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INGENIERÍA CIVIL
Asignatura
Hidrología Superficial
Docente
Grupo: 6P53
INDICE
La escorrentía (o escurrimiento) se define como aquella parte de la lluvia, del agua de deshielo y/o
del agua de irrigación que no llega a infiltrarse en el suelo, sino fluye hacia un cauce fluvial,
desplazándose sobre la superficie del mismo. Se denomina también escorrentía superficial o de
superficie.
La escorrentía también comprende el agua que llega al cauce fluvial con relativa rapidez justo
debajo de la superficie. Junto con la escorrentía superficial, este flujo, que se
denomina interflujo o flujo subsuperficial, constituye el volumen de agua que en hidrología se
conoce generalmente como escorrentía o escurrimiento.
El motivo principal del estudio del proceso de escorrentía es la necesidad de estimar la cantidad de
agua que alcanza rápidamente el cauce fluvial. La escorrentía es el elemento más importante de la
predicción de crecidas y puede consistir de agua pluvial o del agua generada por el derretimiento
de la nieve y del hielo. Las condiciones en la cuenca hidrológica determinan la proporción de lluvia
o nieve que se transforma en escorrentía. Conociendo la cantidad de agua esperada en forma de
escorrentía, pueden utilizarse otras herramientas, como el hidrograma unitario, para calcular el
caudal o gasto correspondiente que se descargará en el cauce.
l movimiento del agua en el suelo es el resultado de tres procesos físicos: entrada, transmisión y
almacenamiento. El proceso de entrada, que también se denomina infiltración, ocurre en el límite
entre el agua y la superficie del suelo. La transmisión es la percolación, tanto vertical como
horizontal, que puede producirse a cualquier profundidad en la capa del suelo.
El almacenamiento puede ocurrir en cualquier parte del perfil del suelo y se manifiesta como un
aumento en la humedad del suelo.
En términos generales, las condiciones ambientales que influyen en estos tres procesos se dividen
en dos categorías principales: efectos naturales y efectos antropogénicos. A diferencia de los
procesos naturales, que pueden tener varios efectos, la actividad humana suele reducir la cantidad
de agua que penetra en el perfil del suelo y, por consiguiente, aumenta la escorrentía en la
superficie del suelo, con todos sus conocidos.
Empleamos los términos cuenca, cuenca de drenaje y cuenca hidrológica (o hídrica o hidrográfica)
para describir el área que contribuye a la escorrentía. En términos generales, la escorrentía
comienza en la divisoria de las aguas que marca el perímetro de la cuenca. Toda la escorrentía
dentro de una cuenca drena en un único sitio, es decir, la salida o desagüe de la cuenca.
Los tipos de escurrimiento que se pueden hallar en el territorio chileno han determinado que se
establezcan tres áreas: el área endorreica, el área arreica, y el área exorreica.
Área Endorreica
El área endorreica se ubica a partir del extremo norte del país, y se extiende hasta los 23º de
latitud sur. La principal característica que exhibe es la presencia de cursos de agua que no
desembocan de forma permanente en el océano, situación originada por sus escasos caudales y
por las condiciones del terreno. Los ríos asociados al área endorreica se encuentran en el altiplano
chileno y en las quebradas.
Las quebradas son cursos esporádicos de agua que provienen de la acción del invierno boliviano,
y que debido a la aridez del terreno y a las altas temperaturas, las aguas que transportan no logran
llegar al mar y entre las más importantes podemos mencionar a quebrada de Azapa, a la Vitor, a la
Camarones, a la Camiña y a la Tarapacá.
En el caso de los ríos altiplánicos, la orientación del relieve cordillerano impide que desemboquen
al océano, y los hace desembocar en territorio boliviano; entre los principales ríos altiplánicos
podemos hallar al río Lauca, al Caquena, al Isluga y al Cariquima.
Es preciso señalar, además, que en el área endorreica se halla la presencia de lagos de altura,
como lo son el Chúngara, el Parinacota y el Cotaconi.
Área Arreica
El área arreica se extiende entre los ríos Loa y Copiapó, o sea en la zona del Desierto de Atacama
y su principal característica es la inexistencia de cursos de agua superficiales, pues se pueden
encontrar napas subterráneas que son los únicos recursos hídricos presentes en esta área.
Área Exorreica
El área exorreica se extiende desde Copiapó hacia el sur del territorio chileno, y se mayor
característica es la orientación este-oeste de los ríos y las pocas condiciones que ofrecen para la
navegación; por otro lado, las aguas de estos ríos son de extrema importancia para el desarrollo de
la agricultura, puesto que permiten que los suelos sean irrigados. Estas aguas, además, poseen un
gran potencial para hacer funcionar centrales hidroeléctricas.
En la región del Norte Grande, el río de mayor importancia es el Loa (además, el río más largo de
Chile), ya que sus aguas son imprescindibles para el desarrollo de las actividades agrícolas y
mineras de la zona.
En el Norte Chico, los ríos posibilitan el crecimiento de valles de gran importancia para los cultivos
agrícolas, muchos de los cuales están orientados hacia los mercados externos.
En la zona central, los caudales de los ríos son ocupados para sustentar el consumo humano de
agua, y también para el desarrollo de faenas industriales, labores agrícolas, y para la generación
de energía hidroeléctrica.
Finalmente es necesario indicar que en la zona sur la copiosa presencia de ríos y lagos dan vida a
un paisaje de exuberante vegetación, lo que la convierte en una región de alto interés turístico a
nivel mundial.
Una forma sencilla de aproximar el valor del caudal de un cauce, es realizar el aforo con flotadores
(figura 4.2).
Por este método, se mide la velocidad superficial (v) de la corriente y el área de la sección
transversal (A), luego con estos valores aplicando la ecuación de continuidad, se calcula el caudal
con la formula:
Q = v × A .... (4.1)
Para realizar este aforo, se debe escoger en lo posible un tramo recto del cauce de longitud L.
Medir la longitud (L) del tramo AB. ƒ Medir con un cronómetro el tiempo (T), que tarda en
desplazarse el flotador (botella lastrada, madera, cuerpo flotante natural) en el tramo AB.
Para el cálculo del área hacer lo siguiente: Calcular el área en la sección A ( AA ) Calcular el área
en la sección B ( AB ) Calcular el área promedio
Dentro de los métodos útiles para llevar a cabo una evaluación de los cursos de agua de una
región se encuentra el del cálculo del balance hídrico; con ello se contribuye a conocer el ciclo
hidrológico y a estimar cambios en el régimen de los ríos y arroyos. Ello se debe a que en algunas
zonas climáticas las lluvias definen –directa (sobre los flujos superficiales) e indirectamente (sobre
los flujos subsuperficiales y subterráneos)– el régimen hidrológico de los ríos.
Las oscilaciones manifestadas en el balance hídrico tienen incidencia directa sobre el régimen
hidrológico de los escurrimientos superficiales. No obstante, la evidente correspondencia que
vincula la precipitación con el caudal, está determinada tanto por las condiciones físicas de la
cuenca como por el carácter de las lluvias. En ese sentido, los análisis de correlaciones entre
ambas variables resultan muy útiles para establecer el grado y tipo de relación entre ambos
parámetros.
