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Cuentos de Ada PePe Pelayo tustrcknes de Alex Pelayo Por raro que parezca, en estos Cuentos de Ada no hay varias magicas, duendes, castillos, ni nada que se convierta en tra cosa. Pero si son cuenitos de Ada, Porque tado lo que aqui se narra le ‘curre al pobre Adalberto: desde insolitos problemas, por tener que ‘cuidar a su hermanito menor 0 ‘conquistar a su chica, hasta enfrentar 4 Orco, un grandulén contra e! cual le hace falta la varta magica, ‘que no aparece en estos relatos. ww pepepelayo com il . | INFANTIL ‘ | (92008 Ds et ee age Cuentos de Ada PePe Pelayo sree Alex Pelayo Towra ifaguara de CX. sie ese DF C6310, | Dr Piers 16, Sango de Sc, La a + aos Scan (Costin 1899-110 Motrin, Uap: + Seton vac 12 crn Frere Ait, Pa ie Fakioos SA. hme Rosen Oar Pu Bon, ALFAGU A Sebastidn por su gran sentido del humor ya Martin por sara PRIMERA PARTE de los Playos EL HERMANITO ~jAda..! jAdalberto! ~Si, mami! Ven aqui. Necesito un favor tuyo, tesorito. Se me erizaron los pelos, Siempre que mi madre me llama tesorito es para pedirme algo desagradable. Deseé que el favor no fuera algo muy complicado, por- que me habia hecho amigo de varios mu- chachos y habfamos quedado en salir a re- ‘mar y la mafiana estaba fantéstica. Me encanta este balneario. Debo convencer a mi papé para que nos traiga siempre a ve- ranear a este lugar. ~Mira, Adalberto, hace dos dfas que llegamos y todavia no me he podido bafiar en la playa. ;Tii podrias entretener 8 a Yoyito mientras tu padre y yo nos da- mos un chapuz6n? —Pero, mami. —Escucha, tesorito, estabamos pen- sando en comprarte una tabla de surf, pero no sé. ,Guao! jBlla sabe perfectamente que esa tabla me obsesional Es muy inteligente y picara mi madre. Por esa tabla yo soy ca paz de cualquier cosa. Y, la verdad, pensé que me iba a pedir algo més dificil. Porque, aunque latoso, cuidar por un par de horas a ‘mi hermano chico no es un precio tan alto. —Estd bien -le dije-. Pero un rato nada més porque tengo cosas que hacer. De esa manera me responsabilicé del enano y decid{ hacerlo con profes nalismo, Para empezar, me puse a recor dar cémo cra yo cuando tenia esa edad. Por eso stupe que me iba a ser facil mane- jarlo. Aposté a que si me evaluaban como nifiero me daban el maximo de puntos. Por ejemplo, yo sé que a los nifios hay que tratarlos con dulzura. La entonacién, s0- bre todo, es muy importante. ~Oye, si te portas bien, te voy a lle- vara andar bicicleta. Enseguida me lo prometi6. (Qué satisfaccidn! Hay que usar psicologfa in- fantil. El maximo de puntos para mit Ya! -dijo-. Vamos, ;Dale, vamos! Eran las nueve de la mafiana, Tenfa ganas de nadar y correr un poco por la playa antes de encontrarme con mis ami- 05, pero ya no me podia echar atris. Ademés, a los nifios chicos hay que cum- plirles siempre lo que se les promete. A pocas cuadras de allf hallamos tuna tienda donde arrendaban bicicletas. —Necesito arrendar una bicicleta. Si, dame tu carné -me dijo la en- cargada del local. =No tengo ningiin carné “le con- testé, —Entonces no puedes arrendar bi- cicletas. Tavimos que volver ala cabaiia. Por suerte, mis padres no se habfan ido toda- via y papd me presté su carné de condu- cir. Regresamos a ls tienda, 10 Nos demoramos porque Yoyito quiso que lo Hlevara en hombros, pero lle- gamos, aunque algo cansado, debo reco- nocerlo, Y comenzamos el trimite. =Usted se queda con el carné? —preguneé, s ‘0. Yo me quedo con el carné—me dijo la