Está en la página 1de 26

TEMA 2- HISTORIA DE LA CULTURA de las

NECESIDADES HUMANAS A LA CONFIGURACION


DE IDENTIDAD CULTURAL.
TEMA 2- HISTORIA DE LA CULTURA de las
NECESIDADES HUMANAS A LA CONFIGURACION
DE IDENTIDAD CULTURAL.
• La sociedad de consumo ha generado profundos cambios culturales,
los cuales han vaciado de contenido, términos y conceptos, que
anteriormente eran de fácil manejo para el común de los hombres. En
efecto, después de la Segunda Guerra Mundial la imagen del hombre
sufrió una mutación simbólica, y la mayoría de los seres humanos fue
convertida en “el hombre necesitado” (Iván Illich). En esta categoría
se incluyó, a lo menos, las dos terceras partes de los habitantes de la
Tierra. Así, aceptamos que nuestra condición humana fuera definida
por la dependencia a bienes y servicios; dependencia a la que
llamamos necesidad. Dicho de otra manera, nos subordinamos a la
economía y tecnología que nosotros mismos hemos creado y
desarrollado.
HISTORIA DE LA CULTURA DE LAS
NECESIDADES HUMANAS.
• Asumimos el equívoco de identificar los satisfactores con las necesidades, y
la consiguiente trastocación de los contenidos de este concepto. Para el
común de la gente, las necesidades siempre referidas a bienes o servicios,
se han generalizado a tal punto que se establecieron paradigmas de
satisfacción cuya característica más importante fue la uniformidad. La
satisfacción de las necesidades de los seres humanos se redujo a la
urgencia de tener bienes, de tener servicios, de acumularlos, aún sin
importar su utilidad. Para adquirirlos lo único realmente necesario es el
dinero. Imitar la propiedad y el consumo de los que más tienen, se
convirtió en una competencia que nos convoca a todos. Las otras
dimensiones existenciales han perdido vigencia, y con ellas los valores no
convencionales que fueron en su tiempo la base de las relaciones sociales y
constituyeron la piedra angular de las distintas culturas. Al imponerse el
paradigma de lo uniforme, la diversidad inició su descenso vertiginoso
hacia la muerte en el pleno sentido de la palabra.
HISTORIA DE LA CULTURA DE LAS
NECESIDADES HUMANAS
El concepto de necesidad tiene una larga trayectoria en el pensamiento
social. Las concepciones tradicionales consideran las necesidades como
infinitas, ilimitadas y siempre cambiantes. Si la necesidad es entendida
así, asume un carácter de infinitud que se retroalimenta a sí misma, ya
que cada necesidad satisfecha hace surgir muchas otras que será
necesario realizar. Esto da origen a una concepción sobre el sistema
económico, definido a priori como orientado a la satisfacción de las
necesidades humanas, como un sistema en permanente crecimiento.
HISTORIA DE LA CULTURA DE LAS
NECESIDADES HUMANAS
• De allí que sea necesario revisar y repensar la noción de necesidad. La
observación histórica y antropológica conduce a descubrir una
“consistencia en lo humano”, compartida por todos las personas en
cuanto seres humanos. La noción de derechos humanos, reconocidos
por y para el conjunto de la humanidad, sólo puede tener un carácter
universal en el ámbito de las necesidades humanas. Por consiguiente,
éstas son las mismas para el conjunto de aquellos que nos
reconocemos como seres humanos, pues no es posible pensar en
derechos humanos aplicables sólo a algunos, generando de ese modo
la existencia de humanos de primera, segunda o tercera categoría.