América del Sur está bajo la influencia de diferentes masas de aire que por su desplazamiento
estacional definen las características climáticas del continente. La masa ecuatorial
excepcionalmente llega al norte del territorio argentino y nunca se manifiesta hacia el sur. La masa
de aire antártica llega hacia América del Sur empujada por la circulación de vientos del oeste en
oleadas cuyos avances pueden generar frentes fríos. El aire que proviene de la Antártida, con las
más frías y rigurosas temperaturas, tiene mínima trayectoria marítima lo cual contribuye a su
condición de aire muy seco.
Durante el verano, las masas de aire Polar continental tienen escaso desarrollo en América del
Sur, sin embargo, el aire patagónico se identifica como una masa Polar continental (Campo de
Ferreras et al., 2004). En su origen la masa de aire es polar marítima generada en el Océano
Pacífico Sur. Esta masa de aire no alcanza temperaturas tan bajas como las Antárticas o las
equivalentes en el hemisferio Norte. La zona entre los 40 y 60° LS, respectivamente, está bajo la
influencia de las masas de aire polar marítimas. Esta zona es dominio planetario de los vientos del
oeste, y se generan copiosas precipitaciones. A la zona norte de Argentina llegan masas de aire de
origen Tropical las que hacen sentir su influencia hasta aproximadamente los 40° LS.
Las masas tropicales continentales se corresponden con la franja de las Altas Presiones
Subtropicales de los 30° LS que se encuentran en ambos hemisferios. En verano, en el Hemisferio
Sur, estas áreas se ven restringidas al interior del continente que se encuentra muy caliente, con lo
cual el área en estudio no se ve afectada.
Sobre la provincia de Corrientes se destaca el dominio de las masas de aire tropicales marítimas
que surgen del borde occidental del Anticiclón del Atlántico Sur. Esta masa de aire es inestable
debido a que ha realizado un recorrido sobre el océano cálido por la presencia de la corriente
cálida del Brasil. El ingreso al continente y el encuentro con relieves relativamente elevados
favorece al desarrollo de precipitaciones que van en disminución hacia el interior continental.
Durante el invierno, el área estudiada se ve afectada por las masas polares marítimas debido a
que amplían su dominio en la estación invernal (Ibid.).
El área en estudio se caracteriza por su suelo llano con leves ondulaciones de arena rojiza,
rodeadas de bañados, esteros y pantanos. Se destacan los bosques frondosos, a los que se
suman los palmares que siguen los cursos de los ríos. Sus dos principales cauces son el Río
Paraná y el Río Uruguay, muchos de los ríos interiores de la provincia de Corrientes desaguan en
ellos (Urien y Colombo, 1991).
El objetivo general de este trabajo es establecer el balance hídrico de la cuenca del río Santa
Lucía, en la provincia de Corrientes. Como objetivo específico se analiza la relación entre el exceso
de agua (diferencia positiva acumulada entre precipitación y evaporación potencial durante un
periodo determinado) y el caudal escurrido. Se determinaron la evapotranspiración potencial y la
variación estacional de agua disponible en el sistema. Para calcular la escorrentía mensual en la
cuenca se consideró que el concepto físico de evaporación en el análisis hidrológico se asocia a
los procesos biológicos. En la ecuación del balance hidrológico de una cuenca, la evaporación y la
transpiración están incorporados como un solo término a la misma (evapotranspiración), que
influye directamente sobre la escorrentía (Bruniard, 1992).
Por lo tanto, sobre la base de los excesos de los balances hídricos se determinó el escurrimiento
superficial mensual esperado según el Método de Thornthwaite (Thorntwaite y Mather, 1957).
MÉTODOS Y MATERIALES
Para realizar el balance hídrico de la cuenca del Río Santa Lucía, se seleccionaron las estaciones
meteorológicas de General Paz (74 msnm), Corrientes (62 msnm) y Bella Vista (70 msnm; Figura
1). En cuanto al nivel de representatividad de los datos de precipitación, las estaciones
mencionadas cumplen una superficie promedio de 1 000 km 2 cada una en la cuenca hidrográfica
estudiada. Si bien este aspecto manifiesta una diferencia a lo propuesto por la Organización
Meteorológica Mundial (WMO, 1994), la elección de las mismas se basó en la existencia de datos
de precipitación mensual con posibilidades de realizar un seguimiento del parámetro durante varias
décadas. Los datos faltantes se obtuvieron mediante el cálculo de porcentaje de precipitación para
los meses con registros faltantes. Los datos utilizados fueron obtenidos de la base de datos del
Servicio Meteorológico Nacional (Argentina) correspondientes al periodo 1951–2000 y en valores
promedio cada diez años.
El método de Thornthwaite y Mather (1957) presenta características ventajosas tales como el solo
requerimiento de datos de precipitación y temperatura mensuales. El método fue creado en New
Jersey (Estados Unidos) donde se combina la influencia de latitud y horas de luz sobre la energía
para desarrollar una evapotranspiración potencial (ETP). Las estimaciones suponen una parcela
con sembradío verde y de tamaño corto donde nunca falta aporte de agua. Por otra parte, este
método se aplicó satisfactoriamente en distintas cuencas hidrográficas para la determinación y
evaluación de recursos hídricos (Hodny y Mather, 1995; Legates y Mather, 1992; Lozada y
Sentelhas, 2003b). El escurrimiento superficial se determinó sobre la base de los excesos de los
balances hídricos según el método de Thornthwaite (Hufty, 1984). Se calcularon promedios de los
escurrimientos de cada mes y se adicionaron las diferencias a los meses sucesivos siguientes.
Esto se aplicó para la cuenca del río Santa Lucía. El periodo considerado corresponde de 1951 al
2000.
Para el análisis del caudal del río Santa Lucía (Aforo: Santa Lucía) se consideró la década 1981–
2000, de acuerdo con la disponibilidad de datos fehacientes. Los datos de aforo se obtuvieron de
las bases de datos oficiales del Ministerio de Obras y Servicios Públicos. La variable subterránea
fue incorporada sólo en forma conceptual mediante la estimación del flujo de base de los caudales;
el mismo se estimó mediante un método gráfico. En primera instancia se elaboró un hidrograma
anual el que está constituido por un caudal base continuo sobre el que se sitúan distintos tipos de
caudal, correspondientes a la escorrentía directa producida por las lluvias. Se indicará el
escurrimiento calculado por excesos del balance hídrico en adelante con Ec y los escurrimientos
reales se indicarán con Er. Los escurrimientos calculados por este método se compararon con los
obtenidos sobre la base de datos de mediciones no continuas.
