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5.1. Presentación
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a la experiencia sensible la imaginación y la memoria para producir una imagen
del objeto y de ella extraer los elementos fundamentales que la constituyen de
modo que podamos dar cuenta de su “forma” (es decir, desvestir las cosas de sus
“accidentes”); entender lo que hace que una cosa es lo que es 1. Esto hace del
conocimiento, en el más profundo sentido de la palabra, una contemplación
creativa que culmina en una noción universal.
Conviene tener en cuenta esta idea porque los conceptos cultura de masas y
cultura popular tuvieron una época dorada hace unas décadas que parece haber
quedado atrás. Si bien no han dejado de estar presentes en la literatura
especializada sobre la teoría de la cultura, hoy esos conceptos están
entremezclados con otros, de manera que su sentido original parece haber sido
envuelto por una bruma que ahora los hace lejanos. Más aún, los procesos de
comunicación y globalización han hecho de la cultura de masas y de la cultura
popular dos nociones que apenas se distinguen. Todavía hay quienes denuncian
la cultura de masas como una especie de espejismo que quiere impedir a los
seres humanos acceder a la cultura verdadera oscurecida e incluso degradada por
el lustre del espectáculo, en cambio sostienen la posibilidad de preservar una
cultura popular inmaculada, sin contaminaciones. La cultura de masas, por otra
parte, nos conduce al terreno del consumo y eso, según algunos, convierte a
quienes lo practican en simples agentes pasivos o, en el mejor de los casos, en
“público”. La globalización, finalmente, ha convertido la cultura popular en un
atractivo más del proceso incesante que convierte todo en mercancía enajenando
a sus creadores de su propia obra sea ésta tangible, como un monumento o una
1
Aristóteles pensaba que había cuatro tipos de causas: material (de lo que está hecha una cosa), formal (lo
que es una cosa), eficiente (lo que produjo la cosa) y final (para lo que existe una cosa a lo cual tiende o
quiere llegar a ser).
3
artesanía, o intangible como una narración, un mito o un saber antiguo, un ritmo
musical o un carnaval.
4
alimentan mutuamente, al menos en cuanto a su necesidad permanente de
distinguirse.
Así, la literatura de masas requirió una sociedad letrada como la música, difundida
por la radio o por sistemas de soporte analógicos y luego digitales, supuso una
sociedad que veía en esos recursos una forma de incorporarse no sólo al
consumo, sino al conjunto de la sociedad. En otros términos la cultura de masas
5
no pudo nacer sin que previamente hubiera una sociedad de masas, es decir, una
sociedad organizada básicamente para promover una cierta forma de integración
de los que hasta hacía no poco tiempo estaban excluidos. Esto se dio a partir de
los procesos de constitución de los estados nacionales y de las revoluciones
burguesas, que hicieron del pueblo su aliado y factor fundamental. Tomemos el
caso de los ejércitos. Hasta el siglo XVIII las sociedades occidentales no
conocieron un ejército nacional, permanente, profesional. Lo común era que las
casas reales se hicieran de una guardia de mercenarios que les protegieran
precisamente de la insurrección del pueblo. Hasta la fecha queda un vestigio
viviente de este modo de protección de los soberanos que es la famosa guardia
suiza del Vaticano, que fue un ejército mercenario de la época en que los papas
tenían que velar por su seguridad contra otras monarquías europeas 2. Sin
embargo, la revolución francesa, acechada por los estados europeos que veían en
ella una ignominia contra la casa real y contra otras monarquías, al enfrentar la
coalición que se formó para acabar con la república jacobina creó el primer ejército
popular del nuestro tiempo, luego hizo obligatorio el servicio de las armas y
promovió una nueva oficialidad sustentada en el mérito y no en el origen social.
Napoleón y sus ejércitos son fruto de la revolución francesa y de su interés de
incorporación de las masas como soporte del nuevo Estado 3.
Los movimientos sociales que se inauguran con el surgimiento del capitalismo son
consecuencia de este nuevo estado de cosas. La incorporación de las masas a la
sociedad burguesa es el fenómeno más importante de la modernidad y rebasa las
condiciones originales del desarrollo capitalista avanzadas por Marx y Engels. Así
lo pensaron autores prominentes de la llamada Escuela de Frankfurt:
2
La Guardia Suiza fue creada a principio del siglo XVI por Julio II, el papa mecenas que ordenó los murales
de la Capilla Sixtina y su fiesta se realiza el 6 de mayo para conmemorar la defensa del Papa Clemente VII
durante el famoso Saco de Roma a manos de las tropas de catolicísimo emperador Carlos V. Otros monarcas
tuvieron también su guardia suiza, entre ellos el depuesto rey borbón Luis XVI por los revolucionarios
franceses.
