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ENTRE LA INCERTIDUMBRE Y LA ESPERANZA: ECOMUN UNA APUESTA

COLECTIVA DE TRANSFORMACIÓN

Álvaro Eduardo Restrepo Ramírez


Trabajo de grado para optar por el título de sociólogo

Director:
Jairo Baquero Melo

Monografía de grado
Escuela de Ciencias Humanas
Universidad del Rosario
Bogotá, 2019

1
“La paz no significa una ausencia de conflictos; las diferencias siempre van a estar ahí. La
paz significa la solución de estas diferencias por medios pacíficos; a través del diálogo, la
educación, el conocimiento; y por medio de formas humanitarias.”
(S.S. XIV Dalai Lama)

2
AGRADECIMIENTOS

El presente trabajo de grado ha sido un esfuerzo colectivo. Quiero agradecer en primer lugar a
mi familia, quienes con su apoyo incondicional y ejemplo me han motivado a continuar a pesar
de las adversidades. También, a los exguerrilleros que amablemente me abrieron las puertas
para establecer un diálogo constructivo y enriquecedor. Expreso mi agradecimiento especial al
gerente de ECOMUN y su equipo, por su paciencia y apoyo solidario. A los excombatientes en
Iconozo, por su ayuda invaluable. Agradezco a mi director Jairo Baquero, por su buena
disposición y voluntad para contribuir en este esfuerzo investigativo. Igualmente, quiero
agradecerle a la profesora Ruth Bastidas, quien me ha guiado en este ejercicio sentipensante con
sus aportes y consejos. Como he dicho, este trabajo ha podido ser producido gracias a un
esfuerzo colectivo. Quiero agradecer a mis amigos y compañeros por sus aportes, críticas y risas.

A todos, gracias…

3
Tabla de contenidos
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................ 6
Contexto .................................................................................................................................................. 6
Problema .................................................................................................................................................. 8
Postulados de Zemelman ...................................................................................................................... 12
Herramientas de investigación ............................................................................................................. 16

CAPÍTULO 1 La reincorporación, el presente potencial y el sujeto colectivo fariano en tiempos


de paz ................................................................................................................................................... 18
Introducción ....................................................................................................................................... 18
Economías Sociales del Común .......................................................................................................... 18
El proceso de reincorporación y sus condiciones materiales ....................................................... 20
El sujeto y la subjetividad ................................................................................................................. 22
La necesidad ................................................................................................................................. 24
La experiencia ............................................................................................................................. 32
Reflexiones ........................................................................................................................................ 41

CAPÍTULO 2 De lo alternativo a una alternativa: la utopía del sujeto colectivo fariano ........... 43
Introducción ....................................................................................................................................... 43
La utopía: entre una alternativa al desarrollo y un desarrollo alternativo .......................................... 43
Entre la paz y el desarrollo ............................................................................................................ 49
La construcción de la paz como un paso hacia la utopía .................................................................... 53
Otros actores y el proyecto ........................................................................................................... 56
La perspectiva gubernamental ...................................................................................................... 58
Reflexiones ......................................................................................................................................... 61

CAPÍTULO 3 Reflexiones .................................................................................................................. 65


Introducción ....................................................................................................................................... 65
Zemelman y la epistemología.............................................................................................................. 66
El presente potencial .......................................................................................................................... 70
Posibles puntos de potenciación al proceso desde la investigación .................................................... 71
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................................ 76
ANEXO I ............................................................................................................................................. 84
ANEXO II ............................................................................................................................................. 85
ANEXO III .......................................................................................................................................... 86
ANEXO IV .......................................................................................................................................... 88
ANEXO V ............................................................................................................................................ 89

4
5
INTRODUCCIÓN

“Lo digo porque aquí se presenta el gran desafío de aprender de las experiencias en curso.
Todas las grandes construcciones teóricas que ustedes han podido escuchar, creo que, en este
momento, están por detrás de las prácticas” (Zemelman, 2011: 13).

Contexto
La salida negociada al conflicto armado entre la guerrilla de las FARC-EP y el gobierno
colombiano se concretó en diciembre de 2016 con la firma del Acuerdo Final en el Teatro Colón,
y, posteriormente, con su aprobación por parte del Congreso de la República. En ese momento,
algunos de los procesos complejos que abarcan la construcción de una paz estable y duradera se
consolidaron1 y empezaron a desarrollarse progresivamente, articulando distintos actores y
ramas del poder público.
Esta realidad que comienza a construirse se caracteriza por su complejidad, ya que hay muchas
aristas por abarcar y dimensiones por definir. Además de iniciar con un alto apoyo internacional,
tiene lugar en un contexto adverso a nivel nacional, pues en el plebiscito, realizado en 2016,
para la refrendación del Acuerdo se demostró el descontento de una parte de la población frente
a lo acordado, o incluso a las posibilidades de una salida negociada al conflicto, con la victoria
del ‘No’ con un 50,21% de los votos2. Ello obligó a tomar otras medidas para su adopción como
el tratamiento del texto pactado en el Congreso, en el que el texto sufrió ajustes producto de las
negociaciones con los representantes del ‘No’.
En medio de los esfuerzos por darle vida al Acuerdo, se dio un procedimiento de prioridad
legislativa llamado ‘Fast Track’, en el cual se aprobaron 6 Actos Legislativo, 4 proyectos de
Ley y 2 Leyes estatutarias de 22 proyectos presentados (Congreso visible, 2018). Asimismo, se
promulgaron diversos Decretos Ley por parte de la Presidencia de la República, y se
comenzaron los procesos de Dejación de Armas y de reincorporación de los exguerrilleros 3 de
las FARC. El calendario pactado tuvo una serie de retrasos por diferentes circunstancias, pero
mal que bien se ha ido desarrollando paulatinamente lo establecido en el Acuerdo en ciertas
áreas.

1
El gobierno venía preparándose a través del ajuste de sus instituciones para el posconflicto. Esto se ve reflejado
en el documento CONPES 3867 ‘Estrategia de preparación institucional para la paz y el posconflicto’. Ahora bien,
lo plasmado en el Acuerdo Final se plantea en un plazo de consolidación de 10 años.
2
De acuerdo con la Registraduría Nacional del Estado Civil, en el plebiscito realizado en octubre de 2016, votaron
13.066.047 personas, de las cuales 6.377.482 (49,78%) votaron ‘Sí’ y 6.431.376 (50,21%) votaron ‘No’.
3
Existe un debate respecto a si se debe llamarlos exguerrilleros o excombatientes, porque, para ellos, el combate
sigue, pero a través de los canales y mecanismos democráticos. Para el presente trabajo se utilizarán de manera
intercambiable.
6
Sin embargo, esto no ha estado exento de discrepancias y algunos de los elementos establecidos
en el Acuerdo Final han sufrido modificaciones como ocurrió con la Jurisdicción Especial para
la Paz (JEP). A esto se le suma el cambio de gobierno 4 en agosto de 2018, lo cual tiene
implicaciones en las cuestiones relacionadas con la construcción de paz. Ello se puede observar
en el documento Bases para el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, en el que se establecen
los lineamientos de política pública conductores de los esfuerzos gubernamentales en este
período, y se dejan de lado, e incluso desfinanciados, aspectos vinculados a lo establecido para
la implementación del Acuerdo5, si bien se encuentran plasmados en el Plan Marco de
Implementación (PMI). También, se ha dado un giro discursivo en el ámbito político, ya que,
por ejemplo, el gobierno no habla de posconflicto, sino de estabilización y consolidación, entre
otros.
Dentro de los procesos iniciados en aras de la construcción de la paz, se ha dado una adecuación
institucional para el ‘posconflicto’; se han adecuado consejerías, se han reformado instituciones
y se han transformado agencias. Por ejemplo, la Agencia Colombiana para la Reintegración de
Grupos y Personas Alzadas en Armas (ACR) se ha convertido en la Agencia para la
Reincorporación y la Normalización (ARN), de acuerdo con el Decreto Ley 897 de 2017. De
esta forma ha procedido el gobierno con el propósito de hacer operativo lo pactado y llevar a
cabo una implementación efectiva.
El Acuerdo Final consiste en un conjunto de acuerdos, que fueron discutidos uno a uno en la
mesa de negociación6 y se han definido como articulados e indisolubles (Acuerdo Final, 2016:
6). Se compone de 6 puntos que buscan un cambio estructural para construir la paz y erradicar
las causas que, de acuerdo con los actores, han sido la fuente del conflicto armado, siendo: 1)
Reforma Rural Integral; 2) Participación política; 3) Fin del conflicto; 4) Solución al Problema
de las drogas ilícitas; 5) Víctimas; y 6) Implementación, verificación y refrendación. También,
consta de protocolos y anexos que contribuyen a la delimitación y establecimiento de
cronogramas, plazos, reglas, entre otros. Existen tres enfoques transversales que abarcan todo
el Acuerdo, a saber: 1) étnico; 2) de género; y 3) territorial. Igualmente, se encuentra el
componente internacional que tiene un papel fundamental como garante de lo pactado y de su
implementación.
El texto del Acuerdo se ha considerado como uno de tipo innovador, pues incluye los enfoques
transversales, reconoce un componente de acompañamiento internacional y adopta nociones
novedosas como la de reincorporación. Esta última es particularmente importante, ya que es un
pilar para la consecución de una paz ‘estable y duradera’, al igual que constituye el eje para el

4
También, hubo un cambio de Congreso el 20 de julio de 2018. Para conocer su composición ver Anexo I.
5
Ahora bien: “(…) el presidente Iván Duque manifestó reiteradamente su voluntad de continuar con el proceso de
paz en el marco de un programa de gobierno más amplio enfocado en la equidad, la legalidad y el emprendimiento”
(Naciones Unidas, 2018).
6
Algunas modificaciones tuvieron lugar, dado el resultado del plebiscito.
7
proceso de tránsito de los exguerrilleros7 a la vida civil. La reincorporación, a diferencia de la
reintegración, se caracteriza por ser integral y de carácter colectivo. Esto tiene implicaciones en
materia de la infraestructura institucional, de los recursos y de las lógicas que enmarcan tanto
las políticas como el proceso de construcción de paz.
Problema
La integralidad de la reincorporación radica en la articulación de lo político, lo económico y lo
social, tres dimensiones que permean la cotidianidad de los exguerrilleros y que son esenciales
para su tránsito a la vida civil8. Esto ha constituido un reto para el Estado y ha producido algunos
obstáculos para el proceso. Así lo reconocen los excombatientes, como se menciona:
Este, pienso que también del éxito de la reincorporación depende mucho el
avanzar de este Acuerdo, en comenzar a dar los pasos para la superación
definitiva de eso, porque sería la única forma de que nosotros y la visión que
tenemos de reincorporación colectiva pudiera marcar la diferencia en lo que fue
respecto a otros, digamos, procesos de paz con las otras guerrillas de izquierda
que se desmovilizaron con el mismo proceso de justicia y paz. La
desmovilización de las AUC donde el objetivo principal o el objetivo principal
de esta reincorporación, que así no se llamaba sino desmovilización, era que el
Estado individualmente con cada uno de los excombatientes resolvía sus cosas y
chao, cada uno salía a su vida. Eso ha marcado la diferencia, incluso ha marcado
la diferencia, porque algunas instituciones del Estado, principalmente de la ARN,
que es la agencia que tiene en sus manos estos procesos, a veces como que no se
entienden, se embolatan, se enredan, porque entran en ese esquema de que la
anterior reinserción la trataban era individualmente, con sujeto. Están preparados,
toda su estructura está formada para atender a excombatientes uno a uno, por
separado, pero aquí es todo un colectivo (JP. Anturio, comunicación personal, 8
de noviembre de 2018).

7
De acuerdo con los listados recibidos por la OACP, hay 14.178 exintegrantes de las FARC-EP, de los cuales más
del 85% han sido acreditados y notificados (OACP citado por OEI, 2018: 164). El censo realizado por la
Universidad Nacional caracterizó a 10.015 exguerrilleros (UNAL, 2017).
8
Siguiendo el documentos CONPES 3553 (2008:4), se menciona que: “Hasta agosto de 2006, el Gobierno Nacional
ejecutaba la política de reincorporación diseñada y coordinada por el Programa de Reincorporación a la Vida Civil
–PRVC- del Ministerio del Interior y de Justicia, con el apoyo de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz. Esta
política era de corto plazo y desarrollaba actividades de tipo asistencial y humanitaria”. Posteriormente, le siguió
la política de reintegración social, la cual define la reintegración como: “Es el proceso a través del cual los
desmovilizados adquieren un estatus civil y consiguen un empleo e ingreso económico de manera sostenible. La
reintegración se lleva a cabo primordialmente a nivel local, hace parte del desarrollo general de un país y constituye
una responsabilidad nacional que puede ser complementada con apoyo internacional” (2008: 7). Dicho CONPES
resalta dos enfoques de la reintegración, una que se enfoca en el individuo desmovilizado y la otra en la comunidad
receptora (2008:8). Sin embargo, no incluía ni la dimensión política ni colectiva.
8
La adaptación de las agencias estatales y, sobre todo, de sus lógicas a la reincorporación es un
proceso articulado que busca preservar el espíritu de lo pactado. No obstante, es difícil
desconocer la trayectoria de intervención, las dinámicas que ha empleado y el “savoir-faire” que
han ido construyendo y desarrollando las entidades del Estado. La reincorporación rompe
paradigmas y busca establecer una nueva forma de aproximarse al sujeto, ya no individual sino
colectivo. Ello constituye un reto para la construcción de la paz y el proceso de tránsito de los
excombatientes.

A pesar de las dificultades que se han presentado, esta visión se ha integrado en los avances que
han tenido lugar en materia política, social y económica. Así, por ejemplo, la organización
armada se ha transformado en el Partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC),
que cuenta con 10 curules en el Congreso, de las cuales 5 son en el Senado y 5 en la Cámara de
Representantes9. También, durante un breve periodo, FARC tuvo a Timoleón León Jiménez10
como candidato presidencial. El Partido cuenta con presencia en distintos niveles y se integra
en el proceso de reincorporación a través de su participación en el Consejo Nacional de
Reincorporación (CNR) y los Consejos Territoriales de Reincorporación (CTR). También, los
exguerrilleros constituyen la base de la organización política, en articulación con los Espacios
Territoriales de Capacitación y Reincorporación11 (ETCR).
En materia social, se han realizado varias capacitaciones con el SENA y el proceso de validación
de primaria y bachillerato se ha hecho satisfactoriamente. Asimismo, para abril de 2018 se había
afiliado a 11.878 excombatientes al sistema de salud y 8.426 al régimen pensional (Posconflicto
citado por OEI, 2018: 173), aunque persisten algunas dificultades referidas a las condiciones de
habitabilidad de ciertos Espacios Territoriales como una deficiencia en el acceso a los servicios
básicos o a la vivienda.
Respecto a lo económico, el Acuerdo propone un modelo particular denominado Economías
Sociales del Común- ECOMUN. Es una iniciativa de economía solidaria que busca integrar a
los excombatientes, manteniendo la cohesión entre ellos, en los espacios de reincorporación a
través de proyectos productivos. Esta propuesta se define como alternativa y se concibe como
una forma de tránsito a la vida civil en el corto y largo plazo.
Este tipo de economía12 es vista como una alternativa favorable en el contexto del posconflicto,
pues aboga por un desarrollo de los territorios; y se inscribe dentro de un modelo distinto para
pensar qué clase desarrollo se busca, en la medida en que se reconocen dimensiones sociales,
políticas, culturales y ambientales, más allá de lo económico (Crétiéneau, 2010). Incluso, se
habla de un desarrollo alternativo que se fundamenta en la búsqueda del ‘desarrollo integral del

9
Según lo pactado.
10
Más conocido como Timochenko. Su nombre es Rodrigo Lodoño Echeverri.
11
En efecto, el Partido opera a nivel territorial a través de las comunas y de los Consejos Políticos Territoriales.
12
También, se fundamentan en los principios de reciprocidad y redistribución.
9
ser humano’ (PLANFES, 2017: 16). Lo anterior no se encuentra aislado del contexto
internacional, ya que puede inscribirse en un cuadro más amplio que corresponde al Desarrollo
Sostenible13, un modelo fomentado a nivel internacional a través de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS), retomado a nivel nacional en el Plan Nacional de Desarrollo y expresado en
políticas públicas de diversa índole. De esta manera, es posible establecer un vínculo entre
economías sociales (a nivel local) y desarrollo (a escala más amplia).
Es así que ECOMUN, como modelo de reincorporación colectiva, se relaciona con la idea de
desarrollo, la cual debate y pretende modificar. La propuesta de economía solidaria, concebida
como parte del Desarrollo Sostenible, se establece como el camino privilegiado para la
reincorporación económica de los excombatientes. Sin embargo, es adaptada y transformada en
un proyecto más ambicioso como se verá a lo largo de este trabajo de grado. Se ha propuesto
para este ejercicio académico indagar en esa relación entre el sujeto colectivo compuesto por
exguerrilleros de las FARC, la iniciativa de una economía social y solidaria de ECOMUN, y el
proyecto que proponen y que conduce el accionar de la colectividad vinculado a una noción de
desarrollo.
Ahora bien, es necesario señalar que el ejercicio que se plantea aquí es de deconstrucción, puesto
que se puede afirmar que, siguiendo al sociólogo chileno Hugo Zemelman, las lógicas teóricas
bajo las cuales se planteó esta investigación fueron desbordadas por la realidad. Por esto, el
trabajo que se propone es de comprensión y de expansión de lo que fue inicialmente pensado.
Para ello, se recurre a los postulados epistémicos de Zemelman, que ofrece una metodología-
epistemología que permite abordar lo incierto, considerando el movimiento de la realidad. El
proceso de reincorporación, como parte integral de la construcción de una paz estable y
duradera, se encuentra sujeto a cambios constantes, que crean oportunidades u obstáculos para
la puesta en marcha del proyecto de los excombatientes. Es un proceso en pleno desarrollo y de
difícil aprehensión.
En este sentido, se ha dado un desfase entre lo planteado inicialmente y los resultados de la
investigación haciendo que la propuesta inicial se transformara. La pregunta que fue formulada
al inicio, y que ha sido desarticulada con los hallazgos plasmados a lo largo del trabajo, es la
siguiente: dentro de un marco de desarrollo alternativo ¿cómo opera ECOMUN en la formación
de sujetos dentro del proceso de reincorporación socioeconómica de los participantes en el
proyecto productivo del ETCR de Buenavista, Meta durante el período 2017-2018? En lugar de
formular una nueva pregunta, se ha intentado hacer una desarticulación crítica de la misma a lo

13
De acuerdo con Bernard Hous, está interpretación surge en un contexto de reestructuración política, social,
económica y ambiental. Se da en una tercera ola, en la cual se pasa a considerar el desarrollo en términos de
sostenibilidad deslocalizada. Complementando esta idea con los postulados de Créténieau (2010), el desarrollo
sostenible articula la dimensión humana y social, la dimensión ecológica y la dimensión económica. Ello implica
una dimensión ética y política sobre la base de redefinición del interés general.
10
largo del trabajo. Se puede decir que este interrogante presenta al menos tres falencias que
pueden identificarse siguiendo la propuesta zemelmaniana.
La primera es que por la manera en que se plantea el modelo de reincorporación, no es
completamente adecuado preguntarse únicamente por los sujetos individuales, sino que el
proceso, específicamente ECOMUN, debe ser considerado desde el sujeto colectivo,
considerando la voluntariedad de adhesión al modelo. Esto tiene repercusiones respecto a las
implicaciones políticas, económicas, sociales, culturales, la capacidad de interlocución con el
Estado y las posibilidades de intervenir la realidad. También, el hecho de cuestionarse por la
formación de los sujetos en ECOMUN, establece una direccionalidad del estudio, y establece
una limitación para ver las trasformaciones del modelo desde la cotidianidad y propósitos del
sujeto, es decir, cómo el sujeto da forma a ECOMUN.
En segundo lugar, el corte de realidad que propone la pregunta es muy limitante y se dejan de
lado elementos importantes que hacen parte de la cotidianidad de los excombatientes y
contribuyen a su tránsito en el marco del modelo de reincorporación. De hecho, no es solo en
función del proyecto productivo que debe comprenderse el modelo, sino que existen varios
niveles de acción que se superponen y articulan para configurar el sujeto tales como el familiar
o el territorial.
En tercer lugar, por la dinámica que se maneja y la relación entre el Partido, ECOMUN y los
ETCR, preguntarse por el proceso de un Espacio Territorial en el marco de un proyecto
específico puede hacer perder la riqueza del análisis, porque se está limitando la comprensión
de la colectividad a un entorno sumamente restringido y estático; es decir, se reduce el nivel de
observación. La riqueza del análisis proviene, en gran parte, de la articulación de distintos
niveles espaciotemporales que van configurando la realidad del sujeto desde la integración de
diversas dinámicas y esferas más allá de un solo ETCR como se evidencia en ECOMUN, un
modelo que se plantea con una cobertura nacional.
Finalmente, la delimitación temporal puede ser contraproducente en la medida en que hace un
corte histórico cerrado, colocándolo en un plano estático. Esto deja por fuera aspectos
fundamentales del proceso como la cuestión de la propiedad y vigencia de los ETCR, cuya
temporalidad es incierta. También, es un modo de desconocimiento del movimiento contextual-
coyuntural que permea tanto a las iniciativas de los exguerrilleros como al curso mismo del
proceso de reincorporación y, por ende, de construcción de paz.
De este modo, se hace un ejercicio de comprensión desde la deconstrucción. Se reconocen las
limitaciones que se observan a la hora de abordar una realidad en constitución como la
consolidación y desarrollo del modelo de reincorporación. La forma en que se concibió,
inicialmente, este trabajo se fue desarticulando paulatinamente con el trabajo de campo que se
realizó, ya que la realidad es un entramado complejo que articula diversos niveles, actores,
contextos, recursos, temporalidades, etc. Así, se evidenció un desbordamiento de la realidad.

11
Los planteamientos teóricos y conceptuales se quedaron cortos para comprender y dar cuenta
del proceso. Es por esto que se recurrió a las declaraciones epistémico-metodológicas de Hugo
Zemelman, que integra aspectos como el movimiento de la historia, la colocación del sujeto, el
presente potencial, la utopía, el sujeto colectivo, entre otros.
Postulados de Zemelman
En este sentido, la perspectiva zemelmaniana aporta considerablemente al presente trabajo, ya
que permite el acercamiento a un proceso en constitución. Zemelman14 hace un esfuerzo por
plantear una propuesta epistemológica y metodológica que, de cierta manera, posibilite
aproximarse a la realidad desde lo incierto, desde lo potencial. El plano de estudio es el presente,
pero solo como puerta de entrada a algo complejo, porque como lo afirma:
(…) es necesario pensar la realidad como una articulación, es decir, como una
relación entre procesos imbricados de forma no determinada previamente y
dejar que su reconstrucción permita reconocer de qué modo concreto se
articulan los procesos (Zemelman, 2011: 39).

No existe una jerarquización de niveles de realidad o procesos, sino que, al contrario, se


reconoce su articulación. La realidad es un entramado complejo que implica diversos tipos de
relaciones. Dicha complejidad no logra ser recogida por las teorías y sus conceptos, puesto que
responden a las lógicas particulares del contexto en que surgieron y ofrecen cortes de realidad
adaptados. Según esto, la perspectiva teórica se muestra inadecuada para captar lo que sucede,
porque se presenta un desfase, como se plantea:

La necesidad de resignificar surge precisamente por el desajuste entre teoría y


realidad. Pero ¿por qué el desajuste? Por algo elemental: el ritmo de la realidad
no es el ritmo de la construcción conceptual. Los conceptos se construyen a un
ritmo más lento que los cambios que se dan en la realidad externa al sujeto, por
eso constantemente se está generando un desajuste. (Zemelman, s.f.: 1).