RESULTADOS
Balance hídrico
Si bien los supuestos con los que fue elaborado el método de Thornthwaite y Mather (1957)
difieren en algunos aspectos de los del área en estudio, su utilización en la cuenca del río Santa
Lucía se ha considerado viable. Uno de los supuestos más importantes se basa en las
características de la vegetación. Sin embargo, numerosos autores han aplicado el mencionado
método en sitios donde las condiciones son diferentes a las planteadas y, al igual que en el
presente, arribaron a resultados satisfactorios. Apezteguia y Sereno (2002) aplicaron esta
metodología de cálculo de balance hídrico con el objetivo de evaluar condiciones edafoclimáticas
en la provincia de Córdoba (Argentina). Otros ejemplos de aplicación lo constituyen los trabajos de
Marini y Piccolo (2000) en su caracterización de la cuenca del río Quequén Salado (Argentina). A
una escala global, Malvárez (1999) calculó los balances hídricos para distintos humedales
subtropicales y templados de Sudamérica. También en zonas áridas fue aplicado con éxito
(Scarpati y Faggi, 1998) con el objetivo de evaluar posibles efectos del cambio climático global en
áreas diferenciadas en la cuenca del río Turbio (Chubut, Argentina). Por último, los excedentes
hídricos mensuales en la cuenca de Poyo (España) mostraron una efectiva aplicación del método
en climas mediterráneos (Aguilar, 1998).
El área en estudio presentó una distribución anual de temperaturas propias de un régimen térmico
subtropical, donde el mes de enero presenta las más altas temperaturas (34° C). Los inviernos se
caracterizan por una temperatura media de 12° C. Los valores medios de precipitación para los
años de registro fueron de 1 266.83, 1 383.20 y 1 520 mm para las estaciones de Bella Vista,
Corrientes y General Paz, respectivamente. La desviación estándar del parámetro precipitación
varió entre 43 y 47 mm en todas las estaciones. En cuanto a la temperatura, valores se hallaron
entre 3.90 y 4.36° C.
Los resultados (Figuras 2 a 6) (Figuras 2, 3, 4, 5 y 6) mostraron que no existen meses con déficit
hídrico, es decir, que no se evidenciaron situaciones en las que la diferencia entre precipitación y
evapotranspiración potencial fuera negativa.
Escurrimiento superficial
El escurrimiento mensual en la cuenca del río Santa Lucía se determinó sobre la base de los
excesos hídricos mensuales del balance hídrico de la localidad de Bella Vista durante el periodo
1981/1990. Las Tablas 1 y 2muestran los escurrimientos calculados para los excesos hídricos en
Bella Vista (1981/1990) y Corrientes (1981/2000). El cálculo se realiza considerando que el 50%
del excedente de agua mensual se escurre en el mismo mes y completa el manto freático. El 50%
restante se reparte progresivamente en los meses siguientes. La distribución anual del caudal real
(medido) durante la década de 1981–1990 fue graficada en forma continua mediante un
hidrograma anual. Dicho hidrograma (Figura 7) está constituido por un caudal base continuo sobre
el que se sitúan distintos picos de caudal, correspondientes a la escorrentía directa producida por
las lluvias.
El escurrimiento mensual real para el río se calculó utilizando los caudales aforados durante los
periodos 1981–1990 y 1991–2000. En el primer caso, el caudal medio anual fue de 75.3 m3s–1 y
el específico de 12.2 l s–1km–2. Durante los años 1991–2000, el caudal medio fue superado
(76.71 m3s–1) al igual que el específico (12.74 s–1km–2). Este último hace referencia al volumen
por unidad de superficie por lo que representa el caudal aportado por cada kilómetro cuadrado de
cuenca.
En las Tablas 3 y 4 se detalla el escurrimiento anual en el aforo Santa Lucía (1981–90 y 1991–00).
En la Figura 8se muestra la variación de ambos escurrimientos a lo largo del año, en las dos
décadas.
En cuanto a la distribución de los caudales calculados para Bella Vista y Corrientes durante el
periodo 1981/1990, no se observaron diferencias con respecto a los caudales reales (Figura 8).
Los mayores valores correspondieron a los meses de marzo/abril en concordancia con el periodo
de mayores excesos hídricos.
Finalmente, se observó para ambas décadas que el escurrimiento calculado por excesos hídricos
no depende sólo del aumento de caudales reales; en general, el tiempo de retardo que transcurre
entre la mayor pluviometría y el aumento en los caudales reales es de un mes aproximadamente
La tasa de infiltración, en la ciencia del suelo, es una medida de la tasa a la cual el suelo es capaz
de absorber la precipitación o la irrigación. Se mide en pulgadas por hora o milímetros por hora.
Las disminuciones de tasa hacen que el suelo se sature. Si la tasa de precipitación excede la tasa
de infiltración, se producirá escorrentía a menos que haya alguna barrera física. Está relacionada
con la conductividad hidráulica saturada del suelo cercano a la superficie. La tasa de infiltración
puede medirse usando un infiltrómetro.
La infiltración está gobernada por dos fuerzas: la gravedad y la acción capilar. Los poros muy
pequeños empujan el agua por la acción capilar además de contra la fuerza de la gravedad. La
tasa de infiltración se ve afectada por características del suelo como la facilidad de entrada, la
capacidad de almacenaje y la tasa de transmisión por el suelo. En el control de la tasa y capacidad
infiltración desempeñan un papel la textura y estructura del suelo, los tipos de vegetación, el
contenido de agua del suelo, la temperatura del suelo y la intensidad de precipitación. Por ejemplo,
los suelos arenosos de grano grueso tienen espacios grandes entre cada grano y permiten que el
agua se infiltre rápidamente. La vegetación crea más suelos porosos, protegiendo el suelo del
estancamiento de la precipitación, que puede cerrar los huecos naturales entre las partículas del
suelo, y soltando el suelo a través de la acción de las raíces. A esto se debe que las áreas
arboladas tengan las tasas de infiltración más altas de todos los tipos de vegetación.
La capa superior de hojas, que no está descompuesta, protege el suelo de la acción de la lluvia, y
sin ella el suelo puede hacerse mucho menos permeable. En las áreas con vegetación de
chaparral, los aceites hidrofóbicos de las hojas suculentas pueden extenderse sobre la superficie
del suelo con el fuego, creando grandes áreas de suelo hidrofóbico. Otros eventos que pueden
bajar las tasas de infiltración o bloquearla son los restos de plantas secas que son resistentes al
remojo, o las heladas. Si el suelo está saturado en un período glacial intenso, puede convertirse en
un cemento congelado en el cual no se produce casi ninguna infiltración. Sobre una línea divisoria
de aguas probablemente habrá huecos en el cemento helado o el suelo hidrofóbico por donde el
agua puede infiltrarse.
Una vez que el agua se ha infiltrado en el suelo, permanece allí y se filtra al agua subterránea, o
pasa a formar parte del proceso de escorrentía subsuperficial.
Proceso de infiltración
El proceso de infiltración puede continuar sólo si hay espacio disponible para el agua adicional en
la superficie del suelo. El volumen disponible para el agua adicional depende de la porosidad del
suelo y de la tasa a la cual el agua antes infiltrada puede alejarse de la superficie a través del
suelo. La tasa máxima a la que el agua puede entrar en un suelo se conoce como capacidad de
infiltración. Si la llegada del agua a la superficie del suelo es menor que la capacidad de infiltración,
toda el agua se infiltrará. Si la intensidad de precipitación en la superficie del suelo ocurre a una
tasa que excede la capacidad de infiltración, el agua comienza a estancarse y se produce la
escorrentía sobre la superficie de la tierra, una vez que la cuenca de almacenamiento está llena.
