Está en la página 1de 6

 CABECILLAS DE LOS MOVIMIENTOS TERRORISTAS DE LA DÉCADA DE

1980
CABECILLAS DE SENDERO LUMINOSO (SL):
- Manuel Rubén Abimael Guzmán Reynoso:

Guzmán Reynoso nacido en Mollendo, Arequipa el 3 de diciembre de 1934. Se


formó en la universidad de San Cristóbal de Huamanga (Ayacucho), donde era
un carismático catedrático de filosofía. Eran los inicios de la década de 1960 y su
discurso atraía la atención de colegas y estudiantes. En esa época, en medio de
disputas ideológicas en el interior del Partido Comunista Peruano (PCP), se
impuso como el líder de una facción que empezó a enarbolar una frase de José
Carlos Mariátegui: "El marxismo-leninismo es el sendero luminoso del futuro".
En los años siguientes adopta el sobrenombre de 'Camarada Gonzalo' y definió
su ideología a partir de las ideas de Mao Tse Tung, el líder que tomó el poder en
China al mando de una revolución campesina. El catedrático quería replicar la
estrategia en el Perú, acorralando a las grandes ciudades desde el campo. Con
los años Guzmán llamó a sus planteamientos el 'pensamiento Gonzalo' y sus
seguidores decían de él que era la "cuarta espada del comunismo" después de
Karl Marx, Lenin y Mao.
Abimael Guzmán Reynoso vive en prisión desde el 12 de septiembre de 1992,
cuando fue detenido en una casa de Surquillo por el Grupo Especial de
Inteligencia del Perú (GEIN). Ese día se considera el más importante en la historia
de la lucha antisubversiva en el Perú, el inicio del fin del movimiento terrorista
Sendero Luminoso. Su captura también representó el fin del mito del presidente
'Gonzalo', a quien sus seguidores consideraban casi un mesías, una persona casi
omnipresente.

- Osmán Morote Barrionuevo:

Este terrorista nació en Cusco el 15 de abril de 1945. Su padre, Efraín Morote


Best, fue rector de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga
(Ayacucho) en los años 1960, casa de estudios en la que conoció a Abimael
Guzmán, cabecilla de Sendero Luminoso. Conocido en la cúpula senderista como
camarada Nicolás o Feliciano.
En 1978, es decir, dos años antes del inicio de la llamada lucha armada de
Sendero Luminoso, grupo terrorista en el que llegó a ser considerado el número
2 en la línea de mando. Tras convertirse en un sanguinario líder senderista, fue
capturado en junio de 1988 en el Centro de Lima, cuando se dirigía a una reunión
como parte de la organización del Primer Congreso Nacional de Sendero
Luminoso.
En una entrevista con el programa 'Panorama' en el penal de Canto Grande en el
2003, donde entonces estaba recluido, se pronunció así sobre el accionar de
Sendero Luminoso: “Política genocida, no. Errores, excesos, limitaciones, sí”.
El 16 de julio de 1992, cuando Morote ya estaba en prisión, se produjo el
atentado de Tarata: dos 'coches bomba' explotaron en el corazón de Miraflores,
provocando la muerte de 25 personas e hiriendo a más de 200. Es por este
ataque, que Morote y otros 12 senderistas continúan siendo juzgados a la fecha.

Se conoce que la cúpula integrada por Sendero Luminoso es muy extensa, siendo
los más importantes los antes mencionados y sus colegas Oscar Ramírez Durand,
Florindo Eleuterio Flores Hala, Víctor Quispe Palomino.

CABECILLAS DEL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO TÚPAC AMARU (MRTA):

- Víctor Polay Campos

Nació en el Callao el 6 de abril de 1951, hijo de Víctor Polay Risco, fundador,


dirigente y ex diputado del APRA y de Otilia Campos.
En 1982 fundó al grupo revolucionario MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac
Amaru) y en 1984 se inician las acciones del MRTA. En 1987 dirige la campaña
“Túpac Amaru Libertados” que culmina con la toma de la ciudad de Juanjui.
En 1989 cae detenido en Huancayo. En 1990 huye del Penal de Canto Grande con
47 de sus compañeros. En 1992 es capturado y recluido en el Penal de Yanamayo.
El 3 de abril de 1993 fue sentenciado a cadena perpetua y el 27 de abril del
mismo año trasladado a las instalaciones de la Base Naval del Callao, prisión de
máxima de seguridad. En donde cumple condena junto a Abimael Guzmán.

