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Trabajo Práctico Argumentativo

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Eje Motivacional.

A la hora de realizar este trabajo, fueron varios los motivos por los cuáles elegí “La razón es la
raíz de la libertad” como tema a desarrollar. Por un lado, por la profundidad que supone esta
pregunta y las diferentes incógnitas a las que ésta frase da lugar; ¿La libertad realmente existe, o
es una utopía? ¿Realmente somos tan libres como creemos ser? Esto fue aquello me llevó, en una
primera instancia, a interesarme por dicha afirmación. Sin embargo, no fue hasta leer la célebre
frase “pienso, luego existo” de René Descartés que decidí por fin adentrarme a escribir sobre ello.

Descartés llega a la conclusión de que pensar es una prueba de la preexistencia del ser, ya que no
se puede pensar sin antes existir. Sin embargo, y relacionando la temática elegida, ¿se puede ser
realmente libre sin antes pensar? Esto es algo interesante a analizar, y que buscaré desarrollar a lo
largo de las páginas del presente ensayo.

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En el siguiente trabajo práctico se buscará analizar la afirmación “La razón es la raíz de la libertad”
y se buscará responder a ciertas incógnitas establecidas. ¿Podría el ser humano ser realmente
llamado un sujeto “libre” si dejara de lado el uso de la razón, o igualmente se vería condicionado
por otros factores? Para ello, resulta relevante comenzar definiendo los conceptos de “razón” y
“libertad”.

Desde una perspectiva filosófica, la razón se describe como la capacidad que tiene el ser humano
para reflexionar, pensar, deducir o razonar. Es aquella cualidad que lo distingue y lo hace
presentarse como un ser poderoso, ya que el pensamiento es aquello que le permite diferenciarse
del resto de los seres vivos. Por lo tanto, es a partir del uso de la razón que la persona puede llegar
a conocer lo universal, el mundo de las ideas, de las esencias y de los valores. Así también, es
gracias a su capacidad para preguntarse acerca de la complejidad de todo lo que lo rodea lo que le
permite al hombre hacer filosofía.

Cuando hablamos de la razón, es importante analizar la misma desde un punto de vista socrático
y aristotélico. Según Sócrates, el pensamiento surge a través de la crisis y el hombre comienza a
poder pensar por sí mismo cuando se separa de la masa que lo rodea. Así, al haber una ruptura con
la totalidad, se genera el pensamiento filosófico que tiene como bases el abordar ideas nuevas a
partir de lo ya creado. Viéndolo desde otro punto de vista, según Aristóteles el conocimiento -
además de ser determinado por la razón-, se encuentra acompañado por la emocionalidad y la
experiencia.

La libertad, por otro lado, es un concepto un tanto difícil de caracterizar ya que el mismo varía
según el área desde el que se analice. Sin embargo, puede ser descrita como la facultad que tiene
el ser humano para decidir sobre su propio destino según su propio juicio, criterio o voluntad.

La libertad se manifiesta en todas las situaciones o circunstancias en las que un individuo puede
actuar sin verse sujeto a aquello que desea un tercero, es decir, que no se encuentra en situación
de privación de su libertad. Si bien esto es una característica positiva, esta condición lo convierte

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asimismo en un sujeto responsable de sus actos y consecuencias. Sin embargo, hay que tener en
cuenta que la libertad debe adaptarse al medio, las normas y leyes en los que viva el individuo, por
lo que su entorno, la moralidad y la legalidad muchas veces pueden funcionar como un limitante
para la misma. Por este motivo, garantizar la libertad entre las personas es uno de los principios
básicos de todo Estado-Nación y resulta fundamental reconocer que la libertad de uno, culmina
donde empieza la del otro.

Estos conceptos serán entendidas desde una mirada una perspectiva filosófica, personal y
subjetivista, que buscará determinar y analizar a una mayor profundidad la relación intrínseca entre
la razón y la libertad.

“La razón es la raíz de la libertad”, es una frase que cuenta con cierta lógica pero que, a la vez, que
cuenta con sus matices.

Hoy en día, el ser humano vive en una sociedad compleja que tiene la capacidad de cuestionarse
acerca de lo que lo rodea. El mismo, cuenta con un pensamiento crítico-activo, el cual le permite
discernir entre aquello que cree, considera correcto o simplemente se encuentra dentro de sus
parámetros morales. Esto da lugar a una gran variedad de opiniones y pensamientos que forman
partes de nuestra realidad presente, y que refuerza los ideales de las personas. A partir de esta
capacidad para plantear, descubrir, razonar, resolver dudas y argumentar acerca de su entorno es
que surge el arte de filosofar.