Así, la realidad desborda a lo conceptual y se hace necesario establecer una relación de


pensamiento que permita la aproximación adecuada, es decir, “una forma epistémica de resolver

14
Hugo Zemelman fue un sociólogo chileno que participó del gobierno de Salvador Allende. Luego del golpe del
General Pinochet, se exilió en México en donde produciría una parte de su propuesta epistemológica. Dirigió la
revista Arauco entre 1962 y 1966, publicación de corriente socialista que incluyó autores marxistas fuera de la
órbita soviética. Su formación se caracterizó por una militancia en aras del cambio y, posteriormente, de la
comprensión del proceso de constitución de la realidad y sus limitaciones. Hizo su posgrado en el área de la
sociología rural en la Universidad de Wageninge, Holanda, y realizó la Maestría en Ciencias Sociales de la
FLACSO. Zemelman parte de una perspectiva crítica de las Ciencias Sociales en América Latina, para lo cual no
desconoce sus influencias marxistas. Por su parte, Retamozo resalta la importancia de autores como Althusser,
Gramsci, Benjamin, Kosik, entre otros, para la propuesta zemelmaniana. Dentro de las obras más importantes se
encuentran los tres tomos de Horizontes de la Razón. Para más información sobre el autor, se recomienda leer
(Retamozo, 2015).
12
el problema” (Zemelman, s.f.: 3). Para esto, no se debe recurrir a los conceptos cerrados inscritos
en teorías15, porque se encuentran cargados de contenidos y, por ende, delimitan la realidad. Por
ello, Zemelman propone recurrir a categorías o conceptos ordenadores, que incluyan lo
indeterminado, como forma de pensamiento epistémico, por lo que se afirma que:
las categorías, a diferencia de los conceptos que componen un habeas teórico, no
tienen un contenido preciso, sino muchos contenidos. En ese sentido, las
categorías pueden ser posibilidades de contenido, pero no son contenidos
demarcados, perfectamente identificables con una significación clara, univoca,
semánticamente hablando.
(…) el pensamiento epistémico es preteórico, funciona sin un corpus teórico y,
por lo mismo, sin conceptos con contenidos definidos, con funciones claras de
carácter gnoseológico o cognitivo, o para decirlo de otra manera, con funciones
de determinación o con funciones de explicación (Zemelman, s.f.: 7-8).

De esta manera, el pensar epistémico responde a una aproximación sin contenidos, recurriendo
a categorías no delimitadas. Es una apuesta por incluir lo incierto, lo indeterminado. La
‘apertura’ considera posicionarse en el presente. En efecto, es una redefinición del sentido, de
la comprensión y de la aproximación a la realidad en constitución, no cerrada en lo constituido.
En concordancia con lo anterior, para este trabajo se pretende hacer una aproximación al
entramado complejo de la realidad de los exguerrilleros, usando categorías ordenadoras como
las de necesidad, experiencia o utopía. Es una manera de abordar un proceso en constitución
que permite indagar en la subjetividad del sujeto social fariano.

A pesar de que el pensamiento de Hugo Zemelman tiene una fuerte influencia marxista, él
realiza una crítica a la manera en que se ha apropiado esta perspectiva en América Latina. De
acuerdo con su pensamiento, el marxismo “ha sido deformado en la región, de modo que aparece
como un metadiscurso ideológico o filosófico” (Zemelman, 1998:98). Esto tiene implicaciones
en ´la construcción de conocimiento, ya que se ha utilizado un método funcionalista o
positivista´ (Zemelman, 1998:98), que ha llevado a un desarrollo deficiente de la dialéctica
como forma de razonamiento, es decir: “el paradigma Hegel-Marx que no ha sido desarrollado,
lo que debemos asumir, por lo tanto, no ha sido aplicado” (Zemelman, 1998:96). Por esto, de
acuerdo con sus postulados, es necesario: “(…) recuperar las potencialidades, las virtualidades
que se contienen en el discurso constitutivo de la dialéctica.” (Zemelman, 1998:98).

15
Es una propuesta que busca penetrar en la realidad, no desde la negación de los conceptos, sino desde su apertura
y expansión. No es un ejercicio meramente inductivo, ya que involucra una relación de conocimiento tanto del
sujeto como del investigador y vincula elementos macro/estructurales/coyunturales y
micro/experiencia/cotidianidad. Es una aproximación crítica a la forma de hacer ciencia y de relacionarse con la
realidad.
13
Adicionalmente, Zemelman agrega que, para el caso de Latinoamérica, la apropiación
ideológica de los postulados marxistas y del razonamiento dialéctico afectó el curso de las
ciencias sociales en la región, a tal punto que:

No, teoría crítica no hubo, y los intentos de retomar una cierta tradición del
pensamiento dialéctico en una versión diferente, con su propia originalidad,
como la Escuela de Frankfurt, no son textos que influyeran en la acción; además,
son textos que comenzaron a traducirse y a leerse muy tardíamente, como los de
Adorno, sin considerar las dificultades internas altamente complejas. Ahora están
teniendo cierta influencia, pero bastante manipulada, por razones dogmáticas o
ideológicas, aunque es una discusión que hay que hacer. Tenemos que hacernos
cargo de nuestro propio pasado en relación con lo que pasó con el marxismo.
(Zemelman, 1998:100).

Ahora bien, siguiendo la propuesta zemelmaniana16 y la crítica que hace a la perspectiva


marxista en América Latina, se entiende que: “la epistemología como método significa que ya
no se entiende estrictamente como un conjunto de reglas para conocer el objeto, sino que se
entiende como un razonamiento de la realidad” (Paredes, 2017: 40). Lo anterior implica
construir el problema de investigación y el entendimiento de la realidad no determinada con el
sujeto17 colectivo, que es el que le da sentido a la realidad en que se desenvuelve. Es decir, para
definir el campo de observación se requiere hacerlo con el sujeto, quien construye su relación
de conocimiento desde su colocación18 en el mundo. Esto es esencial, ya que como se enuncia:
“(…) muchos de estos trabajos no han construido relaciones de conocimiento, sino que han sido
discursos estructurados al interior de una relación de conocimiento preestructurada, pero
preestructurada sin conciencia de los propios autores” (Zemelman, 1998: 83). De esta manera,
se aboga por la inclusión del sujeto, de su colocación y de la consciencia de sí para la
comprensión de su presente, como fragmento de realidad, en el que puede intervenir para
conseguir un proyecto o utopía que le permite construir sentido. De esta forma se define el
campo de observación.

16
También, se puede señalar la influencia del pensamiento del filósofo Hangs-Georg Gadamer, quién propone “una
apertura de la razón a la historia, dando lugar al concepto de razón histórica dentro de su hermenéutica” (Renaud,
1976:62). Asimismo, surgen otros conceptos como horizonte, experiencia histórica, etc. Se recomienda leer
(Renaud, 1976).
17
De acuerdo con Zemelman: “Cuando él sostiene, discutiendo con algunos autores, por cierto, el concepto del yo,
el concepto de sujeto, lo afirma en términos de que el concepto de sujeto sólo se puede desarrollar en la
confrontación con el otro, o sea, es sólo la confrontación con el otro que permite hablar de un sujeto, y eso es la
creación de un espacio de relaciones enormemente rico para la propia subjetividad del sujeto. En ese sentido estoy
hablando de objetivación” (Zemelman, 1998: 87).
18
De acuerdo con Zemelman “la colocación es ponerse en su mundo sin la mediación precipitada de reducir esa
relación a una explicación” (Zemelman, 1998:82)
14
Esto se articula con el movimiento, una noción esencial en la epistemología zemelmaniana. De
hecho, es dicha categoría la que permite aproximarse a la complejidad de lo indeterminado. Los
cambios en los contextos-coyunturas y en las condiciones sociohistóricos aportan a la
constitución del sujeto, en la viabilidad de su proyecto y, por ende, de la potencialidad del
presente. Esto es parte de la metodológica epistémica, ya que:

Para Zemelman (1992b: 127): “el rasgo central del método consiste en
transformar el movimiento de la realidad, que se expresa en la relación dado-
dándose, en contenidos que, referidos a un ámbito acotado de la misma, puedan
sugerir además aquello que los trasciende” (Zemelman citado por Andrade y
Bedacarratx, 2017: 51).

Es así que el movimiento es un elemento fundamental de la realidad y de los diversos procesos


que tienen lugar. Permea al sujeto y a su formación sociohistórica, de modo que contribuye a
las oportunidades de intervención del presente y al sentido que da a su realidad desde su
colocación. El entramado de niveles, temporalidades, actores, recursos, estrategias, etc., no se
encuentra determinado, sino que está en constante transformación. Es la manera de aproximarse
a aquello que se encuentra en constitución.

Por su parte, la construcción de la paz y el proceso de reincorporación se basan en la


‘constitución’, en la dinamicidad, en el movimiento. Es algo ‘dándose’. El establecimiento de
un sujeto colectivo, inscrito en una matriz compleja de relaciones, contribuye a la aproximación
al proyecto que proponen los excombatientes desde la paz e integran a la constitución del Partido
y de ECOMUN. Haciendo uso de las categorías ordenadoras se busca comprender la realidad
desde la colocación, desde la subjetividad del sujeto, en otras palabras, desde la relación de
conocimiento que este construye. El ejercicio que se realiza es desde la reflexión, de la
consciencia de la colectividad, también en movimiento; es la articulación de niveles de realidad
inscritos en contextos-coyunturas en transformación. El sujeto esta en movimiento, al igual que
todo lo que lo rodea.

De acuerdo con lo anterior, para el presente trabajo de grado se propone la siguiente estructura.
En el primer capítulo se pretende hacer una primera aproximación al modelo de reincorporación
colectiva de ECOMUN y a la construcción del sujeto colectivo de los exguerrilleros en tránsito
a la vida civil. Para esto, se propone indagar, tomando la epistemología como razonamiento de
la realidad, sobre la realidad de los excombatientes desde su subjetividad aprehendida gracias a

15
las categorías de necesidad19 y experiencia20. Ello permite comprender la colocación del sujeto
en su presente, considerando su temporalidad, y articulándolo con su proyecto utópico. En este
sentido, se privilegia la voz de los excombatientes y se resalta la importancia de entender sus
contribuciones con una visión crítica en función de la utopía como proyecto a largo plazo
planteado desde su colocación en una realidad en movimiento.

En el segundo capítulo se propone hacer un acercamiento a la utopía21 de los exguerrilleros


plasmado en el modelo de reincorporación colectiva de ECOMUN. Dentro de los esfuerzos por
hacerlo, se utilizan los conceptos ordenadores de desarrollo, desde el desarrollo sostenible, y de
economía social para entender la iniciativa de un ‘modelo alternativo’ como proyecto utópico
de los excombatientes. Esto se realiza no desde conceptos delimitados, sino que por medio de
la voz de los exguerrilleros se busca comprender la manera en que las categorías son adaptadas
y modificadas siguiendo la visión de utopía. También, se resalta la potencialidad y el papel del
presente en articulación con la subjetividad vinculada a la necesidad y experiencia, que hacen
posible su entendimiento siguiendo la temporalidad del sujeto.

Finalmente, se plantea un tercer capítulo en el que se aborde, desde un ejercicio reflexivo, el


trabajo desarrollado de acuerdo con la propuesta del sociólogo chileno Hugo Zemelman. Aquí
se busca exponer los principales aportes de los postulados epistémico-metodológicos a este
planteamiento investigativo sobre un proceso en constitución dentro de un contexto-coyuntura
en movimiento. De esta manera, se realiza una aproximación crítica a la construcción del trabajo
recurriendo a los postulados zemelmanianos.

Herramientas de investigación
A pesar de que las herramientas investigativas empleadas responden a unas formas específicas
de hacer ciencia, se ha recurrido a ellas por las posibilidades de acercamiento que ofrecen a la
población que se encuentra en proceso de reincorporación. Para esta investigación, se realizó un
trabajo de campo de 6 meses, que tuvo lugar en tres momentos principales. El primero fue un

19
De acuerdo con Zemelman, la necesidad se entiende de la siguiente manera: “La necesidad, como el sustrato más
elemental de articulación entre lo objetivo (la carencia, en escasez) y lo subjetivo (la percepción de las necesidades
y de las formas de solucionarlas), remite a la subsistencia, a la reproducción social” (Zemelman citado por Congreso
Nacional de Sociología, 2014:22). Esto será abordado posteriormente.
20
Se entiende como: “el plano en el que se despliegan las prácticas colectivas, da cuenta de la objetivación de lo
potencial, de la transformación de lo deseable en posible” (Zemelman citado por Congreso Nacional de Sociología,
2014: 25). Esto será abordado posteriormente.
21
En términos zemelmanianos: “la utopía será entendida como una expresión de la subjetividad social que
incorpora la dimensión futura y la potencialidad del presente, es decir, “es aquí donde el imaginario social se
despliega formulando y reformulando la relación entre lo vivido y lo posible, entre el presente y el futuro”
(Zemelman, 1992: 14). Es algo que se vincula al sujeto y a la construcción de sentido que hace. No se formula
únicamente en función de la sociedad, sino de los proyectos formulados desde la subjetividad. No se limita a un
régimen, modo de gobierno (ver Abensour, 2003), sino a una construcción colectiva de sentido.

16
voluntariado de tres meses en la oficina central de ECOMUN en la ciudad de Bogotá. Allí se
realizaron dos entrevistas no estructuradas, y desde la participación como voluntario fue posible
comprender, junto con algunos miembros, el propósito, objetivos y herramientas con los que
cuenta ECOMUN. Asimismo, se pudo hacer una aproximación a la forma cómo los
exguerrilleros conciben el modelo y los elementos que ven como prioritarios. Esto se vio
enriquecido por el acercamiento previo a los temas de reincorporación y construcción de paz en
otros ámbitos.
En un segundo momento, se visitó en dos ocasiones el ETCR Antonio Nariño, Icononzo en el
departamento de Tolima. Fue posible caminar por el Espacio libremente y entablar
conversaciones informales con al menos 6 excombatientes, con quienes se formó una imagen
del proceso de reincorporación y sus dinámicas locales. También, se obtuvo beneficio del
proyecto productivo de ecoturismo que se desarrolla allí, porque se pudo conocer de primera
mano el funcionamiento de dicho proyecto a nivel organizacional y operativo. Asimismo, se
realizaron dos entrevistas semiestructuradas y se tomaron registros fotográficos.
En un tercer momento, se hicieron 6 entrevistas semiestructuradas a excomandantes de las
FARC de diversos ETCR. Con ellos se pudo indagar específicamente en el proceso de
reincorporación, los procesos de articulación con el proyecto utópico, las necesidades y las
experiencias de los excombatientes.
De igual manera, se ha recurrido a algunos artículos de prensa y documentos institucionales
sobre el proceso de reincorporación y ECOMUN para contextualizar y emplazar la discusión.
También, se ha hecho uso del censo realizado por la Universidad Nacional a los exguerrilleros
para entender sus expectativas, su composición demográfica, su extracción e iniciativas.
Respecto a la bibliografía utilizada son artículos académicos, principalmente, utilizados para
profundizar las discusiones y aproximarse a conceptos como el de desarrollo o ‘democracia
desde abajo’.
A nivel ético, se deben resaltar las dificultades que trae trabajar con los excombatientes, ya que
son una población vulnerable y requieren de ciertas medidas de seguridad. Por esto, en el trabajo
de grado se han cambiado todos los nombres y se ha evitado dar información que permita su
identificación. Todas las entrevistas fueron dadas con consentimiento.

17
Capítulo 1
La reincorporación, el presente potencial y el sujeto colectivo fariano22 en tiempos de
paz.
“Nuestra lucha en estos momentos es de que vamos a seguir adelante, vamos a jalonar, a tocar
las puertas, para sostenernos todavía como comunidad, pero todos unidos ahí.” (M. Delacroix,
comunicación personal, 8 de noviembre de 2018).
En este primer capítulo se propone una aproximación desde los postulados de Zemelman a la
realidad de los exguerrilleros. El corte de realidad propuesto se articula alrededor de las
categorías ordenadoras de sujeto colectivo, necesidad y experiencia. Son los ejes bajo los cuales
se desarrolla este apartado y se sientan las bases para la comprensión del proyecto de los
excombatientes abordado en el segundo capítulo.
Introducción
El Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y
Duradera23 entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) y el gobierno
del Juan Manuel Santos ha sentado las bases para una serie de procesos complejos en aras de la
consecución de una paz estable en el país24. La organización, una vez beligerante, se ha
desdoblado en al menos dos organizaciones siguiendo lo pactado en el Acuerdo Final, a saber:
Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), y Economías Sociales del Común
(ECOMÚN). La primera de tipo político y la segunda de carácter económico. Ambas se
encuentran articuladas y hacen parte de los esfuerzos de los exintegrantes de la guerrilla por
continuar su combate a través de la legalidad y de los mecanismos democráticos
constitucionales. Son dos alas de un mismo proyecto: la ‘toma del poder’ por medios legales
para dar lugar al cambio político, económico y social en Colombia.
I. Economías Sociales del Común
ECOMÚN se concibe como el modelo de reincorporación colectiva privilegiado por los
excombatientes de las FARC-EP, según lo pactado en el Acuerdo Final. Se caracteriza por ser
de adhesión voluntaria, es decir, que no todos los excombatientes hacen parte. Fue registrado
ante la Cámara de Comercio de Bogotá en julio de 2017, atribuyéndose actividades en dos áreas
particulares, a saber: producción agrícola, y producción ganadera multipropósito (Registro ante

22
A este respecto: “Los sujetos sociales son precisamente constructores de sentido, y solamente en la medida que
construyen sentido son reales, no antes ni después” (Zemelman citado por Andrade y Bedacarratx, 2017: 56).
También se puede entender en calidad de sujeto colectivo, ya que se observa desde el nivel de la colectividad y no
del individual para la creación de sentido. Si bien el sujeto social no es necesariamente colectivo, el sujeto colectivo
constituye, en este sentido, un sujeto social. Ambos se encuentran relacionados, a pesar de la diversidad de
relaciones y precisiones analíticas que implican. Lo colectivo va encaminado a la organización, y lo social está
vinculado a la matriz de relaciones complejas en la cual se halla inmerso el sujeto.
23
Suscrito en el Teatro Colón el 24 de noviembre de 2016, y aprobado por el Congreso de la República.
24
Es importante resaltar que existen otras guerrillas que siguen alzadas armadas como el ELN, las disidencias de
las FARC y el EPL.
18
la CCB, 2017). Asimismo, está abierta para que distintas cooperativas de diversa índole se
puedan vincular y asociar voluntariamente. Funciona como una articulación de organizaciones
cooperativas de economía solidaria reunidas bajo un mismo ‘paraguas’ o figura, lo que les
permite crear un modelo alternativo. De acuerdo con Germán Moreno, gerente de ECOMÚN:
Todos estos procesos se dan en el marco de tres principios: 1) Construcción desde
abajo y colectivamente; 2) modelo de reincorporación propio y soberano; 3)
apertura y construcción desde la diversidad. Es importante tener en cuenta que
ECOMÚN es, en el fondo, un proyecto político que aporta la base económica
para la transformación (G. Moreno, comunicación personal, 17 de noviembre de
2018).

La finalidad de esta organización es servir, inicialmente, de base económica para el proceso de


reincorporación de los excombatientes y, desde una perspectiva más amplia, del proyecto
político como lo enuncia Moreno. ECOMÚN busca consolidarse como una alternativa a las
formas impuestas por el mercado al interior de un régimen “neoliberal”25, que pone en
desventaja a los productores. A través de las cooperativas u organizaciones de base se busca
establecer una red “del común” sustentada en esos tres principios resaltados por el gerente de la
organización. El proyecto a largo plazo es consolidar, en palabras de German: “(…) un sistema
cooperativo de economía solidaria, que permita construir una economía propia en el marco de
un modelo alternativo al viejo modelo neoliberal” (G. Moreno, comunicación personal, 17 de
agosto de 2018). De esta manera, ECOMÚN es una piedra angular del proyecto político del
Partido FARC.

Los principios, bajo los cuales se plantea y conduce esta propuesta de economía solidaria,
retoman algunos elementos que son importantes para el proyecto político. En primer lugar, se
concibe como un modelo conformado por organizaciones de base, es decir, la fortaleza radica
en la consolidación y fortalecimiento de las cooperativas que lo componen. Es una forma
organizativa “desde abajo”26. En segundo lugar, se resalta la importancia de que sea un modelo
“propio” y soberano, lo que implica un nivel de autonomía, sin injerencia de la estatalidad,
agencias de cooperación o gobiernos extranjeros en el desarrollo de los proyectos y definición
de la agenda de ECOMÚN. Siempre debe ser en función del “común”, y no de intereses
particulares. Finalmente, se busca una apertura y construcción desde la diversidad, lo que brinda
la posibilidad de participación a todas las organizaciones que quieran vincularse. Se busca una

25
Esto es, dentro del discurso que manejan, formas de explotación reproductoras de las desigualdades sociales y
de un régimen clientelista al servicio del ‘gran capital’ (R.Mercury, comunicación personal, 8 de noviembre de
2018).
26
Esto se refiere a la visión de que son los agentes o individuos los que dan vida a las instituciones y no al contrario.
A este respecto, Bratton enuncia que: “But political institutions are more than formal legal-structutres. They only
come alive when political actors breathe life into them » (Bratton, 2013: 4). Se resalta la acción de los actores
sobre las estructuras legales.
19
construcción abierta y colectiva del modelo, teniendo como meta ese gran sistema cooperativo
de economía solidaria27.

De esta manera, ECOMÚN se convierte en un ‘paraguas’ abierto que privilegia las


organizaciones de base, y se establece como un modelo autónomo. Sin embargo, dicha
autonomía no representa independencia, ya que depende, al menos en la primera etapa, tanto de
la voluntad de los excombatientes como de los recursos del Estado. Lo último ha afectado el
buen desarrollo del modelo, debido a que los proyectos productivos deben ser aprobados por el
Consejo Nacional de Reincorporación (CNR), para que los recursos puedan ser
desembolsados28. Existe un trámite burocrático que abarca una experticia técnica para la
formulación de proyectos, algo que los excombatientes manejan de manera limitada y afecta el
proceso mismo de reincorporación. Esto contribuye al desfinanciamiento del modelo. En este
sentido, y como lo afirma Jim:

Bueno, en primer momento, digamos que lo que está afectando este proceso es
el incumplimiento; o sea, está afectando demasiado. No podemos negar que ha
habido algunos avances, pero también son demasiado lentos, muy pocos. Ahí lo
que estamos haciendo es luchar, haciendo los proyectos a propia fuerza, por
iniciativa propia de los exguerrilleros. Inclusive, inyectando capital de lo que le
corresponde a cada uno de lo de la renta básica, que es menos, inclusive, del
salario mínimo. Pero como el compromiso es la reincorporación, entonces, hay
que buscar cómo se hace y nosotros estamos comprometidos con eso (J. Geranio,
comunicación personal, 8 de noviembre 2018).

