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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA AMAZONÍA PERUANA

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN PARA EXPOSICIÓN: PERSONA, CULTURA Y SOCIEDAD

CURSO : SOCIOLOGÍA GENERAL


DOCENTE : ABOG. CESAR AUGUSTO RIOS LINARES
TEMA : PERSONA, CULTURA Y SOCIEDAD
ALUMNOS : LENIN ESTRELLA SALAZAR
NEIL OJANAMA ISUIZA
NIVEL :I
CICLO : II
EXPOSICIÓN : 18/10/2019

IQUITOS, PERÚ
2019
Introducción
Cuando hablamos de persona, cultura y sociedad hablamos de tres elementos básicos en
el sistema y/o organización humana que vienen siendo factores vinculantes entre sí desde
la antigüedad, es decir, aún en la antigüedad el hombre tuvo que buscar mecanismos o
formas de vida que le le permitiesen tener mayor posibilidad de sobrevivir y de
desarrollarse, y sin darse cuenta originó la creación de estos elementos tan vitales que
vendrían ser los pilares o los cimientos sobre los cuales las sociedades humanas marchan
hasta nuestros días. La cultura es la manifestación de la forma de vida de las personas en
las sociedades, es decir, su religión, su costumbre y sus conocimientos; la persona viene a
ser partícipe de la sociedad, por consiguiente, aprende su costumbre, idioma y forma de
ver el mundo, este aprendizaje de la cultura que capta la persona lo pone de manifiesto
frente a otras culturas, originándose y dándose a notar una multiculturalidad. Si
combinamos estos tres componentes y analizamos la función que cumplen respecto al
otro nos daremos cuenta que todos sus matices y características ya formadas desde
tiempos remotos llegamos a la conclusión de que quien las crea o desaparece es la
persona; pese a que como lo mencioné anteriormente, que se necesitan el uno al otro
para subsistir, la persona es el eje más importante, ya que sin la existencia de este
elemento sería imposible la aparición de los dos restantes. Esto lo digo por que la persona
(hombre) es el que mediante su accionar e interactuar con otras personas da lugar a la
formación de este sistema del cuál la sociología y la antropología se encargan de estudiar
a profundidad. Como lo mencionó Aristóteles, el hombre es un “animal social por
naturaleza” zoo politikon, este es capaz de interrelacionarse con otras personas, crear
ideas comunes -las mismas que intervienen e influyen en el proceso de formación de la
cultura-.
Finalmente, la sociedad y la cultura creados por el hombre influyen en el hombre,
haciendo que el hombre sea parte de ella como principal componente (sociedad), pero
que a su vez se vea bajo la influencia de estas.
1 CULTURA, PERSONA Y SOCIEDAD
1.1. Concepto de cultura.
1.1.2. CULTURA
Tylor en 1871 dará el significado a este concepto como todo complejo que incluye los
conocimientos, las creencias, el arte, la moral, el derecho y cualesquiera otros hábitos y
capacidades del hombre en cuanto miembro de la sociedad. Así nos encontramos con una
clara ubicación del concepto en una perspectiva evolutiva y con una íntima conexión en el
concepto de sociedad.
Modernamente cultura ha sido entendida también como elemento de determinación de
las conductas, como comportamiento pautado y así las definiciones más actuales de
cultura son:

