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GÉNERO, DISCAPACIDAD Y PARTICIPACÓN

En La Voz De Mujeres Con Discapacidad Y Profesionales De La Fundación Ludus

Angely Johana Malpica García

Trabajo De Grado Para Optar Al Título De Licenciada en Educación Con Énfasis En

Educación Especial

Universidad Pedagógica Nacional

Facultad De Educación

Departamento De Psicopedagogía

Licenciatura En Educación Con Énfasis En Educación Especial

Bogotá, 2015
GÉNERO, DISCAPACIDAD Y PARTICIPACIÓN

En La Voz De Mujeres Con Discapacidad Y Profesionales De La Fundación Ludus

Angely Johana Malpica García

Trabajo De Grado Para Optar Al Título De Licenciada en Educación Con Énfasis En

Educación Especial

Asesora:

Mary Luz Parra Gómez

Mag. Discapacidad E Inclusión Social.

Universidad Pedagógica Nacional

Facultad De Educación

Departamento De Psicopedagogía

Licenciatura En Educación Con Énfasis En Educación Especial

Bogotá, 2015
(…) Si eres una mujer fuerte
prepárate para la batalla:
aprende a estar sola
a dormir en la más absoluta oscuridad sin miedo
a que nadie te tire sogas cuando ruja la tormenta
a nadar contra corriente.

Entrénate en los oficios de la reflexión y el intelecto


Lee, hazte el amor a ti misma, construye tu castillo
rodéalo de fosos profundos
pero hazle anchas puertas y ventanas.

Es menester que cultives enormes amistades


que quienes te rodean y quieran sepan lo que eres
que te hagas un círculo de hogueras y enciendas en el centro de tu habitación
una estufa siempre ardiente donde se mantenga el hervor de tus sueños.

Si eres una mujer fuerte


protégete con palabras y árboles
e invoca la memoria de mujeres antiguas.

Haz de saber que eres un campo magnético


hacia el que viajarán aullando los clavos herrumbados
y el óxido mortal de todos los naufragios.
Ampara, pero ampárate primero
Guarda las distancias
Constrúyete.
Cuídate
Atesora tu poder
Defiéndelo
Hazlo por ti
Te lo pido en nombre de todas nosotras.

(Consejos Para La Mujer Fuerte )


Gioconda Belli
DEDICATORIA

A todas las mujeres de mi vida que son abuelas, madres, hermanas, amigas y compañeras; una al
tiempo y todas a la vez.

A la familia entera que no abandona, vivo ejemplo de constancia; a mi madre, mis hermanas y mi
padre, que sin saberlo son motivo e impulso.

A las compañeras y compañeros que han sido la más rigurosa academia en mi proceso formativo;
a las y los que están, y las compañeras y los compañeros que no, cuan vivos y vivas en están en
nuestros corazones y memorias, cuan vivos y vivas en nuestra incansable sed de transformación.

¡El legado sigue vivo!

“El gran poder existe en la fuerza irresistible del amor"

S. B
AGRADECIMIENTOS

Gracias infinitas a los años, a los caminos recorridos, a las experiencias, a la historia vivida que
me enorgullece en la memoria.

A docentes, compañeros, compañeras, amigos y amigas que atendiendo a la constancia de la


formación, han influido en mi construcción como educadora, como mujer, como sujeta política.

A la amplia familia y la constancia que caracterizan los lazos fraternos y los que trascienden la
sangre.

A los espacios y los tiempos que me pusieron en esta ruta

Porque de no haber sido por todo lo anterior este trabajo no hubiese sido posible.
ABSTRACT

Imaginaries around gender and disability may constitute elements that enable or prevent
the participation of women with disabilities in social experience. For this work, were developed
semi-structured interviews in which conceptions of gender, disability and participation were
collected from 3 women with disabilities and 3 women who experience disability from their
professional practices.

From the discourse analysis as hermeneutical methodology, were identified elements that
affect positively or negatively the participation of women with disabilities when are evident in
the speeches. This analysis allowed noticing the permanence of medical models that generate
particular outlooks about disability; clear, for example, in the minimized view of the disabled
person, in the absence of proposals, practices and discourses from the inclusion, or also in the
biologization and infantilization of the disabled person. Likewise, were identified the conceptions
of men and women regarding gender as a category of analysis and lived historical and cultural
construction, evident in inequity relationships represented in the participation of women with
disabilities. Facing this it is stated that the exclusionary situation that the disabled woman deal
can be analyzed from the intersectionalities influencing the construction of autonomy,
independence and effectiveness of the rights of women with disabilities.

These elements are proposed as a call for construct discourses departing from the concrete
realities of the population, based in theories and practices. Those discourses need to be proposed
from the education and from the specific role of the special educators, leaving the assumptions
that arise from foreign theories adopted in a context with different dynamics and dialectical, as
the Colombian one.

Keywords: Gender: disability, participation, women, intersectionality, hermeneutic,


discourse analysis.
RESUMEN ANALÍTICO EN EDUCACIÒN - RAE

1. Información General
Tipo de documento Trabajo de Grado

Acceso al documento Universidad Pedagógica Nacional. Biblioteca Central

GÉNERO, DISCAPACIDAD Y PARTICIPACIÓN:

Título del documento En La Voz De Mujeres Con Discapacidad Y Profesionales De La


Fundación Ludus

Autor(es) MALPICA GARCÍA, Angely Johanna

Director Parra Gómez, Mary Luz

Publicación Bogotá. Universidad Pedagógica Nacional, 2015. 135 P.

Unidad Patrocinante Universidad Pedagógica Nacional

GÉNERO, DISCAPACIDAD, PARTICIPACIÓN, MUJER,


Palabras Claves INTERSECCIONALIDADES, HERMENÉUTICA, ANÁLISIS DEL
DISCURSO.

2. Descripción
Los imaginarios en torno al género y la discapacidad pueden significar elementos que posibilitan
o imposibilitan la participación de las mujeres con discapacidad, para el presente trabajo se
realizaron entrevistas semi-estructuradas donde se recogieron concepciones de género,
discapacidad y participación de 3 mujeres con discapacidad y 3 mujeres que desde sus prácticas
profesionales vivencian la discapacidad.

Desde el análisis del discurso como metodología hermenéutica, se identificaron elementos que
manifiestos en el discurso, afectan positiva o negativamente la participación de mujeres con
discapacidad. Dichos análisis permitieron observar la permanencia de modelos médicos que
generan ópticas particulares sobre la discapacidad en relación a la visión minimizada de la
persona con discapacidad, a la ausencia de propuestas, prácticas y discursos desde la inclusión
o a la biologización e infantilización de la persona con discapacidad. De igual forma se
identificaron las concepciones sobre hombres y mujeres que en relación a género, como
categoría de análisis y construcción histórico-cultural vivida, se manifiestan en relaciones de
inequidad representadas en la participación de la mujer con discapacidad. Frente a este
elemento se platea que la situación excluyente a la que se enfrentan estas mujeres puede ser
analizada desde las interseccionalidades que influyen en la construcción de autonomía,
independencia y efectividad en derechos de la mujer con discapacidad.

Estos elementos se plantean como una llamado para que desde la educación y el rol del
educador y la educadora especial, se construyan desde lo teórico y lo practico discursos que
partan de las realidades concretas de la población, abandonando los supuestos que surgen de
teorías foráneas adoptadas en contextos colombianos que presentan dinámicas distintas,
diversas y dialécticas.

3. Fuentes

Beauvoir, S. D. (S.F). El Segundo Sexo (Tomo I). Buenos Aires: Siglo Veinte.
Beauvoir, S. D. (S.F). El Segundo Sexo (Tomo II). Buenos Aires: Siglo Veinte.
Palacios, A. (2008). Modelo Social De La Discapacidad orígenes, caracterización y
plasmación en la Convención Internacional. Madrid: CINCA.
Gomez, C., & Cuervo, C. (2007). Conceptualización De Discapacidad: Reflexiones Para
Colombia. Bogotá: Universidad Nacional De Colombia.
Hart, R. (1993). La Participación De Los Niños: De La Participación Simbólica A La
Participación Autentica. Bogotá: Gente Nueva / Unicef.
Lopera Echavarria, J., Ramirez Gomez, C. A., Zuluaga Aristizabal, M., & Vanegas Ortiz,
J. (2010). El Método Analítico. Medellin: Universidad De Antioquia.

4. Contenidos
Planteamiento inicial del ejercicio: En este apartado se encuentra el planteamiento de la
problemática, los interrogantes a desarrollar, los objetivos que direccionan el ejercicio,
antecedentes y estado del arte.
Perspectiva teórica, fundamento del discurso: Responde a los insumos teóricos que
fundamentan el ejercicio, las perspectivas desde donde se asume el género, la
discapacidad y la participación como punto de partida de indagación al ejercicio
investigativo.
Lineamiento Metodológico: Describe la ruta metodológica de orden investigativo que
sustenta las acciones en la recolección, análisis y conclusión de la información teórica
práctica.
Interseccionalidades y diálogos: Recoge los análisis de orden hermenéutico sobre los
datos recolectados de las mujeres que viven y vivencian la discapacidad, soportados por
el componente teórico frente a un ejercicio reflexivo.
Concluyendo caminos en la apertura de nuevos: Plantea las conclusiones donde más
que finalizar un camino producto del análisis, permite la apertura de varios en
correspondencia a ejercicios pedagógicos desde el rol como educador especial en el
contexto colombiano.

5. Metodología
Las rutas hermenéuticas desde el análisis de contenido direccionaron las acciones investigativas
en el presente ejercicio. Para ello se contó con la participación de 3 mujeres con discapacidad, y
3 mujeres que desde sus prácticas profesionales vivencian la discapacidad, donde a partir de
entrevistas semi-estructuradas se recogieron concepciones desde género, discapacidad y
participación.

Dichos diálogos fueron analizados desde las técnicas hermenéuticas, identificando elementos
que manifiestos en el discurso, afectan positiva o negativamente la participación de mujeres con
discapacidad.

6. Conclusiones
En relación a las categorías indagadas y analizadas en los diálogos con mujeres que viven y
vivencian la discapacidad, se puede identificar la presencia de elementos que desde los
discursos académicos se pensaban superados en el tema de discapacidad.

La permanencia de modelos médicos que generan un óptica particular sobre la discapacidad,


manifesto, por ejemplo, en la precaria visión de la persona con discapacidad como sujeta y
sujeto de derechos, en la ausencia de propuestas, prácticas y discursos desde la inclusión, en la
biologización de la persona y en la negativa de las construcciones de género en hombres y
mujeres con discapacidad.

A si mismo se identificaron las concepciones sobre hombres y mujeres, que en relación al


género como categoría de análisis y construcción conceptual vivida, muestran relaciones de
inequidad entre hombres con discapacidad y mujeres con discapacidad.

El planteamiento de las dos conclusiones anteriormente expuestas permite identificar, que la


situación en términos participativos de la mujer con discapacidad, está mediada por los
imaginarios en relación a las dos condiciones presentes en ella. Es por esto que desde las
interseccionalidades se puede analizar la situación de las mujeres con discapacidad en relación
a su participación, construcción de autonomía e independencia y efectividad en derechos.

Estos elementos se plantean como una llamado para que desde la educación y el rol del
educador y la educadora especial, se construyan desde lo teórico y lo practico discursos que
partan de las realidades concretas de la población, abandonando los supuestos que surgen de
teorías foráneas adoptadas en contextos colombianos que presentan dinámicas distintas,
diversas y dialécticas.

Elaborado por: MALPICA GARCÍA, Angely Johanna

Revisado por: Parra Gómez, Mary Luz

Fecha de elaboración del


04 12 2015
Resumen:
TABLA DE CONTENIDO

INDICE DE TABLAS

INDICE DE ILUSTRACIONES

CAPITULO I .......................................................................................................................................... 15

DE ESPACIOS, TIEMPOS Y PERSONAS ....................................................................................................... 15

FUNDAMENTO DEL EJERCICIO .................................................................................................................. 17

MOTIVOS, IMPULSOS Y RAZONE0053 ........................................................................................................ 21

REMEMBRAZA DE LO HECHO, SOPORTE DEL EJERCICIO .................................................................. 25

CAPITULO II ........................................................................................................................................ 30

PERSPECTIVA TEÓRICA, FUNDAMENTO DEL DISCURSO ..................................................................... 30

DISCAPACIDAD ............................................................................................................................................... 30
MODELOS DE LA DISCAPACIDAD, Batallas Del Pasado, Batallas Vigente. ................................................... 30
DISCAPACIDAD Y HOMOGENIZACIÓN: La Igualdad Vista Desde Los Derechos .......................................... 37

GÉNERO ............................................................................................................................................................ 39
GÉNERO, Lineamiento Del Ser Mujer. .................................................................................................................. 39
VIOLENCIA Y EXCLUSIÓN, Dos Caras de la Jerarquía de Géneros................................................................... 44
GÉNERO Y DISCAPACIDAD, Elementos De Intersección .................................................................................. 48

PARTICIPACIÓN .............................................................................................................................................. 52
PARTICIPACIÓN, La Práctica Sustancial De Derechos. ....................................................................................... 52
DISCAPACIDAD Y PARTICIPACIÓN, Asunto Colectivo................................................................................... 58
SUJETOS Y SUJETAS DE DERECHOS, Caminos A La Emancipación .............................................................. 61

CAPITULO III....................................................................................................................................... 63

LINEAMIENTO METODOLÓGICO ............................................................................................. 63

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN “CONSTITUCIÓN DE SUJETO” .................................................................. 63

SENDEROS HERMENÉUTICOS ..................................................................................................................... 64


Análisis De Contenido, los diálogos y los discursos ............................................................................................... 66
CAPITULO IV ....................................................................................................................................... 68

INTERSECCIONALIDADES Y DIALOGOS ................................................................................................... 68

GENERO ............................................................................................................................................................ 72
El Orden Patriarcal A Hombres Y Mujeres ............................................................................................................. 75
Roles Y Estereotipos ............................................................................................................................................... 77
Discapacidad, Niñas Y Mujeres............................................................................................................................... 82
Violencia De Género ............................................................................................................................................... 90

DISCAPACIDAD ............................................................................................................................................... 93
Permanencia De Miradas Sobre La Discapacidad. .................................................................................................. 94
Discapacidad Asunto De Todos Y De Todas .......................................................................................................... 97
Personas Con Discapacidad Sujetos Y Sujetas De Derechos. ............................................................................... 100
Discapacidad, Diversidad Y Diferencia ................................................................................................................. 103

PARTICIPACIÓN .............................................................................................................................................106
Manipulación Y Decoración .................................................................................................................................. 107
La Decisión Como Poder Social ............................................................................................................................ 110
Participación, Mujer – Familia – Niña................................................................................................................... 112
La Mirada De Los Otros Sobre La Participación De Personas Con Discapacidad. .............................................. 114
Participación Y Roles De Las Mujeres .................................................................................................................. 118

CAPITULO V.......................................................................................................................................124

CONCLUSIONES Y SUGERENCIAS .......................................................................................... 124

CONCLUYENDO CAMINOS EN LA APERTURA DE NUEVOS .......................................124

CAPITULO VI. ....................................................................................................................................129

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS ........................................................................................... 129

APÉNDICES .........................................................................................................................................133

Protocolo De Grupo Focal (Profesionales) Y Mujeres que viven la discapacidad ............................................133

Consentimiento Informado ................................................................................................................................134


ÍNDICE DE TABLAS

Tabla 1: Población con registro para la localización y caracterización de las personas con discapacidad
Sexo según actividad económica ................................................................................................................. 23
Tabla 2: Evolución Histórica De Los Modelo En Los Que Se Fundamenta La Discapacidad 2009 ......... 33
Tabla 3: Población con registro para la localización y caracterización de las personas con discapacidad
Sexo según actividad económica ................................................................................................................. 51
Tabla 4 Consecuencias Positivas Y Negativas De La No Participación. ................................................... 56
Tabla 5 Estructura Metodológica Para El Análisis De Contenido ............................................................. 67
Tabla 6: Mujeres Con Discapacidad Entrevistadas .................................................................................... 70
Tabla 7: mujeres profesionales entrevistadas ............................................................................................. 70
Tabla 8: Profesionales de las mujeres entrevistadas .................................................................................. 70
Tabla 9: Mujeres con discapacidad estudiantes entrevistadas .................................................................... 70
Tabla 10: Carreras de las Mujeres con discapacidad estudiantes entrevistadas ......................................... 70
Tabla 11: Interseccionalidades Emergentes. .............................................................................................. 71
Tabla 12: Protocolo De Grupo Focal (Profesionales) Y Mujeres que viven la discapacidad................... 133
TABLA DE ILUSTRACIONES

Ilustración 1: Mercado Laboral Por Sexo, Agosto 2013............................................................................ 45


Ilustración 3: Escalera de la participación de Roger Hart.......................................................................... 60
CAPITULO I

DE ESPACIOS, TIEMPOS Y PERSONAS

Las dinámicas sociales, políticas, económicas y culturales condicionan significativamente

los modos en que las personas construyen identidades y se relacionan entre sí. Los roles y las

etiquetas legitimadas e impuestas a grupos sociales que a lo largo de la historia han jugado un

papel subalterno en la toma de decisiones, y que en la construcción de esas identidades

individuales y colectivas se reflejan un conjunto de elaboraciones a las cuales, al hacerles frente,

se identifican como las principales aliadas en la permanente invisibilización en la narrativa

histórica de estos grupos sociales subalternos. Los rasgos que en términos de género ha puesto a

la mujer en un lugar pasivo de la historia, desdibujando, señalando y hasta desaparencido a la

población con discapacidad, se enmarcan en sistemas de dominación cultural, política y

económica que configuran un ordenamiento social movilizado por una sistema de géneros

(patriarcado) reforzado en un sistema de clases (capitalismo) que impone unas lógicas de

producción donde los seres humanos son medidos a partir de su fuerza de trabajo.

