LA FAMILIA QUE LLEGA – 1 LECCION

Introducción
Antes de llegar a Éfeso, debemos hacer una rápida visita a Grecia. La fecha es aproximadamente el año
50 de la era cristiana. Han pasado casi veinte años desde que Jesús fue crucificado y se levantó vivo de
la tumba. Los romanos, quienes una vez destruyeron Corinto, la han reconstruido como capital de la
provincia de Acaya. Corinto está asentado sobre la estrecha faja de tierra que conecta la parte norte con
la parte sur de Grecia. Los barcos traen bienes comerciables desde Italia y Europa occidental a través
del Mar Adriático. Los barcos de Europa oriental y de Asia—principalmente de la ciudad de Éfeso—
traen productos a través del Mar Egeo. Corinto ha llegado a ser otra vez una ciudad rica y tan perversa
como siempre.

La pecaminosidad de Corinto es evidente para cualquier visitante del primer siglo. Hay ídolos y templos
que corresponden a cada pasión humana. Sólo hay que levantar la mirada: en las altas colinas de la
ciudad está el templo de su diosa del sexo, Afrodita. El templo de esta diosa, que en otro tiempo
albergaba mil prostitutas, todavía vende inmoralidad como una forma de “adoración”.

Tres extranjeros llegan a esta ciudad pecaminosa. Dos de ellos, Aquila y Priscila, han sido expulsados
de la ciudad de Roma [R Priscila, Aquila: Hch 18:2, 18-19, 26; Ro 16:3-4; 1 Co 16:19; 2 Ti 4:19]. El viajero
solitario es el apóstol Pablo. Estos tres se encuentran y se dedican al mismo negocio. También ganan a
otros a la fe en Jesús como el Mesías, el Hijo de Dios. Para conocer la historia de cómo llega la familia
de Dios a Éfeso, debemos ir al libro de Lucas llamado “Hechos de los Apóstoles”.

El Libro De Hechos

Lucas es un médico cristiano que viaja frecuentemente con Pablo. Lucas escribe una historia acerca de
Jesucristo, en dos volúmenes. El primer volumen llamado Lucas, nos introduce a Jesús como el
Salvador de la humanidad. En el segundo volumen, Hechos, Jesús da continuidad a lo que había
iniciado [Hch 1:1]. Su Espíritu dirige a sus seguidores para propagar “las buenas nuevas” de salvación
a todas las naciones [Hch 1:2-8]. La obra comienza en Jerusalén y se extiende paso a paso hacia la
ciudad más prominente del mundo, Roma. En camino, los obreros de Dios llegan a Corinto y a Éfeso.
Ahora vayamos a Corinto y retomemos la historia en el momento cuando los tres extranjeros se
encuentran:

“Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto. Y halló a un judío llamado Aquila,
natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio había mandado
que todos los judíos saliesen de Roma. Fue a ellos, y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y
trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas. Y discutía en la sinagoga todos los días de
reposo, y persuadía a judíos y a griegos” (Hch 18:1-4).
Más tarde, Pablo dedica todo su tiempo a predicar y enseñar. “...y muchos de los corintios, oyendo,
creían y eran bautizados” (Hch 18:8). Eventualmente, después de muchas luchas en Corinto, Pablo
regresa a su hogar adoptivo, Antioquía de Siria a través de Éfeso.

“Mas Pablo, habiéndose detenido aún muchos días allí, después se despidió de los hermanos y navegó
a Siria, y con él Priscila y Aquila...Y llegó a Éfeso...” (Hch 18:18-19).
Pablo, Aquila y Priscila caminan por el ancho pavimento de mármol de Éfeso (como lo hacen hoy día
los turistas). Se encuentran con la gente en las cuadras abiertas y en los mercados llamados “ágoras”.
Echan miradas sobre los sólidos edificios, los monumentos, el estadio, los acueductos y el teatro al aire
libre. Más tarde, este teatro será parte de su propia historia [Hch 19:23-41]. (Todavía hoy día es posible
visitar este teatro hecho con capacidad para 25,000 personas sentadas). No muy lejos de la ciudad, el
gigantesco templo de Artemisa despliega su gloria refulgente. (Este sitio ha sido descubierto pero queda
de él muy poco que ver). Los adoradores llenan la ciudad enriqueciendo a los sacerdotes y a los
fabricantes de ídolos.

Casi nadie reconoce a los tres viajeros por lo que son: dos príncipes y una princesa. Ellos son la familia
real que llega a Éfeso. Por medio de su enseñanza, otros llegan también a ser hijos de Dios. Sí,
finalmente, la familia de Dios se establece en Éfeso.

Priscila y Aquila se quedan allí por muchos años. Pablo tiene que seguir hacia Siria pero después regresa
a Éfeso a enseñar por más de dos años. Pablo reflexiona sobre su trabajo en los siguientes términos:

“...Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que
entré en Asia, sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han
venido por las asechanzas de los judíos; y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y
enseñaros, públicamente y por las casas, testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento
para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo...entre quienes he pasado predicando el reino de
Dios...porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios...” (Hch 20:18-21, 25, 27).
Pablo enseña en la sinagoga judía, y luego diariamente en la Escuela de Tirano (Hch 19:8-9). Pablo
entrena a sus conversos a compartir el Evangelio con otros así como hace él. De tal manera que,
mientras trabajaba Pablo en Éfeso, “todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra
del Señor Jesús” (Hch 19:10).

1. [Hch 18:8] Muchos de los corintios creyeron y...

A) Oraron B) Querían oír más C) Fueron bautizados

2. [Hch 18:18-19] Después de que Pablo dejó Corinto, llevó consigo a Aquila y Priscila a...

A) Éfeso B) Patmos C) Roma

3. [Hch 20:18-21, 25, 27] Pablo no se abstenía de proclamar...

