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Con la presente ponencia, la CGTD fija unas líneas en torno a la concepción, lectura
critica, posiciones y tareas frente al libre comercio. Se trata de un esfuerzo de
síntesis de muchos planteamientos realizados desde la CGTD, la CLAT y la CMT, en
torno a tan impactante concepto y donde asumimos un reto formativo, donde
acercaremos muchos términos a aquellos compañeros, que si bien los escuchan todo
el tiempo, y repiten inclusive con alguna frecuencia, en muchas ocasiones no
comprenden todo su significado e implicaciones. Nos proponemos construir puntos
comunes de encuentro y desde allí asumir con más propiedad el duro reto de cambiar
el actual estado de cosas.
GLOBALIZACIÓN
Con la imposición del modelo neoliberal, envalentonado y exacerbado por la caída del
proyecto soviético, el léxico del capitalismo salvaje se endulzo a efectos de disfrazar
sus verdaderas intenciones y es así como no hablo más de modelo capitalista sino
del modelo neoliberal, el término recolonización fue cambiado por el de apertura
económica, globalización reemplazó a imperialismo, y en fin sus panegiristas, los del
modelo neoliberal, se dedicaron a mostrar de dientes para afuera, todo lo contrario de
sus intenciones, convertir el planeta en un mercado único en manos de las
transnacionales.
Para el Movimiento de Trabajadores la globalización tiene dos caras, una limpia para
los países ricos y las transnacionales y otra sucia para los países pobres, que
destruye a su paso los estados, la producción nacional y los sindicatos.
Francis Fukuyama en su libro “El fin de la historia y el último hombre” predicó “El
número de alternativas que se ofrecen a los países al determinar como se
organizarán política y económicamente ha ido disminuyendo a lo largo del tiempo. De
los diferentes regimenes que han aparecido en el curso de la historia, de las
monarquías y aristocracias, a las teocracias religiosas y a las dictaduras fascistas y
comunistas de nuestro siglo, la única forma de gobierno que ha sobrevivido intacta
hasta el final del siglo XX ha sido la democracia liberal”.
MUNDIALIZACIÓN
ANTECEDENTES
SEDE: Ginebra
ESTABLECIDA: 01 de enero de 1995
MIEMBROS: 146 países (abril de 2003)
DIRECTOR: SUPACHAI PANITCHPAKDI
DESARROLLO
Las decisiones son adoptadas por el conjunto de los países miembros. Normalmente
se hace por consenso, que ocurre cuando ningún país miembro se opone
formalmente a ellas. Si el consenso no es posible la determinación se toma por
mayoría, en una votación en que cada país tiene un voto. Este sistema nunca ha
sido usado en la OMC y solo se empleó, pocas veces, en el marco de su antecesor,
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el GATT. Los acuerdos de la OMC han de ser ratificados por los parlamentos de
todos sus miembros.
INTEGRACIÓN
Cada una de estas etapas es distinta. En la Zona de Libre Comercio, los países
eliminan total o parcialmente los aranceles y las restricciones de ingreso para que en
esos países circulen libremente bienes y servicios originarios de estos mismos,
mientras mantienen diferentes aranceles y restricciones ante otros países.
El Mercado Común es un acuerdo entre varios países de eliminar las barreras que
impiden el libre transito de bienes, servicios capitales y trabajadores, obliga a los
estados a crear organismos de carácter supranacional, cediendo parte de su
autonomía económica a estamentos por encima de ellos.
Es el sucesor del grupo Andino que fue creado en mayo de 1969 con la suscripción
del Acuerdo de Cartagena de Indias.
El texto que modificó el Acuerdo de Cartagena entró en vigor en abril de 1997, con lo
cual a partir de aquel momento paso a denominarse Comunidad Andina de Naciones.
El área de libre comercio de las Américas, tiene su origen en el marco de los objetivos
de la geoeconomía y geopolítica de los intereses corporativos, contenidos en la
“Iniciativa para las Américas” (IPLA), del presidente George Busch (padre), es un
proyecto meramente economista que aspira a terminar con un hipermercado
hemisférico desde Alaska hasta Tierra del Fuego. Es la versión reencauchada,
sofisticada y despistadora del panamericanismo de la doctrina Monroe, que dice que:
América para los americanos, pero que con los hechos muestra que es América para
los Estados Unidos.