Se pone de manifiesto la poca independencia, al menos económica, con la que cuenta ECOMÚN
para sostenerse. Los excombatientes han debido recurrir a sus recursos propios29 para darle
lugar a los proyectos. Esto puede expresar su compromiso con el proceso de reincorporación o
incluso la falta de alternativas ofrecidas, que los conduce a mantenerse articulados a los
proyectos productivos a pesar de la adversidad.
a) El proceso de reincorporación y sus condiciones materiales
Ahora bien, este modelo de reincorporación propuesto responde a ese tránsito de los
exguerrilleros hacia la vida de civil. Se da un cambio en las lógicas, ya que, durante el tiempo
de la guerra, la organización armada se encargaba de proveer los elementos básicos para
asegurar la subsistencia tanto de los miembros como del proyecto revolucionario. No obstante,
con la transformación, ya mencionada, de la guerra a la paz, la cuestión de la financiación y de

27
Existen diversas normas que regulan las organizaciones de economía solidaria, a saber: la Ley 79 de 1988,
Decreto 3081 de 1990, Decreto 2150 de 1995, Decreto 4588 de 2006, entre otros.
28
También, se han presentado dificultades en la operación efectiva de FondoPaz.
29
Esto es la renta básica mensual a la cual tienen derecho según el Acuerdo. Corresponde al 90% del salario
mínimo mensual vigente.
20
los medios de subsistencia de los miembros pasa a ser una responsabilidad primero del Estado30,
y luego individual.
En concordancia con lo anterior, se puede afirmar que la reincorporación es ante todo un proceso
cargado de materialidad31 que se traduce en las condiciones básicas para transitar a la vida civil
y en las diversas opciones para mantenerse en esta. Por ello, se encuentra ligado a la estatalidad.
En efecto, en un contexto de posconflicto, específicamente de reincorporación, el tema de los
recursos pasa a estar a cargo del gobierno durante un tiempo determinado y, posteriormente, de
los reincorporados. Es decir, que los excombatientes deben procurar una fuente de ingreso más
o menos estable para poder desarrollar, en el mediano y largo plazo, los distintos proyectos con
el fin de asegurar su subsistencia y la de su familia. Es una transferencia progresiva de
responsabilidad.
De este modo, la materialidad es algo esencial que atraviesa el proceso de tránsito. La
reincorporación se encuentra mediada por la necesidad física, legal, económica, etc., que definen
el estatus de los excombatientes y sus posibilidades para construir sus proyectos de vida. En este
orden de ideas, la base material más elemental es proveída por el aparato estatal y se ve regulada
por la Ley, que permite la puesta en marcha del proceso al traducirlo al lenguaje legal del Estado.
Se operacionaliza a través del Decreto Ley 899 de 2017, del Decreto 2026 de 2017, del
documento CONPES 393132 de 2018, del documento CONPES 3932 de 2018, entre otros. De
esta forma, la necesidad como aspecto material esencial para la reincorporación se ve absorbido
por la lógica burocrática
Lo anterior implica que el sujeto individual en proceso de reincorporación transita hacia la vida
civil, a la legalidad y, específicamente, a ser ciudadano según los términos estatales 33. Las
necesidades de este ciudadano reincorporado deben ser suplidas y demandadas por medio de la
adaptación a los mecanismos estatales, al lenguaje burocrático, a las formas de relacionamiento
con las instituciones, al discurso democrático, a los deberes constitucionales, las tecnologías
estatales de control como la cédula, etc. Es relevante recalcar que suplir estas necesidades es

30
Esto se encuentra en el punto 3 del Acuerdo Final, específicamente en el numeral 3.2.2.7. Garantías para una
reincorporación económica y social sostenible.
31
Siguiendo a Orlikwoski et al., la materialidad se expresa en cuerpos, espacios, objetos y prácticas (2015: 698).
Asimismo, existen nuevas materialidades, que se refieren a otras maneras de concebir la relación con “lo material”.
Es así que cabe resaltar artículos como “Materialities of experience” de William Connelly, o “Introducing the new
materialism” de Diana Coole y Samantha Frost, quienes reivindican las posturas sobre la subjetividad, poder,
agencia y ética en una dimensión material (Coole y Frost, 2010: 37).
32
El Decreto Ley 899 "Por el cual se establecen medidas e instrumentos para la reincorporación económica y social
colectiva e individual de los integrantes de las FARC-EP conforme al Acuerdo Final, suscrito entre el Gobierno
Nacional y las FARC-EP el 24 de noviembre de 2016". El Decreto 2026 "Por medio del cual se reglamentan los
Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR), creados, mediante el Decreto 1274 de 2017 y
se
dictan otras disposiciones". También, ECOMÚN se rige por la Ley 454 de 1998 y la Ley 79 de 1988. Es el CONPES
que define la Política Nacional para la Reincorporación Social y Económica (PNRSE).
33
De acuerdo con el artículo 95 de la Constitución Política.
21
una prioridad, pues no hacerlo pone en riesgo la existencia misma de los individuos. Sin
embargo, el tiempo se convierte en una variable relativa. La urgencia de lo necesario se difumina
en el ritmo de los trámites y en el papeleo constante, como se evidencia en el testimonio de Fleur
Vivante:
Respecto a la salud al principio hubo un problema grande y es que se hizo la
afiliación, en la primera etapa de Zona Veredal, no todo el mundo estaba
cedulado; así que hicieron el ingreso a la Nueva EPS con un código que además
tú sabes que el sistema de salud en Colombia se mueve con la cédula… Entonces,
de por sí ya genera un problema tener ese código para pedir una cita, difícil…
(F.Vivante, comunicación personal, 5 de octubre de 2018).
El tiempo se convierte en una variable a considerar. Por ejemplo, un servicio esencial como el
de acceso a la salud se encuentra mediado por trámites y números bajo los cuales se codifican
los individuos para que el Estado pueda ejercer su control34. De este modo, se transforma el
tiempo, porque los ritmos y el tratamiento de los casos relega lo apremiante a un plano abstracto
y lo coloca en una condición de prioridad disonante con la ‘urgencia’ efectiva de la realidad.
De esta forma, los excombatientes, en una buena parte35, trabajan unidos y conforman un sujeto
colectivo con un mismo propósito. Se asocian a través de las cooperativas, permanecen en
comunidad en los ETCR, se integran al Partido y no permiten que el modelo tradicional de
reintegración rompa los lazos y la lógica de grupo que han establecido desde los tiempos de la
organización armada. Es así que la reincorporación adquiere el tinte colectivo y facilita
establecer una interlocución con el Estado. Se constituye un sujeto colectivo conformado por
los excombatientes que hacen parte de ECOMÚN, y que comparten trayectorias entrelazadas en
tiempos de guerra y poseen necesidades similares en el presente. Asimismo, a nivel macro, se
encuentran inmersos en procesos sociales, históricos, institucionales, etc., que contribuyen a la
constitución de su subjetividad. Están inscritos dentro de una temporalidad histórica.
Ahora bien, es necesario resaltar que el modelo alternativo de ECOMÚN se encuentra
sumamente afectado por los incumplimientos estatales, lo cual repercute en dicho sujeto

34
A este respecto, se recomienda revisar Restrepo, O. et al. (2013). La ciudadanía de papel: ensamblando la
cédula y el Estado. Capítulo de libro, en: Ensamblado en Colombia, Tomo I: estados. Páginas: 277-327.
Universidad Nacional de Colombia.
35
Siguiendo el documento CONPES 3931 (2018: 48), a junio de 2018: “se han conformado 70 cooperativas de
exintegrantes de las FARCEP en el marco de las Economías Sociales del Común (ECOMUN), que asocian a 3.276
personas en proceso de reincorporación. Debido a debilidades administrativas y de gestión, solo 47 de estas
cooperativas tienen registro de Cámara y Comercio y 7 cuentan con el trámite de control de legalidad realizado por
la Superintendencia de Economía Solidaria a las cooperativas multiactivas. Solo 32 de las 70 cooperativas creadas
han podido abrir cuentas bancarias; las entidades bancarias les han negado la apertura de una cuenta a las 38
restantes. Además, los 70 esquemas asociativos no cuentan con capital propio, y solo dos (e.g. la Fundación
Colombiana de Excombatientes y Promotores de Paz (FUCEPAZ) y la Cooperativa Multiactiva Manuel Marulanda
Vélez (MAVECOOP)) han iniciado actividades utilizando recursos de cooperación y esquemas de voluntariado.
Adicionalmente, ninguna de ellas cuenta con infraestructura, dotación, y personal calificado”.
22
colectivo. En efecto, la desfinanciación y las dificultades a las que se han enfrentado las
cooperativas para poder poner en marcha los proyectos productivos han tenido consecuencias
en la integración del sujeto, siendo el Partido, y sus actividades, el que ha mantenido la cohesión
entre los excombatientes. Así Jean Paul afirma que:
Entonces, la reincorporación es articulada, es con el Partido, no con personas
individuales. Si bien es cierto que está la libertad de que algunos de nosotros que
queramos hacer nuestros propios proyectos, con los 8 millones de pesos36, puede
ser individual, la idea es que de todos modos todo el proceso de reincorporación,
porque no solo abarca ese tema de los 8 millones, todo eso es abanderado por el
Partido, a través del CNR, de ECOMÚN, que es la empresa de economías
solidarias del común (JP. Anturio, comunicación personal, 8 de noviembre de
2018).
Según esto, el partido FARC es el que guarda o mantiene al sujeto social y reúne a los miembros
bajo un mismo discurso. Tratar de entender la cuestión de la reincorporación como de los
proyectos productivos sin ver el papel articulador del Partido, sería desconocer el adhesivo que
sigue uniendo, en gran medida, a las estructuras de base. Asimismo, es esta ala política la que
permite realizar una interlocución con el Estado, pues es el que dialoga y hace presencia en
todos los ámbitos del proceso de reincorporación. Esto es en parte problemático, ya que hace
que la organización se centre en gran medida en la reincorporación de los excombatientes y
trabaje paralelamente, o en menor medida, en la plataforma política o proyecto de ‘toma del
poder’.
La dimensión espacial adquiere gran relevancia, debido a que los excombatientes se ven
reunidos bajo la cobertura que maneja el Partido, es decir, nacional. Sin embargo, esto no
excluye el nivel local en el cual se desarrollan los proyectos productivos. Así, la espacialidad37
adquiere una importancia mayor en el entramado complejo en el que se encuentra inmerso el
modelo de reincorporación. Los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación
(ETCR) se convierten en los lugares privilegiados de ECOMÚN. Este sujeto, cohesionado por
el Partido, se encuentra territorializado en las regiones y espacializado físicamente en los 24
ETCR38 a lo largo del país39, es decir, se encuentra multilocalizado.
La propuesta de tipo ‘paraguas’ que cubre a las cooperativas locales conformadas por los
excombatientes sigue un modelo que articula los territorios con la oficina central en Bogotá.

36
Esto se refiere a la asignación única de reincorporación de 8 millones de pesos que sirve de capital semilla para
los proyectos productivos, según se estipula en el Acuerdo Final.
37
De acuerdo con Lindón: “(…) si el tiempo y el espacio son, y han sido, los ejes de la reflexión histórica y
geográfica respectivamente, ambos también son las coordenadas de la acción social para las sociologías de la vida
cotidiana y ambos vienen a definir un «desde dónde» abordar el estudio de la cotidianeidad, ambos constituyen el
«desde dónde» se plantean las reflexiones siguientes” (Lindón, 2000: 188).
38
Eran 26 ETCR, pero, en junio de 2018, dos fueron eliminados a través del Decreto 982 del 7 de junio de 2018.
39
Ver Anexo II.
23
Dicha iniciativa permite la constitución de un sujeto que abarca gran parte del territorio nacional,
gracias a su vínculo con el Partido. Así, miembros de los proyectos productivos se convierten
en representantes en distintos niveles como en el Consejo Departamental de Reincorporación,
en la Dirección Nacional del Partido, e incluso frente a instituciones estatales y agencias de
cooperación. Se configura una dinámica que articula tanto el nivel nacional como el local desde
la superposición de funciones de los individuos que componen al sujeto.
Otro aspecto importante de la dimensión espacial es el desdoblamiento de los ETCR, dando
lugar a los Nuevos Puntos de Reincorporación (NPR) como el de Tuluá, Dolores, Pasca o
Cabrera. Los NPR son aquellos lugares que se han ido consolidando con la movilidad de los
excombatientes al retornar a sus antiguas zonas de habitación o de operación, donde cuentan
con redes de amigos o familiares (G. Moreno, comunicación personal, 17 de agosto de 2018).
Se conciben como zonas de espera, tal y como lo enuncia Pierre:
No se puede, el exguerrillero está en este momento ambulante. Está refugiado
donde su familia, a la espera de que el gobierno cumpla. Los Nuevos Puntos de
Reincorporación tienen como objetivo eso, esperar que el Estado colombiano
llegue con la oferta institucional para el cumplimiento del Acuerdo en el tema de
reincorporación (P. Darfur, comunicación personal, 8 de noviembre 2018).
Es así que los NPR surgen, en parte, como resultado del incumplimiento estatal, al igual que de
la necesidad inmediata que pone en riesgo la subsistencia misma de los excombatientes. Aparece
como figura de facto sin respaldo jurídico, pero sí con una existencia concreta en términos
sociales, espaciales, económicos y hasta políticos.
II. El sujeto y la subjetividad
De esta manera, tanto tiempo como espacio se convierten en dos variables fundamentales para
la constitución, desarrollo y comprensión del sujeto colectivo conformado por los
excombatientes. Se ven inmersos en dinámicas históricas particulares territorializadas, y en
diversos niveles, que se hallan en constante movimiento. Se ven inscritos en unos regímenes
legales y sociales que les son ajenos a su realidad de ciudadanos reincorporados, a causa de su
larga estadía en la selva. Estas variables están vinculadas a la colocación del sujeto y a la
consciencia de sí, expresada en su subjetividad. La espacialidad y la temporalidad, lejos de
determinar al sujeto social, lo empoderan permitiéndole actuar en el presente y transformarlo
desde su consciencia. Los excombatientes actúan activamente para intervenir sus condiciones,
su situación en función del proyecto político y social que proclaman y defienden. El presente
potencial se interviene desde la subjetividad con el fin de alcanzar una utopía colectiva. A este
respecto, cabe resaltar que:
El sujeto deviene en una subjetividad constituyente, en la medida que requiere
entenderse en términos de cómo se concretiza en distintos momentos históricos; de ahí
que, al abordar a la subjetividad como dinámica constituyente, el sujeto es siempre un
24
campo problemático antes que un objeto claramente definido, pues desafía analizarlo en
función de las potencialidades y modalidades de su desenvolvimiento temporal
(Zemelman, 2010: 357).

Siguiendo lo anterior, es posible afirmar que ese sujeto colectivo se encuentra dotado de una
subjetividad que puede ser aprehendida y entendida, aunque con dificultad por su movimiento
constante ligado a su historicidad40. Así, por ejemplo, se puede captar desde al menos tres
dimensiones, a saber: la necesidad, la experiencia y la utopía. En este sentido, Zemelman afirma
que: “La necesidad, la experiencia y la visión de futuro, o utopía, conforman mecanismos de
articulación entre los planos micro y macrosociales, en tanto representan diferentes modos de
apertura de la situación más particular del sujeto: la necesidad lo es de una situación de lo
cotidiano. (Zemelman, 1997: 111). Cada una de estas categorías permite acercarse a la
subjetividad y vincularlo al contexto histórico en el que se desarrolla y contribuyen al
entendimiento del presente potencial y de las posibilidades de acción.

El sujeto colectivo de los excombatientes articulado alrededor tanto del partido FARC como de
ECOMÚN se encuentra dotado de subjetividad, la cual se hace asible desde las dimensiones ya
resaltadas. De este modo, se puede hacer sentido con y desde el sujeto tanto de su colocación
como de la consciencia que posee de su proyecto y del mundo. Permite identificar los ejes de
acción en el presente para desde su potencialidad transformar. Es la posibilidad de acercarse a
la utopía. El presente se convierte en el espacio de transformación.
a) La necesidad
Siguiendo los postulados de Zemelman, la necesidad como categoría ordenadora posibilita la
aproximación a esa subjetividad constituyente del sujeto compuesto por los excombatientes de
las FARC. Permite identificar y relacionarse con los aspectos más fundamentales de la
existencia a través del reconocimiento de las carencias para la subsistencia y el desarrollo del
proyecto previsto por el sujeto. El tratamiento de la necesidad posibilita entender desde dónde
se posiciona el sujeto colectivo, cuáles son los puntos apremiantes por transformar, donde yace
la potencialidad en el presente, todo desde el movimiento de la historia en el cual se encuentra
inmerso.
De igual manera, el sistema de necesidades del sujeto no se lee desde las ausencias únicamente,
sino que se encuentra articulado con la utopía, como se resalta:
La gente ve los procesos no en el gran tiempo de la historia, como lo puede ver
un ideólogo, lo ve todos los días. Lo importante es que las personas no vean al
proceso en una lógica clientelista, en una lógica de sobrevivencia sin perspectiva,
sino que lean el proceso en su sistema de necesidades a partir de las políticas que

40
A este respecto se afirma que: “la historicidad plantea que la realidad es un concepto de espacio de
posibilidades que dan sentido a la capacidad de construcción de la práctica humana” (Zemelman, 2011: 21).
25
las están potenciando pero con la perspectiva del proyecto, en el horizonte del
proyecto. Y eso es una lucha fundamental (Zemelman, 2011: 25).

Según esto, la necesidad es una forma de acercarse a la realidad. Su identificación y satisfacción


constituyen un proceso vinculado al proyecto del sujeto colectivo, ya que desde la intervención
se va construyendo el camino hacia la utopía. Se realiza un reconocimiento de los ‘puntos de
activación’ o de potenciación del proceso (Zemelman, 2011:30). Es así que la cuestión de la
necesidad frente al modelo de reincorporación colectivo permite ver que una de las
preocupaciones centrales se relaciona con los recursos, al igual que de los incumplimientos; tal
y como se menciona:
Estamos trabajándole a eso, el riesgo es que realmente no se cumpla. Otro
riesgo, que está pasando es que, al no tener un apoyo económico, algo en que
desarrollar los proyectos productivos, mucha gente se va de donde esta y se va a
trabajar en lo ilegal, entonces, se van a veces, para la delincuencia, ven si se van
a los grupos que se hacen llamar como disidentes. Esos son los riesgos que
afectan el proceso de reincorporación (J. Geranio, comunicación personal, 8 de
noviembre 2018).
Es posible identificar varios elementos que se desprenden de lo anterior. En primer lugar, se
puede observar que la relación con el Estado se encuentra mediada no solo por la necesidad,
sino también por su no satisfacción. Ello es problemático, porque el referente para este
ciudadano reincorporado es el Acuerdo Final y no la Constitución. El deber de la estatalidad de
cumplir, para los excombatientes, no se ve sustentado en el Estado Social de Derecho o la
protección de los derechos de los excombatientes como ciudadanos. El fundamento legal está
dado por lo que ha sido pactado entre las partes41. En este orden de ideas, la necesidad debe ser
suplida en función del Acuerdo, y el incumplimiento del mismo repercute en la no satisfacción
de lo esencial para la subsistencia de ellos y la continuación del proceso. También, se ve como
una violación de los compromisos internacionales que ha adquirido Colombia, sobre todo, ante
los países y organismos garantes y observadores del proceso de paz. De allí se sigue que no es
percibido como un incumplimiento de los deberes constitucionales del Estado, sino de lo
acordado.
Además, una demora en el cronograma de implementación en materia de reincorporación tiene
consecuencias en la cotidianidad de los excombatientes y el futuro del proceso. Los debates
políticos, modificaciones al Acuerdo, incumplimientos, legislaciones modificadas, etc., tienen
un efecto directo en la vida de los ciudadanos reincorporados y del sujeto social que conforman.
Este se encuentra atravesado por las dinámicas políticas, económicas, sociales, culturales,
territoriales, etc., vigentes que limitan el margen de acción del sujeto colectivo y que pueden

41
Así se evidencia en la totalidad de las entrevistas realizadas para el presente trabajo de grado.
26
impactar el presente potencial. De esta manera, la necesidad posibilita identificar los puntos de
acción para transformar ese presente y encaminarse hacia la consecución de la utopía.
El segundo aspecto por resaltar es el desfinanciamiento que presenta ECOMÚN, desde su
comienzo, y las posibilidades de vida de quienes lo conforman. Como ya se ha visto, el proceso
de reincorporación se encuentra atravesado por necesidades materiales concretas, cuya no
satisfacción pone en riesgo la existencia misma de los excombatientes y la estabilidad misma
del proceso. La falta de recursos lleva a sus participantes a buscar otras fuentes de ingreso e
incluso algunos regresan a la ilegalidad. A este respecto se menciona:
ECOMÚN podrá tener mucha voluntad y muchas ganas, pero si no tiene la
solvencia económica para comenzar a generar actividad de nada, igual que
nosotros. Qué nos ganamos con que ECOMÚN sea eficaz o la propuesta sea
eficaz, pero si no tienen la forma económica para culminar el problema, pues no
va a pasar de ahí. Siempre va a estar amarrada, hermano, no va a poder actuar. Si
no puede actuar, usted sabe que aquí todo se resuelve económicamente, y si la
parte económica no está resuelta… (P. Darfur, comunicación personal, 8 de
noviembre de 2018).
Además de la parte económica, los excombatientes manifiestan el elemento esencial de la tierra
que atraviesa las iniciativas productivas y restringe sus posibilidades dentro del proceso de
reincorporación. En palabras de Jean Paul: “No tenemos tierras, ahora no se ha resuelto ese tema
que es como el nudo gordiano, que está en la raíz del conflicto y nosotros ahora mismo” (JP.
Anturio, comunicación personal, 8 de noviembre 2018). En este sentido, se observa la tensión
que genera este asunto no tratado y que limita otros procesos al interior de la reincorporación.
Tal y como lo menciona Laurent:
Hay una cosa muy elemental, y es una petición por todos los ETCR a nivel
nacional y es la tierra. Si no hay tierra, no hay educación, no hay proyectos
productivos sostenibles, no hay salud, no hay vivienda, es muy complicado.
Ahora lo que estamos haciendo son pequeños proyectos como para no quedarnos
quietos, pero totalmente la responsabilidad es del Estado, del gobierno, de que
nos compren la tierra. No estamos pidiendo un latifundio, estamos pidiendo algo,
una granja agrícola, agroalimentaria que nos permita vivir con nuestra familia, es
lo único que estamos pidiendo, y una casa digna y salud, y bueno todo lo
necesario para nosotros (L. Cardamomo, comunicación personal, 8 de noviembre
2018).
La tierra es transversal al modelo que se concibe como fundamentalmente agrícola. El sustento
proviene de la tierra, es el elemento esencial de producción sin el cual no puede operar el modelo
de reincorporación. La cuestión de la propiedad entorpece y dificulta la estabilidad de los

27
proyectos productivos, a la vez que se producen tensiones con los propietarios, generalmente
hacendados, que tienen en arriendo los terrenos como lo resalta Marianne:
Al acabarse esa parte, nosotros según en el Acuerdo aparece que teníamos ya que
hacer uso de la tierra, tener nuestras tierras para empezar a cultivar, para
comenzar a hacerle frente a la vida como tal como una persona normal; pero esa
parte no se ha dado. Nosotros no tenemos la tierra todavía. Hemos tratado de que
nos entreguen la tierra que supuestamente nos corresponde a nosotros, pero a eso
le han puesto una cantidad de trabas tantos las instituciones que están haciendo
eso como los mismos dueños de las tierras, porque claro eso ha sido un negocio,
ya que si la tierra se arrendó, entonces hay un momento que nos dicen que nos la
venden, que luego no, aumentan el precio, todos los días van poniendo un pero
diferente (M. Delacroix, comunicación personal, 8 de noviembre 2018).
Entonces, se presenta un obstáculo para el tránsito que realizan los excombatientes en los ETCR
y las situaciones que acontecen dejan ver las tensiones por el tema de la propiedad. En efecto,
ser ciudadano implica, desde la perspectiva fariana, poder acceder a los medios de producción
y al régimen de propiedad. Es importante la posesión legal de un terreno para garantizar el
sostenimiento de los proyectos productivos y la fuente de ingreso en el largo plazo. Sin embargo,
las dificultades que se han presentado son interpretadas como una muestra del “conflicto por la
tierra” presente en Colombia desde los inicios de la organización guerrillera.
Ello produce incertidumbre, especialmente por la existencia limitada de la figura del ETCR. En
efecto, de acuerdo con el artículo 5 del Decreto 2026 de 2017 se otorga una duración de dos
años a estos espacios, con la posibilidad de ser prorrogados. Es por esto que los excombatientes
se encuentran inquietos y se preocupan por la propiedad de los terrenos sobre los cuales se han
radicado y han desarrollado sus proyectos productivos. Se convierte en una prioridad, y la
necesidad de hacerse con los terrenos de forma legal es un punto fundamental en su agenda. Sin
tierra no hay un futuro previsible para el proceso de reincorporación de carácter colectivo.
También, se entiende dentro de una lógica de resistencia a la paz por parte de distintos agentes
como lo afirma Laurent: “(…) Segundo, son muchos los enemigos de la paz. Los mercenarios
de la guerra no quieren este Acuerdo, quieren seguir arrojando el país a la violencia, a una guerra
sin descanso, a una guerra contra los pobres, es muy complicado” (L. Cardamomo,
comunicación personal, 8 de noviembre 2018). El proceso de reincorporación se entiende desde
la lucha, es un reto y un compromiso. La adversidad no proviene solamente de los
incumplimientos estatales, sino también de la resistencia de los “enemigos” de la paz que, desde
diferentes sectores, entorpecen los programas, alianzas, etc., que se establecen en el marco del
proceso de construcción de paz.

