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Rhonda Findling
Índice
2. Duelo y aflicción 7
4. Paternidad inadecuada 16
5. Madres y hombres 22
7. El hombre ambivalente 30
8. Él nunca cambiará 37
9. Comportamiento obsesivo 40
12.Sobrevivir un revés 60
INTRODUCCIÓN
Duelo y Aflicción
Etapas de la pérdida
¿Qué podemos hacer para facilitar nuestro paso por la fase de duelo?
Para calmar nuestro enfado, podemos hacer ejercicio físico (correr, jugar
al tenis, ejercicios de musculación, lucha, ¡o incluso tomar clases de artes
marciales!). Servirá cualquier actividad en la que podamos descargar
nuestra ira y nuestra tensión.
Expresar nuestros sentimientos a través de ejercicios de creatividad tales
como escribir versos, prosa o letras para canciones, pintar, cantar y bailar.
Hablar siempre que podamos de nuestros sentimientos con las
compañeras del grupo de terapia.
Escribir una carta de despedida a la relación que acaba de terminar. Hay
que escribirla como si nuestro ex pudiera oír a alguien que la lee, decir
todo lo que debe ser dicho, y dejar que nuestros sentimientos afloren a
medida que vamos escribiendo. Pero cuidado: no la envies. Puede resultar
extraordinariamente positivo leerla a un amigo en quien confiemos,
alguien que pueda comprendernos. Al cabo de un tiempo quizá queramos
releerla, o tal vez romperla en señal de que nuestra relación con él ha
terminado definitivamente.
Ejercicios Prácticos
¿Has sentido rabia o enfado hacia tu ex? ¿Qué hizo él para provocarte estos
sentimientos?
¿Qué tipo de cosas crees que puedes hacer para expresar tus sentimientos
de dolor y rabia de un modo sano y constructivo?
¿Tienes a alguien con quien compartir tus sentimientos cuando estás triste o
disgustada? Describe a esa persona.
Apoyo
Ejercicios Prácticos
En este mismo momento, ¿qué podrías hacer para aliviar ese dolor?
Haz una lista de todas las actividades que puedas hacer esta semana para
sentirte mejor.
4
Paternidad Inadecuada
Tenías un padre…
Con sensibilidad;
Comprensivo;
Interesado en ti;
Claro (no ambiguo en sus señales);
Respetuoso;
Capaz de considerarte seriamente;
Deseoso de proporcionarte todos los medios para que crecieras feliz.
Puede que nos entre el pánico cuando creemos que un hombre se está
distanciando de nosotras o pretende dejarnos. Este sentimiento de terror
procede de los recuerdos del abandono paterno escondidos en el
inconsciente y que todavía no hemos superado. El miedo a ser
rechazadas puede hacernos actuar de un modo desesperado hasta el
punto de desatar conductas humillantes y autodestructivas.
Puede que nos relacionemos con hombres parecidos a la figura paterna
en un intento de revivir y resolver la historia. Es como tratar de extraer
sangre a una piedra; estamos intentando recibir amor de un hombre
emocionalmente incapaz de dárnoslo. La triste realidad es que podemos
encontrar millones de hombres como nuestro padre, pero nunca
podremos obtener el cariño y la atención que necesitábamos cuando
niñas. Es demasiado tarde, y repetir el trauma una y otra vez no
resolverá nada. Lo que sí podemos hacer ahora que somos adultas es
curar la herida.
Quizás nos relacionemos con hombres como nuestro padre porque
emocionalmente no nos hemos liberado de él o de su recuerdo. El hecho
de estar con este tipo de hombres permite a la niña que forma parte de
nosotras seguir en contacto con el padre que conoció. Parece del todo
irónico que tengamos dificultades para separarnos emocionalmente de
alguien que ni siquiera estaba ahí cuando lo necesitábamos. Incluso
puede que nos aferremos a la imagen del padre que deseamos tener
pero que nunca tuvimos.
Ejercicios Prácticos
¿En qué se parecen a tu padre los hombres con los que te relacionas?
