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TERMODINAMICA

Diego Alonso Espinoza, Maria Fernanda Frias, Angie


Guerra
INTRODUCCION
Los sistemas físicos que encontramos en la Naturaleza consisten en un agregado de un número muy grande de átomos.
La materia está en uno de los tres estados: sólido, líquido o gas: En los sólidos, las posiciones relativas (distancia y orientación) de
los átomos o moléculas son fijas. En los líquidos, las distancias entre las moléculas son fijas, pero su orientación relativa cambia
continuamente. En los gases, las distancias entre moléculas, son en general, mucho más grandes que las dimensiones de las
mismas. Las fuerzas entre las moléculas son muy débiles y se manifiestan principalmente en el momento en el que chocan. Por
esta razón, los gases son más fáciles de describir que los sólidos y que los líquidos.
El gas contenido en un recipiente, está formado por un número muy grande de moléculas, 6.02·1023 moléculas en un mol de
sustancia. Cuando se intenta describir un sistema con un número tan grande de partículas resulta inútil (e imposible) describir el
movimiento individual de cada componente. Por lo que mediremos magnitudes que se refieren al conjunto: volumen ocupado
por una masa de gas, presión que ejerce el gas sobre las paredes del recipiente y su temperatura. Estas cantidades físicas se
denominan macroscópicas, en el sentido de que no se refieren al movimiento individual de cada partícula, sino del sistema en su
conjunto.
Conceptos básicos
Denominamos estado de equilibrio de un sistema cuando las variables macroscópicas presión p, volumen V, y temperatura T, no
cambian. El estado de equilibrio es dinámico en el sentido de que los constituyentes del sistema se mueven continuamente.
El estado del sistema se representa por un punto en un diagrama p-V. Podemos llevar al sistema desde un estado inicial a otro final
a través de una sucesión de estados de equilibrio.
Se denomina ecuación de estado a la relación que existe entre las variables p, V, y T. La ecuación de estado más sencilla es la de
un gas ideal pV=nRT, donde n representa el número de moles, y R la constante de los gases R=0.082 atm·l/(K mol)=8.3143 J/(K
mol).
Se denomina energía interna del sistema a la suma de las energías de todas sus partículas. En un gas ideal las moléculas
solamente tienen energía cinética, los choques entre las moléculas se suponen perfectamente elásticos, la energía interna
solamente depende de la temperatura. (http://www.sc.ehu.es/sbweb/fisica/estadistica/termo/Termo.html#Conceptos%20b%C3%A1sicos)

LEYES DE LA TERMODINÁMICA:
Primera Ley de la
Termodinámica

El título de esta ley es “Ley de la


Conservación de la Energía”, pues
dicta que, en
cualquier sistema físico aislado de
su entorno, la cantidad total de
energía será siempre la misma, a
pesar de que pueda transformarse
de una forma de energía a otras
diferentes. O dicho en otras
palabras: “La energía no puede
crearse ni destruirse, sólo
transformarse”.

De ese modo, al suministrar una cantidad determinada de calor (Q) a un sistema físico, su cantidad total de
energía podrá calcularse hallando la diferencia del incremento de su energía interna (ΔU) más el trabajo (W)
efectuado por el sistema sobre sus alrededores. O expresado en una fórmula: Q = ΔU + W, o también: ΔU
= Q – W, lo cual significa que la diferencia entre la energía del sistema y el trabajo efectuado será siempre
desprendida del sistema como energía calórica (calor).
Segunda Ley de la

Termodinámica
Dado el tiempo suficiente, todos los sistemas tenderán eventualmente al desequilibrio.

Este segundo principio, llamado a veces Ley de la Entropía, puede resumirse en que “la cantidad de entropía
en el universo tiende a incrementarse en el tiempo”. Eso significa que el grado de desorden de los sistemas
aumenta una vez que hayan alcanzado el punto de equilibrio, por lo que dado el tiempo suficiente, todos los
sistemas tenderán eventualmente al desequilibrio.