28
Asimismo, la necesidad se ve plasmada en la falta de inclusión, por parte de los distintos actores
como, por ejemplo, las agencias de cooperación, de muchos de los excombatientes en el proceso
que les compete:
O sea, quién más que los excombatientes o los excomandantes conocemos la
situación de cada uno de los muchachos, su salud, las fallas, nosotros sabemos
cómo se le llega al personal, sabemos cómo entrarle a la comunidad; pero llevan
personas desde las ciudades, que no tienen ni conocimiento de ello, ganándose
unos sueldos, pero en la realidad no se ve reflejado, en la práctica, ese trabajo,
por mucha voluntad que tengan. Si se hace un trabajo coordinado con el
funcionario, que tiene los conocimientos, que pueda tener la teoría, pero que le
falta la parte práctica, ya en terreno, coordinado con los que tenemos la
experiencia en terreno, abarcaríamos mucho más en la concreción de la
reincorporación como tal, que se necesita en Colombia (P. Darfur, comunicación
personal, 8 de noviembre de 2018).
Es claro que se presenta una desarticulación entre las intervenciones planteadas y las
necesidades en el territorio, porque el personal técnico, de muchas entidades y organizaciones,
desconoce las realidades de los exguerrilleros, al igual que los aspectos apremiantes de su
cotidianidad. La lógica bajo la cual operan es distinta, debido a que responden a una dinámica
estatal de estándares, procedimientos, trámites, trabajo de oficina, etc., y en los ETCR requieren
soluciones rápidas, prácticas y funcionales. Esta tensión se da por la carencia que tienen los
excombatientes de la experticia técnica y del lenguaje estatal que maneja el funcionario, y la
carencia de este último del contacto con la realidad de los individuos en proceso de
reincorporación.
Se observa un desconocimiento acerca del funcionamiento del Estado por parte de los
excombatientes, quienes estaban acostumbrados a luchar contra este, a resistirlo, pero no a
tratarlo bajo los términos en los que opera. Se presenta la necesidad de conocer, de aprender.
Sin embargo, las formaciones que se ofrecen son, sobre todo, de tipo técnico y relacionadas a la
producción agropecuaria. El acompañamiento técnico acordado no conduce necesariamente a la
trasferencia de conocimientos o capacitación para la formulación efectiva de los proyectos.
Muchos, inclusive, han tenido pérdidas considerables por falencias en su planteamiento. Por
ejemplo, en el ETCR Jaime Pardo Leal en San José del Guaviare se cultivó Maracuyá, pero
como no se había previsto un comprador potencial o hecho un estudio de mercado se perdió la
cosecha, ya que nadie compró el producto. No es solo una cuestión de la tierra, es algo que
abarca las formaciones ofertadas y la formulación de los proyectos. La complejidad abarca la
integralidad del proceso de reincorporación.
Asimismo, cabe resaltar que el tránsito a la vida civil afecta de una manera diferenciada a las
mujeres madres, debido a que la reincorporación se percibe como una oportunidad de reunión y
reintegración familiar. Sin embargo, la paz no trajo de regreso a sus hijos, ya que habían sido
29
absorbidos por la institucionalidad estatal y, algunos, dados en adopción. La necesidad se ve
atravesada o definida por el tema familiar para este fragmento de la población excombatiente:
Eso para nosotros es un problema, porque luego viene criaron a nuestros hijos, y
venir a decir, pues ellos tienen los apellidos de las personas que los criaron, es
todo un trámite que hay que hacer para eso hasta allá lo miran con muy malo
ojos. En su momento, eso las autoridades no lo ven, así como nosotros lo
mirábamos en su tiempo. Todo eso es un proceso (M. Delacroix, comunicación
personal, 8 de noviembre de 2018).
La familia se reestructura y se separa por los acontecimientos que tuvieron lugar en tiempos de
guerra. La reincorporación no puede estar completa sin la reintegración del medio familiar para
el caso de las excombatientes, que se traduce en la tutela de sus hijos. La dificultad que se
presenta se vincula, una vez más, a la institucionalidad estatal. Igualmente, se observa una idea
distinta de la acción de la entrega de los niños, pues mientras para ellas fue darlos
temporalmente, el Estado lo ha interpretado como abandono y, por ende, como algo de carácter
permanente. Ceder a las peticiones de las excombatientes significa transformar las realidades
particulares que han construido los menores en medio de la lógica de la ausencia de sus madres.
Ahora bien, la reintegración familiar no es un tema exclusivo de las mujeres madres, también
ha tenido lugar de forma generalizada entre los excombatientes más allá de su sexo o género.
Una gran parte de ellos ha traído a sus madres, padres, esposos, hermanos, etc., a vivir al ETCR.
Lo anterior genera que las necesidades a las que se ven enfrentados los excombatientes afecten
a toda la familia. Las dificultades de acceso a la salud, las pocas vías de acceso, el
desabastecimiento alimentario, la falta de alcantarillado, entre otros, se convierten en los ejes
que configuran las realidades familiares de los excombatientes. Por ejemplo, se presentan
dificultades para acceder a la prestación de los servicios médicos asistenciales, para adultos
mayores y niños, a causa de las condiciones de las vías de acceso, entre otros.
A esto, se le suman las familias que se han ido formando entre excombatientes. Han conseguido
pareja en el ETCR y han tenido hijos. De manera particular, esto se expresa en los hogares
nuevos que se han conformado y en las necesidades apremiantes que se desprenden de esto. El
aumento de los menores produce nuevas situaciones que deben ser atendidas y que afectan la
rutina, las posibilidades de empleo y las opciones de estudio de los exguerrilleros. También, se
encuentra mediado por el Estado como principal proveedor de servicios y su ausencia o
incumplimientos repercute directamente en la cotidianidad del ETCR, como lo afirma Fleur
Vivente:
El jardín infantil lo mismo. La casa era la finca en la que vivió una vez el
camarada Carlos Antonio, que se adecuó como Jardín infantil, y donaciones de
los suecos, de los alemanes para adecuar el espacio para los niños. Todavía
tenemos un problema de que con el Bienestar no pudimos hacer un convenio,

30
entonces, se necesita una manipuladora y de una persona que se encargue del
cuidado de los niños, y no está. (F.Vivente, comunicación personal, 5 de octubre
de 2018).
El presente familiar se ve en dificultad por el cuidado de los niños y la falta de personal
capacitado a nivel del ETCR, porque los padres ven sus opciones laborales y educativas
restringidas. Deben buscar otras alternativas para cuidar a los infantes, sea quedándose en casa,
dejarlos con vecinos o reduciendo las horas de trabajo. Ello va de la mano con el incremento del
gasto que implica y la insuficiencia de la renta básica para abarcar la totalidad de los gastos. Es
una cuestión que impacta de manera directa la reincorporación.
Otro aspecto central, y que puede ser un agravante, se refiere a la relación con el cuerpo,
específicamente, los mutilados y personas en condición de discapacidad como resultado del
conflicto armado. En este caso, los individuos se ven en una situación que les demanda
instalaciones adecuadas, posibilidades de acceso al mercado laboral, etc., es decir, un enfoque
diferencial de reincorporación. Sus necesidades varían, de cierta forma, de las de los demás
excombatientes. Así se menciona que:
Pero aquí producto de la guerra hay muchos casos de ortopedia, de columna, que
si ha sido más difícil. El tema de los lisiados de guerra es un tema muy
complicado. Algo se les trató de resolver por medio de la Cruz Roja, pero no
totalmente. Por ejemplo, tenemos el caso de un compañero que perdió los dos
brazos, una pierna y tiene problemas con el ojo. Lo de lo ojo no lo cubren, las
prótesis que dan son muy básicas. Pero además del tema de las prótesis como tal,
es el tema de darle posibilidades, ¿no? Trabajo, de trabajar, porque él no tiene las
posibilidades de los otros. (F.Vivente, comunicación personal, 5 de octubre de
2018).
El cuerpo y sus limitaciones no son más que un obstáculo que puede ser superado. Sin embargo,
se requiere de los servicios de salud adecuados y de las condiciones precisas para poder
establecer una base adecuada para lograr una reincorporación efectiva, particularmente, de estos
ciudadanos. La forma en que se ha desarrollado la implementación parece que ha dejado en un
segundo plano a estos excombatientes y sus necesidades especiales. Los programas, planos de
construcción, vías, entre otros, no se encuentran habilitados para quienes Fleur nombra ‘lisiados
de guerra’. Se necesita un programa de inclusión para exguerrilleros en condición de
discapacidad como resultado del conflicto mismo.
Es así que se puede observar la importancia de la necesidad para resaltar la subjetividad del
sujeto fariano. Los miembros que lo integran son conscientes del proceso de reincorporación
integral, de cómo debe desarrollarse, cuáles son los puntos más álgidos y apremiantes que deben
ser intervenidos de manera inmediata. En esta primera esfera se expresa la subjetividad desde

31
las ausencias como parte constitutiva de la realidad social vivenciada por el sujeto, es decir, un
vínculo entre lo “estructural”, objetivo, y la subjetividad.
Se evidencia esa articulación de los elementos de tipo ‘objetivo’ como los ritmos de
funcionamiento estatal enmarcados en la ley42 y en un lenguaje burocrático-administrativo, con
aspectos subjetivos del sujeto social como sus necesidades insatisfechas. Hay una relación
intrínseca que se pone de manifiesto desde la ‘necesidad’. En efecto, lo estructural que proviene,
aunque no únicamente, del aparato estatal, se vincula con lo subjetivo que se vivencia en la
cotidianidad de los excombatientes que componen al sujeto colectivo fariano. También, existen
otros elementos estructurales-coyunturales como el cambio de gobierno, los recursos financieros
limitados con los que cuenta el Estado, la alta concentración de la tierra en pocas manos que se
da en el país, entre otros. Es un entramado que expone una realidad compleja en el que se ve
inmerso el sujeto en proceso de reincorporación.
b) La experiencia
La siguiente categoría ordenadora es la experiencia. Dicha noción permite acercarse, desde un
ejercicio reflexivo del sujeto social, a su colocación. Posibilita la compresión de su experiencia
histórica, su articulación con el presente potencial, todo encaminado hacia la consecución de la
utopía. De ahí que la experiencia adquiera relevancia como aspecto integrador de diferentes
dimensiones que atraviesan al sujeto colectivo. En este sentido, dicha categoría ordenadora
puede ser entendida como: “el plano en el que se despliegan las prácticas colectivas, da cuenta
de la objetivación de lo potencial, de la transformación de lo deseable en posible” (Zemelman
citado por Congreso Nacional de Sociología, 2014: 25). Ese vínculo entre experiencia-utopía,
que se encuentra mediado por la ‘necesidad’, da lugar al entramado complejo que compone la
realidad del sujeto y la transformación posible de esta última desde la potencialidad del presente.
En efecto, como se afirma:
La categoría de experiencia será la herramienta para pensar en “la objetivación
de lo potencial, es decir, de la transformación de lo deseable a lo posible, a través
de sus distintos modos y niveles de profundidad, dando lugar a que la utopía se
convierta en un proyecto mediante el cual se pretenda imponer una dirección del
presente” (Zemelman, 1995a: 17). (Zemelman citado por Retamozo, 2011: 49).

Tanto la necesidad como la utopía están conectadas por la experiencia, ya que esta: “(…) se
refiere a determinados modos de concreción que posibilitan la construcción de proyectos
entendidos como las modalidades en las que las múltiples posibilidades de desenvolvimiento de
la realidad se expresan como opciones posibles/viables” (Paredes, 2013:8). Es así que la
experiencia se convierte en una parte esencial de la utopía, dado que a través de esta se establece

42
Es importante tener en consideración que la Ley es fruto de intereses en pugna y abarca ciertas dinámicas de
desigualdad.
32
el proyecto, la estrategia de acción que relaciona distintos momentos históricos del sujeto.
Asimismo, recurriendo a la necesidad, reúne diferentes niveles (individual, grupal y colectivo),
exponiendo un nexo con la consciencia histórica que posee el sujeto y, por ende, con su
colocación.
En este orden de ideas, es plausible resaltar algunas de las propuestas que permiten ligar al
pasado con el presente y el futuro, desde su relacionamiento con la memoria. Esto posibilita
comprender la colocación del sujeto, al igual que aprehender su consciencia histórica. Aquí se
enmarca la Fundación Semillas de Reconciliación del ETCR Antonio Nariño, Icononzo, una
iniciativa de excombatientes que procura la reconstrucción y la conservación de la memoria a
través de la figura del museo. Su accionar puede ser entendido como una forma de (re)significar
tanto los tiempos de guerra como los de paz. La fundación ha creado una versión temporal o
preliminar del museo bajo el nombre de Campamento de la Memoria Fariana43. A este respecto
se menciona:
Ellos vienen desarrollando un trabajo cultural, pero también en torno de la
memoria. Ellos están trabajando eso. Tienen el tema de danza, teatro, y la idea
ha sido siempre de tener un museo de la memoria. También está en veremos, es
decir, no se ha construido. Lo que hicieron fue adecuar esa casetica un poco para
tener algo. Ellos ahí tenían cómo era un rancha, un aula, unas caletas…
(F.Vivante, comunicación personal, 5 de octubre de 2018).

Foto I: Campamento de la memoria fariana ETCR Antonio Nariño. Foto propia, tomada el 5 de octubre de 2018.

El propósito es reconocer la trayectoria del sujeto colectivo, no olvidar su historia. Desde la


preservación de la memoria, de la reconstrucción de los espacios, e incluso de ciertas prácticas

43
Ver Anexo III.
33
como la ‘minga’44, se busca dar sentido al presente y a la paz. Se conserva la memoria de
aquellos que murieron en la lucha y en la búsqueda de la paz como alternativa posible al
conflicto armado. También, se mantiene la indumentaria usada en tiempos de guerra y se recalca
el valor de la vida. Esto tiene una gran importancia, porque:

La función de la memoria (y su construcción como un imaginario que también


articula la tríada pasado-presente-futuro) es referida de distintos modos por el
autor como manera de abordar la configuración del sujeto y su despliegue en lo
que denomina dialéctica entre memoria y utopía (Zemelman, 2010). El sujeto
social “sintetiza en su experiencia una historicidad y un proyecto de futuro”
(Zemelman citado por Retamozo, 2011:48).

Foto II: Campamento de la memoria fariana ETCR Antonio Nariño. Foto propia, tomada el 5 de octubre de 2018.

44
La minga se refiere a los llamados a trabajar colectivamente en función de un propósito de tipo comunitario.
34
Foto III: Campamento de la memoria fariana ETCR Antonio Nariño. Foto propia, tomada el 5 de octubre de 2018.

Se evidencia la importancia del reconocimiento, del entendimiento y del posicionamiento del


sujeto desde esta expresión particular de su colocación. Se observa la consciencia de sí, y de la
relevancia de mantener en el presente elementos que contribuyen a dar sentido a la realidad
vivenciada. Ellos han luchado por construir esta realidad de ‘paz’, y recordar los tiempos de la
lucha armada les hace más llevadero lidiar con los incumplimientos en la implementación del
Acuerdo por parte del gobierno. Su compromiso con la paz se ve reforzado por el recuerdo de
la guerra y de quienes dieron su vida para llegar a este presente.

Asimismo, la memoria se expresa en la forma en que se han organizado los excombatientes, al


menos para el caso de este mismo ETCR. Retoman fechas y nombres de personajes alusivos a
la organización armada para designar los barrios en los que se han agrupado45. Así, por ejemplo,
como lo menciona Fleur Vivante:

Eso si procuramos que mínimamente esos murales…en cada barrio quedará uno
alusivo a… Por ejemplo, el 22 de septiembre es la fecha de asesinato del Mono,
entonces un mural que diga 22 de septiembre en donde está el mono; aquí es José
María Carbonell, entonces hay un mural en el que está dibujado Carbonell, ¿sí?
Allí es 27 de mayo, entonces alusivo al aniversario FARC. El resto, pues ellos
son gente de acá que quieren expresarse (F. Vivante, comunicación personal, 5
de octubre de 2018).

45
En palabras de Fleur: “aquí son 4 barrios, este de la petaca hacia arriba se llama José María Carbonell; el que
queda aquí a borde de la carretera se llama Brisas de Paz; el que queda de este lado de la carretera hacia abajito 27
de mayo; y el de más abajo, no sé si habías venido antes, que fue donde vivíamos cuando era Zona Veredal, ese el
22 de septiembre, es el que queda en la parte de abajo y es el más grande. (F. Vivante, comunicación personal, 5
de octubre de 2018).
35
Se observa una preservación de la historia de la organización, una vez armada, en los nombres
de personajes, fechas conmemorativas y murales que sirven como referentes de articulación de
la vida comunitaria. Se integra en la cotidianidad, pues hacen parte de los lugares de habitación
y de tránsito diario. Esto demuestra un esfuerzo por reconocer la trayectoria, los ideales y sentido
que enmarcan el rumbo de los proyectos que emprende el sujeto social46. Es una forma de
producción de significado y de reconocimiento de unas raíces comunes. Se presenta un orden
coherente, una disposición del espacio y de su designación que crean sentido.

Entonces, la experiencia individual se ve inmersa en los referentes colectivos desde los cuales
se hace posible la identificación. Se da un doble sentido. El primero se encuentra ligado a la
pertenencia a la organización, a la narración de la historia que los reúne bajo una realidad
compartida. Es lo que significa hacer parte antes de las FARC-EP, y ahora del Partido FARC y
del proceso de reincorporación. En segundo lugar, se establecen las bases y principios que guían
al sujeto colectivo fariano y le da coherencia a su actuar. Las imágenes y nombres reflejan esas
creencias e ideología bajo las cuales se sigue conduciendo el proyecto político y social.

Foto IV: Alfonso Cano, ETCR Antonio Nariño. Foto propia, tomada el 5 de octubre de 2018.

46
Cabe resaltar que existen iniciativas de danza, arte, producción de poemas, etc., que hace parte de su cotidianeidad
y se integran en la llamada ‘hora cultural’.
36
Foto V: Mural de una guerrillera en la selva y de una indígena, ETCR Antonio Nariño. Foto propia, tomada el 5 de
octubre de 2018.

Foto VI: Tránsito de las armas a la palabra, ETCR Antonio Nariño. Foto propia, tomada el 5 de octubre de 2018.

37
De esta forma, se observa la manera en que el pasado se integra al presente, y hace posible la
formulación de un futuro. En efecto, la paz se concibe como un proyecto del sujeto colectivo
fariano y no como el simple resultado de eventos al azar (Ver foto IV). En este orden de ideas,
el compromiso con la construcción de la paz hace parte de la aspiración de la ‘toma del poder’
desde la legalidad. Constituye la base fundamental para la consecución de la utopía del cambio
político, social y económico en Colombia.

Ahora bien, la experiencia vivenciada hasta el momento no implica que se vean atrapados en un
contexto histórico que los limita. Al contrario, se da un empoderamiento y movilización por
afianzar su compromiso con la paz. Se perciben como constructores, como gestores de paz, cuyo
único deber es con la ‘paz de Colombia’ (P. Darfur, comunicación personal, 8 de noviembre de
2018). Asumen un papel activo en la definición de su presente, de tal modo que incluso su
autodefinición se modifica. No son solo ciudadanos reincorporados, son agentes de cambio.

Esto repercute en la manera en que se concibe el sujeto social, pues se define como un sujeto
militante. De hecho, el sujeto milita tanto para lograr un cambio en Colombia como para dar
voz a sus demandas sociales. Lo hace desde su colocación espacial y temporal, en aras de una
reinterpretación del rumbo que debe tomar el país para lograr la transformación. Entonces, la
experiencia del sujeto en proceso de reincorporación se encuentra atravesada por la dimensión
política representada predominantemente por el Partido.
El ala política entra a mediar la definición que hace el sujeto de sí mismo y las dinámicas de
fortalecimiento de los lazos. Tal como se afirma: “Además, está metida la dinámica de
funcionamiento del Partido, entonces, cada barrio es una comuna o una célula, aquí se
denominan comunas, y se hacen reuniones de Partido cada 15 días” (F.Vivante, comunicación
personal, 5 de octubre de 2018). La colocación del sujeto se encuentra ligada a la organización
política que los cohesiona y les da voz en los diversos escenarios del país. Las voces se ven
recogidas por sus representantes y son expresadas en espacios de interlocución con diferentes
actores. La representación y la vocería han sido monopolizadas, en su gran mayoría, por los
antiguos comandantes, lo que permite ver que perdura una fuerte estructura jerárquica al interior
del Partido FARC, posiblemente heredera de la organización armada.

El sujeto social fariano se encuentra en unas dinámicas nacionales de desigualdad, que lo ponen
en desventaja. En algunas regiones del país ser exguerrillero se traduce en ser víctima de
rechazo. Se hace difícil acceder a ofertas laborales, alianzas institucionales o comerciales,
agravado por la limitada formación educativa con la que cuentan. Sin embargo, esto no finaliza
allí. También se dan desigualdades al interior del sujeto, ya que, si bien sus miembros poseen
una renta común como la renta básica, su insuficiencia para subsistir ha generado la búsqueda
de otras fuentes de ingreso aumentando las desigualdades entre ellos. Esto se expresa en la
compra de electrodomésticos, equipos de sonido, televisores, entre otros. También, existen
asimetrías de poder provenientes de esas estructuras jerárquicas ya mencionadas.
38
Por su parte, el ETCR, como figura privilegiada para la reincorporación, tiene implicaciones en
la configuración que se realiza a nivel comunitario. A nivel arquitectónico, las instalaciones se
encuentran distribuidas de tal manera que sigan existiendo espacios comunes de interacción
entre los grupos de individuos que allí habitan. Por ejemplo, los baños, los lavaderos y las
cocinas son lugares de encuentro y de trato frecuente con los demás excombatientes.

Foto VII: Baño, ETCR Antonio Nariño. Foto propia, tomada el 5 de octubre de 2018.

Foto VIII: Lavadero, ETCR Antonio Nariño. Foto propia, tomada el 5 de octubre de 2018.