La incidencia de un sistema de géneros y de un modelo capitalista y neoliberal

condicionan directamente la situación histórica de las mujeres, (Martínez, 2011) y más

profundamente de las mujeres con discapacidad al influir en la forma como se vive el ser mujer y

como se vive la discapacidad. Por lo tanto las voces de aquellas mujeres que bajo las lógicas

descritas se encuentran en un estado de doble desigualdad ameritan ser escuchadas y, comprender

bajo ese ejercicio, las influencias que en lo concreto condicionan su estado de participación

social. Entendiendo que la influencia de estos dos factores plantea discursos vividos en la

práctica, se hace indispensable conocer las elaboraciones tanto de mujeres con discapacidad

como de aquellas mujeres que aunque no tengan discapacidad, la viven diariamente en su


15
ejercicio profesional y que en este orden aportan significativamente en la construcción y

transformación de esos discursos que condicionan la realidad de mujeres con discapacidad.

Es por ello que el presente ejercicio investigativo establece en un primer momento

elementos que cuestionan la realidad de las mujeres con discapacidad, asumiendo la necesidad

de contemplar la diversidad de escenarios donde la vida de estas mujeres está dinamizada por

cuestiones culturales, políticas, sociales y estructurales. Estos espacios en los que se transita

permiten comprender a las sujetas1 desde todas las esferas de su vida (personal, social, laboral,

educativo, emocional) entendiendo la influencia de estos elementos en la participación social de

mujeres con discapacidad; indagar en mujeres con discapacidad y profesionales que trabajan en el

ámbito de la discapacidad permite analizar todas aquellas elaboraciones sobre género y

discapacidad que determinan en pequeña o gran escala la participación como mujeres en el

ámbito colombiano.

Es por ello que es necesario el acercamiento sobre la indagación de cómo se configuran

las mujeres y profesionales en relación al género y la discapacidad, entendiendo que en su diario

vivir enfrentan situaciones diversas para participar y ser sujetas de derechos, reconociendo que la

posición que se ha construido a lo largo de su vida incide significativamente en la construcción

colectiva de discursos que permiten identificar las realidades vividas por mujeres con

discapacidad y mujeres que vivencian la discapacidad.

1
Se habla de sujetas al comprender a las mujeres desde las condiciones políticas, sociales, históricas, culturales y
legales que intervienen en la construcción de subjetividades e identidades que permiten generar en ellas reflexiones
desde su contexto. La razón por la que se habla de sujetas, en parte responde a un argumento lingüístico, y a la
importancia del lenguaje en la construcción cultural, representacional y por tanto práctica, se considera necesario
utilizar el término sujetas, para enfatizar en la construcción de género desde el lenguaje.

16
FUNDAMENTO DEL EJERCICIO

Los escenarios participativos en la vida, bien sea educativos o laborales son espacios

plurales donde confluyen historias, sentires y formas de ver el mundo; ambos, como espacios

formativos promueven y divulgan concepciones e ideas y a la vez construyen conjuntamente

entre las personas que en ellos se encuentran, formas de relacionarse y entender el contexto

inmediato y el contexto general.

Dichos escenarios, que se constituyen como un punto de socialización, se encuentran

impregnados de elementos que históricamente se han consolidado como prácticas sociales,

culturales, políticas y que modelan las formas como se concibe a la humanidad legitimando los

discursos que lo sustentan, herencias históricas, sociales y culturales que condicionan las

prácticas sociales y que caracterizan a la humanidad dándole elementos de identidad que varían

con el tiempo.

El contexto latinoamericano y colombiano se ha construido bajo procesos de colonización

que han impuesto modelos a nivel económico, social, cultural y político promulgando un control

hegemónico y patriarcal. Estos modelos impuestos acentúan prácticas de discriminación e

invisibilización de grupos sociales que influenciados por factores de raza, etnia, religión, sexo,

opción sexual o discapacidad desaparecen de las agendas institucionales y las esferas del poder

limitando en ellos el ejercicio pleno de sus derechos y la posibilidad de participar de la vida

pública y social.

Es así como a partir de la Declaración De Los Derechos Del Hombre Y Del Ciudadano en

1948 se observa la invisibilización de varios grupos sociales, frente a los que, en el discurso

impuesto desde la declaración, eran excluidos de la garantía de los derechos; entre ellos las
17
mujeres y las personas con discapacidad. A partir del reconocimiento de estos elementos que han

condicionado el devenir de las sociedades latinoamericanas y del tercer mundo, así como

poblaciones del mundo entero, han impulsado movimientos de resistencia que surgen de la

emancipación colectiva como el reconocimiento primario de derechos de estos grupos

históricamente discriminados. La exclusión que genera este tipo de acciones institucionalizadas

promueve dinámicas sociales que se van impregnando en el seno de las sociedades, legitimando

bajo esta lógica procesos de violencia caracterizado por acciones directas en contra de ciertos

grupos sociales, limitación el acceso y no garantía de derechos, y coartación de la participación

en la vida pública y social entre otros.

Frente a ello y la conciencia que genera en los distintos grupos sociales el análisis crítico

de su situación, se forman movimientos que buscan la reivindicación de esos derechos y

promueven en la esfera social y política un trato equitativo y justo. Los movimientos feministas

que en un principio luchaban por el posicionamiento político y social de las mujeres

permitiéndoles acceder al voto y que a través de los años se ha venido complejizando luchando

por una equidad en el trato y la no discriminación en cualquier círculo de sus vidas frente al

hecho de ser mujeres; o las acciones emancipadoras de las personas con discapacidad al

reconocer en su condición un elemento social de exclusión importante al ser este el primer factor

de discriminación y limitación, consolidan y aportan a la re significación del ser humano con

discapacidad como un sujeto social y político indispensable en la construcción de sociedad.

Los componentes pedagógicos y las habilidades cognitivas, sociales, culturales y laborales

que se adquieren en espacios de formación deben estar encaminadas a disminuir e invisibilizar la

brecha entre lo ideal -que pueden llegar a plantear los escenarios educativos, las normas y leyes-

y las condiciones de vida de todas las personas. La participación en escenarios de formación

debe promover que en lo práctico, es decir en la vida cotidiana estos saberes sean aplicados; aún
18
así la realidad muestra que la diferencia entre lo que se quiere y lo que se puede hacer es bastante

grande, dado el limitado acceso a escenarios donde los saberes aprendidos sean puestos en

práctica, limitados aún más cuando a mujeres con discapacidad se trata.

Es por ello que la adquisición de habilidades que permitan a las personas desenvolverse

en el contexto social colombiano se ve bloqueado cuando las sujetos requieren acceder a otros

escenarios donde su participación promueva y fortalezca su autonomía e independencia, garantice

el ejercicio de sus derechos, la construcción y consolidación de sí mismas como sujetas sociales.

Este bloqueo se ve caracterizado por la ausencia de escenarios para la participación social y

laboral de personas que a los ojos de una sociedad capitalista no son productivas y que bajo las

lógicas del androcentrismo aún hoy están en condiciones de desigualdad dadas las prácticas de

violencia simbólica, estructural y directa a las que las mujeres son sometidas por su condición.

“Hemos visto cómo la discriminación entendida como una violación de la igualdad donde

concurren algunos de los criterios de diferenciación prohibidos (raza, sexo, religión, opción

sexual, discapacidad,) incide de forma múltiple en las mujeres con discapacidad, ya que confluye,

al menos, en dos de esos criterios: el género y la discapacidad” (Confederación Andalucia de

Minusvalidos Fisicos , 2003, pág. 11)

Es por ello que se hace necesaria la problematización de las realidades de personas que

históricamente han sido vulneradas por factores de género y discapacidad, entendiendo en estos

factores aspectos decisivos que limitan su participación en la vida social educativa y laboral; la

educación y la formación laboral donde se entiende en trabajo como un derecho que promueve la

efectividad de los demás derechos, la puerta a la construcción de una calidad de vida dados los

estándares de una sociedad que, dinamizada por las leyes del consumo en el modelo neoliberal,

promueve en la independencia económica un factor importante en la reivindicación de la mujer

19
en situación de discapacidad, y en la superación de factores que ha generado históricamente

violencia de género.

El reconocimiento de estos elementos en los discursos y las formas de asumir la

discapacidad y el hecho de ser mujeres brinda elementos para caracterizar dinámicas históricas y

actuales que legitiman y condicionan el papel de la mujer en distintas esferas, determinando a su

vez la participación de las mismas en distintos ámbitos de su vida (social, política, laboral,

cultural etc.).

La discapacidad puede ser considerada sin lugar a dudas una variable que contribuye a
la construcción de la identidad y la personalidad. No obstante, el modo en que afecta a
mujeres y hombres es diferente. Las causas se encuentran en la base de la representación
mental y simbólica, fruto de los estereotipos y roles existentes entre hombres y mujeres en
nuestra sociedad. (Conde Rodríguez , Portillo Mayorga , & Shun, 2006, pág. 34)

Para dimensionar la situación de la mujer con discapacidad bien sea de tipo sensorial,

cognitiva o física y lo que ello genera en su condición de vida, si bien es necesario acudir a las

mujeres con discapacidad es igualmente importante acceder a mujeres que en su labor profesional

o cotidiana aportan a la formación o al desarrollo de la vida de estas mujeres, ya que su discurso

y su práctica influye significativamente en esta situación particular.

Entendiendo la importancia de estos elementos en el desarrollo histórico de la vida de las

mujeres, en la actual modelación de la imagen de la mujer con discapacidad y en concreto de su

participación la pregunta que direccionará el presente ejercicio gira en torno a determinar:

¿Cuáles son las concepciones que tienen 3 mujeres con discapacidad y un grupo de

mujeres profesionales de la Fundación Ludus sobre género, discapacidad y participación

social?

20
MOTIVOS, IMPULSOS Y RAZONE0053

Las dinámicas sociales bajo las que se moviliza el país y en correspondencia a ellas, las

realidades, condicionan y justifican las formas como los seres humanos se relacionan en el campo

personal, familiar, educativo y laboral. Esto dado a partir de las pautas que se han tomado a la

hora de educar desde los primeros círculos de socialización hasta los más complejos.

Esas dinámicas sociales que se plantean en párrafos anteriores se enmarcan bajo las

lógicas sociales de injusticia, desigualdad, vulneración de derechos, silenciamiento de voces e

invisibilización de sujetos, aspectos que en escenarios sociales desnudan la exclusión en la

ausencia de espacios de participación social donde las condiciones de género o discapacidad no

sean el referente primario de las personas.

Las tradiciones culturales de nuestro contexto que van configuran las sociedades y las

relaciones entre las personas se van impregnando en los imaginarios de la gente con la historia

como cómplice, determinando hoy día aspectos que a pesar de las recurrentes iniciativas por ser

transformados prevalecen en los representaciones de las personas y se manifiestan en sus

actitudes. La discapacidad como un hecho social que día a día se va configurando en los modos

de entenderla y asumirla configura un elemento social indispensable a la hora de hablar en

términos de participación e inclusión real a escenarios educativos y laborales. Esto está

determinado fuertemente por la forma de cómo se entiende la discapacidad, cómo se asume y

cómo se practica, donde la persona que la posee y la sociedad que lo enfrentan entran en juego,

dando como resultado final y concreto la satisfacción o no de derechos.

Otra condición social influye fuertemente en la construcción de identidades y que se ven

reflejados en prácticas cotidianas en los distintos ámbitos de la vida. La herencia de elementos

androcéntricos ha justificado la violencia de género en distintas escalas: laborales, sociales,


21
profesionales, políticas etc., donde los factores sobre los roles que se asumen socialmente

determinan y posicionan a la mujer en un lugar de carácter privado (hogar) en la historia y en la

sociedad. Roles que han servido de justificación para el despliegue de una violencia sistémica

donde bajo elementos legitimados socialmente e institucionalmente han perpetuado en el seno de

las sociedades del mundo la legitimación de la vulneración a las mujeres (Hernández Pita, 2014).

Las declaraciones de los derechos de las mujeres y de las personas con discapacidad como

colectivos se han dado fruto de las luchas y movilizaciones reivindicativas que ambas

comunidades han dado a través del tiempo. Enfrentándose a lineamientos heteronormativos y

eugenésicos que han desdibujado, invisibilizado y deslegitimado las justas luchas históricas por

ser reconocidos tanto social como institucionalmente. Aún así es evidente que la realidad es otra,

ya que a pesar de contar con declaraciones colectivas de derechos de las personas con

discapacidad, en el caso de las mujeres es evidente que hoy día la ejecución de estos derechos y

la garantía de los mismos es efímera, agudizando más el hecho cuando a una mujer con

discapacidad se trata ya que puede experimentar de doble discriminación.

Los datos enfrentan la realidad que alerta la condición de mujer con discapacidad al

encontrar en ellos que la participación social en ámbitos educativos y laborales ha sido y es

históricamente menor en comparación al hombre. En un estudio realizado por el DANE (2010) a

personas con discapacidad cuyo objetivo, es evidenciar cuantitativamente la situación de las

personas con discapacidad del país y de Bogotá, arroja resultados fundamentales para el presente

ejercicio. La siguiente tabla corresponde a la actividad económica desempeñada por personas con

discapacidad discriminada por sexo femenino y masculino:

22
Tabla 1: Población con registro para la localización y caracterización de las personas con
discapacidad Sexo según actividad económica
Actividad
Total Hombres Mujeres
económica
Total 28.093 14.440 13.653
Industria 3.220 2.070 1.150
Comercio 7.617 3.823 3.794
Agrícola 403 290 113
Pecuaria 57 34 23
Servicios 11.474 5.167 6.307
Otra actividad 4.477 2.616 1.861
No Informa 845 440 405

Fuente: DANE marzo 2010 – dirección de censos y demografía (Departamento


Administrativo Nacional De Estadistica, 2010)
Frente a ello se puede concluir que el 48% la población incluida en el campo laboral son

mujeres desarrollando actividades con respecto al hombre en: industria 35%, 49% en comercio,

28% en labores agrícolas, 40% en actividades pecuarias, 54% en el campo de servicios.

Entendiendo que las condiciones laborales y salariales de hombres y mujeres varían, estas cifras

evidencian la inclusión a campo socio laboral, más no grafican en profundidad los elementos

cualitativos del trabajo que se realiza en los diferentes campos, ya que citando a Simone De

Beauvoir (1985):

Las mujeres trabajan mejor y más barato”. Esa fórmula clínica aclara el drama del
trabajo femenino, puesto que la mujer ha conquistado su dignidad de ser humano por
medio del trabajo, pero la conquista ha sido singularmente dura y lenta (pág. 150)

La infinidad de derechos que cobijan a estas poblaciones se asemeja a la dimensión de los

mares, más su efectividad reporta un centímetro de incidencia; si bien es cierto las iniciativas

normativas y judiciales cobijan y aseguran una equidad e igualdad de condiciones, más las

prácticas denotan y acentúan elementos de discriminación y violencia que limita y condiciona el

papel social de la mujer con discapacidad.

