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*Introducción………………………… 2
*Desarrollo…………………………… 3
*Conclusión…………………………… 12
*Bibliografía………………………….. 14
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Las actividades lúdicas como apoyo en el desarrollo de competencias en el
Colegio de Bachilleres
Las actividades lúdicas dentro de una institución educativa llegan a ser una herramienta
estratégica que permiten al niño y al adolescente el logro de aprendizajes con sentido en
ambientes agradables de manera atractiva y natural desarrollando habilidades. Es por ello
que dan como resultado acciones y actitudes fortalecidas, niños y jóvenes afectuosos,
dispuestos a trabajar al interior del salón de clase, creativos en ambientes que propician la
curiosidad y amplían su vocabulario y la convivencia sana armónica, reflejándose en su
entorno social y familiar por las nuevas actitudes de nuestros estudiantes ante estos
contextos.
Dicha actividad resulta clave para la formación del ser humano en relación con los
demás, con su ambiente y consigo mismo de tal forma que propicia un equilibrio estético y
moral entre la persona y el medio con el que interactúa. De este modo, el alumno aprende a
producir, a respetar y a aplicar las reglas del juego, emulando la vida con creatividad y
curiosidad para apropiarse del conocimiento en forma amena.
De este modo, la actividad lúdica es motivadora y atractiva, captando la atención de
nuestros alumnos hacia el aprendizaje programado, ya que el estudiante adquiere
conocimiento y conciencia de su propio cuerpo, logrando control de la inhibición voluntaria
y de la respiración, estimula la percepción a través de los sentidos y la coordinación,
preparando al adolescente para hacer suyos los temas en forma dinámica, algo distinto a la
manera tradicional.
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trabajo, haciendo una reseña de la evolución del juego didáctico y su importancia en la
educación en general a través de la historia.
Cabe decir que ya sea que alguno o todos los factores arriba mencionados se
presenten en cada caso estudiantil, las actividades lúdicas serán elemento clave en el
desempeño y por ende en el desarrollo de competencias tanto en el niño como en el
adolescente, especialmente en las competencias para la vida. Es aquí donde se debe
destacar el importante análisis que debe hacer el docente para poner en práctica técnicas y
estrategias que permitan socializar a nuestros alumnos y que puedan solventar sus
necesidades educativas muy a pesar de los problemas que previamente fueron señalados.
En este sentido, el juego cobra un papel por demás importante, ya que no sólo sirve
como distracción y entretenimiento para el alumno, sino además resulta ser una estrategia
de enseñanza por demás significativa ya que implica actividades encaminadas al desarrollo
social de los individuos, en este caso de los adolescentes, es decir, el juego muestra de
manera metafórica ante nuestros estudiantes reglas que deben ser respetadas, necesarias
para la adquisición de valores como el respeto y la tolerancia, trascendentales para la
convivencia sana y armónica en cualquier estrato social.
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características implica ser dinámica, ya que quien participa realiza actividades en las cuales
experimenta, expresa y descubre, pero con una mayor confianza al ser una representación
virtual de la realidad, donde los errores enseñan trayendo consigo la verdadera aprehensión
del conocimiento y en forma placentera. Dicho concepto alude que los seres humanos
requerimos sentir, comunicarnos, expresarnos, disfrutar de las vivencias que el juego
conlleva o incluso generar emociones.
“La lúdica como experiencia cultural es una actitud, una predisposición del ser
frente a la cotidianidad, es una forma de estar en la vida, de relacionarse con ella, en
“espacios” y “ambientes” en los que se produce interacción, entretenimiento, disfrute, goce
y felicidad, acompañados de la distensión que producen actividades simbólicas e
imaginarias como el juego, la chanza, el sentido del humor, la escritura, el arte, el descanso,
la estética, el baile, el amor, el afecto, , las ensoñaciones, la palabrería, e inclusive todos
aquellos actos cotidianos como ‘mirar vitrinas’, ‘pararse en las esquinas’ ‘sentarse en una
banca’, son también lúdicos.”
Es por ello que la lúdica está presente en cada proceso y etapa de aprendizaje de los
individuos puesto que es capaz de construir el conocimiento a través de la experiencia,
dándole de este modo un alto nivel educativo, en forma continua y natural, ya que forma
parte de la vida del ser humano desde su temprana infancia y se ha consolidado a lo largo
de la evolución de nuestra especie. Una de las características que más nos diferencia del
resto de los animales es que somos la especie que más juega y se divierte lúdicamente, por
lo que jugar constituye una actividad central dentro de la vida humana.
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La acción lúdica corresponde a nuestra historia a través de los tiempos, en el arte y
la literatura del ser humano donde hemos podido observar la importancia del juego en el
aprendizaje y en la vida cotidiana. Ha sido parte de nosotros mismos y generalmente se ha
observado durante la niñez, por lo tanto, resulta ser nuestra misma naturaleza la que se
muestra durante la realización de este tipo de actividades en nuestra infancia.