39
Como se puede observar, existe un complejo de baños y de lavaderos para un grupo determinado
de casas (Fotos VII y VIII). Se constituyen como espacios de socialización. La manera en que
se encuentran construidos los lugares de habitación no se permite la incorporación de baños. Se
convierten en puntos de uso casi obligado. La noción de privacidad se ve transformada, al igual
que el de individualidad. Las necesidades fisiológicas dejan de restringirse a la esfera privada,
y se transforma en un evento que conoce la manzana. Es un modelo funcional que además de
ser un espacio de socialización, es una forma de optimización de recursos y de organización del
terreno. De igual modo, es importante resaltar que es un modelo de construcción replicado en
todos los ETCR, de forma que los excombatientes se encuentran familiarizados con el mismo.
A pesar de los incumplimientos estatales, los habitantes de los Espacios Territoriales han
procurado buscar aliados para la finalización de los pendientes a nivel de infraestructura. Sin
embargo, han tenido experiencias diversas al dirigirse a las alcaldías de los municipios en lo que
se encuentran las veredas. Se podría afirmar que se dan experiencias diferenciadas respecto a la
relación con la institucionalidad dependiendo del territorio en que se hallan ubicados. Depende
tanto de la voluntad política del alcalde como de la habilidad de los excombatientes para plantear
los ejes de intervención y la urgencia de la necesidad.
Las instituciones son posibles aliadas, a pesar de las dificultades que representan para el proceso
en materia de trámites, tiempos y de recursos. Están supeditadas a la voluntad política para poder
articularse al proceso de reincorporación y apoyar a los excombatientes. El valor de la
colectividad entra a relucir en su capacidad para “rebuscársela”, incluso con la institucionalidad.
Esto se ve atravesado por el papel del reincorporado en un contexto de posconflicto, pues se
percibe como gestor de paz que actúa desde las regiones. En este sentido, ellos buscan minimizar
el roce con las instituciones locales y departamentales en aras de conseguir recursos y construir
de forma conjunta.
Cabe recalcar que todo lo mencionado anteriormente tiene un fuerte tinte rural. Esto es
problemático si se entra a considerar a aquellos exguerrilleros de extracción urbana o que buscan
desarrollar su proyecto de vida en la ciudad. El modelo de reincorporación si bien no es
exclusivamente rural, sí lo es predominantemente. Así, no da buenas opciones a quienes no se
proyectan en el campo, aunque existen cooperativas de ECOMUN que tienen cobertura nacional
y su objeto no es meramente agropecuario como el caso de NCNoticias.
Por otro lado, los reincorporados se siguen percibiendo dentro de una lucha. Existe un debate
sobre cómo autodesignarse pues no son excombatientes, sino combatientes en búsqueda de un
cambio político, económico y social en Colombia. Ya no usan las armas, sino la palabra. A este
respecto, se enuncia:
Nosotros los exguerrilleros, o al menos, yo soy uno qué peleo porque no seamos
excombatientes, sino más que todo exguerrilleros, porque el combate continúa
con la palabra, la lucha es la misma y la meta por conquistar un nuevo país y
nuevas oportunidades para la gente sigue siendo la misma de la otra forma, que
40
ya existía, pero cobra mayor vigencia, la vía política (J.Geranio, comunicación
personal, 8 de noviembre de 2018).
La figura del guerrillero sigue vigente como referente del ‘ser combativo’. No es un retomar las
armas, es más bien una fuente de inspiración y de valor para continuar en la vía que han ido
construyendo y trazando desde la paz. Son militantes de la paz. El combate tiene lugar en los
espacios institucionales y a través de los medios constitucionales. La lucha armada sirve de
recuerdo y de motivación para continuar con su compromiso de reincorporación a la vida civil.
De esta manera, se puede entender la forma en que el sujeto colectivo se percibe y se posiciona.
La paz es un proyecto colectivo y la determinación por continuar con la reincorporación, incluso
en la adversidad, es un peldaño que los aproxima a la consecución de la utopía. Definirse desde
la militancia expresa la consciencia de sí y de la apropiación de su propia historia. El
combatiente vive desde la legalidad, inspirado por la figura del guerrillero y por las posibilidades
de cambio, posicionándose en la potencialidad del presente. La transformación es un sendero
difícil que implica resistencia, audacia, cohesión y compromiso con el proyecto político, social
y económico planteado en el Acuerdo de Paz.
La lucha no se limita a continuar con la reincorporación, significa adoptar la integralidad de
medidas para la construcción de la paz. El sostenimiento del sujeto colectivo depende tanto de
la voluntad de sus miembros como de las condiciones esenciales para que se desarrolle
adecuadamente. Esto involucra aspectos estructurales como subjetivos, según se abordó
anteriormente. La necesidad es un eje esencial para la comprensión y la aprehensión de la
subjetividad. A esto se le suma el papel de la experiencia como categoría que permite indagar
en la colocación y consciencia que tiene el sujeto de sí y de su proyecto. Ambos conceptos
ordenadores posibilitan aproximarse y profundizar acerca de la construcción de “utopía” que
persigue el sujeto colectivo, como se trata en el siguiente capítulo.
Reflexión
De acuerdo con lo discutido hasta el momento, se puede observar un recorte de realidad que
expone la articulación de varias dimensiones conectadas entre sí y que dan sentido al proyecto
de los exguerrilleros. El modelo de reincorporación permite la consolidación de un sujeto
colectivo cohesionado por las dinámicas partidarias, sin desconocer la relevancia de otras
esferas como la económica, social, cultural y estatal. La transformación de la organización
armada en organismos como el Partido FARC y ECOMUN involucran procesos complejos que
se dan en diversos niveles que van desde lo local hasta lo internacional. Todo esto se da de forma
tal, que permite resignificar y construir sentido reconociendo la trayectoria del sujeto colectivo.
Las categorías ordenadoras de sujeto colectivo, necesidad y experiencia permiten acercarse a la
subjetividad y a la comprensión de la utopía. Cada una aporta a la ‘aprehensión’ del proyecto
del sujeto desde la comprensión de su colocación en el presente. La ‘consciencia de sí’ se
observa no solo en el reconocimiento de su trayectoria a través de la memoria, también se da
41
desde la identificación de las necesidades, de las complejidades que implican y de su
relacionamiento con otros actores. Es un ejercicio reflexivo que tiene lugar desde la experiencia
y posibilita reconocer los ‘puntos de activación’ fundamentales para el proceso de
reincorporación y, en el largo plazo, para la consecución de la utopía.
Así, el presente es el espacio de acción privilegiado. Es el lugar de intervención y de definición.
Sin embargo, no está determinado. Se encuentra inscrito en unas dinámicas y contextos
cambiantes en los cuales se van dando condiciones que facilitan u obstaculizan el desarrollo del
proyecto. Esto expone el entramado de relaciones complejas que tiene lugar y afectan las
opciones de acción. La potencialidad tiene lugar no desde lo deseable sino desde el margen de
acción que permite la intervención del sujeto, considerando su colocación. Esto vincula
múltiples niveles territoriales, temporalidades y actores (ver Figura I) que van contribuyendo a
la formación de la realidad del sujeto colectivo.
Las necesidades, junto con la experiencia, son una puerta de entrada a esa subjetividad desde la
cual se le atribuye sentido a la utopía y a la potencialidad del presente. La cotidianidad de los
exguerrilleros que componen al sujeto colectivo es lo que permite el establecimiento de
prioridades y ejes de intervención, incluyendo consideraciones espaciotemporales. En efecto, el
proyecto requiere de las condiciones materiales necesarias y suficientes para que pueda
desarrollarse, esto se traduce en una búsqueda de recursos y en relaciones con actores diversos
como los gobiernos locales.
También, se puede señalar que el proceso se encuentra atravesado no solo por la necesidad, sino
por su insatisfacción evidenciado en la experiencia. Esto hace que se den unas dinámicas de
adaptación, produciendo nuevas figuras como los NPR, ya mencionados, que conducen al sujeto
a entrar en tensión entre su definición colectiva y la individualidad de sus miembros. Asimismo,
se reconoce que la dejación de armas no implica dejar el combate, por lo que se definen como
exguerrilleros y no como excombatientes. Lo anterior expone la colocación del sujeto en su
temporalidad, lo cual le permite actuar e intervenir el presente desde su potencialidad en aras de
alcanzar la utopía.

42
CAPÍTULO 2
De lo alternativo a una alternativa: la utopía del sujeto colectivo fariano
"Es gracias a los proyectos que el sujeto establece una relación con la realidad, que se apoya
en su capacidad de transformar esa realidad en contenido de una voluntad social, la cual, a su
vez, podrá determinar la dirección de los procesos sociales" (Zemelman, 2011: 38).

En este capítulo se pretende hacer una aproximación al proyecto utópico del sujeto colectivo
fariano, siguiendo las declaraciones epistémicas de Zemelman. Se retoma la subjetividad del
sujeto, abordada en el capítulo anterior y, recurriendo al concepto ordenador de desarrollo, se
realiza un acercamiento al proyecto y a los niveles de realidad que se articulan en la apuesta que
hacen los exguerrilleros.
Introducción
La utopía es una de las categorías centrales para articular dos puntos fundamentales, a saber: 1)
la temporalidad (pasado, presente y futuro) del sujeto social dentro de su historicidad; y 2) su
colocación desde la consciencia de su proyecto con la potencialidad del presente. Permite
entender no solo hacia donde busca dirigirse el sujeto, sino que, desde el reconocimiento de su
historia, de su emplazamiento histórico, se hace posible comprender y se pueden definir sus
prioridades para intervenir su realidad con el fin de alcanzar su objetivo último. La utopía es la
que conecta a la necesidad con la experiencia como referentes para aprehender47 la subjetividad,
el presente y su potencialidad (Paredes, 2013:7). No obstante, no se propone una definición
estática de la realidad desde estas nociones, ya que el movimiento histórico hace que la realidad
como entramado complejo de relaciones se encuentre en constante transformación. Se hace un
esfuerzo por captarla y categorizarla, pero la realidad desborda las categorías teóricas.
Se intenta realizar un reconocimiento de las posibilidades y se establecen las directrices o
principios bajo los cuales se dirige el modelo y se constituyen los cimientos de ese proyecto
colectivo; se despliegan y construyen mecanismos de interlocución, al igual que se establecen
canales de acción para la puesta en marcha del cambio. Es un sujeto influenciado por su
trayectoria y contexto, que va perfilando activamente la construcción de su futuro.
I. La utopía: entre una alternativa al desarrollo y un desarrollo alternativo
La propuesta de ECOMUN es parte integral de la utopía del sujeto colectivo fariano. Se concibe
como un modelo de reincorporación y se proyecta, en el largo plazo, como una alternativa
productiva al “viejo modelo neoliberal”48. Se dirige por los principios ya mencionados49 y se

47
La aprehensión se concibe como: “la “capacidad del razonamiento para reconocer campos de objetividades
posibles, antes que circunscribirse a la organización en contenidos estructurados teóricamente” (Zemelman 1992a:
183)” (Zemelman citado por Andrade y Bedacarratx, 2017: 41).
48
Como ya fue mencionado en el capítulo anterior.
49
Como ya fue mencionado en el capítulo anterior.
43
enmarca en unas lógicas participativas, comunitarias y solidarias que pretenden dar un nuevo
sentido al “desarrollo” como categoría directriz de los esfuerzos gubernamentales. No obstante,
existe una tensión en la comprensión de esta noción, ya que mientras para los exguerrilleros se
relaciona con el bienestar definido desde las oportunidades, posibilidades y condiciones
necesarias para llevar a cabo un proyecto de vida colectivo e individual con el apoyo estatal
(R.Mercury, comunicación personal, 8 de noviembre de 2018); el gobierno lo entiende como el
mejoramiento del nivel de vida de los ciudadanos desde el crecimiento económico, reducción
de las desigualdades, ‘explotación sostenible del ambiente’ y lucha contra la pobreza (Hous,
2007) vinculado a los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS)50 como se puede constatar en
el documento Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2018-202251.
Ahora bien, la disonancia entre concepciones expone la oposición entre dos visiones distintas
de la realidad del país, del proyecto económico que debe seguir, de los modos para
‘desarrollarlo’, del papel del Estado respecto a la población, del régimen de propiedad, entre
otros. En este orden de ideas, el proyecto de FARC, como sujeto colectivo, de lograr la ‘toma
el poder’ por medios legales se convierte en un medio para conseguir la utopía, esto es, una
“Colombia digna y justa” (Consejo Nacional de los Comunes III sesión plenaria, Acta, 14 de
diciembre de 2018), igualitaria, respetuosa del disenso político y con oportunidades para todos.
Sobre esto, se menciona:
Yo me quedo sorprendido con las calles de Bogotá hermano. Yo nunca me
imaginaba, o nunca nosotros en la guerrilla nos imaginábamos de lo que estamos
mirando, una sociedad, no toda, una gran parte, una sociedad lumpen, con bajos
niveles de vida, bajos niveles de cultura, y eso no puede existir. Temas de
capitalismo, ¿no? Entonces, nosotros en este momento sí estamos haciendo en
las regiones ayudando a transformar. Comenzamos desde los colegios, desde las
escuelas, con esta transformación, dando charlas, con pedagogía; y cómo
nosotros como exguerrilleros de las FARC soñamos un mejor país
(L.Cardamomo, comunicación personal, 8 de noviembre de 2018).

De hecho, se percibe una trayectoria, predominantemente, errónea en materia de intervención


estatal en sectores como el agropecuario52 y, particularmente, de la forma en que se ha abordado
el desarrollo en la política pública. Esto no se afirma desde la ideología, únicamente, sino que
se considera desde los resultados visibles de las políticas que se han implementado en el sector
de la salud o de la educación53, entre otros. No obstante, es necesario reconocer el papel de la
ideología dentro del proyecto utópico, dado que contribuye a la definición de las estrategias y

50
Ambas visiones no son contradictorias. Sin embargo, difieren en los elementos que priorizan.
51
Es un documento de acceso público, se encuentra la página del Departamento Nacional de Planeación (DNP).
52
Ver por ejemplo el caso de AgroIngreso Seguro.
53
Por ejemplo, la implementación de la Ley 100 sobre la salud ha sido defectuosa. En el sector educativo se ve una
desfinanciación de la universidad pública, y las movilizaciones estudiantiles dan muestra de ello, etc.
44
medios para su consecución. Esto se articula con las temporalidades y necesidades apremiantes
en la construcción de las bases de la utopía, siguiendo la experiencia y la trayectoria del sujeto.
Las oportunidades de acción se van dando, dependiendo, en parte, de los contextos, actores,
recursos, etc., al igual que del sentido que imprime a la realidad el sujeto en concordancia con
la ideología. De este modo, se afirma que:
(…) es necesario precisar que el fin de las acciones no se restringe al concepto
de metas inmediatas, sino que forma parte de una concepción ideológica acerca
de los alcances posibles de las acciones realizadas. Así, el fracaso o éxito de estas
últimas define nuevos campos de opción posibles (Zemelman, 2011: 131).
A pesar de los muchos años de conflicto, los excombatientes perciben, también siguiendo el
discurso ideológico, que las condiciones que dieron origen a la lucha armada siguen vigentes.
El proyecto de cambio de los exguerrilleros muestra una consciencia de su posición en el
contexto nacional y les permite tomar postura. Por esto, consideran que es necesario seguir
combatiendo, pero con otras herramientas:
Los objetivos siguen siendo los mismos, porque los problemas sociales siguen
siendo los mismos, aún con mayor intensidad se siguen viviendo en el país.
Entonces, todos estamos completos de que el camino es buscar llegar allá, ya no
a través de la fuerza, sino por medio de la palabra y de las ideas y el debate
(J.Geranio, comunicación personal, 8 de noviembre de 2018).
La visión de desarrollo manejada por el sujeto colectivo fariano tiene un tinte político y social;
es una apuesta para la construcción de la utopía, de una nueva realidad. Por esto, los esfuerzos
tanto de ECOMUN como del Partido van encaminados a tejer una red de economía solidaria
que les permita crear sentido y dar forma a unas dinámicas económicas alternativas, aunque no
ajenas, en principio, al sistema capitalista imperante. Se trata de ir construyendo en todos los
niveles con las comunidades, resignificando y redefiniendo los ejes de acción, al igual que su
finalidad. A este respecto, se afirma que:
Actualmente, en el Plan Estratégico de ECOMÚN se estipula que el proceso se
dé en tres niveles: territorial, regional y nacional. El primero se compone por las
cooperativas de base, las cuales se volverán empresas. El segundo nivel pretende
la constitución de una federación; y el tercero de una confederación de economía
solidaria. Esta última va de la mano de la creación de un sistema cooperativo de
economía solidaria, que permita construir una economía propia en el marco de
un modelo alternativo al viejo modelo neoliberal (Germán Moreno,
comunicación personal, 17 de agosto de 2018).
De este modo, el modelo de reincorporación busca convertirse en un foco para la consolidación
de un proyecto más amplio, a saber, un movimiento de base que permita redireccionar las lógicas
‘neoliberales’ bajos las cuales opera la estatalidad. Es una transformación en la interpretación
45
de la economía, ya que se aleja de una visión clásica o neoclásica54, y busca redefinir el papel
del Estado colombiano respecto a la población. Todo se plantea en función del fortalecimiento
y beneficio del ‘común’. Sin embargo, no se limita a lo económico, es un cambio integral como
se menciona:
Bueno, estamos hablando de una transición en lo político, en lo económico, en lo
social, en lo cultural que el Acuerdo es un punto de partida muy importante para
lograr unas transformaciones estructurales en Colombia. En esa medida en que
se logre, también se afianza la democracia y creo que nosotros como partido
vamos a ir creciendo, vamos a ir montándonos con sectores para avanzar en este
proceso de paz que es nuestra principal bandera política. Es decirle a la gente,
venga, esto es de todos y vamos a construir, todos, un nuevo país, aquí hay un
partido que está comprometido con el progreso de Colombia, con el desarrollo.
Acompañémonos, juntémonos, aliémonos, vamos a cambiar la política en
Colombia. Nosotros no hemos cambiado el objetivo, nuestro objetivo es la toma
del poder, sigue siendo. Lo que pasa es que lo vamos a hacer por otros medios,
ya no por la lucha armada, pero esa es nuestra visión, el poder acompañados de
la gente del común (JP. Geranio, comunicación personal, 8 de noviembre de
2018).
Se pueden identificar varios puntos de gran relevancia. El primero es que la utopía de una
‘Colombia digna y justa’ se encuentra atravesada por cambios en diversas áreas y requiere
modificaciones de tipo estructural, lo cual implica un proceso complejo de identificación de los
aspectos a reformar y de las oportunidades que se dan. Es el reconocimiento desde el presente
de esa potencialidad para la transformación dentro del contexto histórico en el que se posiciona
este sujeto social. En segundo lugar, se expone una aproximación de ‘política desde abajo’, en
la que se construye con las ‘personas del común’. Esto pone de manifiesto una apuesta por una
forma democrática participativa, incluyente, abierta y diversa. En tercer lugar, se hace referencia
al desarrollo como una idea de progreso, aunque tiene un tinte democrático y se encuentra ligado
a lo mencionado anteriormente. Finalmente, se resalta el papel de los medios legales para la
consecución del proyecto.
Ahora bien, la forma en que se ha planteado el modelo de reincorporación y su vínculo con la
utopía hace posible preguntarse sobre la manera en que puede ser entendida la iniciativa de
ECOMUN. No es solo acerca de la interpretación que se hace de la categoría de desarrollo,
también se refiere a su significado y a sus implicaciones. Dentro de la definición que hacen los
excombatientes se busca mostrar el modelo como algo de carácter alternativo, que se integra y

54
Estas posturas se definen desde la reducción del papel del Estado, el libre mercado, etc. Entre los principales
autores cabe destacar a Smtih y a Ricardo. Se recomienda leer Milonakis, Dimitris and Ben Fine (2009), From
Political Economy to Economics. Method, the social and the historical in the evolution of economic theory,
capitulos 1 al 4.
46
diferencia de algo ‘tradicional’55. No obstante, Siguiendo a Gudynas, se puede hacer una
diferenciación entre dos formas de entenderlo:
Esto hace que sea necesario distinguir entre los “desarrollos alternativos” de las
“alternativas al desarrollo”. El primer caso sirve para las distintas opciones de
rectificación, reparación o modificación del desarrollo contemporáneo, donde se
aceptan sus bases conceptuales, tales como el crecimiento perpetuo o la
apropiación de la Naturaleza, y la discusión se enfoca en la instrumentalización
de ese proceso. En cambio, las “alternativas al desarrollo” apuntan a generar
otros marcos conceptuales a esa base ideológica. Es explorar otros ordenamientos
sociales, económicos y políticos de lo que veníamos llamando desarrollo.
(Gudynas, 2011:42)
Si bien el sujeto colectivo fariano hace una propuesta que pretende hacer contrapeso,
fundamentalmente, desde el cooperativismo a un sistema que pone en desventaja al productor,
es importante mencionar que los modelos solidarios como las asociaciones, fundaciones,
mutuales, precooperativas y cooperativas son figuras reconocidas y reguladas por la Ley. Estas
formas de economía social y solidaria son llamadas ‘alternativas’56 porque ponen en el centro
valores como el bien común, la propiedad colectiva y le da prevalencia a la ‘colectividad’ que
la integra sobre los intereses particulares en un sistema que privilegia la competencia y la
individualidad (IDEPAC y UAEOS, material curso organizaciones solidarias, abril de 2018).
Sin embargo, dichas figuras se encuentran inscritas en regímenes legales y son absorbidos por
la estatalidad al ser reguladas por la UAEOS57 y la Superintendencia de la Economía Solidaria.
En este sentido, se puede afirmar que ECOMUN responde a un desarrollo alternativo, en
principio.
Ahora bien, es necesario considerar que para llegar a la utopía se debe construir el camino que
conduzca a ella. Por esto, se dan distintas intervenciones y estrategias para ir sentando las bases.
Es un ejercicio que implica reflexión desde la colocación, teniendo en cuenta la necesidad y la
experiencia. La subjetividad es el punto central para la comprensión y formulación de los ejes
de acción, según los movimientos y transformaciones contextuales-coyunturales. La

55
Esta conceptualización se hace desde lo ideológico, ofreciendo un marco interpretativo de la realidad del país.
Se crea una trayectoria coherente, que les permite diferenciar su proyecto y justificar la necesidad del mismo.
56
Siguiendo a Crétiéneau (2010) el desarrollo sostenible, como forma de desarrollo alternativo, ofrece un campo
en el que se puede inscribir la economía social y solidaria, debido a que integra otras dimensiones más allá de las
económicas. Tiene un carácter ambiental, social, humano y político que redefine las aproximaciones al desarrollo.
El desarrollo sostenible, entendido como una forma alternativa, ha cobrado fuerza desde los años 80 (Hous,
2007:700) y se ha instaurado como parte vital de la agenda internacional con los Objetivos del Desarrollo Sostenible
(ODS). Esta manera de comprender el desarrollo, vinculado a la lucha contra la pobreza (Hous, 2007), reconoce la
importancia del crecimiento económico responsable en función de la preservación de los recursos naturales. Para
ello, hace una apuesta para unir el desarrollo como discurso universal a las dinámicas locales para erradicar la
pobreza, conservar el ambiente y fomentar el desarrollo ‘humano’, siempre dentro de un marco democrático,
otorgándole una connotación política de carácter ‘occidental’.
57
Es la Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidaria.
47
temporalidad es importante, porque la intervención desde la potencialidad del presente se
encuentra inscrita en unas lógicas que se proyectan a largo plazo, es decir, la acción hace parte
de un proceso. De acuerdo con Hugo Zemelman:
Se intenta, asimismo, recuperar los diferentes tiempos de un proyecto político, lo
que, desde el punto de vista conceptual, puede expresarse como el problema de
lo táctico y estratégico. Esta idea nos lleva a distinguir el fin inmediato de una
acción en el contexto de una finalidad a largo plazo (Zemelman, 2011: 131).
Según esto, lo alternativo puede verse desde otro nivel, como proyecto a largo plazo, y se refiere
a la integración que se hace del cooperativismo para crear un modelo alternativo que haga
contrapeso al consolidarse como una confederación solidaria; en otras palabras, el objetivo
representa una reconceptualización del desarrollo, que se traduce en una ‘alternativa al
desarrollo’. La cuestión radica en que, para alcanzar dicha meta, se utilizan medios y figuras
legales que son parte de las conceptualizaciones estatales promovidas, en parte, desde los
organismos internacionales. Se promueve la ‘solidaridad’ con los propósitos y marcos
propuestos por el Estado. Los cambios e innovaciones se hacen bajo el lenguaje estatal y es
absorbido en la lógica burocrática. A este respecto, cabe mencionar el Plan Nacional de Fomento
a la Economía Solidaria y Economía Rural 2017-2032 (PLANFES), que surge como fruto del
Acuerdo de Paz.
Dicho Plan conforma, de una manera coherente, un marco que brinda sentido a la economía
solidaria, en el contexto de posconflicto, desde lo estipulado en la Ley 454 de 1998, dando la
siguiente definición:
Sistema socioeconómico, cultural y ambiental conformado por el conjunto de
fuerzas sociales organizadas en formas asociativas identificadas por prácticas
autogestionarias solidarias, democráticas y humanistas, sin ánimo de lucro para
el desarrollo integral del ser humano como sujeto, actor y fin de la economía (Ley
454 citada por PANFLES, 2017: 12).
El desarrollo se concibe de forma integral y algo dirigido al ser humano. Se propone una visión
en la que el propósito de la economía no es el crecimiento, sino la centralidad del sujeto. Se
propugna por la realización subjetiva del bienestar y del fortalecimiento de los lazos
comunitarios. Es un desarrollo integrado al proyecto de vida de la colectividad, incluso hay
quienes podrían afirmar que se trata de un desarrollo particularizado o localizado. En efecto,
desde la descentralización se apuesta por el desarrollo local, de manera articulada al ‘progreso’
nacional (Dubresson y Fauré, 2005). La propuesta del PLANFES está dirigida a apoyar el
cambio estructural que se ha postulado en la Reforma Rural Integral pactada en el Acuerdo.
Lo anterior se encuentra en concordancia con otras figuras que se han formulado en el mismo
Acuerdo, tales como los Planes para la Transformación Regional (PTR) o los Planes de
Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET). Son iniciativas que propugnan por una intervención

48
focalizada y caracterizada por un enfoque participativo, es decir, son concebidas junto con la
población. De este modo, la propuesta de una reconceptualización de la noción de desarrollo es
‘parcial’, debido a que retoma los elementos institucionales que posibilitan su contextualización,
justificación y operacionalización, aunque a nivel más amplio pretende un cambio estructural
que involucre a las ‘personas de base’.
Esto no se encuentra aislado del presente y futuro del sujeto colectivo compuesto por los
exguerrilleros. De acuerdo con el censo realizado en 2017 por la Universidad Nacional a los
excombatientes, el 66% es de origen rural y al menos el 60% expresa el deseo de trabajar en el
campo58 (UNAL, 2017, Censo a excombatientes). Por lo tanto, ese tipo de iniciativas afectan
directamente el proyecto de reincorporación de los exguerrilleros, dado que puede beneficiar o
afectar negativamente las condiciones materiales para su proceso y su proyecto a largo plazo
según la vocación, principalmente rural, de ECOMUN, como ya fue mencionado.
a) Entre la paz y el desarrollo
Dentro de los esfuerzos por conseguir una ‘Colombia digna y justa’, se ha señalado la necesidad
de generar un cambio estructural en diversas áreas, incluyendo una transformación de la
estructura agraria59. En este sentido, el Acuerdo Final integra seis puntos, que en su conjunto
componen las bases para el proyecto de transformación que buscan los exguerrilleros. Así, se
enuncia que:
Entonces, tenemos, por ejemplo, el punto 1 de la tierra, que está en la raíz misma
del conflicto colombiano. Tenemos el punto dos, el tema de participación política
que es otro que va aparejadito con el tema de tierras, no solo de tierras, pero
ah…participación política, la ampliación de la democracia que se le debe también
garantizar a todos los campesinos, aparte de todas esas personas que no tienen
tierras, que no han tenido una vocería política, están excluidos. También, han
sido violentados por eso, por ejercer una actividad de oposición, por pensar
distinto. El fin del conflicto que es el punto tres, ya estuvo el cese al fuego, la
dejación de armas, estamos tratando ahora el tema que es muy importante y es el
de las garantías de seguridad, no solo para participar en política, sino para
preservar la vida de los reincorporados de la comunidad fariana, también de los
líderes sociales, defensores de derechos humanos, de los reclamantes de tierras,
que como hemos visto estos últimos tiempo, a pesar de haber firmado el Acuerdo,
no ha disminuido la intensidad de la agresión contra esas personas (…) (JP.
Anturio, comunicación personal, 8 de noviembre de 2018).

