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Mg.

Roberto Flores Gonzales Introducción al Antiguo Testamento

INTRODUCCION AL ANTIGUO TESTAMENTO

UNIDAD CINCO

LOS ESCRITOS

DENOMINACION

Los escritos (heb. Ketubim) forman la tercera sección del canon judío. Aparentemente,
los Padres de la Iglesia dieron origen al término hagiografos (<<escritos sagrados») para
designar esta parte del Antiguo Testamento. A pesar de que no puede confirmarse la
conclusión de los Escritos antes de ca. 100 d.C., aparecen suficientes evidencias de una
tercera sección del canon (además de la Ley y los Profetas) tan temprano como en 180
a.c., cuando el nieto de Ben Sirac observa en el prólogo a Eclesiástico que su
distinguido abuelo se había dado intensamente a la lectura de la Ley, los Profetas y los
otros libros de los antepasados». Las palabras de Jesús subrayan un canon tripartito:
«...era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en
los profetas y en los salmos» (Le. 24.44). Lo más probable es que los «salmos» en este
contexto sea una abreviatura representativa de los Escritos, por ser la obra litúrgica
más significativa y por haber ocupado el primer lugar en la colección.

La incertidumbre en cuanto al contenido preciso de los escritos en el período


precristiano no debería sugerir que el canon se encontraba en un estado permanente de
cambio. Que Ben Sirac y la Sabiduría de Salomón no se incluyesen debe mostrar que
para el 50 a.C. existían límites bastante claros. Además, los debates acalorados entre los
rabinos respecto a la canonicidad de Ester, Cantares de Salomón o Eclesiastés indican
que estos libros habían gozado de buena aceptación por lo menos en un fuerte sector
del judaísmo. Es dudoso que la Biblia conocida por Jesús y los apóstoles variara en
contenido de las Escrituras hebreas actuales.

ORDEN
El orden que sigue actualmente la Biblia hebrea probablemente no sea anterior al siglo
XII d.C.: Salmos, Job, Proverbios, Rut, Cantares de Salomón, Eclesiastés,
Lamentaciones, Ester, Daniel, Esdras, Nehemías, 1-2 Crónicas. Algunas tradiciones
judías anteriores varían en la ubicación de Crónicas -a veces al principio, a veces al
final de la colección- y el orden de Job y Proverbios. Los cinco rollos (heb. Megillot)
que se usaban para las fiestas y ayunos (Rut-Ester) aparecen juntos desde el siglo VI
d.C., aunque el orden actual, aproximadamente paralelo a los eventos litúrgicos
asignados, no tomó forma hasta el siglo XII: Cantares de Salomón (octavo día de la
Pascua), Rut (segundo día de la fiesta de las Semanas o Pentecostés), Lamentaciones
(noveno día de Ab, en señal de congoja por la destrucción del templo de Salomón),
Eclesiastés (tercer día de la fiesta de los Tabernáculos), Ester (Purim).

Es llamativo e intrigante que Crónicas siga a Esdras y Nehemfas, cuando el material


tratado precede históricamente a esos libros. C.H. Gordon sugiere una posible
respuesta:
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La elección de Crónicas como conclusión del Antiguo Testamento daba la


posibilidad de un final feliz [debido al edicto de Ciro que señalaba el fin del
exilio], aunque las consideraciones cronológicas exigen el orden Crónicas-
Esdras-Nehemías

FECHA Y PROPOSITO

La fecha que se le asigna a la colección (300 a.C.-lOO d.C.) debe distinguirse de las
fechas asignadas a los libros individuales. Como colección, el Pentateuco y los Profetas
precedieron a los Escritos, aunque partes de los Salmos y Proverbios, sin duda, se
compusieron siglos antes de que alguna de las dos secciones anteriores llegara a su
forma final.

En consecuencia, hubo otros factores que se sumaron al proceso histórico de la


colección para que estos libros se agruparan como los Escritos, aunque varios (Esdras,
Nehemías, Crónicas, Ester, Cantares de Salomón y Eclesiastés) fueron redactados, sin
duda, por lo menos en su forma actual, después del tiempo de Malaquías, el último de
los profetas escritores. El carácter único y particular de cada libro tiene tanto que ver en
su inclusión como la fecha de composición o colección.