Esta escorrentía se conoce como flujo terrestre hortoniano. El sistema hidrológico completo de una
línea divisoria de aguas se analiza a veces usando modelos de transporte hidrológicos, modelos
matemáticos que consideran la infiltración, la escorrentía y el flujo de canal para predecir las tasas
de flujo del río y la calidad del agua de la corriente.
Todos los métodos disponibles para determinar la capacidad de infiltración en una cuenca están
basados en el criterio expuesto cuando se analizó el infiltrómetro simulador de lluvia, o sea en la
relación entre lo que llueve y lo que escurre. En la práctica resulta complicado analizar
detalladamente el fenómeno y sólo es posible hacerlo, con ciertas limitaciones, para cuencas
pequeñas donde ocurren tormentas sucesivas.
Los métodos que permiten calcular la infiltración en una cuenca para una cierta tormenta,
requieren del hietograma de la precipitación media y de su correspondientehidrograma. Esto
implica que en la cuenca donde se requiere evaluar la infiltración se necesita, por lo menos
un pluviógrafo y una estación de aforo en su salida. En caso de contar únicamente con estaciones
pluviométricas sólo se podrán hacer análisis diarios.
Se considera que:
P=Q+F
Donde:
P = Volumen de precipitación (m 3)
F = Volumen de infiltración (m 3)
En esta ecuación se considera que F involucra las llamadas pérdidas que incluyen la intercepción
de agua por plantas y el almacenamiento en depresiones (techos de edificios, casas, embalses) ya
que no es factible medirlos; además, en esta forma se evalúa todo el escurrimiento directo, que es
de interés fundamental ya que permite determinar la cantidad de agua que escurre con respecto a
la que llueve.
El índice de infiltración media (Figura 2) está basado en la hipótesis de que para una tormenta con
determinadas condiciones iniciales la cantidad de recarga en la cuenca permanece constante a
través de toda la duración de la tormenta. Así, si se conoce el hietograma y el hidrograma de la
tormenta, el índice de la infiltración media, ø, es la intensidad de lluvia sobre la cual, el volumen de
lluvia es igual al del escurrimiento directo observado o lluvia en exceso.
Para obtener el índice ø se procede por tanteos suponiendo valores de él y deduciendo la lluvia en
exceso del hietograma de la tormenta. Cuando esta lluvia en exceso sea igual a la registrada por
el hidrograma, se conocerá el valor de ø
= he
Donde:
he = lluvia en exceso deducida del volumen de escurrimiento directo (Ved) entre el área de la
cuenca (A).
Debe señalarse que como la lluvia varía con respecto al tiempo y el índice es constante, cuando la
variación de la lluvia en un cierto intervalo de tiempo sea menor que ø, se acepta que
todo lo llovido se infiltró. El problema se presenta cuando se desea evaluar el volumen de
infiltración, ya que si se evalúa a partir del índice ø se obtendrá por este hecho un volumen mayor
que el real. Para calcular el volumen de infiltración real, se aplica la siguiente ecuación:
F = ( hp - he ) A
Donde:
F = volumen de infiltración (m 3)
A = área de la cuenca (m 2)
Del hietograma para cada tormenta, se obtiene la altura de lluvia hp y según el hidrograma, la lluvia
en exceso, he, a que dio lugar. A continuación se calcula el volumen de infiltración F, expresado en
lámina de agua, que es:
En la ecuación anterior hf debe dividirse entre el tiempo promedio en que ocurre la infiltración en
toda la cuenca.
En este criterio se acepta que la infiltración media se inicia cuando empieza la lluvia en exceso y
continúa durante un lapso después de que ésta termina. En este momento, si la tormenta cubre
toda el área, la infiltración continúa en forma de capacidad e irá disminuyendo conforme el área de
detección del escurrimiento disminuye. Hortonconsidera que el periodo equivalente durante el cual
el mismo volumen de infiltración pasa, desde que la lluvia en exceso finaliza hasta que cesa el flujo
sobre tierra, se puede detectar al analizar el hidrograma correspondiente.
Donde:
Δ t = periodo desde que termina la lluvia en exceso hasta que seca el flujo sobre tierra (h)
f = hf /
Donde:
Una vez conocido el valor de f para cada tormenta, se lleva a una gráfica en el punto de cada
periodo t. Al unir los puntos resultantes se obtiene la curva de capacidad de infiltración media.
Lo anterior permite obtener gráficas de alturas de lluvias totales contra alturas de lluvia en exceso
para diferentes capacidades de infiltración media. Así, conocida la altura de precipitación media en
la cuenca para la tormenta en estudio, y su correspondiente altura de lluvia en exceso a partir
del hidrograma del escurrimiento directo es posible obtener su capacidad de infiltración media
Este criterio es similar al del índice de infiltración media, sólo que ahora los tanteos se llevan a
gráficas que en el caso de tener una tormenta con una duración grande es muy conveniente, ya
que disminuye el tiempo de cálculo. Por otra parte, permite disponer de una gráfica que relaciona
para cualquier tormenta su lluvia en exceso, su lluvia total y su correspondiente capacidad de
infiltración media.
Coeficiente de escurrimiento
Como sólo una parte del volumen llovido en una cuenca escurre hasta su salida, al considerar la
expresión:
Q = Ce P
Donde:
P = volumen de lluvia (m 3)
F=P-Q
Conviene recordar que en F están comprendidos desde pérdidas por retención superficial o
intercepción de la vegetación y su evaporación, hasta los volúmenes que constituyen recarga de
acuíferos una vez que se satisfizo la deficiencia de humedad del suelo.
Al tomar la lluvia como principal variable en cuencas aforadas y debido a que ni la capacidad de
infiltración ni el coeficiente de escurrimiento pueden considerarse constantes, se busca una
relación entre la lluvia y la infiltración de acuerdo con el criterio
del U.S. Soil Conservation Service (USSCS) según el cual la relación entre el coeficiente de
escurrimiento Ce y la altura de precipitación total hp es:
donde S es un parámetro dado en las mismas unidades que hp (mm). De S se prueban distintos
valores hasta encontrar el que hace mínima la variancia del error en el cálculo de Ce. Conocido el
volumen de escurrimiento, por diferencia con el de precipitación se calcula el de infiltración.
Ejemplo: Calcular el índice de infiltración media (ø) de una cuenca dada con los datos de lluvia
obtenidos en un pluviómetro, si se sabe que el área de la cuenca es de 200 km2 y tiene un volumen
de escurrimiento directo de 16 X 106 m3.
Procedimiento:
1) Se obtiene la lámina de escurrimiento a partir del volumen de escurrimiento directo (he = 80 mm)
2) Se propone el índice de infiltración media (ø) que se le resta a cada dato de lluvia, buscando
que la sumatoria sea igual a la lámina escurrida
3) Una vez igualada la sumatoria de las láminas escurridas (79.98 mm) con la lámina de
escurrimiento obtenida en el paso 1 (80 mm), se puede decir que se obtuvo el índice de infiltración
media (5.317 mm/h), el cual se puede graficar en el hietograma de la tormenta.
Entrada superficial: La superficie del suelo puede estar cerrada por la acumulación de partículas
que impidan, o retrasen la entrada de agua al suelo.
