreta sobre él verifiquen unas condiciones denominadas Hipótesis de Morse
Discretas, las cuales pueden verse en Forman [8].
Notemos que el subcomplejo X a de X está generado por aquellas celdas σ de X tales que
f (σ) ≤ a. Sin embargo, no necesariamente todas las celdas contenidas en este subcomplejo
tienen que tener valor menor o igual que a, ya que si σ (p) es tal que f (σ) ≤ a, al ser f un
función de Morse discreta, puede que exista γ (p−1) ≺ σ con f (γ) ≥ f (σ) y esta celda γ,
necesariamente, tiene que estar en X a .
El lema 2.17 nos permite dar una descripción más sencilla de los complejos de nivel.
Una celda σ (p) con f (σ) > a estará en X a si existe una celda τ  σ tal que f (τ ) ≤ a. En
realidad, basta con mirar aquellas celdas τ de dimensión p + 1 para las cuales σ sea una
de sus caras.

Proposición 2.45. Sea a ∈ R. Se tiene que σ (p) es una celda de X a si, y solo si, f (σ) ≤ a
o existe una celda τ (p+1)  σ tal que f (τ ) ≤ a.

Demostración. Por definición del conjunto de nivel X a , si σ (p) es una de sus celdas, entonces
o bien f (σ) ≤ a o bien ∃ τ  σ tal que f (τ ) ≤ a. En este último caso, por el lema 2.17,
existirá una celda τ̂ (p+1) tal que σ ≺ τ̂  τ con f (τ̂ ) ≤ f (τ ) ≤ a.
Recíprocamente, si σ (p) es una celda tal que f (σ) ≤ a, entonces σ está en X a . En caso
contrario, si f (σ) > a y, además, ∃ τ (p+1)  σ con f (τ ) ≤ a, entonces τ es celda de X a y,
por tanto, σ también.

Procedemos a exponer los dos principales resultados de la teoría de Morse discreta.


Para ello, fijados a < b números reales, necesitaremos comparar los complejos de nivel X a
y X b de una función de Morse discreta f . Esta comparación se llevará a cabo analizando los
valores de las celdas que hay en f −1 (a, b], por lo que sería de gran utilidad poder suponer
que la función f es inyectiva.
El aspecto combinatorial de una función de Morse discreta f sobre X permite modificar
la propia función obteniendo una función de Morse discreta e inyectiva g, sobre el mismo
complejo celular X, con las mismas celdas críticas y, además, fijados a < b números reales,
con Xfa = Xga y Xfb = Xgb . A continuación mostramos un procedimiento para obtener tal
función g.
Primero, modificamos f en la celda σ (p) de X de la siguiente forma. Si σ es una celda
crítica de f tomamos fˆ(σ) = f (σ), en caso contrario tenemos una de las dos siguientes
condiciones:
48 2 Teoría de Morse Discreta

1. ∃ τ̂ (p+1)  σ tal que f (τ̂ ) ≤ f (σ) .

2. ∃ γ̂ (p−1) ≺ σ tal que f (γ̂) ≥ f (σ) .

Supongamos que se verifica 1.

Si f (τ̂ ) < f (σ), tomamos fˆ(σ) = f (σ).

Si f (τ̂ ) = f (σ), tomamos 0 < ε < mı́n{|f (τ ) − f (σ)| | τ (p+1)  σ y τ 6= τ̂ } y


definimos fˆ(σ) = f (σ) + ε.

De este modo, f (τ ) > fˆ(σ) para cada τ (p+1)  σ con τ 6= τ̂ . Por lo que fˆ es una función
de Morse con las mismas celdas críticas que f y f (γ) 6= fˆ(σ) 6= f (τ ) para toda γ (p−1) ≺ σ
y toda τ (p+1)  σ. Además, fijado c ∈ R se tiene que Xfc = Xfcˆ . En efecto, si c < f (σ), la
igualdad está clara ya que f (σ) < fˆ(σ) y f (ω) = fˆ(ω) para cada celda ω 6= σ. Si c ≥ f (σ),
se tiene que σ está en el complejo de nivel Xfc y, dado que fˆ ≥ f ⇒ Xfcˆ ⊂ Xfc , basta
comprobar que σ también está en el complejo X c , lo cual es cierto ya que fˆ(τ̂ ) = f (τ̂ ) ≤

f (σ) ≤ c .
Supongamos que se verifica 2.

Si f (γ̂) > f (σ), tomamos fˆ(σ) = f (σ).

Si f (γ̂) = f (σ), tomamos 0 < ε < mı́n{|f (γ) − f (σ)| | γ (p−1) ≺ σ y γ 6= γ̂} y
definimos fˆ(σ) = f (σ) − ε.

Así, f (γ) < fˆ(σ) para cada σ (p−1) ≺ σ con γ 6= γ̂ . Por lo que fˆ es una función de Morse
con las mismas celdas críticas que f y f (γ) 6= fˆ(σ) 6= f (τ ) para toda γ (p−1) ≺ σ y toda
τ (p+1)  σ. Además, fijado c ∈ R se tiene que Xfc = Xfcˆ . En efecto, si c ≥ f (σ) está clara
la igualdad ya que fˆ(σ) < f (σ) ≤ c y para cada celda ω 6= σ se tiene que fˆ(ω) = f (ω). Si
c < f (σ), dado que f (τ ) > f (σ) > c para toda τ (p+1)  σ, la celda σ no está en el complejo
de nivel Xfc . Como f ≥ fˆ, Xfc ⊂ Xfcˆ y, por tanto, basta comprobar que σ tampoco está en
X c , lo cual es cierto ya que para cada τ (p+1)  σ se tiene que fˆ(τ ) = f (τ ) > f (σ) > c .