HISTORIA DE LA CULTURA DE LAS
NECESIDADES HUMANAS
Existen distintas aproximaciones al concepto de necesidad, generados
en las distintas disciplinas y por la diversidad de escuelas teóricas al
interior de cada una de ellas. El concepto de necesidad humana tiene
una connotación polisémica que es imprescindible develar para efectos
de claridad discursiva y parece fundamental por lo tanto esclarecer
ciertos aspectos para abordar adecuadamente el tema de las
necesidades humanas
HISTORIA DE LA CULTURA DE LAS
NECESIDADES HUMANAS
Consideraremos, en primer lugar, los antecedentes históricos y las primeras
teorías de la motivación. Los pilares que sustentan la concepción actual de
necesidad son el determinismo y el hedonismo. El racionalismo imperante en
occidente hasta mediados del siglo XIX consideraba que los seres humanos,
por estar dotados de razón, podían elegir libremente. Según Korman (1974)
dos hechos trascendentales generaron el cambio de la concepción
racionalista a la motivacional: (a) que los filósofos asociacionistas británicos
establecieran la idea que los contenidos de la mente se forman a partir de las
experiencias vividas por las personas; (b) la naturaleza científica de las
propuestas evolucionistas de Darwin que señalan que los animales y los
humanos son especies progresivas, que conservan su contenido biológico, y
la afirmación de que el comportamiento de todas las especies tiene, o pudo
tener, un valor funcional para la adaptación del organismo a su medio y para
la supervivencia en éste.
HISTORIA DE LA CULTURA DE LAS
NECESIDADES HUMANAS
Estas dos propuestas tuvieron muchas repercusiones en el desarrollo
inicial de una psicología de la necesidad. A partir de ésta, algunos
autores trataron de identificar las pautas instintivas básicas de los seres
humanos, generando las teorías del instinto. Pero, el planteamiento de
Darwin también señalaba hacia dónde debían buscarse los
antecedentes de la voluntad, las condiciones ambientales externas e
internas a las cuales el organismo debe responder para adaptarse al
medio en el que vive. Este marco de referencia fue adoptado por las
teorías del impulso. Desde aquí se afirma que la conducta está al
servicio de necesidades biológicas innatas que deben ser satisfechas
(Mateos 2002).
HISTORIA DE LA CULTURA DE LAS
NECESIDADES HUMANAS
McDougall (1971-1938) fue uno de los primeros defensores de la idea
de que la intencionalidad y la búsqueda de metas era lo que
caracterizaba, en mayor medida, a la conducta humana, y éstas
dependían de instintos innatos (James ya había planteado que los
humanos tenían instintos). MacDougall propuso varias listas de
instintos, cada uno con un componente cognitivo, otro conativo y otro
afectivo. Esta teoría, fue aceptada, pero posteriormente muy criticada,
principalmente porque la explicación de la conducta, a partir de los
instintos, era de carácter circular.
HISTORIA DE LA CULTURA DE LAS
NECESIDADES HUMANAS
Seguidamente, se realizaron experimentos en laboratorio, los cuales
mostraban una relación empírica entre los niveles de impulso y
actividad. La propuesta de Hull (1943), la más elaborada e influyente
del impulso, planteó que los impulsos biológicos proporcionaban la
motivación para llevar a cabo la conducta aprendida en una situación
dada. Para este autor, la conducta es función de la motivación
(impulso) y del aprendizaje (hábito o fuerza asociativa entre el impulso
y una respuesta). Las dificultades de los investigadores para comprobar
empíricamente algunos de los postulados de Hull hicieron que se
rechazarán dichos postulados en su totalidad, hasta tal punto que
actualmente carece de importancia (Mateos 2002).
HISTORIA DE LA CULTURA DE LAS
NECESIDADES HUMANAS
La incipiente psicología alemana de finales del siglo XIX, apoyada en
una fuerte tradición filosófica, consideró a la voluntad como un
fenómeno psíquico más, junto a los procesos cognitivos (sensaciones,
ideas), y afectivos (sentimientos). Surgieron muchas teorías acerca de
la voluntad, considerándola como un proceso derivado o una
manifestación de sensaciones, imágenes o sentimientos o bien, por el
contrario, como una entidad psíquica diferente. Todas las teorías
provenientes de la psicología alemana fueron interesantes en la
medida en que mostraban cómo se podía emplear el método científico
en el estudio de la voluntad, si se abandonaban las ideas de libertad e
indeterminación de la filosofía clásica. Cuando se derrumbó la
psicología científica alemana, el concepto de voluntad fue excluido de
la investigación psicológica (Mateos 2002)
LA IDENTIDAD CULTURAL
• La identidad cultural es una serie de tradiciones, valores y
costumbres que conforman la idiosincrasia de una determinada
comunidad o de un grupo de personas en específico. A través de la
identidad cultural las personas pueden construir el sentido de
pertenencia, que es fundamental para preservar las peculiaridades de
cada nación.
