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IMPRONTAS 
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Varsovia  

...a Mía y Carolina F.,cada una parte de la vívida transparencia que supone 
la añoranza…   

IMPRONTAS 
De  la  inmensidad  que  pareciera  sin  resolución,  prospera  la  única  denuncia  en  la  línea 
que  al  trascender  separa  y  también  estrecha  el  cielo  con  la  tierra;pronto  el  mal  de  un 
improperio  se  tornará  palabra  para  redimir  la  finalidad  de la belleza.  Se permitió 
el  silencio  que  excede  la  tregua  como  promesa,un  corazón,  pecado  de  mezquindad  y 
arrogancia,  siempre  deseoso  de  consumir la ausencia en el sustento de improntas que se 
envanecen  en  la  luz,siempre  declamación  del  misterio  y  de  la  indignidad  que 
acompañan  la  renuncia  de  su  postergación.  Y  toda  injuria  fue  el  amparo  de  la  pureza 
mientras  el  nacimiento  de  una  herida  exaltó  el  ocio  de  aquella  amante  que  agonizaba 
por  la  divina  tolerancia  del  recelo,que  en  un  presagio  de  lágrimas  era  apenas  la 
incertidumbre  de  un  recorrido  paciente  y  el  hastío  en  el  gesto  detrás  de  la  soledad,y 
suspiraba  y  decía:  “Hacia  la  ribera  del  Dios  hecho  ocaso...aquí,  sobre  la  peana  que 
abandonaron  los  padres  del  infortunio,  el  batir  de  alas  de  un  potestad  celestial  que 
tropezó  en  su  fe  y  se  descubrió  a  sí  misma  como  un  apremio  de  audacia  y  vergüenza, 
corrupción  de  la  miseria,  vanidad  sin  esperanza,  sortilegio  para  el  arrepentimiento;  la 
santidad  de  su  cráneo  bajo  el  vejamen  de  una  corona  de  vicio  y  locura.  Aquí  ,su mirada 
fue  la  desesperación  de  esta confesión que bien recuerdo:’Nunca quise el paraíso, nunca 
pretendía  la  falsedad  y  la  opresión,  nunca  me  apresuró  el  elogio  a  la  eternidad,  nunca 
me  preocupó  el  anhelo  de  bondad  y  perdón.  Me  resisto  a la amargura de la culpa,no soy 
prisionero  del  sufrimiento.  Prefiere  mi  ser  la  verdad  y  la  crueldad  de  lo  terrenal,  el 
sacrificio  y  la  maldad  de  una  patria  atroz  y  sin  ley,el  aguijón  infernal  y  la  sabiduría  del 
exceso,  el  horizonte  en  llamas  y  su  numen  que  proyecta  la  libertad  sobre  el  espíritu 
,tentado  a  reverenciar  el  caos  de  la  naturaleza.  Nunca consentí mi gracia para humildad 
de  una  cruz’...aquí, flores para el desasosiego se dejan ver,mientras me ufano y consagro 
al relumbre de un ardor que tiende a envejecer el secreto de la carnalidad proverbial, que 
enciende en un rostro sin padecimiento la inquietud.   

 
 

  2 

Ahora, aspirar al cobijo de luminarias 

que despiertan lejos del terror de la imprecación. 

Ahora, aspirar al descanso bajo el manto de la noche, 

a la presencia Selenica. 

Ahora,  desterrar  del  pecho  el  temor  y  cejar  en  el  empeño  de  vida,aplacar  el  deseo  de 
desprecio que la vastedad mereciera y tributar mi esencia a la justicia y su abismo,  

para ser un estremecimiento sin honra. 

SAMSARA 

Presiento  el  milagro  de  siglos  de  inocencia  a  través  del  párpado  de  la  mañana,y  es  que 
soy en esta carne 

esa transición que acaparó el pecho de Scardanelli. 

La dicha y su sencillez se fundieron en el verbo para resguardo de la razón. 

Oh,esta vanidad que no me permite el reposo y me torna recelo y desdén, es la negación 

para  el  cristal  que  robustece  y  proyecta  mi  faz,refugio  de  la  inmensidad  que  se redujo a 
espera. 

Los pormenores de toda ciencia palidecen en la fiera que apresura el don de castidad 

donde el horizonte conviene una herida broncinea de fuego. 

En  la  lejanía,  vertientes  de  placer  procuran  la  profundidad  de  un  latir  que  padece  la 
intransigencia, 

y  la  cuña  que  ostenta  el  deber  de  inflamar  y  denostar  ya  no  acompaña  el  dejo  de 
repugnancia legado por el alba en que se bebió la tristeza de una adoración 

sin deseo ni letanía. 

En  el  sentir  inminente,  la  templanza  de  un  instante  de  eternidad,  la  austeridad,  y  la 
soledad  

 
 

  3 

para foguear la dulzura de lo que es ausencia y traer la imagen virginal que comulgó 

la  esperanza  y  la  prudencia del desapego,despojándose de toda opulencia y de la sombra 


de PERSÉFONE en los labios, mocedad que fue compromiso de paciencia. 

Animadamente  se  burló  del  desamparo,  y  sin  dudar  se  pronunció  en  contra  de  la  luz 
acusadora  que  descendió  sobre  la  proporción  de  su  cuerpo;  su  cabeza,un  desborde  de 
recuerdos  que  no  recibieron  llamado  alguno,un  desborde  de  evocaciones  traídas  tras  la 
vigilia,mientras  apresuró  su  pacto  con  lo  terrenal;  así derramó en el mundo la desgracia 
de  una  bendición  desapacible,  siendo  en  la discordia de su palpitar más que su sombra y 
carnalidad,más  que  el  tiempo  de  su  rostro,una  manifestación  de  lo  irremediable,de 
aquello  que  aunque  no  evidente  es  presencia  en  la  vastedad,  siendo  anfitriona  de  un 
imperio sin afrenta, una reconciliación con lo recóndito y terrible del alma. 

Arenga para el final del día, propone esta noche, 

que en sus cenizas, 

lentamente, emprende un abandone que no merece la culpa, 

noche que como ensueño, 

responde a la invitación que nació de la urgencia del letargo 

,noche trastocada por enrojecida mística, 

silenciada de espiritualidad, adentrada en la fantasía de hondura 

que transparentaba esos ojos de olvido, 

noche embriagadora de asombros y suspiros que destruye 

la distancia, que postergaría el rumor de vida 

y el ruego a una ferocidad extendida sobre la aspereza  

del suelo como la penitencia del condenado. 

 
 

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DEL INCONSOLABLE 

Casi sufriendo la inquietud de su cuerpo, deja 

un suspirar de tristeza por una mansedumbre 

que demanda el pasado; tenía el amparo que merece 

el desinterés y el entusiasmo de la juventud, 

y se proponía infortunar una sombra de intromisión 

con su rostro gloriosamente constelado. 

¿Por quién prenderán los besos ciegos de devoción? 

¿Para la caricia de que mano impiadosa se descubrirá 

el latir del ramaje que exalta su piel? 

Con la impostura que traiga la falta de aprecio  

se perderán sus pensamientos de dicha,no hace mucho 

consecuencia de una razón inequívoca. 

Don que no alcanza la estimación, agravio de infamia  

que no reconoce la honestidad que secó su llanto, 

me enfrenta a la muerte; que nada puede ser ofrenda para 

el atrevimiento con que arremeten, demostrando  

el apuro de armas que no permiten la honra,las huestes 

nunca ominosas de mi deseo,fuera de su intriga y querer. 

 
 

  5 

Y en su tormento se permite partir,cargando íntimamente  

la deslealtad de una promesa.El aire que despierta de  

de mis palabras la devoción elegíaca,no podría aletargar ese pecho 

que siente la acechanzas y embriaguez de  

una cabellera de anhelos para enarbolar y enmarañar 

,consternación como belleza de una mujer que hereda de 

mi candor el duelo del recuerdo irrecuperable. 

Con el resguardo de la extrañeza que no mezquina lo desconocido 

,extrañeza que posterga tu hado, 

sin purificar el tesoro de tu vientre ,sos remilgo y 

el compromiso de tu aliento, mas te he visto inmortal, 

por oposición a la luz lacerante,en una demanda que jamás 

advertí como bendición y desmesura 

de una demostración de querer,velo para un corazón de impiedad 

y despedida. Y te he tenido en la imposibilidad de mis brazos,que fue 

el ayuno para el sueño de indiferencia, 

como misericordia y fecundidad que trajo clamor de pertenencia 

,que entonces sometí la vida a una incertidumbre, a un halago 

del memorial resquebrajado en tus labios. 

Y te he reconocido en mi esfuerzo, como el silencio 

 
 

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de un decir que no hace mella, 

como el intento de búsqueda que resulta el alma 

y el goce,como calidez y precordial pretensión de perdón,como  

presentir de una naturaleza sin atizar. 

A cada paso de la injusticia de tu humanidad, 

velo primordial se desgarra para permitir los avatares 

de una oscuridad que parece amargar la distancia, 

allí no veo más del espejo de tu mirar 

y adivino el gesto de la exuberancia, y conciliar puedo 

con la memoria la huella conmovedora del laurel 

que ciñó y consumió tu frente. 

Como por capricho de una plenitud que apasionó tu sangre 

,anheló tu pulso de dulzura la lujuria de una libertad 

sin temor;tuyo no sería el desgano y la flaqueza del espíritu 

para corresponderte los dones que secretamente repartió 

la súplica de una madre,más qué marca,la del rigor 

en tu semblante al marchitar el orgullo su proeza 

,que incluso con mucho para tributar a la comunión 

que sobrevino la vida,la misma en poco te tiene y nada de 

tu mortalidad espera,y te dedica la desconfianza y el resquemor 

 
 

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que sufre el mendicante y el enfermo 

en la caridad que es enmascarar,falsedad para agradar y aliviar. 

La ruptura de mi confidencia apenas te pertenece, 

la amargura de mi contienda simplemente no te alcanza, 

desandar puede ya el escándalo de tu temperamento, el martirio 

de un sendero de silencio y prudencia; tomará mi mano 

sin persuadir,el fruto que deja concebir una plegaria de locura, 

cuando tu audacia haya animado una interpelación 

a la inclemencia del firmamento; así, como la pulcra plenitud del día 

y la madurez de la profundidad que conviene a la noche, 

somos ahora, lo opuesto, lo que manipula el infortunio 

,desencuentro, el rostro de la orfandad que insinua los rasgos 

de un pesar,el ocaso de una carnalidad que se estremece 

para anticipar la frialdad y el horror de la muerte. 

Después de haber encontrado la luminaria que sobrevivía 

en la agonía de la oscuridad, después de haber reconocido 

el regalo de la metamorfosis de DAFNE,después dehaberembriagado 

la esencia de perpetuación, casi nada queda para recuperar la paz y su 

alivio, solamente el eclipse de una frente que sigue 

la utopía del vuelo que desterró la esperanza de lo cotidiano, 

 
 

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diamante sin prender que aclarara el deseo de prosperidad, 

lumbre para liberar que es el antojo de la divinidad 

que mora haciéndose morada,que quiere 

haciéndose lo querido, 

pastor y redil en la extensión de la infinidad que propone 

siempre más pureza que temeraria supremacía. 

Soy la rigidez de la desidia en la gravedad del suelo 

que se presiente una traición a la fortaleza, 

y no más que el estado de condena que dejo 

la angustia de un exclamar;soy la franqueza del tolerar, 

el recelo para el delirio de la virtud que precisa 

esa ilusión de consuelo tan pueril en el fango. 

Traeré a mi pesar el atrevimiento de velar por la memoria 

de tu impostura, olvidaré la fugacidad del regocijo 

en la imagen y su reproche cuando la pérdida 

sea casi silenciada por la licencia del sueño, y donde la sombra 

que insinuaba tu persona se permitía reinar,un vacío 

impondrá su afrenta, y donde la curva de tu espalda describía 

un reto de simpleza y entrega,el eco de muerte  

 
 

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dará a la noche, heredera de tu ausencia, 

como promesa, el elogio de la trascendencia. 

Con qué honradez del ánimo me apresuraré a la resignación; 

con qué pesimismo caminaré la oquedad de mi patíbulo 

para despeñar mis restos sobre la severidad y vehemencia de ese lecho 

que corrompe perpetuamente el duelo y el odio,y hace  

de la calidez que esclaviza y soporta la vida, 

un reencuentro definitivo con lo incierto; con qué expresión 

terminaré la transformación de mi rostro hasta enajenarme 

de mi apariencia; con qué reprimenda de la piel sentiré el confín 

del firmamento que fuera crisol para moldear y reducir 

a lo insignificante el desafío sin pudor de juventud efímera. 

Podría desvivirme por la búsqueda del espejismo 

que intente rescatar tu eminencia, en la visión de una niñez 

sin prejuicios, andar de castidad,en el otear desmañado  

del alba,invitación de vigor, en el atisbo de una sonrisa  

de sensual libertad, remanso de lo femenino que se brinda sin pretensiones. 

Musa prodigada a la luminosidad, en tu ternura falta, 

sos animadora de la hondura de mi apatía y desconfianza ahora, 

que la consternación a la indiferencia honra,y al agotar 

 
 

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un vislumbre de caridad reconciliarme no puedo 

con la razón y en el reconocimiento de ocio me duelo 

,me desamparo,siendo ansías y ajenidad. 

Si por haber sentido prematuramente el reflejo del pudor  

,si por haber codiciado la intimidad de la intemperie, 

si por haber urdido el final de la banalidad del respiro que no alcanzó 

la alabanza,el descuido de un aquelarre fatiga  

el fluir de mi espíritu, confinado a recóndito secreto, 

la compasión no asistirá al mandato de mi caída. 

El adolecer que engendra una religión errada para la existencia  

que nunca terminará de romper con la misma, 

la inminencia de la inadvertencia, 

en el horizonte enmudecido de devoción, teniendo de mí 

,su reflejo más perfecto y escaso, representación de la naturaleza 

que anuncia la suplica de perdón al soterrar el idilio de la luz propia. 

Ya pervive mi ademán, el privilegio de un capricho 

para ignorar la necesidad de abatir 

la decadencia de mi carga,de mi tributo, 

en la aventura del aire que cual deber de intromisión 

suaviza y exalta la yerma herida de lo terrenal, 

 
 

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aliento de pureza, resistencia de la amabilidad, tradición pendiente. 

A manera de desafío me propongo avivar la miseria 

de mis pasos en un peregrinar sin desgracia, 

ser provocación de austeridad y disciplina, emprender el deshacer 

de la reverencia que ofende lo reprobo,consumir el calor 

de vileza que desestima el remordimiento 

y el sentimiento de derrota. 

Endilgar al tiempo que es una suma de sortilegios y asombros  

el desencanto y el final de la fe. 

Tras un entredicho me precipito y la melancolía del engaño 

me pertenece como fuego de palidez sin semejanza 

en lo íntimo, con el resabio de un nombre 

,a merced del asedio de la soledad irremediable. 

DEL FORTALECIDO   

HÉCATE,tu,hecha desvanecer después del discernir  

que abrumó la carne del arrepentimiento, en el lucubrar 

y en el pasmo encuentro como obstinación tu imagen. 

