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Integrantes:
-Emmanuel Brando Quilla Romero
-Jesus Hipolito Cornejo Maquera
El contrato por persona a nombrar era una figura desconocida en el derecho romano y que
posiblemente surgió por práctica comercial de mercaderes franceses y genoveses en la edad
media (De la Puente, 2001).
Esta novedosa institución fue regulada por primera vez en el código civil italiano de 1942
seguido por los códigos portugués (1966) y boliviano (1975). En el caso peruano fue
incorporado en el código civil de 1984 por recomendación del doctor Carlos Cárdenas
Quirós (Arias-Schreiber, 2011).
1. CONCEPTO
El contrato por persona no es un contrato en sí, sino más bien, es una estipulación
contractual en virtud de cual al momento de celebrar el contrato, una parte se reserva el
derecho de designar posteriormente a una tercera persona que asumirá sus derechos y
obligaciones derivados de este contrato (De la Puente, 2001). Por ello Castillo Freyre
prefiere llamarlo “Clausula”: “No se trata de ningún contrato especial, simplemente de una
cláusula susceptible de incluirse en cualquier contrato común y corriente” (Castillo Freyre,
1998, pág. 879). En consecuencia, podemos hablar de una compraventa, un arrendamiento,
una permuta o una prestación de servicios por persona a nombrar. Donde lo que
caracterizaría a cada contrato sería su propia naturaleza, siendo que el hecho de que se
pacte por persona a nombrar resultaría importante pero siempre accesorio (Pazos
Hayashida, 2010).
Involucra dos declaraciones: 1. La que realiza el contratante frente a la otra parte; 2. La que
resulta de la electio amici (elección del amigo), por la cual un tercero es designado por el
contratante, y acepta incorporarse al contrato (Alterini, 1999, págs. 320-321).
Si la designación de la persona “electio amici” no se produce, la relación se trabará en
definitiva con el estipulante que celebro el contrato originalmente (Lopez de Zavalia,
1997).
Por ultimo hay una íntima conexión entre el contrato por persona a nombrar y la cesión de
posición contractual, ya que como apunta De la Puente: En ambos se produce el cambio de
titular sin alterarse la naturaleza del contrato básico o principal y la permanencia en el de
uno de los contratantes originarios. Aunque lo que los diferenciaría es que en el contrato
por persona a nombrar no se requiere la celebración de un segundo contrato, mientras que
en la cesión de posición contractual si (De la Puente, 2001, pág. 298). En la cesión de
posición contractual no hay una reserva de nombramiento, el cesionario solo ocupara la
posición contractual del cedente a partir del momento en que existe consentimiento para la
cesión por parte del cedente, cesionario y cedido (Arias-Schreiber, 2011).
2. INTERVINIENTES
3. NATURALEZA JURÍDICA
Según Max Arias, Messineo, sostiene que, el contrato por persona a nombrar, es un
contrato con sujeto alternativo y con efecto alternativo. El carácter alternativo lo imprime la
inclusión de una condición resolutoria con respecto de la adquisición del estipulante y, al
mismo tiempo , de una condición suspensiva en relación a la adquisición por parte de la
persona a determinar, la cual se realizara una vez efectuada la designación; y hará adquirir
retroactivamente el derecho a la persona nombrada, En cambio y si falta la designación, el
contrato quedara firme entre quienes lo han concluido y por lo tanto el estipulante será
parte del contrato, en cuanto no se ha verificado la condición suspensiva (Arias-Schreiber,
2011, pág. 288).
Posteriormente Según De la Puente,” Messineo vario su planteamiento inicial, sosteniendo
que el contrato mencionado es uno en el cual uno de los sujetos permanece inmutable,
mientras el otro es alternativo o fungible, en el sentido que, después de la conclusión, puede
sustituirse el contratante originario por su propia voluntad, por otro, el cual toma el puesto
del originario, con atribución a el de los efectos contractuales” (De la Puente, 2001, pág.
305).
Posteriormente pasare a comentar cada artículo del código civil que regula la institución
hasta aquí mencionada.