23
La adquisición de herramientas que permitan a las jóvenes participar de la vida social

están encaminadas a que ellas mismas sean quienes direccionen su vida en la libertad en la toma

decisiones, en la construcción y consolidación de una vida independiente que permita desde

cualquier punto el desarrollo pleno de sus deseos y aspiraciones. Este logro se dará en la medida

que las mujeres con discapacidad logren una independencia económica que le brindará el acceso

a la vida laboral, combatiendo en doble vía la violencia de género que se ha gestado, entre otras

cosas, por la dependencia económica y el logro de la vida independiente que rompe con el

paradigma de ver a la mujer con discapacidad y a cualquier personas con discapacidad como una

eterna niña.

Es necesario problematizar en términos concretos la realidad de las jóvenes con

discapacidad, comprender su condición es un doble factor de exclusión que condiciona su

participación en la vida social bien sea educativa o laboral; comprender que tras el conocimiento

de los derechos, la proporción de escenarios de libre acceso las mujeres podrán participar y

generar ambientes democráticos para manifestar sus voces, intereses, propuestas y apuestas, y

adquirir herramientas necesarias para el desarrollo de sus vidas fuera del espacio de formación.

Determinar estos factores, y acercar a las mujeres con discapacidad y a las personas que rodean a

estas mujeres es fundamental en la consolidación de acciones que intervengan y transforman los

elementos que condicionan el desarrollo de sus vidas.

Frente a ello el presente ejercicio se propone un conjunto de objetivos discriminados así:

OBJETIVOS

General

Describir las concepciones que tienen 3 mujeres con discapacidad y un grupo de mujeres

profesionales de la fundación Ludus sobre género, discapacidad y participación social.

24
Específicos

Identificar la concepción que tienen 3 mujeres con discapacidad en relación a

discapacidad género y participación desde los roles que desempeñan en la sociedad colombiana

Identificar las concepciones que tienen las mujeres profesionales de la fundación Ludus

sobre género, discapacidad y participación social de la mujer con discapacidad.

REMEMBRAZA DE LO HECHO, SOPORTE DEL EJERCICIO

Se habla concretamente de los elementos transversales en el presente ejercicio, siendo el

género, la discapacidad y la participación las directrices sobre las cuales se abordan las acciones e

intervenciones, y donde es necesario hacer una revisión detallada en términos de avances

académicos. Al hacer el recorrido de indagación sobre dichos temas y la producción académica,

es indispensable recoger las experiencias y los insumos que a nivel nacional e internacional, tanto

en lo teórico como en lo práctico, han significado innovación en correspondencia a la

transformación de discursos establecidos y el surgimiento de nuevos.

Cabe resaltar que el tema de género y discapacidad plantea definiciones para ambos

campos (por separado), el reconocimiento de la condición de discapacidad frente a los estudios de

género y del feminismo, y el planteamiento del género, la construcción identitarias y las

implicaciones sociales, culturales, políticas y económicas que ellas traen demanda un nuevo

paradigma para los estudios sobre discapacidad. Este debate es de reciente atención en nuestra

sociedad por lo cual los insumos académicos que se conocen no refieren, en términos de tiempo,

investigaciones de más 15 años, manifiestos en la escasez de los mismos en los centros de

documentación, bibliotecas e internet.

25
A nivel internacional los avances en términos de género y discapacidad se centran (dada

la cantidad de insumos encontrados) en Europa específicamente en España; tal es el caso de la

tesis, Discapacidad y Dependencia: Una Perspectiva De Género de Teixeira Soler & Jaime V

(2008), de la Universidad De Granada y Valencia, quienes reconociendo la invisibilidad de la

discapacidad en los estudios de género y este tema en relación a los estudios sobre discapacidad

plantean que la doble discriminación influye en el ejercicio de derechos y en la participación

social, generando una dependencia económica que in-viabiliza la posibilidad de desarrollar su

vida de manera independiente.

Siendo este un elemento importante que se manifiesta en todas las sociedades surgen

estudios que empiezan a poner en cuestión el tema planteado teóricamente, la incidencia de estos

dos factores en la condición de las mujeres con discapacidad. Fruto de ello es la producción

académica de documentos como el Módulo Introductorio Sobre Género y Discapacidad

elaborado desde La Confederación Andalucía De Minusválidos Físicos, que en el 2003; realizan

un ejercicio de revisión teórica con la idea de rescatar los lineamientos que determinaban en el

papel, la no discriminación por estos dos factores, pero entendiendo a su vez, que el rescate y la

visibilización de los mismo es necesario para su efectividad y cumplimiento.

Otra producción tipo lineamiento es el que plantean el Ministerio de Desarrollo Social,

Instituto Nacional De Mujeres y el programa Nacional de Discapacidad de España quienes

publican los lineamientos y recomendaciones sobre “ (2013)” donde se reconocen las dinámicas

de violencia que genera la doble discriminación en esferas laborales, domésticas, educativas y

personales.

Así mismo, el Instituto De La Mujeres pública es cuadernillo “Mujer Discapacitada y

Violencia, el rostro Oculto de La Desigualdad” en el año 2006 donde, a partir del abordaje de

categorías como género e identidad, discapacidad y sociedad, discriminación y violencia y la


26
relación de estos factores en relación a la realidad, presentan estadísticamente y experiencial

mente mediante ejercicios etnográficos, la realidad tangible y la influencia de estos hechos en las

realidades de las mujeres de Madrid.

Estos estudios académicos e institucionales plantean la elaboración de una política pública

transversalizada por el enfoque de género, y cuyo fin último pretende la creación de estrategias

gubernamentales y de acción que evite bajo mecanismos legales la discriminación por condición

de género y discapacidad y la eliminación de la brecha existente entre los ideal planteado en

documentos ya establecidos y la realidad de las personas en terreno.

Otros estudios hacen presencia en el tránsito investigativo de los avances o elaboraciones

previas del tema, es el caso de la tesis “La Inserción Laboral De Las Personas Con

Discapacidades En La Provincia De Coruña Desde Una Perspectiva De Género” de Alicia Díaz

Balado de la Universidad de Santiago de Compostela, quien en el 2009 pública el final de un

proceso investigativo de personas con discapacidad y su relación en ámbitos familiares y

productivos donde se evidencian elementos de discriminación dados por factores de género y la

ausencia de mujeres en las esferas participativas laborales de la sociedad.

Sobre este mismo eje las mujeres Grace Shun, Ángeles Conde Rodríguez e Inés Portillo

Mayorga Abordan (2006) quienes desde la Universidad De Huelva esta misma temática en

relación también a la inserción en el campo laboral entendiendo la múltiple discriminación como

factor determinante en el acceso y permanencia de las mujeres en ámbitos laborales. Para le

elaboración de este estudio tomaron informaciones de fuente primaria con la elaboración de

entrevistas a mujeres inmersas, excluidas y nunca vinculadas al sector laboral.

A nivel Latinoamérica, en Buenos Aires integrantes del equipo interinstitucional de

género y discapacidad del consejo nacional de la mujer elabora un informe que busca visibilizar

las condiciones de las mujeres con discapacidad, entendiendo en ello factores estructurales y
27
culturales que merecen ser entendidos, siendo una estrategia el compromiso de las instituciones

gubernamentales para intervención en estos casos y la superación de dichas problemáticas.

En Ecuador, otras posturas producto de los estudios de género y feministas se cuestionan

la maternidad y la relación de esta con la discapacidad; es el estudio realizado por María Soledad

Torres Dávila denominado, Género Y Discapacidad: Más Allá Del Sentido De La Maternidad

Diferente (2004). Esta autora posiciona el debate en un punto casi intocable en términos

académicos, complejizando la realidad de la mujer con discapacidad en relación a la maternidad,

identificando en ello la dicotomía social que provoca una mujer demandante de cuidados y la

labor de la maternidad, donde la mujer es quien debe ofertar esos cuidados. El debate no se queda

en esos términos, ya que aborda desde la autopercepción, las familias diferentes, la influencia

institucional y la repercusión en la formación de mujeres cuya decisión en algunas, e imposición

en otras agrega una nueva condición a su vida de mujer madre discapacitada.

A nivel nacional los estudios de género han abordado la realidad de las mujeres puestas en

espacios y contexto patriarcales que condicionan su participación y la influencia de ellas en los

mismos. En términos de discapacidad los aportes que se han realizado demuestran la necesidad

de posicionar en las agendas académicas, investigativas y activistas los temas de género y

discapacidad y la doble discriminación que los mismos generan la vida de las mujeres. Como

muestra de ello se puede citar el trabajo adelantado por El centro de estudios sociales quien en el

en el año 2004 emitió un cuadernillo sobre Mujeres, Trabajo y Tecnología en tiempos de

globalización, donde se realiza la descripción y el análisis teórico de las condiciones de división

del trabajo y el acceso de mujeres a espacios de producción masificada producto de la

globalización, más no contempla en este estudio la realidad de las mujeres con discapacidad

inmersas en un espacios y tiempo caracterizado por esas dinámicas políticas y económicas

globales.
28
Desde la Maestría en discapacidad e inclusión social de la Universidad Nacional hacia el

año 2012, se realiza una publicación denominada Ausencia de la Mujeres Negras En Los

Estudios Sobre Discapacidades Humanas por Luz Zaret Mena Ortiz quien pone en cuestión la

situación de mujeres afro con discapacidad y la desaparición de las mismas en los estudios de

género y la invisibilización en las agendas activistas feministas, reconociendo la

interseccionalidad de los elementos que condicionan a dichas mujeres y la implicación de los

mismos en los abordajes teóricos y prácticos; se hace en conclusión una invitación a el trato y

manejo más profundo del tema, que pueda dar salidas concretas y reales que intervengan en las

realidades de estas mujeres.

Es importante reconocer la labor de una de las mujeres que ha posicionado el tema de

género en los estudios sobre la discapacidad, entendiendo la necesidad de atender la demanda que

este tema representa para los y las académicas y la necesidad misma de llevar esto a las

realidades de las mujeres con discapacidad, es el caso de la profesora Dora I. Munévar, quién tras

el apoyo académicos y acompañamiento reconoce la necesidad de la visibilización social de la

mujer, y la posición de ella en todas las esferas de la vida, asumiendo que dicha participación no

debe recaer en la existencia o no de una discapacidad.

Estos aportes son insumo indispensable para pensar el tema del género y la discapacidad

en la caracterización primaria de las realidades de las mujeres con discapacidad, siendo un

elemento que incite a la construcción de estrategias que desde lo pedagógico y lo político

transforme las elaboraciones históricamente construidas que respaldan en gran medida las

realidades concretas de las mujeres con discapacidad.

29
CAPITULO II

PERSPECTIVA TEÓRICA, FUNDAMENTO DEL DISCURSO

A continuación, se presentan los referentes teóricos que orienta el desarrollo investigativo

y los hallazgos de las voces de las mujeres con discapacidad y de las profesionales que viven la

discapacidad; es así que la discapacidad, género y participación son los ejes centrales de este

marco teórico.

DISCAPACIDAD

MODELOS DE LA DISCAPACIDAD, Batallas Del Pasado, Batallas Vigente.

Las visiones y prácticas en relación a las personas con discapacidad han variado con el

tiempo, entendiendo en ello el surgimiento de distintos modelos que afrontan la discapacidad

dependiendo de factores contextuales, movilizaciones sociales y aportes académicos.

A través del tiempo se presentan tres modelos de la discapacidad (Palacios, 2008) con

referencias particulares cada uno: el primero el modelo de la prescindencia surge en Grecia y

Roma con prácticas eugenésicas donde a partir de infanticidios se buscaban eliminar personas

“imperfectas” atribuyéndole la discapacidad a algún mandato de dioses o castigos divinos. La

transformación de la eugenesia a la marginación se da en la edad media donde se comprende la

discapacidad como consecuencia del pecado original y como una situación irreversible; en esta

época se reconoce el trato llevado a cabo para las personas en situaciones de discapacidad por

parte de médicos y sacerdotes, sujetos a la llamada “lógica teológica”, por medio la cual se toma

como medida la exclusión. Las personas con discapacidad se dedicaban a la mendicidad o a

diversión social siendo objeto de burlas.

30
El segundo el modelo rehabilitador, surge en el periodo de las dos guerras mundiales. En

las cuales se empieza hacer hincapié en los mutilados de la guerra, y con ellos un reconocimiento

a las personas con discapacidad; La discapacidad en este periodo deja de ser vista como una

realidad religiosa, y pasa a ser una realidad concreta donde un grupo interdisciplinar se realiza en

trabajo necesario para ayudar a corregir la falencia de la persona discapacitada, ya que la

discapacidad es vista como un daño que debe ser reparado. Es por ello que no solo la medicina

entra a tomar papel esencial en ello, también la psicología toma un papel importante dentro de la

salud y rehabilitación de cada paciente; en esta época surge la educación especial como una

disciplina del ámbito rehabilitador de la “persona discapacitada”. En esta integración social se

observa que la persona con discapacidad debe asimilar los procesos establecidos dentro de esa

sociedad, es decir, se debe acomodar a lo establecido dentro de ese territorio. Se establece una

institucionalización – donde se asume una actitud paternalista- para la persona con discapacidad

donde se trabajan los principios de normalización e integración laboral.

Finalmente, surge el modelo social (Palacios, 2008) a mediados del siglo XX (70’s), en

estado unidos e Inglaterra como movimiento contestatario a los modelos anteriores. Se genera un

movimiento en contraposición a lo establecido en los anteriores modelos, determinando que la

discapacidad no es de origen religioso, y aunque el modelo médico aporte a su concepción esta se

genera también por causas sociales, es decir, no son las limitaciones individuales el problema si

no el factor sociedad en la percepción y prácticas sobre la persona con discapacidad. Se aboga

por eliminar la institucionalización y la medicalización en el trato de las personas con

discapacidad. Frente a ello como contraposición a lo establecido se genera un movimiento de

hombres y mujeres con diversidad funcional bajo la consigna de “nada de nosotros, sin nosotros”

que establecen las condiciones de trato y visión de las personas con discapacidad, donde la idea

es no segregar a estas personas si no reconocerlo como sujetos y sujetas de derechos


31
construyendo una inclusión social fruto del trabajo del colectivo y la sociedad en general.

(Alonso, 2003)

La persona con discapacidad deja de ser visto desde una óptica paternalista y pasa a

percibirlo desde sus capacidades, desde lo que puede hacer y no desde lo que no puede realizar.

La vida de una persona con discapacidad tiene el mismo sentido que la vida de una persona sin

discapacidad. Para esta línea se piensa que las personas con discapacidad tienen mucho que

aportar a la sociedad, pero para ello deben ser aceptadas tal cual son, ya que su contribución se

encuentra supeditada y asimismo muy relacionada con la inclusión y la aceptación de la

diferencia (Palacios, 2008). Es por ello que el movimiento de derechos de las mujeres y los

hombres con discapacidad se aboga por un movimiento de vida independiente, donde se rompen

las cadenas que atan a las personas a dinámicas paternalistas familiares e institucionalizadas

posicionándose como partícipes activos e indispensables de la sociedad, garantizando la

aplicación de los derechos a estas personas.

Este movimiento de vida independiente, conformado por personas con discapacidad

empoderadas y conscientes de que su situación no mejoraría ni mejorará sin la participación

directa de ellos y ellas quienes son las implicadas en este asunto; establecieron es un conjunto de

prácticas que se llevan a cabo para enfrentar a la persona a un desenvolvimiento social total, sin

necesidad de tutores o aliados que modifiquen sus intereses y sus emocionalidades, donde se

considera el enfoque de derechos como base principal de su accionar. Ha sido desarrollado en

varios países, se espera que su divulgación por ellos propenda una segura inclusión social,

educativa y sobre todo laboral.

Siendo la comprensión de la discapacidad como un elemento cambiante a través de los

años se hace necesario citar el cuadro consignado en la tesis Ausencia de las Mujeres Negras En

32
Los Estudios Sobre Discapacidades Humanas (Mena Ortíz, 2012) donde se recoge concretamente

los modelos de discapacidad a lo largo del tiempo.