Bendición es la queja que reflejando iniquidad y pesar, 

acelera el compromiso de tu respiración, y enciende  

 
 

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ferozmente el cariz de la joya de tu mirada,jamás de nostalgia y olvido. 

Máscara de burla ya no te tienta a padecer 

el yugo de la adversidad, la autoridad 

de la intranquilidad, que sin el fervor que puede inducir 

a la acusación y al reclamo ,en sosiego, con el interés  

que se adivina en tu insinuación, parece responder el mismo  

al poseso que se pregunta: 

“¿Quién atiende el aliento de una remembranza  

que nació de la duda y la desavenencia, 

tesoro de triste partir, del que se desentiende rápido  

el pensamiento de horrores? 

¿Quién tomará para adorno y perfume 

el despojo tangible de una doctrina de tempestad? 

¿Quién coronará la cumbre de su rostro en el atrevimiento  

de una ordalía y encomendará el fruto de su cariño 

,perpetuación de su ser,a una fuerza 

de hostigada ferocidad? ¿Quién,en la negación 

de su juicio y su castigo, a lo inmortal colmará de injurias 

,que rescatará su boca la blasfemia y será destierro de la pena?” 

 
 

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Diosa que guardas afinidad con ARTEMISA, sin querer la calma 

de tu ser, he distraído mi mirar en un atardecer que se presentó inesperado  

;mi esencia exculpé del misterio de la exclamación y de la huella  

que podía disipar el deseo de lo luciente mientras ardía  

;mi humanidad curé de toda enemistad, del deber de cuidado, 

de la mezquindad; que ya soy lo que antes no fui en mi latir. 

Y,remozado, el brazo del hijo de HIPERIÓN,extiende 

su mansedumbre a través de mi pecho, 

encontrando para reprensión del silencio de la tierra y su prodigio, 

la memoria de un soneto profuso de imágenes, remanente 

de una admiración y veneración que deja de sustentar por un momento 

la pira de exacerbado lustre del olvido. 

Patrocinadora de la magia y la hechicería, para la mano  

de aquellos que superaron el temor y el rigor 

de la conciencia con la experiencia de la locura, se libra 

de la aspereza y de la injusticia que acogen ruinas 

el altar reducido a evocación del riesgo de tu nacimiento, 

a descubrimiento del rastro de tu ascendencia. 

Hermosura con destino de languidez ,que arriben a la distinción 

de tus hombros los primeros ángeles del alba 

 
 

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,y el rosa de tus mejillas les imponga el castigo de devoción  

,a fin de que todo sea unión y conformidad 

,a fin de que se de muestre tu valía y madure la inocencia  

de tu orgullo, y el esplendor pueda crecer en tu verdad. 

DEL AMANTE   

Hermanada a la fragilidad, tu figura evidencia  

la transformación de una puesta deudora de todo el encanto  

y pudor ,y las palmas de tus manos contienen  

un memorial que desconoce el sufrimiento, y deslumbra  

el recorrido del rocio en tus piernas que renunciaron a lo cálido  

para ser cual ramaje que acoge la estación mustia de resignación. 

El zafiro de tu mirada me provoca pensamientos de dones sin declinar  

,pensamientos que irrumpen como acoso de dicha, 

como socorro y consuelo para anhelos que no alcanzarán 

la satisfacción; mi carnalidad corresponde a esta incontinencia  

y se complace,que con la dulzura del estremecimiento  

se propone demostrar la ambición de un querer paciente. 

Tomé la suavidad de tu veneración con el mismo egoísmo  

del suelo hecho para su miseria arcilla oscura, 

 
 

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que el calor del roce de un cielo prendido sin prudencia  

ni mesura, procura para recuperar su fortaleza. 

Tomé la sencillez de tu tesoro antes de encarnar el gesto  

de pertenencia que asiste la virtud de serenidad… 

Esa lápida de presunción que resiste el desprecio de la incertidumbre  

que fue siempre dictamen de la vida, hubiese  

brindado al cuervo que achaca a tu mocedad infructuosamente  

algún lamento de CORE,destino de impunidad, 

mas el delirio que acompañó tu postura,te volvió 

para la pereza,ERINIA de seductor musitar  

celosa del tormento de la piel para permitir el expugnar  

en su majestad, juventud que ceñí con mis brazos 

de redención y pena,que me rendí 

ante el síntoma de tu desnudez,y desperté en mi ausencia de palabras  

el beso que sofocaba la cumbre de tu respiración 

con el abandono de la paciencia, con el desparpajo de la insensatez 

,y persevere en ese reconocimiento, y me encontré 

en la claridad desprejuiciada de tus ojos como quimera  

y flaqueza, insignificancia, traslucir de intimidad, 

y herí mi orgullo en tu boca, resquicio de fiebre que conjuró 

 
 

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la vida en la embriaguez del placer,y resume 

el sentimiento de NARCISO,víctima del reflejo  

de su propia exuberancia. La palidez  

de una corriente que recupera la temeridad y la soltura te pertenece, 

por contrariedad de un tiempo a batir, como también 

la perseverancia de una noche y el errar de ceremonia 

que emprende la indulgencia del anhelar de la voz hecha hondura, 

desde la que sobrevive el secreto de lo imperecedero apenas, 

mujer, dispuesta al asombro y a la admiración 

para acarrear tu niñez, acometer de deleite preserva tus flancos  

y tu cautivar agrada a la naturaleza, más 

que resguardo y templanza, casi gratitud que desconoce  

la mesura, que el mundo resplandece palpitante  

bajo la oscuridad del tacto, y lo celestial se despeña en el sublevar  

de este aroma de abstracción que consentimos. 

La premura de la hija de DIONE, 

a partir del salto que acometerá la mañana en su rictus, 

un juramento para envejecer la certeza de la belleza, 

condición de entrega y dilación de la esperanza finalmente; 

el distanciamiento del clamor 

 
 

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que podría preparar el intento de la sangre 

,a partir del atrevimiento que contendrá la luz, 

un agradecimiento para traer las ansías del porvenir 

,tedio de la hilaridad, madurez de la imagen entrañable 

que deja perdurar la extrañeza 

y vigor del anuncio de cercanía al final. 

DEL LOCO   

La obstinación de mi frente para un cielo de desolación 

,revela el marchitar de la discordia. 

El pecho sin tribulaciones de una hija que conjurablo indecible, 

como la ansiedad de un querer  

que esclarece la noche de esta memoria de alucinación  

y despojar,legado de parsimonia. 

Mi cuerpo y su ofensa,abandono del reto de fascinación  

que atempera el temor, cautela, que mi mano  

parece guiar el horror de la duda  

en la mezquindad de su anhelo; soy esta sombra  

de desestimación sin precipitar,la miseria  

de ostentar un borrón de lealtad dentro de la mirada . 

 
 

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Espíritu de desesperanza, abismo de infecundidad, alienta  

a la pérdida de la fe,a la renuncia del sosiego, 

y el vacío de su rostro se torna un sonreír de infierno  

y deshonra, haciendo resonar en mi cabeza  

una voz que no es más que la hostilidad del recuerdo  

menos querido y la ceremonia que lo niega 

,para mi consideración: “Ese ser que consumir más no puede  

la hidalguía de su palpitar, que se hunde en el silencio  

y se desentiende de la espera y de la angustia del vivir 

,es del orgullo lo inalcanzable, y al rezar su secreto se apaga  

lentamente una incertidumbre que corroe ¡Ah,la eternidad  

como bálsamo que el alma no deja de probar hasta el hartazgo  

,hasta la resignación! 

Por acompasar el infortunio de su estertor a mi la lamento  

de ménade,me vuelvo el recelo de un estado que abraza gentilmente  

la libertad absoluta, voluntad hacedora de sortilegios e ilusiones 

,impertinencia de un crepitar que desconoce el reproche. 

Por comulgar con su desgracia, la arrogancia de lo sagrado  

no permanece en mí más que un instante… 

 
 

  19 

A merced de la majestad de esta inmensidad  

que no se presta a tregua y bien denuncia la pequeñez  

de lo civilizado, encuentro a su descendencia, 

que se despeña en descenso terrible, vislumbrando apenas como  

lejano sueño de horror el fuego de arrepentimiento, 

siendo carne de indiferencia que todavía no se duele e ignora  

el pudor que resulta promesa de realización; 

que quien presiente la inminencia de la condena, presiente  

la grandeza de la misma,y no espera ser sorpresa, sino se estremece  

anticipando la gloria final de la sima que lo devora,y se adueña  

de la intuición de una verdad similar a la del pacto de labios 

perdidos de la humildad del afecto,labios propensos  

a avivar la proclama del misterio que procura la ferocidad  

y la belleza de lo desvirtuado. Así mi compasión podría  

repartirse entre agonía y castigo…”La intimidad irrumpe a mi alrededor, 

abstención e incomodidad, y la visión  

a través de la distancia de la luz de una bacanal que aguarda me atrapa  

improperio de desesperación encendida y audaz, 

final de toda religión y armonía, animosidad, peligro  

y estrago del goce.La herida del tiempo es la declaración  

 
 

  20 

del nacimiento y el desatino de la represalia para merecerla, 

y no se aferra al carmesí tenue de la puesta que ya descolla . 

DEL DESFIGURADO   

  

El tiempo de lo intangible, un momento que no transcurre, 

para deseo de la humanidad que encontró la carencia  

y el presagio de lo espiritual en la ceguera de su trajín. 

Vibración indiscreta de lo íntimo, ánimo de plenitud, 

para esfuerzo de un mar que respondió a la presunción  

con la soledad de todo romance sin ataviar . 

¿Cómo rescatar el reflejo propio del pasado en la indulgencia? 

¿Cómo recuperar el rostro intacto de una calma que ya no se posee 

,al concentrar la vista sobre el espanto de ese gesto  

que apresurar no pudo el desprecio? 

Ni piedad ni terror para mí… Pronto será del canto  

de muerte, la añoranza de CALÍOPE.Pronto se levantará 

pagana llama de heroísmo. 

¡Oh,perplejidad, te he sacrificado por la aurora  

del pensamiento, por la sensación de justicia 

,por el consuelo de una cristiandad derruida, por la virtud  

 
 

  21 

de difamar los prodigios de la locura, por la renuencia  

y la conformidad del creyente! 

¡Oh,melancolía del animal seducido por las tinieblas, 

tu amparo he desconocido, y con éste el imprevisto  

de la fuerza que consagró a DIONISOS la fecundidad  

de la naturaleza, caos del pulso que enardece la vida  

y la vuelve capricho y vanidad, que he martirizado mi piel  

en el frío de ese bautismo que imparte aire casto de pobreza! 

¡Oh,denuedo y privilegio de villanía, por dominio excesivo  

de mi afecto,no me acompañaron y me pareció 

como surgido de la pureza el temor, que comparecer ante  

vestigios del horizonte de dirimir eterno, fue aletargar  

la ofrenda de mi vigor, despoblar mi memoria del porvenir  

y allanar su maravilla para Dios! 

Sangre de evocación se derrama y se mezcla con la espuma  

de un desdén que conserva el engaño de sierpe  

como enigma de la ciencia, relucir de oscuridad en pugna 

,rezagar del lecho de DRUSSILA que encontrara  

la probidad de esa hermosura que supone la queja  

al sentir su ausencia, que suavizara siglos 

 
 

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de congoja y sobreviviera inmaculado, con el estigma  

del esfuerzo de la soledad confesa e irreprensible . 

Prestancia del orgullo conmueve la mano que en su dilapidar 

trae el dilema de querer o corromper, mas mi fealdad  

es provocación que no se permite la turbación y el desorden  

de la emoción, es emblema de lo inescrutable. 

El final de lo vasto descubrirá el reflejo perdido y total de una riqueza  

sin enmendar ,para deleite de los sentidos, DELFOS y el templo que en su corazón  

prodigaba las respuestas de los ojos del día, el monte de las musas  

que fueran cariño y condolencia de un convite sin irresistible reminiscencia ; 

ILIÓN como imágenes de una prosperidad  

y de una confianza que no presagiaron el importunar 

y la amenaza a nadie más que CASANDRA; 

el pastor antes del sueño que lo pudiera mantener  

por siempre como triunfo de la juventud, 

cuando era caricia y ornamento inquieto de la noche; 

la expresión de DÁNAE ante el oro lluvioso; 

el reencuentro que a DEMÉTER recuperó de la desesperación  

y la negligencia para bien de lo terrenal; 

 
 

  23 

el rescate de PERSEO que evitó la injusticia del sacrificio; 

el cortejo de las fieras y animales salvajes que prestaban  

obediencia a CIBELES. En este reflejo, una ralea que  

apasionaba el testimonio de un panteón que atesorara  

la lealtad de su destino como intención imperecedera de dignidad. 

DEL QUE PRESIENTE LA TRANSFIGURACIÓN  

El poniente de orfandad abreva el vacío  

que ahonda mi devoción, más el ropaje de amonestación  

con que se reviste la esfera aparente que ciñe la tierra 

,se corre para destacar el asombro que inquieta mi esencia ,que es  

irradiar de expiación que no pudo emanciparse  

de las ansias de retorno más allá de la reserva de la piel. 

El hálito de mi entrega prevalece sobre el privilegio de 

desgracia que sobrevive en la injusticia de mi cuerpo  

,apenas alivio de pureza, apenas censura del resentimiento y pudor. La visión triunfal  

es celeridad y se reconoce en mi ambición, 

así esta juventud que se probó en el padecer  

me pertenece como desafío  

 
 

  24 

de la bondad y gratitud. 

En torno a mí el horror de lo innoble, 

la acusación de una apatía sin fin,no obstante los fervores  

de una realeza que congrega el sentir de certeza 

con la magnificencia del teatro espiritual, reclaman el arribo  

de mi persona, que coronará la fantasía 

de los santos y será la autoridad ufana de lo incorruptible  

,a fin de fundar definitivamente el principio de una alianza  

de gozo en la intimidad del corazón que  

el hombre deja arreciar en sí mismo. Me apresto para gloriar  

el ápice que estimula el universo y lo hace movimiento 

,como bienaventurado, y conformar un todo con éste. 

 
 

  25 

  

LO QUE RESERVABA  

Transida  en  el  dejo  de  inocencia  que  contenía  su  voz,me  permitía  escuchar  el  consuelo  para  esa 
estación remota ​que iluminó secretamente su rostro: “Después..” 

El  resabio  de  la  ignominia  y  la  franqueza  que  se  relego  a  la  dedicación  de  la  mano  que  en  su 
esfuerzo  animó  la  desconfianza  y  la  duda,el  derroche  sin  destino  que  fue  el  placer, 
olvidaba,cuando  decía:  “Después…  Siempre  después…”Que  en  su  boca  renacía  la  justificación 
del  privilegio  que  acometía  la  naturaleza,  el  delirio  de  un  hálito  que hacía del deseo más frágil, 
perseverancia. 