La actividad lúdica resulta ser vital para la sana convivencia y el mejor desarrollo de
la niñez y la adolescencia ya que con ella se ponen en juego habilidades que fomentan la
madurez de los individuos. Aunque los niños aprenden a través del juego con placer, no es
un objetivo en sí mismo. Solamente es un medio para alcanzar una meta final. Es una
actividad natural que les proporciona placer y satisfacción, pero con los resultados descritos
en el presente párrafo.
Los individuos se ven motivados a jugar por muchas razones, una de las cuales es la
competencia misma con el fin de ganar; en un contexto virtual, al enfrentarse a situaciones
que pueden ser semejantes a la realidad pero con la emoción misma de poder triunfar o
perder, superando las dificultades que las reglas del juego y los rivales imponen. Y es este
conjunto de normas que deben respetarse las que establecen en los participantes en el juego
los compromisos consigo mismo y con todo aquel que participe en la actividad
desarrollada.
Está por demás decir que las estrategias pasivas no producen resultados efectivos en
el aprendizaje de los alumnos, por lo tanto, cabe resaltar que para la verdadera aprehensión
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de los conocimientos se sugieren métodos que requieran básicamente un involucramiento
activo de los estudiantes para que ellos descubran el sentido que tiene el aprendizaje en
general. Para generar este ambiente de aprendizaje, López, Miguel y Montaño (2008,
citados en Ramírez y Burgos, 2011) nos mencionan que el aprendizaje debe ser:
El juego permite realizar sueños, correr riesgos y llevar a cabo acciones que dan un
carácter juvenil y renovador donde los participantes viven significativamente una aventura
en forma creativa, donde cada quien debe planear estrategias, pensar y aplicar sus
experiencias previas, situación que da como resultado la toma de decisiones, lo cual implica
una equivalencia con el mundo real donde día a día debemos tomar determinaciones que al
final afectan nuestras vidas.
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buscando su consolidación e inspirando actitudes que podemos encontrar en nuestra
comunidad, convirtiéndose así, en una auténtica infraestructura social.
Es por esto mismo que a través de los tiempos se ha insistido en la importancia que
tiene la lúdica en el proceso del desarrollo humano, donde el propio individuo despliega sus
habilidades y creatividad en sus intentos por comprender la realidad material y social. Si
esto lo queremos reflejar en las acciones dentro del aula, hay que decir que la clase tiene
que llevarse a cabo en un lugar activo, en el que la curiosidad de los niños sea satisfecha y
se pueda integrar con materiales adecuados para explorar, discutir y debatir,
complementando el aprendizaje y su ulterior conocimiento del adolescente.
Es mediante el juego que el alumno dinamiza la vida, ya que es a través del mismo
el niño y el adolescente construyen conocimientos, se encuentran consigo mismo, con el
mundo físico y social, desarrolla iniciativas propias, comparte sus intereses, desarrolla
habilidades de comunicación, construye y se apropia de normas, es decir, se desarrollan
competencias sociales. De este modo se logran crear y generar significados, afectos,
visiones de futuro y nuevas formas de acción y convivencia, constituyendo el centro de
toda acción realizada por y para el estudiante, en sus contextos familiar, natural, social,
étnico, cultural y escolar.
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relacionarse por medio de sus emociones, sus creencias y las nociones que tiene de las
cosas que le suceden y le rodean en un clima de confianza, porque de esta manera puede
madurar emocionalmente, conocerse y vivir sana, creativa y felizmente.
“…es el valor moral del juego, la alegría de sentirse causa de algo, de superar los
obstáculos, de crear dificultades, riesgos y reglas para sentir la satisfacción de superarlas y
de someterse voluntariamente a una disciplina, experimentar el gozo del éxito, la
conclusión de una “obra”, con su proyecto incluido, la terminación de un trabajo arduo.”
El juego resulta ser una gran oportunidad para integrar y valorar la diversidad dentro
de un grupo heterogéneo. Los programas de estudio en sus diferentes niveles se han vuelto
mucho más diversos, tanto por el grado de conocimientos previos como por las variantes
económicas, culturales, étnicas y de género de los cuales provienen los alumnos de que se
trate.
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lúdica fortalece la autoconfianza, la autonomía y la formación de la personalidad, “a pesar
de” representar tan sólo actividades recreativas que terminan por ser primordiales en la
formación de los seres humanos.
La aplicación del juego resulta ser una estrategia excelente para un aprendizaje
eficaz, ya que por medio de este tipo de actividades se logra alentar a los participantes a
aprender unos de otros, es decir, se potencia el aprendizaje colaborativo entre pares. La
gran mayoría de los juegos didácticos desarrollan una amplia gama de competencias y
habilidades personales y sociales: cuando un alumno de alto desempeño enseña a otro,
ambos logran obtener nuevas habilidades y conocimientos, tales como la capacidad de
diálogo, la tolerancia entre distintos puntos de vista, la empatía con sus compañeros y un
verdadero trabajo en equipo, además de aumentar la complejidad del razonamiento y la
comprensión, acciones que se ven enriquecidas con las distintas percepciones y opiniones
de los integrantes del grupo participante.