 Malinowski: conjunto integral de utensilios, bienes y normas que rigen los diversos
grupos sociales. Él se basa sobre todo en una teoría sociológica y de adaptación
para lo cual crea un ambiente secundario para su adaptación y como un sentido de
organización en grupos permanentes de cooperación.
 Linton: propone como la configuración de la conducta aprendida y sus resultados
cuyos elementos comparten y transmiten los elementos de una sociedad.
 Herskovit: como la parte del ambiente hecha por el hombre el modo como se
comportan los miembros de una sociedad es su cultura.
Así podemos definir los siguientes rasgos:
. La cultura es una característica específica de los seres humanos.
· Es un factor fundamental de la sociabilidad humana y solo puede desarrollarse en
sociedad proporcionando el marco básico de referencias.
· Es una adquisición.
· Esta articulada institucionalmente.
· Hace posible una mejor adaptación al medio.
Como elementos de cultura pueden definirse:
· Elementos materiales.
· Elementos cinéticos.
· Elementos psíquicos.
· Elementos cognitivos.
· Creencias.
· Valores y normas.
· Signos.
· Formas de conducta no normativas.
(sociológicus, 2001)
Los componentes de una cultura pueden ser divididos en varios tipos de elementos
diferentes. Por ejemplo, Linton se ha referido a los elementos materiales de la cultura
(productos de artesanía, industria), a los elementos cinéticos (las conductas manifiestas) y
a los elementos psíquicos, es decir los conocimientos, las aptitudes y los valores de que
participan los miembros de una sociedad, lo que constituye el aspecto encubierto de la
cultura en oposición a los otros elementos que constituyen los aspectos manifiestos y
tangibles.
Johnson, refiriéndose a los elementos no materiales de la cultura, en una clasificación más
amplia, hace mención a los elementos cognitivos (todos los conocimientos teóricos y
prácticos sobre el mundo físico y social), las creencias (todo el cuerpo de convicciones que
no pueden ser objeto de verificación), los valores y normas (los modelos de conducta
pautados y los principios que los orientan), los signos (que incluyen las señales y símbolos
que orientan las conductas y las que permiten la comunicación entre ellos y
principalmente el lenguaje) y finalmente las formas de conducta no normativas (todas las
formas de comportamiento que no son obligatorias y que generalmente se realizan de
manera inconsciente, como ademanes, gestos, posturas).