• Además, tener conocimiento de una identidad cultural les permite a
los individuos tener consciencia de la otredad; es decir, mediante el
conocimiento de este concepto los seres humanos desarrollan la
habilidad de reconocer al otro, lo que incentiva la curiosidad por otras
culturas y tradiciones. Por ejemplo, la identidad cultural fomenta un
turismo sano.
LA IDENTIDAD CULTURAL
• Así mismo, un ciudadano puede elegir el determinado grupo social al que
quiere pertenecer. Esto se debe a que dentro de una comunidad pueden
surgir diferentes subculturas con diferentes planteamientos de tradiciones
y valores. Por ende, un individuo puede escoger aquella rama de su
identidad cultural con la que se sienta más a gusto.
• Según varios autores, la construcción de una identidad surge gracias a la
dialéctica gestada entre individuo y sociedad. Aunque la imagen colectiva
es esencial para comprender una cultura, la identidad se construye gracias
a un proceso de interiorización e individualidad que debe realizar cada
persona para conocer los aspectos con los que se identificará.
LA IDENTIDAD CULTURAL
• Por consiguiente, algunas identificaciones culturales se pueden definir
mediante la oposición a otras. Esto quiere decir que cierto grupo de una
determinada comunidad suele definirse a sí mismo mediante la
acentuación de las diferencias que mantiene con otras culturas o con otras
sociedades.
• Si no son controladas a través de la educación y de ciertas instituciones, las
identidades culturales pueden ser nocivas, ya que podrían promover
xenofobia u otras clases de discriminación; esto afecta el desarrollo de una
nación y perjudica a las personas. No obstante, una identidad cultural bien
cultivada trae muchos beneficios a una sociedad.
LA IDENTIDAD CULTURAL
• La palabra “identidad” proviene del vocablo latino identïtas, y es utilizada
para enunciar al conjunto de rasgos y de elementos que definen o que
diferencian a un grupo de individuos del resto de las agrupaciones
humanas.
• Una identidad cultural se caracteriza por estar influenciada de manera
notoria por el entorno en el que se desenvuelve el individuo, así como
también por su contexto histórico y cultural.
• Por ejemplo, el continente americano no sería el mismo si no hubiese
ocurrido la conquista de estos territorios por parte de los europeos. La
identidad cultural de Latinoamérica se encuentra muy marcada por el
mestizaje producto de este descubrimiento.
La identidad cultural como un concepto
pluricultural y diverso
• La identidad cultural puede subdividirse en otras categorías, entre las
que destaca la identidad personal, la colectiva y la de género, entre
otras.
• En otras palabras, la identidad de las culturas se influencia por todas
las demás identidades; por esta razón, cuando se habla o se estudia
sobre este concepto se le suele relacionar con otras definiciones
como pluricultura y multidiversidad.
• De igual forma, la identidad cultural se caracteriza por construir
vínculos sociales a pesar de las diferencias individuales que
constituyen a cada persona.
LA PRESERVACION DE LA HISTORIA A TRAVES
DEL INTERES POR LA CULTURA.
• La preservación de la historia a través del interés por la cultura
• La identidad cultural contribuye en la preservación de la historia de las
sociedades —especialmente en aquellas alfabetizadas, pues registran los
hechos mediante la palabra escrita—, ya que los grupos sienten la
necesidad de salvaguardar la memoria de los pueblos, que abarca
tradiciones, valores y religiones, entre otros aspectos.