Transmisión a través del suelo: El agua no puede continuar entrando en el suelo con mayor
rapidez que la de su transmisión hacia abajo, dependiendo de los distintos estratos.
Acumulación en la capacidad de almacenamiento: El almacenamiento disponible depende de la
porosidad, espesor del horizonte y cantidad de humedad existente.
Características del medio permeable: La capacidad de infiltración está relacionada con el tamaño
del poro y su distribución, el tipo de suelo –arenoso, arcilloso-, la vegetación, la estructura y capas
de suelos.
Características del fluido: La contaminación del agua infiltrada por partículas finas o coloides, la
temperatura y viscosidad del fluido, y la cantidad de sales que lleva.
Ensayos de la infiltración.
Métodos directos: Valorar la cantidad de agua infiltrada sobre una superficie de suelo:
Los ensayos más simples y difundidos son los que se desarrollan con los anillos concéntricos. Los
datos obtenidos de campo se vuelcan en una planilla registrándose las distintas alturas de agua y
los tiempos correspondientes. Los intervalos de tiempo dependen del suelo donde se hace la
medición. Con los datos de altura y tiempo se obtienen los deltas de ambos.
Ecuación de Horton: Desarrolló una ecuación matemática para definir la curva de capacidad de
infiltración: f = fo + (fo - fb) e- K * t
El principal factor que determina la evapotranspiración real es la humedad del suelo, el cual puede
retener agua conforme con la capacidad de retención específica de cada tipo de terreno.
La humedad del suelo es generalmente alimentada por la infiltración, y constituye una reserva de
agua a ser consumida por la evaporación del suelo y las plantas.
Existen ciertas técnicas estándar como son los métodos gravimétricos, el cloruro de cobalto, la
medición del vapor de agua, los métodos volumétricos y de conductancia estomática.
Freeman, y de forma similar, Garreau, miden el vapor de agua que recoge una campana de vidrio,
cerrada en su base por una hoja de la planta, por el aumento de peso de una sustancia
higroscópica colocada en el interior. El experimento demuestra la influencia de los estomas en la
transpiración, pues colocando una campana de vidrio en el parte superior de la hoja y otra en la
parte inferior, las cantidades de vapor de agua medidas están en proporción similar a la relación de
densidad estomática.
Algunos métodos se basan en medir el cambio de peso de una planta por la pérdida de agua. El
procedimiento más simple es cortar una planta e ir pesándola en intervalos regulares de tiempo,
antes de que se marchite. No obstante, es bastante discutible la hipótesis de que la transpiración
en la planta cortada se mantiene al mismo ritmo que en la planta viva.
Uno de estos métodos es el de la pesada de plantas en potes, que se emplea en plantas que
crecen en potes completamente cerrados. Se pesa la planta al comenzar la medición y luego se
vuelve a pesar a intervalos de tiempo convenientes. La evaporación del suelo previene
recubriéndolo con un material impermeable. Si se utiliza una maceta de cerámica, se debe
impermeabilizar también. Se puede emplear con plantas pequeñas y aquellas que crecen en
cultivos hidropónicos. Los resultados se expresan en gramos o mililitros de agua transpirada por
superficie foliar por unidad de tiempo.
Los fitómetros se aproximan más a la realidad. Son grandes recipientes rellenos de un suelo, sobre
el que se planta alguna especie vegetal. El suelo se protege contra la evaporación de modo que
toda la humedad desprendida provenga de transpiración y ésta se determina por pesadas
sucesivas.
Los potómetros. Es un método que se basa en la asumción de que la tasa de absorción de agua es
casi igual a la tasa de transpiración. Son recipientes mucho más pequeños que los fitómetros, que
sustituyen el suelo por agua de la cual se alimenta un corte de una hoja o tallo, cuyo extremo se
introduce en el agua. Un potómetro, consiste por tanto, en un depósito en el que se introduce una
rama, que previamente se ha introducido en un tapón de goma, y que debe quedar perfectamente
sellado al cilindro. El recipiente de vidrio se conecta a un tubo capilar, al que se le introduce una
burbuja de aire que actúa como indicador de la utilización de agua por transpiración. Es útil para
estudios del efecto de los factores ambientales sobre la transpiración. Se utiliza en pedazos de
ramas, tallos, hojas, etc., pero no en plantas completas.
Cambios de volumen de una solución o del agua. Se introduce una planta completa o una rama
que se ha introducido en un tapón perforado de goma o silicona, en un cilindro graduado
transparente bien hermético, con un volumen de agua conocido. Después de cierto tiempo bajo
condiciones de campo o de invernadero, se mide de nuevo el volumen y ese será el volumen de
agua transpirado. Se determina el área foliar y se expresan los resultados en cm 3 de H2O x cm2 de
superficie foliar por hora.
Se puede recolectar el agua transpirada, introduciendo una rama en una bolsa transparente de
plástico, que se ata al tallo. El agua transpirada se condensa en el interior de la bolsa. Luego se
mide el volumen de agua o se pesa la bolsa con el líquido. Los resultados se expresan en cm 3 de
H2O x cm2 de superficie foliar por hora
Uso del cloruro de cobalto. La transpiración se indica por un cambio de color de un pedazo de
papel de filtro impregnado en una solución al 3% de cloruro de cobalto, que se aplica sobre una
hoja y se mantiene en posición con un clip. Cuando está seco es de color azul y cuando se
humedece, es de color rosado. La velocidad con que el papel cambia de color es una indicación de
la velocidad de transpiración.
Este método se puede utilizar para medir tasas relativas a la transpsiración de diferentes especies
vegetales.
Método del analizador de gases en infrarrojos (IRGA). Se basa en la absorción que presenta el
vapor de agua en la zona del infrarrojo del espectro. Se mide la cantidad de vapor de agua antes
de pasar sobre una hoja y después que ha pasado sobre la hoja. Una de las limitaciones que
presenta este método radica en que el órgano foliar se encierra en una cámara, lo que altera la
tasa transpiratoria.
Réplica. Mediante este procedimiento se obtiene una réplica de la epidermis foliar, usando acetato
de celulosa, pintura de uñas transparente, que se deja secar sobre la superficie foliar. Luego se
despega con una aguja o pinza de disección y se observa al microscopio. Se ha utilizado con
mucho éxito la silicona y cinta adhesiva transparente.
Intercambio gaseoso. Se mide la tasa de transpiración de una hoja con un área superficial (s) en
cm2, como la diferencia entre la tasa de vapor de agua que entra en la cámara y la que sale. De
donde: sE = UoW o-UeW e, siendo E la tasa de transpiración por unidad de área foliar (mol . m 2/sg).
Ue y Uo son los flujos molares de aire que entran y salen de la cámara. W e y W o son las fracciones
molares de vapor de agua de la corriente de aire que entra y sale de la cámara. Después de
algunos cálculos laboriosos se puede estimar la conductancia estomática.
A escala natural se han hecho algunas experiencias en cuencas pequeñas consistentes en ver los
efectos que sobre la escorrentía produce una reducción de vegetación. En zonas áridas pobladas
con platas freatofitas, durante períodos de sequiaje, se puede obtener una razonable aproximación
del valor de la transpiración, midiendo las fluctuaciones de nivel de agua en pozos de la zona, si
ésta, está bien definida hidrológicamente.
