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Desde sus inicios, este minorista de café en grano, té y especias se propuso ser una

empresa distinta en la que se honrasen estos productos y su rica tradición. En aquel


momento, la compañía estaba compuesta por una sola tienda en Pike Place Market,
un mercado histórico de Seattle que ofrecía algunos de los mejores cafés en grano
recién tostados de la época.

En 1981, Howard Schultz (actual presidente ejecutivo y, hasta hace poco, director
general de Starbucks) entró por primera vez en un Starbucks y un año después se
incorporó a la empresa. En 1983, tras un viaje a Italia en el que le cautivaron las
cafeterías del país y el romanticismo de la experiencia de tomar un café, tuvo la
visión de trasladar esa esencia al otro lado del charco. Así, ofrecía a sus clientes un
lugar donde conversar y sentirse parte de la comunidad, además de tomar un sabroso
café. Era un tercer lugar entre el trabajo y el hogar.

Durante los años 90, Starbucks comenzó su expansión, primero a nivel nacional y
luego por el resto del mundo. También, en esta década la firma salió a bolsa y se
caracterizó por ser una de las primeras empresas en dar beneficios sociales a sus
empleados. Fue una de las primeras compañías estadounidenses en conceder a sus
trabajadores a tiempo parciales un seguro de salud completo y participación en la
empresa en forma de opciones sobre acciones. Además, desde hace unos años,
ofrece a sus empleados la matrícula universitaria gratuita, ya que la firma considera
que “invertir en las personas es lo que le hace crecer”, según explicó Schultz
a Forbes en una reciente entrevista.

https://forbes.es/business/37134/como-comenzo-starbucks/

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