Tabla 2: Evolución Histórica De Los Modelo En Los Que Se Fundamenta La Discapacidad


2009
MODELO CARACTERÍSTICAS

La discapacidad es el resultado ineludible de la enfermedad; esta mirada


medicalizada la considera una cuestión que le concierne solo a la
Modelo
persona que la posee, por lo tanto esta debe someterse al cuidado
Médico
médico y del equipo rehabilitador, quienes son los poseedores del
Biológico
conocimiento y, por ende, saben lo que es mejor para recuperar la (su)
normalidad.

La discapacidad es una condición que ocurre o se da por la sumatoria de


factores relacionados con el entorno donde se encuentra la persona, que
Modelo social oprimen y excluyen a los sujetos por medio de barreras sociales. Esta
noción se inscribe en un modelo impulsado por el movimiento de
personas con discapacidad, en la lucha por sus derechos civiles.

Está muy relacionado con el modelo social, enfatiza el reconocimiento


de las personas en situación de discapacidad como miembros de un
grupo excluido históricamente por la sociedad; resaltan las relaciones de
Modelo poder entre las personas en situación de discapacidad como un colectivo
Político colonizado por un grupo opresor, profesionales de la salud, que con su
Activista punto de vista decide sobre lo que está bien o mal para estas personas.
Las limitaciones en el acceso a la salud, a la educación o a la vivienda
son una consecuencia de las actitudes de la persona sin discapacidad y
del intencional relegó político

Entiende la discapacidad como una condición propia de la condición


humana, ya que todos los seres humanos tienen diferentes grados de
discapacidad frente a ciertas tareas y demandas de la sociedad. Por lo
Modelo tanto, no es posible hacer una clasificación entre personas con y sin
Universal discapacidad, ya que todos tenemos capacidades diferentes para tareas
diferentes. Propone que la legislación debe ser genérica y que lo que se
debe cuidar es que todas las personas en el ciclo de sus vidas van a tener
periodos de discapacidad.

33
Busca integrar las esferas de lo biológico, social y personal, con el fin
de proponer acciones destinadas a favorecer estas tres dimensiones; por
eso, tiene una gran fortaleza en la lucha en contra de la discriminación y
Modelo la exclusión de las personas en situación de discapacidad.
Biopsicosocial En este sentido van la clasificación internacional del funcionamiento, la
salud y la discapacidad (CIF), la cual entiende la discapacidad como
una relación entre las limitaciones en las actividades y las restricciones
en la participación,
Fuente: Mena Ortiz, L. Ausencia de las Mujeres Negras En Los Estudios Sobre
Discapacidades Humanas, 2012, pág. 70)
La discapacidad entendida no solo desde el sujeto permite comprender las implicaciones

de los contextos sociales y políticos en la construcción conceptual, desde la forma como esta es

vivida por las personas y como es asumida en otras esferas. La incidencia del modelo social

plasma la otra forma de visionar la discapacidad y la ubica en un punto trascendental donde a

nivel social y político se asume en la responsabilidad sobre la complejización y superación de la

misma en términos del acceso a derechos y garantías civiles y políticas.

Aunque los avances en términos conceptuales son evidentes, en sociedades como la

colombiana persiste la presencia de modelos que aún siguen viendo la discapacidad como una

enfermedad, y que implica una sobrevaloración o infravaloración de la persona con discapacidad,

continuando con esa mirada biológica que prioriza la concepción desde lo médico, trayendo

consigo grandes implicaciones para el ejercicio de derechos y la participación social de las

personas con discapacidad (Gomez & Cuervo, 2007).

El diagnóstico sobre persona con discapacidad plantea elementos trascendentales en la

construcción de una figura de autonomía y determinación. Sumado a esto la pobreza y condición

social son influencias grandes en la configuración de un modelo que en lo teórico y en lo práctico

defina la situación de la persona con discapacidad en Colombia.

Otro aspecto, que influye en la concepción de discapacidad es la relación entre

discapacidad y pobreza, como lo plantea Carlos Gómez & Clemencia Cuervo (2007) para el caso

34
colombiano la relación de estos dos elementos determinan procesos de participación, plantean un

déficit en la eficacia de los derechos de las personas, niega oportunidades promoviendo exclusión

social y acentúa la permanencia de un estigma sobre la población.

Mary Luz Parra (2010), analiza que el modelo de discapacidad en Colombia ha

transcurrido bajo distintos componentes, en el primer componente se plantea la coexistencia de

las formas tradicionales de explicar la discapacidad, desde modelos médicos y/o individuales y de

formas nuevas incorporadas en modelos sociales o modelos biopsicosociales, estos elementos

están unificados por una visión de normalidad (Gómez M. L., 2009). La construcción de dicho

modelo pasa por la contemplación de los elementos del contexto social, político, económico y

cultural.

En la construcción del modelo colombiano de discapacidad se vinculan temas tales como

la identificación de las diferencias abordadas desde referentes teóricos que aportan

significativamente en la construcción teórica de la discapacidad; entendiendo que los factores

contextuales han sido una constante desde su aparición, las interseccionalidades juegan un papel

importante para comprender y construir conceptualmente la discapacidad, “la intersección

propone encontrar puntos en común, y encuentra igualdades, igualdades para definir la

discapacidad y para reconocer diferencias” (Parra, 2009, pág. 89)que en caso colombiano está

sustentado bajo cimientos de una sociedad excluyente y carente de políticas públicas que aporten

en la superación de barreras y limitantes participativos y de derechos que permitan vivir de forma

diferente la discapacidad.

Las interseccionalidades permiten visualizar las condiciones concretas de hombres y

mujeres que a nivel académico/conceptual se encuentran excluidas de los estudios y que en

términos prácticos bajo las condiciones sociales, políticas, económicas y culturales carecen de

escenarios incluyentes en el contexto colombiano, donde concretamente la condición de la mujer


35
está determinada por elementos culturales institucionalizados y que se agrava en la medida en

que en esa mujer se encuentran además de la discapacidad condiciones de raza, clase social,

opción sexual etc. Sin embargo, como lo plantea Muñoz Cabrera (2011) la interseccionalidad

como punto de análisis “ha llegado a constituirse en una herramienta de gran utilidad teórica,

conceptual y política en el abordaje de la multiplicidad y simultaneidad de la opresión que sufren

las mujeres” (pág. 10)

Las condiciones sociales de desigualdad, pobreza extrema, injusticias promueven

dinámicas sociales que rompen la construcción y consolidación de lazos sociales basados en la

equivalencia de oportunidades y la justicia social. Al hablar de exclusión social se deben tener en

cuenta aspectos mencionados anteriormente; aun así, no son los únicos factores que generan

lógicas exclusivas, “la exclusión social va más allá de la pobreza ya que tiene que ver con la

ausencia de participación en la sociedad y el acceso a bienes básicos y redes de bienestar social”

(Organizacion De Las Naciones Unidas Para La Educación, La Ciencia Y La Cultura., 2008, pág.

65)

Frente a ello es indispensable reconocer que si bien, los modelos la discapacidad se

encuentran en constante construcción y evaluación (dadas las eventualidades temporoespaciales)

se hace necesario el replanteamiento de las prácticas relacionadas al tema, “la nueva visión de

inclusión desafía la verdadera noción de normalidad en la educación —y en la sociedad—

sosteniendo que la normalidad no existe, sino que es una construcción impuesta sobre una

realidad donde solo existe la diferencia”. (Palacios, 2008, pág. 129) y que normalizar y

homogeneizar a las y los sujetos y planeta prácticas que buscan anular de facto la existencia de

los mismo en concordancia con sus derechos.

El acceso a la educación y al trabajo en una sociedad como la colombiana, donde los derechos

se traducen a servicios agudizan y amplían los conflictos sociales, donde Las personas que
36
provienen de sectores pobres, zona rural o culturas no dominantes son quienes, por situación

estructural, presentan mayores índices de repetición, deserción y tienen inferiores resultados de

aprendizaje, y por lo tanto menos posibilidades de acceder a la educación (Palacios, 2008). Frente

a ello es importante destacar que la todas las acciones encaminadas a propender una inclusión

que, desde el modelo social, pretende generar nuevas dinámicas en el acceso a la educación,

trabajo, salud, recreación y el goce efectivo de derechos se posiciona como un medio para hacer

efectivo dicho derechos en igualdad de oportunidades, buscando avanzar hacia sociedades más

justas y democráticas mejorando la calidad de vida y el desarrollo profesional de las personas con

discapacidad.

DISCAPACIDAD Y HOMOGENIZACIÓN: La Igualdad Vista Desde Los Derechos

Las visiones homogenizantes de una sociedad ha planteado dinámicas sociales que han

hallado refuerzo en una historia mal entendida y mal asumida, dinámicas donde se busca

normalizar bajo criterios eugenésicos a la población mundial, acentuando dinámicas sociales de

violencia y control sobre los cuerpos de aquellos y aquellas que no caben dentro del canon

totalizador de las culturas dominantes.

La negación de la diversidad como factor inherente a la humanidad ha sido el principal

elemento que, al no ser reconocido como tal, imposibilita la participación de aquellos grupos

sociales que han visto vulnerados sus derechos históricamente. Desde el foro de vida

independiente se asume la diversidad como la base del desarrollo de la humanidad, por lo cual los

hechos concretos, cualitativos y cuantitativos tienen correspondencia directa con la diversidad

como factor inherente de la humanidad. Es por ello que para Gimeno (1996) la “diversidad”

alude a:

37
(…) la circunstancia de ser distinto y diferente, pero también a la de ser desigual, lo que
no sólo se manifiesta en una forma de ser variada, sino de poder ser, de tener
posibilidades de ser y de participar en los bienes sociales, económicos y culturales (...) Lo
diverso lo contraponerse a lo homogéneo (...) lo desigual lo confrontamos con la
nivelación y ésta es una aspiración básica de la educación que es, capacitación para
poder ser. En realidad, una actitud de respeto hacia la diversidad en la sociedad
democrática actual se entiende como la aceptación del pluralismo existente (…) La
búsqueda de la igualdad es la lucha por que algunas de las diferencias entre los seres
humanos (...) no se conviertan en murallas para el imposible ejercicio de la libertad de
los menos dotados en esa sociedad democrática (pág. 59)

La visión y las prácticas sociales en torno al tema justifican por hechos las acciones

sociales que se puedan dar en relación a las sujetas y los sujetos que, a modo de señalamiento, se

encuentren en estas categorías de diversos. La estratificación social, el pertenecer a una

comunidad étnica, factores de raza, preferencia sexual o poseer una situación de discapacidad

condicionarán, en lo práctico, cierto tipo de relaciones sociales que abarcan esferas personales,

educativas, laborales etc.

Es por ello que es de gran importancia reconocer desde una perspectiva amplia, y centrada

en hechos concretos y vigentes, la validación de procesos de participación social determinado por

el conocimiento y práctica efectiva de derechos.

Martha Nussbaum (2007) toma los derechos como capacidades, vistas desde dos ángulos:

uno en la potencialidad de la capacidad y el otro en la acción real de dicha capacidad; el

desarrollo de una capacidad (inherente al ser humano) radica en la existencia del derecho y la

posibilidad del cumplimiento de dicho derecho (binomio comprendido entre el hacer y el ser). En

el cumplimiento y la perfecta ejecución de este derecho intervienen las dinámicas del entorno

material y social que permitan la realización y el uso de las capacidades. Las dinámicas bajo las

que funcionan estos principios radica en la normalidad, esto quiere decir, que esta dinámica de

capacidades solo funciona para quienes poseen “potencialidades normales” para ejercer los

derechos y que se representan como seres productivos para la sociedad.

38
Nussbaum (2007) hace una crítica concreta al decir, que la productividad no puede

superar el bienestar social, es decir, que todos los seres humanos somos garantes de los mismos

derechos y en consecuencia de dignidad, seamos productivos o no económicamente para una

sociedad de corte neoliberal.

La educación, la recreación, la libre movilidad, el acceso a espacios públicos, la

participación y la manifestación de ideales y sentires son derechos con los que cuentan todos los

seres humanos, y que han sido vulnerados a las personas con discapacidad; por lo tanto la visión

que Nussbaum ofrece frente a la dignidad se posiciona como un derecho inviolable, que se

vulnera en la precariedad de la aplicación de derechos. Plantea entre líneas que garantizar

derechos no puede depender de las posibilidades físicas o mentales del ciudadano, plantea una

visión de la “discapacidad según la cual, una persona no es discapacitada tan solo porque tenga

una limitación física o mental, pues en muchas ocasiones es el entorno el que genera o

incrementa dicha discapacidad” (Guzmán, 2009, pág. 8) la diversidad bajo la mirada

minimizadora del concepto vista como situación que imposibilita el ejercicio del derecho y que

depende tanto de factores estructurales, como culturales y sociales que envuelven al sujeto y que

condicionan su vida y sus relaciones en general.

GÉNERO
GÉNERO, Lineamiento Del Ser Mujer.

Las relaciones entre los seres humanos históricamente se han dado a partir de órdenes

jerárquicos que condicionan sus acciones en todas las esferas de la vida; el orden económico,

social, político y cultural ha sido establecido bajo la lógica de desigualdad e inequidad

posicionándose y complejizando con el tiempo, acudiendo en ello como consecuencia, la

normalización de prácticas de dominación y la institucionalización de las mismas.

39
Los modelos económicos y políticos que han imperado en el mundo han globalizado la

dominación, la desigualdad y la pobreza, posicionándose como un elemento transversal de

jerarquía en las relaciones entre los seres humanos desde los escenarios macro hasta las esferas

mínimas. Los factores culturales como la etnia, la procedencia y el lenguaje, y los

socioeconómicos en la división entre pobres y ricos son elementos que sitúan en un plano

negativo de diferencia y desigualdad a las personas, configurando en ello factores de identidad

personal y colectiva que aportan a la construcción de discursos externos donde dichas

comunidades se les atribuye la categoría del otro o los otros (Beauvoir, 1985).

El género es otro elemento que ha incidido en las relaciones entre hombre y mujeres. Un

mundo que ha sido edificado con la división como base fundamental donde el hombre se ha

posicionado así mismo como arte y parte de la historia de la humanidad, impone lógicas

androcéntricas que modelan las relaciones entre hombres y mujeres, atribuyendo roles y sentidos

diferentes y en algunos casos irreconciliables entre hombres y mujeres (Lagarde, 1996). Estos

hechos y el trasfondo oculto y desdibujado en la división de tareas sociales, políticas y

económicas entre hombres y mujeres se han impregnado en la cultura, a tal punto que las

acciones que se manifiestan acordes a estas dinámicas se enmarcan como el deber ser, que

reglamenta desde los códigos morales y sociales el papel que tanto hombres como mujeres deben

cumplir; la humanidad ha llegado al punto, que dichos mandatos se han desarrollado con la

violencia como principal cómplice, dando lugar a la normalización y la aprobación por la

sociedad y las instituciones.

Las experiencias históricas y el análisis de las mismas dirigen la mirada hacia el

obligatorio entendimiento y comprensión sobre las diferencias entre hombres y mujeres, las

dinámicas que han impulsado a la mujer asumir un papel subalterno, pasivo y dominado en la

historia, impidiéndole en primera instancia, una efectiva participación de la vida pública


40
encarnando en ella las labores de la vida privada (hogar) donde ni siquiera ha sido protagonista.

Estos hechos han buscado sustento desde explicaciones biológicas hasta justificaciones

religiosas, mas no han sido efectivas en el análisis de los factores que ubican a la mujer, como lo

dice Simone De Beauvoir (1985), como el otro:

Así el triunfo del patriarcado no fue ni un azar ni el resultado de una evolución violenta.
Desde el origen de la humanidad, su privilegio biológico ha permitido a los machos
afirmarse solos como sujetos soberanos y no han abdicado nunca ese privilegio; han
enajenado en parte su existencia en la naturaleza y en la mujer, pero la han
reconquistado inmediatamente; condenada a desempeñar el papel del Otro, la mujer
estaba también condenada a no poseer más que una potencia precaria; esclava o ídolo
nunca ha elegido ella misma su suerte (…) el lugar de la mujer en la sociedad es siempre
el que le asignan; en ningún tiempo ella ha impuesto su propia ley. (pág. 101)

Por ello la explicación biológica que atribuye en algunos casos la supremacía de los

machos sobre las hembras no basta para dar explicación a la histórica situación de las mujeres,

ante ello se reconoce indispensable contemplar otros factores que se han impregnado en las

sociedades humanas y que han hecho a las mujeres cómplices de su misma situación.