3
Semejante proceso puede compararse con el seguido por los campesinos y obreros agrícolas incorporados
a los ejércitos revolucionarios en México. De hecho, como señala Carlos Monsiváis, la revolución mexicana
fue un espacio de reconocimiento de las masas populares como miembros de este país.
6
sindical, de discusión y de confrontación entre los grupos
conductores de la economía y la política. Hace mucho que la
voluntad revolucionaria del proletariado se ha convertido en una
actividad inmanente a la sociedad, ajustada a lo real. Por lo menos,
según la conciencia subjetiva, el proletariado se ha integrado
(Horkheimer 1974:10).
4
Entre las obras fundamentales de Elías están La sociedad cortesana y El proceso civilizatorio, ambas
escritas en los años treinta pero publicadas mucho tiempo después.
7
en las masas o pueblo5 la fuente legitimadora de la acción cultural. Y sin embargo,
se prefería una noción de pueblo idealizado, no movilizado, un élan vital (impulso
vital, como diría el filósofo Bergson) que animaba la acción de los sujetos
individuales pero que a la vez estaba alejado de ellos. La paradoja resulta curiosa
porque al tiempo que se reivindicaba al pueblo a partir de una noción abstracta del
mismo, se le veía como algo a ser superado o rechazado, y esto porque, como
señaló Martín Barbero (1987), para los sectores dominantes el pueblo –en el
sentido de clases o grupos subordinados- es también, en última instancia,
superstición, ignorancia e inestabilidad6.
Los movimientos reformadores han visto en el pueblo una fuerza, un héroe que se
levanta contra el mal. La multitud es Prometeo, nuevo protagonista que el
romanticismo colocó en el centro de la historia. Rotas las cadenas que lo sujetan,
los anhelos libertarios del pueblo transformarán la sociedad. Comunismo,
nacionalismo o fascismo han encontrado en los pueblos o masas un sustrato
cultural, un alma. El amplio desarrollo de estas visiones ha ido acompañado de
profundas transformaciones en la organización de la cultura.
5
Es posible sostener que existió una identidad en los conceptos de pueblo y masa hasta que se distinguieron
con mayor precisión en el siglo XX. En relación con la historia de ambos conceptos puede verse Bolleme
(1990) y Giner (1979).
6
La desconfianza en la capacidad reflexiva de las masas es tanto de intelectuales de derecha como de
izquierda. La idea del partido en Lenin, como una agrupación disciplinada de revolucionarios profesionales,
suponía una dirección cuyas cualidades sólo eran poseídas por las clases medias de su tiempo, capaces, eso
sí, de “proletarizarse”, es decir de abandonar sus prejuicios y conductas pequeñoburgueses.
7
Pensemos un momento en el reciente proceso de selección para el bachillerato en México (2013). La
política educativa al respecto ha definido que éste es obligatorio por lo que no cabe hacer una selección. Lo
que se realiza –se dice- es un proceso para “distribuir” a los candidatos entre las diversas opciones, sin que
ello implique la negación de una plaza en este nivel educativo. Hay pues una política de incorporación de
8
La cultura de masas constituye entonces un fenómeno relativamente reciente.
Aunque no remite a un lugar específico, tuvo asiento primordial en las ciudades y
con las tecnologías de comunicación se expandió al campo. En la tradición
anglosajona ha sido frecuente oponer un tipo de cultura popular folk o tradicional a
la “nueva cultura popular” masiva o moderna. Se diferencian por el carácter
comunal de la primera, en la que es imprecisa la distinción entre productores y
consumidores de cultura, en tanto que la nueva cultura popular es consecuencia
de una sociedad diferenciada y secular, y su sentido principal radica en el
entretenimiento. En ella el productor y el consumidor de cultura se hallan casi
siempre diferenciados. La cultura folk es preindustrial y pre-literaria; la cultura de
masas es tecnológica, constituyó un modo diferente de leer 8 y en nuestro tiempo
es plenamente visual.
