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Es Tiempo de Vencer la Segunda Muerte

Si hay sufrimiento, es que hay desequilibrio, ilusión. El cuerpo es sufrimiento


porque nuestro Real Ser no es compatible con él; mientras amemos las
sensaciones, más que nuestro divino SER somos prisioneros de una vida carnal;
el cuerpo es la prueba de nuestros errores; es el castigo de nuestras faltas.

Si tenemos placeres y alegrías con él, si vivimos para él, si los sentidos nos
subyugan, entonces, cuando este cuerpo desaparezca quedaremos aún ligados a
este mundo de apetitos, de luchas, de rivalidades, de lágrimas, de sangre y de
muerte... Volveremos en otro cuerpo, en otro destino, en otra experiencia, en
otra escala de dolores, hasta que el desprendimiento al cuerpo y el desapego a
este mundo sean más fuertes que el deseo de existencia terrestre. Entonces y
solamente en esta condición podremos vivir la inefable VIDA UNIVERSAL.

“El hombre individual sube a la cumbre de los Cielos por la facultad que le dan
la ciencia y la consciencia de formar aquí su cuerpo de luz astral para evitar la
segunda muerte, conservar su individualidad, y volver hasta los orígenes
inteligibles del Ser”.

El hombre está constituido por un cuerpo físico, por un cuerpo de luz astral
(merkaba) y por un alma. Antes de la caída, como lo recuerda Pitágoras y
Platón EL SER no necesitaba su cuerpo físico; el de la luz astral le bastaba para
el cumplimiento de su misión, porque este cuerpo corresponde a la región
cósmica donde se elaboran todas las formas, donde se efectúan todas las
TRANSFORMACIONES esenciales de las individualidades terrestres, donde
reinan las fuerzas de disociación encargadas de separar el bien y el mal, y el Ser
del no ser.

Por su curiosidad el SER cediendo a la atracción de estas fuerzas y reinos de las


formas materiales, fue vencido por ellas, y su cuerpo de luz astral se encontró
encadenado a la forma física y se vio por consiguiente sujeto a la
transformación.

CONSECUENCIAS

“El hombre caído sufrirá la transformación o sea, que su cuerpo se disolverá


como todas las formas terrestres; es la muerte física que nosotros conocemos y
como su cuerpo de luz astral está ligado a la materia terrestre, él también será
disuelto, es la segunda muerte, muy poco conocida. Pero que se puede evitar al
crear un fuerte cuerpo de luz astral y Merkaba. Ésta segunda muerte llega poco
o mucho después de la primera y nosotros no la conocemos más que en
condiciones muy excepcionales porque ocurre en la región propia a la materia.
El resultado de esta doble muerte es que el alma vuelve a la región cósmica a
que pertenece, sin conservar el recuerdo de su vida terrestre, sin conciencia de
la individualidad que ella había constituido y que es más conveniente nombrar
“personalidad”, porque es justamente la verdadera individualidad (el Alma) que
le ha constituido por su asociación con la materia. No siendo completa la unión
del espíritu con esta materia, la misión del hombre ha fallado: los dos
elementos que debía asociar para el Amor Eterno de las Bodas Divinas, se
separan y vuelve cada uno a su morada. Pero con la ayuda de la Redención esta
doble muerte, este fracaso del hombre puede ser rehabilitado, si él hace el
esfuerzo necesario por la Ciencia y la Conciencia de Cristificarse. De esta
manera reconstituirá un cuerpo de luz astral capaz de liberarse de la disociación
y aun cuando el cuerpo físico haya sido destruido, su individualidad estará
salvada por él mismo y en el mismo estado en que fue formado el Hombre
Universal. Entonces el aguijón de la segunda muerte al fin estará vencido.

Alan Loranka www.walkiria.com

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