A) Nuevas enseñanzas B) Toda la voluntad de Dio C) El fin del mundo

4. ¿Cómo comenzó la familia de Dios en la ciudad de Éfeso? (Hch 18:18-28)

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5. ¿Por qué Éfeso era una ciudad importante para toda la provincia de Asia? (Hch 19:10)

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La Primera Y La Secunda Carta A Los Corintios

El reino de Dios está siempre creciendo y aumentándose [Is 9:7; Dn 2:44; Lc 13:19-21]. Fiel a este hecho,
Pablo siempre se propone conquistar nuevo territorio, alcanzar a nuevas personas [2 Co 10:16; Ro
15:20]. Pero Pablo también sabe que los recién convertidos a Cristo necesitan poner de su parte a favor
del Reino. Por lo tanto, Pablo les fortalece y les anima [Hch 14:21-23; 15:36, 41; Col 1:28; 1 Ts 3:2]. En
medio de su arduo trabajo en Éfeso, Pablo encuentra tiempo para escribir a los creyentes en Corinto.
Comunica saludos de parte de Aquila y Priscila y “de la iglesia que está en su casa” (1 Co 16:8, 19). Se
dirige a los cristianos corintios como “la iglesia de Dios en Corinto”. Les saluda con bendiciones de
“Dios nuestro Padre” (1 Co 1:3; 2 Co 1:2). Para Pablo, ellos son “hermanos” (y utiliza este término
aproximadamente 40 veces en 1ª y 2ª de Corintios). ¡Sí, los corintios son verdaderos hijos del Rey!

Pero los niños deben crecer. Muchos de los cristianos de Corinto siguen inmaduros. Pablo ha oído [1
Co 1:11; 5:1; 7:1; 11:18] acerca de muchos problemas. Puesto que no puede visitarles, Pablo usa el mejor
método a su disposición para instruirles—el mismo método que nosotros estamos usando ahora—la
correspondencia. La primera carta a los corintios es como un curso por correspondencia conteniendo
una serie completa de lecciones. Cada lección expone el problema y presenta su solución. Ayer y hoy, la
mente de Cristo tiene la capacidad para resolver cualquier problema.

En la segunda carta a los corintios, Pablo trata más problemas incluso ataques en contra de su
apostolado. Aunque Pablo escribe durante una visita a Macedonia [2 Co 2:13; 7:5], relata las grandes
pruebas que ha pasado en Asia [2 Co 1:8]. Del libro de los Hechos aprendemos que, a pesar de muchas
luchas, la familia de Dios sigue hacia delante en Éfeso. El Reino de Dios demuestra ser tan poderoso
que los magos queman sus libros de magia cuando se hacen cristianos [Hch 19:19]. Los que fabrican
ídolos temen que sus negocios vayan a la quiebra. Causan un amotinamiento que afecta a toda la ciudad
[Hch 19:29]. Las turbas invaden el teatro al aire libre gritando sus eslóganes. El alboroto es tan grande
que Pablo tiene que dejar Éfeso poco tiempo después [Hch 20:1].

Pero la distancia no disminuye la preocupación de Pablo por sus conversos. Mientras viaja, los mantiene
en su corazón y en sus oraciones. De nuevo, Pablo tiene que escribir, pero siempre está ocupado.
¿Dónde encontrará Pablo el tiempo que demanda la buena escritura? Dios usa a los enemigos de Pablo
para resolver el problema, pues al arrestarlo [Hch 21:27-36; 26:29] y encarcelarlo, sus enemigos le dan
amplio tiempo para escribir. Pablo va a Roma, esperando su juicio durante dos años allí [Hch 28:30].
Desde la prisión, el apóstol escribe una colección a la cual llamamos “Las Cartas de la Prisión”: Efesios,
Filipenses, Colosenses, y Filemón.

1. ¿Por qué escribió Pablo a los corintios? (Ejemplos, 1 Co 1:11; 5:1)

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Las Cartas A Los Efesios Y Los Colosenses

En las cartas a los Efesios [Ver nota de estudio 1 en un mensaje aparte que trata de la cena del Señor] y
a los Colosenses, Pablo asegura a los cristianos que Jesús es la respuesta a cada necesidad y a cada
esperanza. Jesús representa a Dios en la forma más completa. Él nos hace completos o “llenos” en todo
sentido. “En Cristo”, gozamos de todas las bendiciones del cielo (Ef 1:3). [R Plenitud: Col 1:9-11, 15-
20,28; 2:2-3, 9-10, 13, 19; 3:11; 4:12; Ef 1:3, 8, 10, 21-23; 3:19-20; 4:10, 13, 15; 5:18; 6:11]
“Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él,
que es la cabeza de todo principado y potestad” (Col 2:9-10). M
[La letra “m” junto a un pasaje de la Escritura significa “verso(s) de memoria”. Se sugiere que este es
un pasaje que conviene que usted memorice.]

Pablo asegura a los miembros de la familia de Dios que ellos son ya, en el presente, ciudadanos del
“reino” de Dios.

“…con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en
luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en
quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados” (Col 1:12-14). M
Ellos son parte de la familia o “casa” de Dios. Ellos—y no los enormes edificios cerca de Éfeso—son el
“templo” que realmente importa. El Dios vivo mora dentro de Su familia.

Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la
familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra
del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un
templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios
en el Espíritu (Ef 2:19-22).
¿Qué son las piedras muertas comparadas con el templo vivo y eterno? Ser un ciudadano del imperio
más fuerte del mundo, tiene muchas ventajas [Hch 22:22-29]. Pero esas ventajas no son nada
comparadas con las bendiciones del reino de Dios. Por lo tanto, Pablo les anima diciendo “buscad las
cosas de arriba” (Col 3:1).

1. [Col 2:9-10] “En Cristo” los cristianos han recibido...

A) B) C)

2. [Col 1:12-14] Dios ha traído a su pueblo al reino de...

A) B) C)

3. [Ef 2:19-22] Dios edifica a los cristianos juntos para que lleguen a ser su...

A) B) C)

4. ¿Cuáles palabras claves en Colosenses 2:9-10 nos ayudan a entender el tema de esta carta?

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5. ¿Cuáles son tres o cuatro palabras que usa Pablo para hablar de la familia de Dios en Efesios 2:19-
22?_____________________________________________________________
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La Primera Y La Secunda Carta A Timoteo

Un tiempo después, los viajes de Pablo lo llevan de nuevo por Éfeso. La familia en ese lugar necesita
ayuda, y por esto, Pablo deja a Timoteo entre ellos.

