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feria, la nesta puyser J 73, Iradiciones de ida y vuelta; una aportaci6n multicultural ‘Acostumbrados a ejercer sus actividades desde Lisboa hasta Mosct, las di tancias y los retos que la geografia imponia jamas limitaron la actividad ¢ los grupos itinerantes; desde que el Nuevo Mundo se incorpor6 al mapa di planeta, la tradicion internacional empez6 a dejarse sentir también en |; ‘Américas, con un intenso intercambio que alcanz6 su cima durante el sigl XVII. Solos o en grupos, los itinerantes llegaron constantemente a diverso puntos del continente, desde Montréal hasta Buenos Aires, donde difundie ron las tradiciones europeas. Durante los siglos XVI y XVII, con 40 a 60 dias de travesfa por delante zarpaban generalmente dos flotas anuales con destino a Sevilla 0 Cadiz 5 escalas en el Caribe y las Canarias. Una se originaba en Veracruz y la otri partia de Portobello, puerto de entrada a la América del Sur. Para el siglo XVIIL, los viajes se hicieron mas frecuentes; numerosas goletas, barcos mer- cantes y correos recorrieron el Atléntico con regularidad. . _Oura ruta de importancia era la que, dominada por la Nueva Espafia, en- viaba y recibia cada aio los galeones que comerciaban con las Islas Filipinas y el lejano Oriente, a través del puerto de Acapulco. En ese caso, la navegacion ee aes meses de ida y otros tantos de vuelta, A ambas rutas hay que del condition scavided mane que, con el Caribe como epicentro, nacia ‘Tanto los ages ae wate le esclavos, el contrabando y la pirateria. mo las escalas favorecieron un constante inter- a a procedentes de tres continentes, através de Frases GUE se hallamado “Circuncaribe” of Mediterraneo americano”. Caribe hat a bs conte de Nueva Orleans y ol Golfo se México, por el ton andaluees (nts de Venezuela, y de las Islas Canarias hast los puer- costas africanas proveedoras de esclavos. Con el ci : co} as cesar lag peat? I ¥ venir de las flotas, esos mares transportaron sin 4s nuevas form: as y técnicas europeas, que ripidamente fueron adop- LOS ANTECEDENTES, 57 tadas yasimiladas por los artistas americanos, Los especticullos marginales faflearon, durante los tres siglos virreinales, el desarrollo de las diversas hubilidades, especticulos y modas que se sucedieron y, a su vez, los enti y modalidades propias. yecieron con form Eltrinsito de habilidades y artistas de todo género fue muy intenso entre Furopay América. En 1777, antes de trabajar en la Nueva Espana, Cayeta- no y Juan Ramirez de Arellano se presentaron con sus “tres negros escla- os volatineros” en las escalas del Caribe, y permanecicron més de un aito en puertos venezolanos como La Guaira y Cabello. Durante la década de 1789, algunos miembros de la compania de Nicolet viajaron hacia las Amé- ricas: Mexandre Placide a Saint-Domingue (Haiti) y Vicente Sinchez v st esposa, despues de haber trabajado durante un afio en Cuba, se dirigieron a Nueva Espafia. Otros artistas llegaron huyendo de la Revolucion Francesa, yen 1791, tras los motines en Saint-Dominguc, se produjo un nuevo éxodo que condujo a muchos artistas hacia Cuba, Nueva Fspafia, Charleston y Nueva Orleans -que formé parte del territorio novohispano entre 1763 y 1800, Sobre este intenso ir y venir hacia finales del Setecientos se coments en La Habana que: A lo anterior (diversiones y bailes} debemos sumar volatines, ttiriteros, sal timbanquis, y toda especie de charlatanes que giran por Europa. Haven en esta al Pert. (Leal: 167) ciudad sus habilidades y pasan después a México y 1 circo~a la manera del iniciado por Astley- pronto se establecis en el Nuevo Mundo. En 1793, el artista ecuestre Bill Ricketts abrio, con exhi- biciones ecuestres, acrdbatas y pantomimas, el primer circo en Filadelfia, ¥ mis tarde lo hizo viajar por las principales ciudades de la costa Este de los Estados Unidos. A éste le siguié el capitan Philip Lailson, cuya nacio- | Talidad ~inglesa o sueca~ no se ha precisado. Hacia 1797 abris otro circo en Fidelfia y se le acredita como el primero que hizo desfilar a sus artistas por lsealles para atraer piblico, Su ambicioso y lujoso local, con una evipula de Senta metros de altura, se derrumbd, y Lailson llev6 sus espectaculos a otras qutlilesy mis tarde a Canada, Pert y la Nueva Espana, donde esta diversion ‘recié también, . ent terreno de estas diversiones se realiz6 un feliz encuentro entre las dos ones y, durante los siglos virreinales, los indigenas, con espafioles y te _ 58 MAYA RAMOS SMITH otros europeos y con criollos y mestizos, compartieron el universe | los titeres, laacrobacia y demas entretenimientos, en un mosaico mubtirraciy al que, con diferentes habilidades y Juegos proptos, africanos ¥ Orientales integraron también. Esa convivencia de grupos y tradiciones internacionales alas cuales los novohispanos harian sus propias aportaciones y aftadiriay sus creaciones y estilos caracteristicos, contribuy6, como indica Serge Gruzinsk ahacer de la Nueva Espana una cultura de sorprendente modernidad: tidicg, de Una vez mas, es preciso destacar la singularidad histérica del México ba i su situacion de vanguardia cultural respecto a fendmenos que siglos despué invadirian el mundo occidental y el planeta. Asi como hoy en dia tenemos vista y el oido acostumbrados a captar las combinaciones mis sorprendentes el publico mezclado de la capital de Nueva Espafia estaba habituado a asistir; espectaculos que reunfan o amalgamaban tradiciones y expresiones oriundas de tres continentes. (Gruzinski [1996]: 51) Partiendo de sus dos grandes tradiciones fundadoras, los espectaculos mar ginales tuvieron un amplio desarrollo durante la época virreinal. La trayes- toria de sus practicantes estuvo marcada por circunstancias determinants en su vida