mujer-. Es una garan- tia. Cuando traigas de regreso la bicicleta te lo devuelvo. Escogi la mejor bicicleta. Con esa gente hay que estar atentos, dice siempre mi tfo Mat/as. El podré ser un chiflado, como alega mi mama, pero sabe mucho de estas cosas. No habfa nadie en la cille. Nos su- bimos y asi, sin impulso y en zig zag, to- ‘mamos rumbo desconocido por las calles del balneario, Eran las once y media, cuando pa- 10s bajo una palmera. =Bueno, Yoyito, ya has paseado te, Mas de dos horas. Ahora, regre- ala cabafia. =No, ahora vamos a jugar a la pe- lota. ~Qué...2 No, flaquito ~respondi con dulzura, después de la soxpresa. ~Bucno, entonces vamos a andar a caballo —dijo. Mira, enano, no te pongas maja- dero; tenemos que regresar ya. ~iYo quiero andar a caballo! =No puede ser. 'Yo quiero andar a caballo!! Cuidar ninitos no es tan fécil como se piensa, Pero no era para descontrolarme al primer problemita, sno? De diez. pun- tos, me iban a tener que dar los dicz por la salida que le di. Esta bien, vamos a andar a caba- lo. Pero con una condicién: un rato na- da mis, zest bien? Ya deben estar espe- randome para remar. Lo entendié perfectamente. Ense- guida fuimos por el caballo. —Buenas, Nosotros queremos arten- dar un caballo, ~{Tu carne? ~me pregunts el hombre, —Mire... tengo un problema. Es que con el tinico carné que tengo tuve que arrendar esta bicicleta, me entiende? iY que? Que... nada, que ahora no tengo rninguno para el caballo —Entonces, ze6mo vas a arrendar el caballo? ‘Qué mal me cayé el tipo. Es de esa gente que no ayuda a nadie. =No sé -le dije-. Debe haber algu- na solucién, zno? Mire, podemos hacer tuna cosa sien ver del carné yo le dejo co- mo garantfa esta bicicleta, resolverfamos cl problema, zno? Eso no esté permitido ~me con- testé casi sin mirarme, “Sefior, yo solamente voy a arren- dar por un rato. ;jComprendat Fijate, te lo voy a arrendar —soleé finalmente=. Pero no te demores. ;Va y me pilla un in St, Muchas gracias. Quise que fo -montara solo, Para qué iba air con él? Yo sé bien lo que = cs jugar. Seguro se imagina un gran gue- rrero, que sobre su corcel dirige todo un gjército, No, no podia montarme con él. (Ademés, la peladura entre mis muslos, por culpa del asiento de la bicicleta, no me lo permitia, aunque hubiese querido), Asi, unas veces yo caminaba delan- te, y den el caballo, me segufa; otras, él galopaba y yo lo seguia corriendo, Sudar es bueno. Claro, uno a veces se pasa. Alauna y cuarto me senté en una ra. Tendi mi camisa a secar sobre un arbusto. Mi decisién podia ser tajante, pe ro era justa: se acabé el pasco. Las dos horas iniciales ya se habfan convertido en més de cuatro. Fuimos a devolver el caballo. Habia un anciano sentado afuera, —Hola. Me puede decir dénde es- ta el que arrienda los caballos? Hace un raro que se fue—me con- test6-. Lo vi guardar los caballos, cerrar con Ilave y subirse en una bicicleta, Pero no es posible! Yo todavia tengo uno de sus cabalos. iE iene mi bi- cicleta! ~gricé. —Ah, ;era tuya? Por eso me extrafié, El nunca ha tenido una, — Usted sabe dénde vive? quise saber No; sé.que es por la costa, pero dénde exactamente, no te podria decit. jLo que me tem{al Desde el prin pio me cayé mil ese tipo. Qué se puede esperar de un hombre que no se preocu- pa por un caballo y se roba una bicicleta. -Si, Yoyito, después. Ahora, vamos a devolver el caballo. =No, yo quiero irme ahora porque tengo hambre. —Espérate, primero tenemos que re- solver esto. ~Yo quie... , iQue