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Lacan
Lacan
Departamento de Psicología
Turno Mañana
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Indice
- Introducción……………………………………………………………...pág 2.
- Desarrollo……………………………………………………..……........pág. 3.
- Conclusión……………………………………………………………...pág 15.
- Bibliografía…………………………………………………………….pág 16.
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Introducción
Este trabajo pretende un recorrido por la teoría del Objeto en Psicoanálisis, desde la
conceptualización de Sigmund Freud, quien lo teorizó por primera vez en sus tres
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Desarrollo
Freud aborda la teorización del objeto desde ángulos diversos. Tres grandes
igual que el énfasis diferencial de Freud sobre alguna de ellas, énfasis que se organiza
Desde una perspectiva teórica, el primero en ser deslindado: el objeto del deseo, el
del proceso primario. Tenemos pues, en primer término, el objeto perdido del deseo
sexual infantil cuyo paradigma fue el objeto oral en su articulación con la experiencia
de satisfacción. El objeto del deseo como objeto propio del funcionamiento incon-
En 1905 se suma un nuevo objeto, muy cercano al objeto del deseo, pero que no
pulsión parcial es a menudo confundida con la articulación del objeto con el deseo.
El objeto perdido del deseo es condición de producción del objeto pulsional en la obra
freudiana; este último adquiere rasgos que le son propios y que son inseparables del
Esta tercera dimensión configura una serie que Freud explícitamente separa de la serie
1911, en el contexto del caso Schreber, y a la que bautizó como serie de “la elección
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de objeto”. Ella es correlativa de la introducción y del progresivo despliegue del
Estas conceptualizaciones del objeto, con sus diferencias y con sus puntos en común,
a partir de su experiencia. Ellas son, por lo tanto, inseparables y a la vez vitales, respecto
a la práctica analítica.
Estas dimensiones del objeto son pues el punto de partida de dos series diferentes: la
serie pulsional con sus estadios y la serie de la elección de objeto que se despliega
del objeto heterosexual. Desde esta perspectiva, el narcisismo es considerado como una
El autoerotismo es el punto de partida común de ambas series, las cuales de allí en más
al campo de lo que luego se denominará la totalización del objeto sexual, al otro como
sexuado, homo o hétero. La serie pulsional, en cambio, toma al otro tan sólo como su
apoyo, tal como lo indica el concepto de pulsión parcial en la medida en que esta nace
que produce eso que Freud denomina “placer de órgano”. Es oportuno subrayar que en
de elección. Sin embargo, ambas series comparten el carácter contingente del objeto
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así como su posibilidad de fijación.
Otra diferencia asoma entre ambas series: el papel del narcisismo es fundamental en lo
desempeña papel alguno, o lo hace tan sólo de manera secundaria, en aquellos casos en
Ambas series convergen en la fase fálica, en la que las pulsiones parciales se reúnen
rastros del establecimiento de una serie que pueda ser comparada con ninguna de las
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Por otro lado, el Objeto a es un concepto del psicoanálisis usado por Jacques Lacan que
metonímico.
Se entiende que el sujeto del psicoanálisis está regido por sus pulsiones, que investidas
en el lenguaje, vendría a conformarse el deseo. Las pulsiones difieren de los instintos por
sea algo fijo. Por lo general, cada vez que el ser humano llega a cumplir un objeto deseado,
El objeto a de Lacan encuentra sus antecedentes en diversas fuentes dentro y fuera del
psicoanálisis.
objeto perdido del deseo, considerando la relación de ese objeto con el objeto contingente
de la pulsión.
causa del deseo". Esto implica que el propio deseo adquiere el valor de algo causado.
psicoanálisis, tal como sucedió con la aparición de la pulsión de muerte en 1920, a partir
El objeto a tiene esta nominación para evitar confusiones con lo que Lacan nominó con
A, el gran Otro, para diferenciarlo del pequeño otro, el semejante. Debemos aclarar que
las letras a y A derivan de la palabra Autre, que en francés es el modo de decir Otro; y de
la misma forma el objeto a es una derivación de esta misma alteridad pero en un nivel
drásticamente diferente.