Haciendo este proceso para cada celda σ de X, obtenemos fˆ una función de Morse
discreta con los mismos puntos críticos que f tal que Xfc = Xfcˆ para cada c ∈ R y,
además, fijada σ (p) se verifica que fˆ(γ) 6= fˆ(σ) 6= fˆ(τ ) para toda γ (p−1) ≺ σ ≺ τ (p+1) .
No obstante, esto no significa que fˆ sea inyectiva. Para ello, realizamos los siguientes
cambios sobre fˆ en la celda σ (p) . Tomamos ε1 = mı́n{|fˆ(τ ) − fˆ(σ)| | τ (p+1)  σ} y
ε2 = mı́n{|fˆ(γ) − fˆ(σ)| | γ (p−1) ≺ σ}. Sea ε = mı́n{ε1 , ε2 } y consideremos 0 ≤ δ < ε
de modo que si definimos g(σ) = fˆ(σ) ± δ tenemos que g(σ) es distinto de todos los otros
valores de fˆ. Está claro que g es una función de Morse discreta sobre X con los mismos
puntos críticos que fˆ. Además, determinando el signo de δ de forma adecuada, obtenemos
que, para a < b números reales fijos, Xga = Xfaˆ y Xgb = Xfbˆ . Para ello, si fˆ(σ) ≤ a definimos
2.5 Tipo de Homotopía en términos de celdas críticas 49

g(σ) = fˆ(σ) − δ, si a < fˆ(σ) ≤ b tomamos 0 < δ1 ≤ δ tal que g(σ) = fˆ(σ) − δ1 > a y si
b < fˆ(σ) definimos g(σ) = fˆ(σ) + δ .
En conclusión, una vez realizado esto para cada celda de X, obtenemos el siguiente
resultado.

Lema 2.46. Dada una función de Morse discreta f sobre X, para a < b números reales
fijos existe g una función de Morse discreta sobre X e inyectiva con las mismas celdas
críticas que f y, además, Xga = Xfa y Xgb = Xfb .

Tal y como sucede en la teoría de Morse diferenciable, los cambios en el tipo de ho-
motopía de los complejos de nivel tienen lugar una vez se alcanza una celda crítica. Estos
cambios quedan reflejados con los teoremas 2.47 y 2.48, análogos a los resultados 1.25 y
1.28, aunque, al trabajar desde una perspectiva combinatoria, presentan la ventaja de que
sus demostraciones son más simples.

Teorema 2.47. Sea f una función de Morse discreta sobre X. Si a < b son números reales
tales que f −1 (a, b] no contiene ninguna celda crítica, entonces:

Xb & Xa .

Demostración. El lema 2.46 nos permite suponer que f es inyectiva. Supongamos, ade-
más, que hay una única celda σ (p) tal que f (σ) ∈ (a, b]. De no ser así, el hecho de ser f
inyectiva nos garantiza la existencia de una partición de (a, b] de tal modo que para cada
subintervalo únicamente hay una celda cuyo valor está contenido en el mismo, por lo que,
con el argumento seguido a continuación, tendríamos una sucesión de colapsos elementales
de forma que X b & X a .
Dado que σ (p) es la única celda tal que f (σ) ∈ (a, b], se tiene:
[ 
b a
X =X ∪ γ .
γσ

Para determinar cómo es exactamente X b en función de X a , analicemos cuales de las


celdas γ  σ están en X a . Por el lema 2.12, dado que f es inyectiva se tiene una de las dos
siguientes afirmaciones:

1. ∃ τ̂ (p+1)  σ tal que f (τ̂ ) < f (σ) .

2. ∃ γ̂ (p−1) ≺ σ tal que f (γ̂) > f (σ) .

/ f −1 (a, b], se tiene que τ̂ está en el


Si se verifica 1, dado que f (τ̂ ) < f (σ) ≤ b y τ̂ ∈
complejo de nivel X a y, por tanto, σ también lo está. Entonces, X b = X a lo que concluiría
la demostración.
Si se verifica 2, para cada τ (p+1)  σ se tiene que f (τ ) > f (σ) > a, por tanto, por la
proposición 2.45, σ no está en el complejo X a . Por otra parte, para cada γ (p−1) ≺ σ con
50 2 Teoría de Morse Discreta

γ 6= γ̂ se tiene que f (γ) < f (σ) y, dado que f −1 (a, b] = {σ}, f (γ) ≤ a . Esto implica que
toda ν ≺ σ con ν 6= γ̂ está en el complejo de nivel X a . Por último, veamos que γ̂ no está
contenida en X a . En efecto, f (γ̂) > f (σ) > a y, además, para cada σ̂ (p)  γ̂ con σ̂ 6= σ,
se tiene que f (σ̂) > f (γ̂) > a , por lo que la proposición 2.45 nos garantiza que γ̂ no está
contenida en X a .
Con todo ello,
X b = X a ∪ σ ∪ γ̂ .
Además, γ̂ ≺ σ es cara libre de X b . De no ser así, γ̂ sería cara de otra celda ω contenida
en X b y, como ω 6= σ, ω estaría contenida en X a en contradicción con que γ̂ ≺ ω no esté
contenida en X a . En conclusión,

X b = X a ∪ σ ∪ γ̂ & X a .

