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POLÍTICA
El periodista de Infobae Ernesto Tenembaum era uno de los invitados al programa de Mirtha Legrand de hace
pocos días. Intercambió algunas ideas al aire con la vicepresidente de la Nación, incomodando con sus
preguntas a Gabriela Michetti respecto de la ley previsionales, el submarino San Juan y otros temas. Twitter,
entonces, estalló con una andanada de críticas al periodista convirtiéndolo en trending tópic y acusándolo de
ser funcional al kirchnerismo. "Tenembaum K", "traidor" y otros adjetivos se expandieron rabiosamente por las
redes.
¿Los tuits eran de amas de casa, empleados o simples ciudadanos como se presentaban en los perfiles de sus
autores?
Luciano Galup, especialista en redes sociales y en opinión pública es contundente: "No. Lo ocurrido allí
demuestra cierto nivel de organización atrás del ataque. Se equivocaron con el apellido de Ernesto,
entonces hubo mil quinientos tuits que terminaban el apellido en "n" en vez de en "m", que es como debe
escribirse el apellido de Tenembaum. Con lo cual ahí se demostró rápidamente lo que pasaba, porque es
bastante difícil convertir en tendencia un apellido equivocado si no hay atrás una organización. Y después lo que
se detectaba era un esquema típico de ataque de ciber tropas; te diría que tiene que ver con una cantidad de
retuits medio rara para cuentas que son manejadas manualmente, alrededor de un tuit cada veinte segundos",
puntualizó el especialista.
Este es un mero ejemplo de un fenómeno cada vez más expandido. algo así como el acoso cibernético para
instalar temas de debate o para quebrar la opinión del que disiente. ¿Cómo funciona y qué es un troll? ¿El
Gobierno tiene a su disposición una red de acosadores cibernéticos? ¿Es un buen negocio ser
troll? Estos y otros temas, fueron abordados por Galup en los estudios de Infobae. Aquí, la transcripción de la
entrevista completa.
—¿Qué es un troll?
—Un troll es una cuenta orientada a atacar, a generar ruido, a molestar. Nace previo a las redes sociales, viene
de la cultura de los blogs, de los comentarios. Y está orientada a atacar o a violentar la discusión pública en lo
digital.
—¿Es un ser humano, es un algoritmo, es una máquina? ¿Qué es?
—No, un troll es un ser humano que puede ser anónimo o no. Puede ser una cuenta que no está identificada
con la persona, en líneas generales es eso. Después hay otra cosa que se conocen como bots, que son cuentas
automatizadas. Muchas veces también lo que puede pasar es que haya una cuenta mixta, que por momentos
está automatizada y por momentos tiene comportamiento humano porque hay un humano atrás
administrándola. Pero en líneas generales el "trolleo" es una actividad casi humana en su mayor parte.
—O sea, un conjunto x de personas que deciden vamos a decir que Novaresio tal cosa, y se instala en
eso y con la reproducción incluso de algunos incautos e ingenuos.
—Sí, puede ser organizado o así como vos decís, "vamos a decir esto", o que se organice en función de ver qué
es lo que se está hablando en redes sociales en ese momento y empieza una organización más celular te diría,
no es que hay una única organización que decide atacar a alguien sino que hay varias organizaciones, incluso
algunos espacios más individuales de cierta participación que deciden atacar porque ven qué es lo que está
pasando en ese momento.
—Contame de la experiencia argentina o de la que vos quieras, cuál es el que más te impactó por lograr
construir esto, un discurso, una sensación, un ánimo.
—Bueno, en el mundo lo que se está discutiendo es el tema Rusia. Justo el otro día, te comentaba, salió en El
País una nota que contaba la historia de una periodista finlandesa a la que por investigar el sistema de trolls
rusos le destruyeron la vida a partir de noticias falsas y noticias inventadas. Y en Argentina hubo un par de
acciones bastante pesadas te diría durante la discusión del tema Maldonado. Hubo una particularmente muy
cruel, que era preguntarle a Sergio, el hermano, dónde estaba Santiago en un momento en el que él le entregó
una mochila y una evidencia al juez. Ese día fue bastante particular la crueldad que tuvo el ataque sobre todo
teniendo en cuenta que era una víctima. Y el ataque a la víctima generalmente te ablanda.
—Este es el efecto. ¿El troll generalmente está en Twitter o todas las redes sociales?
—No, es en todas las redes sociales; lo que tiene Twitter es que es una red mucho más informativa y en la cual
hay muchos más líderes de opinión, con lo cual una parte importante del accionar que tiene que ver con atacar
o deslegitimar posiciones de líderes de opinión o de periodistas se nota mucho más ahí, porque está mucho
también orientado a generar autocensura o disciplinamiento en la conversación social.
—Me parece que hay dos efectos. Uno que es éste, crear una suerte de conciencia o de opinión. Y la
otra, sobre el que es opinado genera una suerte de ruido emocional digamos, genera como una suerte
de autocensura, ¿no?
—Sí, te diría que ese es el principal objetivo. Porque el de generar opinión pública es mucho más reducido y
mucho más limitado, no es tan simple. Se genera opinión pública a través de las tendencias, los famosos
hashtags o trending topics pero el primer objetivo es mucho más orientado a cercenar el debate público en
términos de atacar o deslegitimar a los que son autoridad o los que están participando de ese debate, mucho
más orientado a disciplinar o generar instancias de autocensura que de manipular a la opinión pública e
términos de generar una cantidad importante de información alrededor de eso.
