David continuó cuidando las ovejas de su padre en los campos. Cuando no tenía mucho
que hacer en el campo, interpretaba instrumentos, y escribió canciones y poemas que
puedes encontrar en el libro de los Salmos en tu Biblia.
Mientras tanto, Saúl aun era rey y gobernaba a los israelitas. David y su familia
también eran israelitas. Los israelitas no se llevaban bien con los filisteos.
El problema con los filisteos era que había muchos gigantes viviendo en sus
tierras. Uno de los gigantes más fuertes y más grandes era Goliat. Tenía más de nueve
pies de alto, es decir era más alto que cualquier persona que aparece en el Libro
Guinness de Records Mundiales. Hubiera tenido que agacharse mucho para pasar por
una puerta normal.
Goliat se cubría con una armadura que lo protegía, y cargaba una gran lanza. Cada
mañana y cada tarde durante cuarenta días, gritaba a los israelitas usando su potente
voz: " ¡Oigan, ustedes! Los reto a que encuentren un hombre que pelee conmigo. Si me
vence, seremos sus sirvientes, pero si yo gano, todos ustedes serán nuestros sirvientes."
Cuando Saúl y todos sus hombres escucharon esto, se asustaron mucho. Tres de estos
hombres eran los tres hermanos mayores de David. Ellos eran los únicos en la familia
de David que podían ir a pelear, porque eran lo suficientemente mayores.
Ahora Jesse, el padre de David, escuchó sobre el gigante y se preocupó por sus
hijos. Llamó a David, que se encontraba en el campo y le pidió que llevara comida a
sus hermanos y que viera como estaban.
Así que David se fue a visitar sus hermanos. Cuando se aproximó a ellos, oyó a Goliat
gritar su desafío, como lo hacía cada mañana. "¿es que nadie se va a enfrentar a este
hombre?" David preguntó a los hombres del ejército. "entonces yo pelearé contra este
gigante filisteo."
Uno de los hombres escuchó esto y corrió a buscar a Saúl para contarle lo que David
había dicho. Saúl se aproximó a David y dijo: "no puedes pelear contra Goliat, eres
solo un muchacho y él ha estado peleando por muchos años." Pero David dijo a Saúl,
"he tenido que pelear contra leones y osos para proteger las ovejas de mi padre. Dios
me ayudó a mantenerme seguro y lo volverá a hacer ahora."
Así que Saúl vistió a David con una pesada armadura para protegerlo de Goliat, pero
David se la quitó. Era tan pesada que casi ni podía caminar, y sabía que Dios evitaría
que le hicieran daño. En lugar de eso, David fue a un arroyo cercano y encontró cinco
piedras lisas, las puso en una bolsa alrededor de su cintura, y con su honda fue hacia
Goliat.
A medida que David se aproximaba a Goliat, el gigante lo miraba y pensaba que debía
ser una broma. Goliat pensó que podría vencer fácilmente a David, y era gracioso que
Saúl hubiera enviado a un muchacho pequeño para pelear con él. Pero David le dijo sin
miedo: "Tú peleas con una espada y yo vengo con Dios a mi lado y hoy todos sabrán
que hay un Dios verdadero en estas tierras."
A Goliat no le importó lo que había dicho David y se acercó para atacarlo, y David
corrió rápidamente a su encuentro. Sacó una piedra de su bolsillo, la puso en su honda
y la disparó hacia Goliat. La piedra lo golpeó en la frente, justo en medio de los ojos, y
de repente Goliat comenzó a perder el equilibrio.
Este cayó de cara al suelo, de un golpe seco. David lo había logrado, ¡venció al gigante
filisteo! Cuando el resto de los filisteos vieron esto, salieron corriendo y David se
convirtió en un héroe para todas las personas de Israel.
POR QUÉ HUYE DAVID
DESPUÉS que David mata a Goliat, Abner el jefe del ejército de Israel lo lleva a donde
Saúl. Saúl lo hace un jefe en su ejército y hace que David viva en la casa del rey.
Después, cuando el ejército regresa de pelear con los filisteos, las mujeres cantan: ‘Saúl
ha matado a miles, pero David a diez miles.’ Saúl se pone celoso, porque a David se le
da más honra que a él. Pero Jonatán el hijo de Saúl no es envidioso. Ama a David, y
David lo ama a él también. Por eso, se prometen ser siempre amigos el uno del otro.
David toca muy bien el arpa, y a Saúl le gusta la música que él toca. Pero un día la gran
envidia de Saúl lo lleva a un terrible acto contra David. Mientras éste toca el arpa, Saúl
levanta su lanza y se la arroja, mientras dice: ‘¡Voy a clavar a David a la pared!’ Pero
David esquiva la lanza. Más tarde, Saúl yerra otra vez al arrojar la lanza contra David.
Éste ahora sabe que tiene que ejercer mucho cuidado en todo momento.
¿Recuerdas la promesa que Saúl hizo? Él dijo que daría su hija como esposa al hombre
que matara a Goliat. Por fin Saúl le dice a David que puede tener a su hija Mical, pero
primero tiene que matar a 100 filisteos. ¡Imagínate! Lo que Saúl espera es que los
filisteos maten a David. Pero eso no pasa, y Saúl da su hija como esposa a David.
Un día Saúl le dice a Jonatán y a todos sus siervos que quiere matar a David. Pero
Jonatán le dice: ‘No hagas daño a David. Él nunca te ha hecho nada malo. En vez de
eso, te ha ayudado. Arriesgó su vida al matar a Goliat, y cuando tú lo viste, te alegraste.’
Saúl escucha a su hijo, y promete no causar daño a David. Traen a David de nuevo, y él
sirve a Saúl como antes. Sin embargo, un día mientras David toca música, Saúl otra vez
le arroja la lanza a David. David la esquiva, y la lanza da en la pared. ¡Esta es la tercera
vez! ¡Ahora David sabe que tiene que huir!
Aquella noche David va a su propia casa, pero Saúl manda hombres a matarlo. Mical
sabe lo que su padre quiere hacer. Le dice a David: ‘Vete esta noche, o mañana estarás
muerto.’ Esa noche Mical ayuda a David a escapar por una ventana. Por casi siete años
David anda escondido por causa de Saúl, y pasa de un lugar a otro.