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¿CUÁNDO EXISTEN “MOTIVOS JUSTIFICADOS” PARA EL

CAMBIO DEL APELLIDO, A LA LUZ DEL FORMANTE


JURISPRUDENCIAL PERUANO?
MARCO ANDREI TORRES MALDONADO|

Viernes, 21 de Diciembre de 2018

El autor sostiene que la utilización del apellido no puede constituir una


afectación de los derechos fundamentales de la identidad. Así, refiere que,
corresponde al juez determinar, a la luz del caso concreto, si concurre
una causa atendible, como pudiera ser aquella situación en la que el
apellido se haya convertido en símbolo de humillación o desprecio contra
su titular.

El nombre es la rúbrica personal individualizadora del ser humano (Peré


Raluy, 1962, p. 511). Según Pereira (2004), el nombre es un elemento
designativo del individuo y factor de su identificación en la sociedad, el
nombre integra la personalidad, individualiza a la persona e indica grosso
modo su procedencia familiar (p. 243).

Conforme a lo previsto en el artículo 29 del Código Civil1, el nombre se


rige por un principio de inmutabilidad, admitiéndose la posibilidad de
su variación, sólo cuando existan “motivos justificados”. Usualmente,
dicho cambio ha sido analizado, desde el formante doctrinal y
jurisprudencial, en el caso del “prenombre”; mas no se ha incidido sobre
la posibilidad de efectuar la modificación de los apellidos, situación que
nos encargamos de estudiarlo en un trabajo anterior2.

El apellido -junto al prenombre- es un importante componente del


nombre que nos indica la filiación de la persona. Se trata, en opinión de
los Mazeaud (1959), “el vocativo con el que se designa a todos los
miembros de una familia” (p. 101). Los apellidos no se eligen, se imponen
por filiación. Esta los determina y a través de ella se trasmite a los
descendientes quienes lo llevan según su origen, de generación en
generación, y no como herederos (Orgaz, 1961, p. 199).

Naturalmente, como tal, aun cuando el apellido se rija por un principio


de inmutabilidad, es viable su cambio o variación. En nuestra opinión, si
bien el artículo 29 del Código Civil no reconoce textualmente la expresión
“apellido”, no tenemos dudas de que la misma se encuentra comprendida
en la función que pretende cumplir la referida disposición, máxime
cuando el apellido es un componente natural del nombre civil.

Ello se corrobora cuando el mismo artículo establece que “[e]l cambio o


adición del nombre alcanza, si fuere el caso, al cónyuge y a los hijos
menores de edad”. Esto es, el cambio del apellido del interesado -
sustentado en un “motivo justificado”- podría conllevar a la variación del
de su cónyuge, así como de sus hijos. En ese contexto, se ha identificado
como “motivos justificados” el hecho de que el apellido haya sido
desplazado por el seudónimo, cuando el apellido ostente un carácter
burlesco o cuando hubiere sido deshonrado.

Sin embargo, nuestra jurisprudencia ha advertido también como un


supuesto a tener en consideración los casos en los que el apellido conlleva
a discriminación y a causar insultos a su titular, afectando el rol de
identificación que ostenta. Así, ha procedido el cambio de apellido de
“Quipe” por “Vidal”3, de “Huamán” a “Valencia”4, de “Mamani P” a “P
Mamani”5, entre otros.

La utilización del apellido debe estar orientada a identificar e


individualizar a una persona natural. No puede constituir una afectación
de los derechos fundamentales a la identidad, a la integridad física,
psíquica y moral, al libre desarrollo y al bienestar de la persona, ni del
principio del interés superior cuando se traten de menores.

Tratándose de un concepto indeterminado (“motivos justificados”)


corresponde al juez determinar, a la luz del caso concreto, si concurre
una causa atendible, como pudiera ser aquella situación en la que el
apellido se haya convertido en símbolo de humillación o desprecio contra
su titular. La labor del juez resulta crucial, pues permite construir un
criterio respecto a otros supuestos, que pueden ser “motivos
justificados”, en los cuales también resulta viable el cambio de apellido.

Ciertamente, toda vez que la integridad de la familia es objeto de


protección por parte del Estado, debe comprenderse que la
homogeneidad de los apellidos en la familia es, de principio, lo deseable,
sin perjuicio de que se reconozca el derecho a la particular identidad de
cada uno de sus miembros. Lo común es que todos los integrantes del
núcleo familiar contengan apellidos que los vinculen unos a otros (Howell
Blanco, 2013, p. 147).

Por ende, se entiende que cuando alguno de los progenitores recurra


legalmente a la modificación de sus apellidos, tal mutación derivará
necesariamente en una afectación de los apellidos de sus hijos menores
de edad, según se desprende de lo establecido en el artículo 29 del Código
Civil .

(*) Marco Andrei Torres Maldonado es abogado por la Universidad


Nacional Mayor de San Marcos. Candidato a Magister en Derecho
Civil en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Curso de
especialización en Contratos y Daños en la Universidad de
Salamanca. Estancia de investigación en la Universidad Autónoma
de Madrid y Pontificia Universidad Javeriana. Jefe de Prácticas de
Derecho Civil en la Universidad de Lima y en la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. Asociado al Estudio Rodríguez Angobaldo
Abogados.
1Artículo 29.- Nadie puede cambiar su nombre ni hacerle adiciones,
salvo por motivos justificados y mediante autorización judicial,
debidamente publicada e inscrita. El cambio o adición del nombre
alcanza, si fuere el caso, al cónyuge y a los hijos menores de edad.
2Cfr. Herrera Arana & Torres Maldonado (2017, p. 193-202).
3Sentencia recaída en el Expediente Nº 01476-2016-0-0401-JR-CI-02,

de fecha 21 de noviembre de 2016, expedida por el Segundo Juzgado


Especializado en lo Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa.
4Sentencia recaída en el Expediente Nº 00100-2012-0-0401-JR-CI-03,

de fecha 30 de julio del 2012, expedida por el Tercer Juzgado


Especializado en lo Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa.
5Sentencia recaída en el Expediente N° 00008-2012-0-2301-JM-CI-01,

de fecha 03 de agosto del 2012, expedida por el Juzgado Mixto-MBJ


Alto de la Alianza de la Corte Superior de Justicia de Arequipa.

Referencias bibliográficas

Herrera Arana, P., & Torres Maldonado, M. (octubre de 2017). ¿Es


viable el cambio de apellidos en el Perú. Gaceta Civil & Procesal
Civil(52).
Howell Blanco, M. (2013). El cambio de apellidos por voluntad del
titular y la determinación de su orden por decisión de los
progenitores. San José: Universidad de Costa Rica.
Mazeaud, H., Mazeaud, L., & Mazeaud, J. (1959). Lecciones de
Derecho Civil(Tomo I, Vol. 1). (L. Alcalá Zamora, Trad.) Buenos
Aires: Ediciones Jurídicas Europa-América.
Orgaz, A. (1961). Personas individuales (2ª ed.). Córdoba: Assandri.
Peré Raluy, J. (1962). Derecho del Registro Civil (Tomo I). Madrid:
Aguilar.
Pereira, C. M. (2004). Instituições de Direito Civil (20ª ed., Vol. 1).
Río de Janeiro: Forense

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