Se debe decir que a través de juegos también es posible evaluar el impacto de esta
estrategia en el aprendizaje de los alumnos, fomentando la participación e involucramiento
de todos en actividades como la autoevaluación y la coevaluación. En ese sentido, las
actividades lúdicas nos permiten comprobar constantemente el dominio de contenidos y el
desarrollo de habilidades en los estudiantes, y así contar con un diagnóstico efectivo para
planificar las clases siguientes.
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humanos dentro del aula con objetivos diversos dependiendo de la intención del tema que
se está desarrollando. Sin embargo, no se puede obligar a nadie a participar en un juego,
tampoco se puede decidir por otros la forma de jugar, en este sentido, cada quien es libre de
decidir las estrategias a llevar a cabo durante su intervención con la ventaja que tiene el
juego, a diferencia de la vida real, de intentarlo una y otra vez hasta lograr el objetivo del
mismo.
Una vez que logramos conocer e identificar las principales particularidades de las
actividades lúdicas, además su significado y sus repercusiones tanto dentro como fuera del
salón de clases es como se logra entender su relación primordial con las competencias que
se pueden desarrollar en nuestros alumnos, esas habilidades cognitivas, psicológicas y
motoras que condicionan la conducta de los jóvenes como seres humanos independientes y
sociales.
La escuela tiene como propósito principal formar esta conducta como base de
valores, y para cumplir con este objetivo se deben cambiar muchas de las actividades
educativas y estrategias, creando ambientes en los cuales sea posible el reflejo de estos
valores y habilidades. Es sólo a través de la adquisición de los conocimientos, así como del
desarrollo de habilidades y destrezas que una persona puede comprender y transformar el
mundo en el que vive. Sin importar de cual se trate, la competencia resulta ser un elemento
dinámico que está en continuo desarrollo en la comprensión y actitudes del niño y del
adolescente en camino a su adultez además de su participación activa en la sociedad.
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es que su meta principal apunta precisamente al desarrollo de esas habilidades y son una
poderosa instancia de trabajo colaborativo.
Tomando en cuenta este último párrafo, resulta necesario resaltar que durante este
tipo de actividades no sólo se desarrollan competencias en nuestros alumnos, sino también
en nosotros como docentes. Es por medio del juego que se puede planear, guiar y evaluar
situaciones auténticas de aprendizaje; este desempeño competente de un maestro se expresa
por medio de sus acciones ante situaciones auténticas o ambientes, en los cuales el docente
selecciona, moviliza y organiza los recursos que le permiten analizar, enfrentar y en su caso
solucionar problemas específicos de aprendizaje en los niños y adolescentes en el marco de
contexto particular y en la diversidad que esto representa.
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faciliten la transformación educativa con enfoque en el desarrollo de habilidades cognitivas
y sociales en los jóvenes.
Estos juegos han hecho posible trabajar con grupos grandes, quienes logran
participar activamente durante mi clase, interactuando entre todos los estudiantes que tenga,
sin importar la cantidad a la cual se refiera. De este modo, se me ha facilitado la
organización de la clase permitiendo que todos se puedan involucrar y aprender
activamente.
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bajo la premisa de que estas habilidades son esenciales para su desarrollo tanto en su
contextos familiar, en la comunidad y en el aspecto laboral.
El juego resulta ser un elemento importante en la educación puesto que permite que
el aprendizaje sea divertido y natural, brindando una serie de actividades amenas, relajantes
que generalmente motivan a los adolescentes, donde resulta necesario incluir los espacios
adecuados para un ambiente de aprendizaje que impulse una excelente adquisición del
conocimiento, dicha implementación lúdica resulta ser una estrategia pedagógica que
fortalece el interés y las habilidades en el aprendizaje de los adolescentes en general.
Las relaciones interpersonales que logran promoverse por medio del juego didáctico
muestran que la aplicación de esta estrategia estimula la participación, la colaboración y el
desarrollo de valores y habilidades dentro de un ambiente relajado de cooperación entre
todos los estudiantes, permitiendo el conocimiento de las reglas, su utilidad en estas
actividades y en la vida real.
Las escuelas, y especialmente los docentes deberían innovar su práctica docente por
medio de este tipo de actividades de modo que se terminen por romper viejas prácticas
pedagógicas en cuanto al manejo de los procesos de aprendizaje, direccionando nuevas
estrategias hacia las necesidades e intereses de nuestros alumnos, reconociendo que hay que
emplear estas acciones en busca de la mejora del aprendizaje del estudiante mediante
juegos que proporcionen espacios contextualizados, dinámicos y ricos en experiencias.
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Bibliografía
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