“Como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que
no enseñen diferente doctrina” (1 Ti 1:3).
Mientras Pablo está viajando, escribe en dos ocasiones. A estas cartas les llamamos la Primera carta y
la Segunda carta a Timoteo. Estas cartas recuerdan a Timoteo y a los hermanos efesios acerca de la
importancia de la iglesia como familia de Dios. “Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto
a verte, para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios
viviente, columna y baluarte de la verdad” (1 Ti 3:14-15). M

Para mucha gente hoy en día, la palabra “iglesia” significa uno de los distintos grupos en que se divide
el cristianismo o el edificio de un grupo en particular. Estos “templos” aquí en la tierra—peor aún—
estas divisiones, son lo opuesto de lo que la Biblia quiere decir con la palabra “iglesia”. [Ver nota de
estudio 2 en un mensaje aparte que trata del contexto de Juan 3.] En 1 Timoteo 3:15, la frase “la iglesia”
está en singular, y no es otra cosa que “la familia de Dios”. Muchos hombres tienen dos o más familias.
Esto es el resultado del divorcio. Además, en algunos países cuando un hombre se traslada de una
ciudad a otra por razones de trabajo, le es posible tener una familia con la esposa que vive en el campo,
y otra familia con la esposa de la ciudad. ¿Hizo Dios algo como esto con su familia de los tiempos
modernos? Dios tenía una familia en el primer siglo. ¿Tiene ahora muchas familias con muchas
amantes? Las cartas de Pablo a Éfeso (a través de Timoteo), nos recuerdan que Dios no es un adúltero
que produce familias separadas. El único Padre tiene una sola familia.

La semilla salvadora de este Padre es su palabra [Lc 8:11; Jn 8:32; 17:17; 1 Ti 4:16; 2 Ti 3:15-17; Stg 1:18,
21; 1 P 1:23]. Por lo tanto, Pablo exhorta a Timoteo a retener “la forma de las sanas palabras” (2 Ti 1:13).
La iglesia es, en efecto, “columna y baluarte de la verdad” (1 Ti 3:15). Durante la época en la cual vive
Pablo, el templo de Artemisa provee el ejemplo más grande de un enorme fundamento. Su plataforma
mide aproximadamente 425 por 240 pies (129.54 por 73.15 metros). Más de cien columnas alcanzan
una altura de 60 pies (18.29 metros) haciendo al templo visible a varios kilómetros de distancia. Otros
edificios en la ciudad de Éfeso tenían fundamentos tan firmes que sobrevivieron a muchos terremotos
(y todavía existen hoy en día). En un sentido espiritual, la familia de Dios es así: sólida y confiable,
levantando la verdad en alto para que todos vean y oigan. Pero la verdad le costó a Pablo su libertad, su
reputación, sus amigos, su mantenimiento, y finalmente, su vida. La 2 de Timoteo es la carta de
despedida de Pablo, escrita poco antes de que recibiera la sentencia de muerte [2 Ti 4:6-8].

1. [1 Ti 3:14-15] La iglesia es de Dios el (o la)...

A) B) C)

2. ¿Cuáles son las dos palabras que usa Pablo para hablar de la familia de Dios en 1ª a Timoteo 3:14-
15?___________________________________________________________________

3. ¿Qué tienen que ver 1ª y 2ª a Timoteo con la ciudad de Éfeso? (1 Ti 1:3; 2 Ti 4:19)

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El Libro De Apocalipsis

El apóstol Juan también sufre por el evangelio. El gobierno le destierra a Juan, exiliándolo a Patmos,
una isla cerca de Éfeso. Mientras está allí, Juan recibe el mensaje llamado Apocalipsis. Jesús dirige este
libro a siete iglesias de Asia, comenzando con la iglesia en Éfeso.

“Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de

Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de
Jesucristo... (Jesús) decía…Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en
Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea” (Ap 1:9, 11).
Juan escribe como “vuestro hermano” y “copartícipe” en “la tribulación” y en “el reino”. La familia
comparte todo, y por eso Juan escribe así. Para Juan, el reino es una realidad que ya existe, tan actual
como la tribulación que todos están pasando por la palabra de Dios.

Pero Juan usa el plural “iglesias”. ¿Implica esto algún cambio en el sentido de que la iglesia ahora se ha
dividido en muchos grupos? No. En el idioma griego del Nuevo Testamento, la palabra “iglesia” significa
“asamblea” o “reunión”. Todas las personas que Dios reúne para sí mismo son su única gran asamblea,
su única iglesia. Sin embargo, los miembros viven en muchas partes del mundo. En cada lugar se reúnen
para servir a su Padre. El Nuevo Testamento llama a estas reuniones locales “iglesias” o
“congregaciones”. Son las asambleas (“las iglesias”) que juntas constituyen la única gran congregación
espiritual de Dios (“la iglesia”). Su Apocalipsis es enviado a siete congregaciones locales de esta misma
familia.

Apocalipsis se dirige a siete congregaciones en Asia Menor, comenzando con Éfeso. Jesús presenta las
luchas que deben resistir así como también su completa victoria. Recuerde que Jesús prometió
diciendo, “Edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mt 16:18). Jesús
prepara el camino, entrando en la muerte (Hades), derrotándola, y resucitando [Ap 1:18; 2:8; Hch
2:24]. Ahora la familia espiritual de Jesús tiene que andar por el mismo camino. Los miembros de la
familia también enfrentan pruebas terribles y muertes crueles [Ap 2:10, 13; 6:9-11; 13:10]. Jesús los
entrena para “vencer”, para ser victoriosos [R Vencer, ganar: Ap 2:7, 11, 17, 26; 3:5, 12, 21; 12:11; 14:12;
17:14; 19:11-16; 21:7]. Promete la destrucción final del Hades [Ap 20:13-14; 1 Co 15:24-26, 51-54]. Su
familia va a disfrutar vida eterna, libre de toda amenaza de tristeza, dolor o muerte [Ap 7:16-17; 21:4;
22:1-5].

1. [Mt 16:18] Edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no...