Variaciones de la transpiración
Finalmente, las variaciones interanuales, con muy parecidas a las de evaporación de una
superficie de agua libre en las mismas condiciones ambientales.
Algunos autores, dan valores de transpiración diaria, mensual y anual, pero siempre con la
incertidumbre asociada a la dificultad de separar la evaporación de la transpiración.
Importancia de la transpiración
La transpiración es necesaria, ya que los estomas se abren ante el estímulo de la luz, para
absorber el CO2 requerido en la fotosíntesis, aunque por contra, pueda alterar el balance hídrico al
perderse el agua de la planta.
El flujo de agua a través de la planta inducido por la transpiración, proporciona un buen sistema de
transporte para los minerales que son absorbidos por las raíces y que se mueven en la corriente
transpiratoria. Así mismo, la absorción de agua del suelo, tiene un efecto en la movilización de
sales minerales del suelo hacia la raíz, facilitando su absorción, sin un gasto de energía adicional,
que implicaría la formación de masas de raíces que exploren amplias superficies de suelo.
transpiración está en el orden de 2-3ºC por debajo de la temperatura del aire. Podemos concluir
que la transpiración ejerce un efecto de enfriamiento de la superficie foliar.
Se ha sugerido que la transpiración es necesaria para el crecimiento normal de las plantas, ya que
ayuda a mantener un estado de turgor óptimo. Cuando las plantas crecen en una atmósfera
saturada de humedad, presentan un aspecto suave y carnoso, que puede ser el resultado de una
gran absorción de agua, que causa un mayor alargamiento celular. Las plantas terrestres, casi
nunca están en un estado de turgor óptimo, aunque la savia celular pueda tener una presión
osmótica alta, como en algunas halófitas de 200 atm., la pérdida de agua por transpiración
mantiene la presión de turgor por debajo de la presión osmótica.
Los procesos básicos que determinan el balance hídrico de una planta son: la absorción, la
conducción y la pérdida de agua. Si se quiere equiparar la acumulación y la pérdida de agua se
debe medir la absorción y la evaporación en un intervalo de tiempo determinado.
El balance hídrico viene determinado por la diferencia entre la absorción y la transpiración, o por
cualquier desviación de la condición de equilibrio. El balance hídrico oscila de valores positivos a
negativos. Existen fluctuaciones a corto plazo inducidas por las variaciones en la apertura
estomática, en tiempos cortos de pocas horas, pero también pueden tener lugar variaciones a lo
largo del día que se alejan más del equilibrio, especialmente durante la fase diurna y nocturna. Si
se somete una planta a un período de sequía de una semana, se observa que las hojas acusan
una mayor disminución en el potencial hídrico que las raíces y el suelo, ya que las hojas se
encuentran sometidas a un mayor estrés transpiratorio. Sin embargo, en la noche tiene lugar cierta
recuperación. El potencial hídrico durante las siguientes fases de oscuridad se hace cada vez
menor. Cuando se mide la circunferencia de un árbol durante el día, se observa que disminuye, ya
que el agua que se pierde por transpiración no es reemplazada con eficiencia por los tejidos de la
planta, ni mediante absorción por las raíces.
El balance hídrico de las plantas varía con la especie, con los factores ambientales, las estaciones
climáticas, el tipo de suelo, la edad de la planta, la hora del día, etc. En suelos arenosos el agua
queda retenida en el suelo con una tensión inferior a 0,1 MPa, en cambio en suelos arcillosos, más
del 50% del agua disponible, queda retenida con una tensión mahor de 0,1 MPa. En esos suelos,
el agua es menos aprovechable antes que el contenido se aproxime al punto de marchitez
permanente (1,5 MPA).
de la nieve o de las precipitaciones caídas en un tiempo dado”.2 Más tarde, en 1952, H.F.
Blaney y W.D. Criddle definieron “uso consumo o evapotranspiración” en términos muy
similares a los anteriores como “la suma de los volúmenes de agua usados por el crecimiento
vegetativo de una cierta área por conceptos de transpiración y formación de tejidos vegetales y
evaporada desde el suelo adyacente, proveniente de la nieve o precipitación interceptada en el
área en cualquier tiempo dado, dividido por la superficie del área”.3
Existe acuerdo entre los diversos autores al definir la ETP, concepto introducido por Charles
Thornthwaite en 1948, como la máxima cantidad de agua que puede evaporarse desde un
suelo completamente cubierto de vegetación, que se desarrolla en óptimas condiciones, y en el
supuesto caso de no existir limitaciones en la disponibilidad de agua. [4] Según esta definición, la
magnitud de la ETP está regulada solamente por las condiciones meteorológicas o climáticas,
según el caso, del momento o período para el cual se realiza la estimación.
La noción de ETo ha sido establecida para reducir las ambigüedades de interpretación a que da
lugar el amplio concepto de evapotranspiración y para relacionarla de forma más directa con los
requerimientos de agua de los cultivos. Es similar al de ETP, ya que igualmente depende
exclusivamente de las condiciones climáticas, incluso en algunos estudios son considerados
equivalentes,[7] pero se diferencian en que la ETo es aplicada a un cultivo específico, estándar o
de referencia, habitualmente gramíneas o alfalfa, de 8 a 15 cm de altura uniforme, de
crecimiento activo, que cubre totalmente el suelo y que no se ve sometido a déficit hídrico. [8] Es
por lo anterior que en los últimos años está reemplazando al de ET
cumpliendose que cuano mayor es el periodo de retorno, mayor es la altura de agua de la lluvia
maxima.
• Existe diversos metodos para estimar la avenida maxima que puede producirce en una
cuenca. La mayoria de ellos son pocos precisos ya que no tienen en cuenta parametros tan
relevantes como el clima, la pendiente, la forma de la cuenca, etc.
2. Sistema Hidrológico
2.1 Cuencas Hidrológicas
En la figura 2, se muestran las 13 cuencas hidrológicas que integran la Subregión Hidrológica Río
Soto La Marina, las cuales son las siguientes: Río Pilón 1, Río Pilón 2, Río Blanco, Río San Antonio, Río
Purificación 1, Río Purificación 2, Río Corona, Arroyo Grande, Area no Aforada, Río Soto La Marina 1, Río
Soto La Marina 2, Río Palmas y Río Soto La Marina 3.
o correr como una sola corriente inundando principalmente zonas de pastoreo, tiene en su recorrido
un desarrollo total de 100 kilómetros.
III. Cuenca Hidrológica Río Blanco
Comprende desde su nacimiento hasta la estación hidrométrica Puerto de Valles, drena 2,179
kilómetros cuadrados y geográficamente se ubica entre los paralelos 98° 36' y 100° 00' de longitud Oeste y
los meridianos 24° 31' y 23° 48' de latitud Norte. Se encuentra delimitada: al Norte por la cuenca hidrológica
del Río San Fernando; al Sur por la región hidrológica número 26 Río Pánuco; al Este con las
cuencas hidrológicas Río San Antonio y Río Purificación 1 y al Oeste con la región hidrológica número 37 El
Salado.
