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Los receptores son de muchos tipos, pero pueden dividirse en dos categorías
principales: receptores intracelulares, que se encuentran dentro de la célula (en el
citoplasma o en el núcleo) y receptores de la superficie celular, que se localizan en
la membrana plasmática.
Receptores intracelulares
Cuando una hormona entra a una célula y se une a su receptor, hace que este
cambie de forma, lo que permite que el complejo receptor-hormona entre al núcleo
(si no se encontraba ya ahí) y regule la actividad génica. La unión de la hormona
expone regiones del receptor que pueden unirse a secuencias específicas del
ADN. Estas secuencias se encuentran junto a ciertos genes en el ADN celular y,
cuando el receptor se une ellas, altera sus niveles de transcripción
Diagrama de una vía de señalización que involucra a un receptor intracelular. El
ligando atraviesa la membrana plasmática y se une al receptor en el citoplasma. El
receptor se mueve entonces hacia el núcleo, donde se une al ADN para regular la
transcripción.
Existen muchos tipos de receptores de superficie celular, pero aquí solo veremos
tres tipos comunes: canales de iones activados por ligando, receptores acoplados
a proteínas G y receptores tirosina-quinasa.
Los canales iónicos activados por ligando son canales de iones que abren en
respuesta a la unión de un ligando. Para formar un canal, este tipo de receptores
de superficie celular tiene una región que atraviesa la membrana con un canal
hidrofílico (que ama el agua) en medio. El canal permite que los iones crucen la
membrana sin tener que tocar el centro hidrofóbico de la bicapa de fosfolípidos.
Cuando un ligando se une a la región extracelular del canal, la estructura de la
proteína cambia de tal manera que los iones de un tipo en particular, como
el Ca+2 o el Cl pueden pasar a través de él. En algunos casos sucede al contrario:
el canal generalmente está abierto y la unión del ligando hace que se cierre. Los
cambios en los niveles de iones dentro de la célula pueden cambiar la actividad de
otras moléculas, como las enzimas que se unen a iones y los canales sensibles a
voltaje, para generar una respuesta. Las células nerviosas, o neuronas, tienen
canales activados por ligando que se unen a neurotransmisores.
Los GPCR son diversos y se unen a muchos tipos de ligandos diferentes. Una
clase particularmente interesante de GPCR son los receptores olfativos (de olor).
Hay alrededor de 800800800 de ellos en los humanos y cada uno se une a su
propia "molécula de olor", como un químico particular en un perfume o cierto
compuesto producido por el pescado en descomposición, y produce una señal que
se envía al cerebro, ¡lo que nos hace percibir los olores!^33start superscript, 3,
end superscript.
El ciclo puede repetirse cuando ocurre una nueva unión entre el ligando y el
receptor.
En el cólera, por ejemplo, la bacteria Vibrio cholerae, que se transmite por el agua,
produce una toxina llamada colerágeno que se une a las células que recubren el
intestino delgado. La toxina entra en las células intestinales, donde modifica una
proteína G que controla la apertura de canales de iones, fijándolos en su estado
activo de manera permanente. Debido a que la proteína G no puede apagarse por
sí misma, los canales iónicos permanecen abiertos mucho más tiempo del que
deberían, lo que hace que los iones salgan de las células (junto con agua, por
ósmosis). Este pequeño cambio en una vía de señalización por GPCR provoca
diarrea, pérdida severa de fluidos y la deshidratación potencialmente fatal que se
ve en las víctimas de cólera.
Receptores tirosina-quinasa
Los receptores tirosina quinasa (RTK) son una clase de receptores ligados a
enzimas que se encuentra en humanos y muchas otras especies. Una quinasa es
una enzima que transfiere grupos fosfato a una proteína o molécula diana, y un
receptor de tirosina quinasa transfiere grupos fosfato específicamente al
aminoácido tirosina.
Tipos de ligandos
Los ligandos, que son producidos por células señalizadoras e interactúan con los
receptores al interior o exterior de las células diana, son de muchos tipos
diferentes. Algunos son proteínas, otros son moléculas hidrofóbicas como los
esteroides y otros incluso son moléculas gaseosas pequeñas como el óxido
nítrico. En esta sección veremos algunos ejemplos de los diferentes tipos de
ligandos.
El óxido nítrico (NO) es un gas que actúa como ligando. Al igual que las hormonas
esteroideas, puede atravesar la membrana plasmática de manera directa por
difusión gracias a su pequeño tamaño. Una de sus funciones principales es activar
una vía de señalización en el músculo liso que rodea los vasos sanguíneos, lo que
provoca su relajación y permite que los vasos sanguíneos se expandan (dilaten).
De hecho, el medicamento nitroglicerina trata las enfermedades cardíacas
mediante la liberación de NO, lo que dilata los vasos sanguíneos para restablecer
el flujo de sangre hacia el corazón.
El NO se ha vuelto más conocido en tiempos recientes debido a que la vía que
afecta es uno de los objetivos de los medicamentos de prescripción para tratar la
disfunción eréctil, como el Viagra.
Los ligandos peptídicos (proteínas) son la clase más grande y diversa de ligandos
solubles en agua. Por ejemplo, los factores de crecimiento, las hormonas como la
insulina y ciertos neurotransmisores entran en esta categoría. Los ligandos
peptídicos pueden tener desde unos pocos aminoácidos de largo, como las
encefalinas analgésicas, hasta cien o más aminoácidos de longitud
Las moléculas que transmiten una señal por lo general son proteínas. Sin
embargo, las moléculas no protéicas, como los iones y los fosfolípidos, también
pueden jugar papeles importantes.
Fosforilación
Cuando los ligandos del factor de crecimiento se unen a sus receptores, los
receptores forman parejas y actúan como quinasas: unen grupos fosfato en las
colas intracelulares de cada uno. Lee más al respecto en el artículo
sobre receptores y ligandos.
Los receptores activados disparan una serie de pasos (que aquí se omiten porque
no involucran fosforilación) que activan la quinasa Raf.
La Raf en forma activa fosforila y activa la MEK, que a su vez fosforila y activa las
ERK.
Las ERK fosforilan y activan varias moléculas diana que incluyen factores de
transcripción como c-Myc y objetivos citoplásmicos. Las moléculas diana activadas
promueven el crecimiento y la división celular.
Juntas, Raf, MEK y las ERK forman una vía de señalización de tres niveles de
quinasas llamada cascada de proteínas quinasas activadas por
mitógenos (MAPK). (Un mitógeno es una señal que hace que las células
sufran mitosis, es decir, que se dividan). Debido a que juegan un papel central en
la promoción de la división celular, los genes que codifican para el receptor de
factor de crecimiento, Raf y c-Myc , son protooncogenes, lo que significa que las
formas demasiado activas de estas proteínas se asocian al cáncer