Madres y hombres
¿Te has dado cuenta de hasta qué punto el hombre cuyo rechazo te está
costando superar se parece a tu padre? La mayoría de las mujeres se sienten
enormemente vinculadas a su madre. Después de todo, fue ella la primera en
cuidar de nosotras al nacer, así que, pese a que nos enamoramos de hombres,
puede que en realidad nos sintamos atraídas por aquellos que demuestran
poseer rasgos similares a los de nuestra madre.
A veces, nos enamoramos de un hombre que nos trata del modo en que lo
hacía nuestra madre. Si, por ejemplo, no nos prestaba la suficiente atención o
no se preocupaba demasiado por escucharnos, quizás el hombre con el que nos
relacionemos sea malo como oyente. Si, en cambio, era egocéntrica y
anteponía sus necesidades a las nuestras, quizás ocurra lo mismo con nuestra
pareja. Es difícil superar la pérdida de este tipo de hombres, porque es como
tratar de superar la pérdida de nuestra madre.
Cuando una madre se muestra competitiva y distante, es lógico que su hija
se sienta poco querida. O cuando, por ejemplo, siente odio hacia sí misma y
actúa despectivamente con la niña, puede que ésta termine interiorizando el
odio y la baja autoestima de la madre.
A menudo solemos imitar el modo en que nuestra madre se relacionaba con
los hombres. Si aceptaba comportamientos abusivos, puede que tendamos a
tolerarlos también. Si, en cambio, sentía pánico a quedarse sola y se aferraba a
su pareja, enonces es probable que nuestra actitud frente a los hombres sea
similar.
La mayoría de las mujeres quieren a su madre incluso si se sienten
enfadadas o decepcionadas por su causa. Si encontramos una pareja mejor que
la que ella tuvo, nos sentimos tremendamente culpables por obtener más amor
de un hombre del que ellas nunca recibieron. Nos duele verlas sufrir, y
sentimos su dolor como propio (a veces, incluso, no queremos abandonarla
emocionalmente, por lo que hacemos de nuestra vida una representación de la
suya). Nos implicamos en relaciones con hombres que no nos tratan como
debieran o que no tienen ningún futuro, tal como nuestra madre hizo. Nos
empeñamos en dirigir nuestra vida hacia situaciones que no van a ningún sitio
y, por tanto, no somos más felices de lo que lo era ella. Si sufrió, nosotras
imitamos su comportamiento y nos aferramos a hombres que no nos convienen
porque ella así lo hizo. A veces, nos mantenemos unidas a nuestra madre
sintiéndonos atraídas y emparejándonos con hombres como nuestro padre.
Puede que incluso nos arrastremos y nos humillemos ante los hombres porque
sentirnos mejor y más afortunadas que nuestra madre nos provocaría un
terrible dolor.
Durante años, en mi juventud, mis relaciones con los hombres se basaban
en las que mantenía mi madre cuando yo era pequeña. Ella toleraba la actitud
impropia, a veces abusiva, de mi padre, después se enfadaba y, ya harta,
decidía dejarle para darle una nueva oportunidad cuando él acudía a ella con
promesas de cambio… Y así una y otra vez. Un auténtico caos. Asistí a sesiones
de psicoterapia y, una vez consciente de cuál era el problema, aprendí nuevas
maneras de relacionarme con los hombres; maneras distintas de las que tenía
mi madre cuando yo era niña.
¿Cómo desvincularnos emocionalmente de nuestra madre y cambiar?
Debemos reflexionar acerca de los temas pendientes con nuestra madre y con
los hombres, relacionarnos con mujeres mayores que nosotras que puedan
servirnos como modelo y guía, leer libros de autoayuda, observar el
comportamiento de otras mujeres que mantengan relaciones sanas con
hombres sanos. Se trata, simplemente, de ser conscientes de nuestra actitud en
lugar de revivir inconscientemente el comportamiento de nuestra madre.
El hecho de ser distinta a nuestra madre es una forma de seguir adelante y
separarse de la figura materna, y suele despertar sentimientos tanto de pérdida
como de amor por la que fue la primera persona en cuidar de nosotras. Puede
que tengamos que llorar el fin de nuestro vínculo infantil con ella, pues se trata
de un proceso muy emotivo y repleto de sensibilidad, pero es el trabajo que
debemos realizar para continuar con nuestra vida y ser capaces de cambiar.