1.1.3. Cultura y personalidad


Entre la cultura y la sociedad hay una familiarizada combinación, una dimensión
importante es la consideración de la problemática de la cultura es la determinación del
influjo real de lo sociocultural en la personalidad. Es necesario empezar por precisar que el
concepto de personalidad es más amplio y rico que el de individuo. En concreto el
concepto de personalidad hace referencia específicamente a los contornos sociales
estereotipados conformados por la cultura, tal como son asumidos por los individuos.
Con el concepto de personalidad, pues, se hace una referencia a las formas típicas de
comportarse de una determinada cultura, toda cultura ejerce una fuerte presión en todos
los individuos, que tienden a comportarse según unas determinadas personalidades, que
reflejan las características propias de los contornos sociales estereotipados de dicha
cultura esto es lo que los científicos sociales llaman personalidades básicas.
El famoso estudio de Riesman sobre las correspondencias entre determinados “caracteres
sociales típicos y las distintas fases de evolución demográfica y el desarrollo económico de
las sociedades; lo que llevó a distinguir entre “el tipo de personalidad dirigida por la
tradición propio de las sociedades agrarias y del alto potencial demográfico, “el tipo
dirigido internamente, por sus propios criterios, que se corresponde con las sociedades en
fase de crecimiento industrial y con crecimiento demográfico tradicional , y el “tipo
dirigido por los otros orientado desde fuera por los demás, que se localiza principalmente
en las sociedades terciarizadas, altamente industrializadas y en fase de declinación
demográfica incipiente.
La idea de que existe una interdependencia entre los referentes de los conceptos de
cultura y personalidad, y de que en toda cultura se plasman ciertas formas estandarizadas
de comportamientos sociales, se basa en una serie de supuestos que es conveniente
explicar.
Un primer punto de referencia lo constituye la convicción de que en toda sociedad existen
determinadas experiencias y determinadas necesidades comunes a todos los hombres, y
también determinadas formas institucionalizadas de enfrentarse con tales experiencias y
de resolver tales necesidades. Las instituciones, es decir, las modalidades fijas y aceptadas
para resolver tales necesidades en cada cultura fueron divididas por Kardiner en dos
grandes grupos: las instituciones primarias (organización de la familia, etc.) y las
instituciones secundarias (sistemas de tabús en general).
La experiencia, sin embargo demuestra, que aunque la mayor parte de los individuos de
una sociedad se adaptan bastante bien a los tipos predominantes de personalidad,
siempre hay grupos e individuos no adaptados, no integrados culturalmente estas faltas
de adaptación revelan que la relación individuo-sociedad no es siempre una relación
armónica, exenta de tensiones y conflictos. Lo que nos lleva a plantear dos cuestiones
importantes y relacionadas.
En primer lugar, al hablar de las relaciones entre cultura y personalidad, es necesario
precisar cuáles son los límites y el alcance de la capacidad conformadora de la cultura.
En segundo lugar, es necesario plantear cuáles son las consecuencias y cuáles los
problemas que crean, o pueden crear, a los individuos los desajustes con los marcos
institucionales de la cultura. En este sentido, la idea de desajuste cultural está abriendo en
nuestros días nuevas y sugerentes perspectivas al campo de la enfermedad mental, a
partir de la toma en consideración no sólo de los desajustes de los individuos respecto a la
sociedad, sino también del mismo carácter perturbador que algunas formas sociales
sumamente competitivas, agresivas o individualistas pueden tener en el propio desarrollo
de la personalidad.
Posiblemente la emergencia de nuevos tipos de personalidades, muy dúctiles y “dirigidas
por otros“, como aquellas de las que hablará Riesman, no obedece sino a una situación en
la que se conjuga un fuerte deseo de conformismo y de adaptación a los criterios
mayoritarios, con la búsqueda inmediata entre los seres circundantes de los criterio –y
expectativas de conducta– a partir de los que poder actuar con cierta seguridad.
En las sociedades de nuestro tiempo se puede constatar también la existencia de
importantes tendencias culturales grupales, a partir de la acentuación de las diferencias
con el conjunto social en modos de vestir, de peinarse, de actuar, etc. Un ejemplo de
estos procesos de diferenciación y de identificación sociogrupal se está dando a través de
las llamadas “nuevas tribus urbanas juveniles.
1.1.4. ¿Es importante trabajar sobre la identidad cultural de un pueblo?
En un mundo cada vez más globalizado donde internet y la forma de interactuar a través
de las redes sociales han abierto el campo del conocimiento y ha permitido conocer
nuevas culturas que sin duda han enriquecido tanto socialmente como culturalmente la
sociedad, es de vital importancia no dejar de lado nuestra verdadera esencia, nuestro
sentido de ser, nuestro origen, nuestra historia, nuestro sentido de pertenencia y con
ello nuestros valores y trabajar desde los colectivos y entidades locales en proteger y
mantener la esencia de fiestas y actividades culturales como identidad local del municipio.
La pérdida de identidad de un pueblo incide directamente con la falta de arraigo y por
tanto con el abandono de los pueblos. Pueblos donde nacimos y crecimos y donde
compartimos los primeros años de vida donde la familia, los amigos y el tiempo de ocio
fueron clave fundamental en lo que somos como personas. Valores y modos de conducta
que se conformaron en esos primeros años de vida y que nos acompañarán a lo largo de
nuestra vida, vivamos donde vivamos. (Manzano, 2018)