Asimetrías
Las naciones más pobres del mundo, alcanzan una producción de 1.8 billones de
dólares, pero si de estas naciones se excluye a la China y la India, cuya población
bordea los 2.200 millones de habitantes, tal producción se reduciría a 480.000
millones de dólares, un poco menos que la de España, que es a su vez la décima
economía del mundo.
Hoy los EE.UU. subsidian a sus productores agrícolas con 100.000 millones de
dólares y planea en los próximos 7 años aumentar a 180.000 millones de dólares
tales subsidios.
El ingreso anual por persona en los EE.UU. esta en un promedio de 34.100 dólares
mientras que en Latinoamérica llega a 4.385 dólares en promedio.
Entre 1990 y 2002, las exportaciones de América Latina hacia Estados Unidos
aumentaron en un 14.6%, mientras las exportaciones de ellos hacia Latinoamérica
crecieron un 18.2%
Mientras muchos trabajadores latinoamericanos ganan en maquilas US$ 0.5 por hora,
algunos en EEUU ganan US$ 30 la hora.
Estas asimetrías nos llevan a concluir que las posibilidades de una verdadera
negociación con la potencia norteamericana, para la creación de un área de libre
comercio, son ninguna y que lo que significa el ALCA para América Latina es la
aplicación de un esquema de recolonización, donde los únicos ganadores serán los
del norte y los únicos perdedores, nosotros los latinoamericanos.
Garantías para que los inversionistas extranjeros sean tratados igual que los
inversiones nacionales.
La creación de mecanismos de resolución de conflictos entre inversionistas y
estados, al margen de los sistemas jurídicos nacionales y sobre la base de la
invocación de arbitrajes.
En caso de expropiación, la reglamentación del reconocimiento de
indemnizaciones, que también recaería en las instituciones internacionales
de arbitraje.
Prohibiciones al uso de requisitos de desempeño como: cuotas mínimas de
exportación, porcentajes mínimos de contenido nacional, preferencias por
bienes o servicios prestados en su territorio y reglas de transferencia de
tecnología o conocimientos
Actual Estado
Hoy el ALCA se encuentra estancado y todo parece indicar que su puesta en marcha
no será a partir del 1 de enero del 2005, como lo habían presupuestado los EE.UU.,
sin embargo esto no significa que ellos hayan renunciado, todo lo contrario, ahora
han acudido a llevarlo a cabo a través de tratados bilaterales, que por lo mismo son
más peligrosos para los intereses latinoamericanos, puesto que la posibilidad de
negociar en bloque, se esfuma en los intereses de grupo de cada país.
Los subsidios agrícolas que aplican los EE.UU. son uno de los obstáculos principales
en las negociaciones, ya que ha insistido en no negociar este tema, por que la OMC
es el escenario para hacerlo, ya que allí se encuentran sus principales contrincantes,
es decir los países de la Unión Europea y Japón. Las diferencias en el sector
agrícola no son las únicas, también las hay en servicios, propiedad intelectual,
solución de conflictos y en prácticamente la mayoría de los temas de negociación.
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El TLCAN suscrito entre EEUU, Canadá y México o NAFTA por sus iniciales en
inglés, se nos ha presentado como el más digno ejemplo a seguir, por los resultados
que ha significado para el país latinoamericano, sin embargo hemos de precisar que
dicho Tratado no se aparta una línea de las recetas del FMI y del BM, es decir, que un
país crece con base en la demanda externa, es decir, exportando y garantizando
condiciones para la inversión extranjera, que el crecimiento generará empleos y éstos
permitirían disminuir la pobreza.
De otro lado, no se comprende como se obliga al sector público a licitar todas sus
compras y obras importantes, mientras a las grandes transnacionales no, con lo que
se impide al estado mexicano que utilice dichas compras o inversiones, como parte
de políticas tendientes a desarrollar la industria nacional. Las negociaciones del
TLCAN prácticamente prohíben exigir contraprestación alguna en términos de
colaboración al desarrollo del país, frente a las jugosas ganancias de las
multinacionales.