Sólo de este modo conseguiremos mantener con éxito una relación amorosa.
Desvincularse emocionalmente de nuestra madre no significa que la
queramos menos, sino que somos menos interdependientes y que interferimos
menos en los problemas de la otra. De hecho, el amor entre las dos puede
crecer por la simple razón de que ambas contemplaremos la realidad más
objetivamente. Aunque me siento emocionalmente más separada de mi madre
ahora de lo que lo estaba a los veinticinco, mantenemos una estrecha relación y
constituye en sí misma gran parte de mi red e apoyo.
Debemos tener presente que hace sólo unos cuantos años que la mujer se
ha independizado económicamente. Históricamente, las mujeres necesitaban a
los hombres para que las mantuvieran, por lo que no tenían más remedio que
permanecer a su lado fueran cuales fueran las circunstancias. Parece que el
problema de aferrarse a una relación poco conveniente nos viene de antiguo.
Aprender nuevas posibilidades de comportamiento, por lo tanto, no significa
abandonar a nuestra madre; se trata de hacer posible que nuestras hijas,
sobrinas, nietas, bisnietas, que todas las mujeres de futuras generaciones sean
capaces de mantener relaciones amorosas más sanas, menos dolorosa y mucho
más gratificantes.
6
Idealizarlo
Ejercicios prácticos
Describe las cualidades que más te gustan de él. Haz una lista de todas y
cada una de ellas.
¿Has conocido alguna vez a alguien que poseyera algunas de las cualidades
de tu ex y por quien sintieras algo parecido? Descríbele y enumera sus
cualidades.
Los hombres que forman parte de tu vida hoy, ¿poseen alguna de las
cualidades atractivas de tu ex? Enuméralas.
¿Puedes imaginarte con otro hombre sintiendo esa extraordinaria química?
Si es así, describe cuáles serían sus características más atractivas.
La última oportunidad
Ejercicios prácticos
Romanticismo
Ejercicios prácticos
¿Pasas más tiempo soñando con tu pareja que estando con ella realmente?
Pensar en el pasado
A veces, hacemos o decimos cosas a nuestra pareja de las que después nos
arrepentimos. Si seguimos pensando en qué es lo que hemos hecho para que la
relación haya fracasado, terminaremos volviéndonos locas. No podemos volver
atrás. Quizá cometiéramos un error, pero somos humanas, y como tales, no
somos perfectas, así que, en lugar de obsesionarnos por el pasado y todo lo
que hemos hecho mal, debemos concentrarnos en aprender a perdonarnos a
nosotras mismas.
¡Sobre todo, no le llames para tratar de hacerte perdonar! Sólo conseguirás
empeorar las cosas. Puede que vuelva a rechazarte y tengas que repetir aquel
indeseable “¡No debería haberlo hecho!”. Desafortunadamente, no podemos
echar marcha atrás y cambiar las cosas que ya se han hecho, pero sí podemos
aprender de ellas y avanzar.
Ejercicios prácticos
¿Realmente crees que lo que hiciste fue tan nocivo para la relación? ¿Por
qué?
Si…
Ejercicios prácticos
Una vez que has imaginado cómo hubiera podido resultar la relación de
haber cambiado algunas cosas, supéralo. Escribe un final feliz a las
circunstancias reales que vivisteis.
La ruptura perfecta
Ejercicios prácticos
Ejercicios prácticos
¿Aún quieres seguir siendo amigos con tu ex como excusa para intentar
recuperar la relación amorosa? Reflexiona y escribe sobre tus verdaderos
sentimientos.
¿Alguna vez has conseguido seguir siendo amigos con algún ex novio?
¿Cómo resultó?
Si tenéis niños o trabajáis en el mismo lugar, escribe sobre las veces que
tengas que verle. Enumera las distintas formas de hablar y relacionarte con
él que te permitan seguir sintiéndote segura e invulnerable.