- Néstor Cerpa Cartolini

Sindicalista y revolucionario peruano, nacido el 14 de agosto de 1953 y muerto


el 22 de abril de 1997.
En 1834 se incorporó al Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA),
durante este periodo su accionar más importante fue la incursión a la casa del
embajador japonés en Lima, durante la recepción que anualmente se realiza en
honor al emperador de Japón. Cerpa en persona ejecuto dicho plan el 17 de
diciembre de 1996, acompañado de catorce jóvenes integrantes del frente Juan
Santos Atahualpa de la selva central, durante el curso del asalto tomaron como
rehenes a aproximadamente 500 personas.
El 22 de abril de 1997 comandos del ejército tomaron por asalto la casa, logrando
así la liberación de la mayoría de los rehenes, excepto Víctor Giusti (Vocal de la
Corte Suprema de Justicia), quien murió durante la incursión. Esta operación
tuvo como resultado la caída de dos comandos, Néstor Cerpa y sus compañeros.
 CAMPO DE ACCIÓN Y FORMAS DE ACTUAR DE ESTOS GRUPOS
TERRORISTAS

Sendero usó el empleo sistemático del terror. Las acciones senderistas tuvieron
básicamente dos finalidades; la “propaganda” de la lucha armada y muchas
acciones de sabotaje a los símbolos del “viejo estado”. Durante esos años la
operación típica era el apagón y los atentados petardistas. Cobraron importancia
las acciones de guerrilla urbana, las emboscadas a patrullas policiales y ataques
violentos a comisarías. Aumentaron los asaltos a camiones repartidores de
alimentos. Para justificar sus acciones existía un basamento ideológico y político
que consistía, en rasgos generales, en una estructura o sistema de actuación que
buscaba proporcionar la justificación necesaria al accionar, es decir algo que
legitimara los actos terroristas. Por ejemplo, cuando se mataba a un oficial de
tránsito lo que se quería señalar era que se estaba en contra del viejo y caduco
Estado. Se aniquilaba en forma selectiva como medio de protesta.
Se analiza un hecho que se puede ubicar como fenómeno social de trascendencia
internacional, el suceso de Uchuraccay. El 27 de enero de 1983, ocho
corresponsales de tres diarios limeños fueron asesinados en la comunidad de
Uchuraccay, Ayacucho. La razón que dieron los militares fue que los comuneros
confundieron a los periodistas con senderistas. Frente a este acontecimiento tres
diarios hicieron comentarios:
 El primero de ellos, “El Comercio”, diario peruano de línea conservadora,
días antes de los asesinatos elogió los actos de represalias puestos en
práctica por las comunidades ayacuchanas en contra de los senderistas.
Sin embargo, esa postura de destacar el comportamiento nacionalista de
los comuneros ayacuchanos se vio enturbiada por la masacre de los ocho
periodistas. Por primera vez, “El Comercio” dio dos versiones de un solo
hecho y tuvo que matizar su comentario original en función a la
información vertida por su corresponsal en Ayacucho. Esta vez omitió el
tratamiento de los temas de justicia campesina y del nacionalismo
indígena y en su lugar se exigió una drástica sanción a los responsables
de la muerte de los periodistas. El diario responsabilizó a Sendero
Luminoso de instigar a los campesinos a tomar justicia en sus propias
manos, y de esta manera cambió su interpretación nacionalista por otra
más violenta para explicar la muerte de los periodistas.
 Otra postura fue la del diario español, “El País”, que hizo un análisis
opuesto al que perfiló “El Comercio”, afirmando que los periodistas
fueron asesinados a pedradas y machetazos por los comuneros de
Uchuraccay al haber sido confundidos con los guerrilleros senderistas.
Además dio la versión de la oposición política, basándose en fuentes
anónimas el diario pudo afirmar la existencia del terrorismo de Estado,
patrocinado por el Ejército, y que había convertido a Ayacucho en un
escenario proclive para la persecución de civiles. El corresponsal español
reconoció que Sendero Luminoso supo aprovecharse de la extrema
pobreza y de la opresión cultural de una región donde se razonaba en
términos no occidentales, todo esto para poder arraigarse en la
población andina.
 El tercer diario encargado de comentar los hechos fue el “The New York