—O sea, el "trolleo" lo que busca es disciplinar y quebrar a una persona que opina de manera distinta a
este grupo.
—Es uno de los objetivos, sí. Te diría que hay tres grandes objetivos: uno es ese, el disciplinar, el generar
espacios de autocensura. El otro tiene que ver con romper la discusión: si hay una discusión que se está dando
en términos democráticos en un espacio digital es entrar a romperla, a generar mucho ruido no para imponer
una visión propia sino para quebrarla, para que no haya más discusión a partir del ataque. Y un tercero que
tiene que ver con instalarte más agenda que es mucho más dificultoso y cuyos efectos si bien no están del todo
estudiados es más limitado te diría.
—De tu análisis como consultor y como experto, ¿ quiénes son los más expertos en "trollear"?
—¿En Argentina o en el mundo?
—En Argentina.
—En Argentina hay un dispositivo bastante vinculado ideológicamente al discurso oficial. Imposible saber si está
vinculado orgánicamente pero sí muy vinculado ideológicamente o discursivamente que lo que tiene es una
capacidad muy grande de instalación de tema y de ataque a partir de cuentas muy robustas, con muchos
seguidores y con una autoridad muy grande dentro de la propia comunidad de trolls. Las redes son espacios
jerárquicos, son espacios nodales, y lo que pasa es que hay un nodo alrededor, nodo es una serie de cuentas
hablando alrededor de un tema, y esos nodos son bastante profesionales te diría, bastante pesados en cantidad
de seguidores y en capacidad de instalar temas.
—Vos decís que no podés vincularlo directamente con la estructura de gobierno pero piensan como el
oficialismo digamos.
—Sí, incluso por momentos lo corren un poco al oficialismo. Por ejemplo, pasó con la designación de la
hermana de Triaca que justo esas cuentas tenían una actividad bastante particular, enojadas con esa
designación. O sea que te diría que son los fans, los ultras. Lo que pasa es que esos ultras generan un
problema que es un discurso público bastante violento y bastante roto en términos de escucha y de circulación
democrática de la palabra.
—¿El troll es un fanático o es un opinador rentado?
—Pueden ser las dos cosas, un troll puede ser un fanático, incluso muchas veces puede ser un espacio de
participación de militancia en algunos casos. Y después es un negocio. Por ejemplo, hablábamos antes del
esquema ruso, la participación en Estados Unidos durante las elecciones de esquemas de trolls y de noticias
falsas quedó demostrado que tenía mucho que ver también con un negocio. Por ejemplo había un grupo de
macedonios que fabricaban noticias falsas para Hillary y para Trump y se dieron cuenta que los republicanos
hacían más clics en las noticias que los demócratas, con lo cual empezaron a trabajar para Trump pero porque
les generaba más ingresos.
—Era un negocio.
—Exactamente.
—¿Cómo te parece que debe mensurarse la legítima libre expresión con la protección de la información
de mala fe o el dolo en esto?
—Mirá, en principio la tecnología siempre llega antes que la regulación, con lo cual tenemos la tecnología y no
tenemos la regulación. No sé si hay una resolución a partir de legislación alrededor de esto, sí me parece que
hay una responsabilidad en los actores sociales y en los líderes de opinión de no convertirse ellos en trolls.
Porque muchas veces lo que habilita la palabra violenta o el ataque tiene que ver con reproducción de líderes
de opinión de carne y hueso que participan en redes en una actitud bastante similar a la de un troll.
LEER MÁS: Tenso debate entre Tenembaum y Michetti por la muerte del mapuche Rafael Nahuel
—¿Sirve no solo bloquear sino denunciar en Twiter, pasa algo o no pasa nada?
—Pasa poco, Twitter es una red bastante poco amable a las denuncias. En parte por eso es la crisis que
atraviesa, tiene que ver con que es una red con un debate bastante sucio. Pero de todas maneras sirve. Es lo
único que podés hacer si alguien te molesta o te ataca, denunciarlo por acoso. es una forma de decirle a Twitter
que esa cuenta está generando ruido en la comunidad.
—Mandale un mensaje a los trolls que nos están mirando o leyendo en este momento.
—En principio me parece que hay actitudes que deberían reverse en términos de no atacar a víctimas o no
ensuciar el debate público. Sobre todo con mentiras o con información falsa muy pesada sobre algunos de los
personajes sobre los que se trabaja.
—Imagino esta idea de un jefe de Gabinete o un ex presidente con, qué sé yo, yo con un grupo de
señores en un cuarto diciendo "enter, enter".
—No, no, no veo eso como un escenario real, me parece que está mucho más organizado en células, mucho
más alejado. Sí puede tener vínculo a partir de algunos espacios de militancia mucho más lejanos. Pero yo no
me imagino a ningún responsable de comunicación de rango alto que esté atrás de o que esté encima de este
tipo de prácticas. Aunque a veces te pueden beneficiar y sirven y dejás que corran, no es algo que incline
mucho la balanza más allá de esto que hablábamos antes de cómo presiona a los líderes de opinión y a los
periodistas a partir de evitar que opinen.
—A los que te quieren leer o te quieren seguir, ¿cómo hacen, dónde te encuentran?
—La cuenta de Twitter, @lgalup.
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