• Para preservar la identidad cultural es necesario que los individuos
conozcan el porqué de la importancia del folclore y de las tradiciones:
mediante el conocimiento y el entendimiento de estas, una persona se
puede vincular de forma más efectiva con su cultura y con su nación.
LA IDENTIDAD, LA CULTURA Y EL HOMBRE.

• En el caso de la cultura, esta representa un pilar fundamental dentro de cualquier


sociedad, que además necesita de un contexto histórico, de una elaboración
empírica o tangible y de una interacción de carácter simbólico.
• La cultura se transmite de generación en generación mediante la literatura oral y
escrita, lo que permite construir el entramado sociocultural de las comunidades.
• En conjunto con los elementos de cultura y de identidad se encuentra la figura
del hombre y del individuo, sin la cual no sería posible establecer ninguno de
estos parámetros. Mediante la contribución tanto inconsciente como consciente
de cada persona hacia su cultura, se puede garantizar el sentido de la pertenencia
y el resguardo de la identidad.
HISTORIA Y CULTURA
La historia es la gran forjadora de la cultura nacional y organizacional, por lo cual es preciso tener en cuenta siempre el peso de la historia.
Funciones y elementos componentes de la cultura
• Dimensiones culturales
• 1. Persona en relación con la naturaleza. De acorde a como interaccionan con el medio ambiente, ya sea de una manera Dominante, como algo
Predestinada o Armoniosa se puede resumir: "En una cultura en la cual la dominación se práctica, los malos resultados se sancionan y castigan. en
una cultura predestinada, un pobre resultado es esperado para algunas personas. en una cultura armónica-oriental, malos resultados es probable que
se cumpla con el reconocimiento de que ella o el sistema en el cual se produce debe ser mejorada".
• 2. Individualismo v/s colectivismo. En las sociedades individualistas se prioriza la actitud de independencia y la autorrealización, por lo que
organizacionalmente su jerarquización esta detalladamente especificada, mientras que en sociedades comunistas a lo que se le apuesta es a entender
al individuo como una parte integral del todo, lo cual, genera que impere las secciones o departamentos dentro de las organizaciones.
• 3. Orientación del tiempo. Esto refiere a como se considera las horas y los días laborales, pues lo que puede ser normal llegar tarde, en otra sociedad
como en el norte de Europa puede ser una falta de respeto.
• 4. Orientación de la informalidad. Se pone énfasis en la acción. el logro de resultados y de ser reconocido por los mismos.
• 5. Informalidad. Refiere a la importancia que se le da al contacto personal, a la afectividad al momento de laborar y de llevar a cabo una negociación,
países latinoamericanos respetan la tradición, la ceremonia y las reglas sociales, en contra de los EU.
• 6. Lenguaje. Aquí se presenta un gran problema, pues la cultura de una sociedad se ve reflejada en su lengua, si no se es capaz de interpretarla se
orienta uno al fracaso.
• 7. Religión. La religión es un factor dominante. como tal, puede tener un efecto significativo sobre cómo y por qué se realizan los negocios, los
horarios de trabajo y las actitudes acerca de la ética y las normas.

PARADIGMAS DE LA CULTURA Y LA DINAMICA
DE LAS ORGANIZACIONES
• Muchas empresas exitosas en sus países no logran concretar su éxito en otros países
aquí se presenta un problema multicausal, pero más importante: la cultura, la cultura
comprende muchas y muy diversas cuestiones; desde la religión, la cosmovisión,
tradiciones, estilo de vida, relación con sus semejantes, gastronomía, etc., cumple con
una función muy importante ya que permite mantener la cohesión entre los miembros
de una sociedad, les hace sentir que pertenecen a un algo, a la vez que los diferencia de
otras sociedades. Indica lo que es considerado adecuado, bueno, bonito, lo incorrecto,
malo o feo, y en el ámbito laboral esto también se ve reflejado.