 
 

  26 

DESEO  

El  día  atrayendo  simplemente  la  noche  que  podrá  depurar  su  naturalidad. 
El  gozo  postergando  el  sufrir  sin  gesto…  Nada  aturde  más  a  mi  esencia  que  la  promesa  y  la virtud, 
nada  me  injuria  más  que  Dios  y  su  perdón…  Entre  nosotros,  el  desandar  de  una  carnalidad  que 
busca  la  fortaleza  y  se  deja  seducir  por  el  aroma de la desesperación, para crecer en la suavidad del 
reconocimiento  que  el  suspirar apenas resiste,para profundizar un anhelo efímero… Sea procurando 
nuestra  ruina  o  encontrando  en  el  aire  el  bálsamo  que  pueda  arraigarnos  a  la  vida,que el don de la 
piel  hecha  apremio  ,traiga  la  admiración  y la codicia de aquellos que se consuelan en la indiferencia 
y repugnancia… 

 
 

  27 

LEGADO  

Discretamente allanó su desarraigo; 

le correspondió el escándalo al regaño de su corazón; 

su mirada descansó de la vigilia en el desborde de un cadalso sin asombro 

y apagó el horizonte que apañara  

las plegarias de su compasión; 

con indiferencia postergó la bestia de su respiración 

para murmurar la malicia de su adoración  

que partió la joya arrebolada de su faz y legó esto: 

“Bien podría haber levantado  

,para la incertidumbre de tu imagen, 

hija de la pureza ,mujer de belleza en deuda, 

un templo de silencio y espanto, la memoria fustigada  

del niño que como confesión de su anhelo 

amontonó en el manto de las estrellas imperios de soledad 

,las márgenes de una alquimia, y sumergía 

en el océano de la noche su infierno, y deseaba  

verse a través del candor del reflejo con  

la sonrisa de una desavenencia. 

Bien podría haber tenido tu fatiga, la víspera  

 
 

  28 

de un mundo desapasionado  

,la sublevación y la esperanza del linaje. 

Bien podría haber encontrado tu resignación  

,jueces de piedad,hermanos y hermanas ajenos al rigor  

de la penumbra, manos de impaciencia para  

el descubrimiento de esa vastedad circular que convenga  

la refundación de la vida misma , 

desagravio del gesto que se desentiende de la enfermedad  

y del maltrato. 

Mas lo que tu fortuna ostenta, es una humildad de muerte  

,una orfandad que no se permite siquiera el misterio  

,que la desgracia del suplicio que aviva tu ser  

se escatima,incluso para sustento  

del olvido y la indiferencia. 

 
 

  29 

CONFESIÓN   

Ahora, al resguardo de una noche que reluce la tutela de su corona,y se hace centro de una 
infinidad que arrastra las luminarias del cortejo sin tiempo, vislumbro como hijo de la claridad 
que no ciega,el rastro de vanidad, donde la honestidad de la naturaleza que su tesoro despliega 
con la servidumbre del entusiasmo, está sometida al final y su ángel confiesa:“Dios en todo su 
esplendor asiste al barro de la creación que le pertenece, dejando ser al día, que su majestad 
nada oculta, mas preserva para su corte,después, tal tarea ardua,que nace la oscuridad y la vida 
palpita en la tranquilidad del sueño que despoja la verdad de lo mundano,entonces todo es 
ambición. ” 

 
 

  30 

DELIRIO  

CALÍGULA habló al firmamento, que pareció por un instante  

ocupar el anverso de la ausencia: “Es tu belleza 

,añadidura de una pena que se tornó como fruto maduro  

cuando la inocencia apenas movilizaba su tesoro  

dentro de tu pecho,ante la mirada de una madre  

siempre tentación de melancolía y del reproche; 

y en aquella dulzura del tiempo, un día de calma 

descubría tu cuerpo por primera vez con la paciencia que permitía  

la cercanía, mientras la oscuridad  

nos retenía en una ignorancia de revelación, y encontraba  

donde tu rostro era niñez indómita  

la profundidad que consume la acechanzas; 

entonces la sencillez de nuestra intimidad  

hacía para mis labios de tu nombre la transgresión exhaustiva y definitiva  

de la dicha,que mi corazón, incluso hoy se dilata  

de gozo si susurro:‘DRUSSILA…’ 

Entonces mi sombra no proyectaba todavía la amenaza  

de la venganza sobre el trono Romano.” 

 
 

  31 

RENUNCIA  

Y mi alma de socorro tiende a la aspereza de un querer que es devenir del prodigio sin deshacer 
de la desnudez,que es inquietud, que es callar,pues he renunciado a lo simbólico y muerto,la 
pretensión estéril del lenguaje, el valor de las palabras, el artificio del sentir que se consume en 
su ponderación y exaltación, pues me he llamado a enmudecer en la voz de mi religión que ya 
no ruge el secreto de la plenitud, ni aflora la insinuación de su afrenta en mis ojos ¡Habia 
inocencia en mí, todavía la hay! 

¿Queda algo de desprecio en mi adoración? ¿Alguna vez hubo desprecio en mi adoración? 

Lo cierto es que mi devoción sí se ha despreciado. 

 
 

  32 

PRESAGIO   

La carcajada del lunático, estruendo que despierta la curiosidad o la consternación del horror en 
quien la escucha,y que a veces merece la admiración y la franqueza del regocijo, y el caminar de 
vigor y arrojo que desconoce el prejuicio de un sendero y no describe la torpeza del impulso, 
serán para mí las armas de esta necedad que me pertenece como una piel sin habitar 
completamente, otra piel ,dones del delirio que acontecerá en mi padecer ¡Constelación 
brindada a la posesión de cristal diáfano, gesto que olvidó el movimiento, vacío de la 
voluptuosidad, orgullo de la belleza que no aprendió penitencia alguna ,estimación y desdén 
sobre mí, que la mansedumbre del otoñar se funda con el valor y la urgencia de un cuerpo que 
no se permite perdurar como recelo,tan reconocido y a la vez tan inhóspito para su presentir,y 
que más allá de la herencia de esta civilización, del campo que resecara la sangre de la disputa 
,del refulgir de ese trono asentado en el lodo de la pereza,del lecho que perdiera el canto de 
sirena de todo deseo crepuscular, de las ruinas que reflejen la ceremonia de búsqueda de 
ATENAS ,del luto que encallara su pureza donde el tiempo abre las heridas de la compasión, del 
apacentar que demora la efusión de la vida,allí, el desoír se vuelva fascinación de los sentidos, 
despertar de una emoción que acelere el palpitar, fortaleza del impulso para desentrañar y 
conquistar! 

¿Será de esta noche y del adolecer de su aroma, el ardid que propicia el presagio de 
renacimiento?  

 
 

  33 

AUSENCIA Y MEMORIA   

La remembranza de la mujer dueña de mi espanto y de mi compasión, que por su bondad 


conoció el destierro, que estimó ser el deseo que rehuye del juicio de pudor y fue simplemente 
la culpa que niega la desnudez y la exuberancia bajo una luz heredada con escasez ,gota a 
gota,que encontró en la hendidura de la tierra el reto de persuasión que precisa el atrevimiento; 
la extrañeza de ese recuerdo que me conmueve como sanción de la nostalgia. 

En mí, el espíritu es rumor para silenciar el misterio de la desesperanza. 

El oscurecer del terror se abre camino a través del rostro de aquella amante desvirtuada, y la 
lección de su mano se torna maldad y fascinación, villanía y codicia que confirma la miseria del 
reír que bien pudiera traer el atisbo de una noche para desfallecer; así trasciende la falta de su 
presencia y corrompe la ilusión de la memoria. 

 
 

  34 

CIRCE  

El arco amarillento que devino la luna,cuerpo perplejo de la noche que 

se desplomó sobre el orgullo del mundo 

para asistir la invención del tiempo  

en la labor de hombres de insomne máscara, parece atestiguar  

la intención de tu temor 

,el secreto de la calidez en que se ampara tu carnalidad. 

Los que puedan encontrar el asomo de tu belleza, te comparecerán 

por los demonios de tu tristeza 

,pues con resignación te has propuesto 

deslumbrar la culposa fugacidad de una figura de azar y misterio 

,más su diferencia todavía es el dolor  

que fatiga tu existencia. 

Así la desilusión de la vida te desvela,que tu palpitar tiende a  

la certeza que propone el olvido 

,y la verdad de tu palabra es fuego y derrota de la pureza  

,denuncia que interpela el orbe de tu disputa; 

así la esperanza, para tu quietud, es el desafío de la mocedad 

frente a la tiranía del abismo que atraviesa la desolación 

,el compromiso de una fe 

que debe ser consumada en la paciencia. 

 
 

  35 

A LAS MUSAS  

En la oscuridad de mi pensamiento, cuando mi sentir 

me hundía en la indiferencia y la falta de pasión, que ni se  

sometía con rigor al don de las palabras mi lengua, ni se hacía  

dignidad mi silencio, cuando en mi gracia estaba fatigado  

y sin el rumbo de la inspiración, 

llegué por obra de la mano de la providencia  

que en su sabiduría hace y deshace el destino ,dejando muchas  

veces al hombre que aprende la necedad a un paso de la destrucción  

,y protegiendo por momentos al humilde de los avatares  

de la miseria que abraza, 

a entrar después de andar a ciegas,en las ruinas 

de la cuidad que no hace una eternidad guardaba  

el templo del hijo de LATONA,el cual anunciaba sus oráculos  

por mediación de la pitia. 

Y donde me encontré todavía se pudo escuchar el rumor  

de esa devoción que sustentaba la belleza, remanente del mundo  

de riqueza, pues el suelo bajo mis pies presumía de ser  

,antes del maltrato de la desidia, antes del abandono  

de la memoria, la joya que realzaba la virtud del PARNASO. 

Entonces fue mi humanidad posesión  

de la fuerza que con asombro pude invocar  

,que nuevamente la acción empleó mi cuerpo, mas en esta ocasión  

 
 

  36 

para hacerse impropio esfuerzo  

,y enseguida corrí como alguien que a la desesperación  

se entrega y se vuelve afrenta de la imprudencia. 

Luego, de súbito me detuve, 

no obstante sin la pretensión de cambiar de aire, 

y cerré los ojos,que en su ausencia mi mirada confesó  

el final del horror, dispuesta a reconocer el secreto  

de la magnificencia. Comencé a librarme del yugo de la vida  

,y experimenté mi existencia como la osadía  

de un suspiro de la tierra que anhela el prodigio del firmamento  

,por lo que mi corazón explotó al despertar  

el milagro de la pertenencia que lo conquistó, dándole alas  

a mi renacimiento. Con el alivio de la mortalidad superado, 

consentí en mi el ángel que apresurado quiere abrazar su origen  

,impulso de dicha que trasciende la calidez  

y el amparo de la carne me colmó. 

Sin considerar mi fortuna con el fin de la pena 

,que incluso el descubrimiento  

de lo sublime puede tornarse molestia o tortura pronto  

para el ser errante por naturaleza, adentro de mí  

surgió el recuerdo de la vida sujeta a la fragilidad  

y a la búsqueda de paz,la austeridad de envejecer  

el reflejo del sueño de la confluencia 

 
 

  37 

,así la nostalgia aconteció en el gozo  

mas no duró y se consumió como instante  

de una luz que espera la plegaria, 

que la inminencia de la realización apuró su promesa. 

Me envolvió el aroma que propicia la misión de la pureza  

,y como destreza que quiere cumplir el destino de perfección  

y arremete a través de la incerteza, 

a mi ánimo le infundí la sencillez de la impaciencia. 

Finalmente abrí la mirada más allá de la ambición  

y la llené con la esencia de toda invención. Abajo,al trasluz,el monte  

de GRECIA pareció contención de la pequeñez  

de mi majestad, y el mundo se reveló con el estrago  

del abismo que se ofrece sin la voracidad del caos  

,intención de claridad y armonía; sobre mí, derramado, 

el esplendor que regaña la vista,antes de madurar la ilusión  

de la misma y legarle el rostro definitivo de la belleza  

,proporción que no ostenta ralea en la índole humana  

,que aunque describe el rigor y la dignidad del hombre  

,también puede ser referencia de la delicadeza y castidad  

de la mujer, declaró el triunfo del amparo  

y se llevó mi admiración. Y es que entré a la esfera  

primera, desde donde se precipita la inmensidad   

,que es principio de la creación por albergar al creador. 

 
 

  38 

Con la renuncia que experimenta quien abandona  

la fantasía para despertar y hacer del placer  

la amargura del desengaño, sentí mi cuerpo y temí la modestia  

de un firmamento que no terminó de alumbrarse; 

la cercanía creí entre mí y el corazón de los restos  

de DELFOS,así pensé que estaba en el sitio que la decadencia  

augura la gratificación y la satisfacción de la conciencia. 

Y me levanté, y supuse que al hacerlo  

no tomó parte influencia alguna más que aquella  

que corresponde al entusiasmo del aliento renovado; y  

me convencí de que la visión que presidía mi sueño se permitía  

enmascarar la verdad  

para en ésta sobrevivir, por la necesidad de confirmar  

el don de la mística en mi corazón  

que devino incestuoso derrumbe. 

Con la entrega de un hombre que está dispuesto  

a concluir el desgaste de su tarea,a mis pasos  

le di soltura y el compromiso del sendero  

me enfrentó al avance de HELIOS  

que desbarató el amor de esa hermana  

que nunca lo impacienta, y se asentó en oriente. 

El deterioro del tiempo a la distancia de lo fortuito  

y más allá repartió el peso de la intriga  

 
 

  39 

,para la guía de mis sentidos; 

la ambición del silencio me acompañó como presencia  

de resignación que desdeña la torpeza de la materia. 

Mas,sin haber resistido demasiado el andar  

de mi pasión, a la quietud me aferré ,que me sobrevino  

e estremecimiento tras la separación de una llama  

que trajo el estrépito de la armonía, el horror de la adversidad. 

Este lustre a su nacimiento relegó  

la voracidad de la libertad, como fruto del desenfreno  

que se esconde del desacierto de la razón  

y resulta hallazgo del vacío, y pareció sustentarse   

lejos del disgusto paciente de la tierra, 

así me provocó la fascinación y la duda  

,mas no podría revelar que sentí cuando se dilató y dividió  

en tres y comenzó a descender, que adquirió  

cada fuego un color bien definido. 

Tuve para mí, por el milagro de ese progreso, castaño, 

esmeralda y púrpura ardor,y en estos una celebración  

del día y del desasosiego. 

Muy lentamente el relumbrar de la tríada 

,cual natura que se desarrolla y en su desarrollo   

pone a prueba la percepción y la paciencia, 

pudo lucir la intimidad del tesoro que abrumaba, 

 
 

  40 

que lo ardiente se volvió presencia de la belleza 

,y demostró tres grupos de tres mujeres 

que presumieron del atavío correspondiente a la distinción  

del velo encendido que las ocultaba. 

Hacia ellas fui,y dejé subyugar mi seso  

por el deseo;mientras lo hice,mi atención  

consagre a lo que con sus cuerpos comunicaron, 

como testigo de una comunión de dicha. 

Las disfruté, luego de arrimarme hasta el pudor  

,en la inquietud de la danza que las ponderó  

,movimiento de la hermandad que se llamó a circundar la ausencia; ajeno  

mi oír al hechizo del canto que brotó  

de la ambición de sus labios, canto que pareció homenaje  

y búsqueda del cielo desde sus rostros 

,como si lo divino incluso en el privilegio de su permanecer  

necesitara siempre reservar para su gozo  

el alimento del alma y el secreto de la mocedad. 