58
Se censaron a 10015 personas exintegrantes de las FARC, de las cuales 77% son hombres y 23% mujeres
Actualmente esta cifra difiere con la OACP que cuenta con al menos 12500 excombatientes acreditados y
notificados (OACP citado por OEI, junio 2018).
59
Se busca reducir la brecha entre el campo y la ciudad.
49
Estos puntos se unen para conformar una visión de desarrollo, en la cual se observa una conexión
entre ruralidad y democracia. Los excombatientes ven al campesinado como marginado de la
política. Es muestra de una democracia imperfecta, que ha permitido la violencia contra los
campesinos y les ha limitado sus posibilidades de acceso a la tierra como factor de producción
elemental. De esta manera, se hace necesario intervenir para que los marginados puedan tener
las garantías que aseguren el respeto de sus derechos y los medios para tener una vida digna,
incluyendo la participación política. Igualmente, dicha democracia debe consolidarse desde la
diversidad, respeto y apertura, porque las garantías de seguridad no son suficientes para el
ejercicio de la oposición o del disenso político60.
La reincorporación no es un proceso simple e involucra una pluralidad de actores con intereses
diversos. Están sujetos a contextos cambiantes y a relaciones complejas con otros actores.
Conforman una red que tiene al centro a ECOMUN y a los excombatientes miembros. Todos se
ven reunidos bajo el propósito de construir una paz estable y duradera, a la vez que (re) producen
discursos operativos que facilitan la intervención y configuran la realidad. En efecto, la
reincorporación es un espacio de resistencia, lucha y esperanza, que varía y se articula con la
realidad en movimiento. El Acuerdo es tan solo una parte de un proceso complejo en desarrollo.
Asimismo, los 6 ejes acordados se encuentran atravesados por tres enfoques transversales, a
saber: étnico, de género y territorial. Cada uno de ellos permite comprender ciertos aspectos que
contribuyen al proyecto y utopía del sujeto colectivo, a la vez que facilitan la articulación con
la política pública y la agenda internacional de los ODS. Por ejemplo, el reconocimiento de los
pueblos étnicos como actores relevantes en el conflicto y la importancia de su participación para
la construcción de una paz estable y, por ende, de la utopía, se articula con el ODS 16 ‘Paz,
Justicia e Instituciones Sólidas’. También, el enfoque de género facilita la creación de medidas
especiales para las mujeres en un ‘contexto de posconflicto’, dándoles prioridad y facilitando el
fomento de la ‘Igualdad de Género’, ODS 5. La perspectiva territorial trata diversas aristas y se
relaciona con Objetivos tales como 1 ‘Fin de la Pobreza’, 2 ‘Cero Hambre’, 10 ‘Reducción de
las Desigualdades’, entre otros.
En este sentido, la forma de comprender el desarrollo implica tomar medidas para incluir la
diversidad y la igualdad con un lente que se integre a las necesidades locales. No va en contravía
de la visión estatal, solo la redefine y complementa. En un primer momento se puede
conceptualizar como un desarrollo alternativo, que operacionaliza y aterriza el ideal de
desarrollo a los procesos locales. Sin embargo, en una segunda etapa busca consolidar una
‘alternativa al desarrollo’ al dar forma a la red de organizaciones solidarias con la cual se
pretende dar un nuevo sentido a la economía, a las relaciones sociales, culturales y políticas.

60
De acuerdo con el informe de la Defensoría del pueblo, se han registrado 343 asesinatos de líderes sociales y de
defensores de D.D.H.H., entre el 1 de enero de 2016 y el 22 de agosto de 2018. Ver Anexo IV.
50
Dentro de los esfuerzos por operacionalizar esta iniciativa, el Acuerdo de Paz establece en los
elementos pactados la formulación y puesta en marcha de los Planes de Desarrollo con Enfoque
Territorial (PDET), una iniciativa para fomentar la transformación de las zonas rurales
golpeadas por las desigualdades, el conflicto y el abandono estatal. Se busca intervenir con el
fin de atacar problemas de fondo que han nutrido el conflicto históricamente61. Su objetivo se
define de la siguiente manera:
el objetivo de los PDET es lograr la transformación estructural del campo y el
ámbito rural, y un relacionamiento equitativo entre el campo y la ciudad, de
manera que se asegure: 1) el bienestar y el buen vivir de la población en zonas
rurales (…); 2) la protección de la riqueza pluriétnica y multicultural (…); 3) el
desarrollo de economías campesina y familiar (…) y de formas propias de
producción (…); 4) el desarrollo y la integración de las regiones abandonadas y
golpeadas por el conflicto (…); 5) el reconocimiento y promoción de las
organizaciones de las comunidades (…); y 6) hacer del campo colombiano un
escenario de reconciliación (Acuerdo Final, 24 de noviembre de 2016: 21-22).

De acuerdo con el Decreto Ley 893 del 2017, los PDET se integran a los Planes para la
Transformación Regional o PTR, de tal modo que se observa una articulación entre los distintos
niveles de intervención. Los ETCR se encuentran inscritos en estas zonas priorizadas, formando
un entramado complejo que da voz a las comunidades, pero estas son plasmadas o recogidas por
agencias estatales como la Agencia para la Renovación del Territorio (ART). Dichos planes son
un espacio de encuentro entre los objetivos del Estado y las necesidades locales y regionales,
incluyendo las de los excombatientes.

La dimensión territorial es esencial para el proyecto de los exguerrilleros y, en principio, tanto


los PDET como los PTR fortalecen el proceso de reincorporación y posibilitan el acercamiento
a la utopía desde la construcción de la paz. Una parte del proyecto de los excombatientes se
encamina a que los ETCR se conviertan en centros poblados, caracterizados por un modelo de
administración y gestión autónomo. Esto va de la mano con los proyectos productivos y las
dinámicas particulares de organización que acarrean. El sujeto colectivo se concibe anclado,
aunque no atrapado, en dichos Espacios. Son los lugares privilegiados para el despliegue del
modelo:

La apuesta es que esto sea convertido en un centro poblado. Ya funciona así


prácticamente. Es un pequeño pueblito a diferencia de la vez anterior, en la que
todo el mundo cumplía horario militar, 4:50 am todos levantados, en formación,
orden del día. No, es como un pueblo, donde cada uno de acuerdo con los

61
Los criterios para la priorización de los territorios son: 1) nivel de pobreza; 2) grado de afectación derivado del
conflicto; 3) debilidad de la institucionalidad administrativa y capacidad de gestión; 4) presencia de cultivos de uso
ilícito y de otras economías ilegitimas” (Acuerdo Final, 2016:22).
51
compromisos que tenga y las tareas a desarrollar, mira a qué horas se levanta o
acuesta. A diferencia de la Zona Veredal, que llegaba uno y estaba toda la gente
ahí… ya tú ves que cada no está en su rutina diaria, en su casa, con su familia,
los proyectos tienen su propia dinámica cada uno (F.Vivante, comunicación
personal, 5 de octubre de 2018).
Como se ha podido observar hasta el momento, la utopía tiene un tinte predominantemente rural.
No se prevé su desarrollo en algún centro urbano del país, sino que busca consolidar unos nuevos
centros poblados o enclaves. Los ETCR pasan de ser lugares de reincorporación a puntos de
transformación, idealmente. Son sitios de redefinición de las relaciones de producción, políticas
y sociales. Es una propuesta que permite ver la complejidad del proyecto o de la utopía de los
exguerrilleros. De hecho, hay un entramado complejo de relaciones de propiedad, productivas,
organizativas, institucionales, etc., que componen esta iniciativa. Estas dinámicas complejas no
derivan del modelo de ECOMUN o del Partido, sino que hacen parte subyacente de la propuesta
misma. Es un proceso que requiere del esfuerzo de los excombatientes, a este respecto se
menciona que:
En estos momentos, por ejemplo, hicimos todo el esfuerzo porque la
gobernación, que no ha querido meterle nada al proceso de la implementación
del Acuerdo, nos prestara la maquinaria y nosotros colocamos el combustible
para arreglar las calles del caserío, porque lo que vivimos es que llegamos y
nosotros nos vamos a quedar. Es decir, nosotros llegamos para quedarnos en esos
territorios y el propósito de nosotros como colectivo es de echar ese caserío para
adelante, no abandonarlo, ya, que, si nos sacan por la fuerza, ya será otra cosa,
pero que nosotros nos vayamos no; y la lucha es constante por hacer que haya
proyectos productivos que nuestra gente pueda poner a producir pronto, ponerse
a trabajar. Sí, que no haya la dispersión de la gente, no queremos que la gente se
disperse. Porque sabemos que, si la gente se dispersa, es más fácil hacernos
invisibles a todo lo que tiene que ver. (M. Delacroix, comunicación personal, 8
de noviembre de 2018).

El establecimiento de estos puntos requiere de la voluntad de los exguerrilleros y del sentido de


cohesión que poseen como sujeto colectivo62. El Partido como eje articulador que los reúne,
junto con ECOMUN, bajo la misma estructura organizativa adquiere una importancia
fundamental para continuar con la permanencia del sujeto. La dispersión de sus miembros puede
tener consecuencias negativas para el proyecto, a lo cual se le suma la cuestión sobre la
propiedad de la tierra de los ETCR. Es posible que un conflicto tenga lugar entre los
excombatientes en proceso de reincorporación y los propietarios de las fincas en las que se

62
Es importante mencionar que, desde su visión, se piensa en el bienestar de la comunidad rural en la que se
encuentran asentados, es decir, su proyecto va encaminado a la articulación con las veredas, etc., y al mejoramiento
de las condiciones de todos sus habitantes.
52
encuentran radicados. También, el control se dificulta y el compromiso se debilita si no se sabe
dónde están los integrantes y qué se encuentran haciendo. Es una tensión entre las estructuras
restantes de la organización armada, el modelo de reincorporación y la individualidad
promovida desde el discurso democrático.
II. La construcción de la paz como un paso hacia la utopía
La movilización de los excombatientes por una ‘Colombia digna y justa’ desde su autodefinición
como gestores de paz expone su voluntad y compromiso con el cambio social. La paz se integra
como una etapa importante para la consecución de la utopía, es parte de su acción. Desde la
potencialidad del presente se interviene para sentar las bases de la transformación. Esto implica
una redefinición de los medios para la consecución del proyecto desde la consciencia de sí y de
su colocación. Es una expresión de la subjetividad del sujeto colectivo, que desde la experiencia
hace un giro en su postura y reconfigura los términos en los que desarrolla su lucha. La paz es
la vía que se privilegia, como se afirma:
Sí, claro. Nosotros duramos muchos años en la guerra y yo nunca me imaginaba
esto. A nosotros siempre nos prepararon para la toma del poder por las armas.
Éramos unos convencidos los unos con veinte años, otros con 30, otros con 40,
otros con 10, convencidos de que íbamos a llegar al Palacio de Nariño con el fusil
en la mano. Ese convencimiento fue muy difícil de cumplirlos, por las
circunstancias, la misma guerra y toda esa situación. Pero también, desde 1964,
siempre se decía y en todos los documentos de las FARC-EP, usted busca y
encuentra que la salida tenía que ser política.
Por mucha guerra, mucho combate, la salida siempre tenía que ser política.
Entonces, si esa era la salida política y civilizada no nos puede quedar grande
llegar a ayudar a conformar un partido amplio, de masas; bueno, un partido como
partido, pero también que albergue unos grandes movimientos sociales que
produzcan un cambio en Colombia. El camarada Marulanda y Jacobo Arenas lo
hablaban, que esos gobiernos provisionales pro gobiernos, y que estamos
mirando en la actualidad, ya no son dos millones de inconformes, ya son 8
millones de inconformes. Entonces, las fuerzas se van equilibrando, la
correlación de fuerzas se viene equilibrando, de que, si vamos en cambios
sustanciales, y que muy pronto tenemos que ir buscando que se acabe esa
hegemonía política, corrupta que tiene Colombia; y llegar a una… a comenzar
una transformación de la sociedad, esa revolución social y cultural que tiene que
comenzar ya (L.Cardamomo, comunicación personal, 8 de noviembre de 2018).
Si bien la paz se ve como un medio, es necesario reconocer que es entendida como una vía de
tipo político. En este sentido, la idea de paz para los exguerrilleros se asocia a un espacio de
lucha, ya no con armas sino con la ‘palabra’. Se hace una apuesta por la negociación, por lo que

53
la dejación de armas y la reincorporación no es una rendición; al contrario, es un acuerdo para
la continuación del combate en otras esferas. El reconocimiento de la historia de la organización
armada, de sus dirigentes y convicciones le permite al sujeto colectivo posicionarse y actuar,
influenciando su presente. Es la capacidad de construir el futuro desde la intervención del
presente. La paz es parte del cambio político y de la utopía.
Cabe recalcar que la noción de democracia permea este proyecto político, social, económico y
cultural. La ‘revolución’ se logra desde la articulación del Partido con las demandas de los
diversos sectores de la sociedad. Es así que entender la utopía requiere hacerlo desde un régimen
que le permita a la organización política actuar, proponer, tener voz y construir el camino para
la consecución de su proyecto. Para ello, se ofrece una aproximación, como ya fue mencionado,
de la ‘democracia desde abajo’63, en la cual se construye desde la participación e inclusión de
la ‘masa’. El propósito es la consolidación de una ‘verdadera democracia’ que acabe con la
‘hegemonía política’ que los ha excluido de los espacios democráticos de lucha. De allí que se
trate la cuestión del equilibrio y la correlación de fuerzas, y que se le atribuya gran relevancia a
la participación de la ‘gente del común’.
Sin embargo, eso no basta. Las garantías para el éxito del proceso de reincorporación y de la
lucha en la legalidad democrática deben ser dadas por el Estado, con la veeduría y vigilancia
permanente de actores internacionales que aseguren la transparencia, ya que no existe confianza
plena en la institucionalidad estatal. No es suficiente con que sea un régimen democrático con
instituciones de control, se requiere de garantes para darle estabilidad y ofrecer la seguridad de
cumplimiento de lo pactado. La utopía requiere que las acciones encaminadas a su consecución
cuenten con las condiciones suficientes y necesarias para que pueda darse. Así, se solicita la
presencia amplia de diversos actores que participen activamente:
La parte de reincorporación es un tema que no es fácil. Santos hizo el acuerdo
con nosotros. Nosotros también creímos en el gobierno, pero hay una cosa muy
importante y es que siempre lo hablamos desde un principio, que el día en que
hubiera acompañamiento internacional podríamos llegar a un acuerdo. Nuestro
jefe Manuel Marulanda, también dijo en alguna ocasión, dijo que, para nosotros
llegar a un acuerdo, tendríamos que sentarnos todos los del conflicto, entre estos
los militares activos y eso fue bastante importante, porque eso fue lo que también
ayudó a que llegáramos a un acuerdo serio y se pudiera firmar un acuerdo con
todos los principios que, uno dice que no fue el mejor, pero tampoco podíamos

63
Siguiendo a Alonso: “La democracia de los de abajo privilegia a los integrantes del pueblo e implica dos niveles.
Su participación en la vida democrática nacional, su comportamiento y sus aportes a la democracia a través de su
propia experiencia interna. Su relación con el poder y con los procesos electorales y de conformación de decisiones
hacia afuera y hacia adentro. En esta forma importa su involucramiento en proyectos tanto de nación como de
organización” (Alonso, 1994: 75).
54
hacer otra cosa diferente. Era esta la oportunidad. (L.Cardamomo, comunicación
personal, 8 de noviembre de 2018).
De este modo, tanto la participación de los actores del conflicto y de los garantes como la
voluntad de llegar a un acuerdo han generado una modificación del presente, pues el conflicto
se ha redirigido a otros espacios y a la utilización de otros medios. Se ha encauzado dentro de
los mecanismos y canales democráticos. Se crea un Partido acompañado de un modelo de
reincorporación colectivo, que contribuye al fortalecimiento de las estructuras de base y ayuda
a sentar los cimientos para ese proyecto de transformación. La utopía de una Colombia ‘digna
y justa’ requiere de la intervención en la sociedad, desde la comprensión de las demandas
sociales y la participación de la sociedad civil. Cabe resaltar como lo afirma Zemelman que:

Aquí no se trata que hacer con el experto o con el técnico sino se trata de
transformar el discurso ideológico a discurso operativo y enriquecer el discurso
operativo desde las exigencias del discurso ideológico, a través de una viva y
constante discusión sobre el rumbo de los procesos. Si el juego ideológico no se
traduce en prácticas puede ser enormemente corrosivo, debilitante (Zemelman,
2011: 30).

La paz hace parte de esa operativización del discurso ideológico y les permite ir construyendo
el sendero hacia la utopía. Sin embargo, es importante mencionar que se encuentra inscrito en
unos contextos-coyunturas inciertos, debido a que la historia se encuentra en movimiento. Así,
por ejemplo, se han creado disidencias de exguerrilleros que no se encuentran de acuerdo con
el rumbo que ha adquirido el proceso de implementación del Acuerdo y que afecta las
posibilidades de vida de los excombatientes. Muchas de estas cuestiones se han dado por razones
contextuales como el triunfo del No en el plebiscito del Acuerdo, lo cual llevó a que fuese
abordado y aprobado por el Congreso de la República. Lo anterior abrió la puerta para que la
rama legislativa del poder público pudiera modificar, de facto, los contenidos de lo pactado para
su operacionalización. Por ejemplo, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) sufrió
modificaciones considerables.

Las resistencias que se han dado por parte de algunos exguerrilleros a las modificaciones del
Acuerdo y a los incumplimientos han reforzado la desconfianza hacia la estatalidad, porque
consideran que hay una falta de garantías que incluso pone en riesgo su vida. Por esto, la
operacionalización del discurso ideológico ha presentado ciertos tropiezos, pero también ha
abierto nuevos canales de interlocución con las entidades del Estado y ha dado a los
representantes cierta influencia en las decisiones que se toman en lo referente a los
excombatientes en proceso de reincorporación. Tanto el Partido como ECOMUN han permitido
dirigirse a diversas instancias en distintos niveles para actuar e intervenir su presente. Las
opciones se han expandido, también en parte, gracias a las alianzas que se han podido tejer con
otros actores.
55
a) Otros actores y el proyecto
El proceso de reincorporación tiene distintas aristas que son abordadas por diferentes clases de
actores. Intervienen desde instituciones estatales, organizaciones internacionales, universidades,
ONG hasta organizaciones de la sociedad civil. Cada uno de estos organismos tiene una agenda
particular que pretende desarrollar con los exguerrilleros en el proceso de reincorporación, lo
cual impacta la manera en que se lleva a cabo la implementación de los proyectos productivos.
Sin embargo, en su gran mayoría, los distintos actores vienen con iniciativas definidas y
formuladas desde otros contextos, y movilizan discursos cargados de nociones que se articulan
fácilmente a la visión del Estado. Esto es problemático, porque la visión sobre el ‘desarrollo’ de
los exguerrilleros y del Estado son disonantes, como ya se mencionó. De igual manera, las
necesidades apremiantes de los excombatientes no son aprehendidas satisfactoriamente por
dichas iniciativas.
En efecto, la visión estatal se encuentra fuertemente influenciada por las propuestas realizadas
desde organismos internacionales como el Banco Mundial o la OCDE, las agencias de
cooperación64 y sus discursos sobre el desarrollo. Se trata de una aproximación que posee una
perspectiva crítica mitigada de ese ‘ideal de desarrollo’ que pone como referente a los países
europeos y norteamericanos65, e incluye conceptos como los de gobernanza, democracia,
sostenibilidad, etc. Es una aproximación que adopta y reproduce ciertos discursos
estandarizados que pueden imponer restricciones al país al desconocer su trayectoria histórica,
que por ejemplo esos ‘países del norte’ no debieron asumir.
En este orden de ideas, la noción de Desarrollo Sostenible se ha convertido en un elemento
determinante para la cooperación internacional, incluso para las agendas locales. Es una forma
de movilización, de legitimación, e inclusive de asignación de recursos. Sin embargo, todavía
no es muy clara la forma en que opera en lo concreto. No ha sido muy elaborada a excepción de
la acepción neoclásica que la ve como una manera de reconciliar el ambiente con la economía.
Desde los años 80, se ha manejado una concepción tripolar que involucra la dimensión humana
y social, la dimensión ecológica y la dimensión económica. Ello implica una dimensión ética y
política sobre la base de redefinición del interés general. Dicha dimensión política tiene un corte
utópico que aparece como una concepción alternativa de la sociedad. (Crétiéneau, 2010: 33).
No obstante, en el fondo el modelo no ofrece una alternativa verdadera. La manera en que se
presenta reproduce los problemas esenciales del modelo tradicional tales como el rol del Estado
en la economía, los discursos de crecimiento permanente y ‘buenas prácticas’ que ponen en

64
El ‘sector de la cooperación’ surge en la segunda mitad del siglo XX. Es producto de la llamada “Ayuda pública
al desarrollo” (l’aide publique au développement) que han instaurado los “países del norte” con el fin de apoyar a
los “países del sur” en sus esfuerzos para la consecución del desarrollo. Es algo que ha sido sumamente cuestionado.
Se recomienda leer (Carbonier, 2010).
65
Excluyendo a México.
56
desventaja a los individuos, contribuyendo a la reproducción de las desigualdades. Es posible
afirmar que constituye más bien una restricción para el ‘desarrollo’ que una forma alternativa.
Dentro de este contexto, se despliegan una serie de indicadores66 inspirados en ese ideal del
norte para hacer seguimiento a los avances de los ‘países del sur’ en los diversos ámbitos que
permiten, según ellos, dar cuenta de un avance para la consecución de un tal desarrollo como el
Índice de Desarrollo Humano (IDH), el Physical Quality of Life Index, el Índice de Pobreza
Multidimensional, el Índice de Gini, el Happy Planet Index, entre otros (Gabas et al, 2013).
Estas propuestas de medición se traducen en algunos de los programas y medidas que emplea
el Estado para intervenir en la sociedad, y en ocasiones las entidades estatales realizan la
evaluación de sus resultados desde la aproximación a los valores de referencia de estos
indicadores. Inclusive, son aspectos esenciales a la hora buscar recursos provenientes del sector
de la cooperación para la financiación de las políticas. Se da una integración de estas formas de
medición en la política pública67.
A pesar de que muchos de los proyectos productivos de los exguerrilleros se han podido realizar
gracias al apoyo internacional, los problemas esenciales siguen teniendo lugar y representan
obstáculos para la consecución de la utopía. Muchos proyectos han fracasado, al menos
parcialmente, por carecer de un acompañamiento técnico riguroso para su formulación y
ejecución, al igual que la dificultad para hacerse con la propiedad de la tierra. Muchas
cooperativas han tenido pérdidas de su producto debido al desconocimiento de la cadena
productiva, la ausencia de compradores y las dificultades para sacarlo de las veredas, entre otros.
Si bien son elementos estructurales que ponen en riesgo los proyectos productivos y el modelo
de reincorporación, la contribución de los recursos destinados por la cooperación ha sido
determinante para la continuación del proceso. Esto ha hecho que dentro de las estrategias
empleadas por los excombatientes se encuentra la adaptación de sus iniciativas al discurso de la
sostenibilidad. Así, algunas de las propuestas se definen desde ‘lo sostenible’ como el
ecoturismo.
También, se da la participación de otros actores, entre estos las universidades, quienes
intervienen de diversas maneras. Esto ha generado experiencias diferenciadas de los
excombatientes frente a su relacionamiento con la universidad como institución y lo que
representa. En efecto, la cuestión del monopolio del conocimiento, la aceptación de otras formas
y tipos de conocer, de saber, se convierte en un aspecto que afecta las posibilidades de acción
de los exguerrilleros en el presente. Así, se enuncia:
Aquí han venido muchas universidades, porque hemos hablado con muchas de
ellas, pero casi ninguna se ha comprometido con ese tema de dedicarse o crear

66
Los indicadores también son apuestas políticas, discursivas, técnicas y metodológicas que surgen como producto
de luchas y asimetrías de poder. Se recomienda leer (Gabas et al., 2013).
67
Esto se puede constatar en la forma en que son construidos los documentos CONPES, y la financiación de
algunas políticas con dineros de la cooperación.
57
ciertos programas que permitan acceder a las universidades o de convalidación
de saberes. Además, aquí ha habido formación en el periodo del conflicto, hubo
formación por ejemplo en el tema y enfermería, de medicina, en el mismo tema
agropecuario, odontología, etc. (F. Vivante, comunicación personal, 5 octubre de
2018).

