"Son las ideas las que inspiran ciertas acciones, y son las palabras las que

crean esas ideas. Las palabras pueden ser así semilla de toda mezquindad,
pero también de toda acción noble. Son la principal herramienta de la
Magia para crear realidades, para crearnos una vida a nuestra altura, y
han sido desprestigiadas adrede para que los individuos se desentendieran
por cansancio de ellas y poder así dominar a la masa por medio de
sentimentalismos baratos y esclavizarla mientras espera la salvación
prometida.

Advierto de que no es un encuentro amable, pero las guerras físicas

estallan cuando no tenemos el coraje de afrontar los aparentes conflictos
entre ideas, cuando nos convencen de que deberíamos pasar de puntillas
por la vida para no ofender a nadie. ¿Quieres robarle la ropa al diablo?
¿Quieres hacer que el pensamiento esté a tu servicio para no vivir, sin
darte cuenta, al servicio de pensamientos ajenos?

Las palabras siempre fueron solución para los problemas que ellas
crearon. Y no me refiero a esa actitud santurrona de incitar a un diálogo
imposible para fingir buena intención, sino al arte de pensar. Nos
convencieron para huir de los problemas, de las palabras, hacia una
espiritualidad pusilánime, para que sintiéramos que la solución no estaba
en nuestra mano y nos retiráramos a meditar, a creernos por encima de
todo cuanto nos domina."

(David Testal, sobre LA PALABRA)