Esta ley explica la irreversibilidad de los fenómenos físicos, o sea, el hecho de que una vez quemado un
papel, no pueda hacérselo volver a su forma original. Y además, introduce la función de estado entropía
(representada como S), que en el caso de los sistemas físicos representa el grado de desorden, es decir, su
inevitable pérdida de energía. Por ende, la entropía se vincula al grado de energía no utilizable por un sistema,
que se pierde hacia el medio ambiente. Sobre todo si se trata de un cambio de un estado de equilibrio A a un
estado de equilibrio B: este último tendrá más alto grado de entropía que el primero.

La formulación de esta ley establece que el cambio en la entropía (dS) será siempre igual o mayor a la
transferencia de calor (Q), dividido por la temperatura (T) del sistema. O sea, que dS ≥ δQ / T.

Y para entender esto con un ejemplo, basta con quemar una cantidad determinada de materia y luego juntar
las cenizas resultantes. Al pesarlas, comprobaremos que es menos materia que en su estado inicial. ¿Por qué?
Porque parte de la materia se convirtió en gases irrecuperables que tienden a la dispersión y el desorden, o
sea, que se extravían en el proceso. Por eso no puede revertirse esta reacción.

Tercera Ley de la Termodinámica

Este principio atañe a la temperatura y el enfriamiento, planteando que la entropía de un sistema que sea
llevado al cero absoluto, será una constante definida. Dicho en otras palabras:

 Al llegar al cero absoluto (0 K), los procesos de los sistemas físicos se detienen.
 Al llegar al cero absoluto (0 K), la entropía poseerá un valor mínimo constante.

Resulta difícil alcanzar cotidianamente el llamado cero absolutos (-273,15 ° C), como para dar un ejemplo
sencillo de esta ley. Pero podemos equipararla a lo que ocurre en nuestro congelador: los alimentos que
depositemos allí se enfriarán tanto y a temperaturas tan bajas, que se enlentecerán o incluso detendrán los
procesos bioquímicos en su interior. Esta es la razón de que se retarde su descomposición y dure mucho más
tiempo apta para su consumo.
Ley “cero” de la Termodinámica

La “ley cero” se conoce con ese nombre porque aunque fue la última en postularse, establece preceptos
básicos y fundamentales respecto de las otras tres. Pero en realidad su nombre es Ley del Equilibrio
Térmico. Este principio dicta que: “Si dos sistemas están en equilibrio térmico de forma independiente con un
tercer sistema, deben estar también en equilibrio térmico entre sí”. Es algo que puede expresarse lógicamente
del siguiente modo: si A = C y B = C, entonces A= B.

Dicho más simplemente, esta ley nos permite establecer el principio de la temperatura, a partir de la
comparación de la energía térmica de dos cuerpos distintos: si se encuentran en equilibrio térmico entre sí,
entonces tendrán necesariamente la misma temperatura. Y, por ende, si ambos se hallan en equilibrio térmico
con un tercer sistema, entonces lo estarán también entre sí.

Los ejemplos cotidianos de esta ley son fáciles de hallar. Cuando nos metemos al agua fría o caliente,
notaremos la diferencia de temperatura sólo un tiempo, ya que nuestro cuerpo luego entrará en equilibrio
térmico con el agua y no notaremos más la diferencia. También ocurre cuando entramos a una habitación
calurosa o fría: notaremos la temperatura inicialmente, pero luego dejaremos de percibir la diferencia pues
entraremos en equilibrio térmico con ella.

SISTEMAS TERMODDÁMICOS:
Para lograr una visión más completa de una reacción química es necesario tener en cuenta el punto de vista
termodinámico, es decir, considerar la energía involucrada en el proceso, sea energía térmica u otras formas
de energía.

Para comprender los cambios de energía en las reacciones químicas, se deben definir los conceptos de sistema
y entorno.

El sistema es lo que se desea estudiar, es una parte específica del universo de interés para nosotros. Para los
químicos, los sistemas son las sustancias involucradas en cambios físicos y químicos. El entorno es todo lo
que rodea al sistema material. A la separación del sistema, real o imaginaria, con su entorno, se le llama límite
del sistema.