Varios libros de los hagiógrafos (p.ej., los Salmos y los cinco rollos) tienen como
propósito obvio su uso en la adoración pública. Otro propósito que explica el
agrupamiento de ciertos libros (Job, Proverbios, Eclesiastés) es su uso en la instrucción
práctica acerca de los caminos de Dios en la experiencia humana. Un tercer propósito
de algunos libros incluidos en los Escritos (Ester, Nehernías, Esdras) es actualizar la
historia del pacto hasta abarcar más de un siglo posterior al retomo del exilio. Crónicas
es algo diferente: apunta a contar otra vez la historia de Israel, de tal manera que las
lecciones del pasado cobren pertinencia para las necesidades de la comunidad judía
postexílica.

El propósito de Daniel y su inclusión en los Escritos y no en los profetas, donde lo


ubican algunas versiones castellanas, se expone más abajo (p. 644). Debió haber sido
incluido en el canon, cuando la colección profética ya había sido completada.
Felizmente, la comunidad de fe eseuchóla voz de Dios en sus ejemplos de fe y coraje, y
en sus visiones de esperanza y victoria.

En esencia, el propósito de los Escritos como conjunto fue el de incluir a aquellos libros
sagrados cuyo propósito, carácter y fecha los excluía de las colecciones de la Ley y los
Profetas. Aunque los Escritos no contienen mandamientos específicos de Dios como la
Ley, ni oráculos específicos como los Profetas, son igualmente esenciales para la
edificación del pueblo de Dios: brindan modelos indispensables de oración y alabanza;
ofrecen discernimiento para comprender la acción de Dios en la historia; llaman la
atención del lector a las lecciones que pueden aprenderse de la creación y del ámbito
social humano; reflejan las respuestas ansiosas y airadas que dan las personas
creyentes al misterio de los caminos de Dios; y dan forma al coraje y a la devoción que
su pueblo debe mantener a pesar de la flaqueza humana y la oposición hostil.
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En síntesis, los Salmos, la literatura sapiencial, la historia del cronista, las canciones de
amor y lamentación y las visiones de consolación dan una expresión asombrosa a las
profundidades de fe que Dios espera de su pueblo. El impacto de la ley, la profecía y la
historia sobre las generaciones sucesivas habría sido menos potente, si Dios no hubiera
inspirado y conservado las emociones, las instrucciones y aun las frustraciones de los
Escritos. Son una parte esencial de «toda Escritura ... inspirada por Dios, y útil para
enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia...» (2 Ti. 3.16).

LA POESIA HEBREA

El Antiguo Testamento contiene una gran cantidad de poesía. Algunas versiones la


señalan con el arreglo de líneas (BJ, RV). Para interpretar algunos de estos pasajes es
esencial una comprensión de los principios básicos de la poesía hebrea.

La poesía de cualquier idioma es un lenguaje altamente comprimido que usa imágenes


verbales para comunicar significados más extensos y figuras emotivas en lugar de
racionalizaciones. Por lo tanto, debe reconocerse que hasta cierto punto la forma
controla el mensaje. Además, las frecuentes sugerencias de enmendar u omitir un
pasaje por «consideración a la métrica» requieren tener conciencia del valor y las
limitaciones de tratar el texto de esta manera. Ocasionalmente, la estructura poética
ayudará a restaurar un texto incompleto o a entender una estructura difícil. Por lo
tanto, debería conocerse por lo menos qué es la poesía hebrea y cómo reconocerla.

CARACTERISTICAS

Paralelismo de miembros. La característica distintiva de la poesía hebrea (y otro tipo de


poesía semítica del mismo período es el paralelismo formal de pensamiento. A veces
esto no es claro en la traducción, ya que para mantener la belleza de la poesía
frecuentemente se reorganizan las palabras.

La rima, el ritmo y la métrica. Los estudiosos de la poesía hebrea han lidiado largo
tiempo con problemas de métrica y ritmo. Hay consenso en que la rima es muy escasa
en la poesía bíblica y que, cuando la hay, es más bien una coincidencia. Sin embargo, la
mayoría de los eruditos del pasado ha dado firmes argumentos en defensa de la
presencia de la métrica y el ritmo. Posiblemente esto fue así porque el conocimiento de
la prosodia antigua procedía en gran parte de los poetas clásicos griegos y latinos
Cuando intentamos hablar de Dios pueden usarse dos métodos: la negación y la
analogía. Ya que Dios es infinito (sin límites) es imposible definirlo (ponerle límites).
Uno sólo puede decir lo que no es. Es «infinito» (no finito), «inmaterial» (no material),
«eterno» (no está sujeto a las categorías de tiempo y espacio), «inmutable» (no cambia),
etc. Este método se deriva del racionalismo occidental formado en gran parte por
métodos filosóficos griegos. El otro enfoque es comparar a Dios con algo conocido en
nuestro sistema de tiempo y espacio. Aquí se entra en las imágenes y el simbolismo del
mundo bíblico. Aunque encontramos este enfoque a lo largo de la Biblia, en ningún
lugar se hace tan evidente como en la poesía. Lo que no se ha visto puede conocerse
mediante comparaciones con lo visible. En última instancia a Dios puede conocérselo
más plenamente en la imagen encarnada de su Hijo. En muchos aspecto, el enfoque
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bíblico es superior al filosófico porque las personas aprenden mucho más y mejor a
través de los sentidos que mediante la especulación. La poesía bíblica ejerce una
atracción universal. Su estructura y las imágenes que utiliza no se pierden en
traducción. Habla a «toda nación, parentesco, pueblo y lengua».

