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Maurizio ViroLi, Il sorriso di Niccolò. Storia di Machiavelli, Laterza, roma, 2000.
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norberto bobbio, “ragion di stato e modernitá”: L’Indice, n.º 5 (1994); citado en p. 28.
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arte del buen gobierno y las virtudes polí- en tiempos de paz como de guerra, de
ticas se dejan de lado para dar paso a una acuerdo con la razón y la justicia (selonc
forma de hacer política mucho más prag- raison et selonc justice) (p. 60).
mática. sus defensores abandonan la retó-
rica y se dedican ahora a analizar el poder y es aquí cuando llegamos a los pilares
y cómo llegar a él sin miramientos. sin de la política: la razón y la justicia. Pero,
embargo, un cambio tan profundo en el ¿cuál es el significado de estas palabras en
lenguaje no puede entenderse sin sumer- aquel contexto? La transformación del len-
girse y empaparse del pensamiento y la guaje político pasa por el cambio en la
filosofía de autores como Francesco Gui- concepción de estas dos ideas: razón y jus-
cciardini (1483-1540) y niccolò Machia- ticia pierden su relación con la prudencia y
velli (1469-1527). la equidad cuando se habla de razón de
de esta manera, en los siglos doce y estado. Las ciudades-estado italianas reto-
trece con la recuperación de los textos de maron aquellos valores, pero también los
Cicerón, la discusión se centra, por un escritos de Aristóteles y su diferenciación
lado, en torno a las virtudes políticas: pru- del buen gobierno y el buen gobernante.
dencia, fortaleza, templanza y justicia. La república se erigía por tanto en el sím-
Por otro, junto con la tradición del dere- bolo del buen gobierno regido por los prin-
cho romano, el objeto de estudio acabó cipios de justicia y razón, convirtiéndose
afianzando la idea de la civilis sapientia en el objeto de la política.
que Cicerón también utiliza como civilis Los siglos catorce y quince se llena-
philosophia y que va más allá de la estric- ron de escritos y publicaciones refrendan-
ta forma de gobierno y administración de do la política, pero los distintos regíme-
los ciudadanos. La sociedad civil y políti- nes republicanos resultaron fallidos y, en
ca es entonces conocedora de su función ese período convulso de Médicis, princi-
en la república: es objeto y parte del pados y repúblicas, las sociedades de
gobierno del pueblo. es por ello que se aquellas ciudades-estado fueron perdien-
tendrá que esperar hasta el siglo trece para do el arraigo y la tradición republicana.
obtener una definición básica del concep- La civilis sapientia se degrada. es enton-
to de política. ésta vendrá dada por bru- ces cuando Machiavelli y Guicciardini,
netto Latini (1220-1294) y ensalza su ya en el siglo dieciséis, manipulan el len-
carácter primordial dentro de las ciencias guaje político, lo amoldan a la nueva rea-
humanas; el espíritu que sacraliza lo polí- lidad. La paradoja de estos nuevos filóso-
tico regresa: fos cívicos y de cómo se debaten entre la
razón de estado y la filosofía cívica es
[Latini] afirma que la ciencia política relatada extraordinariamente por Viroli, y
(politique) es la más elevada de las cien- éste es quizás el punto más valioso del
cias humanas y la más noble actividad a libro. La descripción de la contradicción
la que pueda dedicarse un hombre, por- en la que se sumergieron estos personajes
que su objetivo es enseñar cómo gober- que asientan las bases del lenguaje del
nar a los habitantes de un reino y una ciu- estado es también el reflejo de una socie-
dad (ville), al pueblo y a la comuna, tanto dad perdida. un ejemplo de estas contra-
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dicciones lo encontramos en los escritos política cambia por una visión más realis-
que nos dejó el historiador Guicciardini ta de la naturaleza humana y del posible
en 1529: gobierno de los hombres. el lenguaje de la
política queda obsoleto.
A ningún hombre le desagrada más Por supuesto que siempre ha existido
que a mí la ambición, la avaricia y el la corrupción en las esferas de gobierno y
libertinaje de los sacerdotes, no sólo por- también antes de este predominio del inte-
que cada uno de estos vicios es odioso rés por la conservación del estado a cual-
en sí mismo, sino porque todos ellos son quier precio, como nos recuerdan los estu-
más indecorosos en aquellos que decla- diosos de ciencia política. Pero también es
ran ser hombres en relaciones especiales cierto que con el auge de la razón de esta-
con dios, y también porque son vicios do parece que la corrupción encuentra su
tan opuestos entre sí, que únicamente justificación. en ocasiones ni los propios
pueden coexistir en naturalezas muy sin- autores que defendían este tipo de gobier-
gulares. sin embargo, mi posición en la no eran afines a los métodos de los prínci-
corte de varios papas me forzó a desear pes y papas. Por tanto, ¿es la razón de
su grandeza, por causa de mi propio estado la corrupción de la “buena políti-
interés3. ca”? Los fervientes defensores del huma-
nismo cívico podrían afirmar que sí, pero
Ciudadanos, filósofos, académicos y quizás en estos casos es mejor no ser
gobernantes estaban desubicados y ene- devoto de ninguna de las visiones dado
mistados, y las deficiencias de la filosofía que ninguna de ellas tiene por qué repre-
cívica se hacían cada vez más pesadas. sentar ese bien o esa Verdad que parece-
bertrand russell dirá que “las condiciones mos buscar cuando hablamos de filosofía
políticas del renacimiento favorecían el y de política. La realidad es que con la
desenvolvimiento individual, pero eran razón de estado se vive un importante
inestables; la inestabilidad y el individua- avance en la política ya que ésta comien-
lismo estaban íntimamente ligados, como za a verse como método separado de la
en la antigua Grecia”. y añade: “no puedo filosofía y más unido a la vida de las ciu-
pensar en ningún crimen, salvo la destruc- dades, esto es, se empieza a tratar como
ción de manuscritos antiguos, de los que un arte más práctico que teórico.
los hombres del renacimiento no fuesen Con el humanismo cívico y la escolás-
frecuentemente reos”4. Con todo esto nos tica, al político se le había contemplado
podemos hacer una idea de cómo y por casi como a un ser divino o, al menos, con
qué la razón de estado logra imponerse. y una responsabilidad a la que acompañaba
es que la política deviene un ideal lejano a una gracia especial para desempeñar sus
los intereses de los ciudadanos: la retórica tareas con justicia. Viroli nos hace ver que:
3
Citado en bertrand russeLL, Obras Completas I Historia de la Filosofía, Aguilar, Madrid,
1973, p. 434.
4
ibid., p. 435.
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