“¡La vida sigue!” Repite esta frase en voz alta o en tu interior cien veces al
día -¡o más!-. Debes dar una oportunidad a hombres nuevos y dejar de
compararlos con tu ex. Puede que encuentres cualidades o rasgos en ellos
por los que nunca hubieras creído poder sentirte atraída. Nunca se sabe qué
(o quién) hay detrás de la esquina. Un nuevo mundo se abre ante ti para
que escribas el siguiente capítulo de tu vida.
7
El hombre ambivalente
¿Alguna vez has conocido a alguien que te trata como a una diosa del
sexo una noche, y luego no te llama durante dos semanas? ¿O alguien que te
lleva a pasar un increíble fin de semana de esquí y después desaparece de tu
vida? No logras adivinar qué has hecho mal para que te haya rechazado. ¡Si
incluso se comportaba como si le gustaras! Pues bien, te has cruzado con un
hombre ambivalente.
Muchas de las mujeres de mi grupo de terapia se relacionaban con un
hombre así, lo cual dificultaba todavía más el proceso de recuperación cuando
la relación terminaba. Si eso ocurría, empezaban a cuestionarse su propia
actitud tratando de descubrir qué motivó el extraño comportamiento de él.
Nunca sabían cómo reaccionar ante la ambigüedad de las señales que les
enviaba la pareja.
La impredecible conducta de un hombre ambivalente puede hacernos
sentir rechazadas y abandonadas. El miedo a perderle nos lleva, a su vez, a
aferrarnos todavía más a él y no dejar de llamarle y perseguirle, lo cual, como
sabemos, no es nada bueno.
Relacionarse con una pareja ambivalente es muy desalentador, pues su
comportamiento es absolutamente ilógico y se presta a la confusión. Puesto
que no entendemos su actitud impredecible, empezamos a dar vueltas a todo lo
ocurrido con él para averiguar qué es lo que debemos haber hecho mal. Nos
autocensuramos por haber dicho o hecho cosas por las que normalmente no
nos disculparíamos y que, sin embargo, ahora nos hacen sentir tremendamente
culpables.
Lo más probable es que no hayamos hecho nada mal. La mayor parte de
las veces se trata de un problema de él. Sólo nos sentíamos atraídas hacia él e
intentábamos participar en el proceso de enamoramiento, lo cual, en el caso de
un hombre ambivalente, es suficiente para que huya despavorido.
Nos dice que nos ama y luego empieza una relación con otra mujer.
Nos dice que nos hecha de menos, que quiere estar a nuestro lado, pero no
encuentra tiempo para vernos.
Nos da plantón.
Reflexiona sobre por qué estás con un hombre que te confunde y que te
transmite inseguridad.
Es compasivo y atento.
Ejercicios prácticos
¿Cómo te hace sentir la relación que mantienes con él? ¿Te sientes
segura?
Ejercicios prácticos
¿Te sientes atraída por un hombre con el que no estás saliendo y que te
envía señales ambiguas? Si es así, descríbele física y psicológicamente. ¿De
qué modo demuestra sus dotes de seducción?
Si fueras a hablar con él acerca de esas señales que envía, ¿qué le dirías?
¿Constituiría una gran pérdida para ti romper esa relación? Si es así, ¿qué es
peor, la pérdida o los sentimientos de frustración y rechazo? ¿Por qué?
8
Él nunca cambiará
Ejercicios prácticos
¿Te deprimes a menudo? ¿Es posible que tu miedo a la soledad sea debido
a una depresión con la que temes enfrentarte? Si te encontraras sola y
deprimida, ¿qué pasos darías para recuperarte de esos sentimientos?
¿Qué podrías hacer para que tu vida fuera más plena y feliz si no tuvieras a
un hombre a tu lado? ¿Has estado alguna vez sola? ¿Cómo superaste esos
períodos de soledad en el pasado?
¿Cómo crees que superarías ese sentimiento de vacío? ¿Cómo crees que las
demás mujeres lo hacen?
Comportamiento obsesivo
Has llegado hasta este capítulo, has hecho todos los ejercicios prácticos
propuestos, pero todavía no puedes dejar de pensar en él. ¡Se ha convertido en
una auténtica obsesión!
