¡¡Aprenda A Estresarse!! Cómo Convertir Una Amenaza en Una Oportunidad

JOSÉ CARLOS FUERTES ROCAÑÍN
¡¡APRENDA
A ESTRESARSE!!
Cómo convertir una amenaza
en una oportunidad
JOSÉ CARLOS FUERTES ROCAÑÍN
¡¡APRENDA
A
ESTRESARSE!!
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© José Carlos Fuertes Rocañín, 2016 (Versión papel)
© José Carlos Fuertes Rocañín , 2018 (Versión electrónica)
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ISBN: 978-84-9052-106-9 (Libro electrónico)

ISBN:978-84-9052-044-4 (Libro en papel)
Índice
El autor ................................................................................ IX
Prólogo ................................................................................ XI
1. Autoestima elevada: la mejor medicina para el estrés ................1

2. Ideas irracionales que todos tenemos alguna vez .......................9
3. Sugerencias para vivir siempre estresado ................................ 19
4. Métodos para dejar su autoestima por los suelos.................... 35
5. Estrés y trabajo ...................................................................... 49
6. Las relaciones de pareja: causa frecuente de estrés .................. 59
7. Cuando se traspasan las fronteras del estrés ........................... 65
8. Cómo ser padres y no morir en el intento ............................. 79
9. Sujetos tóxicos, vampiros emocionales y estrés....................... 93
10. De la teoría a la práctica ...................................................... 111
11. Dos cuestionarios que le interesa conocer ............................ 129
12. Epílogo con moraleja ........................................................... 139
El autor
José Carlos Fuertes Rocañín nació en

Zaragoza el 10 de febrero de 1957.
Es licenciado en Medicina y Ciru-
gía por la Universidad de Zaragoza.
Doctor en Medicina y Cirugía por
la Universidad de Valladolid. Espe-
cialista en Psiquiatría por la Univer-
sidad Complutense de Madrid. Asesor de la Federación Mundial
de la Salud Mental (Washington).
Es profesor colaborador honorífico de varias universidades es-

pañolas y extranjeras. Autor y coautor de diversos manuales sobre
divulgación en salud mental. Director y organizador de más de 500
cursos y seminarios sobre temas relacionados con la salud mental,
la comunicación, manejos de las relaciones interpersonales y de au-
toestima.
Colaborador de tertulias radiofónicas y de diversos programas de
televisión y prensa escrita (Espejo Público de Antena 3 TV, Televisión
Aragón, Aragón Radio, La voz Libre, Aragón Digital, Correo de Bur-
gos y semanario Tiempo de Hoy).
En la actualidad compagina la docencia con su consulta privada
y con la labor asistencial en la sanidad pública.
Prólogo
Es evidente que convertirse en una persona estresada no es muy

difícil hoy en día. Cada mañana, nada más poner el pie en el
suelo, eso que llamamos vida nos va a dar una gran cantidad
de excusas y argumentos para sentirnos amenazados o, cuando
menos, incómodos y molestos con un sinfín de presiones y
zarandeos. En nuestra cultura occidental el estrés forma parte
de la vida, es más, algunos sin duda los mas idiotas, lo ven
como un síntoma de éxito y relevancia social. ¡Pobrecillos,a
dónde nos puede llevar la ignorancia!; pero así es la condición
humana. Hasta el estrés, según quién y cómo, lo relaciona con
el triunfo y la consecución de objetivos y metas.
Si alguna vez ha tenido la sensación de estar estresado, es de-
cir, sobrepasado, agobiado o amenazado por los acontecimientos,
es muy probable que haya intentado poner en marcha algunos
recursos intuitivos para desterrar sus sentimientos subjetivos de
malestar. Pero también lo que puede que haya ocurrido es que
nada haya cambiado al continuar practicando hábitos poco re-
comendables, conductas inadecuadas o regocijándose en los mis-
mos pensamientos irracionales, que con toda seguridad son los
que le han llevado a la situación estresante en la que se encuentra.
Todo este manual está hecho para mostrarle como es posi-
ble controlar, modular e incluso anular la sensación subjetiva
XII ¡¡APRENDA A ESTRESARSE!!
de estrés (amenaza) que está sufriendo, independientemente

de la causa que la haya desencadenado.
Ahora bien, ya le adelanto que aunque es posible, ello no
quiere decir que sea fácil. Ni tampoco que todas las personas
tengan la misma capacidad para resolver la situación estresan-
te. Sin duda los niveles de ansiedad que se sufren y la forma de
gestionarlos son como el carnet de identidad, personales e in-
transferibles, y cada individuo tiene el suyo con el que tendrá
que manejarse y funcionar por la vida.
De forma genérica debemos tener siempre presente que so-
mos y, por lo tanto, actuamos, según el temperamento que
hemos recibido a través de la herencia. Pero también somos y
nos comportamos según lo que hemos aprendido, sobre todo
en los primeros años de la vida.
Todos tenemos una serie de patrones genéticos de perso-
nalidad que determinarán nuestra forma de actuar, “y con
esos mimbres tenemos que construir los cestos”, como dice el
refrán popular. Pero insisto, también todos podemos transfor-
mar, modular y reconducir nuestra actitud y conducta gracias
a la llamada “neuroplasticidad cerebral”, es decir, a la capaci-
dad que las neuronas tienen para modificar sus estructuras y
funciones según el entorno y la influencia (positiva o negativa)
que este pueda tener.
¿Entonces no venimos predestinados desde “fabrica” con un
defecto? La herencia es muy importante en nuestra forma de
ser y por lo tanto de vivir, eso es una realidad incuestiona-
ble, pero la relevancia de la genética (aptitud) sabemos ahora
que está influenciada por la capacidad de la persona (actitud)
Prólogo XIII
para modificar su proyecto vital. Veremos que hay topes, lími-

tes, incluso aspectos inmodificables, pero no son tantos como
creíamos tan solo hace unos pocos años.
Para obtener el cambio que nos permita un mayor bienestar
hay que ponerse manos a la obra. No basta con querer, es nece-
sario actuar, entrenarse, a veces incluso sufrir. No se puede me-
jorar si no se sustituyen los hábitos y actitudes que ya tenemos
por otros mejores. Si se hace lo que siempre se ha hecho, se obten-
drá lo que siempre se ha obtenido”. Parece de perogrullo, pero es
muy importante tenerlo en cuenta y no olvidarlo nunca.
El problema esencial es que todo cambio exige salir de la
llamada “zona de confort”, es decir, de esas pautas de conducta
aprendidas y grabadas en nuestro cerebro, que a corto plazo
nos resultan cómodas y satisfactorias, aunque nos perjudiquen
más tarde. Esa es una tendencia general y solo algunas perso-
nas huyen de ella, siempre con esfuerzo y tesón. La mayoría no
saben salir de la rutina y de los hábitos aprendidos y cuando
se les propone un cambio la respuesta siempre es: “es que” yo
no puedo, “es que” yo no sé, “es que” yo tengo miedo, “es que”
no me dejan, es que…, siempre hay una excusa para seguir
haciendo lo mismo y no arriesgarse al cambio.
En las siguientes páginas del manual les voy a dar una serie de
pautas que les pueden ayudar a vivir sin estrés. En unos casos,
como verá, son recomendaciones ciertamente irónicas, y si las
sigue al pie de la letra estoy seguro que se va a “sentir fatal”. Pero
como los seres humanos somos muy obstinados y paradójicos,
a lo mejor de esta forma le resulta más fácil darse cuenta de los
errores e iniciar el cambio hacia el camino más adecuado.
XIV ¡¡APRENDA A ESTRESARSE!!
En otros casos le transmito mi experiencia profesional diag-

nosticando y tratando a seres humanos afligidos y atormen-
tados, no siempre por enfermedades, sino muchas veces por
actitudes erróneas, por pensamientos distorsionados o por há-
bitos automatizados que son nocivos e incapacitantes.
Todo lo que le propongo es posible, pero quizá no sencillo.
Lo que va a leer se puede llevar a la practica, pero hay que
ser constante y voluntarioso. Esa es la clave: la tenacidad y el
trabajo diario. Este manual, como ocurre con otros muchos,
no servirá de nada si se limita solo a leerlo. Por lo tanto, en su
mano está conseguir la transformación o seguir por la misma
vereda. Yo habré cumplido mi parte del contrato dándole el
guión. Luego será usted quien deba cumplir con la suya, inter-
pretando brillantemente un nuevo papel en esta tragicomedia
que es la vida.
José Carlos Fuertes

josecarlosfuertes.com
1
Autoestima elevada: la mejor
medicina para el estrés
AUTOESTIMA
Todo el mundo habla de autoestima sin saber muy bien lo que
es ni tampoco lo que significa. Yo les propongo esta sencilla
definición: Sentimiento íntimo de valía personal que me estimu-
la a quererme y a valorarme por el solo hecho de ser una persona,
a pesar de las limitaciones y defectos que tenga y de los errores que
pueda cometer.
2 ¡¡APRENDA A ESTRESARSE!!
La autoestima no me la pueden dar desde el exterior, ni

tampoco se puede prescribir pero sí se puede influir en que se
pierda, sobre todo en la primera infancia, momento esencial
para el ser humano por la gran neuroplasticidad que tiene el
cerebro. Al igual que influye negativamente el entorno, tam-
bién este puede ayudar a que la autoestima sea más elevada si
los mensajes que se reciben son positivos y estimulantes.
¿Por qué es importante tener buena autoestima? Porque es la
base para una buena salud mental y para un mas que aceptable
equilibrio emocional. Si no me quiero es muy difícil, por no
decir imposible, querer a otros; si no me acepto y me valoro,
buscaré la autoestima donde no está. Por eso nos equivocamos
cuando buscamos la autoestima en la belleza, en el poder, en el
dinero, en la fama, etc.
La autoestima está en el interior de cada uno de nosotros,
y es sin duda la niñez y la pubertad los momentos esenciales
para conseguir su desarrollo armónico y eficiente. Este mo-
mento, la infancia, como dijo el sabio, es el patio de recreo
donde jugaremos el resto de nuestra vida.
Una persona que tiene una autoestima adecuada la vamos
a poder reconocer con cierta rapidez y facilidad. Son sujetos
que: 1) se conocen suficientemente, 2) se aceptan incondicional-
mente, 3) se valoran adecuadamente, 4) se respetan inteligente-
mente y 5) se comunican asertivamente.
Por el contario, algunas personas tienen lo que se ha dado
en llamar en algunos manuales de autoayuda el arte de amar-
garse la vida, es decir, son personas que no poseen una autoes-
tima suficiente y ello da lugar a problemas de todo tipo.
ƵƚŽĞƐƟŵĂĞůĞǀĂĚĂ͗ůĂŵĞũŽƌŵĞĚŝĐŝŶĂƉĂƌĂĞůĞƐƚƌĠƐ 3
Estas personas con baja autoestima las podemos reconocer

también con cierta rapidez ya que son individuos que se desva-
lorizan constantemente, se anticipan al futuro siempre en plan
negativo y catastrófico, se exigen mucho más de lo razonable,
se castigan de forma constante por lo que han hecho e incluso
por lo que no han hecho, se descontrolan e irritan con facili-
dad y se encierran en su mundo, un mundo lleno de dudas,
miedos, inseguridades. Un mundo donde fantasmas del pasa-
do y los temores sobre el futuro les agobian y atenazan.
La autoestima no es un regalo, es una conquista. Es una
meta que hay que plantearse cada día, y una vez lograda hay
que trabajarla, entrenarla y cuidarla para mantenerla. Por eso,
igual que hace un atleta con sus ejercicios físicos o un estudian-
te dedicando tiempo y esfuerzo al temario de sus oposiciones,
debe usted hacer con su autoestima. Cada mañana cuando se
levante y se enfrente a una nueva jornada ponga en práctica
los pensamientos que exponemos en las paginas de este ma-
nual, pero fíjese bien que he dicho ponga en práctica, no que
se los sepa, o que se los aprenda, sino que viva y actué de esa
forma. Si ve que no puede, si observa que le resulta imposible
hacerlo y si a pesar de intentarlo y trabajarlo no lo consigue,
pida ayuda, a lo mejor tiene un problema en su salud mental
que le impide lograrlo. Para eso estamos los especialistas en la
materia. Acuda a una consulta profesional, será una excelente
inversión, quizá la mejor inversión que puede hacer en usted
mismo y en su salud mental.
AUTOESTIMA
1. Sentimiento de aptitud ante la vida que nos hace fuertes
y resistentes y nos permite tener una buena capacidad de
superación.
2. Todos los días acuérdese de tener en estas ideas claves:
me quiero, me acepto, me valoro a pesar de mis defec-
tos y limitaciones.
3. La autoestima es la base del equilibrio psicológico y de la
salud mental.
CÓMO ACTUAN LAS PERSONAS

CON UNA BUENA AUTOESTIMA
Tener una autoestima adecuada es esencial para alcanzar esta-

bilidad y bienestar, lo he dicho ya pero se lo repito por si algu-
no no se había dado cuenta. Lo que a continuación van a leer
estoy seguro de que muchos de ustedes lo conocen y lo han
oído en repetidas ocasiones. El problema es que, o lo olvidan,
o simplemente, no lo ponen en práctica. Si usted pretende
conseguir una aceptable salud mental y no sufrir estrés, ponga
en su GPS personal las siguientes coordenadas:
t Controle su vida y sea consciente de que maneja su destino

y que lo que vaya a ocurrir en su devenir por el mundo de-
pende esencialmente de su actitud personal y de su talante.
t Confíe en su propia escala de valores y no se sienta incómo-
do o culpable si los otros no están de acuerdo con su forma
de actuar.
t No sea obstinado y esté dispuesto a modificar sus criterios

si la experiencia o la evidencia le demuestran que estaba
equivocado.
t Aplique grandes dosis de realismo y vea“la botella” como
realmente está.
t No malgaste el tiempo preocupándose por lo que ocurrió
en el pasado, ni tampoco por lo que pueda suceder en el
futuro, simplemente: viva de forma intensa y en plenitud
el presente.
t Exprese sus sentimientos y emociones con firmeza y decisión,
pero también con respeto y cordialidad.
t Disfrute de su trabajo, que en ningún caso es un “castigo”
sino una excelente ocasión para la realización personal.
Conseguir bienestar y felicidad es ante todo y sobre todo

una actitud personal que se construye cada día. Ser más o me-
nos feliz y no sufrir estrés, en contra de lo que muchos opi-
nan, no es un regalo o un obsequio que la vida nos hace, es una
conquista que depende de cada uno, de nuestro modo de ver
las cosas y de nuestro talante personal.
Habrá personas que lo tengan más difícil por su especial,
compleja y a veces incluso anormal forma de ser. Para ellos no
van a servir estas coordenadas. Pero la inmensa mayoría no
está dentro de ese grupo de gente rara y pueden, si se lo propo-
nen, vivir de una forma saludable y plena.
RECOMENDACIONES BÁSICAS PARA MEJORAR

LA AUTOESTIMA
A continuación he tenido la audacia y el atrevimiento de pro-

ponerles una serie de sugerencias a modo de decálogo, de esos
que tanto se prodigan hoy en día, para mejorar su autoestima.
El secreto para conseguirlo no es otro que entrenarse todos los
días y practicarlo con convicción.
1. Trátese siempre con amor: “la caridad bien entendida

empieza por uno mismo”.
2. Si egoísmo significa estar preocupado por los intereses
propios y por su bien estar: ¡SEA EGOÍSTA!
3. Exíjase y se va a sorprender de lo que puede llegar a dar
y a conseguir.
4. Sea benevolente con sus propios errores, PERO APREN-
DA DE ELLOS; si no lo hace muy probablemente vol-
verá a repetirlos.
5. Usted no es más que nadie, pero tampoco es menos.
6. La perseverancia, la firmeza y la insistencia hacen “mi-
lagros”.
7. Llamamos coloquialmente “tener suerte” a estar prepa-
rado y en el lugar oportuno.
8. Exprese sus ideas con decisión, claridad y respeto. A eso
se le llama ser una persona asertiva.
9. Empiece cada día mirándose al espejo con una sonrisa,
es una excelente y sencilla terapia de inmejorables re-
sultados.
10. Tenga siempre presente que esta vida es un teatro, pue-
de que también un circo, donde cada uno interpreta su
papel. Hágalo con dignidad, pero no se lo crea dema-

siado.
Es cierto que la vida nos da todos los días abundantes mo-
tivos para sentirnos irritados y molestos. Pero también la vida
nos da muchas oportunidades para ser felices y hacer felices
a los que están a nuestro alrededor. Recuerde que la felicidad
consiste en valorar y apreciar lo que se tiene y no echar de
menos lo que nos falta. Como dijo Epicteto: “No es más feliz
quein tiene más, sino quien necesita menos”.
2
Ideas irracionales que todos
tenemos alguna vez
“LAS COSAS NO SON COMO SON, SON COMO

SOMOS”
Vamos a empezar el capítulo recordando algo que con toda

probabilidad ya habrá escuchado o leído en alguna otra oca-
sión y que a lo mejor no le ha dado la importancia que merece.
Todas las personas, en mayor o menor medida, tenemos una
serie de pensamientos o ideas distorsionadas, ideas que hemos
ido adquiriendo desde la infancia y que nos acompañan en
muchos casos hasta la muerte.
En unas ocasiones esas ideas nos las han trasmitido personas

muy importantes para nosotros en esos momentos iniciales y
transcendentes de la vida. En otros casos se han quedado con
nosotros porque nos las han repetido intensamente durante
la etapa en la que el cerebro tiene mayor posiblilidad de mo-
dificarse y de crear sistemas neuronales específicos y han con-
seguido que permanezcan en lo que podemos llamar nuestro
“disco duro cerebral” dándoles gran relevancia y presunción de
veracidad casi automática.
Estas ideas llamadas irracionales o distorsionadas serían las
responsables directas de muchos de nuestros sufrimientos,
angustias y zozobras y no tanto las circunstancias o aconte-
cimientos que vivimos. Insisto, son los pensamientos distor-
sionados y no las circunstancias las que a la postre nos van a
complicar la existencia.
Todas estos pensamientos irracionales tienen una serie de
puntos en común. Por un lado son exagerados, con frecuencia
también falsos y casi siempre basados en creencias reales, pero
deformadas y distorsionadas.
A estos pensamientos, si algo los caracteriza además de lo
anterior, es su rigidez y su desproporción. Por último, aunque
no menos importante, es el ser capaces de impregnar, influir y
condicionar negativamente la vida emocional del sujeto.
Aunque hay un sin fin de “pensamientos negativos o irra-
cionales”, los psiquiatras hemos observado que unos pocos se
repiten de forma insistente, traspasando fronteras y culturas.
La identificación de estos pensamientos irracionales será el pri-
mer paso para su modificación. Les presento en el epígrafe
Ideas irracionales que todos tenemos alguna vez 11
siguiente las ideas que con más asiduidad vemos en nuestras

consultas profesionales y las que también más hacen sufrir a
aquellos que las experimentan.
LAS LLAMADAS IDEAS DISTORSIONADAS
Estas ideas distorsionadas son las que la escuela de psicología

cognitiva denomina ideas irracionales. A continuación les voy a
a exponer las más frecuentes; en un paso ulterior explicaremos
la forma de neutralizarlas, ya que ello es esencial para, no solo
gestionar adecuadamente nuestra vida emocional, sino tam-
bién para controlar el estrés.
PRIMERA:
“Para ser realmente valioso tengo que demostrar que soy

competente en todo”.
Es saludable aceptar los errores y fallos de manera natural

y ser consciente de que no se puede ser bueno en todo y que
necesariamente habrá cosas que haré mejor que otras.
Hay que concentrarse en disfrutar más del hacer que del
resultado, más del camino que de la meta. Cuando pongamos
en marcha cualquier proyecto o actividad por supuesto que
hay que poner “toda la carne en el asador” y realizarla lo mejor
posible, pero hay que abandonar la idea negativa de agradar a
los otros, y mucho menos la de buscar su aprobación. Esta ac-
titud es muy dañina para nuestra salud mental, ya que genera
mucha tensión interior y sufrimiento psíquico. No tengo que
demostrar nada a nadie, si tuviera que demostrar algo sería a

mi mismo.
SEGUNDA:
“Para ser feliz es necesario que todos me quieran, me apre-

cien y me traten con simpatía”.
Agradar a todo el mundo es una meta no solo inalcanzable

sino también muy infantil. Si se necesita de forma constante la
aprobación de los demás para “todo”, como es sencillamente im-
posible, nos va a producir una gran preocupación y frustración.
No busque la aprobación del entorno, los otros no son me-
jores que usted y por lo tanto no tienen nada que aprobarle.
Es muy peligroso depender afectivamente de los demás, ya que
entonces serán esos, los otros, los que manden y decidan sobre
nuestra propia vida.
TERCERA:
“Algunas personas son extremadamente malas y merecen un

escarmiento o castigo severo”.
Lo razonable y sensato es pensar que la persona que no ac-

túa de manera correcta muchas veces no es del todo consciente
de las consecuencias de sus comportamientos, ni para los de-
más y ni tampoco para sí misma.
Ante el error y la equivocación ajeno la mejor actitud es la
tolerancia y la comprensión. Eso no quiere decir que no deba
haber castigos y sanciones, pero si estos son necesarios se de-
ben hacer siempre con mesura y con el ánimo frío y sereno, y

no con ira o resentimiento. Si lo hacemos así no corregiremos
una conducta, sino tan solo nos habremos vengado o, como
mucho, satisfecho un impulso primario.
CUARTA:
“Es horrible que las cosas no vayan como deseo y como me

conviene”.
Cuando las cosas no discurren por el camino que yo preten-

do o como me gustaría no es terrible, es simplemente molesto,
además de ser relativamente frecuente.
Lo saludable cuando una situación no es de mi agrado es
intentar cambiarla. Cuando a pesar de nuestro interés y es-
fuerzo en conseguirlo no sea posible, lo más sano y maduro
es aceptarla tal y como es y ver el punto o aspecto positivo
que todas las circunstancias y situaciones van a tener siempre.
Si este aspecto positivo no existiera, lo saludable es utilizar la
resignación y la paciencia.
QUINTA:
“Muchas desgracias suceden por causas externas y no tene-

mos ninguna capacidad de controlarlas”.
Cuando se experimenta una emoción dolorosa o cuando
somos testigos de un hecho triste que nos provoca malestar o
cuando sufrimos una irritación que nos produce cólera o ira,
lo esencial es reconocer (ser conscientes, darnos cuenta), de que
somos nosotros los creadores de esas emociones y también de