La utopía se ve obstaculizada, al menos parcialmente, por la cuestión académica, y el acceso a


la educación formal. La lucha por una alternativa está atravesada por el reconocimiento de
saberes adquiridos en otros contextos. La articulación de otras visiones se integra en la propuesta
democrática desde la diversidad, pero la dificultad para su operacionalización en la cotidianidad
se ha convertido en un impase para la formulación de los proyectos del sujeto colectivo y de los
proyectos de vida de sus integrantes. Esto afecta las oportunidades de los excombatientes y sus
aspiraciones. La respuesta que ha dado la oferta institucional es desde la capacitación y
formación de los exguerrilleros, pero no del reconocimiento de sus saberes. Se perciben
iniciativas no coordinadas entre los actores, interviniendo en los territorios sin considerar el
proyecto colectivo del sujeto social. De hecho, es posible afirmar que contribuyen a la
preservación del monopolio del conocimiento acreditado y relegan ‘otras formas de conocer’ a
un plano supeditado al primero.

De igual manera, las formaciones ofrecidas por el ente estatal no van acompañadas de
oportunidades laborales, por lo que al finalizar la titulación los excombatientes no tienen la
posibilidad de ejercer su título en el ETCR o en la vereda. Sin embargo, le permite al Estado
mostrar resultados al destacar el número de personas que participan y son diplomadas en estas
jornadas. Esto pone de manifiesto esas disonancias entre excombatientes y la estatalidad, porque
si bien ambos buscan la construcción de la paz, los lenguajes y aspiraciones que manejan
parecen discrepantes. Es una diferencia entre lo medible, las lógicas burocráticas y lo
constatable en la realidad compleja de los ‘ciudadanos’ en proceso de reincorporación.
Lo anterior demuestra la dificultad que representa la figura de la reincorporación colectiva frente
a la reintegración individual. Los programas no se articulan adecuadamente con el sujeto
colectivo y sus proyectos. Hay una dificultad en la adaptación de la estatalidad desde sus
agencias como la ARN o el SENA para aprehender el sentido de colectividad que manejan tanto
el modelo de reincorporación como los excombatientes. El entramado que se teje entre niveles,
organizaciones, agendas, intereses y expectativas es complejo. Las prioridades cambian, y los
ejes a intervenir varían según el actor. El presente cambia según el posicionamiento que se da
en el espacio y contexto histórico, es decir, en función de la colocación. Se dan disonancias que
ponen en riesgo el proceso de reincorporación, la construcción de la paz y, por ende, la
consecución de la utopía.
b) La perspectiva gubernamental

58
El proceso de reincorporación es un elemento de vital importancia, entre otros, para la
construcción efectiva de una paz que permita potenciar apuestas como el turismo que
contribuyan al “desarrollo” del país. En efecto, la utopía bajo la cual se conduce el gobierno es
el “desarrollo” entendido desde la lógica tradicional ligada al mercado y al crecimiento
económico como fuente de bienestar social. Esto se evidencia en los “pactos” pilares de tipo
estructural del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, como se expresa:
El pacto por la legalidad va de la mano de la seguridad efectiva y el acceso a la
justicia eficaz para garantizar la convivencia que permita a los colombianos vivir
con libertad y en democracia. El pacto por el emprendimiento y la productividad
hará posible la transformación productiva del país y aumentará la formalización
laboral y empresarial para avanzar a una economía dinámica, incluyente y
sostenible que potencie todos los talentos. El pacto por la equidad se ampara en
una política social moderna centrada en la familia, eficiente, de calidad y
conectada a mercados, que busca garantizar igualdad de oportunidades para todos
los colombianos. (DNP, 2019).

Los dos últimos pactos reflejan la utopía a la cual apunta el gobierno, y que tienen relación con
el ambiente de negocios vinculado, a su vez, a las condiciones de seguridad del país. La
construcción de paz se materializa con el pacto transversal del PND “XI. Pacto por la
construcción de paz: cultura de la legalidad, convivencia, estabilización y víctimas”, que se
articula con el ODS 16 el cual explica que: “Sin paz, estabilidad, derechos humanos y
gobernabilidad efectiva basada en el Estado de derecho, no es posible alcanzar el
desarrollo sostenible.” (PNUD Colombia, 2019). Se conecta el discurso nacional con el
mundial sobre el desarrollo sostenible, desde el cual se justifican diversas acciones en
varios ámbitos como la explotación minero-energética “responsable”.

El papel de la “paz” y el compromiso con el proceso de reincorporación se convierte, desde la


óptica institucional, en un asunto de gran prioridad68, como lo afirma Emilio Archila, Consejero
Presidencial para la Estabilización y la Consolidación:
(…) el presidente Iván Duque cumple la implementación del Acuerdo Final con
acciones y resultados y actúa seria y responsablemente, tal como lo ha reconocido
la comunidad internacional. (Consejería Presidencial para la Estabilización y la
Consolidación, 9 de abril de 2019).

La continuación de la puesta en marcha de lo pactado entre las partes constituye un esfuerzo


político, social, económico, ambiental, etc., que pone a prueba la capacidad del Estado para

68
Se recomienda leer “Consejo de Seguridad reconoce el importante aporte de la nueva política de paz del Gobierno
de Colombia, a la implementación del acuerdo con las Farc, y reitera su condena por el reciente atentado realizado
en la Escuela de Cadetes, en Bogotá” (Cancillería, enero de 2019).

59
garantizar los aspectos que implican la reincorporación integral, y la reconstrucción del tejido
social. Es así que, entre otros, para evitar el abandono o incumplimiento de lo establecido en el
Acuerdo Final se transforma en una política de Estado como se enuncia:

La consagración de la política de reincorporación en un documento CONPES,


dentro de los nuevos contextos creados por la transición y la construcción de una
paz estable y duradera, permite trazar una hoja de ruta, para el mediano y largo
plazo, hacia la consolidación de una política de Estado para la reincorporación
de los exintegrantes de las FARC-EP. Además, permitirá la articulación de las
acciones y recursos del Estado para su implementación. (Presidencia, 2018).

A través de diferentes instrumentos, planes, programas, decretos y resoluciones se ha buscado


regular el proceso de reincorporación que como lo explica el Sistema Informativo del Gobierno
(SIG):

El alcance de la política está planteado a 8 años desde su implementación hasta


2026, según el Plan Marco de Implementación acordado entre el Gobierno
nacional y los representantes de la Farc y la CSIVI. La ejecución de la política
comenzará en el segundo semestre de 2018, proceso complementario a las
acciones en materia de reincorporación temprana. (Presidencia, 2018).

En este sentido, la reincorporación se transforma en una política de Estado, lo cual da, en


principio, cierta estabilidad y garantías a los exguerrilleros. La ARN es la entidad designada
como responsable de llevar a cabo el proceso de reincorporación, apoyado por el Consejo
Nacional de Reincorporación (CNR). Para el cumplimiento de sus deberes, la Agencia ha
realizado un Registro Nacional de Reincorporación, de acuerdo con el cual existen 13.039
excombatientes objeto de atención y 10.415 participantes del Registro. Del universo participante
el 72% es hombre, el 25% es mujer, el 17,3% se auto reconoce como perteneciente a un grupo
étnico, y 10,6% de la población tiene algún tipo de discapacidad (Notas propias sesión CNR 28
de marzo de 2019). Asimismo, los departamentos con mayor número de personas en
reincorporación son: Meta con un 11,9% de la población, Antioquia con 11,2%, Cauca con
10,6%, Caquetá con 6,5% y la ciudad de Bogotá con 6,3% (ARN, 25 de abril, 2019). Esta
caracterización busca facilitar el direccionamiento de los programas de intervención del Estado
por medio de la focalización.

Por su parte, la ARN resalta las siguientes cifras como una muestra del compromiso y del avance
gubernamental con el proceso de construcción de paz desde el cumplimiento de sus obligaciones
adquiridas en el Acuerdo respecto a los exguerrilleros: “13.039 excombatientes objeto de
atención, 12.866 personas bancarizadas, 12.768 afiliados a salud, 10.043 afiliados a pensión,
más de $167 mil millones desembolsados (renta básica y asignación única de normalización)”
(ARN, 25 de abril, 2019). Cabe resaltar que mientras la estatalidad se fija en las cifras e
60
indicadores, los excombatientes experimentan el proceso de una manera diferente, ya que la
necesidad atraviesa su cotidianidad. Estos no se preocupan solo por el número de afiliados, sino
también por las condiciones de acceso y prestación del servicio.

La satisfacción de las necesidades y de otros requerimientos son medidos desde el número de


personas alcanzadas y afiliadas. Sin embargo, la cuestión de la reincorporación integral enfrenta
la información administrativa y burocrática con la experiencia de los excombatientes. Las cifras
no reflejan las complejidades que experimentan los afiliados a salud, pensión, bancarizados o
cursando algún tipo de estudio. Sucede lo opuesto. Al exhibirse como resultados, se
invisibilizan, hasta cierto punto, las desigualdades y dificultades a las que se encuentran
sometidas las personas en proceso de reincorporación. El número en sí constituye un recorte
muy limitado de la realidad.

Respecto a los proyectos productivos, como elemento vertebral de la reincorporación, se habla


de un avance progresivo. Andrés Stapper, director de la ARN afirma que:

Adelantamos 22 proyectos productivos que benefician a más de 1.400 personas


y con inversiones de más de 16 mil millones de pesos. Hay 131 proyectos
individuales desembolsados a los excombatientes por 1.200 millones. Es un
balance muy positivo en un proceso que se ha definido de 8 años de construcción
colectiva con el componente Farc. (El Tiempo, 3 de abril, 2019).

A pesar de la constitución de 118 cooperativas (ARN, abril de 2019) hasta el momento existe
un número reducido de proyectos aprobados. Se observa una prevalencia de la vía individual.
Esto refleja diversas problemáticas alrededor del proceso de reincorporación colectiva que
afecta directamente a los excombatientes y que se encuentran conectados como la coyuntura
política, la situación económica, las oportunidades educativas, entre otros, que afectan la
formulación de los proyectos, la comercialización de los productos y la integridad misma de los
exguerrilleros. Sumado a esto, se encuentra el debate sobre el futuro de los ETCR como espacios
concebidos desde su inicio como transitorios. Esto genera incertidumbre sobre su existencia
jurídica y tiene implicaciones en la estabilidad del proceso de reincorporación y reconciliación.
No obstante, el director de la ARN afirma que:

Finaliza el nombre de ‘transitorio’. Aquellas zonas que sean viables técnica,


jurídica y presupuestalmente se incorporarán en el territorio como veredas y
centros poblados acorde al ordenamiento jurídico de la zona. (El Tiempo, 3 de
abril, 2019).

La definición del avenir de los Espacios puede acoplarse con la visión de los exguerrilleros,
quienes ven la oportunidad de dinamizar las zonas rurales desde los enclaves que constituyen
61
los ETCR. La cuestión puede ser lo que se entiende por viabilidad técnica, jurídica y
presupuestal, porque da la autoridad al gobierno de señalar cuáles ETCR cumplen con esos
criterios. Esta discusión no es ajena a las apuestas realizadas en el PND y a la visión de desarrollo
que busca la integración a los mercados, la explotación minero-energética, etc.
En este orden de ideas, el compromiso gubernamental con la paz y el proceso de reincorporación
se ha evaluado desde las cifras y se ha integrado en los ejes del PND. No obstante, esta
perspectiva ofrece una interpretación limitada de la realidad de los excombatientes, pues se
compone de una articulación compleja de varios niveles que no se reflejan en las cifras. Las
diferentes entidades han continuado con la tarea de la implementación, aunque poseen
limitaciones de tipo presupuestario, político, entre otros. La ARN ha sido la institución
encargada de desarrollar el proceso, apoyada por el CNR y otras entidades como la Consejería
Presidencial para la Estabilización y la Consolidación. Ahora bien, es importante resaltar que la
implementación del Acuerdo Final requiere de ambas partes y de un entendimiento mutuo de
las prioridades, de los problemas y sobre todo de las necesidades.
Reflexión
De este modo, se puede mencionar que la experiencia y la necesidad se articulan para dar sentido
al presente desde un proyecto que se traza, es decir, la utopía. La triada experiencia-necesidad-
utopía da sentido a la intervención del sujeto colectivo en su presente, en las acciones que realiza
para transformar desde lo potencial para llegar a lo deseable. Sin embargo, este sujeto no se
encuentra aislado, sino que hace parte de una serie de procesos complejos que convergen en su
realidad, lo cual incluye diversos actores y una pluralidad de discursos que manejan. Se ve en
la necesidad de diseñar estrategias y articularse con esos discursos que le faciliten conducir su
presente hacia su utopía. Para realizarlo requiere posicionarse en su contexto desde la
consciencia, en otras palabras, necesita hacer un ejercicio de colocación.
En este sentido, el sujeto colectivo de los exguerrilleros ha recurrido a los distintos actores para
construir las bases de su proyecto, conseguir recursos y establecer alianzas. Ha intervenido su
presente reconociendo su colocación, su historia y su proyección. Ha actuado de tal manera que
pueda luchar por la transformación a través de los mecanismos democráticos en los espacios
legales. La paz hace parte de esa intervención, por lo que el mantenimiento de lo pactado
adquiere una relevancia mayor. El compromiso con el proceso de reincorporación y la cohesión
de los exguerrilleros a través del Partido, de ECOMUN o del ETCR son prioridades que
manifiestan los excombatientes.
No obstante, se requiere de la institucionalidad estatal para cimentar el proyecto, y como se ha
observado, se da una tensión entre la comprensión y lectura que ambos hacen de la realidad
compleja. Si bien los dos manejan la idea de desarrollo, sus implicaciones, consecuencias y
prioridades varían. La influencia de los organismos internacionales y sus discursos medibles a
través de indicadores estandarizados son una guía de intervención para uno, mientras que para

62
el otro los ejes de intervención son claros y se requiere de un cambio estructural, iniciando por
la estructura agraria. Esto va de la mano con una democracia participativa, abierta e incluyente
que abarque los enfoques: étnico, de género y territorial.
Los distintos niveles de intervención buscan articular la transformación local con el ámbito
nacional. Para esto, se han creado herramientas institucionales como los PDET69 o PTR, que
integran participativamente a los actores en los cambios prioritarios para la satisfacción de sus
necesidades. Ello se encuentra en concordancia con la aproximación predominantemente rural
del proceso de reincorporación. En efecto, los ETCR se encuentran incluidos en estas zonas
priorizadas. Así, el aspecto territorial se torna importante para los excombatientes. Esto se
inscribe en contextos históricos, espaciales y en temporalidades que conducen al sujeto a actuar
en su presente gracias a la potencialidad que tiene para la consecución de la utopía. Desde su
colocación y consciencia de sí, se adapta e interviene.
Su proyecto se concibe en dos momentos. El primero se puede conceptualizar como un
‘desarrollo alternativo’ que se articula con la política pública desde el desarrollo sostenible, los
ODS y la economía solidaria. El segundo momento integra una visión de resistencia o
contrahegemonía al ‘modelo neoliberal’ imperante desde la consolidación de una confederación
de cooperativas que redefina las relaciones económicas, sociales, políticas y hasta culturales,
constituyendo una ‘alternativa al desarrollo”. No obstante, el proyecto se halla en una etapa
incipiente, en la cual los exguerrilleros se encuentran luchando por los recursos, la tierra y
reconocimiento de saberes que lo atraviesan. El objetivo es la construcción de una ‘Colombia
digna y justa’, que sea abierta, diversa, igualitaria, equitativa, tolerante y respetuosa.
El Acuerdo es un esfuerzo por lograrlo, pero existe una falta de confianza en la estatalidad. Por
esto, se resalta el acompañamiento internacional para dar garantías de cumplimiento y respeto
a lo pactado. La utopía depende del Acuerdo y de su implementación, puesto que la construcción
de una paz estable y duradera es lo que permite ese tránsito verdadero a la legalidad y a la
democracia. La satisfacción de las necesidades es prioritaria, porque el proceso de
reincorporación depende de ello. La dispersión de los excombatientes pone en peligro al sujeto
colectivo, ya que podría desintegrarse. De allí que sea importante que las agencias estatales
logren adaptarse a la ‘reincorporación’ y no continúen bajo la lógica de la ‘reintegración’ 70. Es
necesario que se piense en términos de proyecto colectivo y no de proyecto individual.
La paz es una apuesta que abarca una serie de procesos complejos con el propósito de redefinir
el conflicto y los términos bajo los cuales se trata. La participación económica, política, social

69
Si bien los PDETs se encuentran recogidos en los Pactos de las Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2018-
2022, se han presentado algunas dificultades para su operacionalización como la cuestión de los recursos, entre
otros, que no han sido definidos de manera efectiva.
70
Como ya fue mencionado, la reintegración tiene un enfoque individual y otro comunitario. Sin embargo, la
reincorporación se caracteriza por ser colectiva e integral, que incluye lo político, lo económico y lo social como
se ha abordado en el Acuerdo de Paz, y en las normas subsiguientes que lo desarrollan.
63
y cultural desde el modelo de reincorporación colectiva es una manera de entender la paz como
un proyecto colectivo y no la negociación de unos pocos. Así, el sujeto colectivo participa en
distintas esferas y niveles, de modo que pueda intervenir en el presente teniendo como referente
la utopía. Es un proceso integral que abarca diversas aristas, y tiene como fundamento el
reconocimiento de su colocación dentro de un contexto histórico en movimiento, en otras
palabras, dentro del movimiento de la historia. Esto implica que se encuentra en constante
cambio y que el esfuerzo aquí hecho por acercarse a la utopía puede modificarse, ya que la
realidad desborda a la teoría. No es algo estático o definido, se encuentra en movimiento.

64
CAPÍTULO 3
Reflexiones

“Hay en este momento una cantidad de prácticas sociales y políticas que se han anticipado, en
mi opinión, a lo que se podría haber sostenido en el plano teórico y también ideológico”
(Zemelman, 2011: 13).

En este capítulo se pretende ofrecer una visión reflexiva del proceso investigativo haciendo uso
de los postulados de Hugo Zemelman. Se busca indagar sobre la propuesta realizada desde el
pensamiento epistémico-metodológico y las contribuciones que ha tenido para este ejercicio
académico.
Introducción
Como se ha podido observar hasta el momento, el modelo de reincorporación colectiva de
ECOMUN hace parte del proyecto utópico de los excombatientes, porque constituye uno de sus
pilares. Este se encuentra inscrito en un marco de desarrollo alternativo, en principio, pero busca
generar una alternativa al desarrollo. La economía social es la apuesta que hacen los
exguerrilleros para fomentar el cambio y desde la cual consolidan el sujeto colectivo, junto con
el Partido. Buscan crear sentido del presente y de la utopía desde su experiencia, articulada con
su trayectoria y sus necesidades. Asimismo, el proceso en sí articula distintos niveles,
incluyendo el local, regional, nacional y hasta internacional. Existe una pluralidad de actores
que contribuyen a la puesta en marcha del proyecto y existen disonancias con el gobierno sobre
la concepción de desarrollo.
Asimismo, el modelo de reincorporación se entiende como de tipo integral, debido a que tiene
lugar en lo político, social y económico. En cada una de las dimensiones se han realizado
avances, aunque se presentan diferencias en las apuestas que tienen los actores, ya que mientras
para unos se inscribe en un proyecto a largo plazo, para otros hace parte de unas lógicas
institucionales y marcos de referencia internacionales como los ODS. No obstante, se ha ido
consolidando el modelo y se ha ido formando una realidad desde la construcción de una
‘relación de conocimiento’.
La propuesta del sociólogo Hugo Zemelman ha permitido la aproximación a esta realidad
compleja y en movimiento, pues se encuentra permeada por lo incierto. Es un proceso en pleno
desenlace difícil de aprehender. Los postulados epistémico-metodológicos zemelmanianos han
contribuido considerablemente para el presente trabajo de grado en diversos niveles.
El primero se vincula al acercamiento desde lo colectivo a una realidad incierta para el
entendimiento de la potencialidad del presente. Al considerar el papel del sujeto social y de su
subjetividad ha sido posible comprender, junto con los miembros del sujeto, su colocación en el

65
espacio socio-temporal en concordancia con su temporalidad en medio de la complejidad. En
este sentido, los procesos que se articulan para componer la realidad de los exguerrilleros
conectan lo micro con lo macro. Así, por ejemplo, algunas de las dificultades para la continuidad
de los proyectos productivos, entendidos como sustento cotidiano de los excombatientes, se
encuentra atravesado por la cuestión estructural de la propiedad, tenencia y concentración de la
tierra en Colombia.

En segundo lugar, el tratamiento de la utopía del sujeto colectivo se puede hacer desde el
pensamiento epistémico. Recurriendo al concepto ordenador de desarrollo, se hace posible el
acercamiento a la utopía, más allá de los condicionamientos temporales y de las delimitaciones
teóricas que ofrece un concepto cerrado. Entender el proyecto de los excombatientes en sus
propios términos y temporalidades se hace posible al usar categorías sin contenidos fijos y que
permiten su expansión e inclusive su reinterpretación. De esta forma, se resalta la utilidad de
esta propuesta.

En tercer lugar, la aproximación a la realidad compleja y de sus múltiples niveles se da gracias


a un ejercicio de reflexividad del sujeto colectivo, expresado en la voz de sus miembros. La
narración que hacen los excombatientes expone la subjetividad del sujeto y de su trayectoria.
Esto hace posible entender la colocación y la conciencia que tiene de sí, también manifestado
en los procesos organizativos que se dan tanto a nivel del Partido, de ECOMUN como del
ETCR. En efecto, la construcción del problema parte de la realidad en movimiento del sujeto y
la cual va interviniendo desde su cotidianeidad con su accionar.

De este modo, se resaltan algunos de los aportes de la propuesta de Zemelman adoptada para
este trabajo de grado y que son sumamente pertinentes para abordar un proceso no definido
como la reincorporación colectiva. Es una apuesta por una manera alternativa de acercarse al
ejercicio investigativo y de concebir la realidad.
I. Zemelman y la epistemología
El pensamiento epistémico alerta sobre el uso de los conceptos como categorías explicativas
cerradas que buscan definir la realidad en lugar de aprehenderla. Propugna por la utilización de
categorías sin contenidos fijos para poder introducir el movimiento de la realidad, ya que es
compleja. Esto es, hacer un uso epistémico de los conceptos, como se enuncia:
Cuando se trabaja con la función epistemológica, se tiende a separar los
conceptos del corpus teórico del que forman parte. Este aislamiento suspende las
relaciones teóricas o de jerarquía de determinación y hace necesario vincular los
conceptos a través de relaciones posibles, esto es, con base en un juego de
vinculaciones que responda al supuesto de articulación de los procesos, aunque
sin proporcionar a la articulación una estructura definida (Zemelman, 2011: 54).

66
Este tipo de pensamiento busca aproximarse a la complejidad de la realidad, no desde la
definición, sino desde la potencialidad. Se abre la puerta a lo incierto, a lo ‘dándose’, a partir de
una expansión de la capacidad de comprensión que ofrece una categoría abierta. Al extraer el
concepto de su contexto de sentido y de los límites temporales bajo los cuales fue formulado, se
hace posible su utilización para acercarse a la realidad en movimiento. Es así, que sirve para
captar los procesos sin entrar a delimitarlos con una definición71. Esto se expresa en función de
criterios o supuestos, a saber: 1) inclusividad; y 2) lectura articulada, como se expresa:
1. El criterio de inclusividad, asociado al supuesto de movimiento que obliga a
seleccionar conceptos capaces de establecer relaciones posibles entre sus
respectivos recortes de realidad y que no implican una jerarquía de
determinaciones, y 2. El criterio de lectura articulada, asociado al supuesto de la
articulación que obliga a seleccionar conceptos que, al corresponder a distintos
niveles temáticos, puedan ser analizados desde conceptos pertenecientes a otro
nivel de la realidad (Zemelman, 2011: 55).