Otro aspecto que los negociadores y promotores del TLCAN prometieron, fue más y
mejores empleos, pero lo que ha sucedido es todo lo contrario, durante la vigencia del
Tratado se han generado 8.073.201 empleos, lo que significa un déficit del 46.6%
respecto de los que se necesitan para emplear a la gente que llega a la edad de
trabajar (mayores de 15 años). Los pocos empleos son malos, el 55.3% no cumple
con ninguna de las prestaciones mínimas de ley que son solo tres: de seguridad
social, gratificación de navidad y 10 días de vacaciones al año. El sector
manufacturero que cuenta hoy con 81.418 empleos menos que antes del TLCAN,
elevó su productividad en un 53.6% durante el tiempo que va corrido del Tratado,
mientras que el costo laboral ha bajado en términos reales un 36%, es decir, los
trabajadores producen 53% más por hora trabajada y a los patrones les cuesta 36%
menos ese trabajo eficiente.
Pese a que recién instalado el gobierno del Presidente Álvaro Uribe Vélez, en uno de
sus viajes a Washington, recibió del gobierno norteamericano la notificación de que
este solo le interesaba la suscripción del Área de Libre Comercio de las Américas
ALCA, y no la firma de un Tratado de Libre Comercio bilateral que inclusive, ni estaba
contemplado en el Plan del Desarrollo del Gobierno Uribista, el pasado 18 de mayo
en la Ciudad de Cartagena se dio inicio a las discusiones de un Tratado entre la
potencia del Norte por una parte, y Colombia, Ecuador y Perú de la otra.
La estrategia del gobierno, cuyo equipo negociador está encabezado por el Ministro
de Comercio, Industria y Turismo, Jorge Humberto Botero Angulo y Hernando José
Gómez como jefe de negociación, se centra en utilizar el argumento de que la lucha
contra el terrorismo y el narcotráfico le permitirá ablandar la dura posición
Estadounidense. Frente a esta “astuta” posición colombiana, la respuesta del Norte
es que una cosa es una cosa y otra cosa es otra, y por lo tanto las definiciones en
materia del TLC las tomará desligadas del Plan Colombia.
Decenas de organizaciones han alertado sobre los nefastos efectos que este acuerdo
tendrá en materia de bienestar de la población, mientras tanto el gobierno ha
reconocido su falta de preparación al anunciar que se esta preparando un estudio
sobre los efectos del Tratado en la población y la política macroeconómica,
demostrando con esta conducta que en su mira no está la defensa del interés
nacional, que hace oídos sordos a los reclamos de la población y que esta dispuesto
a negociar a cualquier precio, si no recordemos la forma brutal como el 18 de mayo
fueron reprimidas las gigantescas movilizaciones, que en contra del TLC con Estados
Unidos, estuvieron organizadas por la CGTD, CUT, CTC en cabeza del Comando
Nacional Unitario y de las cuales participaron organizaciones populares, cívicas,
estudiantiles, campesinas senadores, representantes a la Cámara y en fin toda una
Pléyada de colombianos conscientes que en este Tratado se va la vida de la nación
colombiana como tal y el bienestar del pueblo.
De otra parte se instaló el “cuarto de lectura”, al cual podrán llegar algunas personas
a los documentos, aún no terminados de traducir al español del ingles, idioma en que
se negocia, luego de llenar una ficha en la cual se comprometen a no divulgar el
contenido de lo consultado, lo que significa que el contenido integral y sustancial de lo
“negociado” solo se conocerá para cuando se divulguen los resultados finales en la
última ronda.
Como quiera que los resultados de los TLC ya suscritos y en marcha como por
ejemplo, el suscrito entre Canadá, México y Estados Unidos, donde el pueblo
mexicano ha llevado la peor parte, nuestro “sesudo” gobierno ha salido a contradecir
a quienes nos oponemos al TLC con los Estados Unidos, con el cuento de que para
aprovechar el libre comercio se requiere de una “agenda interna”, complementaria de
la cual ha responsabilizado a Pedro Ruano sin ningún poder de decisión y sin tener
en cuenta que dicha agenda no está contemplada en el Plan de Desarrollo y por lo
tanto surge como una improvisación y un efecto propagandístico más.