te subas! ;;Me oyes?t A-veces hay que obligat a los nifios chicos. Quizas de diez, me daban ocho 0 ;nueve puntos si me evaluaban en ese mo- mento, pero no podia hacer otra cosa. El ruido de un motor me hizo mi- rar al cielo. Era un avién volando a poca altura con un lecrero desplegado en la co- Ja, Los chicos en la playa gritaban y lo sa- Iudaban con las manos. Vi a lo lejos va- rios botes deslizandose por las pequefias olas que se movian con la débil brisa. ;Y pensar que yo podria haber estado alli di- virtiéndome con mis nuevos amigos! Nos apuramos. La tienda atin esta- ba abierta y la misma empleiida atendia, Buenas tardes —le dije-. Mire, le voy a explicar. Yo no traigo la bicicleta... 7 ee Ah, no trajiste la bicicletal 2¥ pa- ra cuxindo lo vas a dejar? Es tarde ya. ~Si, es que...—me costaba trabajo, pe ro tuve que decirlo~. Mire, resulta que a mi hermanito se le antojé andar a caballo y yo no tenia el carné, ya que lo dejé aqui. En- tonces, hablé con el hombre de los caballos yle expliqué la situacién. Al no tener carné, imaginese, cra dificil arrendar ast... Y se nos ‘cocurrié que si yo, como garantia... (Aquello no fue ficil. ¥ cuve que decirlo, aunque me salié en un susurro). = ..dejéall la bicicleta por el caballo, ~jzQuell grits Si —traté de terminat la explica- cién-, Entonces, cuando fui a devolver el caballo, el hombre no estaba. ~Pero, gy la bicicleta? —me pregunts. Se lo estoy explicando! —la inte- rrumpt-. No la traje. Pero, fijese... esto se puede resolver... “le propuse, no muy convencido-, Mire, ahora ustedes se que- dan con el caballo como si fuera la bici- cleta, zme entiende? Entonces, mafiana se resuelve todo. -iA adie se le puede ocurrir eso! :Dénde vamos a meter un caballo? ~iYo qué sé! Pero entienda: zy yo? Qué hago con el animal? Yo no soy de aqui Lo siento, Ese es tu problema, Mi- ra, Io mejor que puedes hacer es irte con tu caballo, y mafiana veremos. Ya eran la dos de la tarde, Nos fui- ‘mos los tres para la cabafia, Amarré el ca- ballo en ef jardin, Estaba seguro de que mi madre comprenderfa todo este lio, Su calma y serenidad me hacfan mucha falta en ese momento, ~¢Dénde rayos se meticzon?! — vo- ciferé al abrirnos la puerta~ Mira ese ni- fio como estat j:Sabes qué hora es?! Aplastado, intenté explicarle todo. Ni me dejé terminar, ;Y eémo se puso mi padre por su carné! Me prohibieron ir a la playa por el resto de las vacaciones, Pero fue al otro dia fue cuando en realidad me dolié el castigo. Recuerdo que Yoyito se paré en la puerta y comen- 19 ‘Agarré la 26 a sacarme la lengua y a reltse, Ag almohada para tirsrsela por la cabeza, pe- ro meaguanté, Esa no era la mejor mane- rade tratar a un nfo chico. Lo miré y no le hice nada. Si me evaluaban me tendri- an que dar diez puntos. / * lieideiee iteany me eagle mano. rité diez veees que odiaba a mi herman Después lancé Ia slmohada hacia el techo con toda mi rabia. Tave mala suerte, Dio conera la kinpara, y ésta me cayé encima. “Me pusieron tres puntos en la fren- tc... con esos puntos, seguro desaprobé la evaluacién, 20 La mentira , Hace como quince lias, el tio Matias me llevé” a pescar al rio. Caminamos y caminamos. Y de repente, sin darnos cucnta, estébamos en medio de un desierto. Un cactus y el esqueleto de un camello, fue lo tinico que vimos en diez kilémetros a la redon. dda, No habjamos comenzado a transpitar cuando, de pronto, de la arena surgieron uatro osos polares y nos rodearon. El tfo Matfas, con su gran agilidad mental, me