El género como herramienta analítica plantea la necesidad de abandonar las concepciones

sobre hombres y mujeres fundadas exclusivamente por su sexo y el orden biológico del mismo,

ya que “pensar a hombres y mujeres desde su sexo, es concebirlos bajo una mirada simplista,

anatómica y fisiológica que abandona los aspectos esenciales de la conducta —a saber, los

afectos, los pensamientos y las fantasías—, que, aun hallándose ligados al sexo, no dependen de

factores biológicos” (Varela, 2008, pág. 150). El género como construcción cultural otorga

atributos que transponen el ser macho o hembra, con la masculinidad y la feminidad; Simone de

Beauvoir, en su libro el segundo sexo plantea como género “lo que la humanidad ha hecho con la

hembra humana” (Beauvoir, 1985, pág. 41) asignando a la mujer comportamientos, obligaciones,

normas, pensamientos y capacidades que se inculcan desde la crianza y dan vida a los imaginario

que condicionarán la relación de hombre y mujeres entre sí.

41
Los factores que aportan a la construcción de un orden donde tanto hombres como

mujeres participan en la dinamización de los mismos (las mujeres ligadas a labores de

reproducción y los hombres de producción) es el primer reconocimiento que justifica la condición

de desigualdad entre los seres humanos, condición que influye en la apertura de espacios

participativos en la vida política y social que se ha enmarcado tradicionalmente bajo los cánones

de feminidad y masculinidad. Es importante reconocer que el ser humano en tanto ser histórico

está influenciado por la infinidad de elementos que lo constituyen, es por ello que de manera

pertinente y analítica Beauvoir (1985)en la introducción al segundo tomo de su libro el segundo

sexo dice:

“Cuando empleo las palabras “mujer” o “femenino” no me refiero evidentemente a


ningún arquetipo a ninguna esencia inmutable; tras la mayor parte de mis afirmaciones
hay que sobreentender que se formulan “dentro del estado actual de la educación y las
costumbres”” (pág. 9)

Beauvoir (1985) afirma los elementos que se hacen esenciales para la construcción y la

consolidación de la identidad de la mujer, la educación y la cultura forman y transforman a las

personas, que, en tanto seres sociales, construyen una identidad personal sujeta a un orden

colectivo; por ello mismo páginas adelante plantea que “no se nace mujer: llega una serlo” (pág.

13) destacando implícitamente el importante papel que juegan las instituciones sociales (familia,

escuela, estado) en este proceso.

El género como construcción cultural se ha configurado en un elemento esencial para

consagrar un orden en las relaciones sociales, siendo un elemento transversal en las estructuras y

dinámicas sociales, como lo plantea María viveros Vigoyas (2004), en el libro “Pensar (En)

Géneros” su artículo El Concepto De Género Y Sus Avatares: Interrogantes En Torno A Algunas

Viejas Y Nuevas Controversias:

Con el desarrollo del concepto de género, dos cosas se vuelven posibles: la reunión en un
solo concepto de las diferencias entre los sexos que se puede atribuir a la sociedad y a la
42
cultura, y la demostración de la existencia de un principio singular de ordenamiento
jerárquico de la práctica social. (pág. 67)

Siendo el género y las construcciones en torno a él un elemento indispensable en la

configuración de las sociedades y las formas de relacionarse, detentando a hombres y mujeres

roles que fomentaran un sistema patriarcal de dominación e invisibilización de la mujer. Estos

elementos juntos con el sexismo y el androcentrismo se convierten en “herramientas de análisis

para examinar las sociedades actuales, detectar los mecanismos de exclusión, conocer sus causas

y, tras haber atesorado todo ese conocimiento, proponer soluciones y modificar la realidad.

(Varela, 2008, pág. 153)

Si bien reconocer el género como un elemento identitario entre hombres y mujeres es

indispensable, es de igual forma importante resaltar la incidencia que tiene en la consolidación de

las relaciones y roles sociales y la jerarquización de los mismos, ya que “desde el nacimiento

preparamos de formas diferentes a hembras y varones, mediante el proceso de socialización para

su futuro desempeño como adultos. En la institución familiar se socializa para la división sexual

del trabajo y su reparto de roles. En el seno familiar aprenden el significado de lo femenino y

masculino, y los atributos de identidad de cada uno” (Hernández Pita, 2014, pág. 15). Este tipo de

acciones construyen estereotipos sociales que se institucionalizan y se consagran en el bien

imponiendo bajo cualquier medio el cumplimiento del mismo; se evidencia desde la construcción

personal de una identidad hasta la forma de relacionarse entre las personas, siendo el motor de la

discriminación de género sustentada en acciones violentas.

43
VIOLENCIA Y EXCLUSIÓN, Dos Caras de la Jerarquía de Géneros

La consagración de un orden genérico de poder (patriarcal) basado en un modo de

dominación cuyo paradigma es el hombre como lo plantea Marcela Lagarde (1996)impulsa una

serie de acciones violentas donde la mujer, entre otras cosas, es cosificada, expropiada, sometida,

relegada, invisibilizada y expuesta a dinámicas que hoy día inciden en su participación en los

distintos escenarios, donde la exclusión por cuestiones de género es una manifestación más de la

violencia sistémica. Ante ello es indispensable reconocer los aportes de Iyamira Hernandez

(2014) donde cita que:

La socióloga hindú Keltar (1992) reconoce la violencia de género inmersa en el contexto


socioeconómico y político de las relaciones de poder producida dentro de las relaciones
sociales patriarcales, de clase, casta, donde domina el poder masculino. Refiere a su vez
que considerar la violencia como un acto criminal de uso de la fuerza física es tener una
visión reducida del concepto, ya que incluye también explotación, discriminación,
estructuras económicas y sociales desiguales, la creación de una atmósfera de terror,
amenazas, represalias y otras formas de violencia: religiosa, cultural y política.
(Hernández Pita, 2014, pág. 46)

Ante ello es indispensable reconocer que las acciones violentas que impiden el desarrollo

efectivo de los derechos de las mujeres, están consagradas bajo una lógica estructural que

sustenta dichas dinámicas, las mismas que han institucionalizado estas lógicas donde a partir de

códigos morales y legales la participación de las mujeres en la vida pública se ha visto limitada.

44
Ilustración 1: Mercado Laboral Por Sexo, Agosto 2013
Tomado de: (Departamento Administrativo Nacional De Estadistica, 2014)
Como ejemplo se muestra la anterior gráfica que responde a un estudio realizado por el

DANE2 y entregado en agosto de 2013 donde se representa el comportamiento del mercado

laboral por sexo en el trimestre de Abril a Junio de 2013 arrojando, entre otros, los siguientes

resultados:

En el total nacional, la tasa global de participación fue 74,3% para los hombres y 54,2%

para las mujeres. La tasa de ocupación para los hombres fue 68,7% y para las mujeres

47,5%.

La tasa de desempleo para el total nacional se ubicó en 9,6%. La tasa de las mujeres

(12,3%), fue superior en 4,7 puntos porcentuales a la de los hombres (7,6%).

2
Departamento Administrativo Nacional de Estadística

45
El 61,8% de los hombres inactivos se dedicó principalmente a estudiar, mientras que el

57,0% de las mujeres inactivas se dedicó a oficios del hogar.

Los factores que inciden en que realidades como las expuestas sean una constante en la

vida de las mujeres están dadas por factores que responde a los roles sociales que cumplen uno y

otro. La mujer se ha encargado históricamente de las labores reproductivas, esto se ha consagrado

así, entre otras cosas, por el factor biológico que atañe a la mujer la maternidad y que ha

imputado bajo ello las labores del hogar y los cuidados, mientras que los hombres se han

encargado de las labores de producción sustentadas bajo una justificación moral que perpetua de

acto y discurso, acciones que han limitado y desdibujado la participación de la mujer en la

historia.

Frente a este tipo de hechos han surgido conceptos que hacen referencia específica a esta

realidad donde la situación de ser mujer se asemeja, en distinto lugares del mundo, a la pobreza;

es por ello que el término feminización de la pobreza designa la situación particular donde los

índices de pobreza se incrementa cuando estos se relacionan con mujeres. En el VII informe

sobre exclusión y desarrollo social en España, en el documento “Una Mirada De Género A La

Exclusión Social” (Damonti, 2014) se realiza un acercamiento a este significado tomando como

referencia la postura de varios y varias intelectuales, que hacen referencia a la feminización

como:

● A la sobrerrepresentación de las mujeres en la franja de pobreza (Mateo Pérez 2000; Herr

et al. 2003 en Kim y Choi 2013; Brady y Kall 2008; Aguilar 2011);

● Al aumento progresivo de la presencia de mujeres entre las personas pobres (Fernández

1992; Fernández 1998; Cabrera 2004; Brunet, Valls y Belzunegui 2008; Tortosa 2009;

Aguilar 2011; Kim y Choi 2013)


46
● Al incremento de la pobreza en hogares encabezados por mujeres (Aguilar 2011);

● Al aumento de la visibilidad de la pobreza de las mujeres (Fernández 1992; Fernández

1998; Aguilar 2011);

● Al hecho de las mujeres se empobrecen por razones y procesos específicos y

condicionados por el género (Fernández 1998; Mateo Pérez 2000; Aguilar 2011).

Es indispensable determinar las esferas y específicamente los elementos que en el estado

de exclusión son referentes para caracterizar la incidencia del mismo en el desarrollo de la

vida de las y los sujetos. Frente a ello Paola Damontti (2014) citando a Laparra y Pérez

(2010) hacen referencia a tres ejes en la exclusión, siendo el primer eje el económico

(identificado por la ausencia y las características de empleo y la imposibilidad de consumo),

el segundo eje el político (medido en la falta de participación política y el acceso a los

derechos de educación, vivienda digna y atención sanitaria entre otros) y el tercer eje el

social (caracterizado por el aislamiento y la integración de redes sociales perversas). Siendo

el género un eje transversal a ellos justifica por ejemplo que en la vida pública la mujer

carece de participación real y efectiva, y aunque conquista algunos elementos, no cuenta con

las herramientas sociales y culturales que le permitan alcanzar y construir una relación

equivalente con respecto al hombre en los ejes nombrados.

La mujer conquista una autonomía concreta, porque encuentra un papel económico y

social (Beauvoir, 1985) y en la ausencia de dicho papel, el protagonismo de las mujeres se ha

enmarcado en relación a la vida privada, donde si bien es cierto, la mujer en el hogar (entre

otras cosas) cohesiona la sociedad dado que es la fuente que otorga bienestar, cuidados y da

soporte a la familia – trabajo del cuidado-dicha labor no es reconocida ni social, ni política, ni

económicamente.

47
“El trabajo de cuidado es naturalizado porque no es objeto de debate político. Y es
importante señalar que este trabajo no es únicamente central para el sistema de género y
las relaciones entre los hombres y mujeres, sino que también es un trabajo que se delega
mayoritariamente a las más pobres, de modo que cruza transversalmente al conjunto de
la sociedad. Siempre hay alguien más pobre o débil a quien explotar: si no es una
empleada doméstica, será una hermana o una hija….” (Moliner, 2012, pág. 38)

Es indispensable comprender las estructuras de poder que imponen órdenes jerarquizados

en lo económico y las relaciones sociales, y que sustentados bajo códigos morales, impulsan

una estructura que, traspasando el plano de lo legal, ha sido legitimada y asumida por las

sociedades, ignorando de facto las implicaciones que ello ha traído para el posicionamiento

de la mujer en su historia como protagonista de la misma.

GÉNERO Y DISCAPACIDAD, Elementos De Intersección

Se han tocado temas indispensable para el ejercicio, temas que ubican en un tiempo y un

contexto las determinadas situaciones que cobijan a la población sobre la que se desarrollará el

presente ejercicio. Los temas de discapacidad y los alcances en materia intelectual y de derechos

son indispensables para comprender el estado del arte y la realidad que dinamiza el ejercicio; así

mismo se han reconocido los elementos indispensables del género para posicionar las acciones

bajo un recorrido y una trascendencia en el ejercicio teórico y práctico de los términos.

Si bien es cierto se han reconocido grandes alcances en términos de las luchas que han

otorgado ciertas claridades frente al tema de género y el de discapacidad, y que hoy en día

permite un posicionamiento concreto que medido en el discurso demuestran logros significativos;

pero es importante a su vez comprender que la trascendencia y el alcance de los discursos refleja

una realidad distinta en términos prácticos, razón por la cual aún es necesario generar una postura

crítica producto del análisis real de las mujeres con discapacidad, la efectividad en el ejercicio de

sus derechos y la participación social.

48
El tema concreto de género y discapacidad ha sido abordado desde distintos espacios

académicos, estudios feministas y de políticas públicas, aún así, el impacto de los mismos frente

a la producción académica no ha otorgado un posicionamiento importante y reconocido del tema.

Por esta razón las referencias teóricas sobre el tema, se encuentran referenciadas en ejercicios

investigativos previos y producciones académicas ajenas a las realidades nacionales.

La construcción de identidades parten del reconocimiento que en un principio realizan

todas las personas sobre sí mismo y posteriormente de su entorno; entendiendo que en la

construcción de esa identidad participan diversidad de factores y entre ellos la cultura (quien

provee de elementos que se han consagrado con el tiempo en el seno de una comunidad) la

construcción de dicha identidad encuentra refugio en las elaboraciones personales pero también

en las colectivas, donde a partir de la difusión de ideas y prácticas frente a las y los sujetos se

moldean los prototipos tanto de hombres como de mujeres que social, política, cultural y

económicamente son válidos.

Frente a las personas con discapacidad se entiende que a pesar de hablar de un modelo

social, en lo concreto, los prototipos o imaginarios que se tiene sobre estas personas recaen en los

discursos de sobreprotección y dependencia, y en una sociedad movilizada por las dinámicas del

mercado, son vistos y vistas como improductivas e invalidadas para el trabajo; insistiendo de esta

manera que la discapacidad aún no encuentra asilo en lo social sino a un problema de una sector

determinado (biologización de la discapacidad).

“Desde el punto de vista de la sociología, se ha considerado a las personas con


discapacidad como el otro. El otro, en el sentido en que los sociólogos han considerado a
los discapacitados, como objeto pasivo, en lugar de dirigirlos al autodesarrollo y a la
acomodación de los sujetos activos, ésta es una forma más de discriminación. En la lucha
por la identidad personal se observa el inicio de la creación de un nuevo lenguaje en
relación al discapacitado (persona con reto físico, aprendiz alternativo) y en llamar
“Otros” a “personas con cuerpo temporalmente capacitado”. Estar etiquetado es estar
(de) valuado como persona y constituye un reto explícito a aceptar el yo (Peters, 1999).”
(Ojeda Díaz, S.F, pág. 9)
49
En términos del género en las sociedades aún están marcados ciertos elementos que, a

pesar de ser el motor de la luchas de mujeres a través de la historia, son una constante que se

evidencian en los altos índices de feminicidios y en los resultados que arrojan la feminización de

la pobreza, donde cada vez aumentan las cifras de mujeres que se encuentran en los límites de la

miseria en relación a los hombre. Ahora, al aterrizar este elemento en la situación que deben

enfrentar las mujeres con discapacidad, es importante señalar la visión asexuada que se tiene de

estas personas, a quienes se les otorga un imaginario de eternos niños que influye

significativamente en la formación y consolidación de su identidad.