1.1.5. ¿Cómo reforzar la identidad cultural en el pueblo?
Conocer de dónde venimos como sociedad local para valorar lo que somos y reforzar a
nivel colectivo es clave fundamental para conservar la identidad cultural de un pueblo. A
continuación, desglosamos aquellos factores que refuerzan la identidad:
 Puesta de valor de la memoria colectiva.
Recopilación de información del ideario colectivo valorando a los mayores de la
comunidad como fuente de conocimiento y esencia de identidad.
 Conocer el porqué de tradiciones y folclore.
El conocer el por qué se hacen las fiestas de una determinada manera, su
simbología y lo que representa a nivel colectivo para la comunidad es esencial para
valorarlas, protegerlas y defenderlas en el paso del tiempo.
 Identidad cultural en el sistema educativo.
Es fundamental trabajar la identidad cultural en la escuela, donde los pequeños
conozcan el porqué de las fiestas y las vivan como momentos de alegría y devoción
de la comunidad y se sientan honrados de recibir tal importante herencia.
 Fomento y dinamización de jornadas culturales.
Que ahonden en la difusión y que eviten la pérdida de las tradiciones tanto para
los que viven en los pueblos como aquellos que se acercan a la población y que no
entienden el porqué de las tradiciones.
 Aporte social.
El ser humano es social por naturaleza y necesita momentos de homenaje tanto a
nivel familiar como a nivel colectivo, muchas fiestas patronales tienen figuras
como mayordomos, diputados, reinas de las fiestas, miss o míster que son
importantes a nivel personal y que refuerzan el sentido pertenencia al pueblo o
comunidad.
Como conclusión final me gustaría poner el acento y llamar la atención a la pérdida de
esencia que sufren las fiestas patronales y como realmente prima la fiesta por la fiesta y se
dejan a un lado la esencia y «los porqué», la pérdida de identidad en las fiestas con el fin
de atraer más turistas amenaza la conservación y resta originalidad y sentido de
pertenencia a los que realmente las organizan que son los colectivos y entidades locales
que permanecen en el territorio durante todo el año. (Manzano, 2018)
1.1.6. La identidad cultural como un concepto pluricultural y diverso
La identidad cultural puede subdividirse en otras categorías, entre las que destaca la
identidad personal, la colectiva y la de género, entre otras.
En otras palabras, la identidad de las culturas se influencia por todas las demás
identidades; por esta razón, cuando se habla o se estudia sobre este concepto se le suele
relacionar con otras definiciones como pluricultural y multidiversidad.
De igual forma, la identidad cultural se caracteriza por construir vínculos sociales a pesar
de las diferencias individuales que constituyen a cada persona.
Este concepto permite establecer parentescos dentro de una comunidad, lo que trae
como consecuencia no solo el sentimiento de pertenencia, sino también de familiaridad y
de empatía entre los miembros del grupo.
Los elementos de la identidad cultural requieren de dos elementos principales para que su
gestación sea posible: la identidad y la cultura. (Daniela Rodríguez, 2018)
1.1.7 Comentario:
La cultura viene a ser en esencia la manifestación de una sociedad en todo aspecto que
tiene que ver con la costumbre, la moral, la religión, etc. No obstante, hay autores que
consideran que la típica definición de cultura fue ideada por los antropólogos, sociólogos y
etnólogos. “…La más remota señal de este proceso de progresivo empastelamiento y
confusión de lo que representa una cultura la dieron los antropólogos, inspirados, con la
mejor buena fe del mundo, en una voluntad de respeto y comprensión de las sociedades
más primitivas que estudiaban. Ellos establecieron que cultura era la suma de creencias,
conocimientos, lenguajes, costumbres, atuendos, usos, sistemas de parentesco y, en
resumen, todo aquello que un pueblo dice, hace, teme o adora. Esta definición no se
limitaba a establecer un método…”, - sostuvo Mario Vargas Llosa en su participación de la
catedra de la corte suprema de justicia en 2010-, Dejando así en claro su posición
respecto a la cultura.
2. PERSONA
2.1. Concepto de persona
¿Qué es Persona?: La palabra persona designa a un individuo de la especie humana,
hombre o mujer, que, considerado desde una noción jurídica y moral, es también un
sujeto consciente y racional, con capacidad de discernimiento y de respuesta sobre sus
propios actos. Como tal, es un concepto opuesto a animal o cosa, pues se le atribuyen la
racionalidad y la vida, y, en este sentido, cumple un desarrollo biológico y psíquico, desde
que nace hasta que muere.
Persona proviene del latín persona, que significa ‘máscara de actor’ o ‘personaje teatral’, y
este del etrusco phersu, que a su vez viene del griego πρόσωπον (presupone), que traduce
precisamente ‘máscara’.
Persona, pues, se refiere a la máscara que se ponían los actores griegos o romanos en las
representaciones teatrales, y que contaba con una bocina para darle mayor resonancia a
la voz, de modo que llegara a todos los espectadores. De allí que muchas veces se
profundice sobre su significado en un sentido filosófico y se diga que ser persona es
representar un rol ante el mundo, en la sociedad, así como tener voz.
Persona física o natural
Es el individuo humano con existencia material que ejerce sus derechos y deberes de
manera particular, desde un punto de vista jurídico.
Persona jurídica o moral
Es aquella entidad independiente, de existencia exclusivamente jurídica, que está
constituida por grupos u organizaciones de personas y bienes que son reconocidos desde
el punto de vista del Derecho como instancias unitarias con capacidad para ser sujeto de
derechos y obligaciones. Ejemplos de personas jurídicas son las asociaciones,
corporaciones, sociedades y fundaciones.