A) B) C)

2. ¿Por qué es importante el libro de Apocalipsis para nuestro entendimiento de la familia de Dios en
Éfeso? (Ap 1:11; 2:1)

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3. ¿Qué era lo que Juan, como “copartícipe”, comparte con los otros que están “en Jesús”? (Ap 1:9)

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Las Cartas De Juan

Sin embargo, Apocalipsis hace resonar una fuerte advertencia. Algunas congregaciones
están saludables, pero otras están espiritualmente enfermas y muriendo. Jesús les advierte que se
arrepientan para no ser removidas [Ap 1:20; 2:5]. “Te vomitaré de mi boca” (Ap 3:16). ¿Qué pasaría si
estas congregaciones se rehusaran a arrepentirse y Jesús tuviera que expulsarlas? En ese caso, ya no
serían sus iglesias, aunque ellas así lo afirmaran.
En verdad, aún mientras Juan escribe, algunas sectas se creen ser cristianas, pero no las son. Esto
incluye a falsos “apóstoles”, nicolaítas y aquellos que reflejan a Balaam y a Jezabel [Ap 2:2, 6, 15, 14,
20]. Los escritores del segundo siglo relatan que Juan pasó sus últimos días en Éfeso. Mientras estaba
allí, dicen, escribe el evangelio de Juan y la carta conocida como 1ª de Juan. Esta carta, lo mismo que
2ª y 3ª de Juan, se opone a un movimiento que más adelante sería conocido como “Gnosticismo”. [El
nombre “gnóstico” viene de gnosis, una palabra griega que significa “conocimiento”. El gnosticismo era
una forma de dualismo que trata al espíritu y al cuerpo como en oposición. Después de que los apóstoles
murieron, llegó a ser uno de los principales movimientos que amenazaron al cristianismo. Ver nota de
estudio 3 en un mensaje aparte que trata de la palabra ‘ekklesia’.] Los gnósticos consideraban que toda
materia y toda carne eran malignas. Su versión del “cristianismo”, por ende, negó que Dios viniera en
la carne. Juan escribe su evangelio para reafirmar que Jesús es verdaderamente divino y
verdaderamente humano. “El Verbo era Dios...aquel Verbo fue hecho carne” (Jn 1:1, 14).

1ª, 2ª y 3ª de Juan se oponen a las raíces gnósticas más directamente. Algunos maestros reclaman un
“conocimiento” especial de Dios [1 Jn 2:4; 1 Ti 6:20], pero Juan les llama “falsos profetas” y “el
anticristo” [1 Jn 2:18, 22; 4:1-3]. Sí, por extraño que parezca, hay formas de “cristianismo” que son
“anticristos”, lo cual quiere decir, “contra Cristo”. Hay afirmaciones de “devoción” que confunden y
destruyen el alma [2 Ti 3:1-9; 4:3-4; Col 2:8; 16-23; Mt. 7:15-23; Hch 20:29-30]. Hoy en día muchas
personas rechazan a Jesús porque escuchan formas de “cristianismo” que mienten acerca de él. Las
“iglesias” que ellos ven son cuerpos separados, divididos, que parecen negar la realidad de “una cabeza”
con “un cuerpo”.

1. ¿Qué dice el apóstol Juan acerca de Jesús (Jn 1:1, 14)? ¿Y qué falsa enseñanza corrigió esto?

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El Propósito De Este Curso

¿Qué apariencia tiene el cristianismo verdadero? ¿En dónde debemos comenzar a hablar acerca de un
tema tan grande como la iglesia de Dios? La carta que trata más directamente acerca de este tema es
Efesios. Uno de sus temas principales es la iglesia o “un cuerpo”. Considere la carta a los Efesios como
el corazón de este curso. Rodee Efesios con los libros inspirados que acaban de ser descritos en esta
lección. Para los propósitos de este curso, podemos llamar a todos estos libros, “la colección efesia”. De
una u otra manera, cada uno de estos libros está relacionado con Éfeso. Ellos juntos proveen un
contexto completo para entender el mensaje de la carta a los Efesios. Partes de la colección efesia,
empezando con la misma carta a los Efesios, presentan lo que es la iglesia desde un punto de vista
divino. Otras partes presentan a la iglesia en Éfeso desde una perspectiva histórica. Observamos
verdades espirituales presentadas a un nivel práctico-terrenal. Junto con otras escrituras claves como
Mateo 16:18, estos pasajes ofrecen un cuadro completo de la única iglesia.

¿Por qué es tan importante la iglesia de la Biblia? Porque esta es la iglesia contra la cual el Hades “no
prevalecerá” (Mt 16:18). Es el “único cuerpo” del que Jesús es “Salvador” (Ef 4:4; 5:23). Sus miembros
son ciudadanos del reino celestial. Ellos forman el verdadero templo en el cual mora el Espíritu de Dios.
Ya no son extranjeros sino que pertenecen a la familia de Dios.

¿Ama usted a Dios? Entonces debe honrarlo como un fiel miembro de su familia. ¿Ama usted la verdad?
Entonces usted quiere ayudar a la iglesia que es “la columna y baluarte de la verdad”. ¿Ama usted la
vida? Entonces su Padre debe ser “el Dios viviente”. Usted necesita a su Hijo, el que vence al Hades para
compartir la vida eterna con sus hermanos y hermanas. Él junta a sus miembros y les llama “la familia
de Dios, la iglesia del Dios viviente”. A esta familia usted pertenece o debe pertenecer. ¡Esta es la familia
de Dios.

1. En este curso, ¿qué quiere decir la frase “la colección efesia”?

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2. ¿Cuál es el propósito de este curso?

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LA FAMILIA ESCOGIDA – 2 LECCIÓN

Introducción

Vaya usted mentalmente al tiempo del nacimiento de Cristo. Retroceda hasta antes de Moisés y
Abraham; hasta antes de Adán y Eva; hasta “antes de la fundación del mundo” (Ef 1:4). La carta a los
Efesios abre una ventana a la eternidad antes de que el tiempo fuese, y a la mente de Dios mismo. ¡Qué
privilegio! Ahora observe. ¿Qué ve usted allí en la mente de Dios? Usted puede vernos a nosotros – ¡la
familia escogida por Dios!

“…nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante
de él” (Ef 1:4). M
Antes de que el tiempo comience, Dios sabe que creará el mundo. Sabe que vamos a pecar. Ya tiene
planeado que su Hijo sufra por nosotros. En este sentido, Jesús es “el cordero que fue inmolado desde
el principio del mundo” (Ap 13:8). Dios, el que puede ver el final desde el principio, ya conoce a los que
“están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida” (Ap 17:8). [Libro de la vida: Ex
32:32; Dn 12:1; Mal 3:16; Lc 10:20; Fil 4:3; Ap 3:5; 13:8; 20:12,15; 21:27] Desde la eternidad, Dios ve
hacia delante y toma su decisión.

1. [Ef 1:4] Dios escogió a su pueblo antes de...

A) B) C)

¿A Quienes Escoge Dios?

