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FACULTAD REGIONAL TUCUMAN –DEPTO. DE INGENIERIA CIVIL – ASIGNATURA DE 4°Año – AÑO 2016.-
Jefe Departamental: ING. FRANCISCO SEGURA
Profesor Adjunto: ING. RICARDO SOROL
Jefe Trabajos Prácticos: ING. LUIS TIMO
I NSTALACIONES S ANITARIAS Y DE G AS
“La disponibilidad de agua potable es considerada uno de los grandes retos del Siglo
XXI para el mundo”
Este problema que se nos presenta en la actualidad es un tema que cada día ocupa
más la atención de científicos, técnicos, políticos y en general, de muchos de los habitantes del
planeta. La escasez de este vital liquido obliga a reiterar nuevamente una llamada a la
moderación de consumo por parte de la población a nivel mundial, ya que sin su colaboración los
esfuerzos técnicos que llevan a cabo algunas organizaciones resultarían insuficientes.
En Nuestro País
El agua es indispensable para cualquier actividad: la industrial, la agrícola y la
urbana ya que promueve su desarrollo económico y social. Con el propósito de alcanzar un
manejo sustentable del recurso futuro, es necesario que todos los ciudadanos conozcamos la
situación real del agua y participemos con las instituciones gubernamentales en la toma de
decisiones para el manejo responsable del agua, como el Ministerio de Planificación Federal de
Inversión Pública y Servicios -a través de la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación,
el Instituto Nacional del Agua (INA), etc.
Argentina, un país rico en recursos naturales, obtiene el agua que consume la
población de fuentes tales como ríos, arroyos y acuíferos del subsuelo. Estos acuíferos se
recargan de forma natural en época de lluvias. Sin embargo, la época de lluvias tiene una
duración promedio de cuatro meses lo que propicia una escasa captación. Además, del total de
agua captada por lluvias, aproximadamente el 70% se evapora.
Apuntes de Instalaciones Sanitarias y de Gas- Ing. Ricardo Sorol –UTN-
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UNIVERSIDAD TECNOLOGICA NACIONAL
La desproporción que existe entre la cantidad de agua que se capta por escurrimiento y las
extensiones territoriales que comprenden, unido a la corta temporada de lluvias hace que la
disponibilidad del agua sea cada vez menor.
Bajo este panorama Argentina en algunas aéreas territoriales (sobre todo en el Este
de nuestro país) enfrenta actualmente graves problemas de disponibilidad, desperdicio
y contaminación de este líquido vital. Parte de esta problemática, se enfrenta con la falta de
construcción de la Infraestructura Hidráulica que permita satisfacer de agua a los diferentes
sectores de la población: el agrícola, el industrial, el doméstico y de servicios y para la generación
de energía eléctrica, entre otros.
AGUAS SUBALVEAS
Se puede captar aguas subterráneas subálveas llamadas así cuando se obtienen
a través de galerías o pozos filtrantes. Estos pozos o galerías se construyen horizontalmente, en
recorridos paralelos a lechos de ríos y a una distancia aproximada de 15 a 20 metros de la orilla, y
el agua captada, generalmente sana, proviene de las aguas del río que infiltran en forma natural,
purificándose en su recorrido y formando una abundante napa.
Galerías de captación
Las aguas que se encuentran en la superficie comprenden dos categorías distintas. Las
animadas de un movimiento continuo por acción de la gravedad (Ríos, Arroyos, Vertientes y
Manantiales, etc.) que descienden desde los puntos más elevados y después de un recorrido más
o menos regular se vierten en el mar. Otras aguas, en cambio se detienen en depresiones
naturales donde se acumulan formados grandes depósitos. Se llaman Lagos cuando ocupan
grandes extensiones con gran profundidad, siendo esta última mayor que la de sus tributarios o
emisarios.
Los reservorios de menores dimensiones y profundidades se denominan Lagunas y
Bañados cuando son de muy poca profundidad. Los Esteros son abundantes en vegetación. Las
Cañadas son tierras bajas con poca o ninguna agua presente en la mayor parte del año, pero
tienen una especie de cauce que durante las épocas lluviosas llevan aguas abundantes.
