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Fibras tejidas arqueolégicas Susana Miranda Ham | Introduccién Al ser los tejidos arqueolégicos materiales cominmente considera- dos como un producto de “artes menores” se les ha dado poca importancia. Dentro de los estudios que se enfocan a este tipo de bienes culturales las mas de las veces tratan de su tecnologfa de elaboracién; sin embargo, pocos son los documentos {que tratan de su preservacién y conservaci6n. Ademés, al ser un problema poco usual para los arqueélogos, también lo son para los restauradores, en comparacién ‘cuantitativa con otros materiales que frecuentemente aparecen en las excavaciones arqueolégicas. Por lo anterior, es de suma importancia realizar proyectos enfocados a la conservacién de textiles arqueoldgicos; esto, porque la mayoria de los restos que se han rescatado 0 se han dafiade o se han perdido por la falta de conocimiento sobre el tema. Entonces, es nuestro deber, como profesionales que conservan el patrimonio cultural, hacer estudios de materiales fragiles ‘como resultan ser las fibras y los tejidos. Es muy importante mencionar que la multiplicidad de los agentes involucrados en el estudio de los materiales de esta naturaleza, implica que deban ser tratados con base en diferentes metodologias, empleadas por la Quimica, la Biologia, la Historia y la Arqueologia, entre otras. Por esto se dice que la conservacién de los bienes culturales ¢s interdisciplinaria reclamando la colaboracién de todas las ciencias para proteger el patrimonio. Importancia de los tejidos Durante las excavaciones arqueol6- gicas es posible recuperar materiales de fibras o.gnicas vegetales animales ya sea en su forma natural © trabajados y transformados en ‘objetos ornamentales, rituales o de uso diario. En un principio, la utilizacién de las fibras fue necesaria para la apropiacién y recoleccién, ‘como la caza y la pesca haciendo Fedes, lazos y cesterfa mientras que para la ornamentacién y vestido se crearon los textiles. Desafortunadamente los tejidos encontrados son muy pocos y ademas de estar fragmentados tienen pequefias dimensiones, lo ‘que limita su evaluaci6n. Si bien es cierto que existen otras fuentes -como la etnograffa, la representacién en cédices, en la ccerémica y la pintura mural— que brindan informaci6n sobre la Telar de cintura Conservacién in situ de materiales arqueolégicos. Un manual utilizaci6n de tejidos en época prehispénica, se le concede especial importancia a los hallazgos de este tipo por los datos que aporta el estudio directo del objeto, con el fin de conocer los recursos utilizados por los antiguos habitantes de una regi6n, establecer de manera mas precisa la identidad det material usado, la tecnologia utilizada para su elaboracion y su respuesta ante el medio ambiente y los procesos de conservacién aplicables. Se deben estudiar los textiles, in vivo, para distinguir: a). Tecnologia b). Fibras ©). Flora del entorno: madurez, facilidad de obtencién, clima (luvias y secas), siembra, cosecha d). Cultura: comercio, influencia cultural, ideologia, fortuita por gusto del constructor, necesidad de estratos sociales o religiosos CHCA ® INAH © CNRPC e). Tratamientos de conservacién: no se regenera estructura, no se detiene el deterioro, aplicacién de polimeros obteniendo y evaluando resultados a corto, mediano y largo plazo Para realizar propuestas para proyectos de conservacion de este lipo de objetos se debe retomar la literatura especializada, aportar nuevos tratamientos y lineas de investigacion y evaluar datos para el bien de los restos de este tipo que se han perclido o dafiado irremedia- blemente por ser un problema inusual. Clasificaci6n de tejidos Para entrar en el tema de los tejidos es conveniente decir que éstos se pueden diferenciar con base en su aspecto, forma, uso y materia prima empleada. Con una clasificacién arbitraria y discutible, se dice que los 5 se pueden dividir en textiles, cesteria y cordeleria. Generalmente, ellos estan