Vaya usted mentalmente al tiempo del nacimiento de Cristo. Retroceda hasta antes de Moisés y
Abraham; hasta antes de Adán y Eva; hasta “antes de la fundación del mundo” (Ef 1:4). La carta a los
Efesios abre una ventana a la eternidad antes de que el tiempo fuese, y a la mente de Dios mismo. ¡Qué
privilegio! Ahora observe. ¿Qué ve usted allí en la mente de Dios? Usted puede vernos a nosotros – ¡la
familia escogida por Dios!
“…nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante
de él” (Ef 1:4). M
Antes de que el tiempo comience, Dios sabe que creará el mundo. Sabe que vamos a pecar. Ya tiene
planeado que su Hijo sufra por nosotros. En este sentido, Jesús es “el cordero que fue inmolado desde
el principio del mundo” (Ap 13:8). Dios, el que puede ver el final desde el principio, ya conoce a los que
“están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida” (Ap 17:8). [Libro de la vida: Ex
32:32; Dn 12:1; Mal 3:16; Lc 10:20; Fil 4:3; Ap 3:5; 13:8; 20:12,15; 21:27] Desde la eternidad, Dios ve
hacia delante y toma su decisión.

¿A Quienes Escoge Dios?

Él “nos” escoge (Ef 1:4). Este es parte del misterio que Dios escondió por muchos siglos [1 Co 2:7; Ro
16:25; 1 P 1:10-12]. El Hijo de Dios se encuentra en el centro de ese misterio [Col 2:2], y se lo explica a
todos los que desean aprender [2 Co 3:14-16]. Dios usa a Pablo como su “embajador” [Ef 6:19-20; 2 Co
5:20] para explicar el misterio a los gentiles [Ef 3:1-9; Col 1:25-27]. Nosotros somos el tema de la carta
de Pablo a los Efesios.

Para entender la manera cómo Efesios define el “nosotros”, es necesario retroceder en el tiempo. A
través de los siglos, Dios toma muchas decisiones que preparan las condiciones para la decisión final:
“nosotros”. Dios escoge a Abraham, diciendo:

“Yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo
justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él” (Gn
18:19).
La escogencia que Dios hizo de Abraham anticipa la llegada de uno mucho más grande que él: la semilla
o descendencia de Abraham (Gn 22:18). [Semilla: Gn 3:15; 21:22; 22:18; 26:4; 28:14; 2 S 7:12-13; 22:51;
1 Cr 17:11-12; Sal 18:50; 89:35-36, 29, 36; Hch 3:25; Ro 1:3; Gá 3:16, 19. La palabra hebrea zera (semilla,
descendencia), puede traducirse en singular (descendencia) o en plural (descendencias). Gá 3:16
muestra que Gn 22:18 usa el singular y que se refiere a Cristo.] Lo mismo puede decirse de la escogencia
de Isaac, no de Ismael [Gn 21:12]; y luego de Jacob, en vez de Esaú [Gn 28:10-14].

1. [Gn 18:19] Dios escogió a Abraham para dirigir a sus hijos para que guardaran del Señor...

A) B) C)

2. ¿Cuál parte de la promesa de Dios a Abraham fue la más importante? (Gn 18:19; 22:18)

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La Nación Escodiga

Al escoger a Jacob, Dios también escoge a todos sus hijos, la nación de Israel. Como les dice Moisés,
“Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre
la tierra” (Dt 7:6). Entre los doce hijos de Jacob, Dios escoge a Leví como el padre de la tribu sacerdotal
Nm 3:6-10; Dt 18:5; 21:5]. Dios escoge a Judá como el padre de los futuros reyes [Gn 49:10; Sal 78:67-
68]. Después, Dios escoge al descendiente de Judá, David, para ser rey [1 S 16:1-13; Sal 78:70-71]. Estas
escogencias mantienen en marcha el plan de Dios. La línea real de David llevará a la tan esperada
“simiente”. Esta “simiente” edificará la “casa” de Dios. El reinará “para siempre el trono de su reino” (2
S 7:12-13). [Is 9:6-7; 11:1-10; Jer 23:5; 30:9; Dn 2:44; 7:13-14, 27; Lc 1:31-33]
Sin embargo, toda esta escogencia, hace a un lado a más y más personas. Por ejemplo, al seleccionar
como sacerdotes a la familia de Aarón, Dios aparta a otros. “A Aarón y a sus hijos les encargarás que
ejerzan su sacerdocio; y el extraño que se acerque, morirá” (Nm 3:10). La mayoría de los que perecen
son los gentiles, es decir, todos los no judíos, pues al escoger a Israel, Dios escoge en contra de lo que
no es Israel [Ro 9:10-13]. La verdad es que mucho de la ley de Moisés sirve para separar a Israel de
otros pueblos. Efesios se refiere a esto como “la pared intermedia de separación” (Ef 2:14). Las
bendiciones y las condiciones de la ley pertenecen al pueblo del pacto, no a otros [Israel como especial:
Ex 34:27-28; Dt 4:1-14, 37; 5:1-3; 7:7-8; 10:15; 14:2; 29:1; Sal 135:4; 147:20; Am 3:2; Ro 3:19; 9:4.
Ejemplos: Sabat, Ex 31:13-17; Circuncisión, Lv 12:1-3; Gn 17:10-14; Prosperidad, Dt 7:12-15; 8:18; 29:9;
Papel, Ex 19:5-6; Conquista, Ex 34:10:11; Bienestar, Lv 26:9-12; Castigo, Lv 26:14-26; Ver también la
nota de estudio 5 en un mensaje aparte que trata de la familia profetizada]. Los lectores de esta carta
de Pablo son los “otros”, esto es, los gentiles. Por años, han sido los de afuera. Cualquier niño conoce
ese sentimiento. Los adultos con frecuencia ignoran a los niños. Hay niños que dejan por fuera a otro
cuando se trata de andar en grupo o de jugar algo. Alguien puede ser escogido de último para un equipo
deportivo, o simplemente no ser tomado en cuenta del todo. Esa es la experiencia gentil.

“Acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados
incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En aquel tiempo estabais sin
Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin
Dios en el mundo” (Ef 2:11-12).
Por siglos, Dios excluyó a los gentiles para hacer una afirmación severa: Dios rechazó su forma de vida
idolátrica e inmoral [Ef 4:17-19; Ro 1:18-32].Corrija ese tiempo verbal: ¡Dios todavía rechaza la
conducta pagana!

“Teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos
hay...” (Ef 4:18).
“Sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de
Cristo y de Dios. Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios
sobre los hijos de desobediencia” (Ef 5:5-6).
¿Ve usted el problema que enfrentan los lectores de Pablo? Ellos hasta hacía poco vivían como gentiles
[Ef 4:17]. Hasta la fecha, su certificado de nacimiento no había cambiado. Todavía son “gentiles en
cuanto a la carne, eráis llamados “incircuncisión” (Ef 2:11). Todavía son “no judíos”, lo cual para
algunos, puede fácilmente ser equivalente a “no escogidos”.

Usted probablemente está en la misma categoría de los Efesios: “vosotros los gentiles” (Ef 3:1). Puesto
que Israel es la nación escogida, ¿dónde le deja eso a usted? ¿Es usted un “no escogido”? ¿Todavía no
encaja usted en el glorioso plan de Dios para Israel? ¿Tiene el reino ciudadanos de segunda clase, o
visitantes con visas temporales? ¿Son los judíos los hijos primogénitos, mientras que los demás son
hijos secundarios, o peor aun, hijos no deseados? Estas son las preguntas y la carta a los Efesios da las
respuestas.

1. [Ef 2:11-12] Los gentiles estaban sin esperanza y sin...

A) B) C)

2. [Ef 5:5-6] La ira de Dios viene sobre aquellos que son...

A) B) C)
3. ¿Cuáles fueron algunas de las elecciones de Dios y sus propósitos, en el Antiguo Testamento?
(Ejemplos: Gn 18:19; Dt 7:6)

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El Escogido

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual
en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo...” (Ef 1:3-
4).
Fíjese usted en dónde ofrece Dios sus dones: Él “nos bendijo con toda bendición espiritual en Cristo”
(Ef 1:3). Nótese usted cuidadosamente la manera en que Dios nos escoge: “nos escogió en él” (Ef 1:4).

¿A quiénes escoge Dios? La verdadera respuesta es a Cristo. Él es la “simiente” hacia la cual apuntan
todos los planes, promesas y decisiones de Dios [Hch 3:25; Gá 3:8, 16, 29]. Isaías anticipa a Jesús como
“el escogido” (Is 42:1; Mt 12:18). Él fue “destinado desde antes de la fundación del mundo” (1 P 1:20).

¿Cómo puede Dios escoger a alguien más? Un Dios recto no puede escoger a pecadores para vivir con
ellos [1 Jn 1:5; Sal 5:4; Hab 1:13]. Aún los israelitas están empapados en pecados, todos ellos [Hch 7:51;
Ro 2:17-24; 3:1-18; 10:21; Ex 9:1-29; Is 64:6]. Dios encuentra a solo un israelita sin faltas y
verdaderamente digno [Ap 5:12; 2 Co 5:21; He 4:15; 7:26]. El Salmo 45 muestra que este escogido es
Dios mismo, es decir, Dios el Hijo.

“Mas del Hijo dice: “Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo. Cetro de equidad es el cetro de tu Reino.
Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de
alegría más que a tus compañeros” (He 1:8-9 citando Sal 45:6-7).
El “ungido” (“Mesías” o “Cristo”) es el rey divino. Él es el punto focal de toda la Escritura, y el enfoque
último de toda “decisión” o “elección” en la Escritura. Dios escoge a su Hijo. Al hacerlo, Dios también
escoge a aquellos que están “en él”, o como dice Juan “con él”. “El cordero....es Señor de señores y Rey
de reyes; y los que están con él son llamados elegidos y fieles” (Ap 17:14).

1. [Ef 1:3-4] Dios nos bendice con toda bendición espiritual...

A) B) C)

2. ¿Quién es “el escogido”? (Mt 12:18; 1 P 1:20)

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El Nuevo Nacimiento

Por siglos, los profetas de Dios prometen la llegada del Rey. Entonces llega Juan el Bautista y Jesús
anunciando, “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado” (Mr 1:15). Muchos israelitas
se gozan porque el rey de ellos está trayendo el reino de ellos. Después de todo, ellos son el pueblo
escogido, los hijos de Abraham. Pero Juan les advierte: “No penséis decir dentro de vosotros mismos:
a Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas
piedras” (Mt 3:9). Jesús dice a Nicodemo que el hecho de haber nacido israelita no es suficiente sino
que debe recibir un nacimiento más elevado a fin de poder entrar en el reino de Dios.

“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciera de agua y del Espíritu, no puede
entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,
espíritu es” (Jn 3:5-6). [Para el contexto de este pasaje, ver la nota de estudio 2 recibida junto con la
primera lección de este curso.]
Este nuevo nacimiento es decisión de Dios. ¿Por qué insiste tanto en este asunto? ¡Porque lo no
santificado no tiene nada que ver con lo santo! El Antiguo Testamento recalca esta lección de maneras
incontables. [Lo santo separado de lo no santificado: Ex 19:23; 22:31; 28:42-43; 29:37; Lv 10:1-3,10;
11:44-47; 15:31; 20:7, 22-26; Nm 3:10; 4:20; Dt 7:1-6; 23:14; Jos 24:19; 2 S 6:6-7; Sal 5:5; 15:1-5; 24:3-
4; Is 5:20; Ez 22:26; 42:20; 44:23; Mal 3:18] Todos nosotros, judíos y gentiles, estamos lejos de lo santo.
Todos nosotros, judíos y gentiles, necesitamos ser limpiados para poder comenzar de nuevo. Efesios
5:26 llama a esto purificación “en el lavamiento del agua por la palabra”. Colosenses 2:11 le llama “la
circuncisión de Cristo”. Su muerte termina con nuestros pecados. Su resurrección nos levanta
renovados, como niños recién nacidos.