Al percatarse de mi persona 

se complacieron sin interrumpir la maravilla de su desempeño  

,y por un instante me hicieron el agradecimiento y  

la ternura que solamente descubre el corazón  

que olvida la orfandad y recupera el templo de la devoción original. 

Aquéllas que honraron al terreno ingrato de CERES  

 
 

  41 

con su vestidura, vinieron a mí primero  

,después de soltar las manos de las otras , 

que como quien trata de corresponder una bendición, 

miraron la estrella de ese día más luciente. 

La que evidenció en el rostro el asomo de la sombra  

del pensamiento de prudencia, con la seriedad  

que no invita a la preocupación 

sino a la tranquilidad, me dio a conocer el propósito  

que le pertenece: “Conmigo el hombre asegura la supervivencia  

de su pasado, que en la memoria solamente se puede cimentar  

el futuro, sirviendo a la sensatez como ejemplo  

para el presente, cuando refleja riqueza y armonía , 

o como recordatorio de amargura, advertencia de aquello  

que no debe suceder,cuando trae la miseria y el terror.” 

Continuó: “En mi mayor estima tengo  

al autor de aquella obra que no se puede ignorar  

si se quiere el reconocimiento de la antigüedad  

hasta tiempo antes de las guerras entre ESPARTA y ATENAS  

;al que, nombrado estratega,llegó tarde  

para ser el salvador de la ciudad de ANFÍPOLIS  

,que fue así el destierro su condena  

,y dejó al mundo su HISTORIA DE LA GUERRA DEL PELOPONESO; 

también ,de mi consideración y aprecio no escapan  

 
 

  42 

,aquél que nació en PADUA,que mientras se dedicaba  

al estudio, ya comenzado el reinado de TIBERIO, 

supo vivir al margen de la política  

al redactar AB URBE CONDITA LIBRI,obra sin acabar; 

y el procónsul que como orador logró fama  

,que posteriormente escribió DIÁLOGO DE LOS ORADORES  

,LA VIDA DE AGRÍCOLA, GERMANIA,las HISTORIAS  

y los ANALES. Ellos fueron lo que más se parece  

a excepcionales hijos para mí; fuente de orgullo  

y dicha para mi corazón, cada victoria que lograron conseguir. ” 

Inmediatamente, como alguien que decide no dejar  

que se asiente el honor del silencio en el aire 

,mezquindad y desconfianza siempre, 

la compañera que a su izquierda estaba, 

hermosura por la ambición y la audacia atravesada,habló: 

“Me ves ahora sin el compás y la corona de estrellas, 

que ante ti en esta reunión no me destaco  

más que por lo que visto junto a éstas dos.Pero para  

despejar tu curiosidad a fin de que satisfacción obtengas  

,te digo, sobre mí, que soy la deidad llamada a presidir  

la ciencia que se hace al ser de ambición que no se conforma  

con el mundo,levantar la mirada y seguir el curso invisible  

de los astros y ahondar con sueños y ceguera de niño  

 
 

  43 

donde el universo comienza su derrotero de eternidad  

;a la vez se me encargó la parte de las matemáticas  

que estudia las propiedades y relaciones de las figuras  

en un plano y espacio, que supe amparar  

a EUCLIDES, APOLONIO y ARQUÍMEDES, nombres  

que guardan relación con el florecimiento de este saber. 

En mi interior, cual céfiro sin control, 

se desató la pasión y hacia el pecho de mi señor me arrojé  

,en una ocasión, para mi ser abrasar en su querer  

,así concebí de él a LINO y a HIMENEO, que al probar  

fruto tan nutricio,al someterme a la domeñadora dulzura  

de su recuerdo, fui el cariño que desmiente la ilusión  

de soledad y no cesa de conseguir el favor del amante  

que lo asiste a través de la apariencia de la ausencia  

,de esta manera la estación del vigor rejuveneció  

la intemperie de mi palpitar que despertó  

a la experiencia de la felicidad con la urgencia del compromiso. 

Deja que de mi sentir me aparte,sin embargo, 

y pueda decirte para encauzar tu pensamiento  

a una claridad que no admite desprecio y darte esperanza  

,que la licencia de PROMETEO fue a tu estirpe  

más que el don de la mortalidad, descubrió  

el pacto de libertad que todavía atestigua el ámbito  

 
 

  44 

que apresura el porvenir del deseo y de la pena, que se aprecia  

como la protección de eterna madre  

que se reparte entre mares y praderas, bosques y arroyos  

,valles y manantiales, entre lo árido y fértil  

,entre lo apacible e indómito… ”Calló  

y debió acertar la timidez de la mujer que recuerda de repente  

el deber de discreción; entonces ésa que faltaba en la presentación  

,obtuvo permiso para su decir, dio un paso adelante  

y giró con ligereza la exuberancia de su cuerpo  

que hubiera trascendido en la reserva de cualquier vestimenta  

,y quedó de rodillas como quien no resigna el desafío  

del mirar,que pareció el descarrió de la seducción  

que ofrenda el estremecimiento del latido y la promesa  

del tambor de ese cobijo sin intimidad, a la virilidad  

que precisa el desahogo para ser deleite y paz;y se expuso  

con la palabra, y proferir el encanto del instrumento que deja  

sacar de sí lo mejor pudo, 

al resultar su voz el tañido que prenda y amansa: 

“Como en la mano solícita los racimos  

que brotaron de nudoso sarmiento apenas conmueven  

,la humanidad que del tedio y de la soledad arranca  

la medida del querer que honra la justicia, 

no se inquieta lo que debiera y alimenta el secreto  

 
 

  45 

de su angustia, pues todo aquello que adorna y enorgullece  

el conjunto de lo creado, y es ejemplo de vitalidad, 

tiene la pasión y el arrebato para resistir. 

Quien a la vida de impulso y descuido, sometida al  

sentir que inflama y entusiasma sin querer ser más que  

adoración y afecto, 

no duda en juzgar con dureza,cual celador innoble, 

acepta la oposición a la dicha, tornándose carne  

de iniquidad y desaliento, sombra de infamia. 

Y la plenitud del espíritu con la embriaguez de sus días  

de alabanza y fascinación, tarde es realmente elogio de la  

consagración, cuando con lágrimas de arrepentimiento se la evoca.” 

La insignia de la mañana atesoró la sonrisa de esta joven  

,ruptura de confianza que alumbró como circunstancia del despojar  

la precocidad de los rasgos en su faz de conciliación  

,no para rivalizar con lo dicho sino para sumarle espontaneidad. 

Le dije a modo de confesión: “Mas de una vez  

cual hoja que sin piedad encuentra el desbrozar del viento  

y se libera de sofocar el terreno de la casualidad, 

el brote que EROS alentó de mi interior, el rigor  

de la razón perdió; a mi sangre nunca le permití sin culpa  

la osadía del calor y el peligro de la veneración, 

la mezquindad y la mesura fueron el agobio  

 
 

  46 

de mi condición, y si he deseado con el yugo de la vacilación  

,y si he herido mi orgullo únicamente  

al dormir el juicio de la lengua, no puedo desentenderme   

del sentimiento de derrota por escucharte,que tu verdad  

se asemeja al canto que tras la nada  

compromete la invitación de la memoria. ” 

Y nuevamente para mis oídos su convite:  

“No quiero traerte la pena,empero tu semblante  

y tu habla demuestra que aún sin querer hacerlo  

mal te causo,mas no puede haber aflicción que  

no se torné vigor y denuedo, en la realidad  

del fin de la vida,reconocimiento de la perspectiva del alma  

que aspira al prodigio de la profundidad irresuelta  

por sobre la conciencia de lo tangible, despertar  

del deseo de la belleza, para adorar y ser permanencia  

de la eternidad… además el tiempo de reproches y melancolía  

no te pertenece, evidencia de eso es tu piel  

que demora la influencia del horizonte que ilusionara  

la impaciencia del destierro, que la deuda de los años  

no es tuya como bagaje. 

Ten para mí siempre piedad,comprensión y simpatía  

,pues soy la alegre,la lírica, la desatada  

,la que mencionó HOMERO, que HESÍODO  

 
 

  47 

tampoco ignoró mi existencia. ” 

Con rapidez abandonó el engaño de la sumisión  

y recuperó la postura que acompaña la gracia  

de la disposición, y partió para unirse a las otras  

que la precedieron al combatir el silencio  

,que encontraron después el misterio del rumbo  

ajeno a cualquier designio.Entonces  

llegó el turno del grupo que poseía el verdor de lo natural  

como amparo de la desnudez,que una a una, 

sus integrantes se acercaron hasta mí. 

Pronto tuve la vehemencia y la severidad del mirar enfrente  

,que como claridad de la desobediencia me estudió, 

y esta revelación que hoy me demuestra,al recordarla,la intromisión  

de la mentira,ocasionalmente, 

como pretensión de la apariencia  

que de lo esencial se aleja:“Tu seriedad me molesta  

e incomoda,pues si el fruto de las fiestas dionisíacas  

que reconforta y alegra,en un principio apenas sátira  

y luego, por ARISTÓFANES,critica,que abrió el corazón de ATENAS  

a MENANDRO y el de ROMA a PLAUTO y TERENCIO, 

se me hace presente con libertad, yo me hago más fuerte y me siento  

más honrada.Mas tengo en mi ser como tiene  

el fondo de luz de una pila para el líquido vital que precisa  

 
 

  48 

,para el contar de lo que tu alborozo posterga  

,destino de distinción que no se cree,a fin  

de que al comunicar sobre tu sentimiento la paz alcance.” 

De mí: “Si bien la certeza de mi estado es el padecer  

la preocupación y la carga del desarraigo , 

no menos cierto es que la madurez me traerá dignidad  

y la autoridad del final de la pertenencia  

,que si luzco la obsesión del asediado  

y la marca del desahucio, también vive en mí  

el triunfo de la esperanza… ” 

Cuando el celaje de frustración se torna celeste profusión  

que relumbra,arrancando al hombre de la austeridad  

de sus intereses, descubriendo la deidad con el tirso  

,coronando de blanco pinares, y la belleza que enmudecía  

se impone y supera su falta, que despierta como renuevo  

de imprudencia, con la ambición de una aureola  

de víspera, así esta musa me enseñó  

la verdad de su halago al ofrecerme el rostro  

que la gentileza acostumbra, y lo que suponía  

sería su resplandecer quedó como poco. Y premió mi admiración  

con más palabras: “Sin importar lo mustias o distantes  

que estén las ciudades de nuestra predilección  

,el olvido que sufra el pórtico y el templo detrás de éste, 

 
 

  49 

la oscuridad del infortunio sobre el héroe sin preeminencia  

,siempre alguien podrá exaltar la vida en la celebración  

que se vuelve arte y por eso solamente  

crecerá el prestigio de mi hermandad y de aquello que consienta  

el reflejo de grandeza. ” 

La siguiente vino y pareció apenas efebo  

que sus rasgos complace en una timidez dramática ,y  

con el cuidado del movimiento se valió para estar a un suspiro  

de mi persona. En el esfuerzo de la demostración de audacia  

me dedicó la intrascendencia del reír y sin que lo precisara ,con  

los dedos, le remarcó la senda de corona mendaz al caudal  

de su cabello, antes de empezar:“La flor endeble no suele crecer  

sin la búsqueda de la luz del cielo, incluso la espiga  

no sobrevive el tiempo de la incertidumbre en la orfandad  

,sin crear un lazo filial con el éter de su devoción; 

la bóveda que guarda el principio de la supremacía  

,al mar,a la tierra que en su ardor se expandió 

,a la aldea,al promontorio de tenacidad 

,al archipiélago, a las rieras,a la desolación del ágora, 

a los sotos,al roquedal, a la acequia, al cierzo de indiferencia  

,dio y da el cobijo de la bendición, y en ese amparo, 

lo que siente y vive apunta hacia lo alto, 

despertando el deseo de pertenecer a la inmensidad  

 
 

  50 

o por lo menos de merecer la pavesa benigna de su talento. 

Siendo entonces todo vivir imperfección  

,el compartir no resulta mejor, por lo tanto  

si el que la riqueza y el espacio no comparte  

encuentra una necesidad en el íntimo roce de la eternidad, 

los que se reunieron para emprender el proyecto de vida  

como alianza de dos,requieren esa dependencia también poner  

de manifiesto, que a ojos 

inmortales les satisface ver que no se niega la privación del nacimiento. ” 

Y la interrumpí :“A tu sabiduría puede atenerse mi ignorancia ahora  

con estas preguntas: ¿Por qué el deseo de apoyarse en otro padecimiento  

,de sustentar la dicha propia en el cariño ajeno  

,de renunciar a la vanidad por la calidez del tálamo  

,se tiene como virtud antes que como simple manera de pertenencia?  

y ¿acaso este deseo puede anular el hambre del abrazo  

primordial, que amenaza sea realmente  

de la salvación del impulso en soledad? ” 

Ella:“Para tu primera pregunta debes conocer esto: 

La naturaleza del hombre no se concibió para aislarse  

,y desde siempre dignidad incompleta, así ésta no puede evitar  

querer la compañía que la complemente,y como quiere merece  

y como merece obtiene, y en lo que posee nunca deja de estar  

su virtud o elogio a lo divino,por lo tanto si se hace ofrenda con su consorte  

 
 

  51 

,ofrece de sí mismo más. 

Y para lo demás: Resulta un error diferenciar el deseo  

del amante de la ansiedad del devoto, pues  

ambos resisten el espolear de la pasión que  

aunque parece distinta la de éste a la de aquél, es la misma y no los separa  

sino los asemeja; sobre sus cabezas cuando el tiempo de pactos le allana  

el camino a los días de sortilegio, más tarde,repercute  

en la liviandad del firmamento la bondad de la confirmación. 

¡Sea la dicha para los hombres y las mujeres  

porqué validar y sacralizar pueden su unión donde la gratitud  

conviene potestad! ”Y el decir no prevaleció, y la presencia perdió  

,mas la fortuna de quien no tiene la guía y la preferencia  

de la confesión ajena no me pertenecía, y encontró lugar  

una que tomó mis manos  

y desterró de la rosa henchida por la provocación   

para añadidura de la boca,el sacrificio del mutismo con esto: 

“POLIMNIA es quien ahora te tiene como propósito de cortesía  

,en una generosidad que aunque pudiste probar ya  

,todavía no resulta tu satisfacción acabada, 

y para que el nombre no se arrebate sin algo más 

,en libertad del deber o la ocupación, te digo que  

soy protectora de la pantomima y del canto coral.” 

Tenía ésta, la mirada como la hermosura del horizonte  

 
 

  52 

que con insistencia frustra la fugacidad y descubre la instancia  

del descenso que en la profundidad del alma el tesoro  

de fecundidad pudiere verter,además de la piel del desvelo  

,y de las manos a ultranza del intento de piedad. 