los sentimientos que las acompañan.
Por lo tanto y en consecuencia, si yo soy a través de mi men-
te quien crea y construye la emoción, también soy yo quien
puede suprimirla o modificarla. Basta con utilizar el cerebro
racional (neocortex) y a través de él actuar con objetividad
y neutralidad. Esta es la forma de descubrir cuál de nuestros
pensamientos es irracional o distorsionado, y una vez que lo
tengamos identificado habrá que transformarlo en otro que
sea lógico y juicioso. De esta manera conseguiremos pensar
y sentir con más objetividad y con menos angustia. Lo más
complejo es el entrenarnos todos los días para saber frenar la
“tormenta” de emociones que se produce ante ciertos estímu-
los y filtrar la información adecuadamente.
SEXTA:
“Si algo puede ser peligroso, debo de sentirme muy preocu-

pado y pensar que va a ocurrir”.
El preocuparse mucho de que algo pueda suceder no solo no

lo evita, sino que a menudo contribuye a su aparición al hacernos
dudar, crearnos inseguridad o simplemente al preparar el terre-
no para la “desgracia”, ya que desgastamos innecesariamente los
recursos emocionales que tenemos para afrontar la adversidad.
Por ello es muy útil enfrentarnos directamente y cuanto an-
tes a aquellas situaciones que nos dan miedo o que producen
malestar. Cuando las “tocamos”, es decir, cuando nos enfrenta-
mos directamente con ellas percibimos con claridad que ni son
tan terribles como a priori creíamos y también que podemos

superarlas con mucha más facilidad de lo que nuestros pensa-
mientos distorsionados nos habían hecho sentir.
SÉPTIMA:
“Es mucho más fácil evitar que hacer frente a las dificultades
de la vida”.
Otra idea muy frecuente es que si huimos de las dificultades

nuestra vida será más fácil y cómoda. Eso es cierto pero solo
a corto plazo. “Ojos que no ven, corazón que no siente”.Pos-
poner indefinidamente la toma de decisiones está demostrado
que aumenta el nivel de inseguridad, desconfianza e insatisfac-
ción personal. Afrontar una situación, sea esta cual sea, evita
que dicha situación se distorsione y por lo tanto que sea un
foco de conflicto constante. Como dice el dicho clásico: “A lo
hecho, pecho”, es lo saludable y lo más práctico.
OCTAVA:
“Necesito siempre a alguien más fuerte en quien confiar y

que me ayude”.
Debemos aceptar el hecho de que estamos“solos” y que no

es tan terrible apoyarse en uno mismo y tomar decisiones pro-
pias. Esto no es contradictorio con que en ocasiones sea po-
sitivo aceptar la ayuda de los demás. Pero nunca como una
necesidad, sino como una opción.
No “necesitamos” a los demás, nos “agrada” su compañía,

nos puede “interesar” recibir su apoyo y ayuda. No es lo mis-
mo necesitar que desear, y no solo es una diferencia semántica,
sino conceptual. Además, según como hablamos, pensamos.
Por lo tanto, vamos a intentar expresarnos con precisión para,
de esa forma, modificar también nuestras ideas.
NOVENA:
“Lo ocurrido en el pasado es imborrable y determinará mi

futuro”.
El pasado es importante, que duda cabe, y en mayor o me-

nor medida influye en nuestro presente. Ahora bien, esa in-
fluencia nunca puede llegar hasta el punto de condicionar el
momento actual. Lo que nos ocurre es que es muy fácil echar
“balones fuera” y descargar nuestra responsabilidad sobre lo
pasado tiempo atrás, que además es inmodificable.
El pasado, la historia, los antecedentes, están ahí y con-
viene revisarlos para evitar cometer el mismo error, pero no
son, o no deben ser, mejor dicho, determinantes en nuestro
presente. Es una opción el conceder trascendencia a lo que
nos pasó, o por el contrario, dejarlo en un segundo plano.
Para ello hay que entrenarse diariamente e insistir en que el
presente me pertenece que puedo hacer lo que quiera con él
y que el tiempo pasado ya no puede ser el protagonista de
mi vida.
DÉCIMA:
“Debo de sentirme siempre muy preocupado por los proble-

mas de los demás”.
Podemos (y nos conviene) interesarnos por los problemas

ajenos sobre todo cuando nos pueden afectar directamente, y
también cuando estemos convencidos de que podemos contri-
buir a su solución.
Cuando aquellas personas que en verdad nos importan ac-
túan erróneamente, conviene hacerles ver, siempre de forma
sosegada y objetiva, que quizá estén equivocados, pero en nin-
gún caso podemos, ni debemos, vivir por ellos y ocupar su lu-
gar. Como dijo el insigne Charles Chaplin: “A veces no deseo
renunciar a la deliciosa libertad de equivocarme”. Respetemos
las decisiones ajenas aunque creamos que son un error. Del
fracaso se sacan excelentes lecciones.
UNDÉCIMA:
“Existe una solución perfecta para todos los problemas”.
Esa idea tan extendida es radicalmente falsa. No existe ha-

bitualmente una solución única, sino varias posibles para un
mismo problema. Lo mejor es elegir la más idónea, pero no
siempre es posible y nos tenemos que conformar solo con la
más factible o con la menos mala, o con la única posible.
Nada es perfecto, y el ser humano mucho menos. Por lo
tanto es preciso desterrar la idea absurda de la perfección, y
quedarse mejor con la de que todo es relativo, imperfecto y pa-

sajero. Pensar de esta forma es mucho más saludable y además
más realista. La perfección es un deseo, como lo es la felicidad.
Si relativizamos la vida nos quitamos de encima una pesada e
inútil carga, y nuestro caminar será mucho más ligero.
EN CONCLUSIÓN
Si nos manejamos habitualmente con estas ideas irracionales

le garantizo que va a conseguir y soportar unos niveles de es-
trés muy elevados. Pensar de esta forma es someterse absurda
e innecesariamente a estar bajo una presión constante. Vivir
inmerso en estos pensamientos es lo mismo que tener el es-
trés dentro de nosotros y ya no necesitamos más enemigos.
Es suficiente con este diálogo interno irracional para vivir en
permanente intranquilidad y malestar.
Por lo tanto nos conviene identificar todas estas formas anó-
malas de pensar y sobre todo sustituirlas por otras que sean
más saludables y realistas. De lo contrario estaremos condena-
dos a vivir en un continuado malestar.
3
Sugerencias para vivir
siempre estresado
Como ya hemos anticipado en el prólogo de este manual, hay

personas que creen que tener estrés es una evidencia de vivir
intensamente y también de competencia profesional, sin darse
que cuenta de que el estrés, solo en pequeña cantidad y bien
controlado, puede sernos útil, o cuando menos, no perjudicial.
Por otro lado, ya sabemos que estrés puede hacerse sinóni-
mo de amenaza, y en consecuencia, si nos sentimos (o estamos)
amenazados, ello es difícilmente compatible con el bienestar
y la satisfacción. En este capitulo les voy a mostrar el cami-
no mas fácil para sufrir estrés. Sí, como lo ha leído, no se ha

equivocado ni es un error tipográfico. Si sigue mis recomenda-
ciones se convertirá en una persona estresada; no lo dude, es
relativamente sencillo estresarse, y sobre todo estresar a otro.
Después de leer el capítulo usted será quien decida si va a vi-
vir preso del estrés o si, por el contrario, va a ser una persona li-
bre y sana. No es difícil, solo requiere tener claras algunas ideas
y sobre todo proponérselo. La pelota está, como se dice colo-
quialmente, en su tejado. No se rinda, pero tampoco se haga el
valiente. Nada es más frustrante que pensar siempre que querer
es poder. Eso es válido para algunas situaciones, pero cuando
se trata de nuestra personalidad las cosas no funcionan así.
Medite y reflexione sobre nuestra propuesta, pero no siempre
será posible evitar las causas que nos amenazan y estresan; para
ello en otro de los capítulos del manual les daremos nuestra
particular receta.
INTENTE SIEMPRE AGRADAR Y GUSTAR A TODO

EL MUNDO
¿Quiere sufrir de estrés? ¿Desea ser una persona muy, pero que
muy agobiada? Pues póngase como meta esencial agradar a todos
los que le rodean y gustar a todo el mundo. Si vive de esta for-
ma, tenga por seguro que no solo estará estresado, sino también
permanentemente amargado. Buscar la aceptación de todos los
que le rodean haciendo lo que ellos desean es la mejor manera
de conseguir fallar a un gran número de personas. Una actitud
de complacencia excesiva tiene habitualmente su origen en sen-
timientos de inferioridad que intentamos compensar equivoca-
Sugerencias para vivir siempre estresado 21
damente por medio de una actitud de sumisión y de “peloteo”.

El resultado que se obtiene es justo el contrario, quedando mal
con muchos y sintiéndonos fracasados y con intenso malestar.
Pretender gustar a todo el mundo es una excelente manera de

conseguŝr no agradar a nadŝe Ǉ de senƟrse trŝste Ǉ deceƉcŝonado͘
ESTÉ “CONECTADO” LAS 24 HORAS DEL DÍA
¿Quiere sufrir estrés? Pues vera como es muy sencillo. Para con-
seguirlo procure pasar la mayor parte del día pegado a su telé-
fono móvil y a su ordenador. Según algunos estudios recientes
parece que los modernos y sofisticados smartphones y los utilísi-
mos portátiles están muy unidos a la existencia de estrés, al me-
nos eso es lo que dice un informe publicado por la University of
Southern California, al afirmar que en 2016 la persona prome-
dio pasará casi 16 horas al día conectada a los medios digitales.
Curiosamente las redes sociales más conocidas como Facebook
o Twitter se han relacionado con la angustia digital, provocando
entre otras cosas sentimientos de soledad entre los usuarios y

una enfermiza necesidad de estar “al día” permanentemente.
>a comunŝcacŝſn entre las Ɖersonas es necesarŝa Ɖara la salud͘

Pero Ɖretender estar Ɖermanentemente conectado al mundo a
traǀĠs de los medŝos es una ŝmƉortante Ĩuente de estrĠs͘
“NUNCA COJA EL TORO POR LOS CUERNOS”
Si quiere ganar la liga del estrés deje para mañana lo que pueda
hacer hoy. Además, reprima al máximo sus emociones y no
llore nunca, es un lujo que no se puede permitir. De esta forma
aumentará sin duda su angustia y su ansiedad y además se sen-
tirá muy cansado y sin energía. Ah!! y el tiempo que tenga libre
dedíquelo a “marear la perdiz” y a sentirse muy desgraciado y
preocupado. De esta forma conseguirá sufrir niveles muy altos
de estrés e incluso, con un poco de suerte, tener un infarto de

miocardio o una hemorragia cerebral.
El retrasar las decisiones nunca es buena estrategia, al contra-

rio͘ uanto mĄs nos enĨrentamos con las situaciones estresantes,
mucŚo maǇor ǀa a ser el dominio Ƌue tendremos sobre ellas͘
NO HAGA EJERCICIO, ES NOCIVO

PARA LA SALUD
Si quiere vivir eternamente estresado y agotado, no haga ejer-

cicio, no se mueva y este el mayor tiempo posible viendo la
televisión. Lo malo es que los estudios demuestran que la falta
de ejercicio puede acarrear problemas físicos y psíquicos. Por
el contrario, un ejercicio moderado pero constante nos permi-
te mantener la ansiedad bajo control. El ejercicio de baja in-
tensidad libera sustancias químicas (endorfinas) que ayudan a
sentirse bien, llegando a reducir los niveles de cortisol también

conocida como la hormona del estrés.
El sedentarismo Ǉ la inacƟǀidad Ɖroducen atroĮa muscular Ǉ em-

botamiento mental͘ dodos los dşas ŚaǇ Ƌue andar una Śora como
mşnimo͘ >a acƟǀidad meũora tanto el estado de Ąnimo como la
Ĩunciſn cogniƟǀa global͘
EL DINERO ES MUY IMPORTANTE:

CUANTO MÁS, MEJOR
¿Más dinero, más problemas? No necesariamente, pero ha ha-

bido un buen número de investigaciones que han demostrado
los efectos estresantes del dinero y su efecto paradójico sobre
la felicidad. Por lo tanto, si queremos sufrir estrés, una eficaz
manera de conseguirlo es afanarse por acaparar dinero. La co-
nexión entre el estrés y la riqueza puede explicarse no tanto
por lo que hacemos para ganar dinero, sino por todo aquello
que no hacemos y que sería muy necesario para nuestra cali-
dad de vida. Ser rico suele ser un poderoso indicador de pasar
menos tiempo haciendo cosas placenteras y de tener que estar
más tiempo atendiendo obligaciones.
mbicionar intensamente dinero Ǉ Ɖoder es el meũor camino

Ɖara conǀerƟrse en una Ɖersona estresada͘ >a ambiciſn Śumana
es ilimitada Ǉ Ɖor lo tanto nunca tendremos suĮciente͘
BUSQUE SIEMPRE LA PERFECCIÓN
El esfuerzo que realizan cada día los perfeccionistas es la me-

jor manera de rodearse desde primera hora de estrés. En unos
casos porque el perfeccionismo conduce a retrasar una tarea
por la inseguridad de no hacerla “perfecta”; en otros porque
el sujeto muy minucioso se angustia mucho al enredarse en
pequeñas ocupaciones y hábitos innecesarios que contribuyen
a aumentar la ansiedad. El perfeccionismo es extremadamente
agotador y el perfeccionista, aunque reconoce que sus patro-
nes implacables de actuación son estresantes y exagerados, no

puede modificarlos porque está erróneamente convencido de
que esa forma de actuar le conduce a niveles de excelencia en
la productividad.
>a ƉerĨecciſn es incomƉaƟble con la condiciſn Śumana, es solo

una utoƉşa͘ Por lo tanto renuncie decididamente a ella, ganarĄ
ƟemƉo Ǉ suĨrirĄ menos͘
PIENSE, PIENSE MUCHO Y ACTÚE POCO
Rumiar y escrutar con minuciosidad los pensamientos es una ex-

traordinaria forma de estresarse, ya que solo consigue gastar ener-
gía y crear más ansiedad. Algunas investigaciones observan que
las mujeres son un 42 por ciento más propensas que los hombres
a sobreanalizar sus preocupaciones. Esta tendencia o necesidad
de pensar demasiado (rumiar) puede dañar nuestra salud mental,
sobre todo si la convertimos en una costumbre o hábito.
Pensar antes de Śablar es saludable Ǉ Ɖrudente͖ Ɖero rumiar una

Ǉ otra ǀeǌ las mismas ideas es una enĨermedad Ƌue necesita ser
tratada͘
COMPRAR NOS DA BIENESTAR Y FELICIDAD
Salir a comprar por comprar es otra excelente manera de conse-

guir infelicidad y estrés. Según un estudio realizado en la Uni-
versidad de Michigan, los participantes que puntuaron como
materialistas en un experimento que se hizo, tenían una mayor
probabilidad de experimentar síntomas de estrés y tenían más
posibilidades de hacer compras compulsivamente o impulsiva-
mente. Los investigadores del estudio también encontraron que
el materialismo parecía intensificar los efectos del estrés.
traǀĠs de la adƋuisiciſn de obũetos se consigue una saƟsĨac-

ciſn momentĄnea͘ DuǇ Ɖronto desearemos otra cosa Ǉ asş Ɖer-
manente͘ >a adicciſn a comƉrar es una enĨermedad, ͋cuidado,
Ɖuede ser delicada͊
RODÉESE SIEMPRE DE PERSONAS MUY

ESTRESADAS
¿Su amigo está estresado? La mejor manera de aumentar sus

niveles de estrés es dejarse llevar por sus problemas, déjese con-
tagiar por lo que le pasa. Si trata de ser un buen amigo hacien-
do suyas las preocupaciones de los demás se está convirtiendo
en un excelente candidato para el estrés de “segunda mano”,
es decir, aquel que está provocado por el comportamiento de
otra persona.
EstĄ demostrado Ƌue el estrĠs se Ɖuede contagiar, Ǉa Ƌue nuestro

interlocutor nos enǀşa una seŹal Ǉ un esơmulo Ƌue se ƉroƉaga
con Ĩacilidad͗ ͋estrĠsate͊ Ese contagio es similar al Ƌue se Ɖrodu-
ce en las inĨecciones͘
SIGA EL LEMA: “YA DORMIRÉ CUANDO

ESTÉ MUERTO”
La falta de sueño es una excelente manera de estresarse y de

sentirse mal. Cuando dormimos poco aparece irritabilidad,
inquietud y sufrimos bloqueos con disminución de la aten-
ción y de la agilidad psíquica para hacer frente a lo que nos
preocupa. Por lo tanto no lo olvide, si desea estar estresado
duerma lo menos posible y en pocos días se convertirá en el
estrés andante.
î Ƌuiere reducir niǀeles eleǀados de estrĠs debe dormir un mşni-

mo de ϳ-ϴ Śoras diarias͘ Es absolutamente necesario Ɖara recu-
Ɖerar la energşa Ɖerdida Ǉ conseguir un rendimiento adecuado͘
PREOCÚPESE MÁS DEL FUTURO O DEL PASADO

QUE DEL PRESENTE
Pensar excesivamente en lo que va a venir es una excelente

forma de perder tiempo y también de agotarse física y mental-
mente. Las personas que dedican mucho tiempo a anticiparse
al futuro, además de malgastar su tiempo, consiguen vivir en
un estado de tensión y malestar constante. Y aunque nadie
sabe ni cuánto va a vivir, ni mucho menos cómo va a ser su
vida, si quiere estresarse preocúpese mucho por todo lo que va
a pasar e intente predecir el futuro.
Por otro lado “lo hecho, hecho está”. No siga dándole vuel-
tas a todas esas cosas que le han salido mal, ya no puede cam-
biarlas. El pasado solo debe servir como una información a

tener en cuenta, pero en ningún caso es una mochila que con
su peso nos impida andar. El lamento no nos debe recordar lo
que hicimos mal, sino que podemos hacerlo mejor.
El Ĩuturo no existe, el Ɖasado no se Ɖuede cambiar, solo tenemos

el Ɖresente͘ ĂƌƉĞ ĚŝĞŵ es una excelente recomendaciſn Ɖara
caminar Ɖor este mundo Śasta Ƌue nos llegue la Śora de la des-
Ɖedida͘
ESPERAR A QUE LE SUCEDA ALGO BUENO,

EN LUGAR DE PROVOCARLO
Tener expectativas y esperanzas es bueno, mejor dicho, es abso-

lutamente necesario para transitar por este mundo. Pero si no
nos ponemos en acción, por muchos planes que tengamos
no sirven de nada. No podemos esperar de brazos cruzados
a que nos sucedan acontecimientos interesantes o diferentes.
Las cambios no suceden porque sí, hay que salir a por ellos,
hay que provocarlos, hay que buscarlos decididamente.
uando tenga un obũeƟǀo o un deseo, Ɖiense al menos cinco ac-

ciones Ƌue Ɖuedan conducirle Śacia Ġl Ǉ Ɖſngalas en ƉrĄcƟca,
Ɖero no se olǀide de ser realista Ǉ Ɖrudente͘ saǇa de menos a
mĄs, no Ƌuiera ser el ͞reǇ del mambo͟ en dos dşas, no se trata de
correr, sino de andar con Ɖaso Įrme Ǉ seguro͘
USAR LA VENGANZA, EN LUGAR DE APLICAR

LA INDIFERENCIA
Hay personas que tienen el hábito de entrar al trapo con exce-

siva facilidad, que no reflexionan nada y que intentan resarcir
el daño que les hayan podido hacer sin medir los riesgos de
sus conductas. Ante la provocación, sea esta del tipo que sea,
lo mejor es pasar. Ya sabe el sabio refrán que dice: “A palabras
necias, oídos sordos”, pues eso, no se irrite y hágase el sordo.

Pocas cosas duelen más a un adversario que la indiferencia.
anũe de una ǀeǌ Ɖor todas el Ɖroblema Ǉ deũe de Ɖensar constan-

temente en la ǀenganǌa͘ ,aǇ Ƌue asumir Ƌue no siemƉre se Ɖue-
de congeniar con todo el mundo Ǉ mucŚo menos gustar a todos͘
TENER ENVIDIA DE LOS DEMÁS ES MALO

Y ABSURDO, NO SIRVE Y HACE SUFRIR
Por supuesto que hablamos de la envidia mala, de esa que nos

irrita porque no tenemos lo que el otro tiene y a nosotros nos
gustaría tener. Esfuércese por llegar a sus propias metas y no
piense cuándo ni cómo han llegado los demás a las suyas. ¿Qué
es lo que quiere en la vida? Si lo tiene claro, vaya a por ello y deje
de cotillear en el Facebook a esa persona que le da tanta envidia.