• Todas estas variables crean un cierto perfil de personalidad dependiendo del país,
ejemplo: los japoneses son personas sumamente cuidadosas, analíticas, racionales, con
visión a largo plazo y un gran sentido de la responsabilidad y del sacrificio, mientras que
los latinoamericanos son personas, alegres y joviales, con un gran sentido de la familia y
una visión que privilegia el corto plazo.
• Todos estos factores determinan dentro de las organizaciones laborales o empresariales,
puesto que se debe adaptar a las exigencias de la cultura para en primera instancia lograr
establecerse y adaptarse, para luego intentar una implantación de una cultura nueva
acorde a las necesidades de la organización para que pueda alcanzar sus objetivos.
CULTURA CREENCIAS Y VALORES
• Un sistema cultural es aquel que se integra por un conjunto de valores y creencias que
comparten las personas que pertenecen a él, y por las múltiples formas en que estos se
manifiesta.
• Las creencias son todas aquellas ideas reconocidas como verdaderas por los miembros
de un sistema cultural, independientemente de su validez objetiva.
• Los valores son ideales que comparten y aceptan, explícita o implícitamente, los
integrantes de esa cultura, aparte influye en sus comportamientos dando las pautas
requeridas de la conducta individual y colectiva. Los valores se mueven y manifiestan en
el plano emocional, las creencias se aceptan racionalmente, con los valores se produce
una identificación emocional.
• Todo lo anterior se manifiesta en forma:
• Las manifestaciones simbólicas (Filosofía, arte, religión, ciencia)
• Las manifestaciones culturales (Pautas de comportamiento)
• Las manifestaciones estructurales (Marco normativo, de producción y estructura social)
• Las manifestaciones materiales (Recursos económicos, físicos y tecnológicos requeridos)
CULTURA CREENCIAS Y VALORES
• En un ámbito organizacional las creencias son las ideas básicas que se comparten
en una organización acerca de lo que debe hacerse, y de la manera de hacerlo,
para satisfacer sus necesidades y la de sus diferentes públicos, tanto como
internos como externos. Los valores son los principios fundamentales que rigen el
comportamiento de las personas, definen lo que es importante para la
organización y proporcionan criterios para decidir y actuar correctamente.
• Las manifestaciones culturales se convierte en categorías de análisis para
entender a una organización:
• Simbólicas: la filosofía de la organización (la forma como ha definido y expresado
su misión, visión y valores), el aparato simbólico con el que cuenta
(logotipo, colores institucionales, etc.) y su mitología (héroes, villanos)
• Conductuales: comprenden el lenguaje, el comportamiento no verbal, el ritual y
las diferentes formas de interacción que se dan dentro de la organización.
• Estructurales: las políticas y procedimientos, las normas, el sistema de estatus
interno y la estructura del poder.
• Materiales: incluyen la tecnología, las instalaciones, el mobiliario, y el equipo
Naturaleza y cultura

• Naturaleza y cultura
Las relaciones entre los conceptos de naturaleza y cultura conocieron, en el siglo veinte, profundas
transformaciones, incluso cuestionamientos o cambios de valor, que son bastante representativos
del estado general del pensamiento contemporáneo.
I.1. Tradicionalmente, en efecto ("tradicionalmente" remite a la época que precede a las
transformaciones del pensamiento, en el dominio de la física, pero también de la antropología,
ocurridas desde los primeros años del siglo veinte), las relaciones entre la naturaleza y la cultura se
han caracterizado por la diferencia, o aun, la oposición, entre estos dos conceptos.