“…sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el
poder de Dios que le levantó de los muertos” (Col 2:12).
El pecador no santificado debe morir. La “nueva vida” del justo debe comenzar. Por decisión de Dios,
tanto la muerte espiritual como el nacimiento espiritual tienen lugar “en el bautismo...mediante la fe”.
[Ver la nota de estudio 2 recibida junto con la primera lección de este curso.]
Estas realidades espirituales explican un incidente curioso en Éfeso. Cuando Pablo llega a Éfeso para
quedarse por un buen tiempo, se encuentra con doce “discípulos”. Algo no anda bien pues no saben
nada acerca del Espíritu Santo. Nótese usted las palabras literales de la pregunta de Pablo: “¿En qué,
pues, fuisteis bautizados?” Ellos responden, literalmente, “En el bautismo de Juan” (Hch 19:3). De
alguna manera, ellos han oído solo la enseñanza de Juan el Bautista. Su inmersión fue un acto obediente
pero carecía de la “fe” necesaria que se describe en Colosenses 2:12. También carecía del propósito o fin
del bautismo cristiano. “Haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mt 28:19). Así que Pablo les enseña acerca de Jesús. “Cuando oyeron
esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús” (Hch 19:5).

“En” es la palabra para entrar. “Todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús” (Ro 6:3). “Todos
los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos” (Gá 3:27). [El bautismo como un
comienzo: Mt 3:6-8; 28:19; Mr 1:4-5; 16:16; Lc 3:3-9; 7:29-30; Jn 3:3-5, 22-23, 26; 4:1; Hch 2:38, 41;
8:12, 36-39; 9:18; 10:47-48; 16:15, 33; 18:8; 19:5; 22:16; 1 Co 12:13; Ro 6:3-4; Gá 3:26-27; Ef 5:26; Col
2:11-12; Tit 3:5; 1 P 3:20-21]. Antes de que usted entre a una casa, se encuentra fuera de dicha casa. De
la misma manera, antes del bautismo en Cristo, usted se encuentra fuera de Cristo. Después de entrar,
usted está “en Cristo”. Así como Pablo recuerda a los Efesios (incluso a los diez de Hechos 19), “En él
también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación...fuisteis
sellados con el Espíritu Santo…” (Ef 1:13).

Cuando estamos “en Cristo”, Dios ya no nos ve como pecadores no santificados. Nuestro viejo ser está
muerto y enterrado [Col 2:11-12, 20; 3:3; Ro 6:3-11]. Nuestro nuevo ser vive dentro de Cristo donde
ocurre algo nuevo y maravilloso. Llamémosle a esto la lógica divina - el razonamiento especial de Dios
- acerca de cada persona que permanece “en Cristo”. La lógica puede expresarse en los siguientes
términos:
Lo que es cierto de Cristo, de alguna manera maravillosa, también llega a ser cierto de la persona que
está en (dentro de) Cristo.
Por ejemplo, Cristo es puro y santo. Por lo tanto, todos los que están “en Cristo”- todos los que están
revestidos y cubiertos con Cristo [Gá 3:26-27]- son vistos por Dios como limpios, puros y santos [1 Co
1:2; 2 Co 5:21; Ef 1:7; 5:8; Ro 6:11; 8:1; 1 Jn 3:5]. Ahora vea usted la manera como esta lógica define el
ser escogido.

Cristo es el escogido. Por lo tanto, todos los que están “en Cristo” también son escogidos. Tal como dice
la Escritura, “según nos escogió en él” (Ef 1:4).

1. [Jn 3:5-6] Nadie puede entrar en el reino de Dios a menos de que sea nacido...
A) B) C)

2. ¿Por qué es necesario el nuevo nacimiento para entrar en el reino de Dios? (Jn 3:1-6)

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Dios Escoge Al Débil

Esta escogencia no depende de lo bueno que usted sea, de lo inteligente que sea, de lo fuerte que sea,
de lo bien que usted se vea, o de lo duro que usted trabaje [Ro 11:5-6; Ef 2:8-9]. Depende de Cristo, y
de estar “en él”. La gente que ha sido escogida de esta manera, por lo general no se ve atractiva al mundo.

“Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos
poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios;
y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado
escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia” (1 Co
1:26-29).
El rico y el orgulloso por lo general no sienten mucha necesidad de Dios [Lc 18:25; 1 Ti 6:9-10, 17; Dt
8:11-14; 32:15]. Es más probable que el pobre y el débil dependan de Dios - para tener fe. “¿No ha elegido
Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe?” (Stg 2:5). Jesús nos asegura que solo los
pobres de espíritu - los que son como niños y humildes - entran en su reino [Mt 5:3; 18:3; 19:14]. Estas
son las personas a las que Dios escoge, las que están abiertas a su mensaje [Ef 1:4, 11, 13].

“Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el
Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por
el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria
de nuestro Señor Jesucristo” (2 Ts 2:13-14).
Dios llama “mediante nuestro evangelio”, el mensaje predicado por los apóstoles acerca de la muerte,
sepultura y resurrección de Jesús [1 Co 15:1-11]. Los primeros cristianos difundieron ese evangelio tan
rápidamente que por el año 62 A.D. Pablo puede decir: “el evangelio...el cual se predica en toda la
creación que está debajo del cielo” (Col 1:23). [Pablo continuó sus viajes misioneros, por lo tanto,
Colosenses 1:23 debe referirse al increíble progreso de la iglesia en cumplimiento de Marcos 16:15. El
evangelio se estaba extendiendo tan rápidamente que la meta estaba, por decirlo así, “bien realizada”.]
¿Por qué trabajan con tanta urgencia? Dios envía las buenas nuevas a todo pecador en cada nación
porque El ama y busca cómo rescatar a cada pecador. [Dios quiere salvar a todos: Mt 18:20; Mr 16:15;
Lc 15:1-24; 24:47; Jn 1:29; 3:16; Hch 1:8; 3:25; 2 Co 5:19; Gá 3:8; Col 1:6, 23; 1 Ti 3:16; 4:10; He 2:9; 1
Jn 2:2; Ap 5:9; 7:9; Gn 12:3; 18:18; 22:18; Sal 67:2; 76:9; 98:2-3; Is 2:2-4; 9:7; 11:9; 25:6; 53:6; 56:7;
Dn 2:35; 7:13-14; Mi 5:4; Mal 1:11] El “quiere que todos los hombres sean salvos” (1 Ti 2:3-4).
1. [1 Co 1:26-29] Para que nadie se gloríe, Dios escogió al...

A) B) C)

2. [2 Ts 2:13-14] Dios llama a la gente por medio de...