profesional y privada, entre las cuales habria que destacar, por un lado, la normatividad a la que estuvieron sujetos, la lucha que al igus que sus colegas europeos tuvieron que librar contra los teatros privile giados y, por el otro, las aventuras y Vicisitudes que vivieron en su large Peregrinar por el virreinato de la Nueva Espafia. IL. Reglamentacién y censura Capitulo 3 idad y los teatros oficiales 3.1. Los organismos rectores La actividad de los grupos dedicados a las diversiones y entretenimientos akernativos estuvo determinada por los parametros establecidos por la au- toridad civil en un conjunto de normas, desarrolladas y fijadas a lo largo de los tres siglos virreinales. Ademés de constituir una guia de organizacion y funcionamiento y de ofrecer una cierta proteceién, la normatividad pre senté una serie de restricciones, por lo que entre los artistas y el poder se establecid una relacién de imterdependencia, no exenta de turbulencia, en la que se alternaron la obediencia con el desacato. El principal organismo ree tor, cuya actividad incidié en la practica de las artes, fue el Estado, y desde ta segunda mitad del siglo XVI, los suprema al encargarse de la cone: emision de reglamentos. Su principal asesor era el Fiscal de lo Civil, a quien turnaban las peticiones y indicaciones por lo general seguian El requisito mas importante para los llegados de Europa era poseer una licencia expedida por el rey 0 el Consejo, sin la cual supuestamente era im Posible viajar a América, mientras que en la Nueva Espana obtener una li cencia concedida por el virrey era vital para codos, ya que sin ella no se les Permitia trabajar, Al principio, la duracién, los horarios y los territorioy que se podian cubrir no estuvieron delimitados con claridad; el virrey podia conceder licencia por seis meses, un aiio o dos, o bien “por el tempo de mi voluntad”, ya fuera para la ciudad de México, Puebla de los Angeles 0 “para ualesquier parte deste reina” a5 ' Para extenderla se cobraba una cantidad llamada “pincidn”, que se destinaba fi i cl xilio a los pobres. También 2 obras benéficas como hospitales, hospicios o el ausil alos pobr ; ‘una “contribucion a Su Majestad” ofrecida reyes se convirtieron en su autoridad ‘én de licencias para representar y de la uya semencion6, en algunas o asiones, MAYA RAMOS SMITH 62 so eso parece haber sido voluntarig POT impuesto de Media Annata ~ por el artista solisitant ¥y pronto quedé solamente § ¥ excep stituide 4s ene dano que por gracia o merced del rey gy We j judad : 7 slo XV, que todo € | ‘ sigo XV que 1040 Cun oficio o exhibir una habilda, dee" ty cargo o el permiso P ae a matividad novohispana se afind y ad, ; 9, a norn quirig ‘Con el tiempo, 1 norma ame tad entos aparecieron en las licencia i amicntos 4p cis cones os primeros lines ae tidad, Us = Fi xv y principios del XVII a ios grupos de comedin: fines de siglo votes de comedias de la capital o que oR ‘anal, meros CO actuaban en Ios pei coments ke be veger que no se acataban del todo, fueron re; ‘a, Como parece seF (UE coast ero, _ aes antigua reglamento que se CONO~ expedido 24 deena fe a Conde de Monterrey. Sus puntos principales se referiay |! Ta materia y enguaje” de las obras, al vestuario sobre todg gy" Sade sexos entee el public por lo quese oes” Naba a provinel por el vin decencia de mujeres y ala separad “yes aueores de las dichas comes qe Primero y ante todas cons spresenen quaesquier comedias y entremeses lo Meven a el provisor des rreobispado para que las vea exsamine y aprueve Y ¢n las que ast se aprova, y huvieren de representarse guarde ynviolablemente lo que est hordenaiy. sina sobre no representar mugeres en dvito de hombre ni husar de tg ‘Feanbuelts en demasialascibos y desonestos ni contra lo que se deve mt snactos pablicos ni que estén juntos ni entren los hombres con las mugeres de por si... (AGN, General de Parte, vol. 5, exp. 1298: 272) Las penas para los contraventores eran “un afio de destirro preciso ds: governacion” y la suspension de su licencia para representar. Las mismass glas figuraron cn licencias como laconcedida en 1603 a Alonso de Velizque, “por dl tiempo de mi voluntad”, en la que se ordenaba que “las justcia cales vigilaran tanto la separacion de sexos entre el puiblico, como la corresin y el orden durante las funciones (AGN, General de Parte, vol. 6: 244v), ‘Altrazarse, con el tiempo, una distincién nitida entre las eompaiias «3 bles que trabajaban en el Colisco de México y aquellas ~de menor categori= aque hacian “la legua’, la reglamentaci6n para estas iiltimas se fue hacien mnas especifca. Por otra parte, al destinarse los productos de los corrals comedias al mantenimiento de hospitales como el Real de Naturales dt ‘ capital y el de San Roque de Puebla, el gobierno les brindo su proves REGLAMENTACION Y CENSURA 63 y kes concedié una especie de monopolio sobre los especticulos. Fsto los convirti6 en un ambito “oficial”, cuyos privilegios incidirian decisivamente endl funcionamiento de las compaiiias itinerantes y llegarian a afectar a los artistas de la feria y de la calle y, en general, a todos los especticulos mar. ginales. Aqui debe precisarse que el término “oficial” indica solamente que los teatros estaban protegidos por el gobierno, no subsidiados por éste. Eran teatros comerciales que se alquilaban -por uno o mis alios~ a empresarios o “asemtistas”, y cuya renta, asf como un porcentaje de las entradas, se destina. ban alos hospitales. De abi la reglamentacién que buscaba evitar la compe- tencia de los espectéculos alternativos o marginales, La relacién ~y dependencia— de estos tiltimos s. y ¢ ilustran en lo expuesto por un oidor de la Real Audiencia, a quien el virrey Conde de Paredes consulté en 1682 sobre la licencia solicitada