Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La relación entre cultura y sociedad es estrecha, tanto así que rara vez
podemos hablar de una sin mencionar la otra.
Son muchos los trabajos y libros publicados que pretenden describir las
complejas relaciones entre sociedad y cultura desde diferentes perspectivas
Más del 50% de los seres humanos vivimos actualmente en ciudades. Las
ciudades son el mejor ejemplo de lo que llamamos sociedades complejas,
heterogéneas y dinámicas porque una ciudad nunca está acabada y su
población está en constante transformación alimentada por flujos
continuados de entrada y salida de personas.
A lo largo de la historia, ello ha ido gestando un modo de vida muy
complejo caracterizado por la inexistencia de un conjunto de creencias,
valores, hábitos y costumbres cerrado, hermético y sin fisuras. Si miramos
a nuestro alrededor en cualquier plaza de una ciudad podemos observar en
ella gentes muy diversas. Y, si escuchamos sus conversaciones
encontramos distintos idiomas, distintos credos religiosos, distintas formas
de ver la vida.
La diversidad cultural ha sido muy buena para las sociedades. Las ha
dinamizado, ha hecho de la ciudad fuente de innovación, inspiración y
creatividad al permitirnos observar rápidamente que las cosas se pueden
ver desde muy distintos puntos de vista y que ninguno es perfecto.
La diversidad cultural aumenta muy rápidamente con las migraciones. Las
sociedades que ven salir a sus gentes hacia otras ciudades y países
rápidamente aprenden la proximidad de éstas, se alimentan de lo que
aquellas aprenden en tierras antes “extrañas” y aumentan el depósito de su
cultura. Y, las sociedades que reciben a migrantes aumentan también sus
influencias culturales con el idioma nuevo en sus calles, con ideas
religiosas diferentes, con gente en sus plazas que traen otros valores y
creencias.
Así le ha ocurrido a las ciudades y pueblos de España de forma muy
intensa desde la última década del siglo XX. En el año 2000, habitaban
España 924 mil personas nacidas en otros países, apenas un 2,3% de la
población total. En la actualidad hay algo más de cinco millones y medio
de personas consideradas extranjeras repartidas por las ciudades y pueblos,
venidos de países como Rumanía, Marruecos, Reino Unido, Ecuador,
Colombia, Alemania, Italia, Bolivia, china y otros muchos países de todo el
mundo. Y, aunque a partir del año 2011 hubo un ligero descenso de
personas debido a la crisis económica, la pluralidad cultural ya está muy
asentada en las ciudades de España.
El proceso de rápido aumento de la pluralidad cultural ha generado
conflictos y tensiones en muchas ciudades, especialmente en los países de
inmigración como en los alrededores de París en el año 2005, en barrios de
Londres y de muchas ciudades del Reino Unido en el año 2011 o en
Madrid o Barcelona El Ejido en distintas ocasiones desde el año 2000. Esos
conflictos están asociados a problemas estructurales y culturales. La
desigualdad es una de las principales razones para explicar muchos hechos
violentos pero no es suficiente. Las diferencias de, idioma, valores y
creencias han sido muy a menudo elementos centrales para la movilización
de los grupos sociales, que les ha ayudado a cohesionarse internamente y
así poder defender juntos sus intereses. Y, a su vez, esas diferencias
también han sido aprovechadas por gobernantes y los grupos que dominan
en nuestras sociedades para decir que esos conflictos violentos eran culpa
de que los denominados “extranjeros” tendían a ser delincuentes,
malhechores o gentes que no querían integrarse en la “buena sociedad” que
formamos los de aquí, adoptando unos supuestos mejores valores y
creencias.