Luche por sus objetivos y piense que si los demás han alcanzado
los suyos, pues mejor para ellos, ahora le toca a usted.
>a enǀidia es uno de los deĨectos ;Ɖara otros ƉecadosͿ mĄs im-
Ɖortantes Ǉ absurdos͘ Eos Śace suĨrir, nos Ɖroduce mucŚa desa-
ǌſn Ǉ no aƉorta nada, absolutamente nada͘
4
Métodos para dejar su autoestima
por los suelos
Todos sabemos que la vida nos da múltiples motivos para sen-

tirnos irritados y molestos. No obstante y a pesar de ello, soy
de los que piensa que este es un mundo hermoso, pero, eso sí,
hay que esforzarse cada día en ser feliz. La “vida es bella” dicen
muchos, pero no es “fácil”, añado yo, y hay que conquistarla
cada día.
Conseguir bienestar y felicidad es sobre todo una actitud
personal que debemos construir cada día tenazmente. Ser más
o menos feliz no es un obsequio que la vida nos hace. Es más
bien una conquista que depende de cada uno de nosotros, de
nuestra modo de ver las cosas y de nuestro talante personal.
Habrá algunas personas que lo tendrán más difícil por su es-
pecial y a veces hasta anormal forma de ser. Pero la inmensa

mayoría no estamos dentro de ese grupo de gente tóxica o rara
y podemos, siempre con esfuerzo, alcanzar el bienestar.
A continuación vamos a ver cómo podemos influir en que
la autoestima disminuya, y qué se puede hacer cuando apa-
recen problemas y adversidades que minan esa percepción
subjetiva de quienes somos y de lo que valemos, ese senti-
miento íntimo de aprecio personal que todos debemos tener
con independencia de cuán ricos, listos, poderosos o encan-
tadores seamos.
En las siguientes líneas y de forma un tanto irónica, les
transmito recomendaciones y sugerencias para que cada día
avance en su objetivo de bienestar. Serán solo una propuesta,
si lo prefiere un plano o esquema para guiarle hacia la meta.
El camino lo tendrá que seguir usted solo, ya que nadie pue-
de vivir por los demás. Pero si hace caso a este GPS un tanto
peculiar, vera como su vida se transforma para bien y como se
acerca cada vez más a la felicidad. Vamos a entrar en materia
sin más dilación.
JÚNTESE CON PERSONAS TÓXICAS Y VAMPIROS

EMOCIONALES
La vida es muy compleja, además de breve, y la autoestima

puede fluctuar en función de ciertos mensajes que nos man-
dan desde el exterior. Una forma de perderla o de que dismi-
nuya es relacionarse con personas que nos succionan la energía
y felicidad.
DĠƚŽĚŽƐƉĂƌĂĚĞũĂƌƐƵĂƵƚŽĞƐƟŵĂƉŽƌůŽƐƐƵĞůŽƐ 37
Le garantizo que hay sujetos que son especialistas en agotarnos y

en chupar nuestra energía, son lo que llamamos gente toxica, ago-
reros emocionales o vampiros del bienestar. Detéctelos y huya de
sus garras lo antes posible. Si no lo hace está perdido y más pronto
que tarde lo pagará con creces, no les de tregua. Si no puede huir,
ponga al menos una barrera emocional ante ellos.
NO SEA NUNCA HONESTO
Tanto si mentimos a otros como si nos mentimos a nosotros

mismos estamos recorriendo un camino peligroso y erróneo.
Además, la sabiduría popular lo refrenda con esta frase: “La
mentira tiene las patas cortas”. Para luego añadir este otro afo-
rismo: “¿Para que sirven las mentiras? Para que no te crean
cuando dices la verdad”. Por lo tanto, si quiere disminuir su
autoestima, mienta y engañe a todos y en todo.
Al principio el engaño y la farsa funcionan sobre todo en un
mundo donde cada vez gusta más lo impactante que lo importan-
te. Puede disimular, autoengañarse, pero pronto verá cómo cae en
su propia trampa. La honradez y la honestidad con uno y con los
demás es un elemento esencial para una buena autoestima.
DEJE SUS PROPIAS NECESIDADES

PARA LO ÚLTIMO
Olvídese de quererse y de gustarse. Usted no merece la pena,

no vale ni sirve para nada. Ponga siempre a los demás por de-
lante y verá cómo su autoestima disminuye rápidamente hasta
llegar a desaparecer. Es muy malo amarse a uno mismo y si
tiene alguna prioridad, que esta sea siempre los demás. De esta
forma seguro que ganará el cielo, aunque su paso por la tierra
sea un suplicio.
Hay que mimarse y ser inteligentemente egoísta, es decir, con-
seguir el bienestar personal. No se trata de ser un ególatra ni un
narcisista, sino tan solo de buscar el bien para uno mismo, y para
ello no hace falta dañar a nadie.
SEA SIEMPRE DÓCIL Y SUMISO
El mundo en el que vivimos pretende uniformarnos a todos,

por eso lo mejor para quedarse sin autoestima es dejarnos arras-
trar por los demás y ser “esclavo” de los caprichos y deseos de los
otros. No proteste nunca, haga siempre lo que le digan, ceda,
déjese llevar, sométase, discúlpese aunque no sea suyo el error.
Ser sumiso y dócil quizá le resulte a corto plazo interesante para
ser aceptado por el grupo, pero también verá muy pronto lo nega-
tivo que es para su salud mental y lo mucho que ello le hace sufrir.
“Tragar carros y carretas” produce un intenso malestar aunque
seamos capaces de reprimirlo.
EL PASADO SIEMPRE ESTARÁ PRESENTE

Y CONDICIONARÁ EL HOY
Hay que tener siempre en cuenta lo que nos sucedió, por que
con toda seguridad se va a volver a repetir. No haga caso a ese
refrán que dice “agua pasada no mueve molino”, es falso. Todo
lo que nos pasó en la vida es probable que se repita y además
estamos indefensos ante ello y no podemos hacer nada, solo
resignarnos. El destino está escrito y no se puede cambiar, so-

mos como barcos a merced de la corriente.
Si usted es de los que piensa de esta forma tiene la autoestima
por los suelos. Si mantiene ese tipo de ideas puede considerarse un
esclavo y con el paso del tiempo un enfermo de depresión con toda
seguridad. Arriesgue un poco, salga de su zona de confort y no esté
atado por el pasado. La vida es incierta y nadie sabe con certeza
lo que va a ocurrir.
PARA NO EQUIVOCARSE, LO MEJOR ES NO

HACER NADA
Para qué complicarse la vida con cambios e innovaciones, lo

mejor es hacer siempre lo mismo y así estaremos seguros de no
cometer errores. Solo los osados e intrépidos empiezan nuevas
empresas e innovan, y por ello sufren muchos altibajos. Que
sean otros lo que se metan en ese jardín, yo siempre a lo segu-
ro, sin sobresaltos, con aburrimiento pero con seguridad.
Esa es la forma de pensar de un pusilánime, de las personas
sin autoestima, que no se quieren ni se valoran nada. La vida es
acción, y solo el que emprende un proyecto tiene probabilidad de
conseguirlo.
ERRAR NO ES HUMANO, ES DE TONTOS Y SOLO

LE OCURRE A USTED
Solo los tontos e imprudentes se equivocan, las personas in-

teligentes nunca lo hacen porque ellas piensan, calculan, re-
flexionan y meditan. ¡Nada más falso que ese pensamiento!
Cada cosa que nos ha pasado en la vida nos debe servir de

ejemplo y de enseñanza para no volver a caer en el mismo error,
solo los necios repiten sus errores. Pero recuerde siempre que errar
es humano y que los fracasos son oportunidades para crecer y
cambiar.
LA FELICIDAD SE PUEDE COMPRAR CON

DINERO
Solo cuando se tiene dinero se puede tener buena autoesti-

ma. Si soy una persona sin recursos estaré condenado a ser un
“pringado” toda la vida. Además, es muy cierto que lo bueno
es siempre caro y solo las cosas inútiles son totalmente gratis:
el amor, las risa, el canto de un pájaro, un atardecer…, meme-
ces de los románticos y de los que no tienen dinero. Eso es solo
una forma absurda e infantil de consolarse.
Exacto, como dijo aquel, “el dinero solo sirve para todo”, pero
por mucho que tenga no es garantía de bienestar ni mucho menos
de que su autoestima sea la adecuada. La verdad es que hay mu-
chas cosas que no se pueden comprar con dinero, sobre todo una,
el tiempo. Cada minuto que pasa ya no vuelve, es imposible com-
prarlo siendo el bien más escaso y preciado que tenemos.
EL BIENESTAR ESTÁ FUERA Y NO DENTRO

DE NOSOTROS
La felicidad y el bienestar esta fuera y depende de como nos va

y de cómo discurre la vida. No se puede ser feliz si lo que nos
rodea es nefasto, sólo cuando tienes estabilidad en tu trabajo,
personas que te quieran, dinero abundante y salud a raudales

se puede ser feliz. Estamos siempre pendientes de un hilo que
en cualquier momento se puede romper y darnos un batacazo.
Grave equivocación la felicidad depende de mi, de la interpre-
tación que yo haga de todo lo que me ocurre. No son los demás los
que me pueden amargar la vida. Soy yo el dueño y señor de mis
sentimientos y emociones.
NO SE FIE DE USTED, PIDA SIEMPRE

ASESORAMIENTO
Nadie esta completamente preparado cuando una oportunidad

se le presenta. Por eso no conviene hacer experimentos y antes
de dar un paso hay que medirlo con exactitud y meticulosidad
y contando siempre con las opiniones de los otros. Es espantoso
cometer errores y equivocaciones y confiar demasiado en uno
mismo. Eso es lo que se llama ser un narcisista y un prepotente.
La confianza en los criterios personales es esencial. Una cosa es
el tener una información amplia y veraz a la hora de tomar una
decisión y otra la inseguridad total que nos hace que sean los de-
más los que nos digan por dónde tenemos que ir. Escuche a todos,
pero decida usted.
“MÁS VALE MALO CONOCIDO QUE BUENO

POR CONOCER”
No hay necesidad de apresurarse en sus relaciones afectivas,

ni tampoco en las profesionales o personales; si algo debe ser
lo será a su debido tiempo, con la persona adecuada y en el
momento debido. No quiera conseguir nuevas experiencias,

eso supone riesgo, y riesgos los mínimos. Aunque si se arriesga
puede ganar, también puede perder y eso sería insoportable y
su autoestima se derrumbaría. Siempre a lo seguro.
Como venimos repitiendo, en la vida hay pocas cosas ciertas y
seguras, por lo tanto es poco acertado permanecer inmóvil y aga-
rrado a unos criterios fijos. Solo los innovadores consiguen descu-
brir las maravillas de la vida. Sin prisa, pero sin pausa.
NO CONFÍE EN NADIE
Observe a su alrededor, y no se fie nunca de nadie. El éxito

es una batalla diaria y constante entre uno mismo y todos sus
congéneres. Además, hay muchísimos potenciales enemigos dis-
puestos a amargarle siempre la vida y a quitarle lo que es suyo.
Donde menos se espera salta la liebre y el ser humano es ambi-
cioso y mezquino, por ello no hay que bajar la guardia ni fiarse
de los demás. Si confiamos, nos fallan seguro.
De esta forma es muy difícil vivir, ya que vamos a estar viendo
enemigos por todos los lados. Una cosa es el candor excesivo y otra
la suspicacia desmesurada. En la vida habitualmente se recibe lo
que se da; si no confiamos en los demás ellos tampoco lo harán en
nosotros y la existencia se convierte en un infierno.
LA RESIGNACIÓN ES NECESARIA Y LA MEJOR

ACTITUD
Cada oportunidad que se pierde ya no puede volver, es impo-

sible. Y aunque todo pasa, la desgracia y la adversidad lo hacen
con más lentitud, por eso debe aguantar. Si le ha tocado “la

china”, no luche y espere. Algún día pasará la mala racha; hasta
ese momento ya sabe, resignación.
Ante el conflicto la postura más adecuada es la acción. De lo
contrario seremos testigos de la derrota. Hay que plantar cara a la
adversidad y salir fortalecido de ella.
DESCIENDA AL NIVEL DE SUS SEMEJANTES
Es mejor rebajar sus estándares o criterios para adaptarse a

quienes le rodean que quedarse solo. La soledad es muy nega-
tiva y dañina. Hay que ceder, transigir, aguantar, doblegarse,
someterse con tal de no estar solo. La soledad es terrible y es
lo peor que nos puede pasar. Por eso ceda a cambio de com-
pañía.
Una cosa es ser comprensivo y tolerante con los demás, actitudes
excelentes y otra ser un calzonazos, postura incómoda además de
ineficaz. Cada uno debe mantener sus propios criterios y defender-
los con intensidad. Si vemos que nos hemos equivocado entonces
será el momento de cambiar el rumbo.
NO CAMBIE SUS HÁBITOS: EXPERIMENTOS,

QUE LOS HAGAN OTROS
Si se continúa haciendo lo mismo, seguirá obteniendo los mis-

mos resultados y así estará siempre relajado y cómodo. No cam-
bie ni arriesgue, ante todo seguridad y tranquilidad. No salga
nunca de su zona de confort, eso es muy peligroso y desestabi-
lizador. La vida no es fácil, por eso hay que intentar no compli-
carla demasiado, y sobre todo piense que si se esfuerza mucho

está gastando mucha energía y eso no es bueno. Prudencia, me-
sura y no se salga del redil, así nada puede temer.
La innovación es esencial para mejorar. Ya saben aquello de:
“renovarse o morir”, pues tomen buena nota de ello. Hay cosas que
conviene no cambiar, pocas. La mayoría son modificables en fun-
ción de las circunstancias. El progreso implica cambio y el cambio
supone incomodidad inicial, pero satisfacción posterior.
DISIMULE Y NO EXPRESE NUNCA SUS

EMOCIONES
No se deje conocer nunca, porque si lo hace es usted más vul-

nerable. Por lo tanto, vaya siempre disimulando, fingiendo,
con la careta puesta. Así estará más seguro. Llevar una coraza
es un poco incómodo pero sin duda estará más tranquilo. Ser
asertivo y expresar lo que uno siente y piensa es un peligro
que debe evitarse, por que si saben los demás cómo es usted le
pueden atacar con más facilidad.
La asertividad es una muestra de buena salud mental y de au-
toconfianza. Solo aquella persona que se conoce bien y se quiere es
capaz de expresar sus deseos y sus decisiones con firmeza, aunque
siempre con respeto.
LOS DEMÁS SON LOS CULPABLES DE MIS

PROBLEMAS
No sea el único responsable de su vida, suelen ser los otros

los que hacen las cosas mal y los que tienen la culpa de que
se sienta desgraciado. Los demás tiene un gran poder sobre

nosotros y sobre nuestra vida y es inútil resistirse. En conse-
cuencia, mejor déjese llevar por la corriente, ya que es mucho
más cómodo y eficaz para evitar sobresaltos. Ser dependiente
tampoco es tan malo, sobre todo si nos dejamos llevar de al-
guien más competente.
Estamos ante de uno de los errores más graves y frecuentes que
puede cometer una persona, como es el creer que son los otros
los mayores responsables de nuestros infortunios y calamidades.
Hay quien se considera como barco a la deriva y sin posibilidad
de cambiar el rumbo. Cuando justamente es lo contrario: si
alguien puede modificar su vida es uno mismo.
NO DIGA NUNCA QUE NO
Hay que intentar agradar a todos, aunque sea un poco cansa-

do. Es muestra misión esencial ser generosos y complacientes
con los demás. Para eso hemos venido a este mundo a ayudar
al prójimo, aunque nos perjudique y nos produzca daño, esta
vida solo es un tránsito y por lo tanto vivir feliz no es tan im-
portante.
Decir lo que uno piensa y no sentirse mal por ello es un éxito
emocional y una práctica que conviene ejercitar con alguna fre-
cuencia. En su justa medida la generosidad y la compasión son muy
gratificantes para quien las practica, pero en algunos casos debemos
saber y poder, sin tener por ello sentimientos de culpabilidad, ser
asertivos y rechazar una oferta, un compromiso, una proposición sin
tener que dar cuantiosas explicaciones o justificaciones.
TÉNGALO EN CUENTA: “UN PESIMISTA ES

UN OPTIMISTA BIEN INFORMADO”
Pensar en positivo es el preámbulo al fracaso. Si al despertar

cada mañana ponemos el pensamiento en que algo estupendo
sucederá ese día y lo hacemos con suficiente atención, como
no ocurra nos vamos a sentir muy desgraciados, por lo tanto
sea realista y mejor piense en negativo, así estará preparado y
no le cojerá por sorpresa.
No se trata de optimismo o pesimismo, sino de realismo. El
pensamiento saludable es aquel que es realista, objetivo y aséptico.
Cuando hablamos de pensamiento positivo, sería mejor decir pensa-
miento no distorsionado por las emociones, sean estas del signo que
sean. Cuando nos manejamos con ideas lógicas, los juicios de valor
serán ponderados y ello se traducirá en unas emociones equilibradas,
o lo que es lo mismo, en un estado afectivo armónico y pacífico.
PARA QUÉ ESFORZARSE SI AL FINAL

“TODOS CALVOS”
Así es, por mucho que nos esforcemos la vida tiene un límite
y aquí lo dejaremos todo, por lo tanto no merece la pena el lu-
char con ahínco por nada ni por nadie. Lo mejor que se puede
hacer es pasar los días sufriendo lo menos posible y para ello
hay que limitar las amistades y encerrarse en su “castillo”. Solo
de esta forma sobrevivirá sin conflictos.
El pensar en la muerte es muy positivo ya que nos permite rela-
tivizar la vida y no enfrascarnos en objetivos falaces, ideas absur-
das o sentimientos de rencor o venganza. Es bueno pensar que la
vida es corta, para de esa manera aprovechar el tiempo al máximo

y no dejar para mañana lo que podemos hacer hoy. “Deprisa, pero
sin prisas”; esa es la clave de la felicidad y del buen hacer.
5
Estrés y trabajo
SITUANDO EL PROBLEMA: EL ESTRÉS
Nos pasamos una gran parte de nuestra vida trabajando, claro,

eso los que tenemos la fortuna de tener un trabajo, cosa no fá-
cil en los tiempos que corren. La forma y el modo en el que lo
hagamos va a ser significativo para nuestro bienestar personal.
Hay muchas personas que trabajan solo para subsistir, es
decir, no les gusta lo que hacen ni tienen vocación para ello,
ni tan siquiera lo han elegido sino que ha sido una imposi-
ción que en un determinado momento se han visto obligados

a aceptar. En estos casos es muy fácil llegar a sufrir no solo
niveles elevados de estrés, sino incluso a padecer el llamado
“síndrome del quemado”.
Otros, en cambio, desarrollan una profesión que les gusta,
les satisface y que les da un bienestar no solo pecuniario, sino
también emocional y social. Es obvio que estos últimos sufrirán
mucho menos nivel de estrés y de insatisfacción que los pri-
meros. No obstante, el estrés laboral es una realidad que todos
en mayor o menor medida podemos sufrir, cierto que según el
tipo de personalidad y de trabajo a realizar seremos más o me-
nos vulnerables a padecerlo.
Por otro lado es importante destacar que el término de “es-
trés” se usa demasiado, que se ha vulgarizado y por lo tanto
cada uno lo usa como quiere, existiendo unas claras diferencias
entre el concepto “popular”y el que podemos denominar cien-
tífico o técnico.
Aunque no hay un criterio unitario y los límites son algo
difusos, en su origen el estrés fue un concepto importado por
la medicina desde la física (donde hace referencia a tensión de
fuerzas), para posteriormente y desde la medicina calar en la
terminología coloquial.
Sí es importante resaltar que el estrés no es un problema de
los tiempos modernos, no es algo nuevo y fruto de una forma
de vida excesivamente ambiciosa. Estrés no es solo equivalente
a prisa, multiplicidad de tareas, premura, sobrecarga laboral o
plazos rígidos. El ser humano siempre ha tenido que enfren-
tarse y resolver muchos problemas en su lucha por la adapta-
Estrés y trabajo 51
ción y supervivencia, sintiendo amenazas diversas durante su

existencia, concepto este, el de amenaza, que va a ser esencial
al hablar del estrés en general y del laboral en particular, como
veremos a continuación.
¿QUÉ QUIERE DECIR UN MÉDICO CUANDO

DIAGNOSTICA ESTRÉS?
Una persona estresada es aquella que se encuentra sometida a

una gran cantidad de presiones, problemas o amenazas. Pero
también lo es, o puede serlo, aquella otra persona que es sub-
jetivamente incapaz de enfrentarse a las dificultades que tiene.
Y ahí surge el primer punto de conflicto. ¿Quién es el “respon-
sable” del estrés, la persona estresada o el mundo estresante?
Para responder a la pregunta hay que tener en cuenta las tres
facetas o vertientes que al estudiar el “estrés” se observan. Por
un lado estaría el estímulo o fuerza (circunstancia) que actúa
sobre el individuo y que da lugar a una respuesta ante el hecho
que se esta produciendo.
En segundo lugar habría que considerar también la respues-
ta o reacción (fisiológica) de un individuo ante un “agente es-
tresor” ambiental o personal.
Por último estaría la relación estímulo/respuesta o situación
que es percibida o no como estresante (amenazante) por el indi-
viduo. En definitiva, y según los expertos, el estrés es un proce-
so “transaccional” en el que lo importante es la forma cómo el
individuo interpreta un estímulo, (ya sea objetivamente ame-
nazante o no) y cómo usa el sujeto los recursos que tiene para
responder a la demanda planteada. Esta evaluación siempre es

cognitiva (pensamiento) y emocional (sentimientos).
Al final podemos llegar a formular una sencilla definición
de consenso: El estrés es un proceso de relación entre el individuo
y el entorno, que se produce cuando dicha relación es evaluada
subjetivamente como amenazante o desbordante de los propios
recursos y pone en peligro el bienestar o la salud personal.
LA REGLA DE LAS TRES “AES”, O DEL MÉDICO

DE GUARDIA
Quizá para comprender mejor el concepto esencial de lo que

es el estrés puede ser útil la llamada regla de las tres aes o del
médico de guardia, regla que le he pedido prestada a un buen
compañero, psiquiatra de profesión. Preste atención, es muy
sencilla y estoy seguro que le va a aclarar y simplificar el con-
cepto teórico de ESTRÉS.
FASE 1ª: Alerta
Para que sean eficaces y eficientes, los médicos que están de guar-
dia deben permanecer mientras están en su trabajo en estado de
“alerta”. Esto es, están preparados para entrar en acción si hace
falta, pero a la vez tranquilos y relajados. Las personas también
deberíamos estar preparadas para afrontar los avatares y contra-
tiempos de la vida, ya que nunca se sabe a ciencia cierta lo que
puede ocurrir. Vivamos pues preparados (alertados, informados,
dispuestos), pero no agobiados, preocupados permanentemente
y sin necesidad ni motivo concreto.
FASE 2ª: Alarma
Para ser eficaces y cumplir su cometido, los médicos que están

de guardia deben responder con celeridad en el momento mis-
mo en el que se les llama para resolver la posible “urgencia”.
En ese preciso instante el medico que estaba en alerta se activa,
es decir, pone en marcha sus recursos y capacidades (intelec-
tuales, emocionales, físicas, etc.) y se enfrenta a la situación
concreta que se le plantea para darle la mejor solución posible.
De igual modo, las personas deberíamos responder a las “ur-
gencias o incidentes de la vida”, y activarnos para utilizar nues-
tros recursos, pero teniendo sumo cuidado en no responder
a amenazas o problemas inexistentes, o bien hacerlo de forma
desproporcionada o desmesurada, ya que todo ello nos restaría
eficacia al hacernos perder una gran cantidad de energía y ade-
más de forma innecesaria.
FASE 3ª: Acción
Una vez que el médico de guardia está ante el paciente que ha

llegado a urgencias, debe poner en marcha todos los recursos
disponibles (lo que ha aprendido durante su carrera, su expe-
riencia laboral, su autocontrol emocional, etc.). De ello va a
depender que se resuelva o no la urgencia que se le ha plantea-
do, y en muchos casos el que se salve la vida de una persona.
Las personas también debemos pasar a la acción poniendo
en marcha todos nuestros recursos e intentar resolver los proble-
mas e incidentes que la vida nos presenta. Cuando estamos
ante el “conflicto” es el momento idóneo para analizar minu-
ciosamente el problema que se nos ha presentado, valorar y
ponderar los recursos que disponemos y tomar el camino más

adecuado.
El esquema creo que teóricamente es sencillo, pero por des-
gracia a la hora de la pasar a la acción surgen muchos incon-
venientes. En unos casos porque la gestión que ponemos en
marcha frente a un estresor no es la apropiada (ya sea en canti-
dad o calidad), en otros casos porque nuestra actuación no es
proporcional (al estímulo), o simplemente porque la conducta
no es eficaz (perdemos el control).
Por eso alarmarse sin necesidad, respondiendo de un modo
excesivo a amenazas mínimas e incluso a veces inexistentes, o
utilizar inadecuadamente los propios recursos y las habilida-
des de adaptación, tanto por exceso (nervios, prisas), como
por defecto (inhibición, bloqueo), son los errores que se co-
meten con frecuencia y que dan como resultado la aparición
del llamado ESTRÉS NEGATIVO. Es decir, un tipo de estrés
patológico que genera conductas inadecuadas y una “inadap-
tación y bloqueo” que lejos de ayudar dificulte la solución de
los problemas y acaba desencadenando todavía más problemas
que los que pretende solucionar.
Debe quedar claro a estas alturas del capítulo que el estrés
no es siempre perjudicial. El que sea nocivo depende de la
cantidad, la intensidad, el momento, las circunstancias, la du-
ración, entre otras muchas variables. También por supuesto
el estrés que podemos denominar “malo”, depende en gran
medida de nuestra personalidad o forma de ser, ya que hay
personas que son por sus claves genéticas más “fácilmente es-
tresables”, y otras que lo van a ser en mucha menor medida.
En síntesis, y con el objetivo de clarificar los conceptos convie-

ne tener presente lo siguiente:
1. El estrés es un proceso de relación o transaccional.