Y siguió: “Del ariete llega la sencillez que conmueve  

,así también el arco de la mensajera de los dioses  

brinda a la vista la sutileza del halago, mas para pocos alcanza  

esto de consuelo y en el olvido se pierde, pues muchos  

de la humildad que distrae se desentienden ,y esperan en vano  

el esplendor que acabó con SÉMELE  

,a fin de atestiguar el derroche extraordinario, 

haciendo de su existir la indiferencia de una búsqueda  

que como oficio los supera,y con su pretensión son errar  

;qué poco viento recoge el velamen de la nave  

que los conduce por las aguas de la vida, 

qué escaso es lo que contiene el ánfora preparada   

para su sed de inmortalidad;qué posterga  

lo que creen merecer.No tomes mis palabras como reproche  

-y apretó mis manos- que si en tal ambición  

,en tal arrogancia, se precipitó tu género para encontrar  

la miseria, de mí solamente nace la compasión y el deseo  

de una humanidad minuciosa sin las complicaciones  

de la corrupción, que se reconozca índole de miramiento  

 
 

  53 

,de riqueza y nunca de carencia. 

Y con apenas sentir tu calor  

sé que asumes la responsabilidad de enumerar  

los latidos de la ofensa que fueras con la sanción  

de la marcha del signo del alba,mas ten como prioridad  

el hallazgo de perpetuar la sorpresa inesperada  

que la naturaleza demanda cuando muestra el don de austeridad  

con la aventura de su obsequio, a fin de sincerar  

el anhelo de los sentidos y ser ánimo de perfección. ” 

Dicho esto me soltó para entregarme a otra compañía. 

Finalmente las que vestían púrpura pasión  

,juntas,se apresuraron a fin de anclar su majestad  

a la franqueza de mi humanidad, y con el firmamento  

afianzado completamente en la osadía de la estrella de mayor preponderancia  

,que la claridad dejó de impeler para proyectar  

y así acaparar más y más, desde una posición de privilegio, 

me rodearon y giraron como unión de gozo. 

De esta manera, cada una, desbordante de gracia,  

fue la inquietud y el circundar que encareció mi persona. 

De súbito, mas casi sin abandonar el movimiento  

,sobre mi cabeza, sus dedos emprendieron  

la mesura del indicio de consagración y me hicieron  

esencia de una alianza que en mi memoria  

 
 

  54 

se destaca como recuerdo de preeminencia. Al de esta extravagancia  

,retornaron a la concentración del desasosiego  

sólo por un momento, que la calma total las sedujo  

y así habló la primera, mujer de gran belleza, que hubiera  

a la realidad de una puesta o a EOS,enriquecido con  

el ángel carmesí de su pelo,marco de profusión  

para el rostro que la adueñó también del mirar de celo  

y confianza: “Con un hálito de pena desgarradora  

,el que descubre su vulnerabilidad y la trampa del mundo  

,valora la insignificancia de cada vivencia  

,sopesa en su interior la variación del esfuerzo  

que demuestre la tierra de pureza, 

y entrega su verdad y su fe,pues si tiene delante  

incipiente flor del lilo que le llena la vista  

,no se libra de presentir brasa furtiva con la carne del terror. 

Por ESQUILO, SÓFOCLES y EURÍPIDES  

mi tesoro me conforta y da orgullo, que en ellos  

se aseguró la fama y el prestigio del arte grande  

,que para apañarlo y lucirlo fueron como nadie  

,y si con su luz mantienes tu constancia y disposición  

de profundizar, encontrarás conocimiento de valor  

,la sabiduría que esto enseña:El alcance de la pasión desatada  

,muchas veces resulta la desgracia, pues por la desmesura del sentir  

 
 

  55 

se altera la sangre y se torna desenfreno del impulso  

que conduce a la violencia y a su daño irreparable. 

De esta manera algunos hombres son donde el reflejo  

los interpela sobre el instante de la apariencia  

,la contienda con la fatalidad, cuando la vanidad  

los tienta,que el furor de la locura  

los pretende como amparo, siendo similar al Sirio buscando  

la sombra de la frente predilecta para colmarla  

y limpiarla del horror de la duda. 

Mas el último suspiro en la embriaguez de la pasión  

no será solamente de muerte, que esta agonía  

traerá la realización. Y no todos están llamados a honrar  

la nobleza de la vida que puedan emparejar su esencia  

con la gloria y la justicia de la eternidad, 

porque quien fue marcado por la maldición  

del destino infausto nada puede hacer para  

evitar enfrentar la acción criminal de la mano ajena  

,o incluso la propia, al llegar el momento de decisión de ÁTROPO. 

Más allá de la fortuna o del castigo que pueda propiciar  

el hado,debes saber que una licencia para obrar  

sin restricciones encuentra siempre alguien  

en la esclavitud del deseo que le pertenece como arma  

contra la prudencia. ” 

 
 

  56 

Continuó con la palabra una joven  

de sonrisa fácil que en gracia no defraudó, 

la sutileza de la huella que ostenta la piel  

al sol esquiva tuvo parte de su frente para destacarse: “Como del lentisco  

brota seráfica la flor ,del alma,los atributos  

por los que se emprende la fantasía del vuelo,dones para  

ser el cumplimiento del designio de la grandeza espiritual  

y recuperar el elemento como amnistía proverbial aguarda, 

mas todas las almas que pueden esta virtud merecer en un día  

,una vez contadas dan como resultado menos de la cuarta parte  

de la clase inmortal que en un instante, se condena, 

que es como decir que de una legión  

con la distinción de ARGOS ,sólo seis ojos sirven  

para ver la honestidad y la gentileza de lo correcto. 

Que la tristeza no te invada con esto  

porque si lo imperecedero adquiere la recompensa de la libertad  

y es querencia que tanto redime,en una oportunidad de mil , 

la carnalidad ,por el encanto de los sonidos  

,con frecuencia dispara su anhelo a la infinidad y vuelve prestigio  

y pureza de la dicha el vivir, que la simpleza  

de la melodía más conmovedora puede estremecerla y arrancarla  

de su modorra y bajeza,y así se ennoblece,aunque  

sea en la ilusión de integridad que mucho no permanece. 

 
 

  57 

Soy la que preside el arte que a PITÁGORAS hizo teorizar  

,lenguaje del sentimiento que a nadie escapa,y también tengo bajo  

mi tutela la expresión del cuerpo; y como voluntaria presentación exige a veces  

un gesto de sinceridad que suponga la amabilidad, de este modo  

quien se desconoce logra ligar su faz a la confianza del nombre  

,y cautivar con la deferencia del guía, te digo que pulsar  

las cuerdas del arpa con maestría resulta dulzura que  

por ser la de mi mayor preferencia, más  

que cualquier otra me consiente y complace. 

Y si te preguntas qué tanto puede el instrumento en las manos del músico  

de valía cuando del sentir hace creación , 

te doy como ejemplo lo realizado por el Tracio  

más honrado por la historia ..al morir su esposa  

a causa de la mordedura de una serpiente  

que aprovechó la pasión de ARISTEO para demostrar  

la certeza del ataque imprevisible, se sumió en la zozobra y el abatimiento  

,e hizo de la lira el medio para la expresión elocuente  

,que por el afán de remediar la impiedad de la muerte  

emprendió con el calor del suspiro el descenso tan temido; 

primero logró persuadir al lúgubre barquero y allanar  

su entrada al lugar que guarda la palidez  

del rostro de los que cargan con la responsabilidad  

de llevar el insulto del alegato posterior a la vida  

 
 

  58 

,luego amansó a CERBERO,antes de despertar la compasión  

del tétrico rey y demostrar la injusticia de su soledad  

en la exposición sublime de tristeza, así mereció  

la resolución que traería la recompensa, la oportunidad  

de recuperar lo perdido, sin embargo, vislumbrada la luz  

de la felicidad, consiguió imponerse el miedo y la duda  

,por lo que la hazaña no pudo consumar con el rescate de EURÍDICE.” 

La última, al recibirme en la cercanía casi de la asistencia  

del susurro, me mostró el semblante de una intensidad  

afín a la llama, con el pacto que antepone la fortuna  

del firmamento, como si entre todo el mérito de la tierra  

,sólo ella pudiera merecer ser parte de la gloria del día  

,que pareció espejo del mismo y no mero tanteo del anhelo  

que precipita la luz;y alentó la calma de quien se reconoce  

desligado del mal por el favor del compromiso  

que fascina y enaltece,del modo que permite la voz  

de estima:“Soy el numen de tu ambición más franca  

,el lar que refugia tu desarraigo, 

el ornamento de la cumbre que confiesa el nacimiento  

sin imprecación del mundo, lo contrario a la guía que se sirve  

de la desesperación y aboga en beneficio de la vergüenza, 

la intención que desmiente la ceguera del asedio después del albor  

,celadora de tu promesa, madre de aquél que ya no inquieta  

 
 

  59 

los labios de ésa que todavía no resigna su presencia, pues  

me antecedió con lo dicho,también me pertenece  

la concepción de los Coribantos y de las sirenas. 

Y de todos los que me hicieron feliz y orgullosa  

me alabo,por abrazar la búsqueda que representa  

mi potestad y difundir sus nombres y sus inquietudes, 

mas tienen de mí la desmesura del afecto  

,dos que se destacan como un par de estrellas  

y opacan y dejan en desventaja a las demás en la noche esclarecida  

,me refiero al que a ILIÓN y a ODISEO dio la inmortalidad  

,y al poeta latino de MANTUA que legó las aventuras de ENEAS. 

En el todo de una atención  

que supone la indolencia, la claridad desde la sed  

de mi mirada,te alcanza para hacerte fortaleza  

de la renuncia que no precisa la resignación del sendero de la memoria  

,a fin de que por la profundidad de mi afán  

,te sobrevenga el apremio de complacencia, 

pronto, y con el dilapidar que posterga la pereza, 

como realce de la piel,te permita la honestidad consagrar  

la ausencia en el gozo de pocas palabras, y seas  

el portento del presentimiento que somete el confín de un orden venerable.” 

 
 

  60 

Rezagando el anonimato de un palidecer  

que forzosamente  

convenía a la pasión de occidente, 

SOS desahogo de la perseverancia, 

desatención de la herida temprana presumible en esa voz  

,lejanía a punto de replegarse,que no te pertenece, 

mas te recupera del ensueño; 

por esa voz quiero del momento de mi espíritu  

,el desorden de los días sin tregua  

,el desborde del porvenir  

presentido continuamente en el reverdecer fatigado  

,las ansías de la visión irrevocable… 

 
 

  61 

II 

Cesar después del horror y del infortunio  

de su huella, 

en el empeño de penitencia  

,mientras la joya del querer de ENDIMIÓN  

propone el sustento de la melancolía  

que abarca el rigor del espejo tolerado como el todo de  

la expresión de mi compañera  

,todavía fugazmente, ostentación de belleza, del desencanto  

de cielos que perdieron mortecino velo  

,incluso secretamente, demostración del ápice  

de una gloria siempre inescrutable  

,remanente del oro derramado  

con la gravedad de la espera perpetua, para apadrinar  

el renacimiento del vigor  

y la esperanza de consuelo. 

 
 

  62 

III  

Dijiste que te vería renacer como reflejo de la edad  

en que la piel desvive un ardid insondable de confirmación  

,entre el hospedaje trémulo de hojas sin vida  

,tu frente ceñida por una dignidad de espinas  

,mas carnalidad de austeridad  

,que fatigas el anhelo de pujanza  

y esperas el asedio a tientas de la ingratitud  

,solamente te vi palidecer más aún  

,que tu virtud podría haberse confundido  

con el don que enmascara la muerte. 

Y si tu promesa fue para heredar de FILOMENA  

el despojar de compasión que posterga la indiferencia  

,la hidalguía y el orgullo de los hombros que son afrenta  

del firmamento de parsimonia, la extrañeza de la entrega  

que consiente el arrepentimiento de la sombra , 

la dulzura en la malicia, el recelo del sonreír, 

el silencio de la paciencia, 

mi esperanza fue para languidecer  

 
 

  63 

y ser la vanidad que no se permite reminiscencia alguna. 

El regalo de la memoria en la brevedad  

de nuestra resistencia  

para reconocimiento del encuentro  

y de su confusión, 

para desandar la devoción del cuerpo  

y desmentir la impronta  

del azar transido de la luz sin fervor. 

 
 

  64 

IV 

Visto el descenso desapasible del ángel  

que arrebola las ansías del cielo  

,con ojos de serenidad, 

contemplada la humildad y presentido  

el quebranto del gesto, 

en el acercamiento de la paciencia, 

y ponderada la afrenta del suspirar  

sin purgar la intimidad que lo recelaba  

,me ampare en la necesidad de la ilusión  

y me dije:“Ella retornará en la ocasión de una víspera  

,y traerá en su rostro el desmaño  

de los dones del alba a fin de perpetuar la vida  

y negar la incertidumbre que conviene  

a la pérdida y a la indiferencia. ” 

 
 

  65 

JADIS  

Las cenizas de su esmero, abandono incondicional del beso que concluye el capricho del 
reproche, incertidumbre del aire consagrado al mal pueril de los deseos sin voz. 

Moldura del rostro que la claridad frecuenta,colmada frívolamente de ternura, con el cuidado 
que apaga la veneración, como una realización de prudencia que no sondea el cometido de las 
lágrimas. 

 
El resquicio habitual que busca la luz,por donde la hermosura primitiva escapara al designio de 
mejores cielos, cielos de remembranzas cuando no del pesar que nunca acoge los confines de la 
modestia. 

Estrechada por la cercanía de la desventura su alma se subleva con la ciega voluntad de la 
ferocidad herida ,en la cima del pecho que ya no resigna la añoranza. 

Encuentra la senda de la indiferencia para intrigar a la noche,estéril de mansedumbre, y 


retornar al remanso de la eternidad posible de una tregua para ambos, para nuestra juventud. 

Hazte lívida extrañeza que la sombra de tu querer es la constancia del desvirtuar y la espuma no 
puede recuperar la embriaguez de la dicha y el placer,cansa la ofensa de la desidia y eleva a las 
alturas de una gloria invenerable la oración por los días que deslizarán sobre la piel la avaricia 
imprescindible, el cosquilleo de esa infancia que habita el sueño descarriado de esperanza. 

Virginal estrella, designio de soledad, quieta dedicación de antaño, cómo te tiene el poeta en 
estimación cual la rosa que a su pecho lleva el enamorado que quisiera vivir por siempre en la 
contemplación de la belleza, no olvides que palpito el reflejo sin paz de la última puesta y soy 
del temor una renuncia;conoces la vergüenza de mi sonrisa y la herida de mi audacia y nada me 
reprochas. 

Negada a la esterilidad y a la agonía, a la tardanza y a la deshonra de la espera, u luz es la nítida 


consumación de lo compasivo, austeridad de la grandeza, plenitud de un misterio despojado. Ya 
me entrego a la exuberancia de la pasión. Ya la fragancia de la inocencia me llena de vitalidad. 

¿Qué no daría la amante sacudida por egoísta anhelo, desnudez que no sabe de desprecio e 
indiferencia, ardores inconfesables, por merecer la bendición de tu transparencia? 

 
 

  66 

La audacia del demonio conviene a su velo.Mujer de voraz mirada que doblegó la voluntad 
viril,laureada de orgullo, quimera que respira para malvivir de sus propios caprichos, que 
afanosamente ensombrece la virtud, su cabellera bermeja se torna una inquietud acechante que 
anega las ilusiones juveniles, taciturna del fango de la noche sin hondura, convendría para su 
corazón un sudario de angustia antes que amoroso terciopelo. 