por el prestidigitador Joseph Alvarez para presentar sus habilidades en el Coliseo de México. A esas diversiones, escribié: se les a dado lizencia por los Excelentisimos Sefiores Virreyes para que ssio en el dicho Coliseo y no en otra parte y en los dias que no fueren festiuos puc dan executar dichas auilidades, quedando como queda para la limosna de los pobres lo que ymportaren los aposentos y vancas y de lo que vale la entrada de la puerta deja el autor alguna limosna para la curasion de los ent que se combenir con el administrador y se le ympone pena para qu executarse los dichos juegos en otra parte. vol. 28, exp. 509: 3851) © puedan , Reales Cédulas Duplicadas, Una situaci6n similar se dio en las diversas ciudades que contaron con hos- Pitales y corrales de comedias y con temporadas y companias mis o menos estables, como Veracruz, para la cual el virrey Conde de Batios ratifies en 1660 “que sea mantenido el Hospital de San Juan de Montes Claros en la costumbre que a havido de percibir lo que fructiian las comedias y juegos tos” (AGN, Hospitales, vol. 18, exp. 20: 134r). La nutrida documentacién que se conserva sobre el que, al lado del virrey y los funcionarios locales, las autoridades eclesiasti- ¢as participaron también en algunos aspectos de la reglamentacién y de la censura y que, aunque la actividad normativa y de control ejercida por el Estado fue la mas importante, la de la Iglesia y ¢! Tribunal del Santo Oficio etecientos muestra MAYA RAMOS SMITH 8 . atices y facultades, figuré tam). : amb iversos ™ en, os inquisitoriales que al prohibir dete, “ . alas compaitias de comediantes, la au, ion, con d sera de los edict afectaban > i sempeno -cuando menos en teoria~ un papel releya, : ante Ios especticulos alternativos, pues carecia de a fy pectaculos y representaciones, | de la Inqui principio, fu bras dramati aclesistica no des Ia normatividad de encias o de suspender ¢s t inquisidores intervinieron en la trayectoria de fuera por la tenaz. oposicién de una parte del cero ucion de aquellos artistas que fueron denunciad ing de conceder li embargo, religiosos manifestaciones, ya diversion, o por ka pers ante el Santo Oficio por comportamientos considerados irregulares, Con el movimiento de la Iustracién y las reformas impulsadas por | areas de la Casa de Borbon se limitaron considerablemente las facu tades de la Iglesia, tanto para permitir espectaculos como para prohibirl En 1760, Carlos Il expidié una Real Cédula en la que especificaba que, bien los tribunales eclesiisticos podian prohibir bailes “cuando son lascive y proximos a ruina espiritual”, no estaban facultados para conceder licencia ni para permitir o impedir “las comedias y fiestas de toros”, cuya potesti perteneciente a la “autoridad regia”, era ejercida por el virrey y sus funcions rios (Rodriguez de San Miguel, vol. Ill: 325; Belefia, vol. 1, 3° foliaje: 109) En 1771, el predominio de las autoridades civiles sobre las eclesiastica fue ratificado por el representante del rey ante el IV Concilio Provine® Mexicano, al declarar: . mont jones y festeios por estar fuera de toda controversia, que la materia de diver y puri ienece y toca peculias pablicos, modo y forma con que se deben hacer, pe’ tivamer a ij Se adres a 'nte ala suprema potestad, i a sus magistrados, i que los concilios, sus a Jueces no pueden proscribir ni quitar las que permiten los principes. (AHINME . es ov. a 5. i, Gomez Orozco, vol. 72: 154-1577; Ramos Smith [1998b]: 166» do o onarios del clero s¢ inmis j Fas de estos enemigo® lame ‘a incidiren reso Esto no i iri sto no impediria que los sectores més reac Yeran en las diversiones, teatro, al ser escuchad: ‘0s y prohibiciones. seh tilitamiento + ¥ que las constantes que as por algunos virreyes, legaran acto de del poder eclesidstico fue un importante a5P°T on Mas que, € Ps "1 todos los érdenes, los Borbén espafoles implan® MAYA RAMOS SMITH of s y facultades, figurs ta Jos edictos inquisitoriales que al prohibir der, aban a las companias de comediantes, slsistica no desemper6 ~cuando menos ¢n teoria— un papel releyame a, a etgeiad de los epestculosalkerativos, pues careca daa de conceder icencias o de suspender espectaculos y representaciones, in timbargo,rligiosos ¢ inguisidores intervinieron en la trayectoria de vq nanifestaciones, ya fuera por la tenaz oposicidn de una parte del cles ak fiversin o porla persecuci6n de aquellos artistas que fueron denuncini ante el Santo Oficio por comportamientos considerados irregulares, Con el movimiento de Ia Iustracién y las reformas impulsadas por log monarcas de la Casa de Borbén se limitaron considerablemente las faca tades de la Iglesia, tanto para permitir espectaculos como para prohibilos En 1760, Carlos 111 expidié una Real Cédula en la que especificaba que, s bien los tribunales eclesidsticos podian prohibir bailes “cuando son lascivos y proximos 2 ruina espiritual”, no estaban facultados para conceder licencias ni para permitir 0 impedir “las comedias y fiestas de toros”, cuya potest percencciente ala “autoridad regia”, era ejercida por el virrey y sus funcions tios (Rodriguez de San Miguel, vol. Il]: 325; Belefia, vol. 1, 3° foliaje: 109). En 1771, el predominio de las autoridades civiles sobre las eclesissticas fue ratificado por el representante del rey ante el IV Coneilio Provincial Mexicano, al declarar: de la Ingu' mbién, p principio, era de Bias deamaticas alec I amor or estar fuer i 3 de toda controversia, que la materia de diversiones ¥ fsteios piblcos, modo y forma con que se deben hacer, pertenece y toca peculiar ¥ Pe tivamente la suprema potestad, i sus magistrados, i que los concilios, us P™ ueden proseribir ni quitar las que permiten los priacipes. (AMINA Gelecsibn Gomer Orozeo, vol. 72; 154-1574; Ramos