compuestos de fibras orgénicas vegetales o animales sin hilar, hiladas, anudadas, entrela- zadas 0 tejidas. De tal forma se puede decir que el textil es flexible, suave y delgado en el que se utilizan fibras blandas, provenientes de frutos, tallos y semillas, capaces de ser hiladas, mientras que la cesteria es mas rigida y su materia prima proviene, generalmente, de tallos y hojas. Las llamadas plantas textiles contienen fibras que pueden ser utilizadas en la elaboracin de objetos de uso; éstas pueden provenir de las plantas mono dicotiledéneas y a su vez se pueden extraer de raices, tallos, hojas o frutos. Sin embargo, coméin- mente, se les divide en fibras blandas y duras. Puesto que la utilizacién de cualquier tipo de fibra se debe a diversos factores ademas del destino © forma que se quiere elaborar, la elaboracién de objetos pudo haber sido dictada por tradicién 0 por gusto de ciertas estructuras sociales © religiosas, mientras que para otros objetos la seleccién fue fortuita, Tefiejando la facil obtencién por disposicién en el entorno 0 la referencia subjetiva del constructor. ‘Ademis, la adquisicion se pudo deber a rutas comerciales 0 influen- cias culturales externas. No se puede hablar de un solo tipo de fibra para los textiles, coste- ria 0 cordeleria del Area Mesoameri- cana, ya que en diferentes partes se han desarrollado muchas culturas con rasgos y caracteristicas propias, ademas no ha sido posible en la mayoria de los casos precisar con exactitud las especies que se utiliza- ban en el México Prehispanico 0 atribuirlas a ciertas zonas ya que en contadas ocasiones se ha hecho la identificacién de las fibras de los tejidos. La mayorfa de las fibras utilizadas en la elaboracidn de objetos perte- necen al entorno donde fueron elaboradas y consumidas, por lo tanto es indispensable hacer un recorrido de la zona para identificar el tipo de flora ademas de su clasifi- cacién taxonémica. Asi, se concluye que la preferencia de un material en particular para la creacién de un bien puede deberse a miiltiples factores. ‘Acerca de los materiales emplea- dos, por los grupos prehispanicos para elaborar sus tejidos, se sabe que las fibras de mayor uso fueron las fibras suaves y las fibras duras de hojas de plantas monocotiledéneas, especialmente de los agaves. En Mesoamérica, el maguey fue un producto importante de la economia de casi todos los grupos de cazadores-recolectores. En un principio sirvié como alimento y posteriormente el empleo de su fibra permitié la elaboraci6n de ‘cuerdas, sandalias y cesterfa en general; tradiciones que atin son ttilizadas en nuestros dias. Mediante las fuentes primarias de informacion se pueden hacer similitudes con lo actual mostrando una continuidad cultural en cuanto a la elaboracién de objetos. La construccién de objetos, hechos de cualquier tipo de fibra, involucra la manipulacién de mate- tiales para elaborar un ornamento. Con los tejidos se presupone no sélo el conocimiento de las técnicas inherentes -urdido y tejido 0 ligamento- sino de otras especializa- das, ya que en términos generales algunas de las materias primas requieren de tratamientos previos, ‘aunque sean simples pues no se prestan para ser tejidas en su estado natural. Deterioro Para la realizacion de propuestas de restauracién adecuadas, otro punto a estudiar es el deterioro, que puede ser definido como *...los procesos que individualmente 0 en combinacién rresultan en cambios a las propiedades del material de un bien, reduciendo su habilidad para realizar cualquiera de las funciones para las que fue elaborado o que sirven para destruir, ocultar 0 confundir su informacion intrinseca originat’ (Kronkright, Paul; en Florian, M.: 1992: 143). Una transformacién es causada por alteraciones fisicas, quimicas 0 bioldgicas, las cuales generalmente disgregan los elementos constituti- vos del bien. Esto se traduce como el deterioro natural, accidental 0 inducido de la materia y sus conse- cuencias ocurre principalmente por dos factores: los