El temblor quemante para consolar la notoriedad afligida, riberas de esplendores que brotan sin 
saciar la vacilación del firmamento, la llanura acongojada por el pesado andar del tiempo que la 
mantiene cautiva y espectante,negando la sequía de su mirada,alarde de nobleza, el enramado 
vértigo para el canto susurrante de la compasión, la línea del día como ingenuidad de la 
memoria. 

Del dolor enajenada dormita en la candidez gallarda de la naturaleza casi queriendo recostar la 
cabeza sobre un jirón propicio para la castidad del sueño, impasible ya no espera el tropiezo 
prematuro de la cordialidad, ya no precisa el reflejo espejado de su asombro, predilecta como 
es,hija de los astros que anticipa la coincidencia más benevolente, amparada como está. 

Generosamente el reflejo brusco que hiere el párpado me concedió el desarraigo y la extraña 


conciencia de un pasado que ha tenido la paciencia de lo próspero me desengañó. 

La palma desquiciada de la mañana dividida te espera para prodigarte de caricias que hacen a la 
comprensión y a la preocupación, como sólo una desdichada amante conociera. 

Ruptura que alumbra el gesto y la finalidad misteriosa envuelta en tristeza, vivencia que 
presume de la satisfacción, el grito extraviado de esa profundidad de arrebato,la determinación 
que guía mis pasos, el crujir de tardanza de aquella visión aborrecida que me persigue, la sangre 
ennegrecida de una herencia que no reconoce el sosiego del tímido partir, que todavía no se 
tiene por desobediencia. 

Bálsamo que bendice el silencio sacude su cuerpo enfriado por el desamor, la correspondencia 
no fue para su seno un esfuerzo, ni siquiera una intención de alivio. 

El abovedado nicho de lo espiritual que arde cuestionando la simpleza escondida de lo perfecto, 


la permanencia aromática de lo imperceptible y redomado anticipando el renacimiento más 
postergado. 

 
 

  67 

Te encuentro, la mirada abatida por la aurora que nunca aconteció sin mancillar el ángel 
inquieto de la piel, una lividez de muerte que no resiste la grandeza de tu belleza y solamente la 
acrecienta, la expresión sin resistencia de quebrantos,los hombros abandonados al desconsuelo, 
abrumada de culpas, si el velo que trasluce tu desnudez se desgarrara ahora que la noche 
frondosa posterga la presencia lúcida de la lujuria,dejando la insinuación de tus flancos como 
un atisbo de premura, sería tu intención de pudor la satisfacción embriagadora de mi pecho 
cuando anticipa el suspiro más valioso. 

El instinto te pertenece para desencanto de amores que a medianoche se abren para reconfortar 
la mirada de la luna que al nocturno firmamento hace delicado afán. 

La sonrisa que supone una herida inapreciable por primera vez merece el deseo, el final de la 
indignación, la complicidad de la quietud tan vívida como indiferente. 

El tedio del rostro que busca lo eterno. 

El sopor de los pasos sin pugna. 

La cautela del aire redomado. 

El principio ardoroso de la carencia. 

La muerte en una rosa desconocida por la poesía. 

Nada conviene al destino de tristeza que yace en un sueño fatigado de esperanza, un sueño que 
demora las palabras de un instante que nunca acontecerá, imagen que desapareció antes de 
nacer en las pupilas ciegas.La osadía y el orgullo de las lágrimas alineadas en esa suavidad 
incorruptible para deslizar la herencia del mar que en silencio reclamó el retorno de la 
sensualidad que al olvido comparece. 

El abandono de la vigilia en la juventud que se prometió la dicha y el triunfo, melancólica 


voluntad del espíritu, envanecimiento que el porvenir no justifica, excepción de la mortalidad y 
de la certidumbre. Belleza elisíaca signada prematuramente a la confesión oportuna de una 
pasión remota,que la soledad hiciste un veneno particularmente necesario, casual es el género 
de tu elección y el calvario que te acompaña.Junto a lo sombrío la evocación de lo insolente, 
junto al marchito palpitar que sigue las horas el suspiro exiliado y la contemplación de lo 
invisible y nunca delimitado en el presentimiento tenaz. 

 
 

  68 

Ante su mirada se abren todos los misterios. 

Las estrellas custodian el rojizo enredo de su cabello como los fragmentos irrisorios de un 
rostro sin hallar el tiempo del olvido, y su cuerpo se conmueve de rastros apresurados. 

Praderas de omiso retorno a la memoria que tantea el azar enternecen su espíritu, noblemente 
aceptado por el día de vivencia y experiencia convocado por sagrado fuego de realización. 

Su querer es un esfuerzo de plenitud. 

Su estigma es un instante de pasión. 

¿Y qué es un instante para la pasión de lo terrenal ? 

Para su frente se arroja la delicadeza del beso encomiable que encontrará la humedad de una 
gota de rocío que dejara para precipitarse a la abertura celosa de su boca, insignia deseosa de 
albergar un nuevo deseo. 

Fragor de lo arrebatado, crepuscular espasmo de inocencia. 

Un grano de arena despiadado se desliza entre los dedos paralizados por la sorpresa hacia la 
exaltación ciega del abandono sin mayor propósito de transcender la indiferencia. 

Sentimiento por desengaño apenas. Quizás la gratitud antes que el consuelo. Pesar de lo 
inconcluso, finalidad del reconocimiento. La iracunda confrontación, comparecer. Descuido de 
entrega tras la jactancia. El sortilegio constante de lo remozado, impresión de letanía. 
Despojada, la vergüenza. Desentrañada la apariencia. Preferencia de tristeza, tranquilidad de la 
vanidad. Al resguardo del espanto, permanecer sonriente y orgulloso. La cristalizada voz que 
palidece la mesura, lo indómito. La caricia aciaga de la respiración de lo inconfesable.Asentir en 
sueños remotos la dignidad de la pertenencia. Remordimiento de libertad. 

Ella tendrá la púrpura herida de la esperanza para demostrar que ha vivido y sentido y no 
anhelará la casta consideración del alba para su retoño, reflejo ansioso de la infancia que 
encarnó con modestia y candor, vacilante fragilidad que le da aires de perdón a su existencia, 
servirá a la comprensión y al agrado de la naturaleza renacida como devota generosidad, como 
incondicional susurro de presencia. 

 
 

  69 

Conciliar el sueño antes de codiciar la sensatez con un dejo risueño de obediencia que permite 
la entrega, a lo que la tenacidad de la alegría supone la jactanciosa manera de mirar. 

Un resplandor revelador de inocencia, el final de la oscuridad y su precariedad desgarradora de 


juventud, que tendríamos que enarbolar para descansar,y la supuesta tregua supone la 
indiferencia, el don de sosiego, por siempre un instante, la apariencia sin engaño como 
permanencia murmurante,razón de plegarias y discordia vuelo hacen a la esperanza el anhelo 
más preciado. 

La esclavitud del horizonte, la luz de la luna derramando sobre los encantos de tu juventud 
desnuda una noble evocación de ternura, una caricia piadosa sin voluntad de 
postergar,reverencial descuido. 

Conozco la desilusión de la mañana como también el desapego del rocío, transparencia de 
sinceridad engañosa,la confesión desnuda de la herida que no se tiene y se presiente. 

Supervivencia que tantea la búsqueda anónima del deber olvidado, inconclusa visión que se 
deja morir sin disculpas, irremisible la floración de la apariencia que se hunde en la sospecha. 

El encuentro de dos miradas que quisieran el perdón, que quisieran que el silencio tuviera su 
tiempo, para retornar al enloquecido deseo de la cercanía indomable. 

Declinar de reconocimiento, la marea en pugna que arrastra deprisa la incertidumbre de los 


despojos, el remanso virginal se advierte en la palabra que pende de su boca negando el abismo. 

Las costumbres del romance. 

La rivalidad taciturna del fuego que palidece. 

Bien correspondida la incordura ahora. Bien cortejada la agitación de lo denostado. 

¿Qué cambia el reproche? 

¿Qué conlleva la ensoñación? 

Pudiera corromper el temor la indolencia del roce inesperado que irrealizable mente fuera 
ilusoria verdad, quintaesencia de toda gravedad, ahogo de abnegación. 

Su belleza no conocerá la frivolidad, serenando la maldad. 

Un mandato descubre la mejoría de lo banal. 

 
 

  70 

Fuiste detrás del susurro de la noche, con el ornato que hiciera el realce de tu belleza, 
desprovista de tristeza como si tu espíritu no pudiera con tanta animosidad, dispuesta a 
describir con tu exaltación un juego virginal de realización, y abandonaste la funesta mentira 
del lecho cálido de efímeras pasiones, el velo de coincidencia que acaricia la desnudez menos 
predecible, tu anónimo gesto atributo de ilusiones que no merecen la amargura y se consuelan 
con la pureza, tu cabello vuelto una agitación que esparció el perfume vigorizante que me 
desesperó, tu silencio sin discusión, contrariada de la indeterminación de tu sombra. 

Y olvidaste la preclara comunión de los días de ocio.Renunciaste a la mano sobreprotectora de 


la mañana.Que tu suerte confundí con la cambiante fascinación de lo indomable. 

Los rostros de una sola máscara ya no elogian tu despertar, suponiendo una ausencia, una 
herida que no palpita, una ofensa que no habita la acechanza,y resignados se ciegan a lo que 
llegará. 

Y olvidaste la paciencia del descanso. Que no te alcanzará la corrupción. Que la vejez no 
estragará tu reflejo. Te arrojaste a lo incierto, irracional, desencantado el paso por el 
presentimiento de lo extraordinario, como promesa incauta,hacia el encuentro de la verdad 
incordial,protegida por patriarcal consejo de búsqueda, y el abrazo de lo infinito se aferró a la 
gravidez de esta mirada sin prestigio que todavía te sigue a través de la oscuridad, y tu impronta 
es ahora un privilegio de la melancolía que tanto me pesa. 

¿Qué visiones ahora te asombrarán? ¿Qué será del sueño de tu languidez? ¿Qué roce te 
pertenecerá? 

Aquí reina la desvirtuada falta de pasión, el extravío de la imaginación aterrada que no se atreve 
a la libertad del deseo, y la indolencia abandonó todo corazón. 

Aquí se marchita la naturaleza como cuando DEMETER se desligó de sus deberes y dejó todo a 
merced de la indiferencia y el desgano, pareciendo la muerte algo inevitable. 

Aquí todo acontece en un interminable y desolador lamento de resignación, siendo cada hora 
una forma de indignación de la piel ajena al consentimiento. 

Nada deja de ser consecuencia de la falta, nada deja de ser extraño. 

 
 

  71 

Ataviada de un rumor la intemperie resigna el impudor mientras mis pensamientos le 


pertenecen a ella, mujer de palabras sin vanidad, esbelta exuberancia, extrañeza plácidamente 
entregada al desmaño,siendo mis recuerdos homenaje de un tiempo de consolaciones y 
desasosegada prestancia, un tiempo que pide la consideración y la tregua del porvenir que 
derrocha ya la animosidad impacientando la vida. 

El rojo de la frivolidad, el rojo de la enemistad, la distinción de esos labios que no quisieron 


lamentaciones de última hora,que jamás confesaron el orgullo y olvidaron la osadía de 
prometer,y por su beso el rigor suplica y mendiga una oportunidad, un calor irreverente de 
codicia, satisfacción de ahogo,agotadora intención, ligereza de la pasión que acontece 
irremediable. 

La fuente que desborda para padecer de sed,palpitando la emoción de lo nocturno, es un llanto 


que no merece el cauce cautivo de la fortuna, un sinceramiento de vida que duele. 

La vastedad del sueño que la piel torna escasez,la mirada remota del destierro donde cabe la 
abundancia inagotable de la disputa, la tragedia que se empeña en salvar la memoria. 

Un corazón endurecido por la arrogancia, el pulso desbocado, el final del horror y la maravilla 
de esa noble gratitud que desconoce el tapiz de la mañana,sacrificio del recelo. 

Sin deshacer lo pronunciado el silencio, como nunca una manera de libertad, llena la ausencia 
de su voz,último descenso del deseo, prestigio de culpa y desconsuelo de vigilias. 

Los males que despliega el impulso salvaje de la pasión a desmedro de la preciosa fatiga, dejan 
huellas que no encontrarán reconocimiento alguno entre tanta levedad de la existencia. 

El hambre tenida por feroz resistencia convulsiona los miembros, no invita al sueño reparador 
,a la vigorizante jactancia de la fantasía que aguarda resguardando la verdadera fe. 

Ansías de austeridad sin pertenencia, bendición risueña de la luminaria que como estancia 
encontró la misteriosa sospecha, completo rechazo o consumado retraso de lo que fuera la 
bondad. 

La estéril majestad del firmamento pervertido. 

La que desaprensiva me recuerda en sus delirios me espera. 

 
 

  72 

Te otorgo mi desánimo que corresponde a tu capricho. La moldura de tu beldad me espera con 


el sueño. Tu suavidad tentará mi roce en la ceguera de los sentidos. Allí donde la profundidad 
del ser se hace firmamento que relumbra sin misterios,sin falsedades, y lo legítimo del querer 
aparenta extraño espanto. 

Te pertenecen mis vicios. Te corresponde mi desvelo.La incordura de mi malestar te encuentra 


en el vacío de las horas.Soy más que tu ignorancia. Me sustenta tu indiferencia. 

El advenimiento desgarrador de tu presencia me reconfortará como los albores de un amanecer 


tardío que los párpados acaricia con cuidadosa ternura para prender secreta esperanza. 

Tan única que mi memoria fatigas.Tan única que mi piel estremeces a la distancia. Sobre todo 
anhelo tu perfume prevalece. Sobre todo sufrimiento sabes perdurar con tu promesa. Promesa 
de silencio. Promesa de suspiros. Y lo que me rodea tiende a reflejar tu gesto, un gesto de 
contemplación y expectativa que fue más que el calor de los días de infantil tregua. 

Tu avidez para medir la celestial desmesura. Tu decoro para agitar mi intimidad. La excesiva 
vehemencia de tu postura para enajenarme. 

Nada sugiere tanto la muerte como el olvido y te recuerdo consumiendo mi propia vitalidad, 
negando el padecer de mi juventud que el tiempo desgasta sin clemencia. 

Y sos creciente desborde y fascinación, una visión sonrojada de afecto para alimentar mi 
fantasía, audacia de la asistencia más sentida en la soledad que no te amenaza.Así ningún 
desencanto conviene a la nostalgia. Así la nostalgia es un compromiso de dicha. 

Que la puesta de tu cuerpo trae apenas el presentimiento satisfactorio y la pronunciación de tu 


nombre aviva la sangre, pudiendo semejar una redención del abandono y de su desesperación. 

 
 

  73 

El ovillo de ARIADNA desenrollandose con el tiempo de la juventud. 

La deformidad reconfortante de la oscuridad. El gesto brumoso que debiera retraer la noche. 

Tardía la esperanza en el regazo de la hermosura se consume. 