A) B) C)

3. ¿Por qué escoge Dios al pobre y al débil? (1 Co 1:26-29)

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4. ¿Por qué los primeros cristianos trabajaron tan duro para esparcir el evangelio a toda criatura?
(Ejemplos: Mr 16:15-16; 2 Co 5:9-19)

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Pocos Los Escogidos

Lamentablemente, “muchos son llamados, y pocos escogidos” (Mt 22:14). Es decir, muchos oyen el
llamado o la invitación del evangelio, pero relativamente pocos siguen a Jesús [Mt 7:13-23; Lc 13:24;
Ro 10:16]. ¿Es que la incredulidad de algunos seres humanos se debe a que son como títeres? ¿Es que
Dios toma a un títere y le jala las cuerdas para que crea y vaya al cielo? Luego, por capricho ¿escoge a
otro títere para que no crea y vaya al infierno? La Biblia no presenta una imagen así de Dios. Dios no es
ni arbitrario ni ajeno a la problemática humana. [Ver la nota de estudio 4 en un mensaje aparte que
trata del fatalismo y determinismo.] Ciertamente que el Señor toma la iniciativa en todo lo relativo a
elección. “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros” (Jn 15:16). Con todo, Dios en
su soberanía elige que la gente pueda decidir por sí misma [Dt 30:19; Jos 24:15, 22; 2 S 24:12; Sal
119:30, 173; Lc 10:42; Jn 5:35; Stg 4:4]. Cuando Dios elige a las personas, lo hace de tal manera que
respeta el precioso don que les ha dado, es decir, su libertad de elegir. Dios elige ser justo e imparcial al
hacer responsables a las personas por sus decisiones y por sus hechos [Ez 33:12-20; Mt 25:14-46; Lc
12:47-48; Hch 13:46; 2 Co 5:10; Ap 2:23; 20:12]. “…sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése
recibirá del Señor…para El no hay acepción de personas” (Ef 6:8-9).

“Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas”
(Col 3:25).
“Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia”
(Hch 10:34-35).
1. [Hch 10:34-35] Dios recibe a gentes de todas las naciones y no hace...

A) B) C)

2. ¿Cuál es el significado de la frase “Muchos son llamados, y pocos escogidos”? (Mt 22:9-14)

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3. Discuta el hecho que Dios elige, y con todo, da a los seres humanos la capacidad de elegir.
(Ejemplos: Jn 5:35; 6:44-45; 7:17; 15:16; Lc 10:42)

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Escogidos Por Haber Creído

Hechos 10 describe la primera vez en que los gentiles puros se hacen cristianos. Hay un ángel presente,
pero este no somete por fuerza a Cornelio, un soldado romano. Más bien, el ángel dice a Cornelio,
“(Pedro) te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa” (Hch 11:14). El Espíritu Santo
está presente pero trabaja a través del mensaje de Pedro para convertir a Cornelio. Es así como el
Espíritu “santifica” o elige a las personas para Dios. “Dios os ha escogido...mediante... la fe en la verdad”
(2 Ts 2:13-14).

“...agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación” (1 Co 1:21).

“Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección; pues nuestro evangelio no llegó a
vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre”
(1 Ts 1:4-5).
La herramienta de selección de Dios es su evangelio, y este requiere que los seres humanos se decidan
a favor o en contra de Cristo. Todos los que confían y obedecen al evangelio, entran en Cristo. Al hacerlo,
pasan a formar parte del grupo que Dios ya ha escogido. Pablo, el escritor judío, está “en él”. Por lo
tanto, Pablo es un escogido. Los lectores gentiles fieles están “en Cristo Jesús” (Ef 1:1). Por lo tanto, son
escogidos. Juntos, tanto judíos como gentiles en Cristo forman el “nos” de Efesios: Dios “nos escogió
en él”.

Hoy día nosotros oímos el mismo evangelio que nos llama, y entramos en Cristo de la misma manera
que Pablo y los creyentes efesios entraron. Si estamos “en Cristo”, entonces estamos entre aquellos que
Dios ha escogido. Hoy día, somos los “nos” de la gran promesa: Dios “nos escoge en él”. ¿Está usted en
Cristo? ¿Es usted parte de su familia? Si es así, entonces los nombres que una vez distinguieron a Israel
[Ex 19:5-6; Dt 4:20; 7:6; 10:15; Is 43:20-21], ahora encuentran su cumplimiento en usted.

“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por
Dios...vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois el pueblo de Dios” (1 P 2:9-10).
Sí - usted se encuentra en los planes de Dios como “pueblo escogido”. Dios, aun “antes de la fundación
del mundo”, escoge a esta familia a la cual llama “la iglesia”. Algunas personas le llaman “un accidente”
o un pensamiento de última hora, o una desviación del plan original de Dios para Israel. [Ver la nota de
estudio 5 en un mensaje aparte que trata de la familia profetizada.] Pero Dios nos llama “hechura suya”
en la cual ha trabajado por mucho tiempo (Ef 2:10). En verdad, Cristo y su novia, la iglesia, permanecen
como el centro glorioso del “propósito eterno” de Dios (Ef 3:10-11, 20; 5:31-32). ¡Esta es la familia a la
que usted pertenece, o debe pertenecer!

¿Puede usted sentir que el Padre le acerca más? Dios reúne hacia sí a las personas enseñándoles, y ahora
usted está siendo enseñado. Jesús le asegura,

“Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere...Escrito está en los profetas: y serán
todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí” (Jn 6:44-
45).
¿Está usted escuchando a Dios? ¿Está usted aprendiendo? ¿Está dispuesto o dispuesta a hacer su
voluntad [Jn 3:21; 7:17]? En tal caso, Dios le lleva a Cristo y “en Cristo”, usted es uno de los escogidos.

1. [1 Ts 1:4-5] El evangelio vino en palabras y con...

A) B) C)

2. [Jn 6:44-45] Nadie puede venir a Jesús a menos que el Padre...

A) B) C)

3. ¿A quiénes tenía Dios en mente “antes de la fundación del mundo”? (Ef 1:4)

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4. ¿Qué tiene que ver la fe en el evangelio con la manera de elegir de Dios? (1 Ts 1:4-5; 2 Ts 2:13-14)

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5. ¿Qué es tan significativo acerca de las palabras de 1 Pedro 2:9?

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6. ¿Está Dios llevándole a Jesús? ¿De qué manera encaja usted en la elección de Dios? (Jn 6:44-45;
7:17)

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LA FAMILIA PREDESTINADA– 3 LECCIÓN

A) B) C)

A) B) C)

A) B) C)

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A) B) C)

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A) B) C)

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