culturales y los no- culturales, La velocidad de los procesos de deterioro, de los elementos intrinse- ‘cosy extrinsecos en los tejidos, es afectada por el tipo y calidad de la fibra, su fase de crecimiento, mani- pulacién 0 procesado, hilado, ttefido, estructura del tejido y acabados y/o aditivos que se usaron en la construccién, entre muchos otros. Todo esto actiia de forma distinta pero conjunta sobre la obra estando ante las mismas condiciones del entorno, manifesténdose en cada nivel de organizaci6n, es decir; molecular, microsc6pico © macroscé- pico, dando paso a reacciones en el mismo y otros niveles, por el proceso en sio por los productos de éste. Los procesos que reducen la habilidad y estructura del material para realizar las funciones para las que fueron hechos comienzan, usando la definicién anteriormente citada, justo después de su fabrica- cién, La importancia de su estudio se debe entender ya que el deterioro de los materiales o estructuras nunca podré ser reversible. Por lo tanto se debe prever que los trata- mientos de conservacion no alteren componentes asociados, que toda- via no habfan cambiado y que oculten © confundan informacién en los resultados de futuros anilisis de los bienes. Factores que alteran las fibras Asi, después de hablar del deterioro en general y del inducido durante la manufactura de los tejidos, también se tiene que mencionar el provo- cado durante el tiempo en que los objetos permanecieron en la esfera de accién de una sociedad activa en la que se vieran sujetos a los cambios ocasionados por la accién misma del hombre y de la naturale- za, como son: las condiciones atmosféricas que imperaban en el entomo y el uso constante del material, entre muchas otras. Obviamente, una vez que estos objetos quedaron desvinculados de su contexto originario, estos fend- menos cesaron para dar paso a diferentes y més intensos procesos de modificacion. La degradacién de los objetos arqueolégicos se vincula, en primer lugar, con las caracteristicas fisicas, quimicas y biolégicas de la matriz en la cual quedaron incorporados tras su deposicién, enterramiento, pérdida, desecho 0 abandono. De esto se desprende la necesidad de! conservador de conocer no sélo las propiedades de la matriz, en la que se encontré el objeto, sino también la manera en que ésta se formé. ‘Cuando un objeto se encuentra enterrado en un medio diferente al cual fue hecho, se enfrenta con factores como: 1). Ausencia de luz. Todo material se conserva mejor cuando hay ausencia de luz, ya que ésta favorece reacciones de foto- oxidacién propiciando ademés la degradacién por rompimiento de cadenas de los compuestos a causa de las diferentes radiac nes, creando ambientes propicios para la proliferacién de microorganismos. 2). Acceso limitado de aire. La mayoria de los objetos se conservan mejor en condiciones anaerobias, ya que con la ausen- de oxigeno no hay reacciones de oxidacién y tampoco activi- dad de microorganismos. 3). Temperatura extremadamente estable. La temperatura ideal para la conservaci6n de los materiales es de 18 a 20°C. Es mejor una temperatura baja y sobre todo constante, ya que constantes fluctuaciones 0 cambios bruscos son perjudicia- les para los materiales de la obra. 4). Humedad relativa extremada- mente estable. Una humedad relativa ideal para la conservacién de los bienes va de 30 a 50%; una humedad més baja desecaria os materiales y una més alta provocaria la proliferacién de microorganismos, lo que lleva a una putrefaccién de los materia- les. Sin embargo, la humedad deberé valorarse en relacién con la temperatura, pero serén los bruscos 0 constantes cambios los que causen un mayor deterioro. 5). Contacto con suelos mas 0 menos corrosivos. La degrada- cién dependers del tipo de y material de los elementos que constituyan la obra. Los suelos calcéreos 0 con alto contenido de sflice son favorables ya que Conservaci6n in situ de materiales arqueolégicos. Un manual forman compuestos estables con los componentes de los materiales. 