Un andar aterradoramente santo.El pudor resplandeciente de cualquier secreto para apreciar el 
desvelo.No corresponde la franqueza a la muerte. 

La cercanía del hogar trae el ocaso de la dicha. 

Penitencia del orgullo, tu vientre ya se eleva haciendo de tu espalda perfecto arco,y la diadema 
dorada de tu delicada herencia pende del azar de lo ingrato como incertidumbre de un privilegio 
necesario. 

Quien desdeñe para confesar la carencia del tiempo, que renueve el engaño del espejo,quien 
repruebe la arrogancia de la aurora a fin de hacer su expresión un afán, que incansable pudor y 
recelo sea. 

Lozanía de una intimidad que se siente incorruptible. Permanencia que al egoísta complace, 
consuelo y elogio de la intemperie. Sin provecho dada al derroche,la juventud retorna a su 
nicho. Te espera sombría y pesimista máscara para mudar de asombro. Insignificancia de un 
instante perdido que esparce su desilusión. La lejanía se conmueve cuando el sentimiento está a 
flor de piel. La posteridad tornará la inconstancia de tu parpadear de dudas, una certeza. 

Una tregua para la escarpada animosidad de la tierra. Agraciada tu esencia cautiva dejará el 
recuerdo cristalino del estío y la suplicante mano de lo que fuera el perdón te llevará por una 
senda cotidiana de indiferencia. 

Cautivar la ausencia, el altercado de la luz se levanta como un homenaje incorruptible a la 


vitalidad que sin regocijarse crece para su abundancia y antojo de fertilidad. 

Alentar la fugaz caída de la mirada que reprochada hirió la sospecha. Dudar de indolencia con la 
primera oleada del día. 

Atraer la pena con el descanso que apaga la conciencia para agitar el azar. 

Que se abate de orfandad y sufre tu alma, negando la calidez que socorriera tu desagravio, y 
suponiendo un ahogo para tus palabras menos inspiradas que interrumpen el silencio. 

Una vibrante voz que palpitante alcanza el final de la lucha. 

 
 

  74 

La oscuridad se arrastra hasta donde sentí mis despojos, lentamente, y pronto el recuerdo más 
preciado será la mezquindad de la contemplación pasiva que llega al cerrar los ojos,incluida tu 
mirada parecerá el borrón de un sueño sin estima,y los silencios de tu duda se confundirán con 
palabras que nunca fueron dichas,entonces que mi empeño por versar nuestro primer 
encuentro no quede como vana intención. Que escapa a la comparación tu gesto de 
desaprensión y el reflejo risueño de tu efímera satisfacción no tiene la medida de cualquier 
firmamento, de cualquier luminaria, simplemente la rebasa como la mañana al asombro. Posee 
la hermosura la suave docilidad de tu orgullo que apenas se ensombrece la ilusión de tu boca 
por la intención maliciosa de la noche y el aire de tu vitalidad que con el pecho desnudo 
envalentonas hacia la nada,que apenas merece el presentimiento del corazón desposeído de 
audacia, pudiera desafiar a la muerte y a su antojo de brevedad tan habitual de desconsuelo y 
desesperanza. 

Si pudiera el tiempo darle un descanso a la ambición que doblega mi espíritu sublevado del don 
de la mesura, a fin de que mis días y mis noches no aventajaran la obligación de redimirme.Si 
pudiera la poesía dejar de desangrarme.Si fuera la naturalidad lo que derrochara mi obstinación. 
Tendría mi desvarío una oportunidad. 

Visión de oquedad que ante mí pareces apurar una despedida, yo nunca idealicé el vacío de tu 
falta, no habité el extravío de tu carencia, ni le dí al melancólico viento que te acompaña alas 
para la indiferencia de lo mundano,yo sólo te acogí como valiosa dádiva de un secreto que 
cordial se abrió a mi extrañeza, como una inesperada tranquilidad. 

Visión de indomable vigilia, que traes hasta mí por última vez,la apariencia más querida,la que 
corresponde al reflejo de aquélla que supo a través del velo de pesar confesar la nobleza 
esencial del sacrificio, a veces hechicera arrogante, a veces inadvertido roce,si puedes legarme 
el privilegio de la expectativa, una necesaria correspondencia para sobrellevar la fatiga 
inevitable de su ausencia, que así sea. 

Ya estoy endurecido de egoísmo. 

La irracionalidad se insinua un infortunio que deberé sobrellevar con la urgencia de una lágrima 
desterrada,mas este instante recupera la posibilidad del deseo. 

 
 

  75 

La costumbre de custodia que le otorgas a la noche cuando con la agitación de tu cabello 


parecieras acariciarla y perfumar la intriga que acompaña su permisión casi maternal. Estragos 
son los suspiros que anticipan la verdad en el aire sin consuelo, mas las súplicas no 
acontecieron de la boca que fuera la búsqueda de inocencia, y el desenlace del cuerpo no es del 
tiempo una manera de azar.Al apartar la lucidez de la mirada territorial nada hay que 
sobrevenga una puesta jactanciosa, y queda a merced del rumor de las horas un arrebolado 
corazón. 

La torpeza de sentir la arrogancia matinal. El crisol del asombro vertido en el llanto. El júbilo 
que no encontrara medida de reproche. 

Te pertenecerá el descanso singular y la indecisión más allá de la remanida intención de 


claridad que espeja lo inalcanzable del rostro llamado a injuriar toda clase de pureza. 

El avatar de la cercanía que mengua de palidez, lo espurio de la forma sin intrigar,recelo de 
negación, otrora altercado de la infancia que supuso el final de lo sagrado. La esencia sustancial 
del sufrir,manojo de respuestas sin bondad, rencor de madrugadas que no merecen la añoranza 
febril y el beneplácito de abrazos sin dignidad. 

Desapacible de ilusión. Colmada de fervor. Agraciada de falsos homenajes. La sonrisa sombría 


de la privación incestuosa. 

Así cómo se duele el cuerpo de extrañeza,igual la caricia de lo imperdonable. 

Al ciego querer que la conjura no puede predecir, la preciosa irracionalidad de lo huérfano, la 
conciencia de obstinación, la conclusión acechante del espanto que perdona las 
faltas,resplandor de contrariedad, y las improntas del juicio estarán latentes en la impudicia 
silueta de una fascinación que no merece menos que la sospecha, el incuestionable manar de 
los excesos postergados por la lealtad. 

La promesa extraordinaria a desmedro de la piel aciaga,pactada entre vemos de engaño, 


resuelta finalidad de desahogo y dulzura, para disfrute de lo más codiciado. 

 
 

  76 

El cadáver del día nos dice que de la compasión sobreviene la enmienda, la remembranza 
conviene un canto desatado de luto para la impostura de esta vida que se debate entre la 
complacencia y la vigilia,lo demás precisa la juventud como sombrío daño y el designio 
completamente ajeno de la ausencia, el gesto ampuloso de abstraída joven que comparte con la 
noche el prejuicio de ser y palidecer. 

La pesada herencia de la culpa torna cada pensamiento una devota peregrinación sin ansias de 
consuelo,insiste para doblegar el ángel del corazón menos corrupto y la mortalidad conviene 
una falta que ambiciona descubrirse por antojo de menosprecio y cercanía, sufrida puesta que 
cosquillear en la piel,apenas una manera de injuria, un deber inesperado de complicidad y ocio. 

 
 

  77 

SUEÑO DE ENEAS EN EL INFIERNO  

“El rostro desangelado de los condenados,a veces, 

por la infame estigma de locura o desagradable  

pretensión de consuelo, deja advertir en su vacío el oprobio  

amarillento y mellado de una sonrisa  

que lo cruza y lo deforma,haciéndolo una herida reuindad  

que incluso el olvido desprecia.Mas,arrastrando  

la vergüenza de su desnudez de sangre y mugre  

,hacia la incertidumbre de la vastedad sin porvenir  

donde a cada avance el sendero como rigor  

de la vista es ausencia o libertad caprichosa del infierno  

que lleva para llevarse,semejantes a indigna jauría, 

esas mujeres, desahogo de castidad en vida, 

un negro anhelo de satisfacción en la mirada recelarían  

que la noche de benevolencia hundiría  

en el estrago insondable de muerte…”Dijo para sí  

ENEAS curado de asombro, su pensamiento hecho voz  

,y así engañó el silencio  

 
 

  78 

de un peregrinaje que todavía no lo resignaba a la derrota, 

mas cual hombre que no acierta a refrenar la curiosidad  

,apuró el paso hasta quedar a distancia  

que profundiza el reconocimiento, detrás de aquéllas  

,y con una expresión sin reclamo ni indulgencia alumbró su mirada y  

buscó otra que se le opusiera en la más rezagada,desdichada que  

fue el reflejo de la belleza importunara. 

Pronto al darse cuenta de que nunca conseguiría correspondencia  

con sutilezas que no hacen al trato de honestidad  

,antes de perder la oportunidad de que la atención encuentre el  

blanco de su presencia, la reclamó de modo que a la palabra  

le dio propósito verdadero y el aliento a destiempo  

de la acusación y del temor: 

“Mujer devenida agravio de la piel,vil estado, 

que entre otras iguales de desventuradas te destacas  

por el desacierto de tu frente y la llama de tu pelo, 

renuncia un momento a la humillación que sangra tus dedos y carcome  

tus rodillas, para contarme algo de esa existencia que te alejó de la  

eternidad de gozo,me tienta a saber el asomo de alguien más en el  

 
 

  79 

rostro que te dispone a indiscreción. ” 

Y ella como quien al oír lo inesperado se entusiasma, 

desprejuició su boca de la calamidad que esclaviza el sufrimiento  

,y sin dejar de pasear la pavesa de sus ojos por el misterio  

de la distancia que hacía inútil la ambición del héroe, 

lo complació a medias:“Por aclarar la oscuridad  

de mi razón deambulé sin rumbo aparente de fe  

hasta hallar el promontorio de mi anhelo y vislumbrar lo que creí  

el horizonte de mi destino, entonces esta piel sin ofensa resultó  

el desenmascarar de la villanía que posterga el orgullo  

,la jactancia por sobre la penitencia, el desdén  

de presumir transidamente la libertad, 

pálido recelo,amparo de cualquiera para la amenaza del fuego  

que al crepitar consiente el final de un silencio  

de abandono y desavenencia, entonces maldije el pesar de errar  

y me conformé con el orden inesperado de los días que se sucedían. 

Cerca de la puesta,el espíritu en pugna era la tregua  

del cielo y la tierra y prestigiaba el mirar fatigado  

de perseverancia y ponderación, y la sombra de severidad  

conseguía desairar la ausencia de mis pasos, 

 
 

  80 

mas la mañana me decía:‘Desheredada 

,y si la locura que te colmó de bendiciones  

fue el estigma de tu promesa de juventud 

,que al exaltar la imprudencia de tu reflejo se hundía  

secretamente tu gesto en un horror de tristeza.El desconcierto te pertenecerá  

como consuelo y la corrupción de la lujuria dejará de  

envanecerte y estremecerte a fin de que la paciencia del ocio no  

sea el don de tu dicha...Por la virtud del santo  

el paraíso nunca muda de faz ni se conmueve  

,en cambio por la insistencia del reprobo en sus actos  

se torna más laberíntico el infierno para atrapar con el eterno castigo  

,así el lúgubre rey descubre el elogio de cada nueva ganancia. 

Y el tiempo de contrición no es el tiempo del perdón, que  

vano es el remordimiento, muchas veces.’ 

A causa de la fiebre de mi corazón ahora me socorre solamente el espanto  

y me confiesa siempre el ultraje que acaba con mi voluntad… ” 

Y continuó con el apuro de quien no quiere  

perderse de los suyos.Cuando el hijo de ANQUISES casi que aquel  

quebranto vislumbraba,la amenaza  

de un tropel sin compromiso, se hizo realidad inesperada  

 
 

  81 

que inmediatamente se acrecentó en el aire de confusión y temor  

,que lo obligó a volver la mirada sobre su espalda  

para descubrir la carrera de hombres entregados  

al alboroto de desbocado corazón, ralea enemiga  

de la virtud de prepararse a cuidado que pareció arreciar   

la libertad de movimiento por el mismo fin de las anteriores. 

Pronto pasaron a su lado,cada uno,como saeta  

que corta la respiración y amilana el pecho. 

Persistió el troyano en busca de alguien más que sirviera  

a su testimonio donde la vida es vida y la muerte  

no impone la inclemencia de postrera prisión  

,y no mucho se esforzó para anticipar lo inevitable  

,que no muy lejos encontró a una multitud que miserablemente  

caminaba,con la lentitud culposa del  

que carga en los hombros gran peso.Notó luego que iban  

sin querer llegar a ningún lugar con la vista clavada al suelo  

por propia decisión ,que demostraba la resistencia  

del sometido en esto.“¿Qué hacen tan menospreciados  

,que por el juicio que no admite orgullo son el andar que pide permiso  

y pierde la mirada en lo más bajo,casi como  

 
 

  82 

encorvadas sombras de una derrota inexplicable? ”Preguntó  

a cualquiera;y consumió su impaciencia al escuchar a 

un anciano, reflejo de repudiado apostolado: “Ya ves  

cómo te respondo,escondiendo mi gesto,que no se alzará  

hasta el día del juicio-mientras hablaba el mentón barbado  

se rascaba en el pecho como si para sacar cada palabra  

precisara de sí una absurda negación con la cabeza-de esta manera si quieres saber  

,que tal vez el conocimiento te haga justa compasión, 

el porqué de este andar cabizbajo y limitado, no te permito relegar  

tu entendimiento a impulso y sin más  

suponer nuestra falta en vida,pues si mientras  

alentabamos la esperanza,hubiéramos hecho menos lo opuesto, que al ver  

lo ajeno despreciabamos lo propio y lo que eramos y nos remordía no  

poseer lo del amigo, o lo del hermano, insatisfacción  

injustificada, estaríamos ahora  

en mejor amparo… ”Los abandonó con más rechazo  

que compasión, su mirar por colmar el anhelo de severidad  

que palpitaba se hizo reproche y los atravesó amargamente. 

Más allá otro gentío casi que se podía vislumbrar  

con el rabillo del ojo y los dientes apretados, lo previno  

 
 

  83 

de la convivencia que se sirve de la distancia de la enfermedad  

para prosperar en una porción intratable de vastedad. 

La indulgencia de la cercanía más claramente le permitió  

hacer diferencia y reconocer el pacer de humillación de unos  

y la junta de aparente discusión de otros. 

Aquéllos que estaban como en una zahúrda le provocaron  

contener la respiración, pues el aire que los acompañaba  

de tan viciado merecía el asco y la repugnancia, y sin remilgo  

al escarbar la tierra de lo removido se alimentaban antes de que  

la línea de la espalda represente el disgusto de cuando en cuando. 

