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EL HEROE DEL PUEBLO

yo no debería contar esta historia, porque no soy un héroe, tampoco un villano que se sienta a reír
de sus dulces venganzas mientras el ocaso cae sobre la vida de sus enemigos, yo, simplemente soy
El Sobreviviente y uno muy particular, pues navego en la arenas del tiempo como un viejo viento
que transcurre sin que la historia lo nombre, pero con la vivencia de haber soplado en cada época,
en cada milenio, en cada lucha de los pueblos que eligen sus protagonistas para contarse entre los
grandes.

yo, El Sobreviviente, he visto nacer héroes, incluso dioses y los he visto caer entre ramas de olivo y
entre los matorrales del pasto cruel del olvido. Ramtes, Moiso, Alejandor el Magno, Daríus, Carto
Magno, Aquilesio… ¡ah, son tantos! y quizás muy viejos para recordarlos; Recuerdo con una
sonrisa neutra cuando gritaban Fürer al pequeño Adolfi y a Churchillo en su Britania queriéndolo
matar, héroes todos, villanos todos.

Moiso, curioso tartamudo que Israelia que cubrió de gloria en la historia de su salvación, Moiso,
aquel cruel villano que trajo la muerte a los inocentes niños del desierto, que murieron en el
silencio mientras otras plagas acabaron con la gloria de un imperio que entre langostas y sapos
feneció.

Pero hay una tierra, una muy particular, mágica, soñadora, de padres blancos y madres indias que
engendraron lo mejor de sus mundos entre historias de oro, sangre, héroes y villanos, ¿quiénes
eran cuáles?, quien cuente la historia lo decidirá.

Latinea era un pueblo joven y con el sol en sus pirámides escalonadas, nacía la ilusión constante
de ver nacer al nuevo caudillo, al héroe libertador, al mesías del pueblo quien en su lucha los haría
grandes. Pero casi a diario, al caer entre sus selvas el ultimo rayo de luz, ese pueblo caminaba en
penumbras cantando las honras fúnebres de uno que no pudo ser héroe, no supo aferrarse a la
gloria, no pudo con la tentación de la villanía.

Y así recuerdo ver nacer al Libertador en los Andes, con su grito de gloria y los vivas del pueblo
adornando su orgullo, mientras galopaba en las sabanas y al filo de su espada chorreaba carmesí la
anhelada libertad, Maldito Libertador gritaban de otras tierras, que a las hispanias dejaba viudas,
horroroso ser desalmado que huérfanos sembró en las aras del viejo mundo que con él volverían a
conocer la pobreza, porque a sus héroes conquistadores, el Libertador les impidió seguir viviendo
de su botín. ¡solo, Tan solo murió en el mar!

Así mismo calló en las sombras el general las Rosas en las tierras patagónicas y Páez que tres veces
brilló en la pequeña Venecia o el gran Antonio que en tierras rancheras nació y murió. Los caídos
Poncho Villa, Che Matara y su sádico secuaz Infidel Castrador, quien educó al temible Deschaveto,
para levantar los ánimos del oriente y arrasar cruelmente con su libertad, Dinastía que continuó
ferozmente Inmadurox, su tonto hijo. Curiosos héroes, grandes villanos.

Pero llegó la era del fuego y en Latinea se escuchaba el descontento de las tribus, todas en masas
encendidas se tomaron las calles, iniciando por la mitad de su mundo, luego en las heladas tierras
australes se encendió la chispa de revolución y pedían la cabeza de aquellos héroes apoltronados
que ahora se vestían de villanía, aquellos caudillos que hace unos años el pueblo subió a los
pedestales y puso al frente de sus tropas, las mismas que ahora eran obligadas a disparar en su
contra.

La pequeña Venecia, caída en la tragedia del hambre, gritaba enojada al sucesor del héroe
Deschaveto, a su hijo Inmadurox que con golpes de guerra devoraba hambriento el alimento que a
su pueblo faltó.

Macrinal extendía su reino de sombras en las tierras patagónicas, mientras Míster Huevo se
aferraba a la gloria que el pueblo ya no le quiso dar, Bolsorraro empeñaba fuerte su súper fuerza
para eliminar a los diferentes de las selvas, incendiando bosques para que del fuego surgiera su
poder. Su vecino conocido como Marraneo Pérfido, al ritmo del vudú de su mecenas era
manipulado por una mente más cruel: El Pulpo, quien extendía sus tentáculos en todas las formas
del poder, mientras aparecía inocente y tierno en su guarida de campo.

Y así, desde la distancia que me otorga el tiempo, vi a cada tribu sucumbir herida entre las trágicas
hazañas de los que un día fueron héroes, pero el poder los convirtió en la pura maldad, y como el
tiempo mismo, vi repetir la historia de la humanidad alzando y tirando héroes, engendrando y
abortando villanos, caudillos gloriosos del poder y la maldad.