Las corrientes de agua se deslizan por una hendidura del suelo que se llama
indistintamente lecho, álveo o cauce, que tiene características especiales según sea la topografía
y características de los suelos que traviese. Normalmente se inician con agua recogida por la
cuenta imbrífera o de recolección en los altos valles. En esta etapa del trayecto el régimen suele
ser torrencial. Con ello se entiende pendientes fuertes, generalmente entre 60 y 20 por mil,
grandes variaciones de caudal, lechos irregulares y gran arrastre de canto rodado o piedras de
aluvión. Al llegar al valle bajo, deposita casi todo el material grueso que trae en una zona que se
denomina cono de deyección moviendo solo el material particulado tipo grava o de menor tamaño
porque la velocidad se ha disminuido. Penetra luego en la llanura donde labra su cauce de forma
más regular con pendientes decrecientes en su camino al mar.
Las variaciones de caudal son menos pronunciadas y el material que arrastra es
cada vez de menor tamaño y peso, pasando de la arena gruesa al limo. Esta última sustancia está
compuesta por arcilla y arena de grano mediano a fino. El régimen se ha vuelto de aguas
tranquilas y las variaciones de caudal quedan regularizadas por aportes de afluentes y/o napas
subterráneas.
Los lagos no son lo común más que el ensanche del álveo de los ríos y sus aguas
provienen de sus afluentes tributarios. Sirven de depósitos naturales de reserva y regularizan el
régimen de los ríos.
En nuestro País, las corrientes de agua son muy numerosas, y constituyen una de las
fuentes principales de provisión de las poblaciones. Sus aguas son en su mayoría dulces,
de buenas condiciones de potabilidad y solo presentan el problema de las partículas en
suspensión que suele ser muy abundante.
En Lagos y Ríos: En este sistema de captación, cuando la superficie de agua se encuentra al
mismo nivel de la planta potabilizadora se la extrae generalmente con bombas o mediante
sistemas simples de elevación. En caso de que el agua se encuentre a mayor altura, se la
conduce a las plantas de tratamiento por gravedad. En ambos casos se coloca en la boca de
toma un filtro grueso para evitar el ingreso de materia solida de gran tamaño y filtro más fino para
AGUAS METEÓRICAS
En zonas rurales carentes de cursos de agua estables donde la permeabilidad de los suelos
impide la formación de depósitos superficiales, donde el rendimiento de las napas subterráneas
libres disminuyen o se anulan en épocas de sequias, se recurre a recoger directamente el agua
de lluvia.
Las aguas de lluvia son potables, las que provienen de la nieve derretida son de calidad inferior
pues ya se suelen contaminarse al estar depositada sobre el suelos. Las aguas de lluvia no sufren
por lo general alteración apreciable a través de su paso por la atmósfera, de la cual recogen
cantidades ínfimas de anhídrido carbónico, oxígeno, nitrógeno y polvo en suspensión coloidal, con
su posible contenido bacteriano.
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Para su recolección se requieren superficies muy extensas para poder recolectar cantidades
suficientes, usándose comúnmente el techo de las casas.
Se recurre a esta fuente cuando faltan otros recursos y también en establecimientos rurales
y pequeñas instalaciones. Como vimos anteriormente, las aguas superficiales y subterráneas
tienen su origen en las aguas meteóricas, mediante escurrimiento e infiltración.
Generalmente las primeras lluvias se usan de limpieza o lavado previo de los elementos
receptores y estos elementos son:
a) La superficie de captación: dada generalmente por los techos de las viviendas, galpones,
depósitos, etc. y también por superficies de patios y playas preparadas al efecto.
b) El depósito de almacenamiento: llamado habitualmente “Aljibe” o “Cisterna”, es un
tanque impermeabilizado, generalmente enterrado, al cual llega el agua luego de haber
pasado por un filtro, constituido por un pequeño tanque, que en su interior contiene varias
AGUAS SALINAS
En zonas secas y áridas, en islas con escasez permanente de agua potable, en
barcos con prolongada permanencia en el mar, se ha convertido en imperativo, la necesidad de la
transformación de las aguas salinas en aguas dulce, potables y aptas para el consumo.