Decides que debes tener información de él como sea y contratas a un
detective privado para espiarle. O empiezas a llamar a 900 números de teléfono
distintos para localizarle y te gastas todo tu dinero en ello. Una de mis
pacientes contrató los servicios de una mujer que aseguraba practicar magia, y
otra se gastó casi mil dólares haciendo que hechizaran a su ex para conseguir
que volviera con ella. Por supuesto, nunca más volvió a oír ni de él ni de la
hechicera.
A pesar de lo inverosímil que pueda parecer, son cosas que ocurren.
Lucy, una secretaria de treinta y un años, conoció a Steve por un anuncio en la
sección de contactos de un periódico. Creía que era el hombre de su vida; era
tan excitante, atractivo y cariñoso. Sin embargo, él solo quedaba con ella
cuando le apetecía o cuando le iba bien, así que la relación nunca llegó a
progresar verdaderamente. A los seis meses, él parecía haber desaparecido de
su vida. Lucy le llamó y le dejó mensajes que él nunca respondió. Fue a una
adivina que le predijo que Steve volvería y que terminarían juntos. Lucy esperó
unos cuantos días, pero la impaciencia se apoderó de ella y decidió ponerse
manos a la obra.
Empezó a fisgonear por ahí y llamar a varios amigos de Steve. No le
proporcionaron ninguna información de interés excepto que solía frecuentar un
nuevo bar. Lucy fue allí el viernes por la noche y vio a Steve hablando con una
mujer. No tuvo el valor de acercarse a él, así que regresó a casa y empezó a
dejarle mensajes en el contestador. Cuando vio que él no respondía, le escribió
una carta.
Una noche al regresar a casa, Lucy encontró un mensaje de Steve en el
contestador: “¿Puedes dejarme en paz de una vez? ¡Olvídame!”
Lucy se hundió. El mensaje de Steve era claro. Comprendió que su sueño
de llegar a ser una pareja no tenía ningún futuro y que la relación se había
terminado. En aquellos momentos deseaba haber dejado las cosas tal como
estaban para no sentirse tan avergonzada y humillada. Menos mal que no había
ido a hablar con Steve en el bar; hacer el ridículo ante la gente hubiera sido
espantoso.
Algunas mujeres creen que si bombardean a un hombre con atenciones
(cartas, mensajes, visitas inesperadas), él se verá arrastrado por su incansable
pasión y querrá volver a reiniciar la relación. No nos engañemos; nunca
funciona. Lo único que conseguiremos al actuar de este modo es sentirnos
humilladas. Él ya sabe lo mucho que le queremos, no tenemos que
demostrárselo. Perseguirle es hacer que se sienta acechado. Llamar a sus
amigos es hacer que se sienta hostigado. Con este tipo de actitud sólo
conseguiremos parecer desesperadas y necesitadas, lo cual todavía le alejará
más de nosotras. Nos perderá el respeto y, si seguimos acosándole, puede que
incluso nos encuentre repulsivas. Destruirá nuestra autoestima y nos hará sentir
peor de lo que nunca hubiéramos imaginado.
Acechar u hostigar a un hombre es como coger una rabieta. Nos
negamos a aceptar la realidad; nos negamos a aceptar que no nos quiere. Y
no. Debemos respetar su decisión incluso si nos resulta dolorosa y frustrante.
No podemos controlarle. Es una persona aparte de nosotras y tiene su
propia agenda. Lo único que sí podemos controlar es a nosotras mismas y
nuestro comportamiento.
Debemos aprender a aceptar las decepciones como parte de la vida que
son. No podemos exigir a un hombre que nos ame porque nos sentimos
merecedoras de ello. Vengarse es la acción más autodestructiva de cuantas
puedan llevarse a cabo en una situación de desesperación. Podemos echar a
perder toda nuestra vida en el empeño. Él puede acogerse a su derecho de
protección oficial o llevarnos a los tribunales por acoso, y no hay duda de que
no necesitamos añadir problemas de tipo legal a los que ya estamos sufriendo.
