Está en la página 1de 3

CONSTRUYENDO NUEVAS NARRATIVAS DESDE EL HORIZONTE

AMBIENTALISTA: OPCIONES DE DESARROLLO E INCERTIDUMBRES.


La protección del medio ambiente se ha configurado socialmente como un valor, como
algo positivo y deseable. De una forma consistente, los sondeos registran desde hace
tiempo que la gente se muestra a favor de la conservación de la naturaleza, que considera
que el deterioro de la misma es un problema grave y que piensa que alguien debería hacer
algo al respecto con urgencia. Ese alguien es sobre todo quienes saben y pueden, los
expertos y los gobiernos: aunque se tiende a aceptar una responsabilidad difusa en la que
los culpables somos todos, se tiende asimismo a decir que la capacidad de actuar
eficazmente está en pocas manos (que casi siempre son las manos de otros, con más
conocimientos y/o con más poder).

En consecuencia, la protección del medio ambiente viene apareciendo como uno de los
objetivos que las políticas públicas deben perseguir. En la escala de prioridades, la calidad
ambiental y la sostenibilidad aparecen subordinadas a otros objetivos que conciernen a
aspectos fundamentales de la seguridad y del desarrollo y el equilibrio económicos.

H. DALY: ENERGIA Y BIOSFERA PARA EL BIEN COMÚN.

Sobre la crítica a la economía capitalista que habría construido un tipo de individuo el


homo economicus, el autor plantea que, en lugar de tratar la tierra como materia y
espacio, como lo ha hecho en gran medida la economía capitalista, deberíamos
considerarla primordialmente como energía y biosfera. Cuando de considera la tierra
cómo biosfera y cuando la biosfera se entiende como una comunidad de comunidades, la
cuestión mas inclusiva acerca del uso de la tierra, consiste en saber como la compartimos
con otras criaturas y en ese sentido construir una ética de nuestra relación con otras
especies. Así, por ejemplo, la domesticación de las especies silvestres implica erosión
genética, la cual disminuye la riqueza aportada a la biosfera por la vasta diversidad de
criaturas.

Esta perdida de la fortaleza genética llevaría a la perdida de grados de libertad para que
la especie humana pueda enfrentar con éxitos desafíos futuros, que traerán
particularmente el crecimiento poblacional, la crisis ambiental, nuevas relaciones sociales
y modos de producción.
L. BROWM (1992): LA EVOLUCIÓN ECOLÓGICA.

Brown señala que, no hay antecedentes algunos para el cambio que tenemos en
perspectiva: la edificación de un futuro sostenible depende la reestructuración de la
economía global, de cambios fundamentales en el comportamiento reproductivo del ser
humano y otros no menos transcendentes en sus valores y estilos de vida. Si todo esto se
hace con rapidez será una revolución que estará definida por la necesidad de establecer y
preservar los sistemas ecológicos d4e la tierra. Si esta revolución ecológica tiene éxito
estará al mismo nivel de la revolución agrícola y la revolución industrial. Sin embargo,
existe un impasse, las dos revoluciones anteriores fueron promovidas por los avances
tecnológicos (la primera por el descubrimiento de la agricultura, la segunda por la
invención de la maquina de vapor que convirtió la energía contenida en el carbón en
potencia mecánica). La revolución ecológica, si bien empleara nuevas tecnologías, estará
promovida, principalmente, por la reestructuración de la economía global para que no
destruya sus sistemas naturales de apoyo, y deberá ser realizada en tiempos cortos,
teniendo en cuenta las ratas de erosión de los recursos naturales y la interrupción severa
de los tiempos biológicos por las actividades antrópicas.

SAMIR AMIN (1999). ¿MODERNIDAD O POSTMODERNIDAD?

El teórico africano afirma que la modernidad alcanzo enormes progresos en la producción


material y en el conocimiento científico, en la organización política de las sociedades y a
pesar de sus limitaciones en el campo de la ética. La idea de que la vida humana es
irremplazable, la idea de la felicidad, la idea de una individualidad irreductibles a su
condición de miembro de una comunidad familiar o étnica determinada son ideas
modernas.

La modernidad esta aun inconclusa y permanecerá así mientras exista la raza humana.
Las limitaciones actuales están en las relaciones sociales y de producción propias del
capitalismo. Hay un gran repliegue de la modernidad. Se trata de retomar las ideas de la
ilustración, que razón y emancipación se corresponde íntimamente. Sobre esta idea
retomamos nuestro análisis en relación con la situación de la sociedad latinoamericana y
la modernidad.
JEREMY RIFKIN (1990): LA REVOLUCIÓN ENTRÓPICA.

Los principales planteamientos de varios autores sobre la importancia de la lectura


entrópica de la realidad actual que nos muestra un mundo en donde las fuerzas
productivas desarrolladas por el capitalismo han acelerado el reloj termodinámico,
cambiando la historia natural global al introducir el factor de cambio climática. Las
tendencias que profundizan la acumulación de la entropía deberá ser controladas para
garantizar la supervivencia de alternativas de sociedades en los próximos siglos. Se trata
de andar al ritmo del reloj verde, cuya marcha se aproxime a la armonización de los
tiempos históricos y los tiempos biológicos.

En tanto que algo a valorar positivamente, la protección del medio ambiente aparece muy
consensual. Numerosos trabajos han analizado la relación entre las opiniones y actitudes
al respecto y diversas variables relevantes en la estructuración de la sociedad: edad, sexo,
nivel de instrucción, posición socio profesional, hábitat residencial, opción política, etc.
De esa manera se han podido examinar muchos detalles y se han alimentado algunos
debates prolongados. A menudo, esos debates han explorado los entresijos de una idea
que se formó hace ya mucho tiempo y que se ha mostrado notablemente resistente: esa
idea conecta las opiniones proambientalistas con las llamadas "nuevas clases medias",
insistiendo en que tales opiniones son propias de personas relativamente jóvenes, urbanas
y consumidoras de mucha instrucción escolar. Hay estudios de opinión que apuntan en
esa dirección y otros que la contradicen (y los estudios sobre estilos de vida, hábitos de
consumo y otros ámbitos del comportamiento la contradicen muy claramente). El debate
ha permitido perfilar muchos matices interesantes pero lo esencial, es que se trata sobre
todo de eso, de matices. Es decir, la conclusión más clara, si se considera el conjunto de
la investigación realizada, es que el consenso ambientalista es transversal, que está
presente de una forma muy similar, básicamente homogénea, en todos los grupos sociales
que pueden definirse según las mencionadas variables (, mujeres y hombres, gentes con
estudios o sin ellos, clases medias o clases trabajadoras, derechas o izquierdas...).

Bibliografía
Cusaria, A. A. (2013). Gestión ambiental y planificación del desarrollo. Colombia:
Multiimpresos.

Garcia, E. (2006). ¿Por qué nos preocupamos por el medio ambiente y por. Consejería de
Medio Ambiente, Junta de Andalucía, 1.

También podría gustarte