Resumen de La subjetividad al olvido El procedimiento de diagnostico se encarga de clasificar al sujeto en una nueva categoría y sacarlo de su condición de individualidad. A este proceso se le llama “objetivación- reducción”. Este ayuda a la expansión de la psiquiatría y de la medicación de todos los padecimientos mentales y de cualquier otro que pueda ser tratado medicamente, es decir, cualquier malestar corporal o mental por mínimo que sea, ya que los limites se han expandido. Como resultado de este proceso, se da un control social asociado a la relación de la racionalidad y la violencia. Dicho control se da desde un acto socialmente aceptado y autorizado como lo es el acto diagnóstico, separando lo norma de lo patológico, y que no solo lo usan los psiquiatras sino todos los campos de biomedicina como la neurociencia. La medicalización entonces nos da el paso para repensar la diferencia entre psiquiatría y salud mental, ya que la psiquiatría intenta aprovechar ese concepto, aunque su fin como tal pueda afectar al enfoque de los derechos humanos. En este sentido también se puede decir que la medicalización es una forma disciplinar de poder sobre la sociedad y lo que hace es crear un tipo de persona que debe estar dentro de un régimen particular para estar sano. De esta forma la medicina occidental logró con todo lo anterior que la medicalización aplicara a cualquier campo de la vida, incluso los que antes no eran un aspecto médico. Por ejemplo, la locura que ahora es una enfermedad y antes no lo era. Este proceso se da mediante la normalización de los saberes en la sociedad. Como ya es conocido, la psiquiatría basa sus saberes en la ciencia, y así como esta última, el saber se impone de forma que llega a ser común en sociedad hasta su terminología. Teniendo en cuenta que estos definen la enfermedad como algo anormal, el individuo no puede ver ese proceso como algo normal del cuerpo y lo privan de una racionalidad propia sobre ello. En este casi, la psiquiatría utiliza un poder “jurídico” e informativo para lograr controlar a lo población conocido como “razón moderna” y excluyendo todo lo que lo refute. Galende propone la idea de la lucha simbólica para explicar como los conocimientos sociales y culturas han sido dejado de lados para explicar los trastornos mentales y se han tratado desde la psicofarmacología. Para esto se debe hacer una deconstrucción de la disciplina y entender los conceptos de institucionalización que las mismas ciencias sociales proponen en los manuales de diagnostico que se manejan mundialmente. Otro punto a tener en cuenta es que la medicalización también se ve permeada por la economía y el capitalismo, en el sentido de la producción de fármacos y su distribución lo que ayuda también que se mantenga esta propuesta en el tiempo. Si bien esta problemática esta inmersa en la política, la solución también debe ser desde un ámbito política que permita que la enfermedad se vea como un proceso normal del ser humano y este no debe reducirse a cifras e indicadores que solo evalúan el desempeño que se ve afecta por la enfermedad. El proceso de clasificación tiene un lenguaje propio y que nos lleva de nueva la terreno político e ideológico pues propone un lenguaje dominante. Y esta es su mayor fuerza, pues dichas palabras se transforman en el diagnóstico. Este etiquetamiento transforma al sujeto en una cosa “que es” y no “quien es”, por ejemplo, donde el sujeto no puede refutar la condición que se le impone. Por esto se dice que los manuales no distinguen entre “trastorno” y “padecimiento subjetivo”. Ahora bien, si hay tantas críticas al diagnóstico, se plantea la idea de si es pertinente prescindir de este, y si así fuera, entonces que mecanismos utilizaría la medicina. Una idea sería preguntarle al paciente sobre el diagnostico y que tan de acuerdo esta con este, así no se pierde del todo el valor ético. La ley Nacional de Salud Mental entra entonces como una forma de entender la problemática de la inclusión social en las políticas públicas, e imponer la idea de salud mental como estrategia que se base en el valor humano y proponer resguardos éticos a las practicas psiquiátricas. Todo esto, principalmente, desde la intervención con medicamentos y su distribución. Pregunta: ¿Cuáles son los mecanismos que se usaron para re evaluar ese valor humano y las practicas psiquiátricas? ¿Quién vela y cómo se puede regular ese cambio que plantea la ley Nacional de Salud Mental? Resumen de Medicalización de la sociedad y desmedicalización del arte médico El papel de la medicina es atacar las quejas de las personas, prolongar su vida y evitar el sufrimiento, desde una forma visible. Sin embargo, también actúa de forma oculta al dar explicación y coherencia a la sociedad humana, lo que también hacen las religiones. Si bien la medicina depende de la cultura, después de muchos años la ciencia surge y aun así no se deja de lado, completamente, las raíces religiosas. Aun así, los avances tecnológicos y el objetivo que se plantea actualmente hacen que se objetívese al paciente, y que su estudio cada vez sea más complejo y que se haga en menos tiempo. Dado esto, la medicina actualmente se da gracias a otros y el paciente no es participe con su lenguaje ni con su cultura, dejando de lado todas las posibilidades del destino y enfatizando en la ciencia y la evidencia. Aún así, el objetivo del médico siempre será hacer el bien al paciente, por lo que es una tarea con muchas incertidumbres sobre que es lo mejor para cada paciente. Si bien la enfermedad no es solo biológica, sino que tiene un valor simbólico como la vergüenza, el medico también se encarga de quitar esa vergüenza y por esa también se puede caracterizar como salvador. El medico también tiene el poder de re-incluir al enfermo a la sociedad y de escoger quien es capaz de hacer ciertas actividades, como lo es conducir, y devolver normal algo que puede ser inmoral, como el uso de la marihuana. De esta forma, la medicalización se normaliza en la sociedad. Por otro lado, la psiquiatría introduce el termino de anormal para hacer los diagnósticos, lo que hace que la medicalización se entrometa en la moral de las personas y tenga cambios antropológicos como el morir y nacer fuera de casa, entre otras. La patologización es diferente, es configurar una condición normal, dentro de la enfermedad, por ejemplo, la homosexualidad hace unos años. Así pues, se puede hablar de desmedicalización de la sociedad, como en el caso del homosexualismo, y desmedicalización del médico, que se refiere al proceso de deshumanización del profesional. Este ultimo se mide mediante los derechos humanos y principalmente, por el principio de autonomía, aunque esto también puede obstaculizar el objetivo de beneficencia del médico. Por último, se propone que para evitar estos casos se debe evitar que factores como los económicos permeen la medicina y promuevan la deshumanización y fomentar la empatía, lo que implica no poner normas sino despertar sentimientos en los profesionales. Referencias Rubio, R. (2018). La subjetividad al olvido: una mirada crítica sobre las prácticas diagnosticistas y las estrategias de medicalización en el campo de la Salud Mental. Recuperado de file:///D:/Users/Usuario/Downloads/j.ctvn5tzdz.35- 2.pdf Diaz, A. (2014). Medicalización de la sociedad y desmedicalización del arte médico. Prensa Médica Latinoamericana.