En el medio latinoamericano es común otro uso del concepto cultura popular. Éste
en general refiere a la tradición y a un origen genuino. Se considera que las
creaciones culturales de los grupos subalternos o marginados rurales o urbanos
de amplia tradición, son expresiones de estructuras simbólicas que dan
coherencia a la estructura social, económica y familiar de tales grupos. Bajo esta
concepción lo popular no puede ser algo único y universal. Por el contrario, se dan
una gran cantidad de expresiones de cultura popular que obliga siempre a hablar
de ellas en plural. Con todo, no deja de reconocerse la permanente confrontación
de lo popular con lo masivo, término este último que por lo general se supone
siempre derivado de instituciones especializadas llamadas industrias culturales.
Ha sido también muy frecuente que la cultura de masas sea analizada a partir de
oposiciones como erudito/no erudito, docto/no docto/, elitista/masivo,
todos los jóvenes a este nivel de estudio, pero ello no nos dice nada de la calidad de estas opciones que es
la más desigual de todos los niveles educativos.
8
Los historiadores culturales ingleses hicieron un gran trabajo por desentrañar los recursos de la cultura
popular de las clases trabajadoras británicas. Señalaron la emergencia de los periódicos de masas, el folletín
(espacios en la prensa donde se publicaban novelas) y las novelas por entregas (aquellas que se vendían por
capítulos que iban haciéndose sobre la marcha como las telenovelas actuales) como un modo nuevo de
producir bienes culturales, esta vez adaptados a las habilidades y educación de la clase obrera. Jean Francois
Benoit señala que en España se publicaron entre 1840 y 1900 entre 2 mil y 3 mil novelas por entregas con
tirajes medios de alrededor de trece mil ejemplares. Este proceso sólo fue posible porque en ese mismo
tiempo hubo una masiva incorporación de entre 55 mil a 90 mil personas alfabetizadas cada año.
9
dominante/hegemónico… Pueden ampliarse las dicotomías pero lo interesante es
el carácter opuesto y valorativo que tales clasificaciones proponen en relación con
la cultura de masas. De acuerdo con el hilo de estas oposiciones resulta posible
destacar tres rasgos sobresalientes de la cultura de masas donde se ponen en
ejecución el carácter diferenciador y jerárquico que se le supone: la relación clase
cultura, la del creador y su obra y la del mercado y la producción cultural.
La relación clase-cultura. La dicotomía entre la cultura de élite y la cultura de
masas representa una oposición que cruza por la división de clases. La cultura
superior corresponde a los sectores de mayor jerarquía en la escala social y la de
masas a ese conjunto generalizado de sectores sociales dominados. Este punto
de vista llega a ser tan relevante que para algunos sociólogos de la cultura la
correspondencia entre los distintos niveles culturales y las clases es directa; como
la presenta Bourdieu al analizar el gusto y dividirlo en “gusto legítimo”, “gusto
medio” y “gusto popular”, correspondientes a las élites, las clases medias y los
sectores populares, estos últimos prácticamente incapaces de producir cultura.
(Pierre Bourdieu)
10
Gusto Danubio azul Trabajadores manuales. Placer a través de la
popular (Strauss) Trabajadores en experiencia sensorial
instituciones religiosas
Dependientes.
Fuente: El cuadro se ha elaborado a partir de las observaciones de Pierre Bourdieu sobre el gusto
de diversas categorías de trabajadores. Ver Capítulo I “Títulos y cuarteles de nobleza cultural” del
libro La distinción, 2002.
(Pierre Bourdieu)
11
Funciona como una “fórmula sino en las estructuras incorporadas
generativa” que determina del hábitus.
gustos y prácticas no sólo en
El ethos de las clases trabajadoras
el exclusivo dominio estético
sino en áreas mundanas como está basado en experiencias
la ropa, la comida, la colectivas de necesidad material y
hacen virtud de la necesidad.
decoración de interiores, el
deporte y el ocio. Su código ético valora la honestidad
Es un sentido práctico. y la sencillez sobre la simpatía y las
formalidades de las convenciones
Es menos un producto formal burguesas de sociedad.
de la educación que un
conjunto estructurado de Favorecen la fuerza física del
disposiciones un hábitus trabajo manual. El levantamiento de
inculcado en el nivel peso o la lucha, sobre la grandiosa
predicativo destreza del jugador de tenis.
12
Una constante está presente en la eficacia de la relación del autor con el público.
