Requisitos
1. Preparar el suelo, sembrar o plantar y abonar un lote de tierra de por lo menos 30 metros
cuadrados. Cultivar al menos seis plantas diferentes, tres de ellas desde su semilla.
ELIMINAR LA MALEZA
Volviendo a la preparación del suelo, la eliminación de malas hierbas es el primer paso que debemos
dar. Podemos hacerlo con la azada, o mejor, regando abundantemente el suelo y al día siguiente o
mejor al otro, con el suelo húmedo, las arrancamos con la mano tiendo de ellas. Este método es más
eficiente puesto que eliminará las raíces y será más difícil que vuelvan a proliferar. El tiempo que nos va
a costar la operación es aproximadamente el mismo hacerlo con la mano a hacerlo con la herramienta y
más descansado hacerlo a mano. Si alguna hierba se resiste podemos utilizar la azada.
AIREAR Y MULLIR
Existen diversos instrumentos para realizar esta tarea: Laya u horca de cuatro dientes, pala de cavar,
azadas o utilizar un motocultor.
P
a
r
a
Hacer esta labor hay que considerar que
la tierra tiene que tener tempero. No
debe estar seca, lo que hace muy difícil
el labrado del terreno ya que hará polvo
y dejará los consabidos terrones de tierra
apelmazada. Por el contrario, si está
demasiado húmeda se apelmazará y se
pegará a la herramienta.
Hay una técnica que consiste en remover la tierra con la pala de cavar o la laya (horqueta) sin voltearla,
esta técnica es más respetuosa con la naturaleza porque mantiene la estructura del suelo.
Conviene remover la tierra entre 20 y 25 cm. de profundidad añadiendo previamente estiércol, compost,
o cualquier otro fertilizante. Para el estiércol serán suficientes de 3 a 5 litros por m2, es decir, entre tres
y cuatro carretillas por parcela de 50 m2. Para el resto de abonos seguir las instrucciones del
fabricante.
Es muy importante que esta operación deje la tierra perfectamente preparada para la siembra, ya que
de ello dependerá gran parte del éxito de nuestra cosecha.
ALLANAR
Realizar las tareas de allanado o labrado fuera del punto adecuado de tempero es fatigoso y además
no quedará bien la tierra, con lo que la productividad de la misma se resentirá durante toda la
temporada. Si se hace forzando la situación nos quedarán terrones de tierra muy dura que serán muy
difíciles de eliminar. NO HAY QUE TENER PRISA Y HAY QUE HACERLO BIEN TOMÁNDOSE EL
TIEMPO NECESARIO.
Como ya se ha indicado para abonar el suelo se necesitarán de 3 a 5 litros de estiércol por m2, es decir,
tres o cuatro carretillas por cada 50 m2. Poner una cantidad mayor es desaconsejable ya que con el
tiempo aumentará el nivel de pH y volverá la tierra ácida, con lo que bajaremos el nivel de producción.
Con los abonos minerales es necesario tener más cuidado con las proporciones, es preferible
quedarnos cortos y añadir más cuando sea necesario, que poner demasiado y estropear la cosecha.
2. Mencionar las maneras de controlar los insectos y otras plagas en tu jardín o patio. Saber
cuándo utilizar insecticidas o fungicidas, y conocer las reglas de seguridad que se deben seguir
al emplearlos.
Si las plantas están en el exterior, en el jardín o balcón, es imprescindible protegerlas por la noche, ya
que es en ese momento cuando se produce un mayor descenso de las temperaturas y hay más riesgo de
heladas. Un buen truco es cubrir las plantas con paja o tierra esparcida sobre las hojas ya que actúan
como material aislante ante el frío.
4. ¿Qué es una planta resistente? ¿Qué plantas son consideradas resistentes en tu región?
Todos los jardines, en función de su ubicación y el clima de su zona, se deben enfrentar a algunos
factores extremos que harán difícil la supervivencia de plantas que no cuenten con mecanismos de
defensa adecuados.
Por lo tanto, reconocer qué factores extremos afectan a nuestro jardín será de gran ayuda para poder
seleccionar plantas resistentes, ya que, otras plantas más sensibles sobrevivirán malamente o incluso
morirán, dando un aspecto triste al jardín y dejando huecos que habrá que rellenar con nuevas plantas,
incrementando el presupuesto y tiempo dedicado al jardín.
Por otra parte, conocer bien los factores extremos y saber cómo actúan sobre las plantas, nos puede
servir para preparar el jardín y proporcionar una mayor protección a las plantas.
Hay plantas resistentes a las heladas, a la salinidad, a la sequía, a la sombra seca, al suelo ácido, al
suelo alcalino, al encharcamiento, al suelo pobre y al viento. Dependiendo la planta que queremos
cultivar son los cuidados que debemos tener de acuerdo a sus resistencia en varios de estos factores. La
planta con mayor resistencia por excelencia es el cactus.
Tener una huerta de hortalizas o hierbas, ya sea en invernadero o al aire libre es una labor de
jardinería que todos podemos realizar, incluso en un pequeño espacio de tierra o en maceteros. Se
debe comenzar por hacer los almácigos, esto quiere decir sembrar las semillas para que salgan los
brotes que después trasplantaremos a la huerta.
c. Cultivar tres hortalizas o leguminosas, de su elección, para vender.
Llamamos hortalizas a todas las plantas o partes de plantas dedicadas a la alimentación y cuyo
cultivo se realiza en huertas.
Dentro de las hortalizas se distinguen las verduras y las legumbres (leguminosas):
Las verduras son los vegetales de las que tomamos sus órganos (hojas, tallos, flores) para
alimentarnos.
Las legumbres son los frutos y semillas no maduros de las leguminosas.
Requisito Práctico.