Teorema 2.48. Sea f una función de Morse discreta sobre X y σ (p) una celda crítica de
f tal que f (σ) ∈ (a, b] para a < b números reales de modo que f −1 (a, b] no contiene más
celdas críticas que σ. Entonces, el complejo de nivel X b tiene el mismo tipo de homotopía
que X a con una p-celda ep pegada a lo largo de su frontera.
Demostración. Por el lema 2.46, podemos suponer que f es inyectiva y, por tanto, tomar
a ≤ â < b̂ ≤ b tal que f −1 (â, b̂] únicamente conste de la celda σ (p) . Como en f −1 (a, b] no
hay más celdas críticas que σ, el teorema 2.47 nos garantiza que X a ' X â y X b̂ ' X b ,
siendo ' la relación “tener el mismo tipo de homotopía”. Falta comprobar que X b̂ es
homotópicamente equivalente a X â . Tenemos que σ es la única celda en f −1 (â, b̂], así
[ 
b̂ â
X =X ∪ γ .
γσ

Dado que σ es celda crítica, para cada γ (p−1) ≺ σ se tiene que f (γ) < f (σ) ≤ b̂, por lo
que f (γ) ≤ â, lo que nos asegura de que cualquier ν ≺ σ está en el complejo de nivel X â .
Luego ∂σ está contenido en X â . Por otra parte, como f (σ) > â y para cada τ (p+1)  σ se
tiene que f (τ ) > f (σ), entonces σ no está contenida en X â .
En conclusión,
X b̂ = X â ∪∂σ σ
y, por tanto, al ser σ (p) homeomorfa a una p-celda ep , X b̂ y X â ∪∂ep ep tienen el mismo tipo
de homotopía.
Como consecuencia directa de estos dos teoremas, se tiene el siguiente resultado central
de la teoría de Morse discreta.
Teorema 2.49. Sea f una función de Morse discreta sobre X. Entonces, X tiene el mismo
tipo de homotopía que un CW-complejo que consta de una λ-celda por cada celda crítica
de f de dimensión λ.
2.6 Cancelación de celdas críticas 51

Este teorema proporciona las desigualdades de Morse débiles teniendo en cuenta que dos
espacios con el mismo tipo de homotopía tienen homologías isomorfas y que para cualquier
complejo celular X, si denotamos por cp el número de p-celdas de X, entonces cp ≥ βp .
Corolario 2.50. Sean f una función de Morse discreta sobre X y mp el número de p-celdas
críticas de f . Entonces, para cada p se tiene que

mp ≥ βp .

Además,
dim
XX
X (X) = (−1)k mk .
k=0

2.6. Cancelación de celdas críticas


Uno de los principales problemas en la teoría de Morse, tanto en el caso diferenciable
como en el discreto, es determinar la posibilidad de poder encontrar una función de Morse
sobre un espacio dado con la menor cantidad de puntos críticos. En la teoría de Morse
clásica se ha visto como dos puntos críticos p y q, con índices consecutivos de una función
de Morse f sobre M una variedad diferenciable y compacta, se pueden anular si se tiene
un gradiente como campo vectorial sobre M de tal forma que esos dos puntos críticos estén
conectados por medio de una única curva integral. En estas condiciones, el teorema 1.38
nos aseguraba la posibilidad de perturbar la función f obteniendo otra función de Morse
sobre M con los mismos puntos críticos a excepción de p y q. Este resultado también se
tiene en la teoría de Morse discreta. No obstante, el sentido que tenía perturbar una función
de Morse diferenciable, ahora, en el caso discreto, ya no se tiene debido a que pequeñas
perturbaciones en los valores de las celdas pueden no afectar al criterio de ser celda crítica.
Por ello, las perturbaciones no se harán sobre la función de Morse discreta, sino sobre el
gradiente de Morse discreto.
Teorema 2.51. Sea V un gradiente de Morse discreto sobre X. Si σ (p) 6≺ τ (p+1) son
dos celdas críticas de V tales que existe un único V -camino de τ a σ, entonces existe otro
gradiente de Morse discreto W sobre X con las mismas celdas críticas que V exceptuando a
σ y τ , que ya no lo son para W . Además, los campos vectoriales discretos V y W coinciden
excepto a lo largo de ese único V -camino de τ a σ.
Demostración. Sea Γ el único V -camino de τ (p+1) a σ (p) , esto es, existe una única celda
(p)
σ0 ≺ τ tal que Γ es el camino
(p) (p+1) (p) (p)
σ0 , τ0 , σ1 , . . . , τr(p+1) , σr+1 = σ.