El río nace en la sierra de Agua de Afuera, cerca del cerro de Peña Nevada a una altitud de 3,000
metros sobre el nivel del mar, en el Municipio de Aramberri, pasando frente al poblado del mismo nombre en
el Estado de Nuevo León, a partir de este sitio empieza un recorrido abrupto a través de la Sierra Madre
Oriental en el que se le incorporan pequeños escurrimientos que bajan de las Cañadas de la Sierra, teniendo
hasta la estación Hidrométrica Puerto de Valles un desarrollo total de 60 kilómetros.
IV. Cuenca Hidrológica Río San Antonio
Comprende desde el nacimiento del Río San Antonio hasta la estación hidrométrica Tomaseño, drena
504 kilómetros cuadrados y geográficamente se ubica entre los paralelos 99° 25' y 99° 47' de longitud Oeste y
los meridianos 24° 29' y 24° 14' de latitud Norte. Se encuentra delimitada: al Norte por las cuencas
hidrológicas Río Pilón 1 y Río Pilón 2; al Sur por las cuencas hidrológicas Río Blanco y Río Purificación 1; al
Este con las cuencas hidrológicas Río Pilón 2 y Area no Aforada y al Oeste con las cuencas hidrológicas Río
Blanco y la del Río San Fernando.
El Río San Antonio nace en los límites de los Estados de Nuevo León y Tamaulipas a una altitud de
2,120 metros sobre el nivel del mar, en un punto situado a 15 kilómetros al Noreste del poblado de Ascensión,
en el Estado de Nuevo León, su trayectoria es hacia el Sureste, siendo sus principales cauces el Cañón de
Ibarrilla, el Cañón de la Boquilla y el arroyo San Rafael, que forman el Río Marroquín, al cual se le une por su
margen derecha el Arroyo el Perico, a partir del cual se le denomina San Antonio; con un desarrollo total de
42kilómetros.
V. Cuenca Hidrológica Río Purificación 1
Comprende desde las estaciones hidrométricas Puerto de Valles y El Tomaseño hasta la
estación hidrométrica Barretal II, drena 1,206 kilómetros cuadrados y geográficamente se ubica entre los
paralelos 99° 12' y 99° 44' de longitud Oeste y los meridianos 24° 18' y 23° 52' de latitud Norte. Se encuentra
delimitada: al Norte por las cuencas hidrológicas Río San Antonio y Area no Aforada; al Sur por la región
hidrológica número 26 Río Pánuco; al Este por las cuencas hidrológicas Río Purificación 2 y Río Corona al
Oeste.
Nace con el nombre de Río Blanco en su recorrido a través de la Sierra Madre Oriental y casi a su
salida de ésta recibe por su margen derecha al Río Purificación del cual a partir de aquí cambia su nombre por
el de Purificación, aguas abajo y por la margen izquierda, recibe las aguas del Río San Antonio al que antes
se le han incorporado las aguas de los Arroyos San Juan y Bermejo, tiene desarrollo total de 170 kilómetros.
VI. Cuenca Hidrológica Río Purificación 2
Comprende desde las estaciones El Barretal II y Padilla II, drena 379 kilómetros cuadrados
y geográficamente se ubica entre los paralelos 98° 53' y 99° 16' de longitud Oeste y los meridianos 24°
07' y 23° 59' de latitud Norte. Se encuentra delimitada: al Norte y al Este con la cuenca hidrológica Area no
Aforada; al Sur con la cuenca hidrológica Río Corona y al Oeste con la cuenca hidrológica Río Purificación 1.
En este tramo su cuenca se angosta y se vuelve la corriente muy sinuosa, caracterizándose por
atravesar una zona de grandes acumulaciones de gravas y arenas, no recibiendo en su recorrido aportación
alguna, teniendo su desarrollo total de 46 kilómetros.
VII. Cuenca Hidrológica Río Corona
Comprende desde el nacimiento del Río Corona hasta la estación hidrométrica Corona, drena
una superficie de 1,329 kilómetros cuadrados y geográficamente se ubica entre los paralelos 98° 56' y 99°
29' de longitud Oeste y los meridianos 24° 05' y 23° 42' de latitud Norte. Se encuentra delimitada: al Norte con
las cuencas hidrológicas Río Purificación 1 y Río Purificación 2; al Sur y al Este con la cuenca
hidrológica Area no Aforada y al Oeste por la cuenca hidrológica Río Purificación 1 y con la región hidrológica
número 26 Río Pánuco.
El Río Corona nace en el cerro San Pedro en la Sierra Madre Oriental a 2,000 metros sobre el nivel
del mar, al Poniente del Municipio de Güémez, Estado de Tamaulipas, con el nombre de Río de Santa
Engracia. Recibe por su margen izquierda, la aportación del Arroyo Guayabas. A su vez, el Río San Pedro
nace a elevaciones superiores a 1,000 metros sobre el nivel del mar y corre hasta unirse al Río de Santa
Engracia, donde toma el nombre de Río Corona. Otros cauces importantes son los llamados Ríos Caballeros
y el Arroyo San Felipe que se incorporan por su margen derecha, en su recorrido la corriente principal
desarrolla un total de 60 kilómetros.
VIII. Cuenca Hidrológica Arroyo Grande
Comprende desde el nacimiento del Arroyo Grande hasta la estación hidrométrica Paso de Molina II,
drena una superficie de 1,946 kilómetros cuadrados y geográficamente se ubica entre los paralelos 98° 32' y
99° 11' de longitud Oeste y los meridianos 23° 43' y 23° 17' de latitud Norte. Se encuentra delimitada: al Norte
con la cuenca hidrológica Area no Aforada; al Sur y al Oeste con la región hidrológica número 26 Río Pánuco
y al Este con las cuencas hidrológicas Area no Aforada y Río Palmas.
El Arroyo Grande nace en el Municipio de Llera, Estado de Tamaulipas, en las estribaciones del
cerro Mesa de las Sandías en la Sierra de Tamaulipas, a una altitud de 500 metros sobre el nivel del
mar. Recibe como afluentes por su margen derecha los arroyos La Raya, El Nogalito y San Rafael y por su
margen izquierda los arroyos Cerritos, La Carabina y Santa Rosa. A la altura de la población de Casas se
localiza la Estación Hidrométrica Paso de Molina II, tiene un desarrollo de 130 kilómetros.
IX. Cuenca Hidrológica Area no Aforada
Comprende los escurrimientos del Río San Marcos y los Arroyos San Carlos, Las Puentes, Sarnoso y
El Moro, entre otros y desde las estaciones hidrométricas Pilón III, Padilla II, Corona y Paso de Molina II, hasta
la cortina de la Presa Vicente Guerrero, drena una superficie de 5,046 kilómetros cuadrados y
geográficamente se ubica entre los paralelos 98° 27' y 99° 29' de longitud Oeste y los meridianos 24° 44' y 23°
24' de latitud Norte. Se encuentra delimitada: al Norte por las cuencas hidrológicas del Río San Fernando y
Río Pilón 2; al Sur con la cuenca hidrológica Arroyo Grande; al Este con las cuencas hidrológicas Río Soto La
Marina 1 y Río Soto La Marina 2 y al Oeste con las cuencas hidrológicas Río Pilón 2, Río Purificación 2 y Río
Corona.