“A las mujeres en situación de dis-capacidad se las perpetúa en su niñez, su vida no


avanza, se las mantiene bajo una visión maternalista y sobreprotectora muy semejante a
la que se configura frente a las discapacidades mentales. En este instante no pretendo
cuestionar si las dinámicas sociales han permitido mejorar las condiciones de las
mujeres, sino resaltar que las mujeres en situación de dis-capacidad soportan cargas más
fuertes relacionadas con lo estético, lo corporal, el cuerpo “bello”, pero, también con su
lugar en la sociedad o sus responsabilidades en los confines de lo privado (Parra, 2009,
pág. 99)

El paralelismo en términos de discapacidad y género frente a la construcción de la

identidad de una mujer reside en abordar como primer plano el factor discapacidad asumiendo en

su condición de sujeta social, dejando en un segundo plano la construcción de ser mujer

(Abberley, 2008, citado por Mena Orriz, 2012). La construcción social que se ha dado sobre lo

que significa ser mujer y el papel que cumple en la sociedad marca un precedente indispensable

para la consolidación de la identidad de las mujeres, y entendiendo que, “es muy común

relacionar casi de manera natural a la mujer con la maternidad” las construcciones identitarias

están sujetas a dichos factores; ahora, “caso contrario sucede con las mujeres en situación de

discapacidad, a quienes se las considera no aptas para la maternidad, impedidas para cuidar de

otros, sin independencia económica. Estos discursos excluyentes son principalmente reforzados

por las familias” (Ortiz, 2012, pág. 99)


50
La ausencia en la construcción de la identidad de las mujeres con discapacidad promueve

escenarios y situaciones de discriminación, que como lo describe José Ojeda Díaz (S.F) se hace

patente de diversas maneras:

● Se destacan las características propias de estas personas como símbolo de la inutilidad, de

la debilidad, de la necesidad de protección;

● Existen siempre quienes desde una posición de poder (político, económico, cultural,

social) deciden por ellos y ellas, no dejándoles margen alguno para que surja su identidad

particular y grupal;

● Les es transmitida una educación y un trato que les lleva a anularse a sí mismos;

Estos factores influencian en gran medida a la participación de las mujeres con discapacidad,

entendiendo ello como una agravante para la situación general de la mujer que, como se mostró

anteriormente, se encuentra en una situación de desventaja frente al hombre en relación al acceso

al mercado laboral, y que seguramente puntuará de la misma manera al referirse a la participación

en la vida formativa. Dicha realidad se complejiza cuando se habla del acceso laboral de mujeres

con discapacidad; como lo muestra la siguiente tabla resultado de un estudio realizado por el

DANE la población con discapacidad.

Tabla 3: Población con registro para la localización y caracterización de las personas con
discapacidad Sexo según actividad económica
Actividad
Total Hombres Mujeres
económica
Total 120.083 79.364 40.719
Industria 7.666 5.403 2.263
Comercio 22.263 13.018 9.245
Agrícola 29.100 26.676 2.424
Pecuaria 1.356 1.130 226
Servicios 29.981 14.515 15.466
Otra actividad 24.082 15.125 8.957
Sin información 5.635 3.497 2.138
Tomado de: DANE (Comportamiento Del Mercado laboral Por Sexo, 2014)

51
El acceso al sector laboral es considerablemente menor cuando se habla de mujeres,

mientras que los hombres con discapacidad presentan más oportunidades para ingresar y

mantenerse en el campo laboral. Para las actividades de servicios que corresponden a labores de

cuidados, comercio, transporte, hotelería entre otros las mujeres presentan mayor participación

con un 51.58% en relaciona a los hombres que presentan un 48.41%, mientras que frente a

actividades pecuarias las mujeres puntúan una participación del 16.6% en relación al 83.4% que

puntúa la participación en este campo del hombre; a las actividades agrícolas los hombres

participan un 91.7% y las mujeres un 8.3%. En conclusión las mujeres con discapacidad

vinculadas al campo laboral son un 33.9% en relación al 66.1% de los hombres vinculados.

El reconocimiento de estas realidades y la necesidad transformarlas impulsan a entender

los factores que condicionan la participación en la vida social a mujeres con discapacidad. Como

primer paso y herramienta fundamental está el reconocimiento de derechos como punto de

partida para la apropiación de este tipo cuestiones, que obligan a los hombres y mujeres con

discapacidad asumir su realidad fuera de lo que tradicionalmente ha sido característico en ello;

“el primer paso es recuperar dignidad personal, incluso antes que la identidad. Ha sido la lucha

por reivindicar unos derechos que les habían sido hurtados, también lo es, sobre todo en el caso

de personas discapacitadas, la que ha ocasionado que por estas actuaciones sean vistas como

víctimas y el “estatus” de víctimas dificulta el desarrollo de una identidad personal positiva, que

en última instancia es necesaria para vencer la opresión política contra la que se lucha (Peters,

1999). (Ojeda Díaz, S.F, pág. 10)

PARTICIPACIÓN
PARTICIPACIÓN, La Práctica Sustancial De Derechos.

Las relaciones sociales son construcciones que se han venido transformando en el curso

de la historia; los modelos sociales se transforman de acuerdo a factores objetivos y subjetivos

52
que condicionan, por ende, las relaciones entre los sujetos. Es por ello importante resaltar que el

orden social no es algo que esté dado y sobre el cual no hay nada que hacer (Caraveo & Stoopen,

2001). Este orden social está determinado por los tipos de relaciones que se establecen entre las

personas, hechos sociales protagonizados por actores sociales.

La participación es un hecho que parte del reconocimiento de sujetos en un ámbito social,

y que los posiciona bajo diversas consideraciones. Para Roger Hart (1993)“la participación es la

capacidad para expresar decisiones que sean reconocidas por el entorno social y que afectan a la

vida propia y/o a la vida de la comunidad en la que uno vive”; dicho reconocimiento se puede ver

desde dos enfoques según el manual de educación que publica amnistía internacional (1996) el

primero reconoce el derecho de toda persona de intervenir en la toma de decisiones y políticas,

económicas, culturales, sociales de la sociedad; y la otra está dada desde el reconocimiento de la

persona desde los valores intrínsecos y las capacidades que posea.

Las condiciones bajo las cuales se desarrolla la vida de las personas entendiendo los

principios de igualdad, libertad y dignidad que direccionan a todos los estados modernos, más el

reconocimiento de los derechos como atribuidos a todos y todas y la garantía de los mismos

establecen un conjunto de relaciones que buscan garantizar la participación individual y colectiva

de todos y todas en la vida política, económica, social y cultural (Alonso, 2003)

Para ello es indispensable comprender que la participación efectiva solo se dará en la

medida que se entienda a las personas desde la diversidad y desde el respeto a la diferencia;

Linares (2000) citado por Caraveo y Stoopen (2001, pág. 38)dice:

“la verdadera prueba de flexibilidad, de aceptación y de tolerancia a lo que es diferente a


uno, se presenta al participar en grupos a los cuales normalmente no se pertenece y que
están formados por personas muy diversas”

Esta dinámica está sustentada bajo los modelos de normalidad que aún están presentes en

la sociedad, entendiendo que aquellos elementos que deben garantizar la participación de los
53
sujetos son válidos cuando las personas poseen las condiciones subjetivos y objetivos que les

permita acceder a ellos. La situación se agudiza cuando se habla de personas que no estén

contempladas en ese panorama normalizador y jerárquico, ya que la discapacidad ha sido un

motivo constante de inequidad y bajo acceso a derechos dado que las “personas con discapacidad

consideran que han sido tratadas durante muchos año, y lo son hoy mayoritariamente, como

personas ajenas a sus derechos civiles, no se ha respetado su dignidad personal, ni su libertada

para participar”. (Alonso, 2003, pág. 37)

Es importante reconocer que la participación no se da sólo en ámbitos públicos, sino que

esta está presente en todos los escenarios de socialización como lo son la familia, la escuela y

localidad o municipio. La familia es considerada como el primer escenario de socialización,

donde a nivel participativo las y los sujetos adquieren las primeras nociones que lo incentiven a

participar en la vida social, estas nociones están dadas en la responsabilidad social y el incentivo

que la familia tenga en participar desde la vida en el hogar hasta de procesos comunitarios y

colectivos.

Los espacios educativos como segundo escenario de socialización posicionan a las

personas como actores y actrices sociales involucradas en un ámbito más diverso y complejo al

de la familia; esto de gran importancia para que las personas fortalezcan las nociones de su vida

en lo individual y lo colectivo ya que fortalecen el sentido de responsabilidad social y se

conviertan en protagonista del curso de sus vidas. Todos los escenarios educativos son de gran

importancia para la vida de los sujetos ya que se ubican como el segundo escenario –después de

la familia- que brinda las herramientas para un desenvolvimiento social efectivo; entendiendo

que cualquier espacio de formación responde a unas dinámicas espacio-temporales específicas

que condicionan su accionar, es importante entenderlos como escenarios donde se represente una

serie de elementos propios de las sociedad donde están inmersos; tales elementos están dados,
54
por ejemplo, en las relaciones de poder dadas en un ámbito macro y que condicionan las que se

puedan dar en dichos espacios. Esto es indispensable reconocer al entender la labor

democratizadora de la educación y al principio transformador de ese espacio, que deben estar en

procura de la suplantación de relaciones tradicionales que invisibilizan a los y las sujetas en la

toma de decisiones y el protagonismo de ellos y ellas en el curso de su historia.

En respuesta al modelo que, de una u otra manera representan los espacios formativos en

las experiencias cotidianas, está en el siguiente escenario de participación de las personas que es

la localidad o municipalidad. El municipio es el espacio de participación ciudadana, incluyendo a

la infancia, más importante en el proceso de consolidación de una democracia (Unicef, S.F)sobre

el que los y las sujetas deben tener conocimiento que genere un sentido de apropiación que incite

a la generación de corresponsabilidades sociales y con ello acciones participativas.

“Los niños y jóvenes conocen más su ciudad, se sienten más ‘miembros activos’ del
desarrollo de su comunidad, comprenden mejor cómo y porqué deben ser ciudadanos
partícipes de sus ciudades.” (Unicef, S.F, pág. 7)

Es indispensable comprender que es corresponsabilidad de la familia y las instituciones

sociales permitir la generación de espacios que promuevan la participación de niños y niñas,

dichos escenarios deben estar desarrollados partiendo de las realidades, intereses y motivaciones

de las y los sujetos y que en concordancia con ello no sean reproductores de las relaciones de

poder dominante que permea todas las esferas de este tiempo y este espacio.

La participación como acción que posibilita procesos de autonomía, toma de decisiones

acción social entre otros, debe promulgar acciones encaminadas a la democratización de distintos

escenarios que en un aspecto primordial comprenda “en la diversidad y en el reconocimiento del

otro un interlocutor válido donde se consolida un proceso de identidad ciudadana local, ya que

entender las prácticas socioculturales propias y ajenas que interactúan en un territorio posibilitan

desde el intercambio la convivencia, la tolerancia y la formación de nociones de los colectivo


55
como elementos claves en la formación ciudadana y ejercicio de los derechos.” (Comisión

Intersectorial para la Atención Integral de Primera Infancia, S.F, pág. 13)

La elaboración de escenarios que promuevan ejercicios participativos requiere de la

interacción de distintos actores sociales inmersos en el contexto. Respecto a esto Roger Hart

(2005)dice:

El área de las habilidades o competencias requiere estrategias para su construcción


continua, tanto por los individuos como por los grupos, pues la ciudadanía no es algo que
acontece en un dominio particular -el currículo escolar o el hogar-, sino que sucede y se
construye todo el tiempo en cada escenario en el que se encuentren. (pág. 1)

Es importante comprender las implicaciones que trae el desarrollo de habilidades

participativas en los estudiantes, así mismo como comprender qué implicaciones trae no

participar. A continuación se presenta las incidencias de la participación y no participación en

niños y niñas.

Tabla 4 Consecuencias Positivas Y Negativas De La No Participación.

CONSECUENCIAS NEGATIVAS DE LA NO CONSECUENCIAS POSITIVAS DE LA


PARTICIPACIÓN PARTICIPACIÓN
Dependencia: el niño depende del adulto para
Mejora las capacidades y potencialidades personales
cualquier decisión
Escasa iniciativa Autonomía
Pasividad, conformismo, comodidad Creatividad
Falla de respuesta en situaciones críticas Experimentación
Falta de sentido crítico Capacidad de razonamiento y elección
Inseguridad baja estima personal Aprendizaje de errores
Reducción de la creatividad e imaginación si las Se configura una mayor personalidad, se fomenta el
actividades son dirigidas sentido crítico
Se incrementan las relaciones personales y el
Estancamiento en el desarrollo personal y formativo
intercambio de ideas
Miedo a la libertad a tomar decisiones Aprendizaje más sólido
Se desarrolla la capacidad de escucha, negociación y
Baja capacidad de comunicación
elección de alternativas
Aprendizaje de valores democráticos: participación y
Bajo aprendizaje de valores democráticos
libertad
Baja creencia en la democracia Valor de la democracia intergeneracional
Infancia como objeto no participativo Infancia como sujeto activo social
Desconocimiento de derecho de expresión Ejercicio y reivindicación de ejercicio de expresión
Invisibilidad social de la infancia Mayor riqueza y diversidad social
Tomada de: (Unicef, S.F, pág. 12)

56
El logro que ha significado la participación social de personas y miembros sociales que no

han sido reconocidos como tal por factores normalizadores y homogeneizadores han logrado a

partir de procesos organizativos y emancipatorios reconocer la violación de dicho derechos y

garantías sociales, arrebatando a la sociedad los derechos que han sido ignorados por largo

tiempo y posicionándose en la sociedad con la importancia y protagonismo que amerita el

reconocerlos bajo la directriz inherente de dignidad.

Frente a las personas con discapacidad Podemos preguntarnos, pero ¿contra quién lucha esta

persona? La respuesta es muy compleja pues supone enumerar toda una serie prejuicios y

creencias erróneas sobre la discapacidad que ha limitado su participación en el curso de sus vidas

en lo individual y colectivo; reconocer estos elementos ha incentivado a que las personas con

discapacidad, tras un proceso de organización, hayan establecido la importancia en la

construcción (desde ellos y ellas mismas) de una mirada de la discapacidad que eleven

significativamente la noción de persona con discapacidad ante la sociedad, y que no limite bajo

ningún pretexto su participación en la vida social (Gimeno, 1996).

Otro elemento indispensable para el caso del presente ejercicio es reconocer los alcances que

han tenido la organización de la sociedad en torno a la reivindicación de derechos y garantías

vulnerados por largos periodos de tiempo; es el caso, al igual que las personas con discapacidad,

de las mujeres, donde si bien es cierto son el grupo poblacional mayoritario, han sido

invisibilizadas y relegadas en los papeles sociales impidiendo la participación en procesos

trascendentales (como por ejemplo las votaciones donde se regeneraron movimientos feminista

sufragistas). Los derechos y garantías que las mujeres han conquistado hasta el día de hoy son

fruto de luchas organizativas producto de procesos emancipatorios donde han logrado, paso a

paso, el reconocimiento de la importancia de su participación en los procesos políticos, sociales,

culturales y económicos.
57
Son estos indicios para comprender que la estrategia más eficaz para promover desde lo

individual acciones encaminadas a promover espacios democratizadores donde la participación

de todos y todas sea un derecho de necesaria aplicación, ha sido en primera instancia el

reconocimiento de los derechos como elemento fundamental que garantiza la equidad, la justicia

y la dignidad. El reconocimiento primario en el plano de lo infibula y la difusión del mismo como

bandera de movilización y organización de colectividades promueve (dando la historia y los

ejemplos anteriormente nombrados la razón) la práctica efectiva y garantizada de derechos de los

grupos poblacionales históricamente vulnerados.

DISCAPACIDAD Y PARTICIPACIÓN, Asunto Colectivo.

La construcción teórica y conceptual sobre el término de discapacidad promueve acciones

que en lo práctico condiciona la vida de las personas incluidas en la sociedad. Como se ha

nombrado en el apartado sobre discapacidad nuestra sociedad encuentra impregnada la noción

médica de las personas con discapacidad, relegando netamente a lo médico y al diagnóstico la

condición de estas personas reproduciendo discursos donde estas personas son vistas como

enfermos, perpetuando un trato de sobreprotección, exclusión y segregación evidenciado en la

ausencia de este grupo en espacios amplios de toma de decisiones.