2.1.2. En el ámbito filosófico


En Filosofía, existen varias definiciones de persona.
Concepción de Boecio:
Para Boecio -quien es uno de los autores más influyentes en la historia de la noción de
persona- , persona es una sustancia individual de naturaleza racional. Este autor se refirió
al sentido de persona como "máscara", pero puso de relieve que este sentido es sólo un
punto de partida para entender el significado último de 'persona' en el lenguaje filosófico
y teológico. Y en su Liber de persona et duabus naturis (Cap. III) Boecio proporcionó la
definición de persona que fue tomada como base por casi todos los pensadores
medievales: Persona est naturae rationalis individua substancia — "la persona es una
substancia individual de naturaleza racional".
Concepción de Santo Tomás de Aquino:
Santo Tomás de Aquino considera que una persona es un “supuesto o individuo de
naturaleza racional”, es decir, una unidad completa y suficiente que posee espíritu
(inteligencia y voluntad).

Concepción de Immanuel Kant:


Para Immanuel Kant, una persona supone una categoría moral, sujeta de derechos y
deberes, que existe como fin en sí. En síntesis, se podría afirmar que una persona es un
individuo racional, consciente de sí mismo y de los valores morales, capaz de
responsabilizarse de sí mismo.

Los autores modernos no han eliminado estos elementos tradicionales en su concepción


de la persona. Así, por ejemplo, el filósofo alemán del siglo XVII Leibniz dice que "la
palabra 'persona' conlleva la idea de un ser pensante e inteligente, capaz de razón y de
reflexión, que puede considerarse a sí mismo como el mismo, como la misma cosa, que
piensa en distintos tiempos y en diferentes lugares, lo cual hace únicamente por medio
del sentimiento que posee de sus propias acciones" (Nouveaux Essais, II, xxvii, 9).
Ciertamente, la persona es él sujeto vuelto hacia los valores; pero no como ente real
independiente de la conciencia empírica, sino como unidad de vivencias portadoras de
contenidos valiosos, es decir, como psique, tomado este concepto con propiedad, y no
degradado para hacerlo representar un grosero egocentrismo sensible, que, al ser
admitido, llevaría a la consecuencia de que el progreso social es un sobreponerse a la ley
de la psique y de la vida. (larroyo, 1949)
Un sobreponerse y hasta un contraponerse, como acontece en todas aquellas teorías que
oponen vida y espíritu, naturaleza y cultura. Tal consecuencia es absurda porque
contradice la ley de la naturaleza; al menos la ley de la naturaleza humana. Bien al
contrario, el progreso social, esto es, la realización cada vez más completa de los valores
humanos, consiste en proporcionar a la psique y por la psique cada vez más altos y
fecundos bienes culturales; mediante este hecho, el individuo, socialmente determinado,
se toma persona, pero sin abdicar de su íntima naturaleza, es más, verificándola, pues es
característico de la psique humana volcarse sobre objetivos real o aparentemente
valiosos, y no de cualquier modo sino, precisamente bajo aquella forma programática que
Ortega y Gasset pretende explicar metafísicamente, cuando no es más que la naturaleza
misma del acto volitivo, es decir, del acto típicamente humano.

2.1.3. Cultura y personalidad


Una dimensión importante es la consideración de la problemática de la cultura es la
determinación del influjo real de lo sociocultural en la personalidad. Es necesario empezar
por precisar que el concepto de personalidad es más amplio y rico que el de individuo. En
concreto el concepto de personalidad hace referencia específicamente a los contornos
sociales estereotipados conformados por la cultura, tal como son asumidos por los
individuos.
3. SOCIEDAD
Proviene del latín y más exactamente en el término sociĕtas. Sociedad es un término que
describe a un grupo de individuos marcados por una cultura en común, un cierto folclore
y criterios compartidos que condicionan sus costumbres y estilo de vida y que se
relacionan entre sí en el marco de una comunidad.
Las sociedades de carácter humano están constituidas por poblaciones donde los
habitantes y su entorno se interrelacionan en un contexto común que les otorga
una identidad y sentido de pertenencia. El concepto también implica que el grupo
comparte lazos ideológicos, económicos y políticos.