4. FIGURAS AFINES
4.1. Representación Directa.
En esta figura el declarante actúa en nombre propio, aunque por cuenta de otro, con la
finalidad de que su declaración afecte al final al representado, para lo cual será preciso
que realice un nuevo acto jurídico entre representante representado. Por lo tanto la
diferencia con esta figura es que la representación indirecta, excluye la posibilidad que
el representado se convierta en parte del negocio originario entre representante y tercero
(Arias-Schreiber, 2011). Para Lopez de Zavalia Pero la diferencia es neta, pues la
acción de que goza el representado indirecto, es la misma que la del representante,
ejercida por vía oblicua. En cambio, la acción del beneficiario en el contrato a favor de
tercero, es directa (Lopez de Zavalia, 1997, pág. 554).
Una primera diferencia entre la gestión de negocios y el contrato por persona a nombrar
es que, mientras en la gestión de negocios el agente oficioso contrata a nombre de otra
persona; en cambio, en el contrato por persona a nombrar, el contrato lo celebra
personalmente el promitente con el estipulante, actuando este último por propio
derecho. “La otra diferencia es que una vez efectuada la estipulación o nombramiento,
en realidad no hay ningún vínculo jurídico entre estipulante y tercero; en cambio en la
gestión de negocios nacen vínculos jurídicos entre agente oficioso y la persona cuyos
negocios se gestionan” (Troncoso & Alvarez Cid, 2014, pág. 31).
En este el tercero no es nunca parte contractual del negocio celebrado entre estipulante
y promitente. Eventualmente después del nombramiento el amici puede convertirse en
parte contratante con efecto retroactivo, como si hubiera sido uno de los contratantes
originarios(Arias-Schreiber, 2011).
Tampoco es una promesa de un hecho del tercero, porque esta última importa
obligación tan solo del promitente, y en todo caso importa, además de la promesa del
contratante, una prestación por parte del tercero; en el contrato por persona a nombrar,
el contratante promete el hecho propio, pero eventualmente el hecho del tercero, con el
efecto de que si la declaración del nombramiento es válida, el nombrado puede
rehusarse a cumplir (De la Puente, 2001, pág. 306).
5. ARTICULO 1473
Al celebrar el contrato puede convenirse que cualquiera de las partes se reserve la facultad de nombrar
posteriormente a un tercero que asuma los derechos y las obligaciones derivadas de aquel acto.
La reserva de nombramiento no procede en los casos en que no es admitida la representación o es
indispensable la determinación de los contratantes.
La primera parte del artículo se refiere a que para que exista un contrato por persona a
nombrar resulta indispensable que una de las partes, con acuerdo de la otra, cuando
celebran el contrato, se reserve la posibilidad de designar a un tercero que asumirá la
calidad de contratante con efecto retroactivo desde el momento de celebración del negocio
(Arias-Schreiber, 2011). Como si Cayó dijera: Compro esto para mí o para otro que después
nombraré (Lopez de Zavalia, 1997). También se puede dar el caso que no solo una de las partes
contratantes se reserve la facultad, sino que ambos (en el supuesto de un contrato bilateral)
formulen tal reserva, el presente artículo permite esto (De la Puente, 2001).
Esta reserva puede obedecer a dos razones: 1) Puede tener su origen en un poder
previamente otorgado por el tercero estipulante 2) A falta de poder puede basarse sobre la
simpe expectativa que el tercero aceptara, posteriormente, a adquirir los derechos y
obligaciones del contrato celebrado anteriormente (De la Puente, 2001).
Si bien del artículo se infiere que el tercero debe ser identificado posteriormente al
momento de la designación, contrario a esto De la Puente considera que no hay ningún
inconveniente conceptual que desde el momento de celebrarse el contrato conste
claramente el nombre de la persona, el amici, que asumirá los derechos y obligaciones del
referido contrato, agrega que muchas veces es determinante conocer la identidad del tercero
para que se celebre finalmente el contrato por persona nombrar (De la Puente, 2001).
El segundo párrafo del artículo dispone que no procede la reserva cuando no es admitida la
representación o es indispensable la determinación de los contratantes.
La primera limitación se encuentra también en Cód. Civ. italiano de 1942, art. 1401; Cód.
