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Capítulo 8 – La Revelación de la lógica del cambio: la organización como cambio y

transformación

Este capítulo trata de explicar tres imágenes de cambio, que intentan explorar
cómo la realidad de la organización puede embeberse en la “lógica del
cambio”. Cada una brinda un modo de explicar cómo la realidad explícita de la
vida organizacional se forma y transforma por procesos fundamentales con lógicas
propias en cada caso.

La primera, partiendo de ideas sobre biología, entender los sistemas como


Sistemas de “Autopoiesis” o “auto-productores”. La teoría tradicional de que las
organizaciones son sistemas abiertos que interaccionan con el contexto y cuyos
cambios son originados por el entorno, se ve desafiada por esta nueva teoría.
Sostiene que los sistemas vivos son sistemas cerrados, autónomos y
autoreferenciados, cuya identidad es producto de sí mismos. El cambio aleatorio
en uno de sus componentes se contrarresta con el cambio de otro y las relaciones
del sistema con su entorno son el reflejo de su propia organización, por lo que el
entorno se convierte en parte del sistema mismo, interactuando con él a su mismo
nivel, coproduciéndose el uno al otro, cíclicamente; conduciendo a
nuevos patrones de estabilidad y orden.
Esta teoría muestra que las organizaciones pueden conservar la identidad sin
competir

contra el entorno, practicando la “auto-revisión” y desarrollando “sensatez


sistemática”, siendo más conscientes de su rol dentro del conjunto y de su
capacidad para facilitar cambios que permitan a su identidad evolucionar junto con
el sistema.

La segunda, proveniente de la cibernética, se refiere a que en el cambio


intervienen fuerzas encerradas en una relación cíclica o circular, en la cual hay
“Causalidad Recíproca” (A y B se definen como consecuencia de pertenecer al
mismo sistema cíclico de relaciones), y no “Causalidad Mecánica” (A es la causa
de B).
Considera los mecanismos de retroacción negativa, donde el cambio en una
variable origina un cambio en la dirección opuesta e influye en la estabilidad del
sistema; y los de retroacción positiva, donde lo mas conduce a lo mas, y lo
menos a lo menos, siendo importante en los cambios del sistema. Estas
retroacciones positivas y negativas interactúan en un proceso para producir
modelos cambiantes que pueden, convertirse en modelos estables.

La tercera sugiere que el cambio es producto de relaciones dialécticas entre


fuerzas opuestas, partiendo de la base de que cualquier fenómeno tiene y genera
su opuesto. Sostiene que cualquier situación humana puede equilibrarse por la
influencia de la relación entre dos elementos opuestos como el Yin y el Yang.
Estos

pensamientos orientales se tradujeron al pensamiento occidental a través de la


“Visión dialéctica de la realidad” (el mundo evoluciona como resultado de
tensiones internas opuestas y las sociedades y organizaciones cambian por sí
mismas). Se basa en tres principios: la recíproca interpretación (actúa sobre los
procesos de autogeneración de los cambios, por lo que los fenómenos cambian
por ellos mismos como resultado de la tensión entre sus opuestos); la negación de
la negación (cada negación rechaza su forma previa pero retiene algo de aquella);
la transformación de cantidad en calidad (interviene en los cambios
revolucionarios, en los que una forma de organización social deviene en otra y que
los marxistas llaman “desplazamiento total”).

Las tres teorías del cambio tienen ventajas y desventajas. Intentan adentrarse en
la naturaleza del cambio y entender su lógica, pero no logran explicar su base
dinámica (cómo la organización puede influir en la naturaleza del cambio con el
que se encuentra). Son pensamientos “ideales” difíciles de llevar a la práctica sin
encontrar resistencia del sistema. La comprensión de la lógica del cambio implica
una percepción retrospectiva (análisis del pasado) más que una predicción, ya que
el futuro son posibilidades y el ser humano en cierta medida es capaz de
conformarlo.

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