3.1. Hombre y sociedad


El hombre necesita de la sociedad para nacer en una familia, para vivir en grupo, para
desarrollarse. Ni el hombre ni la sociedad humana pueden ser comprendidos ni explicados
independientemente.
3.1.2. La naturaleza de lo social
El hombre es un ser social. Siempre ha vivido en sociedad como un hecho natural. Un
hombre no puede nacer fuera de la sociedad. Una vez nacido, hay que comprender la
importancia que el aprendizaje de costumbres, de modos de comportarse, de relacionarse
y comunicarse, tiene para todo ser humano, desde los primeros meses de vida. Todo ello
forma un conjunto de pautas y patrones de conducta social, sin los cuales, se podrían ver
reducidos a una condición diferente a la que actualmente entendemos como humana. La
importancia que lo social tiene en la conformación de la propia realidad humana
contrasta, con la poca atención recibida.
El tardío descubrimiento de este como campo temático es una de las razones por las que
la Sociología no empieza a desarrollarse hasta el s. XIX. No parece suficiente la explicación
de que una reflexión sobre lo social no se pudo producir hasta que no se desarrollaron los
planteamientos propios del método científico, y hasta que la realidad de la sociedad civil
fue contemplada diferente al Estado, al margen de todo lo que se comprendía en la esfera
del poder político.
(Giddens, Anthony. 1996. Sociología. Madrid)
3.1.3. El papel de lo social en el desarrollo humano

La dimensión social del hombre no se limita a la simple constatación de que el hombre es


un ser que vive en sociedad, sino que la cuestión central estriba en dilucidar cuál es el
papel que juega esta dimensión social en la naturaleza humana en conjunto. El hombre no
es el único ser social, pero cuando decimos que la vida humana es vida social, estamos
empezando a aclarar cuál es el papel de lo social para el ser humano. Las formas sociales
de agregación tienen un papel adaptador, para encontrar respuestas a problemas con los
que no es posible enfrentarse eficazmente de manera individual.