Surgió este convite de daño,en la voz patética de agudeza  

que nunca podría preciarse de sincero condolencia, 

de cualquiera para cualquiera: “Aquí si mi paladar  

acierta a conformar la apetencia, que para el atormentado  

sin pretensiones todo puede resultar promesa  

de sustento, la miseria desagradable de esta morada  

se olvida casi con un poco de voluntad y esmero de la razón. ” 

Y alguien de más ronquera que recato continuó  

con la libertad solemne de quien no responde  

ni interrumpe: “Para domar el hambre desmesurada  

 
 

  84 

que me trajo la perdición y dolerme del  

placer malsano que holgó mi piel hasta el colmo del descuido, 

me encuentro en constricción hartandome de mi propia prisión, 

que no satisface y acrecienta el deseo incluso  

de un ayuno de cenizas, y lo que mi boca no acepta  

termina siendo al arrebatarme las manos lodo  

por el reflujo de mi estómago, incapaz de acostumbrarse aún  

al rigor de lo ruin ¡Ay de mí que tuve en mi padre  

ejemplo de celeridad para trajinar la espera pasiva  

del cuerpo y de austeridad para sustentarlo  

,y fui como el árbol que apunta torcido al cielo, traicionando  

a la naturaleza que nunca deja de alentar  

la rectitud de un legado sin afrenta, pues no dudé  

en valerme de la bonanza de aquel hombre para evitar  

el sacrificio y aborrecer de buena vida ! ¡Ay  

de este morro que deshonra y corrompe mi rostro  

,de por sí motivo de espanto cuando no merece la desconfianza  

,que ya sufre por la inminencia del momento  

de castigarme con el esfuerzo del siguiente bocado  

,deseando anteponer a la obligación rígido sello.” 

 
 

  85 

Se apresuró por llegar hasta los que eran discordia y frustración  

y los enfrentó en un sitio donde la oscuridad caía más fiera  

y amenazadora,renegaban aparentemente al intentar encender  

el fuego imposible que les devolviera el delgado filo de alguna sombra  

y los proyectara como arrogancia dispuesta a incordiar. 

Los inquirió sobre la potestad y fortuna que otrora les tocó  

pero solamente consiguió la mirada celosa que hace ausencia  

de las palabras y la disposición de la altanería. 

Al abandonarlos con cierta indignación que enseguida desestimó  

para mofarse íntimamente de lo vano se dijo: 

“Si cuando el aire es respirable no hay algo de consideración  

y sobre la estulticia cada palabra aflora como generosidad  

que necesita del compadecimiento ,quería mientras algunos  

aprenden a callar iniquidad, otros pueden hartar al hablar aversión  

,entonces ¿ qué esperar de los malhadados, 

sino lo contrario a la complacencia, que ninguno  

podría prendarme de modo que no los evitara  

con el debido rechazo y la desconfianza excesiva ? mas por su encuentro  

me corresponde el conocimiento y así me adentro en la noche  

 
 

  86 

que la esperanza olvida sin la compañía de la SIBILA  

que debió darme advertencia por lo menos de cuánto se estrecha  

la miseria a los despojos del mundo  

cuando despejó mi vista a fin de que sea más perfecta  

e idónea al pasear por aquí mi vitalidad. ” 

Encaminado lejos de la desgracia de aquéllos, con  

paso resuelto como quien pretende atravesar la ruina que nunca ilusiona  

,estaba cuando de la nada misma salió uno entregado a la locura de sublevarse  

en el movimiento de contienda que exagera de impredecible  

,tenía el rostro hecho a hinchazón remedo de villanía  

,la vista escrutada a desvelos de culpa y resentimiento. 

Y le preguntó: “¿Cómo es que en soledad mal te llevas por este lugar de infamia  

,haciendo de invisible adversario causa de desesperación  

,que la impotencia veo te tiene al derroche de manotazos  

,esclavo de la prisa? ” Aquél de su boca: “ El grupo que venía conmigo  

a dar ocupación aquí ,resulta de una cuenta rápida a ojo tan grande  

,que si tuviera que arriesgar la comparación con el pueblo que suplicó ÉACO  

,te dijera sin permitir que mi lengua se suelte de vanidad demasiado  

,que representa casi su total, así recompensada está la muerte  

,sin embargo por el furor que parecía perdido nos dispersamos  

 
 

  87 

muy pronto y terminó cada uno por su lado en la orfandad del malnacido , 

como pasión a la deriva, así somos el acecho de la soledad  

que acoge la añoranza de venganza, errantes sin tregua por  

la molestia que no nos abandona…”Lo interrumpió al campear sobre  

la herida de sus labios un insecto similar a  

la abeja, que de negro representó horrible punto de reprensión  

y acusación en el silencio; resopló como se renuncia  

a la imprudencia de la voluntad y sin liberarse completamente  

de aquella provocación tenía nuevo asedio para sufrir ; 

y continuó: “¡Son peores que harpías éstas por su persistencia  

,que cuando se sospecha que se las burló reaparecen  

con más insolencia, y si por fortuna le cortas el vuelo  

a una,dos la reemplazan! No obstante mi situación me conforta  

si en lo visto pienso,que al descender descubrir podrás que  

el recinto por el que te manejas tiene al final el colmo de la desdicha  

para resistir a presencia realmente execrable ¡Ah,el enfado  

que me obliga a no parar!” Fue poner atención en cómo se alejaba  

para reconocer lo que hubiera sido el tormento de ORESTES  

con el acoso de las ERINIAS,que presa del calvario alargaba  

el tranco a cada represalia de desorden que emprendían sus manos. 

 
 

  88 

Emprendió el héroe la bajada de lo que restaba de aquel sepulcro 

hasta hallar la ralea que a HADES mantiene indeciso  

,pues la muerte quiso mantenerlos expectantes de la decadencia  

de su seno y fue avara y perezosa al momento de considerarlos dignos  

de amparo. Lo requirió para desahogarse por aquéllos y por él mismo  

,mendicante de la exaltación, que por aliciente de la verdad contrajo el rostro  

en la necesidad del mal hereje,y como último aliento de torpeza: 

“¡Acercate más así me maraville! Qué amplitud la entrada a este sótano de infamia  

,que incluso la carnalidad convenida vital espera  

cuando no sufrimiento del tiempo que se pierde,la cruza como si nada  

sin saber apreciar la inscripción sobre la misma  

,por lo que no dejo de admirar el equilibrio de la justicia que te libra a  

juzgar el infortunio y la vergüenza de los que penan  

tras defraudar el favor de las divino,allá donde  

la luz despunta siempre como desengaño de todo recuerdo fragmentado  

de temor,lo suficiente para la esperanza de alborozo. 

Pero, ay de las maneras que te harán valer el derecho  

del sueño al volver a la patria de los vivos,que la inquietud  

de tu corazón será la instruccion que te quede por penetrar  

 
 

  89 

en la sombría desgracia de lo eterno siendo estado perecedero, 

y tendrás que entregarte a ofrendas de sinceridad y duelo, 

si eres como te creo,hombre de bondad. De nosotros te digo que somos  

la postrera marginalidad, relegados a los márgenes del claustro  

de la condena que tiene a la mortalidad ausente, casi despreciados  

,castigados con la indiferencia, por lo que no se nos otorga más lugar  

que el de la intrascendencia.Todos arrepentidos de una existencia  

de mezquindad sin honor que se guardó para acumular el metal  

pasado por la cuña,y como para negligencia, 

el ánimo y la disposición de hacer;yo mismo fui alguien  

que nunca vivió sin superar el tedio y el desgano  

,y ahora el apremiio de pertenecer a la consideración de tan lúgubre morada  

termina por derrotarme cuando la sensatez apenas reconozco en mí… ” 

Calló como quien parece vacilar ante lo inesperado  

e hizo un ademán desorientado de asombro, la mirada inmensa de negación  

al ver a la par del aventurero, como agravio de lo inalcanzable, 

a aquélla que se hacía presente para terminar de conducir a éste más allá de  

la zozobra y la impudicia,y devolverle la virtud natural que precisa  

el movimiento repentino hacia la luz. 

 
 

  90 

La aurora desviste el regalo de tu juventud  

;tenida por desvelos de obstinación la mirada  

que trasluce el orden de tu alma descubre la eternidad  

en este instante abismal de sentimiento. El roce de la luz  

resistirá pronto la certidumbre de mi piel  

,ensombrecida por la pericia del deseo que dejara  

su impronta tras el azar irresoluto de lo desesperado. 

 
 

  91 

II 

...Desenmarañar la apariencia que perdura  

sin rezagar las ofensas de un derrotero de rigor 

,sondear la sorpresa a través del reflejo  

inoportuno, resignar la desconfianza de la dicha  

que pareció labor del sueño, 

conservar el silencio de la paciencia  

al andar lo indecible, arraigar la mansedumbre  

de pensamientos ajenos al vacío de este rostro, perder a Dios  

en el palpitar del corazón que ceba las tinieblas  

,sonreír a la ausencia, vislumbrar  

con el dejo inusual de pureza que se insinua  

para llenar los ojos de la locura esa  

constricción del horizonte propio de todo olvido… 

 
 

  92 

III 

Perder el aire en la exuberancia de tu pecho  

,mientras siento tus manos sobre mi cabeza  

como curiosidad y fantasía del deseo,consumir esta tenacidad de vida  

en el tropel apenas impropio de tu palpitar, cuando me acostumbro a tu recelo  

y la fiera de tu vientre emprende acompasadamente  

un movimiento de bienestar infausto, caída sin humildad; así  

antes de descubrirte con el rostro de hechicera alumbrado de  

malicia, vacío de pudor y culpa,guiado por esa mirada  

que abre en la ajenidad de mis pupilas una profundidad  

de desborde y desengaño, antes de agradar  

el orgullo de tu fatiga y sopesar la tregua  

de la cercanía que nos remozara. 

 
 

  93 

IV 

A desgano el ángel de la mañana parece franquear  

la solemne indiferencia de su mirada  

,y el mérito que apresura mi reconocimiento  

sobreviene con la promesa de candor  

para el secreto abandono de la pena que ruboriza y  

reprime los labios a un silencio sin ambición. 

Más allá del tiempo, como negación del memorial  

de una tierra de obstinación, la piel devota encubre  

la severidad y desmiente el pecado que despierta la codicia  

de flagrante cima,la misma piel  

que sincera la penitencia en su legado sombrío  

,en el dar a lo divino deseo de vida. 

 
 

  94 

A la rosa de VARSOVIA,refulgir de horrores que duermen la memoria  

,afrenta sin arrasar del abandono, 

testimonio que sangra la voluntad frágil del suelo resignado  

a exaltar secretamente el ángel de ese panteón interminable  

de Dioses ensombrecidos por su ocaso  

,coronado por la justicia de la historia, 

esclavo de un gesto vaciado de pesadumbre que es  

la deuda de la exuberancia y de la vanidad, esto:“Honradez  

descarnada de desnudez,que el azar de este instante te permita  

la transgresión del viso de reverencia que precisa lo celestial, y  

el temor de mi sonrisa convenga a la modestia de tu palidecer. 

Silencio de urgencias, desmiente al aliento de vida que me rezagó  

y santifica la frustración de mi renuncia, que la huella  

de esta soledad, tan impropia de sosiego, se persiguió  

a través del desencuentro con el hallazgo de alguna lágrima heredada de  

la insinuación de nostalgia en la mirada obstinada de fe, 

sobre mis labios, que soy la penitencia  

de un propósito de dicha,abismo de consuelo para sustentarte.” 

 
 

  95 

VI 

La herida propuesta por la luz en la frente ceñida por la honradez de espinas es  

el antiguo reflejo de inocencia antes de la arrogancia, es el recelo  

de la niñez de temor y remordimiento, el presentimiento de  

albores sin prestigiar las raíces del pecado original, las ansias de  

encomendarse al silencio triste que allana la perpetuidad de la cercanía, 

la destreza al despertar de las sombras del recuerdo; la fe, 

lo que acarrea una falta,la autoridad de  

ese movimiento impredecible de búsqueda. 

Mi tiempo se mide por el dilapidar de lo divino,con el  

deber descuidado de intención de una voz que el aire colmó para legar esto:“Y  

sabe sólo el infierno con cuanta displicencia camina el asesino el patíbulo de  

su hogar, reconoce sólo la noche el acecho de pesadumbre en sus ojos, que si  

la promesa merece el virtuoso al otoñar,la carne que roe el mal envanece  

de castigo siempre, y cualquier esperanza de felicidad que recupera el día tiene  

como oposición la selénica pérdida de alguna desilusión, así cuando Dios  

decanta su gracia, realmente pide paciencia ,mas cuando  

la resignación aflora en el pecho del réprobo una bandada de diablos  

encuentra la recompensa de su aliento con celeridad… 

El ardid tras las exequias, el abandono de odio sobre el lecho de hierbas , 

 
 

  96 

el declamar de deslealtad deformando la faz  

ensoñada, tienen como misterio el diáfano cristal de este instante… ” 

 
 

  97 

VII 

El dilema del suicida que deja consumir su impulso en una cima de discordia que no fue el 
acecho de su niñez ,se torna voz de soledad y ausencia: “En vano he consagrado la pesadumbre 
de mis pasos al rigor del azar cuando la piel de mi deseo traslucía la indiferencia de lo 
predestinado y era esa impronta de espera,sin el desmano de la jactancia, sin la servidumbre del 
remordimiento, que desmiente su misterio, entonces el tambor de mi pecho se permitía la 
indiscreción del orgullo.Mis ansias podrían reconocerse en la calidez del esfuerzo y mis dedos 
traerían la conveniencia del roce que profana, mas esta noche de claridad encuentra mi gesto 
desangelado, demostrando la herencia de una fiera que a hurtadillas se sosiega para consumir el 
presagio del luto en la penitencia de la luna,mi quietud comí tentación de locura, que pronto 
descarnaré el tesoro de mi existencia y ofreceré la risa del condenado sin la obstinación del 
panteón que ampara el sueño de compasión...Ah,la sorpresa de la nada,el prorrumpir del 
aliento que renuncia a un silencio de fervor, el pesimismo que desiste de la vanidad, la fiebre 
que se queda sin trascender la herida broncinea del cielo… No pude descubrir la medida de Dios 
en el recelo de mi reflejo,ni siquiera marchitar la osadía que prendió las mejillas de mi transida 
amante,tregua del desgano en el lecho de hierbas donde la vigilia de la intemperie cedió a la 
promesa de su tersura ,ajena a la corrupción del tiempo. Y ahora, solamente las náuseas y la 
miseria para merecer el espanto de la desolación. ” 

 
 

  98 

VIII 

Prejuicio de la distancia que depone la sinceridad  

del instante de calma,pervive como trasparentada  

femineidad de las palabras en las sombras  

de un querer fatigado gentilmente del empeño de la memoria. 

A fuerza de despertares se contiene el palpitar  

de este latrocinio que me desamparó sin condenar. 

 
 

  99 

IX 

En tus cabellos se mezclan aromas de  

un sinfín de fantasías amanecidas en oro 

,la decadencia que descree la congoja de tu voz  

recupera del olvido la inspiración de la fe  

,la humanidad de tu expresión como misterio de un decaer que enfrenta  

el vacío sin tiempo de lo inmediato, y 

en tu mirada solamente se pierde el don de dilación  

de postrera profundidad, por ser el arrebato  

de tu juventud el porvenir de toda verdad, así para serenarse  

y arrancarse de la piel el anhelo que alienta la estulticia  

y posterga el propósito benévolo de mi alma,y al hacerlo se aboveda... 

 
 

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