En un primer nivel, lo que caracteriza tradicionalmente a la cultura y la distingue de la naturaleza es
el artificio, la costumbre, la convención. La cultura es una institución humana, y como tal
corresponde al ejercicio de una voluntad, o, al menos, a un conjunto de intenciones de sentido: la
cultura es un mundo donde se despliegan reglas y valores. Éstos, sin embargo, son relativos al
accionar humano, y son, por así decirlo, víctimas de su inconstancia: la cultura es también el mundo
de la diversidad de creencias, de la inconstancia de las pasiones, o incluso de la contradicción de las
decisiones humanas. Por el contrario, la naturaleza se presenta como una realidad caracterizada por
la permanencia, la estabilidad, la regularidad. El retorno de las estaciones y de las floraciones, la
constancia de las formas de lo viviente, pero también del mundo material, hacen de la naturaleza,
por así decirlo, el testimonio de la sustancialidad del ser: que las cosas tengan una naturaleza
significa que poseen una suerte de solidez en la cual el ser humano puede hacer capital de sus
acciones y sus empresas. La naturaleza encubre una suerte de verdad que habría que descubrir.
Naturaleza y cultura
• La ciencia, de una manera general, tiene por objeto esta sustancia
subyacente. La geografía, que se precia de ser una ciencia, se plantea
también la cuestión de la realidad de las divisiones del espacio en la
superficie de la tierra, y hace la distinción (y esto al menos hasta el
siglo diecinueve) entre las divisiones naturales del espacio y las
divisiones fundadas sobre las lenguas, las formas de gobierno, las
costumbres y las creencias. Si la geografía se apoya sobre la
naturaleza durante largo tiempo, esto no se debe, contrariamente a lo
que una cierta historiografía deja creer, por amor al determinismo sin
moderación, sino porque reivindica una suerte de legitimidad
científica.
Naturaleza y cultura
• En un segundo nivel, naturaleza y cultura han sido distinguidas desde el punto de vista de la
libertad de la acción. Lo natural es, ante todo, lo espontáneo, lo instintivo, lo irreflexivo, o sea, la
ausencia de la puesta en marcha del pensamiento deliberativo, del juicio, de la reflexión, que
caracterizan por el contrario el despliegue de la acción libre, es decir, voluntaria. Ser libre es
actuar en función de una deliberación y una representación previas, ahora bien, el animal o el
niño, por ejemplo (estos seres que no han sido cultivados), no hacen más que reaccionar a las
solicitudes de su entorno. Lo natural es, en consecuencia, como continuación de lo que se acaba
de decir, igualmente el obstáculo, lo determinado: el ser natural se comporta en función y bajo la
dependencia de causas que le son exteriores y que se aplican a él de tal suerte que no puede
escapar a eso, o bien que le dejan poco espacio para reaccionar. La naturaleza se piensa entonces
como el despliegue de un mecanismo riguroso. Por el contrario, como lo señala Rousseau, la
libertad y la cultura se caracterizan por el poder que posee el ser humano de escapar a las reglas
que él se ha dado para sí mismo, de rechazarlas, o de inventar nuevas. Artificio aún, pero en el
sentido positivo de la invención de nuevas formas de existencia, que no pueden ser deducidas de
la naturaleza y de su orden determinado. Se podría concluir que esta parte de la geografía que
rechaza todo determinismo natural es, como las otras ciencias humanas, una ciencia de la
libertad, o al menos, que es por principio una ciencia de la cultura
Naturaleza y cultura
• A decir verdad, el marco teórico que acaba de ser esbozado a grandes
rasgos es menos rígido que lo que parece. Varias fórmulas o situaciones de
transición que conciernen igualmente a la geografía pueden evocarse al
respecto.
• Por un lado, ciertamente, tanto para Rousseau como para otros autores, la
naturaleza, o más exactamente lo natural, han podido ser considerados
como normas o ideas éticas. Lo natural, en esta perspectiva moral, es lo
verdadero, lo auténtico, inclusive lo sano, y todo lo que se desvía de esto,
en los pensamientos y en las actitudes, es presentado como una
degradación o una degeneración. El reciclado de basuras domésticas, las
carreras en la montaña y los productos "biológicos" son portadores de
ideas para la conducta humana. La naturaleza es, en este sentido, una
norma de la cultura

También podría gustarte