Esto sumado a la visión de la persona desde la incapacidad propia de un contexto

homogenizador promueve acciones donde la participación y la construcción de espacios para esta

actividad sean nulas. Es importante reconocer que dichos escenarios se han moldeado de acuerdo

a las construcciones sociales sobre los términos de discapacidad asumiendo que “la configuración

de las representaciones alrededor de la discapacidad en sus diferentes manifestaciones ha

evidenciado caminos diferentes, siendo la discapacidad intelectual aquella que mayores barreras

ha encontrado debido posiblemente a la valorización de la razón y el temor al sinsentido que

nuestra época profesa” (Restrepo, S.F, pág. 9)


58
Una sociedad movilizada bajo el paradigma de la competencia atribuye valor y lo quita a

aquellas personas que bajo la lógica dominante no posea dichas competencias o habilidades. La

generalización de la “deficiencia” como etiqueta permanente de las personas con discapacidad

promoviendo que ni las mismas mujeres y hombres con discapacidad puedan concebirse a sí

mismo fuera de ello, evidenciando que en la toma de decisiones se está en busca constante de un

tutor que responda, soporte o patrocine la participación de dicha persona en cualquier espacio. La

eterna infantilización y promover lenguajes de “pobrecitos y pobrecitas” o asumir que los

derechos y garantías de estas personas son favores de la sociedad es consecuencia de esta

dinámica.

Roger Hart (1993) plantea un modelo de análisis sobre la participación de niños y niñas; para

el caso concreto del presente ejercicio se toma como referencia lo planteado por Hart en dicho

modelo dado que los elementos que interfieren en la participación social de mujeres con

discapacidad encuentra sustento en las mismas condiciones a las que se encuentra sujeta la

participación de niños y de niñas: sobreprotección, desconocimiento de capacidades, ausencia de

autonomía etc.

Roger Hart (1993) propone un modelo que permite el reconocimiento de procesos

participativos y que ofrece una serie de herramientas reflexivas para promover la participación

en distintos ámbitos:

59
Ilustración 2: Escalera de la participación de Roger Hart

Tomado De: https://verderojonaranja.wordpress.com/2011/05/31/escalera-de-la-


participacion/
Esta escalera comprende 8 peldaños determinados por:

1. Manipulación: la persona expresa la voz del adulto o tutor quien manifiesta a

través de él o ella su posición imponiendo su voz omitiendo la de la persona.

2. Decoración: es cuando la persona promueven una causa sin que tengan

conocimiento o inclinación a ella.

3. Política de forma sin contenido: se da cuando los adultos o tutores que intentan

fomentar la participación hacen proyectos en los que parece que estas personas tienen su propia

voz, pero en realidad no se les dan opciones respecto al tema, a la manera de comunicarlo o bien

para que expresen sus opiniones. Esto sucede con frecuencia en actos públicos, cuando se

presenta algún niño para leer un discurso o discutir sobre algún tema en representación de otros

niños, pero que en realidad fue elegido por un adulto. (Caraveo & Stoopen, 2001)

60
4. Asignados pero informados: está involucrado con la movilización social, donde las

personas son involucrados en distintos procesos sociales, y aunque no participan activamente a

este, están informados sobre lo que sucede logrando de esta manera una inclinación de

apropiación.

5. Consultados e informados: en esta escala, aunque el proyecto sea elaborado por los

adultos o tutores, este es consultado con las personas involucrándose en el proceso de

elaboración.

6. Iniciado por un adulto o tutor con decisiones compartidas con las personas: en esta

fase las decisiones son tomadas tanto por adultos o tutores como por la persona.

7. Iniciado y dirigido por las personas: en esta fase ellos y ellas elaboran las

condiciones bajo las cuales los adultos o tutores participarán, y esto se daría sólo en caso de ser

necesario.

8. Iniciado por las personas con decisiones compartidas por adultos o tutores: El

último peldaño de la escalera sigue incluyendo a los adultos o tutores. (Unicef, pág. 11)

SUJETOS Y SUJETAS DE DERECHOS, Caminos A La Emancipación

Para esta categoría se toma lo planteado por Abraham Magendzo, chileno representante

de la educación en derechos humanos y la pedagógica crítica en américa latina. Para Magendzo

(2005) el cometido central de la educación en derechos humanos es la formación del sujeto de

derechos, y este es visto por el autor desde diferentes perspectivas.

Es requisito para el autor que el sujeto de derechos reconozca los cuerpos normativos

referidos a derechos fundamentales, tales como la declaración universal de los derechos, los

derechos de las mujeres y de las personas con discapacidad; el conocimiento de estos se convierte

en una herramienta de exigencia y control de la aplicación o no de los mismo. “conocer los


61
cuerpos normativos y las instituciones ligadas a la protección de los derechos, no es un

conocimiento académico sino uno que confiere mayor posibilidad de acción y por lo tanto mayor

poder para intervenir en la promoción y defensa de los derechos propios y de los demás”

(Magendzo, 2005, pág. 37)

Es importante comprender la correspondencia entre sujetos de derechos y poder, y de

poder y lenguaje, es por ello que el sujeto de derechos debe desarrollar una serie de competencias

lingüísticas que le permitan expresarse, manifestarse y proponer cuando sea necesario, ya que

este elemento posibilita el empoderamiento de los sujetos, y evidencia el conocimiento que se

tenga sobre el tema en cuestión. El uso del lenguaje y la concepción de este en el caso de la

educación en derechos humanos, está enfocada a la autonomía frente a la expresión de opiniones

y objeciones, al reconocimiento del lenguaje como elemento discursivo trascendental tanto en la

manifestación, comunicación y establecimiento de acuerdos y pactos sociales.

El conocimiento y el lenguaje son elementos indispensables frente al reconocimiento de

derechos, el ejercicio de estos accionado coherentemente con el discurso evidencia la práctica

crítica y reflexiva del reconocimiento inicial de estos y el posicionamiento del sujeto frente a la

realidad que se le represa no solo en la escuela sino en su vida cotidiana. El sujeto es “capaz de

tejer su futuro, autoafirmarse y autoestimarse, de “pararse sobre sus propios pies”, de situarse

como ciudadanos en su sociedad, comprometido con el bien común, con lo público” (Magendzo,

2005, pág. 39)

La o el sujeto de derechos se reconoce en su autonomía sin desconocer a sus pares, es

decir reconoce “al otro como legítimo otro” efectuando actitudes de respeto y solidaridad mutua,

la persona reconoce y reivindica la igualdad a partir del entendimiento de los pares desde la

diversidad. El reconocimiento de los y las pares desde la solidaridad, responsabilidad y acogida

ve al otro o la otra desde la posibilidad de actuar conjuntamente, reivindicar conjuntamente,


62
construir en conjunto, se construye en compromiso colectivo, verdaderamente colectivo en la

medida que la acción conjunta es indispensable para el hecho.

CAPITULO III.

LINEAMIENTO METODOLÓGICO

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN “CONSTITUCIÓN DE SUJETO”

La indagación sobre las mujeres con discapacidad y los elementos de orden cultural,

político, económico y social que posibilitan e imposibilitan los ejercicios participativos de las

mismas en ámbitos educativos, laborales y sociales en general, pretenden un búsqueda que desde

la comprensión de las sujetas desde lo político, histórico y social generan una visión holística de

la mujer con discapacidad en aras a comprender los elementos que influyen en su participación y

los caminos recorridos en el ejercicio de comprender la discapacidad y el género en sus vidas.

A partir de ello, y desde lo planteado en el documento de fundamentación de la línea de

investigación en constitución de sujeto (2014 - II) “desde las últimas tendencias, no existe un

sujeto a priori, existen sujetos que se van constituyendo heterogéneamente, en donde diferentes

relaciones de factores históricos, sociales, culturales y biológicos, entre otros, condicionan dicha

constitución. El sujeto no es el ser humano abstracto, sino el ser humano concreto, singular,

distinto e inserto en un contexto sociocultural específico.” (Licenciatura En Educación Con

Enfasís En Educación Especial, 2014)

Desde el presente ejercicio, se comprende a los sujetos y las sujetas como seres

vinculados en contextos socio-históricos particulares, cuyos elementos pueden influir en la

consolidación de las personas desde las esferas políticas, económicas, culturales y sociales, donde

la reelaboración constante de los elementos que soportan a los sujetos responden a la dialéctica

del tiempo y la influencia de el mismo en las dinámicas sociales.


63
SENDEROS HERMENÉUTICOS

La acción investigativa de orden cualitativo, donde el entendimiento del sujeto a

investigar se da bajo una mirada introspectiva y retrospectiva de su realidad plantea la necesidad

de comprender los componentes que moldean y dan origen a las dinámicas propias a investigar;

plantea el reconocimiento del sujeto como un todo dialectico, comprendiendo que, los factores

que condicionan sus realidades ameritan un ejercicio de revisión con miras, a que en una primera

fase de reconocimiento se pueda comprender el origen, fundamentos y percepción de los mismo,

para luego realizar un análisis y aportar a una transformación si es requerida.

Entendiendo la demanda de comprender a las personas participes del ejercicio

investigativo desde su formación como sujetos y sujetas sociales, históricas, políticas y culturales

que participan y hacen parte de la configuración de una realidad, y que detenta en lo práctico

estilos y formas de vida en ocasiones adversas que necesariamente deben ser trasformada, pero

que antes de ello requieren ser entendidas surge la hermenéutica como un modelo investigativo

interpretativo y reflexivo de fenómenos sociales.

La hermenéutica como modelo investigativo posiciona la cotidianidad como un factor

indispensable para el ejercicio, ya que los elementos que buscan ser interpretados encuentran

asidero en las vivencias diarias de las personas o la persona participe del proceso. Las

manifestaciones, objeto de análisis reflexivo e interpretativo son entendidas como un elemento

que compone un todo estructural, donde la comprensión mínima de los factores que los

componentes dotara de entendimiento y razón sobre el hecho en un momento final de

investigación (principio hermenéutico).

“Si la visión de Heidegger es correcta, comprendemos la acción humana —y actuamos—


con un trasfondo de prácticas (corporales, personales y culturales) que siempre está

64
presente, aunque nunca puede hacerse complemente explícito. Intentar deshacerse
analíticamente de este trasfondo y tratar los actos humanos como si fueran entidades
semejantes a objetos es un error metodológico, porque sería quitar las condiciones para
la comprensión genuina de los fenómenos que se están estudiando. Nuestros intereses y
participaciones, nuestros hábitos y nuestras prácticas culturales, juegan un papel
constitutivo para las entidades y eventos que creamos y experimentamos a nuestro
alrededor.” (Packer, 1985, pág. 15)

La hermenéutica ha sido usada históricamente para la comprensión de elementos que, de

no ser sometidos a un análisis detallado, arrebatarían ante los ojos de la humanidad elementos

indispensables para la consideración amplia y detallada de fenómenos; se puede decir que la

hermenéutica es arte (y para algunos ciencia) de la interpretación de discursos, condición

existenciaria del ser humano procedimiento de autorreflexión emancipadora (Lopera Echavarria,

Ramirez Gomez, Zuluaga Aristizabal, & Vanegas Ortiz, 2010) ya que tras el análisis crítico y

reflexivo de los elementos que fueron rescatados del proceso se busca la comprensión profunda

bajo la cual, sin ese ejercicio, no podría hablarse de una trasformación cuando esta sea requerida.

Uno de los elementos que analiza e interpreta la hermenéutica son los discursos y las

narrativas, entendiéndolas como construcciones individuales y colectivas impregnadas de

elementos subjetivos que ofrecen, de manera casi subliminal, una explicación sustancial sobre las

construcciones de concepto y práctica.

“(…) definimos el discurso como toda expresión de una estructura subjetiva. Estructura
subjetiva indica que es un sujeto el que expresa, sea individual (un ser humano singular),
plural (grupo) o colectivo (comunidad). Expresión es un término amplio que o alude
únicamente a lo dicho en palabras sino que incluye también, como hemos insistido otras
formas de decir, esto es, conlleva significados y sentidos.” (Lopera Echavarria, Ramirez
Gomez, Zuluaga Aristizabal, & Vanegas Ortiz, 2010, pág. 46)

La carga subjetiva del discurso, y el análisis de la misma para proyectar aquellos

elementos que en dicha acción aparecen, es un elemento esencial para (…) entender la relación

entre el todo y las partes (…) siendo esta la actitud fractal que reconoce que el todo se encuentra

en las partes y en cada parte se encuentra el todo (Lopera Echavarria, Ramirez Gomez, Zuluaga

65
Aristizabal, & Vanegas Ortiz, 2010, pág. 76)donde se caracteriza el ejercicio interpretativo como

el análisis de lo particular para construir bajo el ejercicio reflexivo el todo como elaboración

personal y colectiva.

Análisis De Contenido, los diálogos y los discursos

Dentro del modelo hermenéutico de investigación se encuentra, como una de las

estrategias, tipo o metodologías el análisis de contenido entendido como “un método que apunta

a descubrir la significación de un mensaje, ya sea este un discurso, una historia de vida, un

estímulo de revista, un memorando etc. Específicamente, se trata de un método que consiste en

clasificar y/o decodificar los diversos elementos de una mensaje con el fin de hacer aparecer de

manera adecuada su sentido.” (Gomez Mendoza, S.F, pág. 21). Contemplando en este ejercicio

los elementos que influyen en la configuración del discurso, como lo son los contextos, los

sujetos y las coyunturas.

El discurso está impregnado por elementos subliminales que, a partir de una ejercicio de

interpretación y análisis, desnudan elaboraciones aparentemente ocultas que tras el

descubrimiento permite evidenciar las construcciones sobre distintas categorías; el discurso toma

la cotidianidad como la posibilidad de encontrar los elementos necesarios para el abordaje de las

categorías, ya que es bajo esta premisa donde las personas se comunican fluida y

espontáneamente, y donde manifiestan sin ningún impedimento o limite las construcciones sobre

las categorías a investigar.

Frente a esto, es indispensable que el investigador asuma una postura de docta ignorancia,

como una amplia actitud de recibir todo cuando las personas participes del proceso tiene para

ofrecer; “la docta ignorancia dispone para que la escucha sea una apertura del discurso del otro,

un dejar que sus diversas expresiones fluyan en nuestro espacios discursivo y así poder captarlas

en su lógica interna” (Lopera Echavarria, Ramirez Gomez, Zuluaga Aristizabal, & Vanegas
66
Ortiz, 2010, pág. 82), sin que ello signifique anular el conocimiento que se tiene frente a los

hechos o categorías a indagar, adoptado una actitud analítica y libre de prejuicios que

entorpezcan el ejercicio, donde, así como lo dice Descartes, la duda sea el método directriz para

el ejercicio de indagación y análisis.

El análisis de contenido, así como requiere de condiciones actitudinales de los y las

participantes del ejercicio, requiere de un diseño metodológico que responda de manera lógica y

cronológica a los objetivos planteados. Dicha estructura está compuesta por tres momentos

discriminados así:

Tabla 5 Estructura Metodológica Para El Análisis De Contenido

ESTRUCTURA METODOLÓGICA PARA EL ANÁLISIS DE CONTENIDO


Es una etapa de organización, en la que la intuición ejerce un
papel fundamental, pues es a partir de ellas que se hace la
selección inicial del material y se comienza a formular algunas
hipótesis dedicadas de una mirada global y holística sobre los
discursos elegidos (…) está compuesta de actividades no
ETAPA 1 Pre análisis
estructuradas, abiertas como lo son la lectura superficial, la
elección del material, la formulación de objetivos e hipótesis y la
construcción de los índices y elaboración de los indicadores,
actividades que se retroalimentan entre si y que pueden varias al
proceso
Es la fase más extensa, se facilita mucho si la labor del pre
Explotación del análisis se realizó de manera juiciosa, y consiste básicamente en
ETAPA 2
material “operaciones de codificación, descomposición o enumeración en
función de consignas formuladas previamente”.
Tratamiento e Se recogen los datos más significativos y válidos que se deducen
interpretación de del análisis anterior y se plantean inferencias y conclusiones de
ETAPA 3
los resultados acuerdo con los objetivos previamente trazados por el
obtenidos investigador.

Tomado de: Método Analítico (Lopera Echavarria, Ramirez Gomez, Zuluaga Aristizabal, &
Vanegas Ortiz, 2010, pág. 149)
Esta estructura permitirá reconocer elementos que en el lenguaje manifiestan

construcciones históricas presentes en la vida diaria, y que además, permiten reconocer

estructuras individuales y cognitivas frente a una realidad. Por lo tanto acceder a la “dimisión

viva del lenguaje, que aparece todos los días al ser puesto en acción, esto es al volverse discurso”

(Lopera Echavarria, Ramirez Gomez, Zuluaga Aristizabal, & Vanegas Ortiz, 2010, pág. 150)

67
enriquece los ejercicios de práctica y teorización de la investigación, ya que en ello se

manifiestan elementos que tras el posterior análisis pueden ser trasformados si así son requeridos.

