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Un pastor viajó a Francia a una conferencia y se hizo amigo de otro pastor que asistía a la misma

reunión, cuando llegó la hora de ir a cenar fueron a un restaurant donde solo hablaban francés, el
menú también en francés. Uno de ellos pidió al mesero que le tradujeran el menú para saber que
iría a pedir. En cambio, el otro pastor para impresionar dijo que no necesitaba traducir, él mismo
escogería lo que iba a comer y ambos hicieron su pedido. Al pasar un buen rato llegó a la mesa un
violinista a tocar mientras comenzaba a llegar la comida de uno de ellos, él pensaba “tal vez está
demorado lo que pedí y por eso enviaron al violinista”. Después de otro buen rato, el pastor al ver
no se le había servido aún se levantó a ver qué pasaba, entonces le explicaron: “Señor, lo que
usted pidió en francés es 1 hora de música en violín y eso es lo que llevamos a su mesa”.

Es interesante esta historia, mientras una persona estaba alimentándose muy bien porque sabía lo
que había pedido, el otro estaba con hambre esperando y creyendo recibir algo pero sólo estaba
siendo entretenido. En el ambiente espiritual es lo mismo, uno necesita saber que para recibir el
favor de Dios, es necesario que comprendamos su Palabra y que hagamos también nuestra parte.

Vivimos en un tiempo donde toda cosa quiere llamar nuestra atención y entretenernos, muchas
de esas veces perdemos de vista el verdadero propósito en que caminamos y perdemos el rumbo,
eso pasa cuando no le damos el valor necesario a lo que verdaderamente vale la pena para llenar
nuestra vida espiritual. Por eso muchos son tan sólo entretenidos.

Nosotros somos quienes le atribuimos valor a Dios, no debiera ser así porque la Palabra declara
que Él es merecedor de toda la gloria y la alabanza. Aun así, Dios nos deja en libertad de poner un
tiempo y valor para buscarlo y adorarlo. En el tiempo de alabanza es uno mismo como individuo
quien decide “cuánto vale” lo que hace, si vamos a estar parados con brazos cruzados durante un
tiempo de alabanza, entonces ya le habremos asignado un valor, tal como lo hace un jurado en un
concurso de talento.

Por eso mismo necesitamos tener claro el concepto de adoración y lo que conlleva a realizar por
alguien que sea digno de mostrar un homenaje o culto.

Veamos el ejemplo que nos da Caín y Abel, muchos han interpretado de diferentes maneras el
pasaje de la ofrenda que trajeron a Dios, si fuesen dos líderes de alabanza, Caín presentaría el
fruto de su esfuerzo humano (entretenimiento, distracción), por tal manera Dios lo despreciaría,
Abel en cambio llevaría el fruto de su confianza y comunión al Señor, y eso fue lo que agradó a
Dios.

ENTONCES, CUAL ES NUESTRA META EN ADORACIÓN?

Experimentar a Jesús, experimentar Su presencia, y a través de eso somos cambiados y renovados.

CÓMO?

Barak: Doblegarse, postrarse, bendecir al Señor.

Yadah: alzar las manos al Señor en adoracion.

Halal: Brillar, alardear.


Todo esto hacerlo en espíritu y en verdad.

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