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EL REINO DE DIOS Y LA LEY

MATEO 5:17

INTRODUCCIÓN:

Después de haber establecido las características personales, la esencia misma, de lo que debemos
de SER los ciudadanos del Reino, y después de haber establecido con toda claridad las funciones de
iluminar y preservar este mundo, como Sal de la Tierra y Luz del Mundo, de forma inesperada Jesús
el Rey habla de un tema de por sí conocido en ese tiempo y que aparentemente chocaba con lo que
Él estaba enseñando: La Ley.

Tener un estilo de personalidad que agrupa en un solo individuo lo que llamamos las
bienaventuranzas y agregando las funciones de Luz y Sal, deben de haber despertado en los
discípulos pensamientos de lo que era la doctrina aceptada y practicada en ese tiempo y sentir o
pensar que eran contrarios.

De este pensamiento, que posiblemente Jesús percibía en ellos, es que nacen las palabras de
nuestro texto: Mateo 5:17-20.
17 “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino
para cumplir. 18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una
tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. 19 De manera que cualquiera que
quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño
será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado
grande en el reino de los cielos. 20 Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de
los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”.
Por ley, en este contexto, se entiende: Norma de conducta impuesta por una autoridad
competente, bajo amenaza de sanción en caso de desobediencia. Regla de conducta, que emana
de una autoridad que se revela al corazón, o que se impone exteriormente. Incluye lo que está
escrito en el Pentateuco, los cinco libros de Moisés, en Los Salmos y Los Profetas. También llamado
La TORÁ.
Uno de los pensamientos más comunes entre los cristianos contemporáneos es el de separar
drásticamente LA LEY de las enseñanzas del Nuevo Testamento.
La Ley originalmente se aplica sólo al pueblo de Israel, que aún en nuestros días vive bajo la Ley,
pero también es extensiva, bajo los mismos principios a los cristianos gentiles quienes ostentamos
el título de: El Israel espiritual.
Bajo el cambio de sacerdocio levítico, el de Aaron y su descendencia, por el de Jesucristo, bajo el
orden de Melquisedec, fue necesario que también la ley se cambiará. “Porque cambiado el
sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley”.
Hebreos 7:12. Esta ley ya no está en tablas de piedra. Esta ley esta hora en nuestro corazón y
nuestra mente, y bajo el Señorío de Cristo y la dirección del Espíritu Santo la cumplimos en
cabalidad. “15 Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: “ 16 Este
es el pacto que haré con ellos. Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus
corazones,Y en sus mentes las escribiré”. Hebreos 10:15,16.
Los aspectos ceremoniales de sacrificios que eran “Sombra de lo venidero”, fueron ya cumplidos en
Cristo, de manera que cristianos Israelitas y cristianos gentiles, es decir de origen no judío, ya no
estamos bajo la ley levítica, pero si bajo la ley de Cristo que vino a darnos mediante la promesa de
la gracia y que no abroga lo anterior.

“Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino
cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa”. Gálatas 3:17

Nuestra vida cristiana está basada en las promesas a Abraham y si creemos en Cristo, linaje de
Abraham somos. “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos
según la promesa”. Gálatas 3:29

La ley es nuestro ayo que nos lleva a Cristo, y en la gracia de Cristo, por obediencia, es que
cumplimos la esencia de las demandas de la ley. “ De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para
llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe”. Gálatas 3:24.

Somos cristianos del Nuevo Testamento, que es cumplimiento del Antiguo Testamento.
Sin Antiguo no hay Nuevo, y sin antiguo el nuevo no tiene sentido. Hay una correlación íntima y
permanente entre los dos pactos hasta el final de los tiempos. Los dos Testamentos son Palabra de
Dios inspirada por Él. 2 Timoteo 3:16.

CONCLUSIÓN:

Hay un intento generalizado de aprovechar lo según nosotros son “vacíos de la ley” para no
someternos a Dios y su Palabra.
Por esta causa, estoy seguro, el Espíritu Santo, inspiró que esta porción expresada por Jesús, que
dará escrita en el el Nuevo Testamento.
Que podemos entender de este pasaje tan importante?
1. La enseñanza de Jesús no abroga la ley. “17 No penséis que he venido para abrogar la ley o
los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir”. Jesús no ha cancelado ningún
deber de la ley.
2. La enseñanza de Jesús da interpretacion y sentido correcto a la ley “17 No penséis que
he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplirla”.
3. La ley los profetas y el nuevo testamento son eternos. “18 Porque de cierto os digo que
hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya
cumplido”.
4. Sobre el curso de los tiempos hay cosas cumplidas, otras cumpliéndose y otras por
cumplirse hasta el mínimo detalle.” 18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y
la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. No
demos por cumplido lo que no nos gusta.
5. No creerlas, no obedecerlas y así enseñar a otros nos hace pequeños y cierra la
entrada al reino de Dios. “19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos
mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino
de los cielos.
6. Creerlas, obedecerlas y enseñarlas nos hace grandes y en el reino de Dios. “Más
cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos”.
Nos toca vivir bajo la gracia de Cristo, bajo un sentido de obediencia extrema a nuestro Dios y
Padre. Cumpliendo la Ley de Cristo nos toca superar el cumplimiento estricto y frío que los escribas
y fariseos, religiosos extremos y conocedores profundos de la Palabra, practicaban cuando Jesús le
habló con este texto que hemos estudiado. “20 Porque os digo que si vuestra justicia no fuere
mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Mateo 5:20. Ser
mejores que ellos es nuestro destino y privilegio.

Rafael Salinas Suárez


Pastor de C.C. Peniel CDMX

Lunes 4 Noviembre 2019

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