2. Todos podemos sufrir estrés, pero algunos tienen más riesgo.
3. Las repercusiones del estrés pueden ser positivas, aunque lo
más corriente es que sean negativas e impliquen riesgos para
la salud, el trabajo y las relaciones con los demás.
El estrés no es una situación que nos viene de fuera y contra

la cual estemos inermes y no podamos hacer nada. El estrés
depende en gran parte de nosotros mismos (sobre todo de la in-
terpretación y valoración que hagamos de nuestra realidad), y en
consecuencia podemos aprender a controlarlo y a manejarlo
adecuadamente.
ALGUNAS ESTRATEGIAS PARA PREVENIR

Y VENCER AL ESTRÉS LABORAL
La primera actitud que debemos adoptar para evitar sufrir es-

trés es sencilla y consiste en hacer las cosas “deprisa”, pero no
con “prisas”. Como decía el insigne médico Gregorio Mara-
ñón: La rapidez, que es una virtud, engendra un vicio, que es
la prisa. Para ello es muy importante, mejor dicho, esencial,
diferenciar entre nuestra percepción de la realidad y la realidad
misma. No olvidemos, como ya hemos señalado, que : Las
cosas no son como son, son como somos”.
Otro punto esencial para evitar estresarnos es recordar que
la actitud positiva es siempre posible y deseable. Se trata de
que seamos realistas y no olvidemos que la vida tiene siempre

aspectos positivos y que los demás no tienen por qué ser siem-
pre dañinos. Hay muchas personas buenas, honestas y leales.
Aunque sin duda de vez en cuando pueden aparecer los llama-
dos “vampiros emocionales”, frente a los que tendremos que
adoptar algunas precauciones, pero estos en ningún caso son
la regla sino la excepción.
Para evitar el estrés laboral es definitivo ser un buen profesio-
nal, es decir, dominar nuestra profesión o trabajo. Ello conlle-
va poder presumir de lo que uno hace y de lo que uno es. El
trabajo es una parte muy importante de la vida, nos permite
subsistir pero también nos facilita la realización personal y por
lo tanto habrá que cuidar todo lo relacionado con él con es-
mero.
Hay ocasiones y momentos en los que la situación puede
superarnos y en ese caso hay que utilizar “ayuda” profesional.
Para ello están los psiquiatras, psicólogos, entrenadores perso-
nales, consejeros, mentores y demás gente de “mal vivir”. En
este sentido lo esencial es saber recurrir a la persona compe-
tente y experta y no dejarnos embaucar por la charlatanería y
el filibusterismo.
Si el estrés nos supera habrá que llegar a utilizar incluso me-
dicamentos. Hoy tenemos una amplia variedad de fármacos
que podemos denominar “antiestrés”. Fármacos que siempre
deben ser prescritos por profesionales cualificados (médicos) y
siguiendo un plan terapéutico complejo. Lo que no debemos
hacer es automedicarnos, y mucho menos consumir drogas
legales (alcohol) o ilegales, ya que el fracaso será inevitable,
crearemos un problema nuevo y el daño en muchos casos pue-

de ser irreparable.
Entre los llamados FÁRMACOS ANTIESTRÉS capaces de
mejorar la tolerancia y aumentar la capacidad de adaptación
están los ANSIOLÍTICOS (generalmente derivados benzodia-
cepínicos) cuyo uso se ha disparado tanto por automedicación
como por prescripción. Son todos ellos medicamentos útiles
y seguros pero se debe evitar siempre el manejo inapropiado
en dosis, tiempo, sin plan terapéutico, etc. El hacerlo de esta
forma dará lugar casi con total seguridad a un serio problema
de salud.
Quizá más útiles que los anteriores para el manejo médico
del estrés son los ANTIDEPRESIVOS, criterio apoyado por el
“European CNS Advisory Board on Stress”, y dentro de estos
sobre todo los llamados ISRS y los IRNS a los que se les atri-
buye un efecto “serenizador” (preventivo contra el estrés).Los
antidepresivos bien pautados y correctamente utilizados son
herramientas extremadamente útiles para reducir los síntomas
agudos, evitar el estrés patológico, y sobre todo impedir que el
estrés se complique y evolucione hacia enfermedades como la
depresión, la ansiedad o las adicciones químicas, entre otras.
6
Las relaciones de pareja: causa
frecuente de estrés
EMOCIONES Y PASIONES
Las relaciones interpersonales, y más concretamente las rela-

ciones de pareja, son una de las fuentes de estrés más impor-
tante, no en balde la quiebra de la estabilidad emocional y de
la autoestima cuando hay enfrentamientos y problemas en una
pareja es muy frecuente.
Pero no todo es negativo cuando hablamos de la vida en
pareja, ya que esta, siempre que ambos miembros sean comple-
mentarios y sus expectativas razonables, puede ser también una

forma de conseguir estabilidad emocional y de prevención del
estrés. Todo dependerá de cuáles sean los roles de cada uno y
la actitud y talante que adopten en la comunicación y relación.
Es esencial partir de una base que puede ser chocante para
algunos e incluso provocativa para otros. Lo que llamamos
enamoramiento es un “trastorno mental transitorio” que pasa
por diversos estadios o fases. Hay momentos iniciales de máxi-
ma ilusión que llega a ser ofuscación, luego se pasa a un pe-
riodo de bienestar y felicidad intensa para, en el mejor de los
casos, dar lugar a una etapa de aceptación completa del otro
con sus defectos y virtudes. Dicho de otra manera, la etapa de
enamoramiento que se produce en toda relación afectiva es un
estado emocional que se transforma con el tiempo y cuando la
evolución es positiva, en un sentimiento más estable y profun-
do que es lo que llamamos amor.
Desde la óptica psicopatológica el enamoramiento se po-
dría considerar un estado “anormal”, originado por una serie
de modificaciones hormonales y neuroquímicas intensas que
serán a su vez las responsables directas de los cambios en la
percepción de la realidad que se van a producir.
Se podría afirmar en tono un tanto provocativo que el ser
humano enamorado no ve la realidad de forma objetiva, sino
deformada por la emoción-pasión que la impregna. Por eso el
enamoramiento puede ser una intensa fuente de estrés (ame-
naza), sobre todo cuando se producen interpretaciones subje-
tivas de la realidad basadas en dudas, suspicacias, temores a la
pérdida, comparación subjetiva deformada, etc. Estas valora-
Las relaciones de pareja: causa frecuente de estrés 61
ciones ciertamente ilusorias y desfiguradas serían fruto de una

personalidad impregnada de cambios neurohormonales muy
relevantes, aunque temporales.
Decidir cualquier aspecto de nuestra vida cuando se está
enamorado puede ser arriesgado y concluir en fracaso, ya que
lo irracional se antepone a lo lógico y las emociones/senti-
mientos dominan a la inteligencia. En suma, estaríamos en
manos del cerebro emocional (sistema límbico) y de sus siem-
pre erráticos deseos y pretensiones.
SUGERENCIAS PARA CONSEGUIR ARMONÍA

EN LA PAREJA
Vamos a hacer ahora algunos comentarios y sencillas reflexio-

nes en un intento de que las relaciones de pareja no se convier-
tan en causas o focos de estrés y por lo tanto de sufrimiento
personal. Si lo consideran oportuno, tomen nota de ello y aplí-
quenlo en su vida afectiva.
1. La pareja no debe ser un partido de fútbol o de ajedrez,

en el que para que uno gane el otro tiene que perder.
Es muy importante que cada uno de los miembros tome
conciencia de su actitud antes de empezar a hablar y a
exponer sus convicciones y creencias. Cuando hablamos
de afectividad, es decir, de emociones, sentimientos y pa-
siones en las relaciones humanas, no se trata de vencer,
sino que lo más inteligente es ceder un poco para de esta
forma ganar los dos.
2. La comunicación no verbal en la afectividad es esencial, por

eso es muy importante controlar el tono, gestos, olores, mira-
das y toda una amplia variedad de ademanes que aunque
parezcan irrelevantes no lo son. De la misma manera que
el lenguaje y las expresiones pueden ser agresivas, también lo
pueden ser nuestros gestos. Si el tema que vamos a abordar
es importante, antes de hablar y sobre todo si nos sentimos
especialmente irritables o nerviosos es mejor parar, descansar
un momento y relajarnos, que continuar con un discurso y
un lenguaje tenso, hipercrítico o excesivamente vehemente.
Nunca mejor que en estos casos es aplicable el proverbio: “Se
es señor de los silencios y esclavo de las palabras”.
3. La pareja está formada por dos personas y cada uno tiene
que disponer de su tiempo y espacio, sin que el otro se lo
arrebate. Respete siempre el turno de palabra de manera
ordenada. No apabulle al otro con su discurso ni alce la
voz para hacerse oír. Les pongo un ejemplo que puede ser
ilustrativo para apaciguar los ánimos y evitar la tensión:
“Déjame terminar, por favor. Luego yo te escucharé sin
interrumpirte”.
4. Póngase siempre en lugar del otro y esfuércese en entender su
postura. ¿Qué puede estar pensando? ¿Qué siente? ¿Por qué
lo siente de esta forma? Es más útil emplear preguntas para
aclararnos, que utilizar reproches o cuestionamientos. Y so-
bre todo conviene recordar que siempre somos responsables (al
menos en parte) del problema que se está tratando de resolver.
5. Hay que reconocer los aspectos positivos del otro tanto o
más que los negativos, y expresarlo verbalmente. Es fácil
Las relaciones de pareja: causa frecuente de estrés 63
resaltar y centrarnos en lo que falla sin reparar en que hay

muchas cosas que están funcionando bien. No hay que per-
der la ocasión de señalar lo positivo. Y si nuestra pareja nos
cuestiona, no conviene defenderse contraatacando. Lo más
interesante es tratar de buscar la parte de razón que hay
en las cosas que nos están diciendo (aunque nos puedan ser
molestas).
6. Seamos constructivos y propongamos soluciones que traten
de integrar las dos posturas. Existe una solución satisfac-
toria para los dos, aunque en este momento no seamos ca-
paces de verla. No conviene centrarse únicamente en la
propuesta que nosotros hacemos. Hay que escuchar tam-
bién la de nuestra pareja y extraer lo positivo. ¿Qué otras
alternativas son posibles?
7. No hay que solucionar las cosas de golpe. Hay tiempo, no
hay que agotarse ni mucho menos precipitarse. Se puede
llegar a acuerdos parciales y continuar hablando más ade-
lante. La convivencia en pareja es una carrera de fondo,
no de velocidad, y tenemos toda la vida para seguir mejo-
rando, aprendiendo y disfrutando.
8. No conviene discutir nunca delante de terceras personas,
ya sean amigos, familiares, o sobre todo, de los hijos. Esta
conducta es muy frecuente a pesar de no ser nada reco-
mendable. Si lo estamos haciendo, planteemos a nuestra
pareja el dejar de hablar de ese tema hasta estar solos y en
un estado de ánimo diferente. De igual manera, hay que
evitar a toda costa meter a otras personas en la discusión
buscando árbitros o aliados que apoyen nuestra postura, o
simplemente que nos den la razón. En pareja, cuanto me-

nos gente opine de lo que sucede, suele ser mejor.
9. Las comparaciones son odiosas, hay que evitarlas siempre.
Cada uno es diferente y cuando se llegue a un acuerdo este
debe ser bueno para ambos. Para bien y para mal somos los
interpretes únicos y por lo tanto no hay que dejarse influir
rígidamente por las normas o patrones de otras parejas o
incluso de determinadas normas sociales si a nosotros no
nos encajan.
10. Recuerde siempre que todas las cosas se pueden decir, in-
cluso las más duras, conservando la educación y el respeto
por el otro. Es algo conocido pero no está de más repetirlo:
en pareja, las faltas de respeto nunca son gratis. Un insul-
to, un desprecio, un ataque personal para hacer daño…,
siempre deja una pequeña herida, aunque más adelante
nos disculpemos y parezca todo resuelto. Hay que tenerlo
siempre presente, y si nos sucede, además de pedir discul-
pas, intente repararlo.
7
Cuando se traspasan
las fronteras del estrés
LA DEPRESIÓN O LA TRISTEZA SIN MOTIVO
Desde hace treinta años soy psiquiatra y no hay día en que no

se acerquen a mi consulta personas deprimidas. También veo
muchas personas tristes y agobiadas por problemas. Ellas dicen
estar deprimidas y cuando les digo que no lo están, que lo que
sufren es otra cosa, dudan y se extrañan.
La depresión es una tristeza inmotivada, desproporcionada,
con mucha frecuencia absurda, ilógica. No hay causas para es-
tar tan mal, y si hay alguna, no justifica la reacción que se está
produciendo. El enfermo deprimido se encuentra cansado des-

de las primeras horas del día. No tiene ilusión por nada ni por
nadie, todo le da igual. Duerme mal, come peor, tiene dolores,
no tiene apetencia sexual. Su vida es un desastre, para algunos
un calvario insoportable, del que hay que escapar cuanto antes.
La pregunta que nos hacen es siempre la misma: ¿Por qué
estoy así? ¿Qué me pasa doctor?, para luego añadir, ¡Ayúdeme!
El malestar es tan intenso y la angustia tan grande que en al-
gunos casos la idea de muerte ronda por su cabeza, y lo que es
peor, un porcentaje nada desdeñable de los enfermos depresi-
vos llegan al suicidio.
La depresión tiene un origen diverso, por eso decimos que
su etiología es multifactorial. Hoy sabemos a ciencia cierta que
en todo enfermo con depresión hay una serie de alteraciones
neurobioquímicas, metabólicas y también hormonales detrás
de los síntomas, que sin ser las únicas, sí son muy relevantes y
que deben tratarse en primer lugar.
El cerebro del deprimido está dañado y no puede cumplir
su función adecuadamente. Es básico tener esto en cuenta y
partir de esta idea cuando hagamos nuestras propuestas. El en-
fermo se encuentra embotado, enlentecido, abúlico. Sus bio-
rritmos están alterados, las funciones emocionales perturba-
das. El ordenador cerebral no puede procesar la información de
forma correcta, ni la que le llega desde el exterior, ni tampoco
la que él mismo genera, y las respuestas serán, en consecuen-
cia, equivocadas, e incluso a veces, irracionales.
Hoy el tratamiento y abordaje de la depresión es variado,
pero ante todo y en primer lugar debe ser farmacológico, esto
Cuando se traspasan las fronteras del estrés 67
es indudable y está verificado por numerosos y serios trabajos

de investigación. A fecha de hoy disponemos de una varia-
da gama de fármacos antidepresivos, seguros y eficaces, que
pueden reducir los síntomas y conseguir una remisión de la
enfermedad.
Todos los fármacos que están en la tabla son muy eficaces pero
tienen una serie de características que deberemos tener presente
siempre si el objetivo es salir de una enfermedad grave, invali-
dante y que provoca un intenso sufrimiento personal y familiar.
Lo primero es tener en cuenta que tardan en hacer efecto un
mínimo de tres semanas, aunque no es nada infrecuente que no
veamos resultados hasta pasado mes y medio del inicio del trata-
miento. Por lo tanto paciencia cuando se inicia un tratamiento
antidepresivo, la mejoría se producirá pero no tan pronto como

nos gustaría. En cambio, lo que sí se va a presentar precozmente
son algunos efectos secundarios, nunca graves, pero a veces algo
molestos. Por lo tanto paciencia y tenacidad.
Lo segundo a recordar es que estos fármacos deben tomarse
durante un tiempo prolongado, al menos un año (cuando no
de forma indefinida), siendo ello, la supresión precoz del tra-
tamiento, la principal causa de recaídas y de cronificaciones.
Por último, hay que significar que tanto el inicio como la
retirada del tratamiento debe hacerse siempre de forma gra-
dual y progresiva, no siendo infrecuente que tengan que trans-
currir varios meses hasta la supresión completa.
Si cuidamos todos estos aspectos y respetamos escrupulosa-
mente la prescripción que se nos ha hecho, los síntomas irán
desapareciendo y podremos ver la luz al final del túnel, sin
olvidar por supuesto que estamos ante una enfermedad grave
y con cierta tendencia a la recurrencia.
LA ANSIEDAD: “EL MIEDO AL MIEDO”
Una de las enfermedades o alteraciones psíquicas más moles-

tas que existe junto con la depresión es la ansiedad. Esto es, el
temor a que algo malo nos vaya a pasar, miedo a perder el con-
trol o a perder la razón y a poder realizar actos dañinos para sí
mismo o para otros.
La persona con ansiedad está en permanente tensión, expec-
tante, alarmada. Nota con frecuencia palpitaciones, sudores,
calambres, hormigueos, opresión en el pecho, en la garganta,
malestar general y sobre todo miedo, mucho miedo, insegu-

ridad y dudas. Una sintomatología muy agobiante y molesta
que le lleva a frecuentar una y otra vez los servicios de urgen-
cias y las consultas médicas, muchas veces sin conseguir los
resultados apetecidos.
La ansiedad con frecuencia puede ser una respuesta o reac-
ción ante un estrés mantenido e intenso. Pero la ansiedad tam-
bién puede aparecer sin ninguna causa externa (ambiental) que
la justifique. En este último caso estaremos ante “la ansiedad
enfermedad” cuya etiología, una vez más la vamos a encontrar
en el desequilibrio de la función cerebral y de los neurotransmi-
sores allí existentes, junto con un aprendizaje inapropiado de
algunos de los mecanismos autocontrol.
Dentro de los trastornos de ansiedad existen tipos o va-
riedades. Así, tenemos la ansiedad generalizada, las fobias, el
trastorno obsesivo, el ataque de angustia, o el trastorno por estrés
postraumático, entre otros. En el siguiente cuadro resumimos
los trastornos de ansiedad que están codificados a fecha de hoy.
Aunque los síntomas de la ansiedad son variados y cam-
biantes, todos ellos tienen un denominador común: el miedo a
sufrir un daño y la inseguridad y agobio que ello produce.
El enfermo de ansiedad cree sin duda que esta muy en-
fermo, que su situación es grave incluso crítica, por eso no
se queda satisfecho cuando tras el pertinente reconocimiento
médico se le dice que no tiene nada. Y es que esa afirmación
tan frecuente no es cierta del todo. Que no tenga una lesión,
un tumor, una infección o dolencia objetivable con los me-
dios de diagnóstico de los que se dispone hoy es verdad, pero
sí tiene una alteración neuroquímica, endocrina y metabólica

que aunque no se puede objetivar directamente, está en la
génesis del trastorno.
La sensación psicológica subjetiva de pánico y los síntomas

de opresión precordial, inquietud psicomotora, sudoración in-
tensa, sensaciones extrañas y desagradables en brazos y piernas,
diarreas, aumento de la diuresis, palpitaciones y mareos e ines-
tabilidad, entre otros, no son invenciones o fantasías. Todos
ellos son reales y constituyen expresiones de los cambios en la
neurotransmisión cerebral que van a dar lugar a una estimula-
ción inadecuada del sistema nervioso vegetativo y este a todas
las modificaciones que venimos describiendo.
El tratamiento de la ansiedad está fundamentado a fecha de
hoy en el uso de tranquilizantes del grupo de las benzodiacepi-
nas. No obstante, cada vez se preconiza más el uso antidepresi-
vos inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS), entre los

que están la Paroxetina, la Sertralina, Fluoxetina o el Escita-
lopram. También están indicados los antidepresivos llamados
duales, como la Venlafaxina y Desvenlafaxina. Últimamente
ha aparecido en la clínica un nuevo fármaco, la Vortioxetina,
cuyos resultados preliminares le hacen postularse como una
alternativa muy prometedora para el abordaje del problema.
En este repaso necesariamente somero y superficial de tra-
tamientos de la ansiedad no hay que olvidarse de las psicote-
rapias, sobre todo la llamada cognitiva, cuyo fundamento ya lo
hemos expuesto en las primera paginas del libro y cuya función
esencial consiste en modificar los pensamientos distorsionados
y sustituirlos por otros más saludables.
LAS ADICCIONES A SUSTANCIAS
Cuando el estrés es muy intenso es probable que la persona

recurra a “casi cualquier cosa” para amortiguarlo. Entre las op-
ciones que existen se encuentra el uso (y casi siempre abuso/
dependencia) de sustancias.
De todas las sustancias adictivas que existen en nuestro me-
dio es el alcohol la droga antiestrés por excelencia. Además,
tiene a su favor el ser una sustancia barata, fácil de conseguir,
legal, bien vista y con una percepción social de riesgo muy
escasa. Pero todo ello no debe ocultar que es la sustancia que
produce el problema sociosanitario de más relevancia en nues-
tro país, ya que no solo hace daño a la salud, sino que también
produce de otro tipo de problemas como son los malos tratos,
accidentes de circulación y laborales, delitos de lesiones graves,

además de un importante costo económico.
Además de alcohol, hoy también se consumen en cantida-

des muy preocupantes cannabis o marihuana (porros), sus-
tancia avalada erróneamente por una fama de inocuidad falsa,
siendo usada en todo tipo de ambientes.
También se consumen cada vez más como errónea solución
al estrés las drogas estimulantes, cuyo exponente más relevante
es la cocaína, seguidas de las anfetaminas y de las llamadas
drogas de diseño o de síntesis.
El problema esencial de la ingesta de todas estas sustancias
es el daño cerebral que producen, sobre todo cuando se ingie-
ren por muchachos muy jóvenes. Estos daños no se van a ver
de forma inmediata sino con el paso del tiempo, lo que hace
que su percepción de riesgo sea muchas veces baja.
Hoy sabemos con claridad que todas las drogas, legales y ile-
gales, dañan la función cerebral (cognitiva y afectiva), además
de producir a medio plazo enfermedades psiquiátricas tan seve-
ras como las psicosis, depresiones, trastornos de pánico, etc.
Por otro lado, el uso fuera del circuito sanitario de tranqui-

lizantes menores derivados de las benzodiacepinas está siendo
cada vez más problemático, sobre todo cuando se autoprescri-
ben, se ingieren en dosis elevadas y unidas al alcohol u otras
drogas de abuso.
En la actualidad los datos oficiales que se manejan sobre con-
sumo de psicofármacos son escandalosos, tanto por la frecuencia
de consumo como por el tiempo del mismo, por ello debemos
insistir que solo son recomendables los ansiolíticos en periodos
cortos de tiempo y siempre bajo estricto control médico.
LA PSICOSIS: LA ENFERMEDAD MENTAL