Smith [1998b]: 166 #6 121:514) Esto no impediria que veran en | teatro, clero se_inmisc? de los sectores mas reace: las diversions, y al ser escuchadas px £65 y prohibieione El debilitamiento del reformas que, en todo: narios del que las constantes quejas de estos enemigos °° widas por algunos virreyes, Hegaran a ineidir en rex) ge . co de bas ' poder eclesidstico fue un importante aspec 5 sron et * los drdenes, los Borbon espanoles implan" IE, REGLAMENTACION Y CENSURA Ia Peninsula, Se extendieron a todos los reine ° Ds Y col aol en diversos sentidos, afectaron ah cultare especticulos marginales y sus artistas, Sus reel se afirmaron en la Nueva Espana de La reforma y reduccién del mimero de fiestas f que afectaron el campo de trabajo de los artis eens [alustracisn, en nombre dela culturay el prowess falta raz6a, combatié arduamente a la religiosidad popular bate bles fiestas, y asesté duros golpes a manifestaciones del pucble nen por la tradicién y el uso, La fiesta tradicional heredadé del bere ae durar de dos a siete o quince dias, y en ella ya fuera como oriniealores o espectadores, participaban todos los estamentos ¢ instituciones Desde dl siglo XVI iba acompafiada, por lo general, de representaciones dramaticas, danzas, peleas de gallos y corridas de toros, ademas de diversiones caballe- rescas ¥ populares, en un ambiente que favorecia la inclusion de toda clase de espectaculos marginales. El gobierno, en nombre dela productividad y el progreso, intent6 establecer un equilibrio entre el tiempo del acio y la diver- sin y el tiempo del trabajo y la eficiencia por lo que, entre ora medias, redujo considerablemente el imero de fiestas religiosas. En el teatro se instauré la poética neoclisica, que proponia elevados ejemplos civicos que, divirtiendo al pablico con moderacivn, cumplieran a la vez con sus propésitos didicticos, y en 1765 se prohibieron los au tos sacramentales y las populares “comedias de santos”, éxito en el repertorio de | tes, A esto se atacte nuevos conceptos de reordenamiento, ¢ ne pacios urbanos y la preocupacion por la wrangulida’ © lo que incrementé la supervision y nuevas reglas y restrieciones. Tanto dentro de Ia capital como a lo rio ¢ estos conceptos afectaron a la cultura y la re'B al campo de trabajo de los artistas re ese Borda se quejo de que la ex versiones. jfectaban la p' corridas de toros, comedias y otras diver, cn los Reales de Minas de la region 4° Tani de dat perma: eee coridades locales que se 2p io tings, Hacia la ultima década del sigloy 5° lonias del imy ular y, resultados, muy la segunda mitad del Se perio espa- Por tanto, a los especialmente, tocientos. de los aspectos aideologi “buen gusto” de dela que figuraban con ni ron los 5 compaiias itinera abellecimiento y polieia de Je sus habitantes jlancia de sus d ohispano, J territorio nov ssidad popular ys por endes En 1762, don José de la guientes rgo de con las consi So Ta productividad cl virrey oF rp Jos ve- HT eegundo Conde de 66 MAYA RAMOS SMITH Revillagigedo (1789-1794), se negé a muchos pueblos el permiso para cei, sus fiestas y se efectuaron reducciones drasticas en ese renglin, Es pont ‘que estas medidas no afectaran tanto alos entretenimientos callejeros, pe. incidieron en los grupos itinerantes que a menudo se presentaban en iiss. como el Corpus bajo contrato con los cabildos y autoridades de proving Las mencionadas reflexiones que Jovellanos hizo en Espaiia sobre i espectaculos alternatives contribuyeron al descrédito de ° Tes siguid permitiendo, se les trat6 de limitar y se estable cada vez mayor y mas estrecha vigilancia. En todos los ambitos se alternaron a reglamentaci camplimiento, las advertencias, los arrepentimientos y las nuevas dispose nies; de parte de las autoridades, se sucedieron periodos de mas ampli iberus to favorecia sin duda el hecho: westas no p Setecientos 1n_con las quejas de con otros de mayor control y represi6n. que, ono habia castigos para los infractores, 0 la santciones i ban por lo general de una amonestaci6n, pues en las licencias de aparece ya la pena de destierro para los transgresores. La mis grave cons cen la revocaci6n de la licencia pata trabajar, pero s6lo queda un ¢jempio des aplicacién, Otro castigo, atin peor, fue la confiscacién del material de tab impuesto a algunos grupos de titeres en la ciudad de México. Durante el siglo XVIII y el primer cuarto del XIX, la duracién de los misos, los horarios y los lugares permitidos se definieron en as licencias¢ se extendian para trabajar en la capital o para salir a la provincia. Avnc hubo de seis meses o de mas de un afto, la mayoria se concedi6 por ¢ $n de la temporada teatral, que abarcaba del rneral en abril- hasta el Car cémico”, 0 sea, la dura go de Pascua de Resurreceion por lo g aito siguiente, en febrero. La Cuaresma era el tiempo de preparacion P siguiente temporada en cl Coliseo, asi como para la integracion de lo na marginales El impuesto de Media Annata que pagaban los autores de : y los artistas callejeros fue de cinco pesos, cuatro reales (o tomines) ¥ granos durante la primera mitad del siglo; mas tarde sos © y continué asi hasta los primeros aiios del Ochocient rior cantidad se le agregaron cuatro pesos y cuatro reales “emolumentos de oficinas”, con lo cual el total subie a dieciocho| cuatro reales. Es dificil saber cual era exactamente Ia politic ya que existen contratos de mas de un afio ~de dos a cinco- que &F 2 las compat ubid a 13 F tos, cuando al: no dere como 4 ciocho pes eee REGLAME ‘ACION Y CENSURA sjeabro dela misma cantidad, En ocasiones, cuando la ceo ls temporada, la tarifa se reducta: en See ie e aaic Juan Anconio Zarate. " y prestidigitador Enel siglo XIX se registraron ligeras variante anna lads parceian no ponerse de acuerdo. E ‘i pjercito y Real Hacienda ratifi cencia, pero establle cea Pete contaduria” para los relrenos, mientras que, un mes des sere ree seals “diez y siete pesos, 6 reales y 6 panos ¥ para las pie: Mripitad” (AGN, Media Anata, vol 32, exp. 20: 34r-395v). * rit undance documentacion acerca de la normatividad indica el predo- nin de dos grandes ambitos, que condicionarian fa organizaciGn y fun- cionamiento de los especticulos alternativos (la capital y la provin ia), ast cide tres grandes aspectos 0 divisionest [st Telaciones de los diversos grupos con ¢l Hospital Real de Naturales -a beneficio del cual s¢ admi nistraba el Coliseo- las condiciones estipuladas para actuar dentro de la jones -aunque nunes adad de México y las licencias fordness, ave Oe ocas para las companias draméticas- tombién podian incluir ala capital yen ocasiones as diferentes diciembre de 1802, un fiscal los dieciocho pesos cuatro reales por li- seis pesos, siete reales y tres granos mas “dos pesos de 3.2. Las relaciones com el Coliseo radores y empresarios pos con Tos amis co estt= Las relaciones de los diversos 8" i del Hospital Real de Naturales y teatro el Real Coliseo de if ico est vieron marcadas no s6lo por uns Jntensa lucha por el erabalo exp ave se prolongé durante casi dos Sjelos, sino por wna GUT imran 9 al total para las companias deamaticas y parcial pat ae SEs San Esto se puso de manifiesto Ulesde Tos albores 9 el Sse 7 aa dificiles condiciones, Pues desde mucho antes © ate Empat monopolio de los espectaculos en la capil N an que a recone draméticas se les prohibia trabaja jo de cinco les cs permitia volatines” SE de teres 0 de » compania reBulat ‘los mejores grupos “1 ‘ 2 tee Coli de in? de coe ace : a : ee arabe inactive, per 2TH rsitasen pli emia que sus e8Pe de la capital, pues s¢ MAYA RAMOS SMITH 4 SoH ‘ yettabsjaran en los bartios alejados del cent g 2 ¢, aun igados a entreg: Gy. aanifigjeros estaban obligados a ent gar al Hospi dad jas, En 1702, el administrador acus6 aun a ganancias. En ee nen artes de aS te des Fevolteando en dierent partes toe ciudad icontrah: « eales disposiciones y antigua y ¢, ad Hospital. Alegaba que “por reales disposic n i 9 Continuada coe por os nue practicaban esta clase de “juegos puiblicos debian eng e”, eee x ‘i trepar tumbre”, i Veonradas totaled. ria 10 que se colectara en las haces ne un tercio de SI 0; e se efect Jue, presioais, cl Hospital enviaba al ugar donde se efectuaban i, Presemg cies, ya queen es paca se pagaba dos veees: una al ingresar teatro g local de representacidn y una mds al tomar asiento. En 1716, al Solicitar 9 licencia, Gabriel Angel Carsillo tuvo buen cuidado de especifien, que “ng ‘cupo de jugar la diversién de comedias de muiiecos de parte de Roche sin perjudicar al Hospital” (AGN, Tierras, vol. 3097, exp. 11: 12815 General de Parte, vol. 24, exp. I: 11). Por spa stas Ca - J, losartistas crObata gt ‘ Ue SIN Notifica, 4 Elo sucesivo, este tipo de arreglos y restrieciones caracterizafa lg rel ciones del Hospital y su Coliseo « otra parts, parce ser que muy pronto dejé de con el Hospital sus ganancias, y su contribue impuesto de Media Annata hasta que, “scion de diversion que se abrieran p 16n al gobierno se limixé en 1814, se dispuso que los nueves agarian una cantidad al Hospital se habjan establecido a partir de des ; » que los espectaculos ajenos al Coliseo autem pin al ncias de los “sents” weeny Propésitos benéficos del Hospital. | privilegio de contratar antes que nal bmPetencia, las compaiiias dramiaticas tenian vedado enti! ‘ vot tis “= de titeres, Por el hecho de que también presenta ‘ometssde mat tae los sectores populares significaba lo mismo fee cae tral teatro “de Personas”, se les vio constantem= Provincia, Este argued pill del Coliseo de México Y sus homsnimes Pordon Esteban Roman 2 ilustra la carta enviada al corregidor de la ca ve Davila asemista del Collen cn 172 REGLAMENTACION Y CENSURA 69 __adigo que avigndoseme rematado el coliseo para la representaridn de comedias Ac este aio en condizién que ninguna persona de ningsin estado ti cald lad que seaaya de poder tener pablicamente casa donde se repre sente y cobre la entrada, y porque con notizia que tengo de que con el pretexto de comedia de muiecos, maquina real se esté representando puiblicamente y a bos de clarin llamando. la gente, en conocido y notorio perjuizio de dicho arrendamiento, ¥ por su consequenzia del venefizio al [HJospital Real de Naturales desta corte resulta én de dicho remate, Y para que este perjuizio cesse se a de servir ‘Vuestra Seftoria mandar se le notifique a la person: en comtravenzi 2.0 personas comprendidas en semjante exceso no prosigan con dicha representazidn dedajo de las penas que ‘Vuestra Sefioria tubiere por combeniente. ¥ que en caso de que para ello tengan despacho se les recoja en conformidad de los referidos decrctos que para exte fin y conserva én de este arrendam ento se an expedido por los excelentisimos sefiores virreyes de este reyno.... (AGN, Historia, vol. 467, exp. 3: 1) Es probable que las constantes quejas de los asentistas ~en especial contra los titititeros-, asf como la desobediencia a los reglamentos y los desorde~ nes que a menudo se suscitaban durante sus funciones, contribuy prohibicién que se decreté en 1749 contra las “comedias de muiiecos”: ‘ana la CIVL Que para evitar los notables excesos, escandalos, quimeras y pecados pi blicos que se cometen en las casas de comedias de mufiecos con motive de su nocturna representacidn, se prohibe esta diversion, con apercibimiento que se Procederd con todo rigor contra los transgresores. (Beleiia, vol. l, 3° foliaje: 129) El monopolio del Coliseo sobre los especticulos en la capital se ratifies con la Real Cédula que, promulgada por la reina en 1759 