Definimos W del siguiente modo:


Si ν y η son celdas de dimensión consecutiva que no son partícipes en el camino Γ y
tal que {ν ≺ η} ∈ V , entonces {ν ≺ η} ∈ W .
52 2 Teoría de Morse Discreta

{σi ≺ τi−1 } ∈ W para todo i ∈ {1, . . . , r + 1}.

{σ0 ≺ τ } ∈ W .

Está claro que W es un campo vectorial discreto que coincide con V excepto a lo largo
del camino Γ. Además, dado que {σ ≺ τr } y {σ0 ≺ τ } son pares de celdas de W , W tiene
las mismas celdas críticas que V a excepción de σ y τ . Falta comprobar que W es un
gradiente de Morse discreto. Para ello, veamos que W no contiene caminos cerrados. Dado
que ningún V -camino es cerrado, si W tuviese uno que sí lo fuese, éste debería de contener
una p-celda que estuviese en el camino Γ y otra p-celda que no estuviese en Γ. Por tanto,
un W -camino cerrado debe contener un segmento de la siguiente forma:
(p) (p+1) (p) (p+1)
ν0 = σi , η0 , ν1 , . . . , ηs−1 , νs(p) = σj

para algún i ∈ {0, 1, . . . , r + 1} e i ≤ j ≤ r + 1, con s ≥ 1 y, además, para cada k ∈


{1, . . . , s − 1} se tiene que νk y ηk no son celdas partícipes del camino Γ. En particular,
tenemos que el segmento, que denotaremos por Ω, dado por
(p) (p+1)
ν1 , . . . , ηs−1 , νs(p) = σj

es un V -camino. Veamos que Ω también es un segmento de un V -camino de τ a σ distinto


(p)
de Γ. Si i = 0, dado que {σ0 ≺ η0 } ∈ W , se tiene que η0 = τ y, por tanto, ν1 ≺ τ (p+1) .
Luego,
ν1 , η1 , . . . , ηs−1 , νs = σj , τj , . . . , τr = σ
es un V -camino de τ a σ distinto de Γ, lo que contradice la unicidad del V -camino Γ. Si
i 6= 0, resulta que η0 = τi−1  ν1 y ν1 6= σi−1 , por lo que si añadimos el segmento Ω al
camino Γ, obtenemos el siguiente V -camino

σ0 , τ0 , σ1 , . . . , σi−1 , τi−1 = η0 , ν1 , η1 , . . . , σj , τj , . . . σr = σ

lo que contradice que Γ sea el único V -camino de τ a σ.

En esencia, la relación que hay entre los gradientes de Morse discretos V y W es la


de ser el mismo campo vectorial fuera del único V -camino Γ de τ a σ, mientras que las
flechas de V partícipes en el V -camino Γ se voltean para conseguir W . Se puede observar
este procedimiento en el siguiente ejemplo.

Ejemplo 2.52. Consideremos el siguiente gradiente de Morse discreto V siendo τ , σ1 , σ2 , γ1 ,


y γ2 sus celdas críticas.
2.6 Cancelación de celdas críticas 53

Dado que se tiene un único V -camino de τ a σ1 , se pueden cancelar estas dos celdas
críticas mediante el siguiente gradiente de Morse discreto W1 .

Tenemos que el campo vectorial W1 tiene como celdas críticas a σ2 , γ1 y γ2 . Además,


existe un único camino de σ2 a γ2 , por lo que este par de celdas también se puede cancelar
mediante el siguiente gradiente de Morse discreto W2 , quedando únicamente una celda
crítica.

Notemos que este procedimiento también se podría hacer cancelando el par de celdas
σ1 y γ2 y el par σ2 y γ1 , obteniendo, así, un gradiente de Morse discreto con su única celda
crítica τ .

El hecho de que la única condición exigida en el teorema 2.51 sea la existencia de un


único camino que conecte dos celdas críticas de dimensiones consecutivas, podría llevarnos
a pensar que es sencillo establecer una función de Morse discreta con la mínima cantidad
de celdas críticas posible. Sin embargo, detectar los caminos existentes entre celdas críticas
resulta ser un problema difícil, como muestran Joswig y Pfetsch [11].
Al proceso de pasar del gradiente de Morse discreto V al W y, con ello, cancelar un
par de celdas críticas τ (p+1) y σ (p) , se denomina “muerte” de las celdas τ y σ. Así mismo,
se tiene la noción análoga de “nacimiento” de un par de celdas críticas.

Teorema 2.53. Sea V un gradiente de Morse discreto sobre X. Supongamos que σ (p) y
τ (p+) son celdas no críticas de V tales que existe un único V -camino Γ de la siguiente
forma
(p) (p+1) (p) (p)
σ = σ0 , τ0 , σ1 , . . . , τs(p+1) = τ , σs+1 .
Entonces, existe un gradiente de Morse discreto W sobre X tal que coincide con V excepto
a lo largo del V -camino Γ y, además, las celdas críticas de W son las de V junto con σ y
τ.

Demostración. En las condiciones del teorema, definimos el campo vectorial discreto W


del siguiente modo:
54 2 Teoría de Morse Discreta

Si ν y η son celdas de dimensión consecutiva que no son partícipes en el camino Γ y


tal que {ν ≺ η} ∈ V , entonces {ν ≺ η} ∈ W .

{σi ≺ τi−1 } ∈ W para todo i ∈ {1, . . . , s}.

