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I. Introducción
¿A qué se debe el hecho de que los países de Europa central y oriental y los países
bálticos hayan avanzado más rápidamente que los países de la CEI? ¿Cómo pueden
seguir adelante Rusia y otros países? Estos son los temas generales que se analizan
en las siguientes secciones. El texto principal de esta nota se centra en los países en
transición de Europa y la antigua Unión Soviética; asimismo, aunque sólo se analiza
brevemente la evolución de China y de las economías en transición de Asia
sudoriental, este tema es objeto de análisis en el recuadro 2.
Es probable que el nivel del producto del período anterior a la transición se haya
sobreestimado como consecuencia de fallas estadísticas. Si el valor agregado se
hubiese cuantificado correctamente utilizando precios de mercado, el nivel del
producto antes de la transición, y por ende la caída del producto, habrían sido mucho
menores. En 1998, la tasa de crecimiento del producto en los tres grupos (véase
el gráfico 1) se había reactivado, aunque en la mayoría de los países se mantenía por
debajo de las mediciones anteriores a la transición.
¿Por qué el producto se redujo inicialmente y en forma tan acusada, por qué variaron
las características de la caída entre un país y otro, y a qué factores se debió la
reactivación de la producción?
Estas cuestiones han sido analizadas en muchos estudios econométricos. Los
resultados obtenidos parecen indicar que una parte relativamente pequeña de la
disminución inicial de la producción se debió a la adopción de una política
macroeconómica restrictiva para contener la inflación. En realidad, un factor más
importante fue la "desorganización" vinculada a perturbaciones como el
desmantelamiento del Consejo de Ayuda Económica Mutua (CAEM). Esta
desorganización se refiere a las perturbaciones que surgieron en la red de producción,
sobre todo en la provisión de materiales e insumos intermedios, resultantes del
colapso de la planificación centralizada y del desmembramiento de los
conglomerados de integración vertical del sistema antiguo. Estos desórdenes
provocaron una reducción de la producción.
Un factor importante fue el avance en la lucha contra la inflación. Los países que
lograron contener la inflación rápidamente y pudieron consolidar los avances
obtenidos registraron una reactivación más rápida y pronunciada.
Fuente: Havrylyshyn y otros autores, estudio No. 184 de la serie Occasional
Papers del FMI, 1999, y Havrylyshyn, Izvorski y van Rooden, documento de trabajo
del FMI 98/141.
Nota: Cada rombo del gráfico representa un país.
Este fenómeno puede observarse en el gráfico 2, en que se presenta, por una parte,
la relación entre la variación del producto en un país, y por la otra, los avances en la
reducción de la inflación. Cada rombo del gráfico representa un país; no se indican
los nombres de los países para que la ilustración sea más clara. Los países que
figuran en la parte inferior derecha del gráfico registraron bajas tasas de inflación (en
relación con otras economías en transición) y una reactivación de la producción; los
que figuran en la parte superior derecha tuvieron altas tasas de inflación y sufrieron
una pérdida de producción. En general, el gráfico muestra que los países que
pudieron contener la inflación estuvieron en mejores condiciones para mantener el
nivel de actividad económica que los países que no lograron controlar la inflación.
* El análisis se basa en los siguientes estudios: Kalra y Sloek, "Inflation and Growth
in Transition: Are the Asian Economies Different?", documento de trabajo del FMI
99/118, agosto de 1999; Dodsworth, Chopra, Pham y Shishido, "Macroeconomic
Experiences of the Transition Economies in Indochina", documento de trabajo del
FMI 96/112, octubre de 1996; Aghevli y Dodsworth, "Transition in East Asia:
Stabilization and Economic Reforms", mimeografiado; Camard, "Transition in East
Asia: The Role of Enterprise Reform and Monetary Control", mimeografiado, abril
de 1997; S. Erik Oppers, "Macroeconomic Cycles in China", documento de trabajo
del FMI 97/135, octubre de 1997.
IV. Privatización
Con todo, la experiencia acumulada por las economías en transición parece indicar
que las empresas privatizadas tienden a restructurarse más rápidamente y obtener
mejores resultados que empresas similares que se mantienen en manos del Estado,
pero sólo si se cumplen ciertas condiciones complementarias. Estas condiciones
incluyen la imposición de restricciones presupuestarias rigurosas, la competencia,
normas sobre gobierno de las empresas, y una estructura jurídica y un régimen de
propiedad eficaces.
V. Flujos de capital
Otro factor que contribuyó a la escasez de capital fue la fuga de capitales privados
como consecuencia de la incertidumbre imperante en los países al inicio de la
transición. Sin embargo, una vez que muchos países de Europa central y oriental y
los países bálticos lograron establecer claramente la orientación de las reformas, los
flujos de capital privado se reanudaron con rapidez. En el gráfico 1 se resume la
situación mediante una comparación de las estimaciones anuales medias de la fuga
de capitales, la tasa de inflación, la tasa de crecimiento real del PIB, los saldos fiscales
y la calidad de las reformas en los primeros años de la transición y en los años
posteriores9. En las economías de Europa central y oriental, la disminución de la
inflación y las mejoras en la calidad de la reforma estructural estuvieron acompañadas
de un cambio de sentido de los flujos de capital, los cuales pasaron de US$15 per
cápita por concepto de salidas netas a US$75 per cápita en entradas netas.
Análogamente, gracias a los avances en materia de inflación y reforma estructural en
los países bálticos, y a las mejoras en los saldos fiscales, las salidas netas de US$30
per cápita se convirtieron en entradas netas de US$70 per cápita. La experiencia de
Rusia fue notoriamente distinta. Aunque han transcurrido varios años desde que se
inició la transición en ese país, Rusia continúa experimentando una fuga masiva de
capitales. Si bien se ha logrado contener la inflación, Rusia sigue atrasada en la
ejecución de las reformas estructurales.
VI. Desigualdad
"La postura del FMI con respecto a la política económica aplicada por las autoridades
rusas fue, y sigue siendo, tímida, incoherente y constantemente sujeta a
concesiones... durante años, las autoridades rusas y el conjunto de la sociedad rusa
han sido apañados, lo cual les ha permitido recibir asistencia financiera inmerecida.
En consecuencia, además de ser incoherente, la política económica del país se ha
distanciado considerablemente de la política económica de la mayoría de los países
en transición . . ."
Si bien el FMI reconoce que debería haberse prestado mayor atención a la reforma
institucional, la opinión de la institución es que la estrategia básica adoptada por Rusia
fue acertada pero que se apartó de su objetivo debido a factores especiales. Por
ejemplo, Fischer y Sahay señalan que la causa de los problemas actuales de Rusia
es en gran medida resultado de la interrupción de las reformas tras las elecciones de
1996, momento en que poderosos grupos de intereses creados fortalecieron su poder
político y económico, propagando la corrupción. Lo que se requiere no es un cambio
radical en la estrategia de reforma, sino una decisión por parte de las autoridades
políticas de reanudar las reformas y mejorar la calidad de la gestión pública. La
experiencia acumulada por los países de Europa central y oriental y los países
bálticos, resumida en los párrafos anteriores, parece indicar que, una vez que se
afianza la determinación de llevar a cabo las reformas, los capitales vuelven al país,
sentando así las bases necesarias para lograr un crecimiento sostenido.
VIII. Resumen
La opinión convencional es que Rusia y los otros países de la CEI pueden y deben
seguir una trayectoria similar, pero paralelamente se reconocen cada vez más las
dificultades que surgen al intentar crear instituciones y la influencia que pueden
ejercer los intereses creados para desviar el proceso en el período intermedio.