y puesta en vigor €n 1760, marcé los lineamientos definitivos para su funcionamiento. En su Parte referente a otros especticulos en la capital se estipul6 Que respecto de estar prohivida la representacidn de las comedias de mufiecos en esa ciudad y sus barrios, y las maromas y bolatines no sélo por el perjuicio ue se sigue al Coliceo sino por los inconvenientes que se han pulsado, espe- cialmente sobre la representaciGn de los munecos, se ha de llevar adelante esta cia del virrey no se han de lidiar toros como .a no menos perjudicial al Co- Prohivici6n, y que sin expresa lic suele acomecer en el rastro, por ser esta wna 60s = i MAYA RAMOS SMITH liso y que se ha de aural arrendatatio para que se vite tl g 6, que solo se hayan de ver las dichas maromas y bolatines en el : 9 teler Cop siempre que el artendatario tenga ocacivn de estas havilidades, » : de ellas... (AHINAH, Hospital Real de Naturales, vol. 106, e Reales Cédulas Originales, vol. 79, exp. 23, s.fr.) hier aly, XP. 81: 3038p acy En adelante, cha cléusula formé parte de las condiciones invocahs " los asentistas para rentar el Coliseo, y la esgrimicron cuando senting 7 nazados sus intereses. Durante la segunda mitad del siglo XVIII se hizo ces tumbre, antes de conceder una licencia a los grupos marginale, pegwer,. administrador del Hospital o al asentista del Coliseo si no tenian objeci’ Para que se otorgara. Por lo general, los asemtistas sdlo contrataban grupos de marome volatineros durante la Cuaresma pero, por la atraccién que ¢jercian sobs: el publico, pronto se revelaron como un buen negocio. En las décadas, la clausuila se amplié para permitir en el Coli Ros, “conciertos misicos”, titeres, semejantes”, pantomimas y “ot cuenta, En 1790, a rnimo N sombras chinesea algunos empresarios las tomaron por s convertirse en asentista, el bailarin y coredgrafo G ue, ademas de la Cuaresma, podria presentar esos especticulos ea los ¢ en los que no hubiera comedia, a lo que, como era costumbre, 2 6 Queestas diversiones y otras que de nuevo pudieran imbentarse ; hacer ena calle pr ninguna persona quelllee extipenio porellas » Coliseo de cuenta del asentista. (FRBN, Asuncos de Teatro, vol. 4 Los horarios del teatro incidicron tambien en los de los especticu ea nativos, Hasta 1786, las funciones se presentaban, al igustl que en M. ne las dos de la tarde en invierno y a las cuatra en verano, por lo que £808 afios las de titeres debian iniciarse hacia las nueve de la nociie: ¢l virrey Conde de Galvez dispuso en 1786 q ip las 8 dela noche, los demas especticulos tarde para las maromas y otros espe después de | La polémi Colise as funciones se nbiaron sus horarios. 4 dculos callejeros, y part las ocho, con abligacién de terminar a las diez ica sobre si esos expect culos realmente le quitahst “© se prolong6, y en ella se consideraron las dos caras de |i" REGLAMENTACION Y CENSURA 7 por un lado Isinsstencia de administradoresyasencitas sobre la supues- Por fdas que ocesionaban al teatro spor otro, Inopinion de qu, por Las Poremtes horarios, el carécter de las diversiones, su piblico y sus er nwada no se contraponian. Eto limo le express en 1786 a pre de Acclonistas 2 cuyo cargo seencontrabs el Coliseo, Fl objeto de esta prohivicion fue el de que no se distrajese del teatro las gentes {pe concurren a la pretexto de aquells diverciones perdiendo cl arrendaario qVimporte de las entradas que dejasen de hacer las personas que coneurriesen ‘las, por no considerarse facil que acudiesen a las dos en un mismo dia. Sin dada seria mui gravoso a la Sociedad si estas entradas de que pueds privir ‘ele, fuesen en cantidad considerable, pero segiin nos hemos informado es de nui corta cantidad el producto que dejan estas extraordinarias diverciones a los qe las executan, (FRBN, Asuntos de “Teatro, vol. M11: 267) Esta dificil situaci6n, que Hlegé a ocasionar verdaderas persecuciones a los titiriteros, fue aliviada temporalmente en 1794 por el virrey Conde de Re- villagigedo, quien comprendié que, para la gran parte del pueblo que no podia pagarse una entrada al Coliseo, los espectaculos callejeros ~a uno 0 medio real- eran su tnica diversin. En enero de dicho ao, don José del Rinc6n, administrador del Hospital, se quejé amargamente del efecto de esas diversiones sobre la taquilla. “Son tantas las que hay en el dia”, eseribio, “que sc hace increible el que no hayan bajado mas de lo que se ha norado, las entradas en el Coliseo”, por lo que le suplicaba que “retire las licencias que haya dado, y suspenda la concesion de otras para en adelant plied abril, el vi las lice alos rey le comunicé que no se suprimir sspectaculas callejeros dentro de la ciudad de Mexico, “en considera cién a que la gente que concurre a esta especie de recreacion no es por lo comin de la que frequenta el teatro, ¥ por consi sus productos...” (ERBN, Asuntos de Teatro, vol. 1413: 1278 y 129") Apesar de que esta decision habia parecido zanjar la cuestiGn, la polémica no ces6, y a la partida de Revillagigedo se volvio a pedir el consentimiento de los asentistas para autorizar diversiones, los que por lo gener al objecién. Sin embargo, no dejaron de mencionar los posibles dates que Podian ocasionar al Coliseo ni las cliusulas de egian, como hizo en 1795 José Bernabe de [sita, cuando se le consulté siente no puede disminuit 0 ponian exclusividad que los pro MAYA RAMOS SMITH 7 sobre el especticulo de maromas y titeres que Proponia Juan Any, Zirate: nig ‘Todos los arrendatarios de la Casa del Coliceo MIS antecesores han contig. poniendo por expresacondicin que en esta ciulad sole cnn Coliceo, it comentiminto, se representen comedias (aun de munecos maromay, ¥ demis diverciones en que se pague para verlas, por qe la experienc maniestado son gravosas al autor, y aunque