Consiste en la capacidad de la obra para proyectar pautas de conducta.
Estructuras de experiencia y fantasías compartidas por las masas. Sexo, violencia
y entretenimiento son por lo general, las situaciones preferidas para ganar el favor
popular El melodrama como experiencia comunicativa es la base de la cultura de
masas, hecho que se prueba cada día en muy distintos campos culturales, sea el
de la canción, el teatro, la literatura o los espectáculos televisados. Semejantes
estrategias no son nuevas en la historia de la cultura, pero sí el que ahora no se
remitan a un contexto exterior a los sujetos. La modernidad cultural popular o de
masas no evoca, como la cultura popular tradicional, situaciones míticas futuras o
pasadas de la humanidad, sino que les propone las suyas propias; la cultura
popular moderna o de masas es secular, es decir, busca reflejar su vida cotidiana
como principal estrategia comunicativa a fin de vincular la creación artística con el
pueblo.
13
Las fotos muestran un momento del solemne traslado de los restos de
Alejandro Dumas al Panteón francés. En el cortejo iban cuatro jinetes
caracterizados de mosqueteros y el féretro estaba cubierto por un paño con
la divisa “todos para uno y uno para todos”. El suceso ocurrió el 30 de
noviembre de 2002, en el bicentenario de su nacimiento y más de 130 años
después de su muerte. Sus cenizas pasaron por varios lugares donde
discurrió la vida de Dumas o las aventuras imaginadas de alguno de sus
personajes. Lo relevante es que siendo un autor tan venerado, las élites
intelectuales francesas le negaron durante tanto tiempo el honor de reposar
donde están los restos de escritores como Hugo y Zolá quienes también
hicieron uso del sistema de novelas por entregas. Tal vez esto se haya
debido a que su literatura, si bien abundante y muy difundida en todo el
mundo, consistió en historias dirigidas a las masas. Un político francés no
desperdició la ocasión de convertir el suceso en un signo de igualdad al
señalar que el descendiente de esclavos reposara en el famoso Panteón.
http://www.live2times.com/2002-alexandre-dumas-entre-au-pantheon-e--
5016/
14
5.4. Tendencias en el estudio de la cultura popular
9
Este término se adjudica a William Thoms, estudioso inglés quien lo acuñó a mediados del siglo XIX.
Ver Emrich, 1946. El autor escribe el texto en el centenario de la primera ocasión que Thoms empleó
este término, un 22 de agosto de 1846. En 1960, la UNESCO decretó esa fecha para celebrar el día
mundial del folclore.
15
famoso por el ser el primero que hizo estudios sistemáticos sobre el parentesco,
Lewis Morgan, creó en los años cuarenta del siglo XIX un grupo de corte cultural
que se denominó Liga de los Iroqueses, inspirado en la Confederación iroquesa de
cinco tribus de los grandes lagos que más tarde estudió en forma sistemática 10. Y
obviamente Morgan no podía apelar a los Iroqueses como sus ancestros. El uso
que las diversas sociedades dieron a estas búsquedas fue variado, pero sin duda
estuvo vinculado a trazar una ruta real o imaginaria del desarrollo propio de una
sociedad haciendo de ésta una experiencia particular e irrepetible y, en algunos
casos, superior.
10
El primer trabajo propiamente antropológico de Morgan fue precisamente The League of the Ho-de-no-
sau-nee or Iroquois de 1851. Éste lo escribió después de un encuentro con los miembros de la tribu para la
confirmación de un Jefe. Ver Tooker, 1983.
16
señalaba que el progreso económico era imposible sin ajustes dolorosos (sobre
todo de las sociedades tradicionales) y que, por tanto:
11
La cita aparece en el documento “La cultura como finalidad del desarrollo” del Seminario de Expertos en
Políticas Culturales, OEA, Vancouver, Canadá, 2002.
12
Al inicio de la revolución los principales intelectuales que asumen la conducción de la política educativa y
cultural formaron parte de una fracción bolchevique que había disputado a Lenin la conducción del partido.