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Con relación a los orígenes extra-analíticos de este objeto tenemos que remitirnos a la
filosofía, tomada por Lacan desde los antiguos griegos, pasando por los filósofos más
significativos de todas las escuelas. Podríamos mencionar desde los griegos presocráticos
no sólo aquel que mueve a cada sujeto en su pretensión de reencontrar lo perdido, sino
como objeto epistemológico para una aspiración científica. Si bien Lacan termina
formulando que el psicoanálisis se trata de una praxis más que de una ciencia, las
El objeto a es el objeto del psicoanálisis; y es a partir de ahí que surge un sujeto. Es tal su
singularidad que se torna difícil definirlo, ya que se trata de un objeto que por nominación
un resto que cae de la operación de constitución del sujeto, es decir que el sujeto pasa a
existir simbólicamente. Pero hay algo que no termina de poder ser incluido en la
producto de la operación de constitución del sujeto en el campo del Otro del significante.
El objeto a queda como resto de una operación de simplificación donde hay algo que
"sobra". Resto es otro de los nombres o funciones del objeto a, categorizado como los
objetos parciales oral o anal, a los que Lacan agrega la mirada y la voz. No son parciales
en sí, sino que representan parcialmente al objeto. Se desprenden del cuerpo a partir de
los orificios "naturales" que operan como borde para dar paso a estos restos: la boca, el
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ano, los ojos, los oídos. Y los denomina como especies del objeto a. Los esfínteres oral,
anal, o auditivo, precepto que cae en algún lugar que se rastreará como destinos del
"formaciones del objeto a", parafraseando las formaciones del inconsciente. Sin embargo,
estas descripciones suponen diferencias esenciales con las formaciones derivadas del
inductor de esas formaciones, pero ésas son más cercanas al accionar, al impulso.
Cuando este objeto se hace presente, provoca angustia. Ésta es una hipótesis teórico-
clínica muy importante: la angustia no es sin objeto, es con la presencia del objeto a en
los resultados del accionar como salida de la angustia por la presencia del objeto. Las
Si la posición del sujeto está más alejada, se despliegan los otros afectos yoicos y
objeto, que no es simbólico ni imaginario, sino real. Esto tiene sus complejidades, ya que
sino que es el resultado del anudamiento de los tres registros que crea un lugar para que
habite.
como objeto metonímico, al modo de fetiche. En Lacan, pretende alcanzar una inscripción
en lo Real.
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La aspiración más notable en la última parte de la obra de Lacan es alcanzar y formalizar
amoroso-pasional. Por eso se afirma que el amor es con deseo y con el objeto a implícito
como causa del deseo. Este objeto es el organizador del amor y se considera que es el
Discursos que implican la propuesta que termina por establecer Lacan como diferencia
con el estructuralismo. Éstos están configurados por cuatro términos, entre los cuales se
encuentra el objeto a.
En el Seminario 20, donde vuelven a aparecer los Discursos, se agrega una hipótesis
existe la posibilidad de que el objeto a adquiera un semblante. Eso hará que el dispositivo
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Conclusión
Las variaciones de búsqueda que habían sido recorridas a lo largo de los años contaron
siempre con una misma orientación ética. El propósito fundamental era alcanzar una
mayor profundidad teórica y una mayor eficacia clínica, sin claudicar en los fundamentos
del psicoanálisis.
lo largo de una obra de más de cuarenta años, pero es evidente que cada uno de los
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Bibliografía
Freud, S.: (1900): La interpretación de los sueños, O. C., vol. 4 y 5, Buenos Aires,
Amorrortu, 1976.
—: (1914): "Introducción del narcisismo", O. C., vol. 14, Buenos Aires, Amorrortu, 1976.
1976.
— (1920): Más allá del principio de placer, O. C., vol. 18, Buenos Aires, Amorrortu,
1976.
— (1937): "Análisis terminable o interminable", O. C., vol. 23, Buenos Aires, Amorrortu,
1976.
—Kaufmann, P.: Elementos para una enciclopedia del psicoanálisis. El aporte freudiano,
— (1964): El Seminario. Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis,
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—: (1969): El Seminario. Libro 17, El reverso del psicoanálisis, Buenos Aires, Paidós,
1992.
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