De esta manera, se recurre a las categorías de necesidad, experiencia, utopía y desarrollo en este
trabajo de grado. Sin embargo, no se conciben como formas explicativas cerradas, sino que se
encuentran en movimiento y permiten una aproximación a la realidad de los excombatientes, al
sentido que le imprimen y a la identificación de los procesos complejos que se articulan, sin
jerarquizarlos. Ambos criterios y sus supuestos contribuyen al tratamiento de estos conceptos
de manera que se separan de marcos teóricos y, asimismo, adaptarlos para la aprehensión de la
realidad en movimiento y de la subjetividad del sujeto.
Este ejercicio facilita la construcción de un problema que articula ambos capítulos al considerar
los niveles de realidad desde la relación de conocimiento del sujeto, a saber: el modelo de
reincorporación y el proceso que se desarrolla. De este modo, se puede penetrar en la realidad
compleja observando los procesos que se dan y que involucran lo macro y lo micro, afectando
las oportunidades de los exguerrilleros, al igual que la viabilidad del proyecto utópico. El
problema no se crea desde un espacio meramente académico, sino que se propone desde la
colocación del sujeto, de su consciencia sobre los procesos y de su subjetividad. A este respecto,
se afirma que:
El proceso constructor del objeto consiste en reconstruir un campo articulado con
base en un problema-eje que sirva de punto de partida del conocimiento.
Corresponde al esfuerzo de pensar de acuerdo con los requerimientos de un
campo de posibilidades, en forma que pueda llegarse a fijar el contenido teórico
de una proposición, rompiendo con la fragmentación de la observación sobre la
realidad, mediante las articulaciones posibles del problema eje [...] refleja el

71
Ahora bien: “vale decir que hay en la misma una clara intencionalidad de uso crítico de la teoría y no una
propuesta de “no uso de la teoría” (Andrade y Bedacarratx, 2013: 32).
67
esfuerzo por penetrar en la realidad por medio de una lógica de inclusividad de
niveles que operan mediante instrumentos conceptuales que cumplen la función
de reflejar la articulación y su movimiento vertical longitudinal, coyuntural-
período (Zemelman, 1992a, p. 196), (Zemelman citado por Andrade y
Bedacarratx, 2013: 24).

Entonces, el presente se observa como un campo de posibilidades y de intervención para la


construcción del camino que conduzca a la utopía. El proceso de reincorporación es parte de la
realidad de los excombatientes y los procesos que tienen lugar responden a lo pactado, pero
también a su capacidad de acción para moldear su presente. La potencialidad adquiere gran
relevancia, porque desde allí se da una significación de lo acaecido, de la meta y de lo
experimentado. En este orden de ideas, la paz como salida negociada al conflicto es un campo
de posibilidad, es un espacio de transformación gracias a su potencialidad.

Sin embargo, no es pertinente aproximarse al problema como una fotografía estática, sino que
debe verse desde el movimiento y desde la complejidad. Es un campo de observación que hace
parte de una totalidad que involucra una pluralidad de procesos, actores, políticas, etc. A este
respecto, se menciona que:
(…) el “todo” no alude a un “todo” real sino a una exigencia de totalizar lo
fragmentario; no implica, entonces, el movimiento como realidad ya construida
sino, más bien, como una construcción que se aprehende en tanto
constituyéndose. (Zemelman, 1992a, p. 53-54), (Zemelman citado por Andrade
y Bedacarratx, 2013: 22).

El proceso de reincorporación hace parte de un universo de niveles de realidad articulados. Es


parte de un todo más amplio como puede leerse en el Acuerdo Final, de un ‘dándose’, que busca
la construcción de una paz estable y duradera. Asimismo, ello se integra con elementos
contextuales-coyunturales como el cambio de gobierno. Lo incierto, lo indeterminado se
reconoce e incluye en esta visión epistémica con una función clara de comprensión y
transformación de la realidad desde la potencialidad. El campo de observación viene de un
fragmento que no se encuentra aislado. En este sentido, Zemelman establece que:
Esa es la función de lo que aquí he llamado el pensar epistémico, esto es, el
plantearse problemas a partir de lo que observo pero sin quedarme reducido a lo
que observo, sino ir a lo profundo de la realidad y reconocer esas potencialidades
que se ocultan, que son las que nos van a permitir construir un conocimiento que
nos muestre posibilidades distintas de construcción de la sociedad (Zemelman,
s.f.: 17).

La potencialidad requiere el reconocimiento de la colocación y de la subjetividad que


contribuyen a la formulación de la utopía del sujeto colectivo. La construcción de una ‘Colombia
68
digna y justa’ se hace desde varios frentes y, particularmente, desde ECOMUN se busca la
consolidación de una confederación de organizaciones solidarias, que modifique nociones como
la de desarrollo. Para esto, se deben identificar oportunidades que viabilicen el proyecto dentro
del movimiento contextual-coyuntural. Lo anterior va de la mano con la ‘objetivación’, que se
entiende como:

el presente debe ser un segmento que permita captar la realidad como articulación
de niveles heterogéneos respecto de esta articulación entre diferentes ritmos
temporales y escalas espaciales, situación a la que denominamos objetivación de
los fenómenos de la realidad (Zemelman, 2011: 40).

Así, se vincula la dimensión espacial con la temporal, de modo que se puedan aprehender al
sujeto colectivo, su proyecto y los niveles de realidad que se articulan. En este sentido, se
observa la integración del nivel nacional y regional (ECOMUN y el Partido) con el local
(ETCR). Las estructuras organizativas y operativas vinculan las distintas dimensiones y
convergen en la relación de conocimiento que construye el sujeto. Los excombatientes
configuran su realidad desde su cotidianidad en la que intervienen, al tiempo que se ven
configurados por ella. Es una relación bidireccional, con muchos procesos intervinientes qua
hacen parte de la realidad compleja.

De esta forma, se recurre al pensamiento epistémico-metodológico propuesto por Hugo


Zemelman, el cual da luces sobre cómo se debe realizar la aproximación a la realidad en
movimiento y a la construcción del problema en tanto forma de penetrar en ella sin desconocer
los procesos que se articulan. Es una forma de razonamiento que difiere de la manera habitual
de ‘hacer ciencia’ con un método riguroso y cerrado, porque no busca imponer sentidos o
proyectar en la realidad. Al contrario, pretende desprenderse de lo constituido, de lo absoluto,
como se afirma:
De pronto, conceptos como rigor, claridad, coherencia científica terminan por
transformarse en afirmaciones absolutas, en circunstancias de que conceptos
relativos de lo que es claro y lo que no lo es, o bien lo que es coherente y lo que
no, se van resignificando a lo largo del tiempo (Zemelman, s.f.:6).

Así, se busca aprehender la realidad con el sentido que imprime el sujeto colectivo a esta. No se
trata de establecer conceptos para proyectar en la realidad, sino captarla junto con las categorías.
El problema se construye, no se impone con hipótesis o construcciones teóricas cerradas, es
decir, no responde a una lógica ‘parametral’72. Por lo anterior, este trabajo se plantea como un

72
Sobre esto, Zemelman afirma: “Claro, la conciencia ortodoxa es la conciencia ordenada en función de parámetros
inamovibles —como parámetros son inamovibles—, y que ordenan el mundo, conforman al mundo como un
espacio y se ubican sin disputa ninguna entre determinados parámetros. Es fácil estar allí. Pero el mundo no es eso.
Ese es el punto. Esa es la única discordancia con ese planteamiento. El mundo está constantemente cambiando esos
parámetros. El problema de reconocerlo, entonces, es también una tarea permanente” (Zemelman, 1998: 80).
69
ejercicio de deconstrucción de ese razonamiento de tipo ‘parametral’ y se recurre al pensamiento
crítico para intentar aproximarse a la epistemología que permite concebir el movimiento.
II. El presente potencial
El sujeto privilegiado en este planteamiento es de tipo colectivo, específicamente el compuesto
por los exguerrilleros de las FARC. La conformación de este sujeto ha tenido lugar en los
tiempos de paz en articulación con el Partido, ECOMUN y los ETCR como ya se ha
mencionado. Es un esfuerzo por la continuación del proyecto de la antigua organización armada
de la construcción de una ‘Colombia digna y justa’, desde otras perspectivas. Sin embargo, es
importante resaltar que se encuentra en una matriz compleja de relaciones, que compone su
realidad en movimiento.
El pensamiento epistémico hace posible comprender la relación de conocimiento que ha ido
construyendo el sujeto en reincorporación, haciendo aprehensible su subjetividad desde
categorías como la necesidad, la experiencia y la utopía. Al no proponer conceptos cerrados, las
categorías sugeridas permiten acercarse a la colocación y a la consciencia que posee el sujeto
de la realidad en movimiento, de los contextos-coyunturas en los que está inmerso, que lo
afectan y que él puede intervenir. Desde su emplazamiento y su subjetividad crea el proyecto
utópico, dando cabida a otros procesos complejos que se articulan al proceso de reincorporación
vinculando elementos macro y micro.
Las escalas espaciales se van integrando en la acción cotidiana de los excombatientes, y se
presenta una comunicación constante entre los ETCR, predominantemente, a través de los
representantes. También, la dimensión territorial hace parte de la visión de los exguerrilleros, y
se ve recogida en los PDET y PTR propuestos en el Acuerdo Final. La creación de un modelo
de reincorporación colectivo es tan solo una fracción del proyecto amplio de un cambio político,
social, económico y cultural. La articulación del proceso en los diversos niveles permite
comprender el entramado que se teje con el propósito de ir transformando las relaciones
políticas, sociales y económicas.
Desde esta forma de razonamiento ha sido posible la aproximación al presente de los
excombatientes por medio de la necesidad como categoría ordenadora. Esta ha puesto de
manifiesto varios procesos que involucran una diversidad de actores. Según esto, la importancia
de la necesidad dentro del campo de observación radica en que sirve como puerta de entrada a
la subjetividad del sujeto y a la identificación, en un ejercicio de objetivación, de los campos de
posibilidad en los que se puede intervenir. Es una categoría que contribuye al diagnóstico de la
realidad compleja de los ciudadanos en proceso de reincorporación.
A ello se le suma la experiencia como segunda categoría que permite penetrar en la realidad. De
hecho, es desde la articulación con la necesidad que se pueden formular las estrategias de acción

70
del sujeto colectivo con el fin de modificar activamente su presente. La posibilidad de
transformación va de la mano con el movimiento y con su propia trayectoria. Entonces, la
experiencia posibilita una articulación de las temporalidades, es decir del pasado (memoria), el
presente (necesidad), con el futuro (utopía). No es una relación unidireccional; al contrario, no
existe una linealidad coherente, sino que varía según el sentido que construye el sujeto. Estos
puntos convergen en la potencialidad del presente, y en la viabilidad del proyecto utópico.
El presente se erige como el plano privilegiado para la investigación, ya que se trata de un
proceso en pleno desarrollo permeado por la incertidumbre. Su captación con la complejidad
que implica no es tarea sencilla, así que la construcción del problema no se puede hacer desde
un razonamiento ‘parametral’. De este modo, se recurre a la relación de conocimiento que
plantea el sujeto y a los sentidos que imprime a su entorno. Es así que elementos como los
murales, nombres, objetivos, cooperativas e iniciativas contribuyen a ese proyecto utópico,
debido a que expresan la consciencia de sí y su colocación.
La potencialidad puede ser aprehendida desde la objetivación del campo de observación, en el
que se articulan los niveles de realidad con el movimiento tanto del contexto-coyuntura como
del sujeto. Se da una identificación de los campos de oportunidad y de los obstáculos en aras de
la aproximación y consecución de la utopía. Se trata de la operacionalización para viabilizar el
proyecto utópico. Si bien recurriendo a la ideología el sujeto hace unos planteamientos de la
realidad y de cómo leerla, es necesario que ese discurso sea práctico para poder sentar las bases
de la utopía. La potencialidad adquiere sentido desde la operatividad práctica del discurso
ideológico, puesto que de lo contrario el nivel de abstracción lo inhabilita y limita la capacidad
de transformación del presente.
III. Posibles puntos de potenciación al proceso desde la investigación
Ahora bien, la propuesta epistémica de Zemelman no se limita al campo académico únicamente.
Es una apuesta política por el cambio que busca. En efecto, se afirma que: “La construcción de
conocimiento, en este caso, será vital en la apuesta zemelmaniana por brindar elementos para la
acción política” (Retamozo, 2015: 46). De esta manera, la captación de la realidad y su
penetración, junto a la identificación de los puntos de potenciación desde la objetivación tiene
una finalidad y es la realización de un diagnostico que pueda conducir la acción del sujeto
colectivo hacia la transformación de su presente. Entonces, se enuncia que:
Desde una lectura política, y en estricta relación con la noción de utopía
(Zemelman, 1998), razonar desde estas categorías tiene por objetivo abrir un
panorama de posibilidades de concreción, cuya activación está directamente
relacionada con las opciones que un sujeto visualice como posibles de ser
llevadas adelante. La investigación, como es pensada habitualmente, no se
plantea utopías, sino objetivos. El planteo de utopías es lo que hace de la
propuesta, además de una modalidad para construir conocimiento, una propuesta

71
política: es conocer para transformar, no para acumular (Zemelman citado por
Andrade y Bedacarratx, 2017: 52).

Es importante reconocer que los planteamientos de Zemelman tienen un tinte activista, ya que
se encamina a la acción y a la transformación del presente, gracias a su potencialidad. La
construcción del problema no se hace con fines meramente académicos, sino que propugna la
conformación de un panorama que permita identificar los puntos de potenciación de los
procesos, en medio del movimiento de la realidad. Según esto, lo que se ha establecido en el
presente trabajo, se hace en ese espíritu de construcción y de aporte a la identificación de los
puntos de intervención posibles para el proceso de reincorporación y potenciar la construcción
de la paz.

Por esto, se pueden señalar algunos de los elementos que, desde el ejercicio de investigación
realizado, pueden contribuir al fortalecimiento del proceso y que han sido resaltados por los
miembros del sujeto colectivo fariano, considerando la complejidad de la realidad. Los puntos
sugeridos no vienen de la definición o delimitación de la realidad, sino que se dan en el marco
del campo de observación. Es necesario conservar una perspectiva abierta e inclusiva, desde la
cual se proponen algunos puntos de potenciación del proceso.

El primero se vincula al papel del sujeto colectivo y de las estructuras que procuran que
mantenga su cohesión. Si bien tanto el Partido como ECOMUN tienen una cobertura nacional,
se encuentran anclados principalmente en los 24 ETCR. La dispersión de los excombatientes
constituye un aspecto que pone en peligro a la colectividad, porque debilita su capacidad de
interlocución y de fortalecimiento de los procesos internos. Sin embargo, la dispersión tiene
lugar frente a los incumplimientos del Estado como de las pocas ofertas que brinda el modelo
en la práctica. Se necesita hacer operativo y funcional el modelo de reincorporación colectiva
que se ha planteado idealmente desde lo ideológico.

Lo anterior se encuentra ligado a las dificultades institucionales para la apropiación efectiva de


la reincorporación integral, lo cual hace que las formaciones, entre otros, se dirijan a los
individuos y no a la funcionalidad del proyecto colectivo. Existen múltiples falencias en la
concepción de los proyectos y en su ejecución. Esto va de la mano con los lenguajes
aparentemente divergentes que manejan tanto el gobierno como el sujeto colectivo, al igual que
la voluntad política cambiante y la dificultad para la asignación de los recursos en un contexto
político difícil. Los excombatientes tienen un objetivo hacia el cual quieren dirigirse, pero
existen algunas trabas que los ponen en desventaja y dificulta la consecución del proyecto
utópico como el no reconocimiento de sus saberes y el monopolio del conocimiento acreditado
que detentan las instituciones educativas.

Otro elemento fundamental que se articula es la cuestión de la propiedad de la tierra y de las


implicaciones que trae tanto para los proyectos productivos como para el modelo de
72
reincorporación y el proyecto a largo plazo de constituir centros poblados. Este es un elemento
estructural que se encuentra atravesado por la propiedad, tenencia, distribución y concentración
de la tierra en el país. Es parte del punto 1 del Acuerdo, a saber: Reforma Rural integral. La
inclusión de los ETCR en los PDET y PTR constituye un esfuerzo institucional por fortalecer
el proceso de reincorporación desde el cumplimiento de lo pactado en el Acuerdo Final, pero no
soluciona la necesidad inmediata de tierra que tienen los exguerrilleros. La incertidumbre sobre
su propiedad limita la capacidad de intervenirla y de apropiación del espacio, lo cual ha
contribuido a mecanismos de adaptación como la creación de los NPR.

También, el proceso se ha ido reconfigurando, pues en el movimiento de la realidad se han dado


nuevas dinámicas que permean la reincorporación como la dimensión familiar. Esto hace que
los incumplimientos y las necesidades en los Espacios no sean únicamente de los
excombatientes, sino que se convierte en un problema de familia. Los proyectos productivos y
los centros poblados dejan de ser condiciones materiales del proceso y se expanden para
articularse en esa relación imbricada que conforma la realidad, afectando la cohesión del sujeto
colectivo y aumentando la presión por hacerse con un sustento. Asimismo, las condiciones de
habitabilidad no son completamente aptas, ya que existen viviendas sin acabar, no hay cobertura
eficiente de los servicios públicos, entre otros. La necesidad es de tipo familiar.

A esto se le suma la forma en que se concibe el desarrollo y los discursos que manejan los
múltiples actores. Mientras los agentes externos buscan imponer unas lógicas vinculadas a un
discurso particular del desarrollo ligado a los ODS, los excombatientes buscan la construcción
y consolidación de un modelo solidario que les permita modificar esa concepción hacia una de
solidaridad, reciprocidad, tolerancia y desarrollo del ser, no dependiente del desarrollo
económico únicamente; sino que se dé una redistribución más equitativa. En efecto, es lo que le
da sentido a la utopía de una ‘Colombia digna y justa’. No obstante, las metas, medios y formas
de medición o evaluación difieren con los actores externos.

Los procesos que tienen lugar se dan en distintos niveles que van de lo local a lo nacional, e
incluso internacional. Aquí se resalta la importancia de las estrategias y alianzas que se pueden
establecer con actores en distintas esferas, de acuerdo con los contextos-coyunturas. Los
espacios de representación como los Consejos Territoriales de Reincorporación son importantes,
pero no suficientes. Asimismo, las temporalidades que manejan los actores varían. Mientras las
necesidades apremiantes afectan la cotidianidad y calidad de vida los excombatientes, el aparato
estatal hace que lo urgente se disuelva en los ritmos burocráticos. De allí que la identificación y
consolidación de socios o aliados cobre relevancia.

La reincorporación es algo que se ha planteado de manera integral, relacionando lo político, lo


económico y lo social. También, incluye los enfoques: étnico, de género y territorial. La
operativización debe ser efectiva y las dimensiones que abarca deben ser aprehendidas por las
entidades estatales. Sin embargo, no es suficiente. Existe una población excombatiente con
73
discapacidades ligeras o severas generadas durante el conflicto armado que no se adapta
adecuadamente al modelo, por lo que se ve una ausencia de una ruta diferencial para su
integración a la reincorporación.

El proyecto utópico articula diversos niveles de realidad que incluyen los niveles macro y micro.
Los marcos legales bajo los cuales se ha ido constituyendo ECOMUN le dan cierta estabilidad,
aunque en la cotidianidad de sus miembros se experimentan las dificultades de financiación y
ejecución de los proyectos. De igual manera, el modelo de tipo ‘paraguas’ es
predominantemente rural, brindando pocas opciones a los excombatientes que se identifican con
un proyecto de vida más urbano. Adicionalmente, existen otros elementos que se articulan en
esta realidad que hacen parte del Acuerdo como la participación política, la cuestión de la
justicia, entre otros. Se observa la realidad compleja en movimiento en un proceso en desarrollo,
que abarca múltiples dimensiones y se relaciona con otros procesos simultáneos que lo
influencian.

Los actores locales, los recursos de la cooperación internacional, la composición del gobierno y
del Congreso, las organizaciones de la sociedad civil, etc., son ejes que afectan la construcción
de la paz y hacen parte del presente desde el cual se va dando forma al camino para llegar a la
utopía. La viabilidad del proyecto y de su potencial está vinculado al movimiento tanto del
sujeto colectivo como del contexto-coyuntura que articula diversos procesos desde la realidad
compleja. Lo indeterminado se inscribe en el modelo mismo y da cabida a la intervención del
presente, siempre desde un campo de acción cambiante.

La relación de conocimiento que construye el sujeto, siguiendo su colocación y consciencia de


sí, permite penetrar en su realidad y aprehender la subjetividad desde la cual se formula el
proyecto utópico. La construcción de la paz como vía privilegiada para acercarse a la utopía,
pone de manifiesto la experiencia del sujeto y el reconocimiento de su trayectoria. La
temporalidad aflora articulando pasado-presente-futuro desde la triada memoria, presente
potencial y utopía. En este sentido, el trabajo propuesto no pretende determinar lo que está en
desarrollo, sino contribuir a la identificación de los puntos de activación o potenciación del
proceso cubierto por lo incierto. Muchos problemas pueden ser construidos desde la realidad
compleja de los exguerrilleros, por lo que el planteamiento hecho solo corresponde a una de
tantas posibilidades.

De este modo, los postulados epistémico-metodológicos de Zemelman contribuyen al


acercamiento de ‘lo constituyéndose’, por medio de una perspectiva crítica de la teoría y de las
formas de hacer ciencia. Su apuesta va dirigida a lo concreto, puesto que busca la transformación
o el cambio por medio de un pensamiento epistémico. Así, se responde, de cierto modo, a la
realidad compleja, porque se da una incursión en ella a través de la construcción de problemas
y de un uso crítico del pensamiento que puede ayudar a enfrentar el desfase entre la teoría y la
realidad. De igual manera, es una iniciativa con un tinte político. Procura cierto activismo,
74
debido a que su finalidad es contribuir al cambio, a la operacionalización del discurso
ideológico. El presente potencial no es una proyección de conceptos explicativos dando razones,
sino que es una aprehensión del sentido que construye el sujeto de su realidad.

De allí que se pueda articular con la utopía como horizonte. Lo potencial permite la modificación
y la acción, porque se realiza un ejercicio de objetivación. El presente y futuro se encuentran en
la experiencia del sujeto. El pensamiento epistémico hace posible la expansión de los límites,
de lo definido. Se puede aprehender ‘lo incierto’. Es así, que este trabajo no ofrece una visión
cerrada del proceso de reincorporación y del modelo colectivo de ECOMUN; al contrario, busca
hacer un ejercicio de apertura e inclusividad, de modo que no se determine lo indeterminado,
sino que se expanda el horizonte investigativo en la medida en que el proceso continúe y se siga
consolidando.

75
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100 sesiones del Consejo Nacional de Reincorporación. Comunicado de prensa.

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nueva política de paz del Gobierno de Colombia, a la implementación del acuerdo con las Farc,
y reitera su condena por el reciente atentado realizado en la Escuela de Cadetes, en Bogotá.
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“Comunidad Internacional reconoce la detallada planeación, la seriedad del trabajo y los
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gobierno implementa el acuerdo con acciones y resultados”, dice Consejero para la
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Márquez no dice la verdad. Comunicado de prensa.

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83
ANEXO I

Fuente: El Espectador. (marzo, 2018). Así quedó conformado el Congreso 2018-2022.

84
ANEXO II

Fuente: ARN. (julio, 2018). ETCR.

85
ANEXO III

Fuente: Museo de la Memoria Fariana, foto propia, (octubre, 2018).

Fuente: Museo de la Memoria Fariana, foto propia, (octubre, 2018).

86
Fuente: Museo de la Memoria Fariana, foto propia, (octubre, 2018).

87
ANEXO IV

Fuente: Defensoría del Pueblo. (2018). Homicidios de líderes sociales y defensores de


D.D.H.H. 2016-2018.

88
ANEXO V
Figura I: Mapa de actores para la reincorporación de los exguerrilleros de las FARC, producción propia.

MAPA DE RELACIONES DE ACTORES ACTOR

RELACIÓN
FUNDAMENTAL
SENA
CTR RELACIÓN
FUERTE
RELACIÓN
MEDIA

ACTOR CENTRAL
COOPERATIVAS ARN CNR
JEP
RELACIÓN
BIDIRECCIONAL

GRADOS DE
INTERRELACIÓ
OACP CONGRESO N E INFLUENCIA
UNP PARTIDO
ECOMÚN
FARC

ETCR CONSEJERÍA PRESIDENCIA


AGENCIAS DE PRESIDENCIAL
CIUDADANÍA COOPERACIÓN PARA LA
ESTABILIZACIÓN

ALCALDÍA DUEÑOS DE
TIERRAS
APC FONDO
MULTIDONANTE
ART
GOBERNACIÓN
1
AGENCIA DE ORGANIZACIONES
TIERRAS DE LA SOCIEDAD
CIVIL

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