De acuerdo a sus características los sistemas se distinguen tres tipos de sistemas: abierto, cerrado y aislado.

a) Un sistema abierto
puede intercambiar
materia y energía con su
entorno. Por ejemplo, una
cierta cantidad de agua en
un recipiente abierto.
b) En un sistema
cerrado, no hay
transferencia de materia,
solo de energía, por
ejemplo, si se cierra el
recipiente.
c) Finalmente, un
sistema aislado, no
posibilita la transferencia
de materia ni de energía,
como ocurre en un termo.
Temperatura
El concepto de temperatura, en Física, es bastante curioso. Por un lado, es una palabra con la que todos
estamos familiarizados, y todo el mundo entiende lo que decimos si afirmamos que algo está caliente o está
frío. Por otro lado, dar una definición rigurosa de temperatura basándonos en medidas empíricas es bastante
más difícil de lo que parece, y según cómo la definamos lleva a cosas completamente contrarias a la
intuición. En este sentido, se parece al concepto de tiempo: todo el mundo entiende lo que queremos decir,
pero ¿cómo definimos el tiempo rigurosamente?
La temperatura es algo interesante, además, porque solemos pensar que la notamos al tocar algo, pero no es
así; nuestros sentidos no son capaces de percibir la temperatura directamente, sino que perciben el flujo de
energía entre los objetos y nosotros. Se trata de algo más complejo de lo que parece, y hablaremos de ello en
el siguiente artículo de la serie, pero lo menciono aquí para que no haya confusiones al respecto – cuando
tocas algo, no percibes su temperatura directamente, y tus sentidos pueden mentir vilmente al indicarte la
temperatura de algo.
Dado el carácter introductorio de este bloque, nos centraremos en una definición de la temperatura más
intuitiva que teóricamente rigurosa, que se basa en la interpretación estadística de la Termodinámica:
La temperatura de un sistema es una medida de la energía cinética media de las partículas que lo
constituyen.
Aunque estudiaremos el concepto de energía cinética en un bloque diferente, es perfectamente posible
entender lo que esta definición quiere decir sin conocer ese término de antemano. La energía cinética está
relacionada con el movimiento de las cosas: cuanto más rápido se mueve algo, más energía cinética tiene (el
propio término proviene del griego kinesis, movimiento); también tiene que ver con la masa, ya que cuanto
más masivo es algo, más energía cinética tiene para la misma velocidad. De hecho –y esto nos será útil en
este bloque– es posible pensar en la energía cinética como la “capacidad de empujar” que tiene una cosa – si
un camión te va a dar un empujón, el empujón será tanto más fuerte cuanto más rápido vaya el vehículo y
cuanta más masa tenga.
De modo que, estadísticamente hablando, la temperatura no es más que una medida de la energía media
debida al movimiento de las partículas. Imagina que tienes dos trozos de hierro, por ejemplo, y que uno está
muy frío y el otro muy caliente. Microscópicamente hablando, eso quiere decir que las partículas que forman
el bloque frío se mueven mucho más despacio que las del caliente, en promedio. Evidentemente, el bloque
de hierro no se mueve por la habitación, de modo que esos movimientos se producen a una escala muy
pequeña; por ejemplo, los átomos de hierro, aunque tienen posiciones más o menos fijas en el trozo de
metal, pueden vibrar alrededor de esas posiciones de equilibrio. Si el cuerpo está frío, las vibraciones son
más leves y lentas, mientras que si está caliente, las vibraciones son mucho más violentas y rápidas.
La temperatura es, por lo tanto, una propiedad física intensiva, es decir, no cambia si variamos el tamaño del
sistema dejando todo lo demás igual. Por ejemplo, si un trozo de hierro tiene una temperatura determinada y
lo partimos en dos, cada trozo no tiene la mitad de temperatura que el trozo inicial. Esto no sucede, por el
contrario, con la masa: cada trozo de hierro tiene la mitad de masa que el inicial. De ahí que la masa sea una
propiedad extensiva, al contrario que la temperatura. Una vez más, cuestión de definiciones, pero no está
mal ir ganando vocabulario para luego.( https://eltamiz.com/2010/06/24/termodinamica-i-temperatura/)

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