Pero el viento susurró aires nuevos, ideas de cambio se rumoraban en las calles y en las plazas se
entonaba una nueva canción que rimaba: “si de los nuestros no salió, en el extranjero se compró”.
miembros de cada tribu se reunieron para convencer al pueblo de contratar héroes de verdad, con
súper poderes de otros mundos, que eliminaran con su gallardía aquellas sombras malvadas que
ostentaban el poder, eliminar esos villanos e instaurar la justicia y el orden y que hicieran reinar
por fin la paz.

Latania ha sido un pueblo rico en oro, por miles de años han sostenido imperios extranjeros y
dinastías locales, y aun sus fuentes no se secan, solo cambian de caudal, y es así como para cada
pueblo se contrató a la Maravillosa Agencia de Resistencia Eterna para la seguridad Local,
conocida en la galaxia por sus siglas: Marvel, esta agencia experta en heroísmo, con sede en las
tierras del norte, fue la encargada de designar para cada tribu de Latania un héroe ideal.

A la región llanera del oriente, fue enviado el famoso Doctor Strange, dicen que la ignorancia se
vence con sabiduría, y él era el más docto en la Agencia, su misión fue la de conjurar un portal a
otra dimensión en la que serían desterrados Madurox y sus seguidores en un Reino donde ellos
por un idiota serían sometidos por toda le eternidad.

A la zona del reino patagónico, para enfrentarse al poderoso Macrinal en su fortaleza de hielo
rosa, fue enviada la valerosa Jeanne Gray, más conocida como Fénix, la novia del desaparecido
Wolverine, que con sus poderes mentales convenció al pueblo de incendiar la fortaleza del temido
Macrinal mientras ella poseía su mente y al fuego lo hacía saltar.

Míster Huevo que no era tonto, se preparó para su batalla final, para medir sus fuerzas con La
Mole, pero este hombre de piedra, armó al pueblo con rocas que terminaron quebrando la
cascara venenosa que envolvía al villano y sepultando piedra sobre piedra su malvado reinado que
alardeaba de eternidad.
Por su color verde y super fuerza, Hulk fue encomendado para salvar las tribus selváticas del
perverso Bolsorraro, mimetizándose en la oscura selva, y enfurecido por el fuego que la consumía,
Hulk destruyó de un golpe las maquinarias que le disparaban llamas de fuego y estrelló contra el
suelo de su sombrío palacio al Bolsorraro que intentaba sacar en sus múltiples bolsillos soldados
en llamas que se apagaron con los gritos de nuestro enfurecido hombre verde.

Contra el Pulpo y Marraneo Pérfido fueron enviados los Guardianes de la Galaxia, por tratarse de
varios villanos manejados por el mismo Pulpo Traidor, sin embargo a este equipo le resultó fácil su
misión, pues mientras hacían su glorioso aterrizaje en la Plaza del Libertador, vieron que
Marraneo Pérfido descansaba en palacio, sin enterarse que sus más leales secuaces sucumbían
ante el poder de Marvel, y mientras veía televisión, se agachó para recoger del suelo una palomita
de la paz acaramelada y enredándose en la alfombra, se golpeó el dedo meñique del pie, que le
causó un ensordecedor chillido y saltando en la otra pierna, perdió el equilibrio cayendo por la
ventana y dejando un grasoso cadáver que ni las aves de rapiña quisieron devorar.

Mientras tanto, la tribu tenía ya azarado al Pulpo que veía desde lejos como sus otras marionetas
escapaban a otros mundos y lo dejaban solo, el pueblo mismo amarró con lazos de justicia los
tentáculos del Feroz criminal y con la ayuda de Los Guardianes de la Galaxia encerraron en un
pequeño cubo al malevo y lo enviaron a la prisión intergaláctica a pagar cadena perpetua en los
tres niveles de tiempo que se dan en la galaxia.

Gritos de gloria y fiesta sonaban estruendosos en las plazas de toda Latania, la alegría pintaba los
corazones de los nativos y la paz se respiraba desde el caribeño Norte hasta el congelado Sur, pero
un final inesperado le aguardaba a esta historia, y yo lo atisbaba desde lejos.

El pueblo había aprendido la lección, todo héroe es un villano en potencia, por eso reunieron en
una gran cena a todos los súper héroes que los habían libertado e invitaron a los demás héroes de
la agencia Marvel, junto con sus directivos.

Durante la comida se les vertió un somnífero elaborado por los chamanes de Latania y los
sometieron a un sueño milenario en un palacio que la selva se tragó para que no cayeran en la
tentación de gobernar aquel pueblo que de caudillos vivió y murió.

El pueblo tomó las riendas de sus propias decisiones y dejaron a un lado las historias de héroes y
villanos, comprendiendo el peligro que procura la gloria entregada a un solo ser. Allí aguardan
sumergidos en la selva todos los grandes héroes, esperando a que la historia dé otro giro y yo
desde el tiempo los haga despertar, ¿meses, años, siglos, milenios? ya lo veremos, o al menos yo si
lo veré porque soy El Superviviente.

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