POR ANTONOMASIA
Las situaciones muy estresantes pueden producir también,

aunque es mucho más raro y hace falta una vulnerabilidad
personal previa, episodios psicóticos que se denominan psico-
sis reactiva breve.
Las psicosis son sin duda las enfermedades más graves que
existen dentro de los trastornos mentales, ya que en este tipo
de padecimientos se produce una auténtica “transformación
de la vida de un sujeto”, que deja de ser en cierta manera quien
era para convertirse en otra persona, con ideas delirantes, alu-
cinaciones, aislamiento social, incongruencias, perplejidad, la-
bilidad emocional, y trastornos de la conducta social que serán
muy variables en función de la personalidad previa y del tipo
de psicosis que se produzca.
El tratamiento de las psicosis precisa inexcusablemente del

uso de psicofarmacos antipsicóticos, dentro de los cuales hay
a fecha de hoy muchas variedades y diferencias sustanciales

entre ellos, tanto en su vía de administración como en su po-
sología o en sus efectos secundarios e interacciones.
El uso de antipsicóticos debe ser prolongado en el tiempo

(3 a 5 años), y a veces de forma indefinida, ya que solo así se
podrá conseguir la remisión de los síntomas, y en los casos más
favorables la curación completa de la enfermedad. Los efectos
secundarios aunque llamativos no suelen ser un problema gra-
ve siempre que exista el adecuado y pertinente control médico.
SUICIDIO Y ESTRÉS LABORAL
No se puede afirmar que el estrés en sus diferentes formas y

variedades sea el causante “directo y único” de un suicidio.
Para que alguien realice una conducta suicida hace falta una
personalidad vulnerable y posiblemente la existencia de una
depresión grave u otro trastorno psíquico de semejante natu-
raleza que precipite el acto suicida. Pero el estrés sí puede ser

un factor coadyuvante o precipitante de un suicidio y por lo
tanto no debemos minusvalorarlo.
Además, el suicidio lamentablemente es una realidad hu-
mana difícilmente evitable, aunque sí previsible. Por eso te-
nemos que conseguir un diagnóstico precoz y saber discernir
aquellos síntomas básicos que nos orientan hacia la posible o
probable ejecución de un acto suicida. En la siguiente tabla ex-
ponemos algunos datos interesantes y útiles para la prevención
del suicidio.
Como vemos, los datos son elocuentes y reflejan una rea-

lidad que es mucho más frecuente de lo que se piensa. Una
situación de estrés elevada y mantenida en el tiempo, unido a
una persona con pobres recursos emocionales y escasa capaci-
dad de superación del conflicto es una terreno abonado y un
caldo de cultivo excelente para que aparezca una ideación au-
tolítica al principio, que más tarde dará paso al gesto autolítico

y que si no se pone el remedio adecuado dará paso al suicidio
consumado.
Es importante destacar que cualquier idea o gesto en los que

aparezca la idea de muerte debe ser tenido en cuenta y que no
se debe pasar por alto nunca la posibilidad de que la idea dé
paso al acto. En aquellos casos donde se presuma la posibilidad
de una conducta suicida, habrá que proceder a un estudio por-
menorizado de los síntomas, de los antecedentes personales y
familiares, de las situaciones ambientales, del nivel de estrés
existente y de los rasgos de personalidad dominantes o pre-
morbidos. Ante la duda razonable lo más prudente y correcto
es proceder al ingreso psiquiátrico (a veces involuntario) para
un control estricto y un tratamiento multidisciplinar.
8
Cómo ser padres y no morir
en el intento
CENTRANDO LA CUESTIÓN
Mucha tinta se ha gastado, y se seguirá gastando, sobre como

ser un buen y competente padre, existiendo opiniones muy
variopintas y en algunos casos contradictorias sobre cómo
educar y ayudar a madurar a esos seres tan especiales que para
cada padre son sus hijos. Y, ya se sabe, cuando hay opiniones
muy diversas es que no hay ningún método plenamente eficaz

ni válido al cien por cien para conseguir el objetivo propuesto:
que los hijos sean unos adultos felices y autónomos.
En las líneas siguientes les voy a dar mi experiencia profe-
sional y, también personal, para conseguir hacer esta actividad
de la forma más adecuada, aunque ya les advierto que acertar
plenamente en la educación filial es quimérico. Por lo tanto
asuman de entrada que va a haber errores y fallos y que la
matrícula de honor en este master de paternidad eficiente no
existe, tan solo el apto o no apto, ténganlo en cuenta y no se
lamenten ni se obsesionen con la calificación.
Lo que conviene dejar claro desde el principio es que ser
padre requiere ante todo grandes dosis de sentido común y de
coherencia. Es más, con eso creo que sobrarían ya el resto de
sugerencias. Sencillo, ¿verdad? Entonces…, ¿por qué hay tan-
tos problemas y fracasos a la hora de conducir a nuestros hijos
hacia una vida adulta saludable y plena?
La respuesta es compleja, pero uno de los aspectos esenciales
es precisamente porque no aplicamos las dos reglas básicas que
les he dicho. También puede ser porque a pesar de hacerlo, los
muchachos vienen con “defectos de fábrica”o bien, somos no-
sotros, los padres, los que creamos el problema al transmitirles
nuestros sentimientos de culpa, nuestra falta de información y
formación básica, nuestros propios complejos, que acabamos
proyectando sobre ellos, nuestras propias inseguridades y mie-
dos, nuestros egoísmos, e incluso nuestras propias enfermeda-
des, que no hemos sabido, podido o querido abordar en su
momento. Una última advertencia: todo lo que les digo en este
Cómo ser padres y no morir en el intento 81
apartado es cuestionable y criticable. Como les he advertido,

esta es una materia difícil y poco estudiada, por lo tanto tome
mis palabras como una opinión más y sin el rigor acreditado
que quizá sí pueda existir en otros capítulos del manual.
LA EDUCACIÓN EMPIEZA DESDE EL PARITORIO
Ese es un axioma primordial pero que con frecuencia se pasa

por alto. Es un error empezar el trabajo de la educación de los
hijos cuando el muchacho tiene ya unos cuantos años de vida
y cuando se han instaurado también ciertas conductas auto-
matizadas. Es esencial establecer las “reglas del juego” desde
el principio y no crear o permitir la aparición de comporta-
mientos, actitudes o hábitos inadecuados que luego serán muy
difíciles de sustituir.
Todo aquello que creamos fundamental para educar salu-
dablemente a nuestro hijo debemos ponerlo en práctica desde
que ese nuevo ser llega al mundo y, en consecuencia, se integra
en la familia que le ha tocado en suerte. Por supuesto que no
será el mismo lenguaje el que tendremos que emplear al año
de vida, que cuando el hijo tenga siete, pero las bases sí son las
mismas: coherencia y sinceridad.
Se trata de hacer lo mismo que se predica y utilizar siempre
la verdad unida a muchas dosis de sentido común, es decir,
lógica elemental y consenso amplio. Si empezamos el proce-
so de la educación nada más nacer, todo va a ser mucho más
sencillo. Por un lado porque cuanto se es más joven el cere-
bro puede ser modulado con más facilidad. También por que
cuanto más tiempo se repite un hábito, más se consolida y más
fuerte se hace. Y por último, porque siguiendo el clásico refrán

de: “no dejar para mañana lo que se puede hacer hoy”, tendre-
mos más tiempo para completar ese importantísimo proceso
que es la educación en valores.
NO ENGAÑE Y DIGA SIEMPRE LA VERDAD
La mentira no es nunca útil, se descubre siempre y solo sir-

ve para que no nos crean cuando digamos la verdad. No será
posible mantener una buena relación con un hijo basada en
la falsedad, por lo tanto y aunque sea incómoda o duela diga
siempre la verdad. Cuando actuamos con honestidad, además
de conseguir mayor credibilidad, redunda en nuestra salud
mental, ya que vamos a obtener el beneficio intenso de la cal-
ma y de la paz interior.
Ya sea ante un tema banal o ante una situación más trans-
cendente no mienta, no utilice las trampas, no pierda su ho-
nestidad. Si lo hace le va costar mucho recuperarla. Es sencillo,
diga siempre la verdad, aunque pueda parecer dura, esa dureza
se supera. Lo que será muy difícil de remontar es la falsedad.
Además, y como pauta general, quien miente en lo poco, lo va a
hacer también en las cosas importantes. Y eso su hijo lo acabará
descubriendo y en ese momento perderá toda su credibilidad.
NO INTENTE SER QUIÉN NO ES
Esta sugerencia va íntimamente unida a la anterior. Uno de los

mayores retos de la vida es ser uno mismo, ser sincero, sobre
todo en un mundo que nos intenta convertir siempre en otra
persona y que está persistentemente trampeando con las ideas

y las personas.
Seguro que en su medio habitual habrá padres más guapos,
más inteligentes, más ricos, más famosos, más poderosos, más
jóvenes pero…, ellos nunca serán ¡usted! No intente cambiar
(y mucho menos mentir) para que sus hijos se sientan más
orgullosos. Tenemos que mostrar nuestro yo más auténtico y
con él nos tienen que aceptar y querer.
El impostar o aparentar, además de originar un gran desgas-
te energético, se descubre más pronto que tarde y eso siempre
será mucho peor. Los hijos necesitan un referente claro de in-
tegridad para madurar adecuadamente, aparentar lo que no se
es, además de ser muy absurdo es inútil.
SI SE EQUIVOCA RECONÓZCALO
Equivocarse y reconocerlo es mucho más beneficioso que no

hacer nada, ya que significa que al menos lo estaba intentando
y que además ha sido consciente de su equivocación. Antes de
llegar al éxito de cualquier proyecto detrás hay siempre una
larga lista de errores, no en balde cada nuevo error es el camino
que conduce a la victoria.
Como venimos insistiendo, ser padre no se enseña en nin-
gún sitio y por lo tanto se aprende a serlo a base de errores: eso
es lo habitual, lo esperable. Conviene esforzarse en hacerlo lo
mejor que se pueda, pero equivocarse es no solo posible, sino
también muy probable. Cuando se reconoce el error, se consi-
gue reforzar nuestra credibilidad y ante sus hijos su figura de
padre y su prestigio crecerán.
ENSÉÑELES LA DIFERENCIA ENTRE EL “PRECIO”

Y EL “VALOR” DE LAS COSAS
Los seres humanos somos insaciables y con mucha frecuen-

cia tenemos infinitos deseos de conseguir bienes materiales.
Lo malo es que no nos damos cuenta de que las cosas que
realmente son importantes y las que más nos satisfacen son
gratuitas, o al menos no se pueden adquirir con dinero. Amar,
reír, ver un amanecer, pasear a la orilla del mar o, para los
que somos verdaderamente afortunados, trabajar en lo que nos
apasiona, no cuestan dinero.
En la sociedad actual se confunde con frecuencia precio (el
costo económico al adquirir algo) con el valor (utilidad y bien-
estar que nos proporciona una determinada cosa, actividad o
elemento). Cuando un muchacho es educado en valorar lo que
tiene, en ser consciente de que no es más rico quien posee más,
sino quien necesita menos, estamos sembrando la semilla de la
felicidad. Por el contrario, cuando solo hacemos referencia al
coste económico y le inoculamos la desmesurada importancia
que tiene el dinero, estamos sembrando una ambición insana y
destructiva por la que va a pagar un precio elevado.
NO FOMENTE UNA COMPETITIVIDAD EXCESIVA
Transmita a sus hijos la idea esencial de que no hay que estar

obsesionado por aquello que los demás hacen mejor que uno.
Lo más importante es tener claro lo que uno hace mejor que
nadie y esa es la batalla que, cada día, debemos librar contra
nosotros mismo.
El éxito real se consigue cuando uno realiza una actividad

no para sobresalir, o para ser halagado, o para deslumbrar, o
para conseguir mucho dinero. El éxito verdadero se consigue
cuando hacemos las cosas lo mejor posible por nosotros mis-
mos, por el bienestar que ello nos produce y por la satisfacción
que nos depara.
Competir será saludable siempre que no sea por una ambi-
ción desmedida y enfermiza. En la competición puede haber
motivación, pero también puede haber narcisismo, prepotencia,
soberbia e insolidaridad. Hoy es muy frecuente fomentar una
educación excesivamente competitiva y egocéntrica, basada en
medrar a cualquier precio, y en la que, por desgracia, el fin sí
justifica los medios. Estas creencias en el proceso madurativo de
un joven son muy peligrosas, ya que vamos a inyectar las bases
para una conducta egocéntrica y excesivamente individualista.
Los seres humanos envidiamos las cualidades de los demás,
haciendo, lamentablemente, caso omiso de las propias. Por eso
conviene preguntarse con sinceridad: “¿Qué tengo yo, como
persona, que querrían tener los demás?” Y responderse con
sinceridad. Seguro que siempre habrá algo que usted posee de
lo que se siente realmente orgulloso. Igual tiene que hacer con
sus hijos. Ayudarles a que descubran sus valores más impor-
tantes y a que los pongan en marcha sin anular ni desmerecer
a los que están a su alrededor.
CREE EN SUS HIJOS EL HÁBITO DE LA GRATITUD
Una vez más apelo a la coherencia personal como forma de trans-

mitir valores cardinales. Levántese cada mañana disfrutando de
estar vivo y de tener la oportunidad de abrirse a un nuevo día.

Piense que, en algún lugar, seguramente no muy lejos de usted,
alguien está luchando desesperadamente contra una desgracia
económica muy grave, una enfermedad o un problema que le
desborda y que muy probablemente no se merece.
Por lo tanto, usted que no está en esa situación, en lugar de
pensar en lo que le falta, intente pensar en lo que tiene y sea
agradecido por ello. Como dice el refrán popular: “obras son
amores…”, si usted practica esta actitud de agradecimiento
con la vida, sus hijos lo verán y le imitarán. No hacen falta
gestos grandilocuentes ni grandes discursos, son más efectivos
los ejemplos sencillos y claros que dejan una huella permanen-
te. El ser agradecido es una norma de cortesía, pero sobre todo
es una muestra madurez y también de inteligencia emocional.
Intente que sus hijos lo sean, será una excelente manera de
sembrar para luego poder recoger.
ANÍMELES SIEMPRE A QUE CONFÍEN

EN ELLOS MISMOS
La vida esta llena de dificultades que muchas veces no nos

dejan ver el camino y dirección correcta. Si ahora mismo está
atravesando por una situación de dificultad, seguramente no
lo verá, puesto que el momento es duro. Pero si reflexiona
sobre otro momento del pasado en que, también, tuvo que
soportar algunas dificultades, comprobará que le llevaron ha-
cia un lugar, una persona, una situación o un estado de ánimo
mejores. Así que hágase un pequeño favor, tenga paciencia e
¡intente sonreír!
Demuéstrele a sus hijos que hoy se puede ser más fuerte que
ayer. Que muchas veces querer es poder, que el que “la sigue
la consigue” y que para obtener buenos resultados es necesario
confiar en uno mismo. No les descalifique y menos gratuita-
mente. Si se equivocan, corríjales en el hecho errado pero no
los degrade globalmente. Errar es humano, rectificar de sabios,
ese mensaje aumenta la autoestima y motiva al adolescente o al
niño a seguir adelante.
Aunque no sea fácil, tenemos que transmitirles que somos
capaces de afrontar nuestros problemas y que todo pasa, lo
bueno, pero también lo malo. Hay que hacerles ver que aun-
que caigan, y se hagan“un chichón emocional”, tendrán que
seguir su camino y no sentarse en la piedra a esperar el paso
del tiempo.
Nadie, absolutamente nadie, es capaz de encajar siempre
bien, con deportividad y sonrisa cada golpe que la vida. Pero
ello es precisamente lo que nos hace crecer como personas. En
el fondo, ¿cuál es uno de los objetivos esenciales de la vida?
Aprender a afrontar los problemas, adaptarnos a los conflictos
y solucionarlos. Eso es lo que, con el paso del tiempo, nos con-
vierte en personas maduras y estables.
MUÉSTRELES CON SU EJEMPLO QUE LA “FE SÍ

MUEVE MONTAÑAS”
La vida no es fácil, sobre todo cuando el objetivo que se pre-

tende lograr es realmente importante y cuando las expectativas
que tengamos sean elevadas. Sin embargo, cada uno tiene sus
propios recursos y habilidades.
Enseñe a sus hijos que el camino fácil no conduce a la meta;

que lo que vale cuesta y que hay que esforzarse para conseguir-
lo. Si uno hace lo que siempre ha hecho, obtiene lo que siempre
ha obtenido. No se puede iniciar un nuevo capítulo del libro
de nuestra vida si aún se permanece releyendo el anterior. Lo
pasado no se puede cambiar, y además ya no tiene más que
una sola utilidad: haber aprendido con ello.
Hay que saber dejar atrás el pasado y descargar la mochila
para ir más ligero de equipaje, y poder de esta forma recorrer el
camino de manera confortable y fructífera. Solo hay una cosa
que debemos llevar en la mochila: la confianza en nuestras
capacidades.
TRANSMÍTALES LA IDEA DE QUE EL RENCOR

NO ES ÚTIL
No es útil pasar la vida guardando odio porque sólo se consi-

gue acabar haciéndose más daño a uno mismo que a las perso-
nas que se odia.
Sin duda es muy rentable, anímicamente al menos, perdo-
nar, no solo a los demás sino también a uno mismo, como
manera de pasar página y encontrar la armonía.
Muchas personas quizá se resisten a perdonar porque creen
que ello significa: todo está bien, no me importa lo que pasó,
pero eso no es cierto. El perdón es más bien una respuesta en
forma de: no pienso dejar que lo que pasó arruine mi felicidad
y mi bienestar y, de esta manera es mucho más sencillo dar el
carpetazo y es mucho más simple continuar con nuestra vida.
ENSÉÑELES A DETECTAR A LA GENTE TÓXICA
La vida es demasiado corta como para pasarla al lado de gente

que no proporciona felicidad y cuyo único objetivo es compli-
carnos la existencia. Es decir, estamos hablando de las llamadas
“personas tóxicas”.
Si algo es muy útil y además fácil de enseñar a los hijos es
que hay sujetos muy tóxicos que fácilmente nos complican la
vida y que cuanto más lejos estemos de ellos mejor. Muchos de
estos sujetos son personas anormales con un patrón de compor-
tamiento muy rígido, estereotipado o bizarro. Son individuos
que, sin ser enfermos psíquicos, sí son personas de difícil trato
y con los que relacionarse más pronto que tarde nos da proble-
mas. Explíqueles cómo son y cómo actúan, y que lo mejor que
pueden hacer en muchos casos es poner tierra de por medio.
MUÉSTRELES QUE LA SOLEDAD NO ES MALA
La soledad no es ni terrible ni dura, ni mucho menos insopor-

table. Solo se puede vivir, porque estar solo es también estar
libre y tener autonomía plena. Por eso trate de hacerles ver que
la elección de compañía, sobre todo de la pareja, es delicada y
que la precipitación es la mejor forma de equivocarse.
Déjeles claro que el destino nos pone junto a la persona
apropiada y que si alguien tiene que ser para ellos, lo será pero
en el momento adecuado. Por lo tanto ayúdeles a dar ese paso
cuando estén preparados pero que nunca sea por temor pato-
lógico a la soledad.
ANÍMELES A QUE SEAN “INTELIGENTEMENTE

EGOÍSTAS”
Muchas veces amamos tanto a los otros que nos olvidamos de

que nosotros también merecemos ser amados. Pensamos que
los demás son tan especiales que nos olvidamos que nosotros
también lo somos, y ayudamos tanto a los demás que nos olvi-
damos de ayudarnos a nosotros mismos.
Debemos hacerles ver a nuestros hijos que la caridad bien en-
tendida empieza por uno mismo, y que ser egoísta no es dañar
al prójimo, sino ser feliz uno sin tener que perjudicar al otro. Es
muy saludable buscar primero nuestro propio bienestar y nues-
tra propia estabilidad emocional, ya que solo así la podremos
compartir e incluso regalar. No en balde nadie puede dar lo que
tiene.
ENSÉÑELES A APRECIAR LOS PEQUEÑOS

MOMENTOS
La mayor parte de la vida está compuesta por numerosos

pequeños momentos que pasamos haciendo cosas muy sim-
ples, como riendo con la gente que nos importa, viendo una
peli en el sofá y tomando churros con chocolate, todos muy
tapados con una misma manta mientras fuera llueve. Insista
en lo importante que es disfrutar de todos esos pequeños
instantes, porque cuando vuelva la vista atrás descubrirá que,
en realidad, fueron esos “pequeños” momentos, los “grandes”
momentos.
ESTIMÚLELES SIEMPRE A LA ACCIÓN
Si sus hijos se dejan llevar por la pereza o, peor aún, por el

“ya lo haré mañana”, generarán siempre un problema que no
tenían. Si se resisten a afrontar una situación y, mediante la pe-
reza o la procranistación, la evitan, esa situación se perpetuará
ya que nunca la van a cambiar.
Si queremos que nuestros hijos maduren y se enfrenten con
la vida debemos enseñarles, primero a que analicen sin prisa el
asunto o cuestión que tienen delante, para, posteriormente y
sin demora, pasar a la acción y asumir riesgos si es necesario,
ya que progresar implica arriesgarse y si no se dan pasos no se
avanza.
TRANSMÍTALES QUE NO DEBEN CASTIGARSE

POR LOS ERRORES COMETIDOS, PERO SÍ
APRENDER DE ELLOS
Aunque les hayan hecho llorar hay que tener claro que cual-
quier error, en realidad, nos ha ayudado a encontrarnos con
personas, cosas o situaciones que también nos han hecho feli-
ces. Debemos hacerles ver a nuestros hijos que errores come-
temos absolutamente todos, de la misma manera que todos
tenemos problemas e, incluso, que si pudiéramos volver atrás
en el tiempo quizás modificaríamos algunas cosas. Aun así,
debemos animarles a que tomen conciencia de que ellos no
son esos errores ni esos problemas y que están en el aquí y en
el ahora dónde existe la capacidad para preparar tu futuro.
NO LES ENGAÑE HACIÉNDOLES CREER

