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3 IMPACTO DE LA INDUSTRIALIZACION
Así pues, todas las acciones para proveer de alimentos, satisfactores y comodidad a la
humanidad van encaminadas indudablemente a utilizar y transformar al máximo los
recursos naturales renovables y no renovables de que ella dispone.
La contaminación puede ser causada por compuestos orgánicos e inorgánicos, radiación, ruidos, calor,
organismos, etc; incluso existe la contaminación de tipo visual generada por paisajes desagradables
como paredes sucias, calles mal trazadas, anuncios panorámicos impropios, avenidas y carreteras llenas
de basura, conjuntos habitacionales mal diseñados etc.
El contaminante se clasifica según los medios en que es vertido y sobre los cuales tiene efectos diversos;
estos son:
-AIRE
-AGUA
-SUELO
Este metal pesado puede ser arrojado a cuerpos de agua superficiales y absorbidos
por las plantas acuáticas o ingerido directamente por algunos consumidores; como no
es biodegradable, se fija y acumula en los tejidos de los organismos (zooplancton y
peces) y se transfiere a los diferentes componentes de las cadenas y redes
alimenticias.
Los efectos del plomo sobre cada organismo son diferentes, pero en general, provoca
alteraciones fisiológicas y cambios genéticos que repercuten nocivamente sobre la
descendencia de las especies (especialmente el hombre).
La contaminación del aire empezó a ser crítica a partir del inicio del uso del carbón en
el siglo XIV, cuya combustión empezó a generar olores desagradables y grandes
cantidades de humo negro; en los años subsecuentes, la Revolución Industrial y el uso
extensivo de combustibles derivados del petróleo contribuyeron a agravar, agrandar y
mantener el problema hasta nuestros días.
En ocasiones la contaminación del aire fue tan exagerada que llegaron a ocurrir
desastres en los cuales murieron cientos de personas debido a la presencia de nubes
ácidas (smog). Dichos desastres ocurrieron en Londres (1952), Estados Unidos y
Bélgica; países en los cuales la contaminación por efecto de la actividad industrial de la
atmósfera llegó a niveles incontrolables.
Los óxidos de azufre como el dióxido de azufre y trióxido de azufre (SO2 y SO3
respectivamente), al combinarse con el agua de la atmósfera y precipitarse al suelo,
provocan la llamada lluvia ácida (agua + ácido sulfúrico H2SO4), que ocasiona daños
a las plantas, animales y desgasta las fachadas de edificios, ruinas arqueológicas etc.
Los instrumentos comentados con anterioridad son los que se usan con una mayor
frecuencia, sin embargo, existen otros instrumentos y medidas que, aunque no se
apliquen tanto, también son de importante consideración. De este modo, nos podemos
encontrar con:
- Instrumentos de mercado: Vera, López, Marchena, y Anton (2013, p.425)
identificaron a estos instrumentos como aquellos que: “tratan de servir como estímulo
para la conservación del medio ambiente y de los recursos”. Dentro de este grupo, se
encuentran sistemas de incentivos, planes, programas y herramientas, que sirven de
ayuda en el desarrollo de un turismo sostenible. Cabe citar algunos planes tales como:
Fuente:http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20170413/421671401415/barcelo
na-destinara-161000-euros-de-la-tasa-turistica-a-dinamizar-las-plazas-de-gracia.html
El impuesto se paga por la estancia en cualquier establecimiento turístico, tomando un
valor de entre 0,45 y 2,25€ por persona. El precio variará en función del tipo de
establecimiento y de su ubicación.
Fuente:http://empresa.gencat.cat/web/.content/20_-_turisme/documents/arxius/dipticim
postcast.pdf
Por tanto, el imponer una serie de tasas turísticas es un método a considerar con el
que conseguir ingresos destinados a la conservación y gestión de playas, monumentos
y otros recursos de un destino. Sin embargo, estos tipos de impuestos pueden ser
rechazados por los turistas, por lo que es necesario realizar un estudio metódico sobre
los posibles efectos de la implantación de las tasas, así como una previa comunicación
a los visitantes.
En los destinos de sol y playa, por ejemplo, la implantación de una tasa turística puede
generar un mayor nivel de reacciones negativas por parte de los turistas. Esto es
debido a que: “la aplicación de una tasa, aunque fuera mínima, repercutiría en el coste
final de los paquetes de vacaciones y podría contribuir a una relativa pérdida de
competitividad de los lugares donde se implanta” (Vera et al., 2013, p.428)
A pesar de los posibles efectos negativos que puedan tener estas tasas, sirven de
ayuda para el incremento de la calidad del destino turístico y, con ello, de la
competitividad del mismo, a través de la mejora de servicios turísticos, infraestructuras,
seguridad, limpieza, etc. Además, parte de los ingresos obtenidos también irán
destinados a indemnizaciones para los residentes, ante la posible pérdida de su
identidad cultural como consecuencia del turismo.