De este modo, W y V coinciden fuera del camino Γ y las celdas σ y τ no forman parte
de ningún par de celdas de W , por lo que son críticas para W . La comprobación de que
W no posee W -caminos cerrados sigue el mismo procedimiento que en el teorema anterior
2.51.
Observación 2.54. Así como en el teorema 2.51 es necesario exigir que la celda crítica σ (p)
no sea cara de la celda crítica τ (p+1) , ya que de ser así el gradiente de Morse discreto W
construido en la demostración tendría un camino cerrado pasando por σ y τ , en este último
teorema 2.53 resulta que esta condición no es necesaria exigirla. De hecho, el ejemplo más
sencillo en las condiciones de éste teorema 2.53 es cuando σ (p) ≺ τ (p+1) , ya que bastaría
con eliminar el vector que va de σ a τ para convertirlas en celdas críticas.
Usando la idea de voltear las flechas de un gradiente de Morse discreto V , podemos
mover una celda crítica de V a otra celda que no lo es del siguiente modo. Si τ (p+1) es una
celda crítica de V tal que para alguna celda σ (p) se tiene un único V -camino de τ a σ y
además {ν ≺ σ} o {σ ≺ ν} está en V , para alguna celda ν, entonces, volteando V a lo
largo de ese único camino tal y como hicimos en la demostración 2.51 , obtenemos que τ y
σ son celdas no críticas, mientras que ν sí lo es. La siguiente imagen muestra un ejemplo
de este procedimiento.
Capítulo 3

Epílogo

3.1. De la teoría de Morse clásica a la discreta


La perspectiva combinatorial de la teoría de Morse discreta, presenta la ventaja de
trabajar con objetos cuya estructura se describe de una manera más simple que en la
teoría de Morse clásica. Además, la discretización nos permite adaptar los resultados de la
versión diferenciable al ámbito computacional, que simplifica la obtención de información
de la topología del espacio en el que se trabaja. Dicho esto, resulta natural preguntarse
si dada una función de Morse f sobre una variedad diferenciable y compacta M , existe
una función de Morse discreta sobre una descomposición celular de M de tal modo que
conserve el comportamiento de f , ya que esto implicaría que el proceso de obtención de
información sobre la variedad M se simplificase. La respuesta es afirmativa, como muestra
el siguiente resultado proporcionado por Gallais [9].
Teorema 3.1. Sea f : M −→ R una función de Morse sobre M una variedad diferenciable
y compacta. Entonces, existe una C 1 -triangulación de M y un gradiente de Morse discreto
W sobre la triangulación tal que se tiene una correspondencia biunívoca entre las celdas
críticas de W y los puntos críticos de f .
Para tener una idea de la relación que existe entre la teoría de Morse clásica y la
discreta, pensemos el siguiente ejemplo.
Ejemplo 3.2. Hemos visto, en 1.4.1, que la función altura f : S2 −→ R sobre la 2-esfera
es una función de Morse con exactamente dos puntos críticos: N y S, que son el polo
norte y sur, respectivamente. Consideremos X la siguiente CW-descomposición regular de
la 2-esfera que consta de dos 0-celdas e01 y e02 , dos 1-celdas e11 y e12 , y dos 2-celdas e21 y e22 .

55
56 3 Epílogo

Construyamos una función de Morse discreta F sobre X que refleje el mismo compor-
tamiento que f . Para ello, necesitaremos que F únicamente tenga 2 celdas críticas. Dado
que F debe alcanzar el mínimo sobre alguna 0-celda crítica, tomemos

F e01 = 0


y seleccionemos los valores de sus 1-celdas adyacentes estrictamente mayores que 0 para
que e01 sea crítica. Tomemos, por ejemplo,

F e11 = 1 y F e12 = 2.
 

A continuación, para que la 0-celda e02 no sea crítica, tomamos

F e02 = 1.


Nos falta dar valores a las 2-celdas, de las cuales


 queremos
 que solamente una sea crítica.
Además, dado que la 1-celda e11 verifica F e11 = F e02 , para que F sea una función de
2 1 2 1
 necesitamos que F e1 > F e1 = 1 y F e2 > F e1 = 1.1 Por otra
Morse discreta,
1
parte, F e2 = 2 es estrictamente mayor que el valor de las dos 0-caras de e2 , y como
únicamente buscamos que haya dos celdas críticas, tomemos

F e21 = 2 > 1 y F e22 = 3 > 2.


 

En conclusión, tenemos la siguiente función de Morse discreta sobre X.

F tiene exactamente dos celdas críticas: una 0-celda y una 2-celdas. Además, una vez
obtenida la 2-esfera mediante el pegado de estas 6 celdas, podemos pensar que las dos
celdas críticas se corresponden con los puntos críticos de la función de Morse altura f
del siguiente modo: la 0-celda crítica e01 es el polo sur de la esfera, S, y la 2-celda crítica
contiene en su interior el polo norte de S2 , N.
3.1 De la teoría de Morse clásica a la discreta 57

Esta misma comparación se puede hacer sobre una triangulación de la esfera S2 .