agarrs de un brazo y pegé un salto tan comunal que caimos al borde de un ipicio, situado frente a una selva re- de serpientes, leones, gallinas y mos- . No nos quedé mas remedio que, impulso, rebotar dando otro salto, en la cima de un volcan en erup. Nos tomamos unos minutos para retomar el ritmo de nuestra respiracién, Después, al observar el lugar, nos dimos cuenta de que el voledn no era el, sino un gigantesco hormiguero. Decidimos en- fonces continuar saltando, cuando un temblor de tieria nos hizo rodar cuesta abajo, Como la nieve atin estaba algo du- 1a, formé una bola alrededor nuestro. Ca- sial llegar abajo, ya la bola media la altu- ra de un edificio de tres pisos més 0 menos. Por suerte, caimos en una playa y la nieve se derritié. Medio mareados to- davia, nos vimos en la necesidad de bus- car un refugio, porque unos vientos hu- racanados nos empujaban hacia un ‘enorme hoyo negro entre las rocas. Llega- mos con dificultad a una cueva. Y para sorpresa nuestra, allf se encontraban ju- gando domind, un indio apache y un cos- ‘monauta. El tio Matias les pregunts por el camino mis corto para regresar a casa yle oe dos ki- Jémetros caminando por debajo del rio, que desembocaba a unos metros del lu- gar podrfamos Heyar en uri afio, El tio seit acias, agradecido, les obsequié un fras- co de mayonesa que llevaba en el bolsillo, y yo les regalé mi boomerang, —jMentira, Ada! jEso es mentiral =No hables tan alto, Yoyieo. Vas a despertara todo el barrio! Qué pasa ahora? ~iQue es mentira lo del boome- rang, porque me lo regalaste a mi! = qué importa eso, flaco? ¢No me 2 qué impor m dijiste que querias un cuento para dormir? —jMentiroso! jE] boomerang me lo diste a mf! ~Yoyito, no grites, vas a lograr que papa... ‘Mentiroso! =Minra. —jMentiroso! ; ~Yoy:to, jcdmo te odio..! Mentiroso! iiPapat! ;Yoyito no me - EI séndwich . Ese dia me preparé el Fo sindwich mas rico y gran- de que se haya visto jamés. Tenfa fa boca hecha agua. Me lo servi cn un plato para comérmelo con tranquilidad en el patio. Pero, de pronto, recordé que estaba solo en casa con Yoyi- to. ZY si me vela y se le antojaba la mitad del sindwich? Decidf entonces comérme- lo encerrado en el bafio... Sélo contemplarlo era wna locura, Dos tapas de pan apretaban una hambur- guesa doble, hojas de lechuga, cebollas, pepinillos, dos capas de rodajas de toma. tes, un huevo frito, varias lascas de queso, y sobredosis de mayonesa, mostaza y ket- cchup... De nuevo se me hizo la boca Pero habia un problema. O me co- ‘mia uno a uno los ingredientes por sepa- rado, o aplastaba los panes y me lo comia todo a mordiscos, abriendo la boca lo més posible. Si, porque el sindwich media unos centimetros mis que una estirad! ‘ma boca promedio. Y la mia no era tan grande... Dudé, Yen esa vacilacién estaba cuando Yoyito, al no encontrarme por ningtin la- do, comenzé a llamarme a gritos. No lo pensé dos veces. Que me per- donara mi hermanito, pero no podia ‘compartir aquella delicia. Abri tan desme- suradamente la boca que sonaron los hue- sos de mi mandibula, Sentf un dolor agu- do, pero enseguida se me pas6. Sin embargo, una sensacién de parilisis me invadié la cara, Tocindola con mis dedos lo pude comprobar: jse me habia trabado {a quijada! No podia cerrar la boca! ;Era incretble! ‘Tenia que ir al médico lo mis pronto posible! Pero senti miedo, zY «i salia y se ‘burlaban de mi en la calle? Era muy fécil teirse si me comparaban con un buzén, 1 ejemplo. O si un gracioso me metfa