Por tanto, se debe realizar un análisis del mercado con el que podamos identificar
cuáles son nuestros turistas, consumidores de los productos y servicios que nuestro
destino ofrece. Además, ese análisis permitirá desarrollar las estrategias necesarias
para la creación o revitalización de los distintos productos turísticos que ofrece cada
destino. (Vera et al., 2013, p.429)
Como apuntan Vera et al., (2013, p.429): “el turismo es una actividad del lado de la
demanda”, por lo que podemos concluir que sin un análisis adecuado de la demanda,
la planificación territorial para el desarrollo turístico no será suficiente para conseguir la
mejora del destino.
La imagen que se proyecte dependerá de los mercados a los que el destino se quiera
dirigir, así como del nivel de presencia que tenga ese destino en el mercado en el que
se intenta promocionar.
Hablamos, por tanto, de lo que se conoce como city marketing. El city marketing o
marketing de ciudades, es una herramienta que se utiliza para la gestión estratégica,
promoción y diseño de los diferentes destinos turísticos, con el objetivo de conseguir
una mejora en la calidad de vida de los residentes, y en la competitividad del territorio.
(http://3vectores.com/que-es-el-citymarketing/)
Por otro lado, Vera et al., (2013, p.430) nos identifican las tres cuestiones básicas que
hay que tratar a la hora de posicionar la marca de un destino turístico:
Como última cuestión de este apartado, cabe destacar la importancia que tiene la
creación y difusión de la imagen del destino para facilitar la localización de las
diferentes empresas, ofertas y actividades turísticas que se desarrollan en el mismo.
Entre algunas de las acciones que se llevarían a cabo dentro de este punto, estarían:
identificar los objetivos de explotación y conservación de los recursos turísticos,
adecuar la oferta teniendo en cuenta los segmentos potenciales, determinar los tipos
de mercados turísticos, etc.
· La producción
· La promoción
· La distribución
· El precio
Por otro lado, hay que tener en cuenta que en los últimos años, el marketing tradicional
ha sufrido una transformación debido a las nuevas tecnologías y a la aparición de lo
que se conoce como Marketing Experiencial (Lenderman, 2008, citado por Vera et al.,
2013, p.432). Éste Marketing Experencial o marketing de la experiencia, consiste en
despertar sentimientos y emociones al consumidor a través de los diferentes productos
y servicios, de manera que éste sea capaz de valorar aquello que se le ofrece de una
manera más profunda. Si aplicamos este concepto al turismo, podríamos decir que esta
actividad está relacionada con las experiencias, tanto positivas como negativas, que
una marca es capaz de proporcionar a sus clientes; y que pueden determinar la
relación que haya entre ambas partes. (Vera et al., 2013, p.432).
Coca-Cola llevó a cabo una acción en la que se puso más hincapié en reflejar la
filosofía y valores de la empresa, que en limitarse a promocionar el producto. Esta
acción se basó en crear un cajero automático con la imagen de Coca-Cola,
mediante el cual cualquier persona podría retirar 100 euros de manera gratuita, a
cambio de que compartiesen tal cantidad con otras personas.
También hay que tener en cuenta que, tal y como afirman Vera et al., (2013, p.432):
“todo lo que se considera atractivo no necesariamente se convierte en producto de
éxito turístico”. Dicho esto, es necesario que, una vez conocidos los mercados, las
decisiones que se vayan a tomar en relación a la ordenación del territorio, se adapten a
las capacidades que tenga el mismo a nivel turístico. Por tanto, se trata de “ajustar las
cualidades de nuestros recursos turísticos a las exigencias y motivaciones de la
demanda” (Vera et al., 2013, p.432). Para ello, es conveniente saber cuáles son los
canales de distribución y comercialización más adecuados para nuestro destino. De
aquí la importancia que tienen estas técnicas de comercialización, tales como: técnicas
promocionales, acciones para la difusión del destino, etc.
Dado que la ordenación del territorio debe tener en cuenta la capacidad de carga del
destino, así como la sostenibilidad en el desarrollo de la actividad turística, Vera et al.,
(2013, p.433) nos presentan los dos factores básicos que debe tener, al menos, esa
ordenación:
2. Que con el diseño del territorio podamos adaptarnos de manera perseverante al ciclo
de vida de un producto turístico en función de las tendencias de los mercados
turísticos.
Uno de los mayores problemas a la hora de desarrollar una planificación estratégica, es
el de conseguir un destino adaptable a las exigencias y evolución de la demanda.
Normalmente, las tendencias de los mercados suelen variar con una velocidad
considerable, haciendo que sea más probable que el territorio se quede en desuso, a
que sea capaz de adaptarse a esas tendencias y transformarse. En estas situaciones,
Vera et al., (2013, p.433) nos señalan las siguientes variables como las que mayor
peso tienen:
· La localización geográfica tanto del destino receptor como del lugar emisor de turistas,
así como las características demográficas y económicas de los segmentos potenciales.
· El comportamiento de los residentes y la capacidad del destino para adecuarse sin
perder la identidad local.
· La situación actual de los recursos turísticos y la necesidad o voluntad que tenga la
demanda de consumir dichos productos.