Ejemplo 3.3. De nuevo, consideremos f : S2 −→ R la función altura con sus puntos
críticos N y S. Buscamos una función de Morse discreta F sobre una triangulación de S2
con exactamente dos celdas críticas. Al estar la función F defina sobre un triangulación sin
borde, por los resultados 2.14 y 2.15, tenemos que tanto el mínimo como el máximo de F
se alcanzarán en 0-celdas críticas y en 2-celdas críticas, respectivamente. Por tanto, para
tener una correspondencia biunívoca con los puntos críticos de f , N y S, necesitamos que
F únicamente tenga a un vértice y a un triángulo como celdas críticas en la triangulación.
Además, para una mayor correspondencia entre los puntos críticos de f y las celdas críticas
de F , dado que N tiene índice 0, tomemos la triangulación de modo que el vértice crítico
de F se corresponda con N , y dado que el punto crítico S tiene índice 2, consideremos un
triángulo crítico de F de tal modo que contenga en su interior a S.
Teniendo en cuenta todo ello, consideramos la siguiente triangulación de la esfera S2 :
n
T = {a}, {b}, {c}, {d}, {a, b}, {a, c}, {a, d}, {b, c}, {b, d}, {c, d},
o
{a, b, c}, {a, b, d}, {a, c, d}, {b, c, d}
donde el punto S se corresponde con el vértice {a} y el punto N está en el interior del
triángulo {b, c, d}, tal y como puede verse en la siguiente imagen.

Partimos de la función de Morse discreta que asigna a cada celda su dimensión. Modifi-
quémosla de tal modo que {a} y {b, c, d} sean las únicas celdas críticas de la triangulación.
Dado que el mínimo de F tiene que ir en el vértice {a}, tomamos
   
F {a} = 0 y F {a, b} = F {a, c} = F {a, d} = 1.

Los vértices {b} y {c} tienen que ser no críticos, luego tomamos
 
F {b} = F {c} = 1
 
y, como F {a, b} = F {a, c} = 1, las aristas restantes que conectan con {b} y {c} deben
de tener su valor estrictamente mayor que 1. Por tanto, tomamos
  
F {b, c} = F {b, d} = F {c, d} = 2.
58 3 Epílogo
 
Así, como
 las aristas que conectan con {d}, sus valores son F {a, d} = 1 y F {b, d} =
F {c, d} = 2, basta tomar

F {d} = 1

para que sea celda no crítica.

Resumiendo, tenemos F definida en los vértices y aristas del siguiente modo:

Falta definir F sobre los triángulos de forma que {b, c, d} sea el único triángulo crítico.
Dado que cada uno de los triángulos {a, b, c}, {a, b, d} y {a, c, d} tiene sus tres aristas con
valores 1, 1 y 2, basta tomar
  
F {a, b, c} = F {a, b, d} = F {a, c, d} = 2

para que F sea discreta y cada uno de estos tres triángulos sea no crítico.
  
Finalmente, como F {b, c} = F {b, d} = F {c, d} = 2, basta tomar

F {b, c, d} = 3

para que este triángulo sea crítico.

No obstante, en general, definir una función de Morse discreta directamente sobre un


CW-complejo regular X, que además conste de un número relativamente pequeño de celdas
críticas no es una tarea sencilla. Hemos visto, con el teorema 2.28, que se puede evitar este
proceso si definimos un gradiente de Morse discreto sobre el complejo celular ya que éste
determina una función de Morse discreta sobre X. Es más, el teorema 2.35 nos permite
obtener un gradiente de Morse discreto para X trabajando sobre el diagrama de Hasse de
X. Hagamos esto sobre el anterior ejemplo 3.3.

Ejemplo 3.4. Tomemos la anterior triangulación T y consideremos H el diagrama de


Hasse de T .
3.1 De la teoría de Morse clásica a la discreta 59

Observemos que este diagrama de Hasse es el asociado a la función de Morse discreta


que asigna a cada celda su dimensión, de la cual partimos en el anterior ejemplo 3.3 para
construir la función de Morse discreta que buscábamos. De igual modo, modifiquemos este
diagrama de Hasse H de tal forma que obtengamos un nuevo diagrama de Hasse acíclico
donde las aristas que hemos modificado en H nos den un gradiente de Morse discreto
V . Además, como buscamos que V tenga exactamente dos celdas críticas {a} y {b, c, d},
necesitamos que las aristas en color rojo de la imagen no sean modificadas.

En conclusión, buscamos que se verifique lo siguiente:

1. Todo vértice de T distinto de {a} expulsa una flecha.

2. Toda arista de T o bien recibe una flecha por debajo o bien expulsa una flecha hacia
arriba.

3. Todo triángulo de T distinto de {b, c, d} recibe una flecha.

Por tanto, tendremos tres aristas donde cada una de ellas expulsará una flecha hacia
un triángulo y otras tres, distintas de las anteriores, que recibirán una flecha de un vértice.
Teniendo en cuenta que además se deben de cumplir las condiciones 1 y 2, las tres aristas
que expulsan una flecha hacia los triángulos no pueden ser las tres aristas de un mismo
vértice distinto de {a}. En efecto, de ser así, ese vértice no podría expulsar ninguna flecha
ya que, en este caso, habría una arista de tal vértice que recibiría una flecha por debajo y
expulsaría una flecha hacia arriba, incumpliendo la condición 2.