papelito arrugado como si mi boca tun basureto, ;Y qué dirfa Cary si me asi? Nunca més se interésarfa por mf. que era peor! (Si el pesado de Orco Menaba la boca con agua sacada de jwier lugar! ;O un hombre: sin darse 27 cuenta, me apagaba un cigarillo en la bo- ca confundigndola con un eenicero! No, no podia salir ast... ;Pero qué podia hacer? Tntenté cerrarla a la fuerza, con una mano en la cabeza y otra debajo de la mandfbula, Nada, Entonces se me ocurtié una idea estrambética, pero era mi tinica oportunidad: me golpearia la quijada con el pufio cerrado. Comencé suavemente. Nada, Continué con més fuerza. Nada.La tercera vez, me concentré pensando en que golpeaba la cara de Orco. El knock-out fue fulminante... Percibi un fuerte olor a alcohol. Po- co a poco se me fue aclarando la vista y comprobé que me encontraba en un hos- pital. Reconoci a mis padres parados de- ante de la camilla. Entonces escuch¢ el to- no alto y agudo de la voz de mi hermanito: _..¥senti un estruendo, Empujé la puerta y vi que era Ada, Entonces llaméa Ja ambulancia, como ustedes me enscfia- ton, y lo trajeron para acs. Ab, y también recogi su sindwich... 28 ~Pues eémetelo tt, hijo mio dijo mi made~. Te lo mereces, En ese instante senti que se me ha. cia la boca agua. Y senti también un pro fundo odio por mi hermanito. SEGUNDA PARTE EL ROMANCE a Primer intento Ya legs Ja miisica. Cary esté, ae Jindisima. {Qué a manera de gus- Cg, tarme! Tengo que bailar con ella! jEs mas, hasta pue- do preguntarle si quiere ser algo més que mi amiga! Pusieron un tema suave. Es mi ‘oportunidad. ; Mi tinico problema es que he comi- do ensalada con mucha cebolla, ¢Qué de bo hacer? Tengo dos posibilidades: * Me arriesgo a sacarla a *O meolvido del asunto. Pero, gy si yo le gusto?... Si, me arriesgo. ;Debo apurarme y sacarla a bai lar rapido! ;Si! Aunque, no... no sé. Las; decisiones hay que analizarlas muy bicn . me acerco y la invito a bailar. tengo. dos posibilidades: 32 rast. * Baila conmigo. * O no baila conmigo, Sino baila conmigo, esté todo cla- to: no le gusto, Pero si acepta, tengo dos posibilidades: * Que bailando le haga la pregunta de si quiere sr algo ms que mi amiga. * O que bailando no le haga la pregunta, Si bailando no le hago la pregunta, estd todo claro: soy un imbécil cobarde Por no tener valor, Pero si le hago la pre- gunta, tengo dos posibilidades: * Que me diga que si. * O que me dig que no. Si me dice que no, esté todo claro: no le gusto, Pero si me dice qie sf, tengo dos posibilidades: * Que me deje bailar muy cerquita de ella, * O que no me deje bailar muy cer- ‘quita de ella. Sino me deja bailar muy cerquita de ella, etd todo claro: no le gusto Pero si me deja bailar muy cerq 33 ella, tengo dos posibilidades: * Que se de cuenta de mi aliento a cebolla y no siga bailando. *O que se de cuenta de mi aliento a cebolla y siga bailando. Si se da cuenta de mi aliento a ce- bolla y no sigue bailando, esté todo claro: no le gusto tanto. Pero si se da cuenta de mi aliento a cebollay sigue bailando, ten- g0 dos posibilidades: * Que ella también haya comido cebolla y no me hucla, *O que ella no haya comido cebo- Ila, pero le gusten los malos olores. Sia ella le gustan los malos olores, std todo claro: no me gusta y no sigo bailando, Pero si se Cr BR cis co- bolla, eso significa » que comparte mis, gustos. Por lo que vamos a ser algo mas que amigos y muy felices. Por lo tan- to, jya lo deci 34 1

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