Por lo tanto, es la propia libertad lo que le da la capacidad al sujeto de llegar a este grado de
consciencia y de expresar sus ideales más allá del qué dirán. Y, a su vez, es la razón lo que le
permite observar, analizar y juzgar para luego, tener la capacidad de determinar su propia libertad.
Es decir; a partir de lo que se evalúa, se piensa y se cree, se forma un razonamiento para propio.
A partir de éste; la persona puede evaluar lo que sucede con respecto a una situación, para luego
decidir qué creer, decir o hacer. Esta decisión, estaría basada en el propio juicio crítico del
individuo, y no por un pensamiento arbitrario establecido por un tercero. Es por esto que, sin la
razón, sería imposible determinar si uno se es verdaderamente libre o no, ya que no se contarían

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con los mecanismos intelectuales necesarios para discernir entre aquello que realmente se cree, o
lo que les es impuesto.

La razón, la cualidad humana que nos permite distinguirnos y presentarnos como algo poderoso,
puede permitir la libertad como tal. Pero, justamente este poder conlleva dos polos, positivos y
negativos, donde éste último es el más acentuado. La razón destructiva es la que bloquea, no
permite la libertad. Porque la liberación en algún punto necesita de irracionalidad, que permite a
su vez la no estructuración en ningún aspecto. Este tipo de raciocinio también es el que muchas
veces es un limitante a nuestra propia voluntad. Esto se debe a que, la existencia de una razón
moral y lógica excesiva es la que que, muchas veces, inhibe a la persona de dejarse llevar por un
lado un poco más instintivo y lo que le provoca un cierto “malestar”. Como resultado, el individuo
suele actuar acorde a lo que la sociedad y el sistema espera, y suelen ser contadas las veces en los
que se actúa de acuerdo a lo que verdaderamente anhela.

De todos modos, ¿con esto se quiere desacreditar la existencia y la importancia de los límites
impuestos? No. De hecho, la existencia de los mismas resulta importantísimo, ya que el ser humano
debe y necesita convivir en sociedad. Sin los límites, normas o leyes, se viviría en un estado en
donde sólo el más apto perduría, y existiría un cierto grado de tiranía en donde el más fuerte se
sobre-pondría sobre el débil. Algo parecido es lo que se plantea en el diálogo entre Calicles y
Sócrates, en donde el primero de los filósofos creía que “los grandes dominaban a los pequeños, y
que ésto era algo natural”, ya que pensaba que la ley de la naturaleza debía aplicarse a la vida
humana. Sin embargo, a lo largo de su pensamiento reconoce la existencia de la moral, la piedad
y las leyes.

No tener una libertad total no debe considerarse como algo negativo: parece lógico que a un ser
limitado le corresponda una libertad limitada, que el límite de su querer sea el límite de su ser. De
otra forma, si la libertad humana fuera absoluta, habría que comenzar a temerla como prerrogativa
de los demás, ya que no seríamos capaces de diferenciar lo correcto de lo que atenta contra nuestro
propio deseo de ser libres, y el del otro.

Como último punto, es importante destacar que la libertad total es utópica, porque el humano
conviviendo en sociedad es dependiente sin importar incluso sus características y cualidades tanto
físicas como psíquicas. La limitación siempre existe, pero podernos revertir la razón, utilizarla de
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forma favorable y eliminar barreras. Esto, permite una visión autónoma, emancipandose tal vez no
físicamente, pero sí a un nivel mental. Porque la capacidad inmensa de superación y de
transformación que tiene la mente humana derriba cualquier imposición, desvalorizándola
completamente.
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Como resultado del trabajo práctico argumentativo, es posible concluir que la razón resulta
realmente la base de la libertad ya que, al ser humano poseer la capacidad de razonar y de
preguntarse acerca de todo, es capaz de cuestionar aquello que le hace ruido y así construir su
propia idea de lo que considera ser “libre” o no. Sin embargo, por más que la razón sea la causante
de la libertad, también puede ser aquello que lo oprima. Por esto, hay que tener en cuenta que la
libertad no es hacer lo que se quiere, sino hacer lo que se debe hacer en la sociedad para asegurar
el bien común; una persona verdaderamente libre piensa bien antes lo que va a hacer antes de
decidirse y actuar de una manera.

La libertad, junto con nuestra capacidad de pensar, es un valor de vital importancia y el bien más
preciado que posee el ser humano. Muchos hombres murieron por ella. Es por eso que en la
actualidad la libertad hay que ganarla y respetarla día a día; tanto cumpliendo con nuestros deberes
y obligaciones, como así también llevando adelante nuestro rol más importante como únicos seres
racionales al nunca parar de preguntarnos sobre nuestra realidad, y nuestro mundo. Esa es la
manera de honrar a la libertad.

Bibliografía.

Carpeta.

1) Concepto de Filosofía.
2) Apuntes de Sócrates.
3) Apuntes de Aristóteles.
4) Pensamiento filosófico

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