al pareees ee N00 dos di disininuiré lautildad silo hace en eonciderable haver a fin de ao su ce, ontiny Clén. (AGN, General de Parte, vol. 73, exp, 158: 199v-200r) Con nuevas condiciones, los Primeros aitos del sj, sido de mayor libertad. En | 806, cuando la titirite: licité el refrendo a su licencia y se consulté al 'e respondié que no tenia inconveniente, iglo XIX parecen ra Juana Josefa V administrador d habe argas so, el Hospital, ya suerte se alejae we esta clase de diversic nO perjudicara, principaime les franquea en el mos squete del Coliseo, mayor dive i6n. (AGN, General de Parte, vol. 80, exp. 154: 208r) La situacién cambié tadicalmente unos guerra la economia del Coliseo se vio Severamente afectada, al tiempo que cn la capital Se Permitia abrir nuevos espacios para la diversion, En (8! el administrador del Hospital solicits al virrey Félix Maria Calleja del Rey “que se limite la libertad que disfruta qualquier particular para abrir casas de SWeBsiones nocturas”, por lo que Calleja le explico que ha ahios después, cuando durante la ia ordenado’ no los que quisieren actualmente tengan dichas casas, como los 4 Merced te o establecerlas de nuevo, se convenga como administrador del Uibuir por a licene aber precedido el ex Para que haga saber Nes, CHINAH, Hos; con Vuestr ¢ hayan de cc Hospital de Naturales, en la pensién que ha » que nunca se conceders, sin que el pretendiente 2 presado combenio, y al tra Me tento autorizo a Vuestt cridas divers!” min aovidencia alos que mantienen las rf aie ital Real de Naturales, vol. 107 bis, exp. 12 REGLAMENTACION Y CENSUR A 2B nicamente en el aspecto econdmico y laboral donde el Coliseo cjereis su arbitra, sino que los espectaculos von la clausuila 11° de los contratos de arsendamie extendi6 a [lamado “Privilegio de Cone”, dl lc er principals cortes del Corona capac cont Niece, a, como Népoles, No fue on callejeros Jp artistic tro, relative al Jobin gozat las Lima y México: 11, Que este Coliseo ha de gozar del fuero del de Madrid en punto» po wvilidades de los otros que haya en el reino costeindole | extraher h: gulares del viaje ¥ papel que venga a exer alguno. (FRBN, Asuntos de“Teatro vol. 1410: 151) dandole el mismo salario que gozava o el 1 cer, y no obedeciendo quede privado de travajar en tex gio, que databa también del siglo XVII, comprendia a todos los ailarines y mésicos ~estuvieran 0 no bajo contrate= y ereses no s6lo de los teatros de provin Este priviley actores, cantantes, con frecuencia llegé a lesionar los int cia, sino de las companias de la legua, mediante la disposicion que establecia gue, al formarse en cada Cuaresma las companins itinerantes, sus autores debian presentar la lista de sus miembros a los asentistas del Coliseo. Esto se estipuld en licencias como Ja concedida en 1797 a Joaquin G. amboa, en la que se le ordenaba que: ra haya de presentarse con toda Ja Quaresma venid “oliceo, a fin de que pusds escvest Sh teatro. (AGN, General de Parte, vo cen la segunda semana de su compaiia [a vista] del autor del ser titiles para vilidades que hall: exp. 35: 25r) Je la com indo de la licencia ¢ (Morelia), o en el retret ve ba en Valladolid Otra variante figurd ese mismo a Morales, actual paiifa que, dirigida por José Mar a quien se le ordend que: nea alympresario sobre 1. 73, daricu = losdos, o tres meses antes de acavar la tempo” ada, da os capital de los sugetos que d lo tome las providencias que le convens# 8p. 286: 350r) edan serle uu puedan pene (AGN, Ger =~ 74 MAYA RAMOS SMITH Dicha prevencién se hizo obligatoria, pues en posteriores pul que, sin la certificacién de haber cumplido con ella, no se Otorgar; nuevas licencias ni se refrendarfan las caducadas. En la provincia, a pesar de que sus coliseos del de la capital, se impusieron cldusulas similares a las compainias de |; legua. Los de Valladolid, Veracruz y Puebla las invocaron con frecuencia y en esta ultima, en 1813, un aspirante a asentis| ta incluy6 en sus condiciones que “ninguna divercién publica de paga ha de poder executarse fuera de teatro, pues quantas aqui ocurran han de exec ‘utarse precisamente en ¢| (AGN Historia, vol. 468, exp. 14: 68v), En algunas licencias se Permisos ce 6st frian a causa de la Prioridag especificd que eran valid jar en cludades y pueblos donde no hubiese colise de éstos no parecen haber sido tan estri proporcionaron trabajo constituyeron, en la pra las tinicamente para traba- © y, aunque los privilegios ictos como en la caj a compaiiias dramaticas, ctica, una limitante mas, pital, y a menudo de titeres 0 acrobaticas, s Capitulo 4 a normatividad en Ia capital 4.1. Teatritos menores y espectdculos callejeros Desde el siglo XVI, la plaza mayor y el centro de la capital fueron escenarios en los que durante las grandes celebraciones puiblicas -civicas o religiosas~se resent una gran variedad de espectaculos. Corpus Christi, santos patronos de la ciudad, virgenes de los Remedios © Guadalupe, acontecimientos rela- cionados con la monarquia como proclamaciones de los reyes, sus bodas 0 el nacimiento de sus herederos, ofrecieron una codiciada fuente de trabajo, tanto para los grupos artisticos de més prestigio como para los espectéculos callejeros. La variedad de espacios y ocasiones se refleja en los contratos de comedian- tes del siglo XVII que se han conservado. En casi todes, como en el firmado en 1603 por Jerénimo de Alanis para la compania dramatica de Juan Corral y Cristébal Pérez, puede leerse que se obligaban a “representar con mi persona asilos dias de fiesta como de trabajo de noche y de dia cn el corral, plaga y dias del Corpus y su otaba o en otros qualesquiera dias [en] casas de particulares” (AGNOT, Antonio de Villalobos, vol. 762: 296). Dada la relacidn de los espectaculos alter México, no