Igualmente, no hay mejor manera de expresar fe en Dios y devoción a él que por medio
del canto. Una buena parte de la poesía del Antiguo Testamento se inició justamente
así. En vez de alegar ser una fuente de doctrinas teológicas, simplemente comunicaba
la fe del cantante, debido a que la comunidad creyente podía unirse al canto que
expresaba su fe y devoción. Aun así, continúa siendo no sólo una forma de conocer a
Dios, sino, más aún, una forma de alabar al único digno de ser alabado.

DANIEL Y LA LITERATURA APOCALÍPTICA

El libro de Daniel es un apocalipsis. Como tal, contiene uno de los más grandes
mensajes del Antiguo Testamento: el reino de Dios reemplazará a los reinos de este
mundo. Otros profetas nos han permitido vislumbrar este futuro, pero en Daniel el
mensaje es sostenido, revelado en numerosas visiones a lo largo del libro. Es una pena
que a una obra de esta magnitud se le haya restado importancia, haya sido considerada
ridícula o fantasiosa e indigna de ser tomada en serio, o usada como vehículo para
todo tipo de especulación, para fijar sistemas del fin del tiempo y fechas.

DANIEL COMO PROFECIA APOCALIPTICA

A pesar de que Daniel es literatura obviamente apocalíptica, la mayor parte de los


eruditos insiste en tratarlo como historia. Algunos (p.ej., EJ. Young, R.K. Harrison)
defienden la historicidad del libro y otros (p.ej., H.H. Rowley, J.A. Montgomery)
argumentan en contra de su historicidad del siglo VI o presentan detalles de la
Palestina del siglo en que supuestamente registra la obra. Pero, al igual que con el
libro de Apocalipsis, quizás la intención primordial de Daniel no sea una precisión
histórica exacta cuando menciona a «Nabucodonosor», a «Belsasar» y a «Darío el
medo» , sino, más bien, la revelación que se presenta simbólicamente.

Profecía. El canon hebreo no incluye a Daniel entre los profetas. Algunos estudiosos
sostienen que su fecha tardía significó que esa sección del canon ya se había cerrado.
Otros sostienen que el libro no es una verdadera profecía, sino otra forma que no
condena la conducta pecaminosa ni recomienda un sistema ético elevado. Estos puntos
de vista sugieren una interpretación errónea del propósito del libro.
Un propósito básico es revelar los eventos que sucederán a medida que el Dios del
pacto despliegue el futuro. Dios dio a Daniel y a sus compañeros «conocimiento e
inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y
sueños» (Dn. 1.17). Cuando fue llamado a interpretar el sueño de Nabucodonosor, dice
que Dios «ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los
postreros días» (2.28; cf. vv. 44s.). El sueño de Nabucodonosor sobre el árbol que era
cortado predice lo que le sucedería si no reconocía que «el Altísimo tiene dominio en el
reino de los hombres»(4.25). La interpretación de las palabras que Belsasar vio sobre la
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pared se refieren al final de su reino (5.26). El sueño de las cuatro bestias que tuvo
Daniel es una revelación del fin de los reinos humanos y del advenimiento del reino
que los santos del altísimo han de heredar (7.17, 27). La visión del camero y del macho
cabrío es «para el tiempo del fin» (8.17; cf. v. 19). La visión de las tardes y las mañanas
ha de ser guardada «porque habrá aún para muchos días»(BJ) .El interés de Daniel por
los setenta años de la profecía de Jeremías puede entenderse no sólo en relación con la
restauración y reconstrucción de Jerusalén, sino además en relación con el «Mesías
Príncipe»y luego el «desolador» (9.25-27).La profecía de conflicto entre Persia y Grecia
se minim.iza y «el varón» dice a Daniel que «he venido para hacerte saber lo que ha de
venir a tu pueblo en los postreros días» (10.14).La profecía respecto a futuros reyes en
Persia, la victoria de Grecia (una inferencia razonable aun cuando no se exprese
explícitamente),y la ruptura de ese reino en cuatro partes (una inferencia; cf. 11.3s.)
parecen detallar el fin del imperio persa, la victoria de Alejandro, la división de su
reino entre sus generales (<<sucesores»),y el surgimiento de los Ptolomeos en Egipto y
las Seléucidas en Siria, todos eventos que se encaminan hacía «la abominación
desoladora» (11.31;cf. 9.27; 12.11;ver además Mt. 24.15; Mr. 13.14).Pero éste no es el
propósito principal de la revelación. La profecía continúa hasta el tiempo en que
«Miguel» se levante, «el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo», en el
tiempo en que «será libertado tu pueblo» (12.1) y aconteció la resurrección de los
muertos (v. 2, un claro indicador de un futuro todavía lejano).