6). Por otro lado, un suelo con un tamafio de particula grande propicia un buen drenado manteniendo un nivel de hume- dad adecuado y favoreciendo un suelo seco. 7). Un suelo preterentemente con pH neutro favorecerd la conser- vacién de los materiales. Por ejemplo, existen suelos basicos, con una roca madre alcalina, donde se conservan mejor los los con fibras celulésicas. tras més profundo sea un sitio, hay menor cantidad y frecuencia de cambios climaticos, considerandose nulos a 6 m de profundidad. 9). Asociacién con otros materiales. Aparte de las condiciones fisicas y microclimaticas, existe una relaci6n con otros materiales u ‘objetas con los que puede estar en contacto ( Cf. Noval, Blanca: 1999) lo que nos pueda acelerar © disminuir velocidades de deterioro. 8) El objeto al entrar en contacto con su nuevo ambiente sufre una trans- formacién que puede afectar su peso, color, dimensiones y estructura que en muchos casos desemboca en la destruccién total del bien, mas, en ocasiones logra estabilizarse en un estado latente antes de desaparecer. Por lo tanto, el objeto, al ser re expuesto por una excavacién arqueolégica cambia a otro ambien- te, nuevamente diferente, es decir, es sometido a un cambio brusco de temperatura, humedad y contacto con luz, entre otros factores. Ya sabemos que los bienes culturales se adaptan a un medio cuando las condiciones climaticas en las que se encuentran son constan- tes y regulares, pero cuando existen cambios bruscos de estas condicio- nes la respuesta a ello va de acuerdo con la naturaleza del material y del deterioro ya acumulado. Los textiles CNCA © INAH © CNRPC son piezas muy fragiles y dificiles de encontrar en los contextos arqueo- légicos ya que tienen pocas opor- tunidades de conservarse, al estar compuestos de materiales del tipo orginico. Por lo tanto, el momento de la excavaci6n es crucial en dos aspectos: 1). Por la mayor cantidad de obser- vaciones posibles que el excava- dor pueda hacer, en lo que se refiere al contexto del hallazgo y su material asociado; y 2). En cuanto a las consecuencias potencialmente desastrosas para los hallazgos. Asi, estos dos conceptos, contexto arqueolégi- coy control ambiental, son la esencia misma de un procedi- miento seguro de excavacién. Al encontrarse materiales textiles en contextos arqueoldgicos es primor- dial registrar lo que se refiere a condiciones y el contexto en el que se encontraban. Esto dltimo no sélo sirve para saber el cardcter de los textiles, sino, también, para conocer el tipo de deterioro al que fue sometido, en cuanto a materiales que le circundasen —hueso, madera y piedra, por ejemplo- y asi poder inferir patrones de deterioro, Con respecto a las condiciones en el que se encontraban es necesario conser- varlas de modo constante y durante un periodo largo e irlas cambiando. paulatinamente a las condiciones en las que van a estar expuestos 0 almacenados los objetos. Sitios arqueolégicos en los que se han encontrado tejidos Por lo general, los lugares en los que se han encontrado tejidos prehis- panicos son zonas anegadas como los entierros bajo nivel friético 0 cenotes 0 en las cuevas secas como las del Norte del pais, en donde las condiciones ambientales son constantes y estables. ' 1. Es necesara la ausencia de ciertos agentes de deterioro o la conjuncién de determinadas Grcunstandlas que promuevan su preservaci6n, ‘Como ejemplos de sitios donde se han encontrado tejidos tenemos: Templo Mayor y Tlatelolco, en la Ciudad de México; el Cenote de Chichén Itza, en el estado de Yuca- tan; la Cueva de la Candelaria, en Coahuila; y tas cuevas “El Gallo” y “La Chagiera”, en Morelos, entre muchos otros lugares. El momento del rescate Cuando se encuentren restos tejidos 5 necesario realizar con una brocha de pelo suave una limpieza mecé- ica superficial quitando la tierra dispersa, mas no las concreciones, de tal forma que quede expuesta la mayorfa del material y que al momento de levantarlo no haya necesidad de jalarlo porque