Times”, pero a diferencia de “El Comercio” y “El País”, no envió
corresponsales a Ayacucho. El público se mantuvo informado mediante
resúmenes de los cables de las agencias internacionales de prensa. No
obstante eso, en “The New York Times Magazine”, Mario Vargas Llosa
publicó una extensa crónica dando su versión sobre los sucesos,
encargándose de dar un discurso social distinto al expresado por “El
Comercio” y “El País”. El escritor llegó a la conclusión de que una
Comisión Investigadora exculpó al Gobierno, al Ejército y a la policía de
todo tipo de implicancias en la masacre de los periodistas. La Comisión
atribuyó las muertes a una reacción irracional, a un pánico colectivo, por
lo que se acusó a los comuneros de asesinato involuntario. Según este
diario, se trasladaba al problema de la violencia peruana el lenguaje de la
guerra fría. El diario neoyorquino temía que Sendero Luminoso fuera la
expresión del contagio de las guerrillas centroamericanas al resto del
continente. Para entender por qué en Perú había surgido un grupo
guerrillero de las características de Sendero, la opinión pública
norteamericana tenía antes que familiarizarse con la inexistencia de una
cultura democrática en las sociedades latinoamericanas. La matanza de
los ocho periodistas en Uchuraccay obligó a los tres periódicos de
referencia a cambiar o matizar sus comentarios iniciales sobre Sendero.
“El Comercio” abandonó su hipótesis del complot internacional, pero
persistió en sus perspectivas legales criminalistas y militares policial, para
seguir sosteniendo su relato sobre las acciones de Sendero Luminoso
como propias de delincuentes. “El País” se inclinó por un enfoque
histórico-antropológico, definiendo a Sendero como una guerrilla
campesina. El “New York Times” proyectó a la opinión pública
norteamericana un enfoque político del terrorismo de Sendero Luminoso
que le asemejaba a una guerrilla comunista integrada por un
resentimiento social y amparada por la cultura arcaica de los campesinos
ayacuchanos
En el caso del MRTA las acciones más importantes de este grupo fueron
asesinatos en combate contra policías y militares, extorsiones y asaltos
selectivos para obtener recursos y solventar la guerrilla. Dichas acciones
fueron el principal mecanismo para hacer notar su descontento con sectores
públicos y privados peruanos. Se estima en 1039 las víctimas de sus acciones
a lo largo de los años, un 1,5 % del total de víctimas de la guerra interna en
Perú (1980-2000), de acuerdo con la Comisión de la Verdad. A diferencia del
movimiento senderista, los miembros del MRTA vestían uniforme durante las
acciones militares para no ser confundidos con la población civil en las zonas
alto andinas.
 La práctica del secuestro:
Cuando la privación a la libertad personal se realiza por un grupo
armado de manera generalizada o sistemática, constituye un crimen
de lesa humanidad.15 Entre 1984 y 1996, la CVR obtuvo evidencias
de que el MRTA habría realizado decenas de secuestros individuales
y colectivos. Estos secuestros eran una práctica frecuente orientada
a la obtención de beneficios políticos o económicos, por lo que sus
objetivos eran usualmente empresarios de grandes negocio
A partir del secuestro del empresario televisivo Héctor Delgado
Parker (1989) el MRTA implantó en Lima las llamadas "cárceles del
pueblo", ideadas por Peter Cárdenas Schulte, socavones excavados
en sótanos de domicilios particulares. Eran espacios reducidos,
precarios e insalubres, en donde los secuestrados eran sometidos a
interrogatorios llamados "juicios populares" a la espera del pago por
el rescate. En la práctica eran auténticos centros de tortura física. Esta
práctica se hizo extensiva en los años 1992 y 1993, tras lo cual
disminuyó su número. Los miembros del MRTA actuaban con gran
precisión al momento de la aprehensión de sus víctimas. En muchos
casos, disparaban a sangre fría contra quienes trataban de impedir el
secuestro o incluso contra sus víctimas si estas ofrecían resistencia,
como fue el caso del empresario vidriero Pedro Miyasato Miyasato,
realizado el 22 de abril de 1993.19 Además, según la CVR, el
cautiverio implicó tratos crueles, inhumanos y degradantes