El termino de aguas salinas incluye no solamente el agua de mar, sino también la
proveniente de fuentes salobres costeras o mediterráneas, las aguas que se infiltran en el
subsuelo, toman de los estratos minerales que atraviesan su contenido salino, pudiendo ser
ligeramente salobres, o convertirse en verdaderas salmueras, con salinidad a veces superior al
mar.
TRANSFORMACION DE AGUAS SALINAS: Existen dos métodos básicos que pueden
emplearse para convertir en agua dulce (potable) el agua salada y son:
a) Separar parte del agua de las sales disueltas.
b) Quitar la mayor parte de las sales disueltas del agua salada
El primer sistema resulta más económico cuando se trata de agua de mar, mientras que el
segundo es preferible para las aguas salobres, pero cualquiera sea el procedimiento utilizado, la
energía mínima absoluta que teóricamente se requiere para separa la sal del agua es de
aproximadamente de 10 a 15 kw/h por 1000 galones (1 galón= 3,785 litros).
PROCEDIMIENTOS: Los principales procedimientos para convertir agua salada en potable son:
a) Destilación
b) Membrana
c) Congelamiento
Destilación: Existen varios procesos y todos se dividen en dos etapas básicas que son la
Vaporización y la Condensación. La Vaporización: se produce al estar el agua expuesta al calor
de una fuente de energía, pudiendo esta ser natural (solar) o bien artificial en base a combustibles
corrientes o energía nuclear.
Todos estos métodos hallan en la práctica el inconveniente de la formación de incrustaciones, que
disturban la transmisión del calor. La naturaleza corrosiva de las aguas saladas, se agudiza a
altas temperaturas, haciéndose costosa la manutención y conservación de los equipos.
Membrana
Un nuevo método en los procesos de conversión de aguas salinas, ha sido posible
con las “Membranas Selectivas de Iones” o electrodiálisis. Se basa en la extracción de las sales
disueltas en las aguas salinas por electrodiálisis.
Un desmineralizador por electrodiálisis, está compuesto por una serie de canales
separados por membranas permeables para “Cationes” y membranas permeables para “Aniones”,
colocados en forma alternada en un rimero horizontal, en los extremos del cual existen electrodos,
a través de los cuales se hace pasar una corriente eléctrica, que separa la sal (Cloruro de sodio)
en donde el Cl (cloro) obra como negativo y Na (sodio) como positivo; obteniéndose agua
desmineralizada por un lado y salmuera por el otro.
Resulta que por muchos años solo existió una acequia en la parte baja de la ciudad,
esto es entre el Boulevard Avellaneda (Av. Avellaneda) y la ribera derecha del río Salí, varias
tentativas se hicieron para construir otra más arriba que llevara al mismo plano de la ciudad y que
atravesándolo, evitara el acarreo del agua desde la acequia del bajo, facilitando la construcción de
las casas y edificios públicos de la época.
Desde el año 1685, hasta los finales del siglo XIX, el agua para bebida y usos
domésticos resultó costosa y difícil para los tucumanos.
Desde que San Miguel de Tucumán fue trasladada a su asiento actual, en 1685, la
preocupación fundamental del vecindario fue el problema del agua. La construcción de la “acequia
del Bajo”, ubicada entre la actual avenida Avellaneda y el río Salí (cuyo cauce, en esa época
ocupaba la extensa área del parque 9 de Julio), no fue una solución. En efecto, había que
acarrear el líquido en carreta, desde la zona baja al centro; y además, si bien servía para las
necesidades elementales, dejaba mucho que desear para bebida. Para lograr buena agua “de
tomar”, había que viajar tres leguas hacia “los manantiales” (hoy El Manantial) y aprovisionarse.
Pero la empresa no era sencilla: La boca toma debía construirse a tres leguas de la
ciudad próximamente, y la acequia recorrer un terreno muy accidentado, cubierto de bosques que
ocupaban los indios mocovíes.
Iniciada la construcción tuvo que abandonarse, conservando siempre la acequia de
abajo, alegrando la toma con frecuencia y limpiando el cauce continuamente.
En esa época, año de 1711, se discute ya la conveniencia de abandonar las aguas del
río Salí y construir una acequia para traer las del río Lules, de reconocida superioridad a las de la
acequia existente, por ser el agua muy saludable y buena y no salobre y dañosa como se