Esta cuenca se caracteriza por ser un abanico de corrientes de bajo escurrimiento que confluyen a
la Presa Vicente Guerrero, siendo éstas de Norte a Sur el Río San Carlos que nace en la Sierra del
mismo nombre, con un desarrollo total de 95 kilómetros hasta su confluencia al Río Pilón por su margen
izquierda, Arroyo Las Puentes que nace a la altura de la población de Hidalgo, con un desarrollo de 68
kilómetros hasta su confluencia con el Río Pilón por su margen derecha, Río San Marcos, que nace en la
Sierra Madre Oriental, cruza la Ciudad de Victoria, Tamaulipas teniendo un desarrollo de 60 kilómetros hasta
su confluencia al Río Corona por su margen derecha, Arroyo El Sarnoso, que nace en la Sierra Madre Oriental
con un desarrollo de 77 kilómetros hasta su confluencia al Arroyo Grande por su margen izquierda y el Arroyo
El Moro, que nace en la Sierra de Tamaulipas desarrollando 70 kilómetros hasta su confluencia con el
Arroyo Grande por su margen derecha, todos ellos ocurriendo su confluencia actualmente dentro del área de
la Presa Vicente Guerrero.
X. Cuenca Hidrológica Río Soto La Marina 1
Comprende desde la cortina de la Presa Vicente Guerrero hasta la Presa derivadora La Patria es
Primero, drena una superficie de 131 kilómetros cuadrados, se ubica entre los paralelos 98° 30' y 98° 40' de
longitud Oeste y los meridianos 24° 03' y 23° 53' de latitud Norte. Se encuentra delimitada: al Norte y al Sur
con las cuencas hidrológicas Area no Aforada y Río Soto La Marina 2; al Este por la cuenca hidrológica Río
Soto La Marina 2 y al Oeste por la cuenca hidrológica Area no Aforada.
Este tramo discurre a través del Cañón de Soto La Marina cruzando la Sierra de Tamaulipas,
se caracteriza por pequeños escurrimientos de corto desarrollo sin aportaciones significativas, con un
desarrollo total de 27 kilómetros.
XI. Cuenca Hidrológica Río Soto La Marina 2
Comprende desde la Presa derivadora La Patria es Primero hasta la estación hidrométrica Soto La Marina,
drena una superficie de 3,188 kilómetros cuadrados y geográficamente se ubica entre los paralelos 98° 08' y
98° 46' de longitud Oeste y los meridianos 24° 35' y 23° 35' de latitud Norte. Se encuentra delimitada: al Norte
con las cuencas hidrológicas del Río San Fernando y Laguna Madre; al Sur con las cuencas hidrológicas Area
no Aforada y Río Soto La Marina 3; al Este por las cuencas hidrológicas Río Soto La Marina 3 y Laguna
Madre y al Oeste por las cuencas hidrológicas Río Soto La Marina 1 y Area no Aforada.
Las aportaciones principales en la Cuenca Hidrológica Río Soto La Marina 2, son por su margen
izquierda el arroyo El Salado y el arroyo Flechadores también llamado arroyo Jiménez o Dren San Manuel
sirviendo en este tramo como dren del Distrito de Riego 086, y por la margen derecha recibe los arroyos
Espadeño, Sacramento y Lagartos, siendo sus aportaciones más significativas las de los manantiales La
Azufrosa localizados a 7 km aguas abajo de la cortina de la Presa La Patria es Primero, ubicándose en esta
cuenca elDistrito de Riego 086 Río Soto La Marina, la corriente principal tiene un desarrollo total de
106 kilómetros.
XII. Cuenca Hidrológica Río Palmas
Comprende desde sus orígenes hasta la estación hidrométrica Paso del Aura, drena una superficie
de 1,569 kilómetros cuadrados y geográficamente se ubica entre los paralelos 97° 57' y 98° 33' de longitud
Oeste y los meridianos 23° 40' y 23° 14' de latitud Norte. Se encuentra delimitada: al Norte con la cuenca
hidrológica Río Soto La Marina 3; al Sur por el Río Carrizal o San Rafael; al Este con la cuenca hidrológica de
la Laguna Morales y al Oeste con las cuencas hidrológicas Arroyo Grande y Area no Aforada.
El Río Palmas tiene su origen en el cerro Padilla a 800 metros sobre el nivel del mar está formado por
3 afluentes principales, el Arroyo Cañón del Diablo o Pedregoso que nace en el cerro de Potreros a
1,400 metros sobre el nivel del mar en la Sierra de Tamaulipas por la margen izquierda y el Río Los
Eslabones que confluyen por la margen derecha recibiendo las aguas del Arroyo Lavaderos, la corriente
principal recorre un total de 101 kilómetros.
XIII. Cuenca Hidrológica Río Soto La Marina 3
Comprende desde las estaciones hidrométricas Soto la Marina y Paso del Aura hasta su
desembocadura al Golfo de México, drena una superficie de 1,454 kilómetros cuadrados y geográficamente
se ubica entre los paralelos 97° 44' y 98° 28' de longitud Oeste y los meridianos 23° 57' y 23° 33' de latitud
Norte. Se encuentra delimitada: al Norte con la cuenca hidrológica de la Laguna Madre; al Sur con las
cuencas hidrológicas Río Palmas y Laguna Morales; al Este por el Golfo de México y al Oeste con la cuenca
hidrológica Río Soto LaMarina 2, con un desarrollo total de 77 kilómetros.
En la tabla 1, se muestra la superficie de las 13 cuencas hidrológicas que integran la
Subregión Hidrológica Río Soto La Marina.
Tabla 1.- Superficie de las Cuencas Hidrológicas de la Subregión Hidrológica Río Soto La Marina
Superficie Superficie
Cuenca Hidrológica Cuenca Hidrológica
kilómetros cuadrados kilómetros cuadrados
Fijar u observar marcas dejadas por posición del nivel máximo en cauce o por información
de pobladores más antiguos de zona, sobre magnitud de máxima avenida registrada y año
de ocurrencia.
Con nivel máximo (marca), se estima valor de avenida, midiendo área de sección
transversal y pendiente del cauce y uso de fórmulas hidráulicas empíricas (fórmula de
Manning).
b) Métodos empíricos
Fórmulas empíricas que relacionan caudal máximo con área de cuenca y otros parámetros
hidrológicos y geomorfológicos
C = coeficiente de escorrentía
I = intensidad (mm/h).
A = área (ha)
Donde:
Q = escurrimiento máximo, en m3/s.
HIDROLOGIA SUPERFICIAL Página 44 de 45
INSTITUTO TECNOLÓGICO SUPERIOR DEL ORIENTE
DEL ESTADO DE HIDALGO
INGENIERÍA CIVIL
Ce = Coeficiente de escurrimiento.
P = Lluvia de diseño para un período de retorno dado, en cm.A = área de la cuenca, en
ha.
Intensidad máxima de lluvia (I)
El cálculo hidrológico de la avenida de diseño se deberá basar en el análisis de la
información disponible sobre lluvias máximas de lazona y en las características físicas de
la misma.
Las curvas intensidad-duración-frecuencia (IDF) son básicas en todo análisis hidrológico
para la estimación de avenidas máximas por métodos.