resulta dificil comprender que su desarr dad de México haya estado plagado de obstacules y reglamentos. Sin em- bargo, la abundancia de documentos que se conserva sobre el siglo XVIII atestigua que, a pesar de las reformas, de las dificiles condiciones y dela omingsa sombra que los privilegios del teatro oficial proyectaban sobre ellos, la capital fue cestigo de una intensa actividad protagonizads por wna gran variedad de diversiones, reglamentadas y permitidas por el corregidor, én quicn los virreyes deocargaron la tarea de encargarse de It gone de licencias, el cumplimiento de la normatividad y la vigilancia de as funciones. nativos con el Coliseo de -ollo dentro de la ciu- 4 # MAYA RAMOS SMITH sin embargo, el virrey continu a cargo, tanto de ls Fcenc ‘ as licencis for Sr eerjueabarcaban el trabajo en a capital yen la proving forines las que to2"Timpedimento principal que los asentistar 4 ° aban parce libratse cuando se confinaron ests di it del Coley serfenicos dela ciudad, con prohibicion de ponetrar em Ot bi Praotica, no obstant, se desplego una fero7 lucha or etal eeseeeL que estavo mareada tanto por el acatamiento Sie SFencia Ins quejas, as amenazas, las suiplica, y los nuevos aes see ige furciones mas importantes del gobierno de Ia ciudad evita I alteracin eel orden pblic, To que suse aera seventos cerrados como casas de vecindad o accesorias donde se efecouun ie funciones de iteres. Ademés de Ta embriaguez fomentada por lave ade ss andintey oi bebidas carant os anos stents nent cease como “palabras insolemtes, gritos, slbos, insults y ater ue provocaban “cuestiones, quimerss ¥ desafios Figuraba ademis la un aan por las sutoridades~ convivencia dears exes 20 pal de “specados pablicos” a la que favorecian el apretujamento, la esesa mi cPiny los espacios cerrados. Asi, en la licencia concedida en 1774 al tiie § prestidigiador Antonio Herrera se le ordenaba que: halle el teatro bien iluminada sin a que se ejecuten dichos y tit) habré de te{n]er la pieza en que s¢ voncias en la recamara sila tuviere Ia casa © (FRBN, ‘Ms. 1378, Cedulat concur 0 roma 6: 112 res, y suertes de manos. nsables haber ys respon | debe indicd que afio, s¢ lo cual nncedidas durante ese rgase de mantener ores sto, aunado ak En las licencias co" de los grupos debian ene conduc;do a nuevos desdrdenes. 3 con rjatas del Colisco, probablemente Prev, Jas medid virrey Bueareli, quien por decrere Wel 11 de Agosto | las constant fas €0 4 concurrene van de b : je muiee? resultay aban las comedias ¢ pert producides ‘al mismo a ‘o que 10 Jo que ™ “aque para evitar Los exesos 4 woins casas y piezas en que se ecu cernbién las funestas resultas que Ban Toco, prohiviendoses 20 : mo dificil data’ tacion fuera del Co tase en otras pie? as ni si Jo exec Jas demas repr propio teatro destinado REGLAMENTACION Y CENSURA 7 veriticase asi el seftor don Die} go Antonio Fernandez de Madrid, si wie Coliseo. (ERBN, Ms. 1384 Cedulario tomo 12: 3364) “ee ndo juez de Esta disposicion parece haber is ido temporal -o nunca se acaté-, pues las © no dejaron de concederse con la misma frecuencia. / $6, los desordenes que se suscitaban en las funciones de titeres dieron pie a que se tomaran medidas mas dristicas y estuvieron a punto de creas una aueva prohibicion general, mientras que en 1787 el eorregidor ny ciudad pidio al vierey que ya no concediera licencias mis que pata las fu ones que se realizaran en el Coliseo. Para la siguiente década, la concesién de licencias y la vigilancia de los especticulos, a81 como la definicisn de los reglamentos, se convirtio en una sspesreante cares. El corregidor de la capital debia encargarse no sélo de alternativas, sino permitir y dar seguimiento a toda clase de diversiones Penbisn a otros especticulos no profesionales como los coloquios, pasto- rales v danzas a los que en esa época fueron tan afectos Jos habitantes de la Gdad, y entre sus auxiliares se contaron los calificadores -por lo general vr ios que se cnviaban los textos propuestos por os aficionados. fa, quuie- religioso Fare cus colaboradores figuraron también los escribanos de pol eave es de entrar en vigor las licencias inspeceionaban [os locales donde ge pretendia efectuar las funciones, mientras que 3 Jos alguaciles y alealdes see erio, apoyados por sus “tenientes de alguacil mayor ~ se les impuso la fares de presenciarlas y garantizar asi la presery cidn del orden y el buen Comportamiento de espectadores y artistas i Poribirse una peticion, el corregidor acudia al alealde del barrio don- de residfan el solicitante y su grupo, para informarse si eran sujetos “de grreglada vida y costumbres”, ¥ 4 los asentiss artistas del Coliseo, para sneriguar si se erataba de artistas “de oftcio” ¥ ne de simples aficionados © vagos. Darante la década de 1790, bajo el corregi de las disposiciones acostumbradas para due iluminacion y hombres y mujeres presenciaran licencias se concedia dor Bernardo Bonavia, ademas cl local contara con suficiente Ins funciones separados, las calidades de que la divercidn, se ha de para la casa que refiere, con las precisas \ ino se consientan bebidas prohi- terminar antes de las oraciones de la noche: que MAYA RAMOS SMITH sexoque a pablico por medio de tambor, por I income. sare quo se vistan los hombres de mugeres nt . gin motive se pueda pasar el expresado [aria] = 4 de Su Seftoria; que se verifique con conocimienic este zele, y cuide su cumplimiento; y queen j embre de 1793, AHC, Diversiones Pablicas, mf que no see que causa sit dde varones: QUE casa, sin expresa licen ie del quartel, para que jen, (24 de dici por ni aleald aia el mejor ord 796, exp. 10, sft) |\ lnakeracidn del orden contribuyeron las frecuentes violaciones alos re.

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