 Acciones contra minorías sexuales


Según el Movimiento Homosexual de Lima (MHOL) se calcula que las
víctimas mortales por parte de Sendero Luminoso y el MRTA durante
el conflicto armado interno alcanzarían la cifra de 500 personas.
Existe un reportaje realizado a activistas de la organización Diversidad
Sanmartinense (DISAM) de la ciudad de Tarapoto por Antonio López
Díaz y publicado en "El País" donde el Movimiento Revolucionario
Tupac Amaru tuvo operaciones subversivas y en este caso contra las
minorías sexuales, donde el relato es totalmente desgarrador.
El 31 de mayo de 1989, un grupo de seis emerretistas ingresó
violentamente a un bar en la ciudad de Tarapoto y asesinó a ocho
travestis. Pocos días después, el semanario Cambio, órgano oficioso
del MRTA, reivindicó la acción y alegó que se debió a la supuesta
protección que las fuerzas del orden dispensaban a «estas lacras
sociales, que eran utilizadas para corromper a la juventud». El
semanario también mencionaba un asesinato de similares
características acaecido en febrero del mismo año, cuando el MRTA
ejecutó «a un joven "homo" muy conocido en Tarapoto».
 Toma de la residencia del embajador de Japon
El 17 de diciembre de 1996, un grupo armado de 14 miembros del
MRTA, al mando de Néstor Cerpa Cartolini, tomó la residencia del
embajador japonés en Lima y capturó a 800 rehenes pertenecientes
a los sectores más encumbrados de la vida política y económica
peruana, siendo la última gran acción terrorista en la historia de Perú.
El MRTA exigió, como condición para liberar a los rehenes, que el
gobierno peruano, presidido en ese momento por Alberto Fujimori,
liberara de las cárceles peruanas a 462 integrantes de este grupo
subversivo, exigencia rechazada por el gobierno. El mismo día de la
toma, los insurgentes emerretistas liberaron a todas las mujeres y
niños así como a aquellos hombres no considerados "objetivo" por el
MRTA que se encontraban retenidos en la embajada, como un gesto
humanitario, quedando un total de 72 rehenes en su poder. A partir
de esta incursión y de su exigencia, empezaría la desarticulación total
del MRTA.
El hecho tuvo como desenlace el asalto de la embajada por fuerzas
especiales del Ejército del Perú, en un operativo llamado por el
ejército como Operación Chavín de Huántar el 22 de abril de 1997.
Durante el operativo militar, murieron los 14 guerrilleros incluyendo
a Cerpa Cartolini, un rehén (Dr. Carlos Giusti Acuña, Vocal de la Corte
Suprema) y dos comandos (Teniente Coronel Juan Valer Sandoval y
Teniente Raúl Jiménez Chávez). Investigaciones posteriores y las
declaraciones de testigos indican que Eduardo Cruz Sánchez, alias
Tito, el segundo jefe del comando del MRTA, se encontraba vivo y
habría intentado rendirse.23 El 12 de marzo de 2001, los restos de
Eduardo Cruz Sánchez fueron exhumados. Toda la evidencia hallada
llevó a la fiscalía a denunciar a un grupo de comandos ante el Poder
Judicial para determinar de dónde provino la orden de ejecutar a Tito
cuando el enfrentamiento ya había terminado.24 Según la CVR,
existen suficientes evidencias para presumir razonablemente que
durante el operativo de rescate se incurrió en violaciones a los
derechos humanos por parte del Estado peruano; por ello,
recomendaba una investigación imparcial que determinara las
responsabilidades del caso.25

También podría gustarte