Rober Zoellick representante comercial de los Estados Unidos, unos días antes de la
ronda de negociaciones en Lima aseveró que la Comunidad Andina era un acuerdo
de papel y la señora Regina Vargo Jefe del Equipo Negociador Estadounidense,
notificó que su país no está interesado en negociar los servicios marítimos y aéreos,
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El TLC se está negociando a espaldas de las regiones, de ahí que respaldemos los
planteamientos de nuestro Alcalde de Bogotá, Luis Eduardo Garzón, quien
manifestara su preocupación por el carácter secreto de la negociación y sus impactos
para las empresas distritales como Teléfonos y Energía, el aparato productivo distrital,
lo mismo que las consecuencias sobre el acceso a medicamentos para los
bogotanos.
Las voces de alerta ante los peligros del TLC crecen día a día, los sectores culturales
se sienten amenazados, las universidades también, los laboratorios nacionales
igualmente y hasta el todopoderoso sector financiero oye pasos de animal grande. El
sector algodonero y arrocero ven un futuro oscuro que sumado a las ya precarias
condiciones del agro colombiano en general, nos permiten dilucidar que la soberanía
alimentaria está prácticamente resignada al interés transnacional.
Deja mucho que pensar que el gobierno colombiano haya aceptado el chantaje
norteamericano de sacar al negociador Carlos María Correa, para continuar
negociando el TLC.
No podemos perder de vista que Colombia con el Decreto 2085 cedió gratuita y
unilateralmente en este tema otorgando los datos de prueba y protección a los
monopolios famarcéuticos transnacionales, por cinco años, frente a la información de
los medicamentos que ingresen al país.
asalto a la Nación que 100 años después pareciera repetir lo que ya pasó con
Panamá.
2º. DESINDUSTRIALIZACIÓN.
La industria también se verá afectada por la avalancha de importaciones. Ya en el
inmediato pasado miles de industrias de todos los tamaños han quebrado por la
competencia con mercancías importadas y han desaparecido las más importantes
industrias metalmecánicas, de confecciones y de calzado, entre muchas otras, sin
que se hayan creado fuentes alternativas de empleo. Hoy Colombia tiene menos
industria que hace 14 años. Un estudio de Acopi mostró que el 39 por ciento de las
pequeñas y medianas industrias tienen hoy menos capital que hace diez años y que
en los últimos diez años se perdieron 1.057 empresas manufactureras, incluyendo 88
grandes. Con el propósito de llevar la desgravación a cero, desaparecerá la
protección que aún subsiste y la industria quebrará con lo cual desaparecerán
muchos empleos formales, el país retrocederá en su desarrollo industrial..
El TLC agravará esta situación aún más, pues elimina la capacidad del Estado para
fomentar la industria, suministrar crédito barato, preferir a los nacionales en las
compras estatales e impide que el Estado promueva la creación de nuevas industrias
avanzadas que satisfagan necesidades nacionales tales como la producción de
maquinaria, la petroquímica, la informática, etc. Todo proyecto de industrialización
dependerá de la inversión extranjera. El TLC, en el mejor de los casos, le apuesta a
la creación de algunas plantas de ensamblaje (maquiladoras) que, usando insumos
importados y mano de obra barata, se dediquen a exportar.
La integración entre nuestros pueblos ha de ser total o no será integración, tal y como
la concebimos los trabajadores, es decir, que debe ser también social, cultural,
política, cultural del medio ambiente, etc., y por supuesto del sindical.
Este proceso, pensando, realizado y controlado por los Latinoamericanos para los
latinoamericanos y por Latinoamericanos exige llevarlo a cabo a través de
Instituciones Latinoamericanas, pero esencialmente debe ser obra de los pueblos y
los trabajadores organizados donde se representen coherentemente las necesidades
de sus pueblos y no de intereses oligárquicos o monopólicos o de gobiernos que se
prestan a otros intereses; una integración así necesariamente tiene que ser factor de
liberación y cambios humano y sociales, para hacer de la unidad de los pueblos la
última palabra de revolución y la primera realidad de la nueva América Latina.