Los días posteriores a la liquidación de la principal
comisionista de bolsa del país van dejando incertidumbre en el mercado y lecciones de cómo las practicas riesgosas pueden llevar a la caída de un grande de la bolsa. A agosto pasado, Interbolsa tenía activos valorados en $1,5 billones. Su participación en el mercado bursátil era de 34%. / Archivo
Un abrir y cerrar de ojos. Eso fue lo que le tomó a Interbolsa, la principal
corredora de bolsa del mercado bursátil colombiano, pasar de ser una compañía ejemplo a un descalabro de grandes proporciones. La flamante firma, que a agosto pasado tenía $1,5 billones de activos y era el principal jugador del mercado de valores colombiano esta hoy en el ojo del huracán y es mirada con recelo por sus antiguos colegas, muchos a quienes hoy los puede haber dejado en problemas. La historia de la firma es muy parecida a la de muchos grandes jugadores del mercado, a quienes el exceso de confianza, el exceso de riesgo o simplemente los malos cálculos y los giros inesperados a los que están acostumbrados los comisionistas de bola les jugó una mala pasada.
Creada en 1990, Interbolsa fue el vehículo por el cual el ingeniero químico
Rodrigo Jaramillo entró al mundo bursátil en la ya desaparecida Bolsa de Valores de Medellín. Sus primeros años fueron los típicos de una firma de su talante: hacer estudios sobre el rumbo del mercado, conseguir clientes que quieran invertir en instrumentos, cobrar una comisión, crear productos propios para volver a invertir. Hasta que a mediados de los años 90 apareció un personaje que terminaría siendo clave en toda su historia: Juan Carlos Ortiz, un comisionista de bolsa expulsado en 1997 de la Bolsa de Valores de Bogotá por prácticas que, entonces, se consideraron poco transparentes.
Su amistad con Tomás Jaramillo, hijo del fundador de Interbolsa, lo llevó a
invertir una fuerte suma de dinero en la firma comisionista, a instalarse en Medellín e implantar como sello corporativo la llamada posición propia: con los recursos de caja, se invierte en el mercado accionario aprovechando los momen