Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Si tenemos placeres y alegrías con él, si vivimos para él, si los sentidos nos
subyugan, entonces, cuando este cuerpo desaparezca quedaremos aún ligados a
este mundo de apetitos, de luchas, de rivalidades, de lágrimas, de sangre y de
muerte... Volveremos en otro cuerpo, en otro destino, en otra experiencia, en
otra escala de dolores, hasta que el desprendimiento al cuerpo y el desapego a
este mundo sean más fuertes que el deseo de existencia terrestre. Entonces y
solamente en esta condición podremos vivir la inefable VIDA UNIVERSAL.
“El hombre individual sube a la cumbre de los Cielos por la facultad que le dan
la ciencia y la consciencia de formar aquí su cuerpo de luz astral para evitar la
segunda muerte, conservar su individualidad, y volver hasta los orígenes
inteligibles del Ser”.
El hombre está constituido por un cuerpo físico, por un cuerpo de luz astral
(merkaba) y por un alma. Antes de la caída, como lo recuerda Pitágoras y
Platón EL SER no necesitaba su cuerpo físico; el de la luz astral le bastaba para
el cumplimiento de su misión, porque este cuerpo corresponde a la región
cósmica donde se elaboran todas las formas, donde se efectúan todas las
TRANSFORMACIONES esenciales de las individualidades terrestres, donde
reinan las fuerzas de disociación encargadas de separar el bien y el mal, y el Ser
del no ser.
CONSECUENCIAS