una parte de él atin se encuentre ente- rrado 0 debajo de algiin otro mate- rial mas pesado. En el caso de que la condicién fisica del material lo permita se levantaré la pieza sola =nunca sosteniendo su peso de las las y se colocaré inmediatamen- te sobre un soporte rigido para evitar rasgaduras. En cambio, si el tejido se encuen- tra friable se deberé de extraer en bloque o de bulto, es decir se debe hacer una microexcavaci6n alre- dedor de la pieza, se sujetara con algtin material inerte -como la colocacién de plastico delgado y bandas de yeso- y se extraeré con ayuda de una lémina que soporte el peso total del bloque. Es indispensable elaborar un registro minucioso de las piezas y que se guarde con las mismas, mas éste no debe de ir escrito con plumines o tintas que se “corran” con la presencia de humedad. Estos documentos no se unirén con ningin objeto metilico ya sea alfler, aguja o clip para asf evitar manchas y roturas. Es conveniente mantenerlos en un lugar lo mas parecido al ambien- te en que fueron encontrados e ir cambiando paulatinamente tas condiciones; nunca se debersn de Fibras tejidas arqueolégicas exponer al sol ~por las radiaciones de luz y calor, a la lluvia, humedad excesiva 0 alguna condicion extre- ma que perjudique el estado de las fibras. ‘Aunque los tejidos se encuentren en estado friable no se deberén de fijar ni consolidar con ningdin adhesivo, hasta que et experto conservador en textiles lo dictamine. Hasta que lleguen los bienes al laboratorio o taller de restauracién se les hard una historia clinica que Indique el estado de conservacién para que con él se haga su debida propuesta de conservacién. En ningtin momento se deberé de seguir una receta ya que cada material es Gnico e irrepetible por lo que los trabajos de restauracién deberén de respetar e intervenir los deterioros individuales. Durante el rescate se evitaré hacer costuras de unién, estas. pueden provocar roturas en el ligamento por la accidn de las agujas e hilos que se han utilizado, ademis los materiales utilizados pueden provocar una contaminas in para futuras identificaciones de Componentes. Después de extraer el material serd necesario mantenerlo embalado con materiales inertes; nunca se deberd de poner en contacto con otro material que lo contamine, es decir, no se deberd de colocar junto a ningén tipo de tela o comprimido de fibras ~algodén o estopa. En el caso de que se encuentre hiimedo el textil deberd de secarse lentamente, sin colocarle cerca pistolas de aire, papeles secantes 0 telas para hacer una répida absor- cin ya que estos pueden provocar un “apelmazamiento” del tejido, es decir, pueden deformar a tal grado el igamento que impida su lectura posterior. Si es necesario se colocarin sobre un bastidor con tul de nylon tensa- do para que el flujo aéreo sea parejo en todo el tejido y los puntos de contacto sean poco rigidos y planos; todo esto con asesoria de un restau- rador. Nunca se deberdn guardar los tejidos himedos envueltos en bolsas de pléstico ya que se crea un micro- clima que puede provocar el brote de colonias de bacterias u hongos. Sies posible, y el material se encuentra seco, se deberd de colocar en soportes con un pH neutro y que no expidan vapores, entre muchas caracterfsticas mas, por ejemplo, papel de china, papel bond y/o polipropileno. Es recomendable no ponerio en contacto directo con papel aluminio, plistico, papel entintado, cartén, madera o léminas de metal. Mas, en caso de que sean asi ‘embalados, es conveniente realizar revisiones periddicas para controlar y evitar cualquier tipo de alteracién. ‘Ademés, los tejidas deberdn ser colocados en contenedores elabora- dos con materiales que no tiendan a ser electrostéticos ya que los cam- bios de cargas provocan que las fibras més sueltas se desprendan. Los contenedores serdn de! tamafio adecuado a la pieza, ya que si el contenedor es muy grande la fa estaré demasiado libre y “bailar” en el mismo, lo que puede cocasionar que piezas sucltas del bien se