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Nombre FELIPE MEJIA NARVAEZ

Matricula 19LDI0018

Actividad de Aprendizaje 4

Realizar un cuadro comparativo que abarque de los temas 4.3 al 4.8, destacando los diferentes órganos de
justicia de la Nueva España

4.3 JUZGADO GENERAL DE INDIOS

En la Nueva España se consideraba a los indios como un grupo que debía recibir un trato distinto, especial,
dada su pobreza y miseria. Se buscó facilitarles mecanismos de solución de conflictos con la reducción o
eliminación de los costos judiciales y la intervención del aparato de funcionarios, abogados y notarios, y la
garantía de un acceso directo a la justicia. Sin embargo estos intentos fracasaron y en 1590, el monarca
solucionó dicho problema a través de dos mecanismos:

a) Nombrar a un defensor de indios que fuera el único representante de ellos en todos los casos, quien
debería preparar y presentar las quejas por ellos levantadas y procuraría resolver los conflictos por la vía de
negociación y no de juicio. Este defensor recibiría un salario a través de un pequeño impuesto que pagarían
los indios por cabeza.

b) Se buscaba terminar con los conflictos jurisdiccionales en los casos de indios, solicitando que al cargo de
virrey se le diera jurisdicción de primera instancia en todas las causas civiles y criminales que afectara a los
indios entre ellos o con los españoles. Las apelaciones podrían elevarse a la Real Audiencia, que las
resolvería en forma sumaria.

Así, el Juzgado General de Indios tenía jurisdicción alterna, pero no exclusiva, en primera instancia en los
pleitos de indios entre sí y en los de españoles contra indios. Las quejas presentadas por los indios en contra
de los españoles no eran competencia del juzgado, sino de la justicia ordinaria o de la Real Audiencia; sin
embargo, era posible que el virrey la atendiera como peticiones de remedio administrativo. El juzgado también
tenía jurisdicción alterna, pero no exclusiva, en los casos criminales contra indios la apelación correspondía a
los alcaldes del crimen de la Real Audiencia.
4.8 FUERO MILITAR

El fuero militar concentraba una serie de prerrogativas y privilegios otorgados por la Corona a los militares que
servían en sus tropas y gozaban de sueldo abonado por la tesorería del ejército. Así, tanto los militares como
su familia y criados, en razón del fuero, podían renunciar a ocupar oficios dentro de los concejos municipales,
estaban exentos del pago de servicios, de dar alojamiento en sus casas a tropas y a prestar carros salvo para
la Casa Real y la Corte. Tenían autorización para poseer carabinas y pistolas largas y usarlas aun cuando
estuvieran de licencia o comisión. No podían ser presos por deudas contraídas después de haber servido en
el ejército, y no era posible ejecutar las deudas sobre sus caballos, armas y vestimenta, salvo por mandato de
la Real Hacienda. Gozaban también del fuero todos los ministros y fiscales del Supremo Consejo de Guerra y
sus dependientes junto con sus familias y criados.

En materia de justicia, las justicias ordinarias no tenían jurisdicción en los asuntos civiles o criminales de los
oficiales, ya que estaban sometidos a la justicia militar, exceptuando los casos relativos a mayorazgos en
posesión y propiedad y particiones de herencia, salvo que éstas provinieran de testamentos militares. Los
crímenes de los militares serían juzgaos por un Consejo de Guerra. Aún en la actualidad persiste el fuero
militar.

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