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Karen Nova Mora – 201718142

Seminario Antropología Medicina y Salud


Resumen de La subjetividad al olvido
El procedimiento de diagnostico se encarga de clasificar al sujeto en una nueva categoría y
sacarlo de su condición de individualidad. A este proceso se le llama “objetivación-
reducción”. Este ayuda a la expansión de la psiquiatría y de la medicación de todos los
padecimientos mentales y de cualquier otro que pueda ser tratado medicamente, es decir,
cualquier malestar corporal o mental por mínimo que sea, ya que los limites se han
expandido. Como resultado de este proceso, se da un control social asociado a la relación
de la racionalidad y la violencia. Dicho control se da desde un acto socialmente aceptado y
autorizado como lo es el acto diagnóstico, separando lo norma de lo patológico, y que no
solo lo usan los psiquiatras sino todos los campos de biomedicina como la neurociencia.
La medicalización entonces nos da el paso para repensar la diferencia entre psiquiatría y
salud mental, ya que la psiquiatría intenta aprovechar ese concepto, aunque su fin como tal
pueda afectar al enfoque de los derechos humanos. En este sentido también se puede decir
que la medicalización es una forma disciplinar de poder sobre la sociedad y lo que hace es
crear un tipo de persona que debe estar dentro de un régimen particular para estar sano. De
esta forma la medicina occidental logró con todo lo anterior que la medicalización aplicara
a cualquier campo de la vida, incluso los que antes no eran un aspecto médico. Por ejemplo,
la locura que ahora es una enfermedad y antes no lo era. Este proceso se da mediante la
normalización de los saberes en la sociedad. Como ya es conocido, la psiquiatría basa sus
saberes en la ciencia, y así como esta última, el saber se impone de forma que llega a ser
común en sociedad hasta su terminología. Teniendo en cuenta que estos definen la
enfermedad como algo anormal, el individuo no puede ver ese proceso como algo normal
del cuerpo y lo privan de una racionalidad propia sobre ello. En este casi, la psiquiatría
utiliza un poder “jurídico” e informativo para lograr controlar a lo población conocido
como “razón moderna” y excluyendo todo lo que lo refute.
Galende propone la idea de la lucha simbólica para explicar como los conocimientos
sociales y culturas han sido dejado de lados para explicar los trastornos mentales y se han
tratado desde la psicofarmacología. Para esto se debe hacer una deconstrucción de la
disciplina y entender los conceptos de institucionalización que las mismas ciencias sociales
proponen en los manuales de diagnostico que se manejan mundialmente. Otro punto a tener
en cuenta es que la medicalización también se ve permeada por la economía y el
capitalismo, en el sentido de la producción de fármacos y su distribución lo que ayuda
también que se mantenga esta propuesta en el tiempo. Si bien esta problemática esta
inmersa en la política, la solución también debe ser desde un ámbito política que permita
que la enfermedad se vea como un proceso normal del ser humano y este no debe reducirse
a cifras e indicadores que solo evalúan el desempeño que se ve afecta por la enfermedad.
El proceso de clasificación tiene un lenguaje propio y que nos lleva de nueva la terreno
político e ideológico pues propone un lenguaje dominante. Y esta es su mayor fuerza, pues
dichas palabras se transforman en el diagnóstico. Este etiquetamiento transforma al sujeto
en una cosa “que es” y no “quien es”, por ejemplo, donde el sujeto no puede refutar la
condición que se le impone. Por esto se dice que los manuales no distinguen entre
“trastorno” y “padecimiento subjetivo”. Ahora bien, si hay tantas críticas al diagnóstico, se
plantea la idea de si es pertinente prescindir de este, y si así fuera, entonces que
mecanismos utilizaría la medicina. Una idea sería preguntarle al paciente sobre el
diagnostico y que tan de acuerdo esta con este, así no se pierde del todo el valor ético.
La ley Nacional de Salud Mental entra entonces como una forma de entender la
problemática de la inclusión social en las políticas públicas, e imponer la idea de salud
mental como estrategia que se base en el valor humano y proponer resguardos éticos a las
practicas psiquiátricas. Todo esto, principalmente, desde la intervención con medicamentos
y su distribución.
Pregunta: ¿Cuáles son los mecanismos que se usaron para re evaluar ese valor humano y
las practicas psiquiátricas? ¿Quién vela y cómo se puede regular ese cambio que plantea la
ley Nacional de Salud Mental?
Resumen de Medicalización de la sociedad y desmedicalización del arte médico
El papel de la medicina es atacar las quejas de las personas, prolongar su vida y evitar el
sufrimiento, desde una forma visible. Sin embargo, también actúa de forma oculta al dar
explicación y coherencia a la sociedad humana, lo que también hacen las religiones. Si bien
la medicina depende de la cultura, después de muchos años la ciencia surge y aun así no se
deja de lado, completamente, las raíces religiosas. Aun así, los avances tecnológicos y el
objetivo que se plantea actualmente hacen que se objetívese al paciente, y que su estudio
cada vez sea más complejo y que se haga en menos tiempo. Dado esto, la medicina
actualmente se da gracias a otros y el paciente no es participe con su lenguaje ni con su
cultura, dejando de lado todas las posibilidades del destino y enfatizando en la ciencia y la
evidencia. Aún así, el objetivo del médico siempre será hacer el bien al paciente, por lo que
es una tarea con muchas incertidumbres sobre que es lo mejor para cada paciente. Si bien la
enfermedad no es solo biológica, sino que tiene un valor simbólico como la vergüenza, el
medico también se encarga de quitar esa vergüenza y por esa también se puede caracterizar
como salvador. El medico también tiene el poder de re-incluir al enfermo a la sociedad y de
escoger quien es capaz de hacer ciertas actividades, como lo es conducir, y devolver normal
algo que puede ser inmoral, como el uso de la marihuana. De esta forma, la medicalización
se normaliza en la sociedad.
Por otro lado, la psiquiatría introduce el termino de anormal para hacer los diagnósticos, lo
que hace que la medicalización se entrometa en la moral de las personas y tenga cambios
antropológicos como el morir y nacer fuera de casa, entre otras. La patologización es
diferente, es configurar una condición normal, dentro de la enfermedad, por ejemplo, la
homosexualidad hace unos años. Así pues, se puede hablar de desmedicalización de la
sociedad, como en el caso del homosexualismo, y desmedicalización del médico, que se
refiere al proceso de deshumanización del profesional. Este ultimo se mide mediante los
derechos humanos y principalmente, por el principio de autonomía, aunque esto también
puede obstaculizar el objetivo de beneficencia del médico. Por último, se propone que para
evitar estos casos se debe evitar que factores como los económicos permeen la medicina y
promuevan la deshumanización y fomentar la empatía, lo que implica no poner normas sino
despertar sentimientos en los profesionales.
Referencias
Rubio, R. (2018). La subjetividad al olvido: una mirada crítica sobre las prácticas
diagnosticistas y las estrategias de medicalización en el campo de la Salud
Mental. Recuperado de file:///D:/Users/Usuario/Downloads/j.ctvn5tzdz.35-
2.pdf
Diaz, A. (2014). Medicalización de la sociedad y desmedicalización del arte médico. Prensa
Médica Latinoamericana.

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