Del mismo modo, tomó el cáliz y se lo dio a sus discípulos diciendo:

Tengan la buena voluntad de recibir lo que en este momento paso a entregarles, sin
ningún tipo de compromiso. Enseguida les explico sobre y de qué se trata.
Señoras y señores, lo que han recibido en sus manos se trata nada más ni nada menos
que de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros,
si no la sostenéis con cuidado.

Como ustedes saben, hablar de dios es hablar de calidad y prestigio, por eso,
consideren la oferta que Dios les hace llegar por nuestro intermedio