QUE TODO VA BIEN
No hay ninguna necesidad de fingir que los padres somos fuer-

tes o que todo camina a la perfección. No pasa nada si un
día no podemos más y nos derrumbamos, somos personas,
no robots. Y si nos preocupa lo que vayan a decir los hijos,
debemos recordar que lo más importante es no engañar; así
que, si necesita llorar, llore y si quiere reír, hágalo. En cualquier
caso lo importante es desahogarse, sentir que se puede volver
a respirar por encima de la angustia y tener siempre claro que
somos seres humanos y ellos, los hijos, deben de querernos
como tales.
NO SE PREOCUPE TANTO POR EL FUTURO, LO

QUE TENGA QUE SER, SERÁ
Preocuparse en exceso por lo que van a ser nuestros hijos en el

futuro no nos ayuda a reducir el problema, pero sí nos va a res-
tar momentos de felicidad en el hoy. Una cosa es la prudencia
y la preparación y otra el miedo y la inhibición.
Recuerde siempre que hay tres cosas que nunca vuelven atrás:
la flecha lanzada, la palabra dicha y…, la oportunidad perdida.
9
Sujetos tóxicos, vampiros
emocionales y estrés
Visto un león, vistos todos, vista una oveja, vistas todas, pero
visto un hombre, no está visto sino uno, y aún no bien conocido
B. Gracián
Comunicarse, dialogar y relacionarse sin sufrir estrés es algo

más difícil de lo que a primera vista puede parecer. Pero las
cosas se complican todavía mucho más cuando nuestro inter-
locutor es una persona que presenta una serie de rarezas o “ma-
nías” que dificulten las relaciones entre el emisor y el receptor.
Si tenemos en cuenta que aproximadamente el 20% de la

población general sufre un trastorno psiquiátrico, y que entre
el 10 al 20% de esa misma población presenta un trastorno de
la personalidad o de la forma de ser, caeremos en la cuenta lo
fácil que puede ser el que nos encontremos con este tipo de
personas, personas a las que habrá que saber tratar de una ma-
nera adecuada si queremos que la comunicación no se bloquee
o se interrumpa de forma definitiva y nuestra relación se vaya
al traste.
Dentro de la llamada de forma popular gente tóxica, es decir,
sujetos con los que con su relación genera niveles elevados de
estrés, vamos a describir dos tipos fundamentales que, bien
por su frecuencia, o bien por lo peculiar de su forma de re-
lación tanto con el entorno como ellos mismos, plantean los
mayores problemas de comunicación.
͘ PEZ^KE^ dMy/^ ;dZ^dKZEK^ E > PEZ^KE>/Ϳ͘

͘ PEZ^KE^ EydZEDDEEdE /&1/>E^ ;EE&EZDK^
P^1Yh/K^Ϳ͘
SUJETOS TÓXICOS
La llamada gente tóxica, rara, difícil, peculiar, excéntrica y a

veces insoportable es lo que en lenguaje técnico se llaman tras-
tornos de la personalidad, es decir, sujetos que, por una u otra
razón, o se complican su vida, o bien se la dificultan a los de-
más hasta límites insospechados, llegando a producir niveles
elevados de estrés. No se les puede considerar enfermos men-
Sujetos tóxicos, vampiros emocionales y estrés 95
tales, al menos no como lo entiende la psiquiatría moderna,

pero sí son personas que sufren a veces intensamente o hacen
sufrir a los que están a su alrededor.
Los llamados trastornos de la personalidad son individuos por
ejemplo, extremadamente introvertidos, o patológicamente
desconfiados y suspicaces, o anormalmente teatrales, o excep-
cionalmente inseguros, o intensamente dependientes, o marca-
damente egoístas, o extremadamente vanidosos, o intensamen-
te rígidos y perfeccionistas. En fin, en cualquier caso entrarían
en esa categoría no científica pero sí real de gente rara, peculiar,
excéntrica, irritante, problemática o inaguantable. Dentro de
este grupo de individuos existen “tipos” muy diversos con ca-
racterísticas también dispares.
Vamos a describir las particularidades de algunos de ellos,
haciendo especial hincapié en aquellos que provocan mas es-
trés y también más problemas en la comunicación y en la re-
lación.
Los paranoides
Los sujetos con una forma de ser paranoide, son ante todo y
sobre todo individuos intensamente desconfiados y suspicaces.
Si algo define y caracteriza al mundo paranoide es la interpre-
tación maliciosa de todo lo que les rodea. Son muy recelosos
y ven con excesiva frecuencia mal donde no lo hay. Un halago
es interpretado como una burla; una frase banal es sacada de
su contexto y se le atribuye un significado hostil; una mirada
acaba siendo un desafío; una sonrisa les parece una mofa; un
gesto cualquiera puede significar una afrenta, y hasta una ca-
ricia puede ser percibida por el paranoide como una prueba

irrefutable del daño, que más tarde, le querrán hacer.
Son sujetos rencorosos e incapaces de olvidar los insultos
u ofensas de los que creen haber sido objeto. Con frecuencia
reaccionan de forma irascible y colérica cuando se sienten ata-
cados (que es casi siempre), y difícilmente darán su “brazo a
torcer” en una discusión, por banal e intrascendente que sea
el tema que se esté debatiendo. Suelen ser también celosos en
extremo, lo que da pie a serios problemas en sus relaciones
sentimentales. No es raro encontrar a los paranoides forman-
do parte de grupos “fanáticos” y “sectarios” fuertemente co-
hesionados junto a otros sujetos que comparten sus mismos
sistemas de creencias y valores. Muchos líderes de sectas des-
tructivas y de grupos terroristas tienen este tipo de forma de
ser. Es precisamente la personalidad paranoide un excelente
ingrediente para manejar y controlar a otros sujetos más inse-
guros e inmaduros que ven precisamente en la rigidez y en la
radicalidad de sus ideas, la seguridad que a ellos les falta.
Los esquizoides
Si el paranoide es el paradigma de la desconfianza y la suspica-
cia, el esquizoide lo es de la introversión y del aislamiento. Los
esquizoides en líneas generales son sujetos fríos, introvertidos,
retraídos, aislados del mundo. Son solitarios empedernidos,
que en cierta manera disfrutan con su soledad y ostracismo.
Se sienten muy cómodos cuando se encuentran solos, alejados
del contacto de los demás seres y recluidos en su particular y
peculiar mundo interno. El esquizoide “pasa” de los otros. Le
importan poco las opiniones ajenas. Le resulta indiferente la
imagen que pueda dar ante el resto de sus congéneres. Su afec-

tividad es fría, distante, con pocos gestos y expresiones faciales.
Ni se encolerizan ni tampoco se alegran. Ni se disgustan ni
disfrutan o, al menos, no nos lo demuestran. Sus relaciones
afectivas y sentimentales son escasas y cuando estas tienen lu-
gar duran muy poco dadas las enormes dificultades que tienen
para transmitir y recibir afecto.
Reaccionan con pasividad ante las circunstancias adversas
vitales. Parece como si no fueran con ellos, como si no les afec-
taran, como si estuvieran en otro mundo, en “otra historia”.
Suelen trabajar de la misma forma en la que viven: en soledad.
Sus actividades profesionales giran con cierta frecuencia en
torno a la informática (muchos de los adictos a Internet tienen
una personalidad esquizoide) y a las ciencias exactas (funda-
mentalmente las matemáticas). También suelen dedicarse a las
bellas artes como la pintura, la escritura o la escultura.
Los narcisistas
El narcisista es un sujeto “enamorado” de sí mismo (recorde-

mos el famoso mito de Narciso). Son personas prepotentes,
altivas, arrogantes y presuntuosas, creyéndose realmente me-
recedores de las alabanzas y admiración ajenas. El narcisista
exagera sus logros y sus éxitos tanto como devalúa y menos-
precia los que tienen los demás. No soporta el que otros estén
por encima de él. No tolera las críticas. Se creen superiores,
diferentes, importantes.
Su prepotencia junto con la falta de sensibilidad hacia los
deseos de los otros les lleva a explotar a su prójimo descarada-
mente. Son unos auténticos “trepas” que no dudarán en su-

bir a costa de los esfuerzos y sufrimientos de sus semejantes.
Además suelen reaccionar con envidia, ya que ellos creen ser
solo los “únicos” merecedores de los logros, éxitos y privile-
gios y cuando ven algún “enemigo” que pueda hacerles sombra
tienden a eliminarlo de la forma más rápida posible. Como
compañeros terribles, como jefes espantosos, como clientes
insoportables, como subordinados difíciles, y como familiares
siempre dispuestos a montar la gresca.
Los histriónicos
Los histriónicos son sujetos que tienen una necesidad perma-
nente y acentuada de llamar la atención, es decir necesitan
desmesurada y enfermizamente ser “el centro” de todo y en
todo.
Otro rasgo característico de su personalidad es la provoca-
ción que llevan a efecto desde el atuendo, pasando por las for-
mas y los gestos, hasta el lenguaje o los silencios. Buscan pro-
vocar, necesitan seducir, y generalmente lo consiguen. Visten
de una forma llamativa e invierten gran cantidad de tiempo y
de dinero en arreglarse. Su lenguaje es ampuloso, pretencioso,
exagerado, aunque casi siempre carente de rigor y generalmente
vacío. Son teatrales y dramáticos. Sus emociones y sentimientos
son superficiales y cambiantes. Sus relaciones afectivas y sexua-
les son frívolas y endebles, intentando controlar a su compañe-
ro al mismo tiempo que dependen anormalmente de él.
La superficialidad y tendencia al cambio la manifiestan en
otras esferas de su vida como es la laboral, al buscar de for-
ma constante la novedad y la excitación, no siendo capaces de

soportar la rutina y el aburrimiento. Ello les lleva a empezar
proyectos con gran ilusión y entusiasmo, desvaneciéndose es-
tos con la misma rapidez y energía con la que los comenzaron.
Lo que hoy es una idea magnífica y llena de posibilidades, ma-
ñana, el mismo proyecto, es algo ruinoso y carente de la más
mínima importancia.
Son muy sugestionables e influenciables y ello les lleva a
ser un excelente caldo de cultivo para entrar a formar parte
de grupos sectarios y radicales, en donde ingresan ávidos de
llamar la atención con sus “problemas” o simplemente por su
necesidad de estimación y afecto ajeno. Pronto se convierten
en los más fieles seguidores del líder del grupo intentando se-
ducirle y cayendo de esta forma en la hábil trampa que la secta
les tiende: son “los seductores seducidos”.
El histriónico sufre al no recibir el afecto y la atención que
reclama, cosa que es a todas luces imposible. Pero también
hacen sufrir al manipular y chantajear a su entorno para conse-
guir sus deseos y aspiraciones. La convivencia es siempre com-
plicada por su constante necesidad patológica y enfermiza de
llamar la atención.
Los obsesivos
Esta alteración de la forma de ser se caracteriza por una preo-
cupación involuntaria e irracional por el orden, el perfeccio-
nismo y el autocontrol. Son personas rígidas y carentes de es-
pontaneidad. Siempre están preocupadas por las reglas, por los
detalles triviales, por la puntualidad, por las formalidades. En
definitiva, por todo lo accesorio en detrimento muchas veces

de lo fundamental. Son extremadamente cuidadosos, escru-
pulosos, siendo capaces de repetir hasta la saciedad un trabajo
para conseguir la perfección. Todo ello les hace perder mucho
tiempo, llegando a fracasar en su empeño precisamente por ese
afán y necesidad patológica y desmesurada de exactitud.
El obsesivo suele ser “adicto al trabajo”, invirtiendo gran
cantidad de su tiempo en rendir y conseguir sus objetivos la-
borales y profesionales. Las vacaciones y el descanso son vivi-
dos con frecuencia como una pérdida de tiempo, generándoles
un cierto malestar, cuando no una auténtica enfermedad.
Si realizan algún deporte u otro tipo de actividad recreativa,
su tendencia a hacerlo a la “perfección” les produce angustia y
perciben la actividad lúdica también como algo estresante. Su
moral estricta, su ética extremadamente rigurosa y sus valores
inflexibles. Son rígidos con las conductas de los demás, pero
también, y sobre todo, con las suyas propias.
Con relativa frecuencia son personas avaras, que controlan
los gastos e ingresos con una minuciosidad agobiante. Lo ano-
tan todo, llevan cuentas de todo, lo guardan todo. En ese afán
morboso y enfermizo por guardar las cosas llegan a tener au-
ténticos museos de ropa, utensilios rotos, revistas, o cualquier
otro objeto.
Su tendencia por el orden y la perfección les impide saber de-
legar. Lo tienen que hacer ellos personalmente. No se fían de los
demás, ni de su eficacia ni tampoco de su capacidad. Sólo ellos
lo hacen bien, “a la perfección”, por lo que acaban cargándose
de trabajo y cerrando de esta forma el círculo vicioso.
A menudo los individuos obsesivos tienen una vida afectiva

y sentimental muy pobre. Intentan siempre mantener las for-
mas y guardar la seriedad en todo lo que hacen, incluso en la
expresividad emocional. Su tendencia a la represión y a la mo-
deración es permanente y constante. La convivencia en pareja
es con frecuencia es sosa y aburrida.
Los sujetos dependientes
Lo que define y caracteriza a esta alteración de la personalidad

es la necesidad enfermiza de que los demás tomen las deci-
siones que debería tomar el propio sujeto. La sumisión hacia
los otros llega, en este caso, a unas cotas extremas y malsanas.
Se sienten tan inseguros e incapaces solos que soportan cual-
quier cosa antes que mostrar su desaprobación o su disconfor-
midad por miedo a perder a la persona de la que dependen,
por miedo a perder a su valedor. Estos individuos adolecen de
confianza en sí mismos y necesitan el apoyo de los demás para
empezar cualquier tipo de actividad, por intrascendente que
esta pueda parecer.
En el plano amoroso y afectivo, si la relación se trunca, ense-
guida buscan otra que les proporcione el cuidado y apoyos que
creen enfermizamente necesitar. Esa creencia ilógica, irracio-
nal y absurda de necesidad de protección les lleva a “agarrarse
a un hierro ardiendo” y empezar muchas veces unas relaciones
condenadas al fracaso de antemano.
Son pesimistas, inseguros de sí mismos, con una autoestima
deficiente. Buscan ser dominados por los demás y solo así se
sienten más o menos felices y seguros. En el trabajo rechazan
cualquier tipo de ascenso que signifique mayores responsabili-

dades y en consecuencia mayor capacidad de decisión. No quie-
ren ascender ni promocionarse. Están bien en puestos discretos,
fáciles de ejecutar. No quieren brillar, eso les hace sufrir.
Los antisociales
Estamos ante un tipo de sujeto realmente complejo y cuyo
manejo es extremadamente difícil. Lo que antes se llamaban
psicópatas, y que ahora llamamos antisociales, son individuos
conflictivos y con frecuencia peligrosos. Su trastorno, anoma-
lía o desequilibrio, les lleva a enfrentarse permanentemente
con las normas sociales. Desde la más tierna infancia se mues-
tran rebeldes, díscolos, con conductas ilegales, marginales y
presididas por la violencia y la agresividad.
Suelen ser inteligentes y consiguen con cierta facilidad que
otros trabajen, e incluso, cometan delitos en su beneficio. No
aceptan las normas, ni aprenden de sus errores, ni es posible
hacerles modificar sus comportamientos mediante medidas
coercitivas y mucho menos a través de la reflexión.
Su afectividad es fría, distante, aunque pueden disimularlo
y llegar a ser unos excelentes seductores cuando les sea pro-
vechos o necesario para los fines que se han propuesto. En
ese momento se convierten camaleónicamente en unos seres
“encantadores”. Cuando hayan conseguido lo que desean vol-
verán a las andadas.
La comunicación con este tipo de individuos no solo es
muy difícil, sino que puede llegar a ser imposible, debido a
su frialdad afectiva y a su absoluta incapacidad de introyectar
las normas. No obstante, como suelen ser sujetos astutos, po-

demos aspirar a establecer ciertos “pactos” con ellos y de esta
forma llegar a un entente cordial de no agresión.
PERSONAS EXTREMADAMENTE DIFÍCILES

O “VAMPIROS” EMOCIONALES
Si comunicarse o relacionarse con una persona que tenga una

“forma de ser” anormal es estresante, mucho más lo va a ser
si delante de nosotros tenemos un enfermo mental. Antes de
describir algunos de estas alteraciones o anomalías permítan-
me una breve reflexión inicial.
Los enfermos mentales han sido considerados desde siem-
pre como el paradigma de la locura y se han metido todos
en un mismo, injustificado y cruel “cajón de sastre”. O son
peligrosos o son irritantes; o es un sujeto violento o es un im-
pertinente; o es un ser extraño y temido o es un sujeto tristón
y abatido. En cualquier caso, siempre han sido considerados
como individuos de trato y convivencia peliaguda y capaces de
producir en su entorno elevados niveles de estrés.
Pero esto no siempre es así, y aunque algunos enfermos cier-
tamente presentan serios problemas en las relaciones interper-
sonales y son muy complejos y conflictivos, otros, la inmensa
mayoría, son solo seres necesitados de cariño y comprensión.
Dentro de los enfermos mentales o psiquiátricos hay algu-
nos especialmente complejos. Las mayores dificultades de co-
municación y de relación interpersonal son las que se produ-
cen en el trato de los enfermos que ponemos a continuación.
Los drogodependientes
El drogodependiente es en general un enfermo muy manipu-
lador y con tendencia a la sobresimulación, exageración y am-
plificación de sus síntomas. Su objetivo fundamental y priori-
tario es conseguir su «medicina» (generalmente psicofármacos
que sustituyen a las drogas de abuso). Para ello recurrirá a los
trucos más diversos que nos podamos imaginar. Unas veces
su estratagema consistirá en provocar pena y conmiseración;
otras presionará con la violencia verbal e incluso hasta física.
Por otro lado, aunque el consumo patológico y abusivo de
alcohol se puede considerar como una drogodependencia más,
el alcohol posee una serie de connotaciones sociales, culturales
e históricas que lo separan del resto de las drogas.
Al alcohólico normalmente no se le dispensa por parte de la
sociedad el mismo trato que a otro tipo de drogodependiente
de sustancias, ya que el alcohol es una droga cuya permisividad
y tolerancia social es muy elevada y eso influye en que veamos
al alcohólico más como «un chico travieso», que como lo que
es: un enfermo grave.
Habrá que distinguir en materia de comunicación y de re-
lación interpersonal el momento evolutivo de la enfermedad
en que la persona se encuentre, así como el tipo de alcohol de-
pendencia que exista (severa, grave, psicótico, etc.). También
es fundamental distinguir entre el bebedor social, el bebedor
solitario que ingiere grandes cantidades desde tempranas horas
del día, el consumo compulsivo con grandes periodos de abs-
tinencia indicativos de un trastorno psiquiátrico subyacente, y
el alcohólico de fin de semana y muy socializado.
El esquizofrénico
Las esquizofrenias son el paradigma o prototipo de la enferme-
dad mental grave, si lo prefieren de la “locura” con mayúscu-
las. La comunicación y relación con estos enfermos comporta
niveles elevados de estrés y ello por múltiples razones.
En las formas paranoides, por sus ideas delirantes, casi siem-
pre de perjuicio o persecución, irrebatibles a cualquier argu-
mentación lógica. En las formas indiferencias por la incohe-
rencia y disgregación del pensamiento. En las residuales por
el embotamiento afectivo y los síntomas negativos. En todas,
por la profunda transformación de la personalidad que se va
a producir y la falta de conciencia de enfermedad que tienen.
Lo más adecuado para comunicarnos con un enfermo es-
quizofrénico es tener siempre presente que estamos ante un
enfermo grave, pero no ante una persona retrasada intelectual-
mente. En modo alguno es correcto seguir esa vieja, incorrecta
y tópica afirmación de «darle siempre la razón». Es un enfermo
pero no un necio y sabe distinguir cuando se le hace caso, o
cuando pasamos de él y de lo que él dice.
El depresivo
La persona afecta de depresión ya sabemos que tiene concien-
cia de su enfermedad, es decir, distingue que está mal, que
necesita ayuda y que sus sentimientos y abatimiento son des-
proporcionados y en cierta manera ilógicos.
Este tipo enfermo se siente muy solo e incomprendido. No
hay motivo ni justificación para su estado de ánimo pero no lo
puede controlar, ni tampoco lo puede explicar. Nos es difícil
“entenderle”, y “ponernos en su lugar”, por lo tanto no pode-

mos consolarle de su tristeza y de su profundo malestar y todo
ello origina mucho estrés en su entorno familiar y social.
Para establecer una buena comunicación con un enfermo
deprimido es fundamental asumir ante todo que estamos ante
una enfermedad y que los síntomas que le incomodan no tie-
nen relación con su biografía. Es perentorio aceptar y asumir
que el enfermo no puede poner de su parte para mejorar. Que
no está, desgraciadamente, en su mano, aumentar sus ganas de
vivir, tener ilusión por lo que le rodea, ni disfrutar de las cosas
de las que antes sí disfrutaba.
Estos pacientes necesitan grandes dosis de comprensión
por parte del entorno, pero sobre todo de la familia que juega
un papel primordial, no solo en cuanto a la posibilidad de
dar consuelo y apoyo, sino también en conseguir una mejor
respuesta terapéutica, ya que al tener claro que es una enfer-
medad ante la que hay que tener paciencia y esperar a que el
tratamiento farmacológico mejore el panorama, transmiten al
enfermo uno de sus mayores alivios: la esperanza.
El hipocondríaco
Estamos ante un tipo de enfermo que crea no solo mucho
estrés sino también un intenso rechazo en su entorno, ya que
su dolencia es precisamente no tener ninguna enfermedad ob-
jetivable, aunque él sí está persistente y patológicamente con-
vencido de sufrirla.
El hipocondríaco presenta síntomas diversos, casi siempre
banales, insignificantes, pero que acaban siendo magnificados
hasta convertirlos en auténticas enfermedades, con síntomas

confusos y cambiantes. Además no se convencen con las ex-
ploraciones que se les hacen ni se quedan tranquilos a pesar de
las diferentes consultas y visitas.
La comunicación y relación con un hipocondríaco hay que
basarla en una mezcla compleja: tolerancia y disciplina. No
se puede ceder a sus constantes peticiones, pero tampoco se
les puede tratar como si fueran unos sujetos manipuladores
y mentirosos. Hay que utilizar la paciencia y la comprensión,
pero también la dureza y el orden.
El paranoico
El paranoico es un enfermo realmente muy problemático,
de difícil trato y sobre todo muy estresante, cuya dificultad
esencial, precisamente, se produce en su apariencia de salud.
Mientras que el esquizofrénico, por ejemplo, presenta unos
trastornos en el contenido del pensamiento (ideas delirantes) y
alteraciones senso-perceptivas (alucinaciones) muy llamativos,
en el paranoico todo es mucho más sutil.
Este tipo de enfermos también sufre ideas delirantes, (falsas
e irrebatibles por medio de razonamientos lógicos), pero las
estructuran y desarrollan de una forma más normalizada. Lo
que nos cuenta un paranoico, tanto en el fondo como en la
forma, lo hace creíble. Su relato puede ser cierto, no es ab-
surdo, ni irreal, ni esperpéntico, frecuentemente como ocurre
con el esquizofrénico. Tan creíble puede llegar a ser que, con
alguna frecuencia, el paranoico sea capaz de “contagiar” a otros
sus ideas delirantes (folie a deux).
Además de la apariencia de salud mental del enfermo, la pa-

ranoia presenta otro aspecto importante: la persistencia y la in-
tensidad en el tiempo de las ideas delirantes. La preocupación
del enfermo con respecto a un determinado asunto va a per-
manecer en su biografía muchos años, cuando no toda la vida.
La comunicación con un paranoico ha de estar presidida
sobre todo por la claridad, la veracidad y la brevedad. Hay que
hablar poco y cuando lo hagamos siempre de forma rigurosa
y precisa. Cualquier cosa que se le diga la puede tergiversar
e “interpretar” amenazantemente para él y para sus intereses,
generando enfrentamientos y problemas de todo tipo. No es
conveniente desmontar o rebatir abiertamente su idea deliran-
te. Además de no conseguir nada positivo con ello, le vamos a
predisponer en nuestra contra. Como mucho se podrán reali-
zar algunas sugerencias muy sutiles sobre su ideación y crear en
él/ella alguna duda al respecto de su congruencia y veracidad.
PAUTAS Y RECOMENDACIONES PARA MEJORAR