El más notable de ellos fue Alexander Bogdanov, un hombre con muy amplios intereses intelectuales que
iban de la economía, la medicina, la física y la filosofía. Bogdaniv era sólo tres años menor que Lenin (1873-
1929) y también fue perseguido y exiliado por las fuerzas represivas zaristas a fines del siglo XIX. Tras verse
derrotado en la lucha política interna del partido, Bogdanov se integró a un grupo próximo al bolchevismo
pero con actitudes radicales en cuanto a la táctica de lucha. En 1909 Bogdanov fue expulsado del partido y
decidió unirse a algunos exiliados como Maximo Gorki y Anatoli Lunacharski (su cuñado y más tarde uno de
los inspiradores de la política educativa de Vasconcelos en México) y otros miembros de la fracción otzovista
(revocadores) que se oponía a participar en las organizaciones legales y el parlamento exigía revocar el
mandato a los diputados socialdemócratas en la Duma.
El grupo de exiliados en Italia fundó en Capri una escuela para trabajadores rusos y tal vez a causa de su
lejanía del partido hizo de esa actividad de formación un proyecto más claramente vinculado con una idea
del papel de la cultura en la creación de una sociedad comunista.
A triunfo de la revolución Bogdanov fundó y dirigió el movimiento artístico proletario llamado Proletkult. Se
trató de un proyecto radical, en cuanto su concepción de la cultura en el que propuso la destrucción total de
la “vieja cultura burguesa” a favor de una “cultura proletaria pura” del futuro. Al principio el Proletkult,
como otros movimientos culturales de corte radical de la época, tuvo apoyo financiero del gobierno
bolchevique, pero a partir de 1919-1920 la dirección bolchevique se volvió hostil. Los máximos líderes
políticos de la revolución, Lenin y Trotski, no compartieron tal visión de la nueva cultura proletaria. (Puede
verse Walsh, 2006).
17
conocer los Cuadernos de la Cárcel de Antonio Gramsci fue posible apreciar la
enorme capacidad de reflexión de este militante comunista represaliado por el
fascismo quien mostró un interés por la cultura popular como espacio de
construcción de la hegemonía. El tardío descubrimiento de sus trabajos dio pie a
una reinterpretación de las tesis de Marx sobre la Ideología y permitió pensar el
espacio de la cultura y de la cultura popular como un terreno de lucha. La cuestión
estaba en cómo se aceptaba la hegemonía y cómo se podrían construir las bases
para un cambio revolucionario en que debía participar también el frente cultural.
En gran parte el redescubrimiento de la cultura popular por parte de los sectores
progresistas fue debido a Gramsci quien observó que las prácticas que
desarrollaban los sectores populares no eran una simple imposición de las clases
dominantes. A partir de él el interés de historiadores, antropólogos y militantes
hizo de la cultura popular un terreno de estudio y de lucha a veces demasiado
entusiasta. Un texto de García Canclini de 1984 ofrece una perspectiva
interesante para mirar con mayor objetividad los aportes de Gramsci:
18
sus problemas u organizar su vida al margen del sistema hegemónico,
(solidaridad barrial, fiestas tradicionales). En otros casos, las
manifestaciones de pretendida "impugnación" o "contrahegemonía"
representan más bien la ambigüedad, el carácter irresuelto de las
contradicciones en las clases subalternas (por ejemplo, defensas de
intereses localistas que no cuestionan los resortes básicos del
capitalismo). Para saber si estos hechos pueden pasar de la mera
autoafirmación conservadora a la resistencia revolucionaria hay que
empezar reconociendo en ellos componentes que mezclan lo
autónomo con la reproducción del orden impuesto, que por tanto no
son ubicables en una polarización extrema sólo interesada en registrar
enfrentamientos entre lo hegemónico y lo subalterno (García Canclini,
1984).
13
Dos libros importantes en la trayectoria de García Canclini exponen estos planteamientos: Las culturas
populares en el capitalismo (2002, [1981]) y Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y salir de la
modernidad (1989).
19
Esta rápida revisión de los estudios sobre cultura popular permite sintetizar las
tendencias en “tres vectores”:
20
Vectores dominantes en el análisis y gestión de la cultura popular
VALORES
Cultura Popular:
Creaciones para las masas
Pre-científica,
sostenidas en el
primitiva,
entretenimiento.
bárbara,
Escisión entre el creador y el
supersticiosa, La cultura popular
consumidor; incorporación al
vulgar se expresa en
consumo cultural global.
objetos tangibles e
La cultura popular vista
Lugar de enunciación: intangibles
como cultura impuesta y no
Las élites ilustradas, preservados por la
propia.