Se puede decir que “las formas de organización societal son una manera de adaptación
por medio de las cuales ciertos tipos aumentan sus posibilidades de sobrevivir y
multiplicarse”. Ha adquirido gran importancia el hecho de que sólo unas pocas especies
hayan podido adaptarse al medio y sobrevivir. Algunas especies han logrado esta
adaptación precisamente merced a su sociabilidad. Como ha señalado Perinat, la
sociabilidad se ha decantado a través del largo itinerario de la evolución de las especies.
La interrelación entre los factores biológicos y culturales en el proceso adaptativo de la
evolución humana está siendo objeto de una atención cada vez más preferente. Se va a
reivindicar la necesidad de una perspectiva evolucionaria para explicar cómo la biología
humana y la cultura son generalmente adaptativas en el mismo sentido, y cómo ambas
han podido interactuar en la evolución de los atributos humanos. (Giddens, Anthony.
1996. Sociología. Madrid).
Este binomio resulta inseparable; el hombre necesita de la Sociedad.
El hombre es un ser social y biológicamente es imposible un ser humano fuera de la
sociedad. Aprendizaje, costumbres, comportamientos o relaciones llevan al hombre a la
vida que entendemos como humana, importancia que contrasta con la poca atención que
se ha prestado a la realidad de este análisis. En principio se produce cuando sociedad civil
y Estado son contemplados de diferente manera, aunque durante algo más del siglo su
existencia todavía no se ha clarificado suficientemente lo social con variadas explicaciones
sobre sus cambios.
Los grupos primarios constituyen la red fundamental del entramado social y lo social
constituye la verdadera sustancia medular de nuestra ciencia, así los problemas de la
sociología se refieren a la naturaleza del vínculo social. El misterio que afrontan los
sociólogos es la naturaleza de lo social. Las diferentes maneras de abordar esta solución
en con el desarrollo de dos grandes campos:
1) Estática social.
2) Dinámica social.
Y se puede profundizar en él vinculo de lo social a través de los vínculos que lo
componen.
3.1.4. El papel de lo social en el desarrollo humano.
La vida humana es vida social. La evolución supone un paso de lo simple a lo complejo, de
lo único a lo plural, una tendencia a la agregación inscrita en la lógica de la vida. Esta
agregación cumple un papel adaptador que aumenta las posibilidades de sobrevivir y
multiplicarse.
Algunas especies que han sobrevivido lo han conseguido mediante su sociabilidad lo cual
aumenta al acercarnos al hombre el cual necesita del aprendizaje o socialización para un
despliegue ideológico normal.
Wilson ve en el parentesco la principal fuerza generadora de la sociedad y el fenómeno
del altruismo, así cuanto mayor es el coeficiente de parentesco mayor es la disposición al
altruismo. Esta cultura puede llevar incluso a la transformación de ciertos rasgos físicos.
concepción del hombre como ser social.
Aristóteles ya definió al hombre como ZOON POLITIKON; animal político por naturaleza. El
se refería a las polis como paradigma de sociedad, un sistema de vida, no un agregado de
individuos, por tanto esta definición contiene un matiz importante; "su dimensión
cultural".
El desarrollo de la teoría de Darwin propuso dos ideas fundamentales:
1) Idea equilibrio ser vivo-naturaleza.
2) Proceso evolutivo por adaptaciones y desadaptaciones.
Las mutaciones encajan al hombre en un territorio determinado donde lo decisivo es la
adaptación al medio y el hombre es un resultado de innovaciones y autorregulaciones
adaptativas por la condición social del hombre, así este es el proceso de una evolución
biológica y social (co-evolución).
El hombre como especie es débil en sí mismo y ha sobrevivido en virtud de su carácter
social desarrollando y transmitiendo una cultura que fue progresando. Así la cultura es el
ambiente artificial creado por el hombre. Esta hominización lleva al hombre como tal.
3. CULTURA Y SOCIEDAD
La cultura es el rasgo distintivo de lo humano. El hombre ha sido calificado como animal
constructor de cultura, la cultura, a su vez, se describe como el verdadero nicho ecológico
del hombre, o la herencia social de la humanidad.
El hombre hereda unos rasgos biológicos y un importante componente social. Mientras la
vida de otros seres vivos está fundada en el instinto, la nuestra está basada en el
aprendizaje. La socialización es el aprendizaje que capacita a un individuo para realizar
roles sociales, lo que se aprende en la socialización es la cultura.
La socialización es el proceso por el cual:
a) los individuos desarrollan una personalidad como resultado del aprendizaje de una
cultura dada y por medio del cual:
b) una cultura es trasmitida de una generación a otra. La cultura es una herramienta
metodológica de gran utilidad, permite situar y precisar la verdadera naturaleza y
contenido de lo social. Para Linton, el trabajo del sociólogo debe comenzar con el estudio
de las culturas de las diferentes sociedades.
En la cultura se pueden distinguir un componente socio-estructural, un referente
conductual y una base material.
Los conceptos de cultura y sociedad se consideran co-términos, su sentido no puede
entenderse si no es en su mutua relación. La integración entre individuo, cultura y
sociedad es muy estrecha.
El matiz que puede establecerse es analítico, considerando lo social según sus
componentes organizativos, sus marcos estructurales o en referencia a los contenidos
sociales más generales heredados.