LA RELACIÓN CON LAS PERSONAS TÓXICAS Y
DIFÍCILES
Si delante de nuestro escritorio, despacho profesional, ven-

tanilla de atención al público, lugar de trabajo en suma, o
dentro de nuestra propia familia tenemos un sujeto que tie-
ne una alteración en su «forma de ser», o lo que todavía es
peor una enfermedad mental, hay que saber que los roles se
trastocan y la comunicación con frecuencia puede llegar a
bloquearse o tomar un camino complicado, cuando no a la
incomunicación total.
Si estamos ante una persona normal lo fundamental será

ser conscientes de los altos niveles ansiedad que podemos su-
frir todas las personas cuando estamos ante determinadas si-
tuaciones amenazantes. Cualquier problema o asunto que nos
preocupa provoca angustia, inquieta y crea sentimientos de
inseguridad, temor y miedo. La reacción ante ello con frecuen-
cia es la irritabilidad e incluso, en algunos casos, la hostilidad
manifiesta.
Esto es muy importante tenerlo claro para evitar enfrenta-
mientos, no solo innecesarios, sino también estériles. Muchas
personas tienen mucho miedo, lo que les lleva a comportarse
con sus semejantes de una forma hostil. Por lo tanto, sepamos
mantener en todo momento las formas y no dejarnos “irritar”
por la crispación que el sujeto que está delante de nosotros nos
intenta transmitir.
Pero todo tiene un límite. En mi opinión, el del insulto o
la amenaza directa. En ese caso, si la persona ha perdido el
control y nos agrede verbalmente, si es imposible “razonar”,
la comunicación debe interrumpirse hasta que adopte una ac-
titud más relejada. Si persistimos en nuestra actitud, lo más
probable es que las cosas se compliquen y el problema inicial
se haga todavía mucho mayor. Recordemos y pongamos en
práctica la frase de Lacordaire que dice: “El silencio es, después
de la palabra, la segunda potencia del mundo”.
Otro aspecto que es fundamental es el mostrarse respetuoso
con todo el mundo. Conviene evitar de entrada el tuteo. Cor-
dialidad, afecto y amabilidad toda la que precise, pero cada
uno en su sitio. Emplear, por ejemplo, el “usted” es no solo
una norma de cortesía elemental, sino también una arma que

de entrada no se debe perder. Se puede, insistimos, ser muy
empático y afable, tratando al otro de usted manteniendo una
distancia que, insistimos, juega siempre un papel de protec-
ción de primer orden.
También es muy importante dar a las personas aquella infor-
mación que sean capaces de “digerir”. Ni poca ni mucha, la jus-
ta y adecuada a su nivel de comprensión. Y, ¿cuál es ese nivel?
Precisamente esa debe ser una de nuestras habilidades. Saber
captar la capacidad (o necesidad) que tiene cada persona para
asimilar la información que nos solicite y que le vamos a dar.
Además, es necesario tener un exquisito cuidado con la co-
municación no verbal, ya que cualquier gesto que se haga pue-
de ser “hipervalorado” (y con frecuencia distorsionado) por
el interlocutor. Prestemos exquisita atención a determinadas
gesticulaciones, ya que pueden crear una situación de tensión
y estrés elevado e incluso hacer fracasar nuestra comunicación.
Por último, les sugiero que para establecer una buena rela-
ción el respeto y la amabilidad son esenciales. ¡Qué poco nos
cuesta ser cordiales! y qué rácanos somos, por ejemplo, a la
hora de esbozar una sonrisa. El afecto mesurado facilita o una
relación profesional y por supuesto personal, o al menos puede
contribuir decididamente a ello.
10
De la teoría a la práctica
SUGERENCIAS PRÁCTICAS PARA… conseguir una

satisfactoria convivencia en pareja
Para que su vida en pareja sea saludable lo primero y esencial

es evitar la mentira y actuar siempre con sinceridad y lealtad.
Ya sabe aquel refrán que dice: “que las mentiras tienen las patas
cortas”.
Si vivimos con mentiras lo que vamos a conseguir es que
nuestra relación se deteriore y que la desconfianza se convierta
en la pauta de relación habitual. No engañe y vivirá mucho

más tranquilo y relajado. Además, para mentir hace falta tener
no buena, sino magnífica memoria, y aun con todo tarde o
temprano se descubrirá su embuste.
Otra sugerencia para una convivencia saludable en la pareja
es ponerse en el lugar del otro. Ya sabe aquello de que: nada me-
jor que andar con los zapatos del otro si queremos entender lo que le
pasa. Si es capaz de hacerlo, verá los errores y fallos que comete.
Trate a su pareja como le gusta que ella lo haga con usted, nada
tan eficaz y sencillo para conseguir la armonía y la paz interior.
Debemos pensar que el “enamoramiento” es una pasión/
emoción pasajera y con fecha de caducidad, no en balde es
imposible mantener mucho tiempo la dilapidación neurobio-
química y hormonal que se produce. Si queremos convivir con
alguien es necesario dar el paso siguiente para que esa emoción
pase a ser un sentimiento profundo, estable, ponderado y alta-
mente gratificante que llamamos AMOR.
Si el enamoramiento se evapora con el tiempo porque es
una reacción química, el amor crece y se fortalece con su paso
porque es una aceptación consciente y ponderada del otro, de
sus virtudes y de sus defectos y una asunción libre de ello.
La arruga es bella (quizá pero parece que solo en la ropa),
por lo tanto cuídese. No baje la guardia, no menosprecie su
cuidado personal, es necesario dedicar todos los días algo de
tiempo a ello. Es preciso gustarse para de esta forma gustar a
otros. Además, es una señal inequívoca del interés que cada
uno tiene por su relación afectiva; grave fallo el creer que el
aspecto físico es secundario.
ĞůĂƚĞŽƌşĂĂůĂƉƌĄĐƟĐĂ 113
Para vivir en pareja, al igual que es necesario ser honesto y

compartir los pensamientos, creencias y sentimientos con el
otro, también conviene tener siempre un trocito de intimidad,
una parcela privada que solo sea suya. Ello no es desconfianza,
sino tan solo algo que todos los seres humanos necesitan. Ex-
plíquelo pero no renuncie a ello.
Si quiere conseguir una afectividad armónica sea generoso
en la escucha del otro. A todos nos encanta hablar, pero a muy
pocos el escuchar. Es una actitud escasa y altamente rentable.
Dé facilidades para que su pareja le comente sus cosas y se
desahogue, que le cuente lo que le ocupa y preocupa. Es una
excelente medicina, además es muy barata. Por lo tanto, dedi-
que tiempo a recibir los mensajes de su compañero: le relajará
y le ayudará a entenderle mejor.
Los llamados “detalles” nos gustan a todos y para ello no
hace falta gastar mucho dinero, solo hay que tener voluntad de
hacerlo, un poco de tiempo y algo de imaginación. Por lo tan-
to sea detallista, es una forma muy sencilla y eficaz de decirle
al otro: “me acuerdo de ti”, “te tengo en mi pensamiento”. Es
más importante el hecho que el precio de su obsequio. Todo el
mundo lo sabe, pero muy pocos lo ponen en práctica.
No olvide nunca que nuestras acciones tienen sus consecuen-
cias, a veces imborrables. Por lo tanto medite y piense antes de
hacer o no hacer algo. En ocasiones nos lanzamos a una aventu-
ra y no medimos sus repercusiones y un detalle aparentemente
insignificante puede quedar marcado en la memoria del otro.
Por último, me permito recordarle que las personas difícil-
mente cambiamos en lo esencial, lo que sí sucede es que apren-
demos a disimular mejor, e incluso en algunos casos, cuando

hay una motivación intensa y le dedicamos tiempo y esfuerzo
a ello, podemos introyectar nuevas pautas de conducta que
pueden ayudarnos a neutralizar las actitudes más negativas que
por diversas razones hayamos podido adquirir.
Por lo tanto y aunque no hay que ser iluso y tener presen-
te que “el que tuvo retuvo y además… guardó para la vejez”,
siempre es posible un cambio en la conducta humana si el in-
dividuo de verdad está dispuesto a hacer el suficiente esfuerzo
y entrenamiento mental.
SUGERENCIAS PRÁCTICAS… para educar a los hijos

saludablemente
Uno de los errores más extendido y frecuente en la educación

de los hijos es querer ser su amigo y abandonar el papel de pa-
dre. Quizá por comodidad, tal vez por falta de valentía, puede
que por error en la información, razones diversas para un he-
cho complejo.
Cuando un padre o una madre adopta el papel de amigo o
de colega pierde su autoridad y con ello la capacidad de poner
límites, de conducir y guiar al hijo y pasa a ser un igual. Esta
conducta es errónea, amigos tendrá muchos, ya se los buscará
él, pero padres solo tiene unos y además son “impuestos”, no
los ha elegido. Una cosa es ser un padre conciliador y toleran-
te, y otra diferente es ser un colega con el que la relación que
se establece es de igual a igual. Los hijos, aunque protesten y
refunfuñen, necesitan padres que sean sus referentes, el inten-
tar rebajar nuestro nivel pretendiendo de esta forma estar más
cerca de ellos no es bien aceptado por el joven y además es

ineficaz para el padre.
Empiece a educar desde el paritorio y tenga muy presente
que: Orden + Contraorden = Desorden. No se puede despis-
tar o desorientar a los hijos con mensajes contrapuestos y con
actitudes incongruentes. La idea es muy sencilla: Haz lo que yo
te digo, por que yo también lo hago. Predique con el ejemplo, es
lo que más cala y lo que produce un impacto más duradero, las
palabras se las lleva el viento, los ejemplos quedan.
Tarde o temprano los hijos volarán, se emanciparán definiti-
vamente y llevarán su propia vida. Cuando llegue ese momen-
to no les retenga y acéptelo con la mayor franqueza posible. Es
una ley natural y universal, tenemos que abrir la jaula para que
los “polluelos” vuelen. Hay que saber apartarse con sinceridad
y sin pasar ninguna factura. Nuestros hijos tienen identidad
propia (o al menos la deben tener, ese ha sido nuestro trabajo),
y no pueden ni deben ser una copia nuestra, o lo que todavía
es mucho peor, utilizar a los hijos para que sean quienes su-
peren nuestras propias frustraciones y complejos. Los padres
deben facilitar la salida del nido y quedarse sólo para cuando
se les necesite.
Tenga siempre en cuenta que al igual que pasa con su pareja
con los hijos los pequeños detalles son importantes siempre.
Nuestros retoños no necesitan regalos costosos, ni viajes mara-
villosos, ni tampoco una formación extraescolar agotadora, ni
ir a la última moda, ni poseer la tecnología punta. Los hijos lo
que sí precisan es tener a sus padres cerca, asequibles, siempre
dispuestos. Esa es la clave de la madurez emocional.
No compita con los amigos de sus hijos, usted es diferente.

No se haga el moderno, el progre o el colega. Cometerá un
grave error. La misión de los padres es educar, conducir, se-
ñalar el camino que más tarde ellos recorren. Por lo tanto, le
guste o no, tendrá que premiar el acierto y corregir (castigar) el
error (fallo). Por eso es necesario mantener una cierta distancia
hasta que ellos sean adultos, entonces sí puede permitirse el
lujo de la cercanía y la amistad, pero hasta entonces hay que
guardar las formas y mantener el tipo.
SUGERENCIAS PRÁCTICAS PARA… conservar a los

amigos
Como dice la sabiduría popular: el que tiene un amigo, posee

un tesoro de incalculable valor. Y todos sabemos que cuando se
tiene un tesoro hay que cuidarlo con esmero e intentar, en la
medida de lo posible, sacarle la rentabilidad más alta posible.
La amistad es un bien muy escaso, por lo tanto lo prime-
ro que se debe intentar es no ser iluso y no pretender tener
“muchos” amigos es muy difícil conseguir tal proeza y lo más
probable es que se desanime antes de tiempo cuando vea que
le fallan los que creía “amigos del alma”.
Empatizar con el otro, saber respetar sus criterios y no pre-
tender manipular es la esencia de la sana amistad. Con el amigo
hay que ser siempre sincero, aunque no sea cómodo ni le gus-
te, esa es la diferencia sustancial entre el amigo y el conocido.
Con aquel sinceridad absoluta, con este prudencia y cautela.
Cuando pensamos en la amistad hay que aceptar que un ami-
go también nos puede fallar, que no es perfecto y que no siem-
pre va a estar a la altura de las circunstancias, sobre todo cuando

quizá hayamos sido nosotros los que hayamos puesto el listón
excesivamente alto. Si así lo hacemos es muy probable que apa-
rezcan desengaños y frustraciones: nadie es perfecto y su amigo
también es un ser humano con sus defectos y virtudes.
En la amistad es un error grave, aunque frecuente, esperar
la reciprocidad, y así se crean muchos malos entendios. Usted
haga lo que quiera, regale cuanto le plazca, actué como le con-
venga. Pero no exija correspondencia. Esta, si tiene que venir,
lo hará sin ningún condicionante. Al amigo auténtico no hay
que reclamarle nada, él responderá sin que se lo pidan. Si tiene
que reclamar la correspondencia, empiece a cuestionarse las
bases de la relación.
En la amistad como en el amor, segunda partes no fueron
buenas. Cuando se ha producido una “herida” esta puede tar-
dar en cerrar, e incluso a veces no cicatriza nunca o puede vol-
ver a sangrar en el momento menos pensado. Por eso hay que
ser muy cauto cuando se pretende volver a retomar una vieja
amistad, es posible que las causas que originaron la ruptura
sigan ahí y con esa mochila el viaje es muy incómodo.
La amistad de verdad no es nunca excluyente, solo lo será
cuando las amistades sean interesadas o basadas en la depen-
dencia. Al amigo hay que dejarle su espacio, y no ser nunca
agobiante. Basta con insinuar sutilmente que le necesitamos
para, si es un amigo de verdad, verle acudir a la llamada.
Recuerde que una cosa es la amistad (escaso y difícil regalo) y
otra la compañía. Todos podemos conseguir tener compañeros y
conocidos con cierta facilidad. Pero amigos es mucho más com-
plicado, ya que para ello tiene que haber una comunidad de ideas
y de sentimientos, y eso es mucho más difícil de obtener que un
simple rato de compañía, por muy placentera que sea esta.
Acabo como empecé: si tiene la dicha de tener amigos,
cuídelos con esmero. Todo necesita un cuidado para que se
mantenga y para que crezca. Si no tiene esa suerte, use la ge-
nerosidad y la humildad, son dos recursos certeros y que en
mi experiencia suelen dar excelentes resultados para obtener el
tesoro de la amistad.
SUGERENCIAS PRÁCTICAS PARA… llevarse bien

con el Jefe
Para tener una buena relación con los jefes, dijo Diógenes que
lo ideal es no estar ni demasiado lejos para congelarse, ni demasiado
cerca para quemarse. Eso es lo ideal, lo mejor, lo óptimo, pero
también lo más difícil de conseguir. Lo que no resulta tan com-
plicado cuando estamos en un trabajo y le presentamos al jefe
problemas, es al mismo tiempo presentarle también las posibles
soluciones. Será siempre una excelente forma de conseguir que
nos haga caso y sobre todo de solucionar una situación que nos
está complicando la existencia. Si es un buen jefe nos lo agrade-
cerá y muy probablemente conseguiremos nuestro objetivo.
En las relaciones laborales la sinceridad tampoco está reñida
con la cortesía. Por lo tanto se puede (se debe) ser contundente
en una declaración y al mismo tiempo se puede ser amable y
educado en las formas. Cuando hagamos una crítica esmeré-
monos en las formas, digamos lo que pensamos, pero… pen-
semos lo que decimos.
Conviene recordar siempre que a todos nos encantan los

elogios y halagos. Es más, son un combustible necesario para
motivar a nuestro interlocutor. Por lo tanto, con mesura pero
también con generosidad, debemos utilizar el aplauso y pensar
en ellos como una excelente manera de relacionarnos con los
demás, sobre todo cuando estos tengan cierta autoridad sobre
nosotros.
Ahora bien, debemos tener muy presente que el jefe siem-
pre es el jefe, que no es nuestro amigo ni tampoco un colega,
por lo tanto habrá que guardar la distancia prudente e intentar
conocer sus gustos, deseos e intereses principales. En cualquier
caso no confunda respeto con temor, ni tampoco el halago
con el peloteo. Lo que sí es muy interesante recordar es que si
el jefe gana, es probable que usted también lo haga, y si el jefe
pierde, también es muy posible que perdamos todos.
Tome siempre con sumo interés y en consideración los pla-
nes, objetivos y expectativas de su jefe, es el mejor camino para
una buena relación. Póngase siempre en su lugar, le será todo
mucho más fácil, y nunca olvide que al fin y a la postre la res-
ponsabilidad última será siempre del jefe.
SUGERENCIAS PRÁCTICAS PARA… llevarse bien

con los colegas y compañeros
Pasamos mucho tiempo en nuestros lugares del trabajo y salvo

excepciones puntuales lo habitual es que tengamos compañe-
ros, colegas, colaboradores, camaradas, socios, por lo tanto es
muy importante conseguir que sus relaciones con todos ellos
en el trabajo sean satisfactorias y placenteras.
Lo primero que habrá que hacer es mostrarse receptivo y

colaborador con sus compañeros y colegas. Por lo tanto haga
favores si quiere usted que también se los hagan, y sea cordial,
todo lo cordial que pueda. Evite los chismes y cotilleos a los
que con tanta frecuencia nos apuntamos todos. No sea chis-
moso, si lo es tarde o temprano le pillarán, y en ese momento
ya habrá perdido gran parte de su capital personal.
Déjese conocer, procure ser espontáneo y demuestre con
claridad lo que le gusta y lo que no. De esa forma los demás
sabrán a qué atenerse, no les confundirá y eso se agradece mu-
cho y evita conflictos.
Tolere las críticas que le hagan, aprovéchelas. Una crítica
puede ser siempre una excelente oportunidad para mejorar,
corregir, cambiar y, en definitiva, mejorar su lugar y función.
Hay críticas constructivas, esas son las que tendremos que uti-
lizar. Las destructivas injustificadas hay que obviarlas y pasar
por completo de ellas. Ya sabe que “no hay mayor desprecio
que no hacer aprecio”, como dice la sabiduría popular a través
de los refranes.
El compañero no tiene por qué ser su amigo, por lo tanto
no se lo exija. Será un error que usted acabará pagando caro.
Los amigos se eligen, los compañeros nos los imponen. Tenga
en cuenta siempre que si destaca entre ellos, debe estar dis-
puesto a pagar el precio. La envidia es muy fácil que asome su
siniestro rostro y el siguiente paso será la crítica destructiva.
Sea claro desde el principio y utilice la afabilidad y la simpatía,
es muy conveniente ser generoso con ello y la rentabilidad que
obtendremos siempre será alta.
Por último, tenga presente que la tolerancia es clave en

cualquier tipo de relación. Cada uno es singular, especial, di-
ferente y tenemos que aprender a “soportarnos” los unos a los
otros, y hacerlo en el trabajo no es una excepción.
SUGERENCIAS PRÁCTICAS PARA… para ser

un buen hijo
Ser un buen hijo no es difícil, solo hay que devolver en justicia

un poco de lo mucho que nos dieron cuando éramos niños
primero y jóvenes después. Sería por lo tanto un acto de estric-
ta equidad, pero en ningún caso de caridad ni de compasión.
Tratar a los padres como ellos lo hicieron con nosotros, ade-
más de ser justo es muy saludable para nosotros, ya que nos
va a dar bienestar y una gran paz. Y para hacerlo no hace falta
ni dinero, ni poder, ni grandes jolgorios. Se trata en muchos
casos de “invertir” tiempo, algo de paciencia y, eso sí, mucho
cariño. Ese cóctel hace milagros y es sumamente eficaz. Con él
vamos a devolver parte de lo que antes nos dieron.
Cuando nuestros padres se hacen mayores van perdiendo
agilidad y reflejos. Oyen peor, ven peor, son más torpes y len-
tos y es precisamente en ese momento cuando debemos esme-
rarnos para demostrarles nuestro afecto y cariño. Lo terrible es
que muchos hijos olvidan lo que recibieron y actúan de forma
egoísta. Y entonces abandonan a sus padres en unas residen-
cias tan cómodas como frías, y eso sí, les van a ver el domingo
para cumplir con su maltrecha conciencia. Cuando llega su
cumpleaños o la Navidad les obsequian con un regalo pero no
con su compañía.
Tiempo, tiempo, tiempo. Eso es lo que precisan nuestros

mayores y algo de atención y cariño. Hay que tener paciencia,
aceptar sus limitaciones y entender que en muchos casos no
pueden hacerlo mejor. Conforme se hagan mayores nos repe-
tirán sus “batallitas” porque su cerebro pierde agilidad y re-
machan una y otra vez lo que para ellos es muy importante y
quedó anclado en su memoria. Conforme el tiempo pase serán
también más perseverantes en sus discursos y ello nos puede
saciar, pero debemos hacer un esfuerzo y evitar demostrarlo.
Quizá solo cuando se es padre se entiende de verdad lo que
hicieron nuestros padres por nosotros y es entonces cuando
nos daremos cuenta de la inmensa grandeza de su labor, pero
si esperamos hasta ese momento puede ser muy tarde.
Los padres con toda probabilidad son los únicos que siem-
pre estarán ahí, pase lo que pase, tengámoslo en cuenta. Y no
olvidemos que con la espada con la que midamos, también nos
medirán.
SUGERENCIAS PRÁCTICAS PARA… conseguir éxito

