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Trastornos sexuales según el DSM-V

La última revisión del manual diagnóstico se realizó en 2014, el DSM-V[2] contiene


alguna variación respecto a los criterios diagnósticos de los trastornos sexuales definidos
en el DSM-IV.
En este manual, se dividen los trastornos relacionados con la conducta sexual de la
siguiente manera:
Disfunciones sexuales: aquellas anteriormente recogidas en el DSM-IV
Trastornos Parafílicos: trastornos relacionados con la excitación sexual no adecuada o
poco normativa (fetichismos, filias, atracción inusual por objetos...)
Disforia de género: perturbación y malestar por el género asignado socialmente al
nacer. Las personas con disforia de género suelen recurrir a un cambio de sexo u optan
por definirse por otro género con el objetivo de mejorar su bienestar psicológico.
A continuación, ofrecemos algunos de los trastornos sexuales más comunes y cuáles
son sus criterios diagnósticos:
1. Disfunciones Sexuales
Para poder diagnosticar las disfunciones sexuales que hemos ido mencionando a lo largo
del artículo, se deben cumplir los siguientes criterios:
No exista patología orgánica/ o de sustancias produzca malestar acusado dificultades en
las relaciones interpersonales
Presente en la mayor parte de las relaciones sexuales (70-80%)
Persistencia al menos de 6 meses
2. Deseo sexual hipoactivo
Disminución (o ausencia) de fantasías y deseos de actividad sexual de forma persistente
o recurrente. El juicio de deficiencia o ausencia debe ser efectuado por el clínico,
teniendo en cuenta factores que, como la edad, el sexo y el contexto de la vida del
individuo, afectan a la actividad sexual.
El trastorno sexual hipoactivo provoca malestar acusado o dificultades de relación
interpersonal.
El trastorno sexual no se explica mejor por la presencia de otro trastorno (excepto otra
disfunción sexual) y no se debe exclusivamente a los efectos fisiológicos directos de una
sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o a una enfermedad médica.
3. Aversión al sexo
Aversión extrema persistente o recidivante hacia, y con evitación de, todos (o
prácticamente todos) los contactos sexuales genitales con una pareja sexual.
La alteración provoca malestar acusado o dificultades en las relaciones interpersonales.
El trastorno sexual no se explica mejor por la presencia de otro trastorno (excepto otro
trastorno sexual).
4. Parafilias
Conductas sexuales no normativas en las cuales el paciente muestra una absoluta
dependencia de ese objeto o conducta para obtener placer.
Actualmente se admite también el término adicción.
Algunas de las parafilias más comunes son: exhibicionismo, fetichismo, frotteurismo,
masoquismo sexual y sadismo sexual.

Trastornos sexuales según el DSM-V: conclusiones


A pesar de las limitaciones que supone el diagnóstico basado en el DSM-IV o el CIE -10,
es evidente que son sistemas clasificatorios ampliamente aceptados y que tienen una
relativamente precisa descripción del tipo de síntomas o conductas que se incluyen.
Sin embargo, en la mayoría de los trabajos sobre disfunciones sexuales los diagnósticos
no se basan en los criterios o categorías DSM, sino en autoinformes de los propios
pacientes sobre sus conductas sexuales, con frecuencia descripciones genéricas e
informales (e.g. ciertas dificultades de erección, falta de orgasmos...), o de apreciaciones
clínicas en exceso deudoras de la opinión de los clientes.

Referencias
DSM-IV, D. (1994). Statistical Manual of Mental Disorders. American Psychiatric
Association, 535.
Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales: DSM-5. Editorial medica
panamericana, 2014.
Donahey, K. M., & Carroll, R. A. (1993). Gender differences in factors associated with
hypoactive sexual desire. Journal of Sex & Marital Therapy, 19(1), 25-40.

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