En conclusión, tomamos las aristas {a, b}, {a, c} y {a, d}, que son las tres aristas del
vértice {a}, y expulsemos una flecha hacia arriba que parta de cada una de estas aristas y
de tal modo que se verifique la condición 3. Por ejemplo:
60 3 Epílogo

Finalmente, volteamos una flecha por cada vértice, de modo que cada uno de ellos
expulse una flecha hacia una de las aristas que quedan, que son {b, c}, {b, d} y {c, d}, y de
forma que cada una de estas tres aristas reciba una única flecha por debajo. Por ejemplo,
consideremos la siguiente situación:

En conclusión, hemos construido W un gradiente de Morse discreto formado por el par


de celdas n o n o n o
{b} ≺ {b, c} , {c} ≺ {c, d} , {d} ≺ {b, d} ,
n o n o n o
{a, b} ≺ {a, b, c} , {a, c} ≺ {a, c, d} y {a, d} ≺ {a, b, d} .

Además, las únicas celdas que no forman parte de ningún par son las celdas {a} y
{b, c, d} que, por tanto, son críticas para W .
3.2 Aplicaciones 61

3.2. Aplicaciones
La teoría de Morse discreta proporciona un método para obtener descripciones sencillas
de los espacios topológicos. Esto conlleva a que sus aplicaciones abarquen desde proble-
mas del mundo real, como reconocimiento de formas, hasta estudios teóricos de espacios
topológicos que codifican importantes invariantes en el álgebra, geometría y topología. Se
presentan, a continuación, algunas aplicaciones entre las diversas que tiene esta teoría.

Mapper
El Análisis de Datos Topológicos (TDA) es un área de matemáticas aplicadas que
actualmente recibe todo tipo de atención en el mundo de la analítica. El principal repre-
sentante comercial de TDA, hoy en día, es la empresa norteamericana Ayasdi, gracias a la
creación del primer programa de software que aplica el Análisis de Datos Topológicos a los
problemas del mundo real: Mapper.
En muchas situaciones los datos procedentes de aplicaciones reales son masivos y no es
posible visualizar y distinguir su estructura. El programa Mapper, cuya descripción puede
verse en Singh et al. [22], cuenta con un paquete en el programa R que, mediante el uso de
la teoría de Morse discreta, proporciona un nuevo método para el análisis cualitativo, de
simplificación y visualización de conjuntos de datos de alta dimensión. La idea es reducir
esta cantidad de datos agrupándolos por su similitud en los llamados “cluster”, de tal forma
que se obtiene un complejo simplicial cuyos vértices se corresponden con los clusters y las
demás celdas del complejo representan las relaciones existentes entre los mismos. Esta
agrupación se realiza por medio de una función real sobre el conjunto de datos reflejando
las propiedades de los datos que se están estudiando, de modo que se obtiene información
sobre las propiedades cualitativas del conjunto y, tomando la idea de conjunto de nivel de
aplicaciones de Morse discretas, se determina la interacción entre tales propiedades.

Evasividad
Esta teoría también se emplea para limitar la complejidad de los algoritmos que deter-
minan si un grafo posee ciertas propiedades, por ejemplo, si es conexo. Esto se lleva a cabo
mediante la llamada evasividad, aplicación que desarrolló Forman en [7].
Imaginemos el siguiente juego entre dos jugadores. Para un complejo simplicial X de
dimensión n e Y un subcomplejo de X, se tiene que el jugador 1 conoce toda la información
de X mientras que el jugador 2 únicamente conoce el subcomplejo Y y los vértices de X.
Dado un símplice σ ∈ X elegido por el jugador 1, el juego consiste en que el jugador 2
mediante la pregunta “¿es el vértice ν cara de σ?” adivine si σ ∈ Y , pudiendo tener en
cuenta las respuestas anteriores. De este modo, el jugador 2 gana si antes de llegar a las
n + 1 preguntas puede determinar si σ ∈ Y .
En la anterior situación, se definen los siguientes conceptos.
62 3 Epílogo

Definición 3.5. Si no existe una estrategia ganadora se dice que el subcomplejo Y es


evasivo. En este caso existirá un símplice σ ∈ X para el cual se necesiten n + 1 preguntas,
siendo éste conocido como evasor.
Además, los símplices evasores tienen lugar en pares. En efecto si σ ∈ X es un evasor,
una vez realizada la n + 1 pregunta se tiene que o bien ν es cara de σ o bien ν no es cara
de σ. En el primer caso, si tomamos el símplice γ con todos los vértices de σ menos ν,
resulta que γ también es evasivo, obteniendo el par {γ ≺ σ}. En el segundo caso, tomando
τ el símplice que tiene todos los vértices de σ junto con ν, se obtiene el par {σ ≺ τ }. De
este modo, se obtiene un gradiente de Morse discreto, como se muestra en Forman [7], que
permite comprobar que si Y es no evasivo, entonces Y tiene el mismo tipo de homotopía
que un punto.
Este paradigma de la evasividad se puede aplicar a problemas en la teoría de grafos.
Si consideramos Gn el conjunto de grafos no conexos de n vértices, la conjetura atribuida
a Karp sugiere que esta propiedad de los grafos es evasiva, es decir, cualquier algoritmo
para determinar si el grafo es conexo podría necesitar comprobar cada par de vértices
antes de dar una respuesta. Éste resultado tiene implicaciones en la vida real. Por ejemplo,
si se intenta determinar inmediatamente después de un desastre natural si el sistema de
comunicaciones sigue todavía conectado, no se puede garantizar esto sin comprobar que
cada componente, de manera individual, está conectada a las restantes.