profesional
Podemos definir el éxito como conseguir aquel objetivo que

nos hemos propuesto y que deseamos. La felicidad sería que-
rer y valorar lo que ya hemos conseguido. Éxito y felicidad no
siempre van juntos y con alguna frecuencia vemos sujetos que
han obtenido un importante éxito profesional o social y en
cambio son extremadamente infelices en su vida personal.
Nuestro cerebro no tiene ningún manual de instrucciones
para hacerlo funcionar, y el aprendizaje se realiza con el clási-
co sistema de aciertos y errores. Pero si hay algo claro es que

las oportunidades en la vida solo existen para quienes las están
esperando, y lo obvio solo lo es para aquel que está preparado.
Esta es la famosa teoría de la serendipity que de forma resumida
dice esto: Si no lo estás esperando, no te enterarás cuando llegue.
Hablando de éxito, hay una frase de Henry Ford que es
esencial y que es esta: Tanto si piensas que puedes, como si pien-
sas que no puedes, estarás en lo cierto. Es decir, es nuestra acti-
tud lo que de verdad importa y no tanto las circunstancias. Si
queremos conseguir las metas que nos hayamos propuesto es
necesario tener en cuenta:
ͻ ůƉĂƐĂĚŽŶŽĚĞƚĞƌŵŝŶĂŶƵĞƐƚƌŽĨƵƚƵƌŽ͘
ͻ >ĂĐƌĞĂƟǀŝĚĂĚǇůĂŝŵĂŐŝŶĂĐŝſŶƐŽŶĞƐĞŶĐŝĂůĞƐĞŶůĂǀŝĚĂ͘
ͻ ŽŶƐƚĂŶĐŝĂǇƚĞŶĂĐŝĚĂĚ͗ĐůĂǀĞƐĚĞůĠǆŝƚŽ͘
Conseguir los objetivos que nos hemos marcado es la fina-

lidad de cualquier persona. Unas veces serán metas personales,
en otras ocasiones serán objetivos profesionales, aunque tanto
unos como otros tienen unos factores comunes, ahora vamos a
ceñirnos a continuación al ámbito profesional.
Lo primero y fundamental cuando queremos conseguir
algo en el ámbito profesional es tener muy claro el objetivo, es
decir, concretarlo y evitar la dispersión. Nunca será un buen
objetivo querer tener poder o querer tener riqueza. Sí en cam-
bio lo será el conseguir ser, por ejemplo, el jefe de un departa-
mento concreto de mi empresa o aumentar mi salario en mil
euros al mes. Hay que concretar al máximo nuestras metas y
evitar la vaguedad o ambigüedad en la consecución de objeti-
vos, ya que ello conlleva la dispersión de recursos y la perdida

de posibilidades.
El segundo paso esencial es aspirar alto pero siempre te-
niendo en cuenta nuestras aptitudes y habilidades. Si quiero
ser piloto de un línea aérea y tengo una intensa miopía, por
mucho que lo quiera y lo desee será una meta imposible. Hay
que comprometerse firmemente con los objetivos pero sin per-
der el contacto con la realidad. Una cosa es soñar y otra muy
distinta proyectar un trabajo.
El tercer punto fundamental es el compromiso personal.
Cuando uno quiere conseguir un objetivo debe estar dispues-
to a renunciar a otras cosas, a sacrificarse, a invertir tiempo y
trabajo, y sobre todo a tener presente que en esta vida no hay
nada gratuito y todo cuesta un precio.
También hay que recordar que las metas importantes nece-
sitan tiempo para conseguirse. Nada que es valioso se alcanza
de forma inmediata y rápida. Todo requiere su tiempo y la
premura es un mal compañero de viaje.
Para lograr el éxito profesional es fundamental asumir una
idea muy contundente: Los problemas no son enemigos sino son
siempre nuestros mejores amigos. Y esto es así por varias razones.
En primer lugar porque son siempre estímulos para crecer y
también una oportunidad para autorealizarse. En segundo lu-
gar porque si lo meditamos con calma y sosiego todo proble-
ma suele llevar implícita la semilla de la solución.
Otro aspecto básico es que el trabajo que se realice sea de ca-
lidad. O lo que es lo mismo, que conozcamos nuestro “oficio”
y seamos profesionales. Esto que parece tan sencillo y obvio es
el error mas importante que muchos cometen. Hay que saber

los intríngulis de nuestra profesión. Es necesario actualizarse,
estudiar, prepararse, no bajar la guardia. Las competencia es
dura. No se trata de ser bueno, hay que intentar ser de los me-
jores, y eso solo se consigue con trabajo y preparación.
Unido a lo anterior, es necesario estar siempre dispuestos al
cambio y a la innovación, no en balde el éxito en el pasado no
es garantía de que también se obtenga en el futuro.
Es muy importante diversificar nuestras opciones. Hay un
refrán muy castizo que resume a la perfección esta idea: Nun-
ca pongas todos los huevos en la misma cesta. Si la cesta se cae,
cosa no solo posible, sino incluso probable, nos quedaremos
sin nada y eso puede ser el fracaso absoluto. Por lo tanto, un
empresario audaz e inteligente nunca concentrará todos sus
esfuerzos en una sola dirección, sino que sabrá abrir conve-
nientemente el abanico de sus posibilidades.
Por último siguiendo la frase de Kotler: Las buenas empresas
satisfacen necesidades, las empresas excelentes crean mercados; es
decir, tenemos no solo que dar lo que cliente nos pide porque
lo necesita, sino saberle seducir para ofrecerle algo nuevo que
no existía y que a partir de ese momento se convierta en algo
valioso y necesario.
SUGERENCIAS PRÁCTICAS PARA… vivir en paz y

armonía
Cada vez se ofertan más cursos y actividades para conocerse

mejor y de esta forma conseguir felicidad y bienestar. También
cada vez aparecen más personas con recetas mágicas a través
de las cuales conseguiremos ser felices. Y también cada vez con

más frecuencia en el mundo actual, lleno de tecnología, como-
didades, información y bienestar, vemos más gente infeliz, con
crisis existenciales, angustiada por un futuro incierto, llenos de
dudas y obsesiones. Se vive mucho más, pero parece que no se
vive mejor, a pesar de lo que nos quieren hacer creer.
La explicación para todo ello es que el bienestar y la felici-
dad no esta ahí fuera, ni tampoco nadie nos la puede dar. Ser
feliz es un decisión personal, es una forma de interpretar la
realidad, es una actitud ante la vida, es un talante íntimo.
Hay sujetos que cada mañana cuando se ponen en marcha
“deciden” amargarse la existencia con pensamientos negativos
y dañinos. Hacen todo lo posible por ver solo el lado feo y
repulsivo de la vida. No necesitan ningún otro enemigo, ellos
son su peor enemigo.
Nada hay tan sencillo y fácil como ser feliz. Ese bienestar
que tanto anhelamos está en nuestra mano, en nuestro pensa-
miento, en nuestro cerebro. Nadie nos puede hacer sentir mal,
si no le damos ese permiso. Lo hemos repetido por activa y por
pasiva a lo largo de las páginas de este manual y lo seguiremos
haciendo porque es la clave del bienestar.
Todos somos libres para seguir un camino u otro. Para co-
ger un rumbo u otro, en esa impresionante travesía que es
nuestra existencia y paso por la tierra. Lo que vaya a ocurrir
con nuestra vida es una decisión personalísima, y por lo tanto
no debemos echarle la culpa ni a las circunstancias, ni al en-
torno, ni a la familia. Soy yo el que decido cómo voy a vivir.
Solo cuando nos llege la enfermedad será cuando perdamos
parte de esa autonomía, pero aun entonces también se pueden

adoptar posturas y actitudes diferentes.
Muchos estarán pensando que las circunstancias son muy
decisivas y que depende del entorno el que tengamos una for-
ma de vida u otra. Es verdad que el ambiente nos puede facili-
tar o complicar las cosas, pero nunca es tan determinante cmo
se cree. Será nuestra voluntad, inteligencia, paciencia, tesón,
decisión, es decir, nuestra personalidad, la que decidirá el éxito
o el fracaso vital y existencial.
La paz y el bienestar está dentro de cada uno. La felicidad
depende sobre todo de cómo valoramos e interpretamos cada
circunstancia o situación. Recuerde siempre que la felicidad y
el bienestar depende de nuestra actitud y talante personal.
11
Dos cuestionarios que le
interesa conocer
A todos nos gusta hacer pinitos por el mundo de la psicología

aplicada y nos encanta hacer tests que nos permitan saber “con
certidumbre” cómo estamos o quiénes somos, aunque ya les
anticipo que eso es imposible.
Las pruebas psicológicas (cuestionarios, tests, escalas, in-
ventarios, etc.) solo son un complemento, importante eso sí,
de la exploración que el médico o psicólogo va a hacer. Nunca
tienen una infalibilidad total. Se pueden distorsionar, y aun-
que no fuera así, es imposible recoger la complejidad de la

conducta humana a través de unas serie de preguntas y res-
puestas. Los tests solo son pruebas orientativas y complemen-
tarias, útiles si se hacen con rigor y sobre todo si las valoran
profesionales que saben lo que buscan.
Les presentamos a continuación dos cuestionarios muy sen-
cillos. Uno mide el nivel de insatisfacción o desgaste laboral
que usted puede tener. El otro intenta descubrir si usted debe
ser visto por un especialista en la materia al ser un posible
“caso psiquiátrico”.
Ninguno de los dos tiene valor absoluto y mi consejo es que
si obtiene puntuaciones anómalas, acuda a un profesional a
que le valore.
ŽƐĐƵĞƐƟŽŶĂƌŝŽƐƋƵĞůĞŝŶƚĞƌĞƐĂĐŽŶŽĐĞƌ 131
CUESTIONARIO DE MASLACH PARA MEDIR

EL ESTRÉS LABORAL
Señale la respuesta que crea oportuna sobre la frecuencia con que siente
los enunciados:
0= NUNCA.
1= POCAS VECES AL AÑO O MENOS.
2= UNA VEZ AL MES O MENOS.
3= UNAS POCAS VECES AL MES.
4= UNA VEZ A LA SEMANA.
5= POCAS VECES A LA SEMANA.
6= TODOS LOS DÍAS.
1 Me siento emocionalmente agotado por mi trabajo

2 Cuando termino mi jornada de trabajo me siento vacío
Cuando me levanto por la mañana y me enfrento a otra jornada de tra-
3
bajo me siento fatigado
4 Siento que puedo entender fácilmente a los pacientes
Siento que estoy tratando a algunos pacientes como si fueran objetos
5
impersonales
6 Siento que trabajar todo el dia con la gente me cansa
7 Siento que trato con mucha eficacia los problemas de mis pacientes
8 Siento que mi trabajo me está desgastando
Siento que estoy influyendo positivamente en la vida de otras personas a
9
través de mi trabajo
10 Siento que me he hecho más duro con la gente
11 Me preocupa que este trabajo me esté endureciendo emocionalmente
12 Me siento con mucha energía en mi trabajo
13 Me siento frustrado en mi trabajo
14 Siento que estoy demasiado tiempo en mi trabajo
15 Siento que realmente no me importa lo que les ocurra a mis pacientes
16 Siento que trabajar en contacto directo con la gente me cansa
Siento que puedo crear con facilidad un clima agradable con mis pa-
17
cientes
Me siento estimado después de haber trabajado íntimamente con mis
18
pacientes
19 Creo que consigo muchas cosas valiosas en este trabajo
20 Me siento como si estuviera al límite de mis posibilidades
Siento que en mi trabajo los problemas emocionales son tratados de
21
forma adecuada
22 Me parece que los pacientes me culpan de alguno de sus problemas
Se suman las respuestas dadas a los ítems de la manera que se señala

a continuación:
Aspecto evaluado Preguntas a evaluar Valor total

Cansancio emocional 1−2−3−6−8−13−14−16−20
Despersonalización 5−10−11−15−22
Realización personal 4−7−9−12−17−18−19−21
Los resultados de cada subescala:
t Subescala de agotamiento emocional: valora la vivencia de estar

exhausto emocionalmente por las demandas del trabajo. Puntua-
ción máxima 54.
t Subescala de despersonalización: valora el grado en que cada
uno reconoce actitudes de frialdad y distanciamiento. Puntuación
máxima 30.
t Subescala de realización personal: evalúa los sentimientos de
autoeficiencia y realización personal en el trabajo. Puntuación
máxima 48.
Puntuaciones altas en los dos primeros y baja en el tercero definen el

síndrome Burnout y nos indican que su nivel de insatisfacción profesio-
nal debe ser valorado con más precisión.
CUESTIONARIO DE GOLDBERG PARA VALORAR

TRASTORNO PSIQUIÁTRICO EN POBLACIÓN GENERAL
Recuerde que solo debe responder sobre los problemas recientes, no sobre los
que tuvo en el pasado. Es importante intente contestar TODAS las preguntas.
Muchas gracias.
A. Síntomas somáticos
A.1. ¿Se ha sentido perfectamente bien de salud y en plena forma?
Mejor que lo habitual
Igual que lo habitual
Peor que lo habitual
Mucho peor que lo habitual
A.2. ¿Ha tenido la sensación de que necesitaba reconstituyente?

No, en absoluto
No más que lo habitual
Bastante más que lo habitual
Mucho más que lo habitual
A.3. ¿Se ha sentido agotado y sin fuerzas para nada?

No, en absoluto
Mucho más que lo habitual.
A.4. ¿Ha tenido sensación de que estaba enfermo?

No, en absoluto
A.5. ¿Ha padecido dolores de cabeza?

No, en absoluto
A.6. ¿Ha tenido sensación de opresión en la cabeza, o de que la cabeza

le va a estallar?
No, en absoluto
A.7. ¿Ha tenido oleadas de calor o escalofríos?

No, en absoluto
B. Ansiedad e insomnio
B.1. ¿Sus preocupaciones le han hecho perder mucho sueño?
No, en absoluto
B.2. ¿Ha tenido dificultades para seguir durmiendo de un tirón toda

la noche?
No, en absoluto
B.3. ¿Se ha notado constantemente agobiado y en tensión?

No, en absoluto
B.4 ¿Se ha sentido con los nervios a flor de piel y malhumorado?

No, en absoluto
No mas que lo habitual
B.5. ¿Se ha asustado o ha tenido pánico sin motivo?

No, en absoluto
B.6. ¿Ha tenido sensación de que todo se le viene encima?

No, en absoluto
B.7. ¿Se ha notado nervioso y “a punto de explotar”constantemente?

No, en absoluto
C. Disfunción social
C.1. Se las ha arreglado para mantenerse ocupado y activo?
Más activo que lo habitual
Bastante menos que lo habitual
Mucho menos que lo habitual
C.2. ¿Le cuesta más tiempo hacer las cosas?

Menos tiempo que lo habitual
Más tiempo que lo habitual
Mucho más tiempo que lo habitual
C.3. ¿Ha tenido la impresión, en conjunto, de que está haciendo las

cosas bien?
Mejor que lo habitual
Peor que lo habitual
Mucho peor que lo habitual
C.4. ¿Se ha sentido satisfecho con su manera de hacer las cosas?

Más satisfecho que lo habitual
Menos satisfecho que lo habitual
Mucho menos satisfecho que lo habitual
C.6. ¿Se ha sentido capaz de tomar decisiones?

Más que lo habitual
Menos que lo habitual
C.7. ¿Ha sido capaz de disfrutar de sus actividades normales de cada

día?
Más que lo habitual
Menos que lo habitual
D. Depresión grave
D.1. Ha pensado que usted es una persona que no vale para nada?
No, en absoluto
D.2. ¿Ha estado viviendo la vida totalmente sin esperanza?

No, en absoluto
D.3. ¿Ha tenido el sentimiento de que la vida no merece la pena

vivirse?
No, en absoluto
D.4. ¿Ha pensado en la posibilidad de “quitarse de en medio”?

No, en absoluto
D.5. ¿Ha notado que a veces no puede hacer nada porque tiene los
nervios desquiciados?
No, en absoluto
D.6. ¿Ha notado que desea estar muerto y lejos de todo?

No, en absoluto
D.7. ¿Ha notado que la idea de quitarse la vida le viene repentina-

mente a la cabeza?
Claramente, no
Me parece que no
Se me ha cruzado por la mente
Claramente, lo he pensado
La forma habitual de puntuación del GHQ cuando se emplea para la

identificación de casos es el método de 0-0-1-1, donde se concede un 0 a
las respuestas No, en absoluto e Igual que lo habitual; y se concede un 1 a
las respuestas Bastante más que lo habitual, y Mucho más que lo habitual.
El punto de corte óptimo de la versión Española es 6-7.
SUMA DEL SUBESCALA A=

SUMA DEL SUBESCALA B=
SUMA DEL SUBESCALA C=
SUMA DEL SUBESCALA D=
SUMA TOTAL=
12
Epílogo con moraleja
Una chica estaba esperando su vuelo en una sala de espera de un

gran aeropuerto. Como debía esperar un largo rato, decidió com-
prar un libro y también un paquete con galletas. Se sentó en una
sala del aeropuerto para poder descansar y leer en paz. Asiento de
por medio, se sentó un hombre que abrió una revista y empezó a
leer. Entre ellos quedaron las galletas.
Cuando ella cogió la primera, el hombre también tomó una.
Ella se sintió indignada, pero no dijo nada. Solo pensó: “¡Qué
descarado; si yo fuera más valiente, hasta le daría una bofetada
para que nunca lo olvide!”.
Cada vez que ella cogía una galleta, el hombre también toma-
ba una. Aquello le indignaba tanto que no conseguía concentrar-
se ni reaccionar. Cuando quedaba solo una galleta, pensó: “¿qué
hará ahora este aprovechado?”.
Entonces, el hombre partió la última galleta y dejó media para
ella. ¡Ah! ¡No! Aquello le pareció demasiado! ¡Se puso a resoplar de
rabia! Cerró su libro y sus cosas y se dirigió al sector del embarque.
Cuando se sentó en el interior del avión, miró dentro del bolso
y para su sorpresa, allí estaba su paquete de galletas, intacto, ce-
rrado. ¡Sintió tanta vergüenza! Solo entonces se dio cuenta de lo
equivocada que estaba. ¡Había olvidado que sus galletas estaban
guardadas dentro de su bolso! El hombre había compartido las
suyas sin sentirse indignado, nervioso, consternado o alterado.
Ya no estaba a tiempo ni tenia posibilidades para dar explica-
ciones o pedir disculpas. Pero sí para razonar: ¿cuántas veces en
nuestra vida sacamos conclusiones cuando debiéramos observar
mejor? ¿cuántas cosas no son exactamente como pensamos acerca
de las personas?
Y recordó que existen cuatro cosas en la vida que no se recu-
peran: una piedra, después de haber sido lanzada; una palabra,
después de haberla dicho; una oportunidad, después de haberla
perdido; el tiempo, después de haber pasado.

¡¡Aprenda A Estresarse!! Cómo Convertir Una Amenaza en Una Oportunidad

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JOSÉ CARLOS FUERTES ROCAÑÍN

Reservados todos los derechos.

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley ,cualquier forma de

Ediciones Díaz de Santos

ISBN: 978-84-9052-106-9 (Libro electrónico)

1. Autoestima elevada: la mejor medicina para el estrés ................1

José Carlos Fuertes Rocañín nació en

Es profesor colaborador honorífico de varias universidades es-

Es evidente que convertirse en una persona estresada no es muy

de estrés (amenaza) que está sufriendo, independientemente

para modificar su proyecto vital. Veremos que hay topes, lími-

En otros casos le transmito mi experiencia profesional diag-

José Carlos Fuertes

La autoestima no me la pueden dar desde el exterior, ni

Estas personas con baja autoestima las podemos reconocer

CÓMO ACTUAN LAS PERSONAS

Tener una autoestima adecuada es esencial para alcanzar esta-

t Controle su vida y sea consciente de que maneja su destino

t No sea obstinado y esté dispuesto a modificar sus criterios

Conseguir bienestar y felicidad es ante todo y sobre todo

RECOMENDACIONES BÁSICAS PARA MEJORAR

A continuación he tenido la audacia y el atrevimiento de pro-

1. Trátese siempre con amor: “la caridad bien entendida

papel. Hágalo con dignidad, pero no se lo crea dema-

“LAS COSAS NO SON COMO SON, SON COMO

Vamos a empezar el capítulo recordando algo que con toda

En unas ocasiones esas ideas nos las han trasmitido personas

siguiente las ideas que con más asiduidad vemos en nuestras

LAS LLAMADAS IDEAS DISTORSIONADAS

Estas ideas distorsionadas son las que la escuela de psicología

“Para ser realmente valioso tengo que demostrar que soy

Es saludable aceptar los errores y fallos de manera natural

demostrar nada a nadie, si tuviera que demostrar algo sería a

“Para ser feliz es necesario que todos me quieran, me apre-

Agradar a todo el mundo es una meta no solo inalcanzable

“Algunas personas son extremadamente malas y merecen un

Lo razonable y sensato es pensar que la persona que no ac-

ben hacer siempre con mesura y con el ánimo frío y sereno, y

“Es horrible que las cosas no vayan como deseo y como me

Cuando las cosas no discurren por el camino que yo preten-

“Muchas desgracias suceden por causas externas y no tene-

somos nosotros los creadores de esas emociones y también de

“Si algo puede ser peligroso, debo de sentirme muy preocu-

El preocuparse mucho de que algo pueda suceder no solo no

tan terribles como a priori creíamos y también que podemos

Otra idea muy frecuente es que si huimos de las dificultades

“Necesito siempre a alguien más fuerte en quien confiar y

Debemos aceptar el hecho de que estamos“solos” y que no

No “necesitamos” a los demás, nos “agrada” su compañía,

“Lo ocurrido en el pasado es imborrable y determinará mi

El pasado es importante, que duda cabe, y en mayor o me-

“Debo de sentirme siempre muy preocupado por los proble-

Podemos (y nos conviene) interesarnos por los problemas

“Existe una solución perfecta para todos los problemas”.

Esa idea tan extendida es radicalmente falsa. No existe ha-

quedarse mejor con la de que todo es relativo, imperfecto y pa-

Si nos manejamos habitualmente con estas ideas irracionales

Como ya hemos anticipado en el prólogo de este manual, hay

no mas fácil para sufrir estrés. Sí, como lo ha leído, no se ha

INTENTE SIEMPRE AGRADAR Y GUSTAR A TODO

damente por medio de una actitud de sumisión y de “peloteo”.

Pretender gustar a todo el mundo es una excelente manera de

ESTÉ “CONECTADO” LAS 24 HORAS DEL DÍA

uando tenga un obũeƟǀo o un deseo, Ɖiense al menos cinco ac-

anũe de una ǀeǌ Ɖor todas el Ɖroblema Ǉ deũe de Ɖensar constan-