Acecharle, hostigarle o tomar venganza son formas de mantenernos
vinculadas a él, pero debemos tener en cuenta que este tipo de conductas no
van a hacer que regrese, sino al contrario, le alejarán todavía más. No vale la
pena gastar tiempo o energía en ello.
Adoptar un comportamiento obsesivo es nuestra forma de defensa
contra el dolor, la rabia y la vergüenza que no queremos reconocer. Puede que
necesitemos psicoterapia para superar estos sentimientos. Enfrentarnos a ellos
en el entorno adecuado puede ayudarnos a terminar con nuestra obsesión. La
pérdida de la pareja podría haber desenterrado traumas del pasado que todavía
no se han superado, tanto los propios de la infancia como los de antiguas
relaciones. En lugar de obsesionarnos por recuperar a ese hombre, debemos
ocuparnos de redirigir toda nuestra energía hacia nosotras mismas.
Después de trabajar con muchas mujeres que han tenido dificultades
para superar el fin de una relación, puedo asegurarte que continuar gastando
las energías en recuperarle equivale a terminar con nuestra autoestima, nuestra
economía, nuestra carrera profesional, nuestras amistades, nuestra salud e,
incluso, con nuestra vida. Así pues, no lo dudes: ¡No le llames!
10
Asiste a las fiestas para solteros que se organicen. Al menos podrás estar
segura de que todos los hombres que conozcas están allí para conocer a
alguien y no por otra razón, así que, como mínimo, no habrá malentendidos.
Pese a que estas fiestas puedan parecer lugares de reunión para gente
desesperada y sola, he conocido muchas parejas atractivas e interesantes
que se enamoraron en un entorno de este tipo. A veces, sólo se trata de
estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. El hombre de tus
sueños podría estar buscándote, pero debes arriesgarte a estar ahí para que
el encuentro pueda producirse. Ayuda al destino, ponle medios para que te
sea favorable.
Si te dice que está casado o que está saliendo con alguien, no esperes que
abandone a esa otra persona por ti. Puede que mantenga más de una
relación a la vez porque teme comprometerse. No necesitas un triángulo
amoroso que te haga sentir humillada o despreciada. Dile que resuelva su
complejo de Edipo con otra.
Si:
Sientes la necesidad de llamar al hombre con el que has roto pero sabes
que no deberías, o estás saliendo con un hombre al que quieres llamar incluso
sabiendo que sería mejor no hacerlo,
Entonces:
Utiliza el siguiente programa para resistirse a ese impulso.
PASO 1
Ejercicios prácticos
¿Qué podrías hacer (ir al cine, a una librería…) para posponer la llamada
unas horas?
Mira el cuadro 2.
PASO 2
PASO 3
PASO 4
Ejercicios prácticos
¿Cómo imaginas que alguien con un gran autocontrol llevaría esta misma
situación?
PASO 5
Piensa en el duro trabajo que has llevado a cabo para superar esa
relación; si te rindes y finalmente decides llamarle, tendrás que empezar
de nuevo. Enumera algunos de los pasos que has seguido para
recuperarte de la ruptura con él.
Haz una lista de todos los rasgos negativos de tu ex. Si hubo momentos
en los que se mostró abusivo o desconsiderado, escribe sobre ellos.
PASO 6
Ejercicios prácticos
¿Te sientes mal por algo que te ha ocurrido (que no tiene nada que ver
con tu ex) y que te está causando el querer tenerlo a tu lado? ¿Qué ha
pasado?
¿Qué puedes hacer para superar esos sentimientos antes que llamarle?
PASO 7
Avisa a tu red de apoyo. Si has llegado hasta aquí y todavía quieres
llamarle, es hora de compartir tus sentimientos con las personas que te
quieren. Memoriza los números de teléfono de los distintos componentes
de tu red de apoyo o llévalos siempre contigo.
PASO 8
Ejercicios prácticos
Piensa en las veces que optaste por una satisfacción inmediata de tus
necesidades y las cosas no salieron como tú esperabas (dejaste un
trabajo y te arrepentiste; compraste mucho y lo lamentaste cuando te
entregaron la factura…) Enumera algunos ejemplos.