Imágenes digitales
La esqueletización y partición de una imagen digital permite recopilar la información
esencial para su análisis. Intuitivamente, el esqueleto de una figura es un objeto de baja
dimensión que mantiene las propiedades geométricas y topológicas de la figura y describe
cómo están conectadas las regiones en las que se divide una imagen mediante una partición.
Este enfoque puede verse en Delgado Friedrichs et al. [5] que a partir de la teoría de Morse
discreta obtiene una sencilla representación de la imagen mediante un esqueleto. Para ello
se apoyan en una función de Morse discreta en donde cada región de la imagen tiene el valor
de su intensidad en escala de grises. El análisis de esta función, que se realiza mediante el
algoritmo descrito en Robins et al. [21] y donde se utiliza su campo vectorial gradiente,
permite quedarnos con la información relevante de la imagen eliminando los efectos del
ruido, vía la cancelación de celdas críticas. Esto conlleva a que, por ejemplo, se pueda
determinar la información importante sobre la estructura de un espacio de un material
poroso en el que se pretende incorporar en futuros modelo de desplazamiento de fluidos en
estas geometrías.
A continuación, exponemos brevemente un ejemplo del estudio de imágenes digitales:
secuencias de imágenes meteorológicas cuyo análisis permite obtener predicciones de fe-
nómenos meteorológicos. En particular, estudiaremos la intensidad de precipitación. Para
ello, necesitaremos un esqueleto y una función de Morse discreta definida sobre este esque-
leto de la imagen que nos permitirá analizar la evolución de sus celdas críticas así como la
conexión que hay entre ellas mediante los caminos del campo vectorial gradiente.
3.2 Aplicaciones 63

Tal y como muestra Kovalevsky [13], el mejor modelo topológico para analizar imágenes
es un complejo celular cúbico. Por tanto, pensemos en una cuadrícula en un espacio eucli-
diano, que nos proporciona una descomposición del espacio en celdas cúbicas obteniendo
un complejo celular cúbico X. De este modo, tenemos las siguientes relaciones:
Un vértice ν de X se corresponde con un píxel de la imagen.
Una arista σ de X cuyos vértices son ν0 y ν1 se corresponde con la arista que com-
parten los dos píxeles asociados a ν0 y ν1 .
Un cuadrado τ de X cuyos vértices son ν0 , ν1 , ν2 y ν3 se corresponde con el punto
de intersección de los cuatro píxeles asociados a ν0 , ν1 , ν2 y ν3 .
Podemos ver esta interpretación en la siguiente imagen, en donde a la izquierda se
muestran 9 píxeles de una imagen enumerados del 1 al 9, mientras que a la derecha se
muestra su complejo celular cúbico asociado.

Para poder analizar este complejo mediante la teoría de Morse discreta, necesitamos
especificar una función función de Morse discreta definida sobre él. En este caso, conside-
ramos una función f que asigna a cada píxel de la imagen su intensidad de precipitación,
esto es, tenemos f definida sobre los vértices del complejo. Extendemos la función f a los
demás elementos de X de la siguiente forma. Para una arista σ de X cuyos vértices son
ν0 y ν1 , tomamos f (σ) como la media aritmética de los valores de ν0 y ν1 . Así mismo,
para un cuadrado τ de X cuyos vértices son ν0 , ν1 , ν2 y ν3 , tomamos f (τ ) como la media
aritmética de los valores de ν0 , ν1 , ν2 y ν3 . De esta forma, obtenemos que las celdas críticas
de dimensión 0, 1 y 2 son de la siguiente manera.
64 3 Epílogo

Grosso modo, se tiene la siguiente interpretación.

En la primera imagen, el píxel que se corresponde con el vértice ν del complejo tiene
un mínimo local en cuanto a la intensidad de precipitación.

En la segunda imagen, se tiene que los valores f (ν1 ) + f (ν4 ) y f (ν3 ) + f (ν6 ) son
mayores que f (ν2 ) + f (ν5 ). Por tanto, los píxeles que se corresponden con los vértices
ν2 y ν5 , si se consideran juntos, tienen una menor intensidad de precipitación que sus
píxeles horizontales adyacentes. Por otra parte, se tiene que el píxel asociado a ν2
tiene mayor intensidad de precipitación que el píxel ν0 , y el asociado a ν5 tiene una
intensidad mayor que ν7 .

En la última imagen, entre los píxeles que se corresponden con ν0 , ν1 , ν2 y ν3 se tiene


un máximo local de intensidad de precipitación.

Finalmente, haciendo uso de la teoría de Morse, se obtienen los caminos que conectan a
celdas críticas y, junto con la construcción de diagramas de bifurcación, se tienen conexiones
entre las celdas críticas de diferentes imágenes que están hechas en distintos intervalos de
tiempo, por lo que se pueden obtener conclusiones sobre la predicción de precipitaciones.
Este desarrollo puede verse en [4].
Bibliografía

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