desprendan y se pierdan de ubicacién precisa; en cambio, si et contenedor es muy estrecho para la pieza provocard que se hagan dobleces -peligrosos para la obra— (en cada doblez habrd una rotura"’); se deberd evitar cualquier esfuerzo mecénico. Si se guardan los tejidos en cajas, se colocarén con materiales de su misma naturaleza, tamaiio y peso, es decir no se revolveran textiles, piedras, lazos y espinas en un mismo lugar, porque la interaccién de los componentes de cada pieza y el peso de los mismos puede ocasio- nar cambios que alterarén la infor- maci6n en el momento de estudio. En ningGn momento se trataré de eliminar arrugas, dobleces 0 separar capas que se encuentren adheridas, en caso contrario es necesario contar con la asesoria de un conservador, ya que se corre el peligro de que se rompan las fibras y se parta el tejido. Durante su estudio en el labora- torio, bodega o taller de restaura- cién siempre deberan de trasladarse los tejidos en un soporte rigido para no provocar rasgaduras ni pérdida de material. En ningan momento se tomarén de las orillas para moverlos, ya que al ser, comdnmente, las que portan los orillos © las roturas, son ‘Conservacién in situ de materiales arqueolégicos. Un manual ms fragiles por su densidad de tejido que el resto del tejido. Si el material ya no se encuentra pero se halla su huella o impronta, con la ayuda de materiales sintéticos se debe registrar mediante un molde; esto puede llegar a ser catil para la identificacién de las técnicas ‘de manufactura del objeto y, proba- blemente al microscopio, poder inferir el material del cual estuvo conformado el objeto en una identificaci6n botanica. Se deben realizar vigilancias constantes para constatar que las condiciones de los bienes sean las adecuadas. La conservaci6n en los proyectos arqueolégicos Para el caso de tejidos arqueolégi- cos, se tiene que promover la preservacién de estos para retomnar, aportar y evaluar datos, y asf poder presentar mejores proyectos de investigaci6n para su conservacién. As{como, también, promover la necesidad de tener un conservador in situ en los proyectos arqueolégicos. De tal forma, la conservacién de material debe comenzar junto con la etapa de planificacién del proyecto arqueolégico, ya que la autoridad para excavar conlleva siempre la responsabilidad de conservar. Entonces el reconocimiento de intereses del restaurador y del arquedlogo a largo plazo resulta econémicamente tan bueno como &tico. Por esto, lograr soluciones de compromiso que satisfagan ambos NCA © INAH © CNRPC objetivos es la base de la conserva- cién arqueolégica en el terreno. La conservaci6n de material arqueolégico debe comenzar en el terreno, por lo tanto la planificacién de las necesidades de conservaci6n debe iniciarse cuando la excavacién se programa. Al momento de programar la excavacién se deben considerar tres tiempos: Antes: Desde que se reciben los recursos, destinar un porcentaje para restauracién: mano de obra, materiales, tratamientos, equipo, almacenamiento y embalaje. Por otra parte, es necesario tener el conocimiento del ambiente y con esto establecer temporadas idéneas para el rescate del material; y finalmente, tener el conacimiento previo de! material cultural que se extraerd. Durante: Hacer la elec- cién de métodos y materiales que no dafien los objetos, ademés de un control ambiental. Después: Defini a dénde se destinaran los objetos rescatados: museos, bodegas, para anilisis didactico, etcétera. Como conclusién, se debe delimitar y no dejar al azar las responsabilidades de conservacién en las excavaciones. En general, se puede decir que ni los arquedtogos ni los restauradores tienen el sufi- iente conocimiento ni autoridad para realizar intervenciones profun- das o definitivas en los bienes sin una investigacién previa y exhaus- tiva. Por esto se dice que, nunca debe dejarse el cuidado de los objetos a una receta que se aplique en forma rutinaria a todos los casos. 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