EL CEREBRO Y EL ESTRÉS

El estrés es una respuesta por parte del organismo ante determinadas situaciones
y uno de los órganos principales que actúa en esta respuesta es el cerebro, esto
supone que tanto el cuerpo como el cerebro se influyen mutuamente, por lo que la
aparición de patologías psiquiátricas podrías estar relacionado.

El cerebro posee la capacidad de alostasis y carga alostática, esto es la capacidad

de adaptarse a cambios en el medio como lo son las experiencias estresantes. El
cerebro se adapta al desencadenar múltiples procesos sistémicos y neurales como
la plasticidad, la participación del Sistema Nervioso Simpático (adrenalina y cortisol)
y el Sistema Nervioso Parasimpático, citoquinas y hormonas. Estos mediadores al
ser utilizados en exceso para conseguir una adaptación pueden provocar una
sobrecarga alostérica la cual provoca la aparición de fisiopatologías que una vez
presentes sólo se pueden revertir. Sin embrago, si la situación estresante se ha
superado, pero los circuitos neurales siguen siendo afectados la maladaptación
producida requiere el empleo de medicamentos y terapia de conducta para generar
mejoría.

Al hablar de plasticidad se habla de un cambio en la arquitectura neural que conlleva

no sólo cambios fisiológicos, sino también del comportamiento; es así que tanto el
estrés agudo como el crónico causan desbalance de la fisiología neural que conlleva
alteraciones fisiológicas del sistema neuroendocrino, inmune, autonómico, entre
otros. La plasticidad afecta sobre todo al hipocampo donde se encuentran
receptores para hormonas sexuales y del estrés.

Las mitocondrias juegan también un papel importante ya que su sensibilidad a

glucocorticoides y estrógeno afecta a la función de secuestro de calcio y regulación
de radicales libres afectando a la alostasis.

Por último, hay que tener en cuenta que existen diferencias para ambos sexos en
cuanto a receptores para hormonas sexuales y que por lo tanto la respuesta a los
estresores y la plasticidad es distinta.