3.1. CULTURA Y SOCIEDAD (muy importante) (2010)


La respuesta a por qué el ser humano ha logrado sobrevivir y adaptarse al medio, sólo
podemos darla recurriendo al concepto de cultura. Si hay una característica distintiva de
lo humano eso es la cultura.
Como ha señalado HERSKOVITS: “La cultura aporta al hombre el medio de adaptarse a las
complejidades del mundo en que nació, dándole el sentido, y algunas veces la realidad, de
ser creador de ese mundo, al mismo tiempo que criatura de él..., la cultura es la parte del
ambiente hecha por el hombre”.
El ser humano hereda además de unos rasgos biológicos, un importante componente
social que va interiorizándose mediante un proceso de aprendizaje, esto lo diferencia de
otras criaturas que basan su vida social en el instinto.
Según JOHNSON el ser humano, al nacer, es incapaz de formar parte en ningún tipo de
sociedad y, sin embargo, las criaturas se convierten en integrantes de las sociedades
humanas debido a un proceso de aprendizaje. Y señalaría que: “La socialización es el
aprendizaje que capacita a un individuo para realizar roles sociales[...] La cultura es lo que
se aprende en la socialización”.
La socialización ha sido definida como:
• “Lo referido a todos los factores y procesos que hace que un humano se encuentre
preparado
para vivir en compañía de otros”. (Kelvin).
• “El proceso por medio del cual los individuos desarrollan una personalidad como
resultado del aprendizaje de los contenidos de una cultura dada y una cultura es
trasmitida de una generación a otra”, (Phillips).
La cultura se aprende mediante un proceso de socialización por medio del cual las
personas son enseñadas a comportarse de acuerdo con los patrones culturales de una
determinada sociedad. Al existir en las sociedades distintos patrones sociales y diferentes
pautas de conducta, las personas serán moldeadas por los contextos culturales en que se
desarrollan.
En las sociedades existen unas formas de conducta institucionalizadas, son los roles
sociales. Las personas tienden a ajustarse a sus papeles y a actuar conforme a lo que de
ellas se espera según el rol social que desempeñen en cada circunstancia.
Como ha señalado KLUCKHOHN: “La cultura determina el camino de conducta que elige
un individuo […] la socialización implica la posibilidad de predicción de la conducta diaria
de un individuo [...] los que conservan mucha independencia, necesariamente o están en
el manicomio o están en la cárcel”. (Cebrián, 2014)
El concepto de cultura es una herramienta metodológica de gran utilidad para precisar la
verdadera naturaleza de lo social. En este sentido, Linton ha dicho que: “El trabajo
sociológico debe comenzar con la investigación sobre las culturas”.
GOLDTHORPE va más allá y considera que el concepto de cultura es: “el de mayor
importancia para la sociología”.
Cultura y sociedad son conceptos mutuamente imbricados y complementarios. La cultura
presenta distintas facetas y contenidos, pudiendo identificarse en ella un componente
socio-estructural, un referente conductual y una base material distintas facetas y
contenidos, pudiendo identificarse en ella un componente socio-estructural, un referente
conductual y una base material. Por ello, podemos considerar a ambos conceptos como
íntimamente imbricados, incluso se ha hablado de ellos como verdaderos co-términos,
conceptos cuyo sentido no puede entenderse si no es en su mutua relación.
En este sentido, LINTON ha subrayado: “Es tan estrecha la vinculación entre individuo,
sociedad y cultura, y tan continua su acción recíproca, que el investigador que intente
trabajar con alguna de estas 3 entidades, sin considerar las otras, acabará en un callejón
sin salida”.
El matiz que puede establecerse en estos conceptos es de naturaleza analítica, según
consideremos lo social preferentemente en referencia a sus componentes organizativos,
sus marcos estructurales y los contenidos sociales más generales heredados.
Así, la complementariedad de tales conceptos se entiende en función del mayor énfasis
que se ponga, o bien en los contenidos, o bien en los continentes de lo social. (Cebrián,
2014)
3.1.1Comentario:
la estrecha relación -quizá intrínseca- entre la cultura, persona y sociedad se encuentra en
la interdependencia de estos tres elementos, es decir, fácilmente se podría razonar y
llegar a la conclusión de que estos elementos se necesitan del uno al otro para existir; la
sociedad perdería su esencia si no contara con personas, así mismo, la cultura no existiera
sin un grupo de personas que tengan un sentido común que los permita formas
costumbres y manifestarlos. Creo yo que en ello está la clave de este concepto
multidimensional, a lo cual aducen los autores. Por otra parte, la manifestación cultural
también influye en el sentido común y en la conducta de las personas pertenecientes a
distintas sociedades, ya que la percepción de sus realidades determinará sus posiciones
frente a otras culturas, personas y sociedades.

CONCLUSIÓN
1. El hombre (persona) da lugar mediante su accionar a la cultura y a la sociedad.
2. Los tres elementos deben ser estudiados juntos, no separados.
3. Están estrechamente vinculados.
4. Tienen influencia entre sí.
5. El hombre es el principal elemento.
Bibliografía
 (sociológicus, 2001)
 (Manzano, 2018)
 (Giddens, Anthony. 1996. Sociología. Madrid)
 (larroyo, 1949)

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