Civ. Portugués de 1967, art. 452; Cód. Civ. boliviano de 1975, art. 466; Anteproyecto de
Código Europeo de Contratos, art. 70, inc. (Alterini, 1999, pág. 320). Esta limitación
manifiesta que el codificador acogió la teoría de que el contrato por persona a nombrar es
un caso de representación (De la Puente, 2001). Sin embargo la referencia a la
representación no debe entenderse en el sentido que nos encontramos en el ámbito de dicha
figura, de que necesariamente debe mediar representación entre estipulante y persona a
nombrar (Arias-Schreiber Pezet, 1994). Puede existir sin que haya de por medio una
relación previa entre el estipulante y el tercero (Pazos Hayashida, 2010). A diferencia de la
representación directa, en el contrato por persona a nombrar el estipulante actúa en nombre
propio y no en nombre ajeno. El propósito de esta norma es excluir la posibilidad de la
reserva en los casos en que tampoco es factible, por mandato legal, que el acto jurídico
pueda ser realizado mediante representante (Arias-Schreiber, 2011).
6. ART 1474
La declaración de nombramiento debe comunicarse a la otra parte dentro de un plazo que no podrá exceder
de veinte días, contados a partir de la fecha de celebración del contrato.
Este artículo prescribe que la declaración de nombramiento a la otra parte debe hacerse
dentro de un plazo no mayor de 20 días, contados a partir de la fecha de celebración del
contrato. De la Puente presume que por su naturaleza, se trata de un plazo de caducidad (De
la Puente, 2001). En la legislación comparada en el anterior código civil argentino se
prescribía que si no se ha fijado un término para la designación, la misma debe hacerse en
el tiempo que es verosímil que las partes entendieron que debía cumplirse (art. 541, Cód.
Civ.) (Lorenzetti, 1999).
6.2.Ineficacia
El segundo párrafo dispone que la declaración de nombramiento no tiene efecto si no es
acompañada de la aceptación de la persona nombrada del amici, sin este requisito la
declaración no tendrá efecto y por lo tanto no se producirá el cambio de contratante,
permaneciendo el estipulante definitivamente como tal (Arias-Schreiber, 2011, pág. 292).
Es imprescindible la indubitable manifestación de voluntad del amici (De la Puente, 2001).
Encontramos una disposición como esta en Cód. Civ. italiano de 1942, art. 1402; Cód. Civ.
portugués de 1967, art. 453; Cód. Civ. boliviano de 1975, art. 472; Anteproyecto de Código
Europeo de Contratos, art. 70, inc. 3 (Alterini, 1999, pág. 321).
La aceptación parcial del nombramiento por parte del amici equivaldrá al rechazo por lo
que la declaración de nombramiento no surtirá efecto alguno. Ocurrirá igual en los casos en
que el estipulante designe a una pluralidad de sujetos ya que, aun cuando a un individuo se
le estén atribuyendo solo parcialmente los derechos y obligaciones del estipulante, tiene
que hacer una aceptación integral de la fracción que le corresponde. En caso contrario, no
podríamos hablar de una aceptación strictu sensu (Pazos Hayashida, 2010).
7. ART 1475
7.1.Forma
Un requisito adicional para la validez del contrato por persona a nombrar es que la forma de
la declaración de nombramiento y la de la aceptación, sea la misma. De acuerdo con el
principio de unidad contractual (Arias-Schreiber, 2011).
8. ART 1476
Si la declaración de nombramiento se hizo válidamente, la persona nombrada asume los derechos y las
obligaciones derivadas del contrato, con efecto desde el momento de la celebración de este.
En caso contrario o cuando no se efectúa la declaración de nombramiento dentro del plazo, el contrato
produce efecto entre los contratantes originarios.
8.1.Retroactividad
Arias-Schreiber, M. (2011). Exegesis del codigo civil Peruano de 1984 Tomo I. Lima: Gaceta Juridica.
Cabrera, O. (2015). Contratos en el Nuevo Código – Parte General. Buenos Aires : Ediciones DyD.
Castillo Freyre, M. (1998). Tentaciones Academicas: Reforma del Codigo Civil de 1984 Tomo II.
Lima: Fondo Editorial PUCP.
Castillo Freyre, M. (2010). Tratado de Contratos Típicos Vol.1. Lima: Fondo Editorial PUCP.
Gutierrez, W. (2007). Código Civil Comentado Vol VII. Lima: Gaceta Juridica.
Lopez de Zavalia, F. J. (1997). Teoria de los Contratos Tomo I . Buenos Aires: ZAVALIA .
Pazos Hayashida, J. (2010). Codigo Civil Comentado Tomo VII. Lima: Gaceta Juridica S.A.