PASO 9
Recuérdalo minuto a minuto, hora tras hora y día tras día. Utiliza el
cuadro 5 para mantener un registro de los días que puedes resistir el
impulso de llamarle. Si lo consideras necesario, haz un seguimiento hora
a hora. El hecho de saber que vas a tener el gusto de tachar otro día sin
haberle llamado quizá te ayude a darle un sentido de logro a todo esto.
Has sido capaz de controlarte y no hacer algo potencialmente
autodestructivo. Has sido capaz, en definitiva, de protegerte a ti misma.
PASO 10
Si has llegado al paso 10 sin haberle llamado, ¡¡ recompénsate!! Si
después de una semana has aguantado sin llamarle, queda con algunos
amigos y sal a celebrarlo. Sé que es muy duro, que hace falta mucha
disciplina para lograrlo, pero debes confiar en ti misma y en tus propios
recursos como persona. Todos los tenemos, sólo hace falta creer un
poco más en ellos. Y cuando lo consigues, concédete un premio. Te lo
has ganado.
Ejercicios prácticos
Haz una lista de las cosas que hace tiempo querías hacer pero has ido
posponiendo.
CUADRO 1
Organízate
Haz una lista de las distintas actividades que puedes realizar para olvidar el
deseo de llamarle, como por ejemplo leer, correr, escribir en un periódico…
Progreso mensual
Semana
1 Número de contactos establecidos:
Semana
2 Número de contactos establecidos:
Semana
3 Número de contactos establecidos:
Semana
4 Número de contactos establecidos:
CUADRO 5
Calendario
Marca cada uno de los días que consigas controlar el impulso de llamarle.
Recompénsate cada cierto tiempo por no haber contactado con él y por cuidar
de ti misma.
Nombre Teléfono
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Cincuenta cosas que hacer para no llamarle
Haz lo que sea necesario para distraer tu atención del impulso de llamarle.
Concéntrate en algo que no sea él.
Sobrevivir a un revés
Recaída
De acuerdo, pero ¿qué pasa si después de todo este duro trabajo, finalmente
nos rendimos, le llamamos y, lo peor, no obtenemos la respuesta que
buscábamos?
Refocalización
Trabajo
Puede que sea un buen momento para prestar más atención al trabajo, para
dedicar más energía a lograr un ascenso o conseguir la información necesaria
para progresar en nuestra carrera profesional. Si no estamos contentas con
nuestro trabajo, debemos reciclarnos.
Siempre ha habido un hobby del que disfrutamos especialmente. Quizá
podríamos pensar en convertirlo en nuestro medio de manutención; cabría
considerar la posibilidad de tomar clases de algo por lo que estemos muy
interesadas (arte, música, idiomas…). Debemos alimentar nuestros dotes y
talentos naturales, perseguir el sueño que siempre hemos perseguido pero para
el que nunca disponíamos de tiempo o energía. ¡Es el mejor momento!
Salud
Debemos andar con cuidado con nuestra salud, dormir y comer lo suficiente,
especialmente ahora. Hay que alimentarnos tres veces al día y hacerlo de forma
equilibrada. Podemos tomar vitaminas si es necesario. Es fundamental que
cuidemos de nuestro cuerpo, aun cuando no nos sintamos demasiado
dispuestas.
Comer alimentos sanos y descansar mucho afectará a nuestro estado de
ánimo aumentando nuestra capacidad para superar la relación rota.
Hacer ejercicio regularmente, por otra parte, puede hacer que
expulsemos todas las toxinas que nos sobran, y con ellas, nuestro deseo de
contactar con él.
No es un buen momento para caer víctima del alcohol o de las drogas.
Cualquier bebida alcohólica, incluso una copa de vino, podría provocar que
empezáramos a pensar en nuestro ex y nuestros sentimientos de añoranza por
él. El alcohol, además, hace que perdamos el control sobre nuestros actos, y
todo el trabajo hecho hasta ahora se vendría abajo si termináramos
rindiéndonos a nuestros impulsos y le llamáramos.
Recuperación
Aprender de la experiencia
Lecciones espirituales
Anhelos y deseos