proyectos sociales tradición y la
modernizadores a partir costumbre
En 1965, Umberto Eco dio a conocer un texto ahora clásico en el que propuso
diversas maneras de comprender la cultura de masas 14. Según Eco, las
características que se asignaban a la cultura de masas era la difusión de modos
de vida homogéneos y estereotipados que evitaban soluciones originales,
adaptadas al gusto medio al que halagan. Es producida desde el exterior de ellas
y por ello se la piensa como instrumento de dominio e imposición. La cultura de
masas busca agradar con desenfado y sin provocación, y los medios promueven
una visión pasiva y acrítica diferente a la de las élites intelectuales. Más radicales
algunos críticos señalan que la cultura de masas embota su conciencia histórica
pues producen conformismo a partir de estrategias cuidadas y persuasivas de
comunicación. En fin, la cultura de masas produce conformismo. Salvador Giner
sigue precisamente las ideas centrales de esta crítica en su libro la Sociedad
Masa y resume las opiniones de diversos autores sobre la cultura de masas en los
siguientes puntos:
14
Apocalípticos e Integrados.
22
- La cultura de masas es inherente a la sociedad masa (Giner 1979: 263-
280).
Sin embargo, otro frankfurtiano, Walter Benjamin sugiere otro modo de analizar la
cultura de masas. En su célebre texto “La obra de arte en la época de la
reproducción técnica” nos presenta no sólo una manera de analizar la obra de arte
-a partir del “aura”, que indica la unicidad de la obra arte y su carácter específico y
diferente a cualquier otro producto humano- sino lo que sucede con ésta cuando
ésta es susceptible de ser reproducida mecánicamente hasta el infinito. En este
caso la pérdida del aura es evidente al triturar su irreproductibilidad pero más
sobresaliente aún es su efecto en la sociedad de masas pues éstas pueden
adueñarse de la obra de arte antes encerrada en las galerías, los museos o las
residencias de las élites y en cambio se hace accesible al gran público generando
un proceso de igualación. La reproducción mecánica altera también las formas de
recepción. Mientras las élites reclaman de la obra de arte recogimiento y
solemnidad, las masas aprecian su accesibilidad y su sentido de entretenimiento.
Con todo, podemos preguntarnos si es cierto tal proceso de democratización del
arte a partir de la accesibilidad creada por la industria cultural. La cuestión está en
el aire. Muchos aún niegan el carácter artístico de la obra de arte caracterizándola
de vulgar y chabacana. Otros reconocen que a través de la industria cultual se
hace accesible a la mayoría de la sociedad, así sea que ésta no esté madura ni
sea exigente.
23
hizo que varias familias rogaran al poeta alemán que modificara el final de su
novela para evitar tales actos de imitación. Más de doscientos años después, la
democrática y educada Noruega decidió sacar del mercado los video-juegos a los
que era aficionado el asesino de decenas de jóvenes socialistas en la Isla de
Utoya en 201115. Sin embargo, la relación entre la violencia presentada en
novelas, películas y videojuegos con la que practican algunos asesinos no ha sido
claramente explicada por los científicos. Por el contrario, las investigaciones han
avanzado en dos direcciones diferentes:
Estudio de las audiencias activas. Este tipo de estudios supone que los públicos
no son entes pasivos sino intérpretes de los mensajes que les son presentados
por los media. Más aún, hay en ellos una capacidad de agencia que traduce los
mensajes a su experiencia e incluso que les permite fraguar estrategias de
resistencia y apropiación de los mismos. Estos estudios han llevado a proponer el
campo de la comunicación y de las nuevas tecnologías como un terreno
conflictivo, donde existe el conflicto y la capacidad para dar a conocer mensajes
muy distintos. Desde el punto de vista de los receptores es importante el
conocimiento del proceso de interpretación de los medios.
15
http://blogocio.net/noruega-retira-mas-de-50-videojuegos-violentos-tras-la-tragedia-de-utoya-no-42450/
24
producirse audiovisuales para grandes audiencias más allá de las fronteras
nacionales. ¿Es esto una muestra de la democratización de la cultura de masas o
más bien es una nueva forma de imperialismo cultural?
Bibliografía
25
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Barcelona, Península.
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http://www.jstor.org/discover/10.2307/481022?uid=3738664&uid=2129&uid=
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Walsh, David (2006) “El marxismo, el arte y el debate soviético sobre la ‘cultura
proletaria’" [2005] http://www.wsws.org/es/articles/2006/may2006/span-
m25_prn.shtml
26