Cuando Daniel quiere saber más, se le recuerda que «estas palabras están cerradas y
selladas hasta el tiempo del fin» (v. 9; cf. v, 4).

Profecía apocalíptica. En muchos sentidos, Daniel es un tipo de profecía distinto del


considerado en los profetas. No obstante, es una profecía. Como hemos indicado, el
propósito de los profetas de Israel consistió en hacer conocer la voluntad de Yahvéh,
que incluía el futuro, por lo mena> en lo que hacía al castigo y a la restauración. El
elemento de predicción está presente en todos los profetas, pero está supeditado a lo
que Dios requiere de su pueblo. Sin embargo, el propósito último de Dios (teleología)
siempre fue una parte de la verdadera profecía.
En la profecía apocalíptica, el énfasis recae sobre los eventos futuros. Comienza con la
situación presente: Daniel en la corte babilónica y su trato con reyes babilónicos o
persas. Sus visiones tienen que ver con Persia, Grecia, reyes del norte y del sur,
gobernantes que causan problemas al pueblo de Dios, el ungido que se ve truncado y
el cese de los sacrificios. El lector puede, si no es alentado a encuadrar estas profecías
en situaciones históricas exactas, adecuar el mensaje a una necesidad histórica actual;
así lo ha hecho el pueblo de Dios en repetidas ocasiones.

La profecía apocalíptica se presenta en formas perdurables. El conocimiento del tiempo


del fin está sellado, pero el pueblo de Dioses llamado a entrar en situaciones en las
cuales se pregunta, como lo hizo Daniel: «Cuándo será el fin de estas maravillas» (12.6);
«¿cuál será el fin de estas cosas?» (v, 8). El mensaje es de perseverancia y esperanza.
Sólo cuando se pierde de vista el propósito y se intentan abrirlos sellos del libro, o
hacer que las visiones apocalípticas encajen en los detalles históricos (o viceversa),el
libro se toma incomprensible. La intención del libro de Daniel no fue que se agotara ni
en los días de Antíoco Epífanes, ni en la destrucción de Jerusalén a manos de los
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romanos en el 100d.C., ni en 1844, ni aun en 1984.Fue concebido para «los últimos


días» y para proclamar que «reina el Altísimo», a quienes les toque vivir un tiempo de
dura persecución, y que los santos del Altísimo heredarán un reino que nunca será
destruido.

PRACTICA 5
J.Sicre, Introducción al Antiguo Testamento. Edit. Verbo Divino: Navarra, 2000. Págs.
257-288 “ Libros Sapienciales y poéticos”

1. Realiza una Sintesis en una página de las cuatro etapas de la evolución de la


Sabiduria. Se solicita que se haga con sus propias palabras.
2. Sicre utiliza una entrevista para exponer el libro de Job. ¿Qué método
utilizarías para interpretar y exponer dicho libro? Arguméntalo y expónlo.

REPORTE DE LECTURA 3

CROATTO, J. Severino, “Apocalíptica y esperanza de los oprimidos (Contexto socio-


político y cultural del género apocalíptico)”: RIBLA 7 (1990:3) 9-24

Se realizará un resumen en dos páginas (con sus propias palabras) señalando las ideas
principales de la lectura. En una tercera página, se hará la observación del estudiante
acerca de lo leído (fortalezas y debilidades de la propuesta del autor)

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