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1. ¿Cuáles son los valores más importantes y propósitos para tu negocio?

Es
importante contar con evidencias numéricas y documentales sobre todo lo
relacionado con tu negocio. Para conseguirlo es fundamental que consideres
cuánto valor construiste en tu empresa durante un año, si tomaste el control de tus
finanzas y cuáles son las herramientas –tangibles e intangibles– que utilizaste
pare crecer, además, asumir con humildad qué tipo de preparación requieres para
seguir creciendo.
2. ¿Cuáles son las metas del negocio? Define tu futuro como empresario del millón.
Reconocer cuáles son los objetivos de largo plazo y reconocer el propósito por el
cual haces negocio es un punto nodal para conseguir la expansión. No olvides
identificar las necesidades del mercado que cubres, con qué productos y servicios,
cuáles son tus herramientas para competir y cuáles tus capacidades.
3. ¿Qué es lo que hace diferente a tu negocio? Si no conoces cuál es tu promesa de
valor, deberías de empezar a preocuparte. Para descubrirlo analiza tu crecimiento
(ventas y utilidades generadas); la rentabilidad y retornos sobre el valor de tu
negocio, así como la manera en la que te has expandido hasta la fecha (si es que
lo has hecho). Reconocer si has incrementado tu cartera de clientes, así como tus
habilidades empresariales y de liderazgo también son un buen indicador.
4. ¿En qué necesita enfocarse el negocio en este momento? Define los pasos
inmediatos a seguir: metas a corto y mediano plazo, acciones concretas (fechas y
responsables), presupuestos e indicadores de medición. Si consigues dar
rigurosidad y disciplina a este apartado tendrás gran parte del trabajo hecho.
5. ¿Cuáles son los valores más importantes y propósitos para tu negocio? Es
importante contar con evidencias numéricas y documentales sobre todo lo
relacionado con tu negocio. Para conseguirlo es fundamental que
consideres cuánto valor construiste en tu empresa durante un año, si
tomaste el control de tus finanzas y cuáles son las herramientas –tangibles
e intangibles– que utilizaste pare crecer, además, asumir con humildad qué
tipo de preparación requieres para seguir creciendo.
6. ¿Cuáles son las metas del negocio? Define tu futuro como empresario del
millón. Reconocer cuáles son los objetivos de largo plazo y reconocer el
propósito por el cual haces negocio es un punto nodal para conseguir la
expansión. No olvides identificar las necesidades del mercado que cubres,
con qué productos y servicios, cuáles son tus herramientas para competir y
cuáles tus capacidades.
7. ¿Qué es lo que hace diferente a tu negocio? Si no conoces cuál es tu
promesa de valor, deberías de empezar a preocuparte. Para descubrirlo
analiza tu crecimiento (ventas y utilidades generadas); la rentabilidad y
retornos sobre el valor de tu negocio, así como la manera en la que te has
expandido hasta la fecha (si es que lo has hecho). Reconocer si has
incrementado tu cartera de clientes, así como tus habilidades empresariales
y de liderazgo también son un buen indicador.
8. ¿En qué necesita enfocarse el negocio en este momento? Define los pasos
inmediatos a seguir: metas a corto y mediano plazo, acciones concretas
(fechas y responsables), presupuestos e indicadores de medición. Si
consigues dar rigurosidad y disciplina a este apartado tendrás gran parte
del trabajo hecho.
9. Características
10. Un plan estratégico es cuantitativo, manifiesto y temporal. Se considera
cuantitativo porque establece las cifras que la compañía quiere alcanzar. Es
manifiesto porque especifica unas políticas y líneas de actuación para
conseguir esos objetivos. Por último, es temporal porque indica los plazos
que la compañía debe cumplir para que la puesta en práctica del plan sea
exitosa.

Componentes del plan estratégico

Lo primero que hace una estrategia es definir qué significa ganar; cómo vamos a
reconocer la victoria cuando llegue. Por esa razón, un plan estratégico tiene los
siguientes componentes:
1. Visión: La visión es visual, valga la redundancia. Piensa en una fotografía
del futuro. Una narrativa detallada del lugar a dónde quisiéramos llegar. No
expresa nuestro estado actual sino nuestras aspiraciones. No necesita ser
tan corta. Está bien si tu visión consiste de un par de páginas descriptivas.
2. Misión: La misión es el desempeño de una labor. Piensa en un mapa del
presente. Un manual que describe aquello que deberíamos estar haciendo.
Si la visión es el destino, la misión es la ruta. La misión es una declaración
corta, fácil de recordar.
3. Valores: Los valores son los principios irrefutables del ejercicio de tu misión.
Piensa en los rieles de un ferrocarril; puedes tomar distintas rutas, y puedes
acelerar o desacelerar, pero nunca fuera de los rieles. Describe 3 a 5
valores fundamentales, nunca más de 7. Usa un acrónimo para que los
recuerdes con facilidad.
4. Estrategias: La estrategia es dirección. Piensa en el medio de transporte.
Varias estrategias servirán a la misión, pero debes ser preciso sobre cuáles
estrategias vas a usar tú. Es decir, puedes ir en burro o en avión, pero
necesitas decidir ya, como parte de tu plan.
5. Metas: Las metas son acción. Piensa en marcadores de camino. Una vez
decidas la visión, la misión y las estrategias, estableces metas para cada
estrategia que sean claras, alcanzables y medibles. El propósito de las
metas es actuar de acuerdo al plan. Las metas te ayudan también a evaluar
tu progreso para darte cuenta cuando llegues a tu destino.

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