CAPITULO IV

INTERSECCIONALIDADES Y DIALOGOS

Las interseccionalidades y diálogos permitieron identificar las elaboraciones que se

entretejen en los discursos de mujeres con discapacidad en relación a la discapacidad, género y

participación, a partir de experiencias personales y profesionales mediadas por condiciones de

carácter político, económico, social y cultural, que permiten vivenciar la discapacidad desde el

ser mujeres, donde la mediación de discursos externos juega un papel primordial en la

participación.

Así mismo, y teniendo como referencia que la discapacidad es una condición que es

vivida no solo por la persona que la posea, si no por aquellas que estén constantemente

relacionadas con la discapacidad desde ejercicios profesionales, se recogieron las concepciones

de mujeres que desde su ámbito profesional vivencian la discapacidad, y que a partir de su

experiencia personal en el proceso constitutivo como mujer han elaborado un discurso fomentado

desde lo teórico profesional, y lo practico vivencial frente al género, la discapacidad y la

participación.

Las mujeres que hicieron parte del ejercicio y que con sus aportes direccionaron la

ejecución de los diálogos, han sido informadas que su identidad será confidencial por lo cual cada

una de ellas recibirá un enunciado para identificar la experiencia particular desde la descripción

de las mismas.

68
Mujer que vive la discapacidad (41 años) es una mujer con discapacidad física, (lesión

medular nivel t10), egresada de la Universidad Javeriana de diseño industrial y magister en

inclusión y discapacidad de la Universidad Nacional, ha trabajado desde su conocimiento como

ingeniera en el tema de empaques.

Mujer que vive la discapacidad (26 años) es una Terapeuta Física que estudia

actualmente en la Universidad Pedagógica Nacional En la Licenciatura En Educación Con

Énfasis En Educación Especial; se ha desempeñado en el ámbito terapéutico y educativo; en la

actualidad es directora pedagógica de una fundación para niños ciegos. Esta mujer tiene

discapacidad visual (Retinosis pigmentaria)

Mujer que vive la discapacidad (27 Años) es una mujer estudiante de la Universidad

Pedagógica Nacional en la Licenciatura En Educación Con Énfasis En Educación Especial,

madre soltera de un niño de 5 años. Esta mujer tiene discapacidad visual (retinopatía de la

prematuridad).

El grupo de profesionales que participaron de ejercicio trabajan en la Fundación Ludus

que vivencias su labor con niñas, niños y las y los adolescentes con discapacidad intelectual y

autismo, desarrollando intervenciones terapéuticas y pedagógicas con miras a la inclusión social

y socio-laboral. Bajo el consentimiento de las profesionales entrevistadas se estipularon las

condiciones de confidencialidad, por lo cual cada una de ellas recibirá un seudónimo. Las

mujeres profesionales que hicieron parte del ejercicio grupo focal, terapeuta ocupacional,

Psicóloga, Terapeuta física y a educadora especial; y el seudónimo será mujeres que vivencian la

discapacidad.

69
Total de mujeres entrevistadas
Tabla 6: Mujeres Con Discapacidad
Entrevistadas
Mujeres con discapacidad Tabla 8: Profesionales de las mujeres
Mujeres Con entrevistadas
entrevistadas discapacidad
(Total)
6 3
Profesión Número
Mujeres
entrevistadas
Tabla 7: mujeres profesionales profesionales
entrevistadas (total)
Educación
1
Especial
Mujeres Profesionales
entrevistadas Terapia física 2
(Total) Terapia
6 5 5 1
ocupacional
Psicología 1
Ingeniería
1
industrial

Tabla 9: Mujeres con discapacidad estudiantes entrevistadas

Mujeres Estudiantes
entrevistadas
(Total)
6 2

Tabla 10: Carreras de las Mujeres con discapacidad estudiantes entrevistadas

Mujeres
entrevistadas Carrera Número
Estudiantes (total)
2 Educación Especial 2

A partir de los diálogos y las interseccionalidades encontradas surgieron las

siguientes subcategorías de las categorías iniciales, para efectos de este trabajo se describe

como se asume cada una de ellas a partir de la reflexión teórica. (Ver tabla 11.)

70
Tabla 11: Interseccionalidades Emergentes.
CATEGORÍA SUB CATEGORÍA DESCRIPCIÓN DE LA SUB CATEGORÍA
Aunque la construcción identitaria de lo femenino y lo
masculino se justifique desde lo biológico no se limita a ello,
De Lo Biológico A Lo
ya que la identidad del ser hombre o mujer parte de una
Cultural
construcción histórica, social, cultural y política que no se
limita al sexo.
El patriarcado como sistema de géneros posiciona al hombre
El Orden Patriarcal como centro de la humanidad, donde tanto hombres como
GÉNERO mujeres se constituyen a partir de un orden establecido por
A Hombres Y
Teoría de análisis que permite
Mujeres este promoviendo relaciones de inequidad donde la mujer
identificar relaciones de
juega un papel subalterno y pasivo.
inequidad de mujeres frente a
hombres a partir de códigos A partir del sistema de géneros y la construcción cultural de
histórico- culturales que se lo femenino y lo masculino se establecen unos roles, donde
expresan en lo económico, las mujeres se encargan de la labores de reproducción
político y social. Roles Y Estereotipos (maternidad) y los hombres de producción (dinero); así
mismo se construyen unos cánones frente a los cuales tanto
hombres como mujeres se ciñen a dicha construcción
cultural.
Expresión más contundente del patriarcado a través de
Violencia De Género hechos directos, simbólicos y estructurales que se traduce en
actitudes y dinámicas sociales culturalizadas e
institucionalizadas
La mirada médica y divinizada de la discapacidad persiste en
Permanencia De
la concepción social sobre la persona con discapacidad
Miradas Sobre
generando dinámicas concretas que condicionan su
Discapacidad
participación y la práctica efectiva de derechos.
DISCAPACIDAD
Es necesario llevar el discurso social de la discapacidad a la
Es un concepto dinámico que
práctica y entender que las barreras que la generan deben ser
comprende a las personas en Discapacidad Asunto
resueltas por todos y todas las personas, donde la
relación a condiciones De Todos Y De Todas
participación de las instituciones es indispensable para la
sociales, ambientales,
trasformación del discurso sobre la discapacidad.
políticas, económicas y
Personas Con La permanencia de un discurso minimizador de la
culturales que pueden
Discapacidad, Sujetos discapacidad, hace que estas personas no sean concebidas
posibilitar e imposibilitar el
Y Sujetas De como ciudadanos garantes de derechos, sino como personas
ejercicio pleno de derechos y
Derechos que necesitan cuidados y a las que se les hace favores.
de la participación.
La visión de la persona con discapacidad a partir de sus
Discapacidad,
posibilidades permite comprender la diferencia y la
Diversidad Y
diversidad con un factor inherente a los seres humanos
Diferencia
construyendo un nuevo discurso sobre la discapacidad.
PARTICIPACIÓN Es la negación de la participación de aquellas personas que
Manipulación Y
Es una derecho y un privilegio por distintos factores requieren un apoyo adicional (bien sea
Decoración
de aquellas y aquellos que a recurso humano o material) para la toma de decisiones.
partir de sus posibilidades La decisión permite un grado de autonomía donde la persona
La Decisión Como
sociales, políticas, económicas hace efectivo su derecho a la participación y se posiciona
Poder Personal
y culturales pueden hacer parte como individuo activo de un colectivo.
de un colectivo en la toma de Participación: Mujer Los factores de crianza fundados en el hogar (que son de

71
decisiones trascendentales – Familia – Niña carácter cultural) influyen en la construcción de alternativas
para el mismo determinadas en espacios y oportunidades para que las
mujeres rompan su rol tradicional y puedan participar.
Mirada De Los Otros
Y Las Otras Sobre La Siendo la discapacidad de origen social existen elementos
Participación De Las concretos que posibilitan o impiden la participación de las
Personas Con personas con discapacidad.
Discapacidad
La asignación de roles y tareas sociales ha imposibilitado y
Género Y censurado la participación de mujeres en distintos ámbitos, y
Participación aunque estos espacios se han abierto fruto de luchas sociales,
la participación de las mujeres sigue siendo baja dados los
factores culturales impregnados en las sociedades.

A continuación se presentarán las interseccionalidades que desde los diálogos entre

las experiencias de las mujeres que vivencias y las que viven la discapacidad se

identificaron, y que desde el ejercicio teórico plantean elementos fundamentales en relación

a los ejes de trabajo.

GENERO

Desde las reflexiones teóricas, para el presente ejercicio el género se aborda como:

teoría de análisis que permite identificar relaciones de inequidad de mujeres frente a

hombres a partir de códigos histórico-culturales que se expresan en lo económico, político

y social. Dichas relaciones de inequidad están sustentadas en un sistema de géneros que

posiciona a la figura masculina como el centro de la humanidad asignando a las mujeres

papeles subalternos en la historia.

Esta perspectiva constituye un enfoque analítico, donde dicho sistema de géneros

construye factores identitarios que condicionan a hombres y mujeres a partir de una visión

normativa sobre el cuerpo, y que se fortalece en construcciones de carácter socio cultural

fomentando una desigualdad entre hombres y mujeres. Por ello la perspectiva de género,

plantea el reconocimiento de la diversidad de géneros en la construcción de una humanidad

72
diversa y democrática, donde el ser diferente, diversa o diverso sea una posibilidad que

revierta la opresión a la que han estado sujetos tantos los hombres como las mujeres, y en la

que ha sido más violentada, desdibujada y oprimida la mujer dado el modelo androcentrista

que sustenta dichas dinámicas. (Lagarde, 1996)

De Lo Biológico A Lo Histórico Cultural

La perspectiva de género ha permitido identificar la construcción de la imagen tanto

de hombres como mujeres a partir de identificar un orden normativo en el cuerpo; este

hecho muestra que la vivencia sexual de los cuerpos se da en los parámetros

heteronormativos que condicionan las construcciones identitarias tanto de hombres y

mujeres. Desde esta postura es preciso reconocer que “el género es una construcción

simbólica y contiene el conjunto de atributos asignados a las personas a partir del sexo”

(Lagarde, 1996, pág. 25), pero el sexo no determinado exclusivamente desde el orden

biológico, sino sustentado a partir de características económicas, sociales, psicológicas,

eróticas, jurídicas, políticas y culturales que condicionan las construcciones identitarias de

las personas.

Identificar a hombres y mujeres exclusivamente a partir de la categorización por el

sexo como orden netamente biológico, implica abandonar elementos trascendentales que

han condicionan el ser hombre o mujer en una sociedad estructurada a partir del

androcentrismo.

"Esa decisión de sexo es muy limitada, si puedo tener, o las personas podemos tener
un sexo que ha sido determinado pues por unas condiciones físicas que hacen que
se determine, pero es tan limitada que hemos visto actualmente que las
concepciones de genero han permitido que las personas pueda desarrollarse
plenamente en su personalidad y puedan digamos ser libres de expresarse, y
romper un poco el paradigma clásico de o soy mujer o hombre, sino que entre

73
mujer y hombre hay un sinfín de posibilidades" (Mujer que vive la discapacidad, 41
años)
Es así como se puede identificar que no solamente los factores relacionados con el

sexo permiten construir lo que histórica, social, política y culturalmente ha sido la mujer,

sino que en la construcción de lo que es ser mujer a partir de una perspectiva de género

según Lagarde (1996, pág. 25) el género implica:

Las actividades y las creaciones del sujeto, el hacer del sujeto en el mundo.

La intelectualidad y la afectividad, los lenguajes, las concepciones, los valores,

el imaginario y las fantasías, el deseo del sujeto, la subjetividad del sujeto.

La identidad del sujeto o auto identidad en tanto ser de género: percepción de sí,

de su corporalidad, de sus acciones, sentido del Yo, sentido de pertenencia, de

semejanza, de diferencia, de unicidad, estado de la existencia en el mundo.

Los bienes del sujeto: materiales y simbólicos, recursos vitales, espacio y lugar

en el mundo.

El poder del sujeto (capacidad para vivir, relación con otros, posición jerárquica:

prestigio y estatus), condición política, estado de las relaciones de poder del

sujeto, oportunidades.

El sentido de la vida y los límites del sujeto.

Según lo anterior el género no puede estar identificado exclusivamente a partir de

un orden biológico, sino determinado por la vivencia de este mismo desde su sexualidad,

que implica el reconocimiento del cuerpo histórico y cultural sobrepasando los

lineamientos normativos que sobre él mismo implanta el sistema patriarcal.

74
El Orden Patriarcal A Hombres Y Mujeres

Nuestras sociedades son herederas de factores que han determinado la forma como

se constituyen las relaciones entre las personas, la justificación frente a dichas relaciones

está determinada por un sistema de géneros que ha puesto al hombre como paradigma de la

sociedad, generando para las mujeres una serie de condiciones tangibles que ha precarizado

sus biografías desde tiempos inmemorables.

El patriarcado, como sistema económico, político, jurídico y cultural, que permite


la explotación, opresión y subordinación de las mujeres frente a los hombres, y
sobre todo frente a los hombres de las clases dominantes tiene, en América Latina,
sus raíces históricas fundamentales en el periodo colonial. (Delgado, 2014, pág.
105)

El patriarcado ha permitido la consagración de una serie de pautas que ubican a

hombres y mujeres en lugares distintos y antagónicos en la sociedad; dichas pautas se

encuentran impregnadas en el seno de las sociedades y han sido transmitidas a partir de

factores de crianza propios de la familia, donde se representa dicho sistema de relaciones en

las labores que unos y otras ocupan en el hogar.

“Entonces si bien una mujer tiene una formación desde la familia donde las
mujeres han sido amas de casa, o han sido madres cabeza de hogar, entonces
siempre se tiene esa tendencia de la mujer como, la dedicada y el hombre dedicado
al trabajo, ese tipo de concepciones, yo creo que tiene que ver más con la
formación en la familia”( Mujer que vive la discapacidad, 26 años)

Estas relaciones de roles plantean unas jerarquías fundadas en las tareas y roles

sociales que plantean un orden colectivo en todas las esferas sociales, “por esto, en la

familia los roles y el estatus son fundamentales, pues dependiendo de la manera cómo se

internalicen, comprendan y practiquen en el pequeño grupo familiar, tendrán efectos en el

contexto social.” (Chavarría, 2010, pág. 394).

75
Los factores de crianza son fundamentales para transmitir dicho ordenes

establecidos; la familia como célula social es la encargada de la permanencia y

fortalecimiento de las pautas que condicionan a las mujeres y a los hombres a ciertos estilos

de vida, ya que “desde el nacimiento preparamos de formas diferentes a hembras y varones,

mediante el proceso de socialización para su futuro desempeño como adultos. En la

institución familiar se socializa para la división sexual del trabajo y su reparto de roles. En

el seno familiar aprenden el significado de lo femenino y masculino, y los atributos de

identidad de cada uno” (Hernández Pita, 2014, pág. 15)

Este tema es reforzado por lo que manifiesta una mujer que vive la discapacidad (25

años), quien plantea que esos factores que influyen en la crianza de las mujeres y de los

hombres están fundamentados a partir de un condicionamiento ejercido sobre el cuerpo,

siendo más violento sobre el cuerpo de las mujeres:

“Desde que tu naces las niñas son las que juegan a las muñecas, las niñas son las
que se visten de rosado, las niñas son las que se tienen que portar bien, las niñas
son las que tiene que estar más quietas; Como que todos esos factores de crianza te
determinan entonces eso es lo que culturalmente hace que te distingas entre lo
femenino o lo masculino, las características y lo biológico.” (Mujer que vive la
discapacidad, 27 años)

Estos elementos que ubican a las mujeres exclusivamente en el desempeño de

labores de cuidado (por la interiorización de la maternidad y la tendencia a establecer

vínculos (Moliner, 2012)) reflejan unas condiciones concretas frente al ejercicio

profesional, dado que las mujeres mayoritariamente acceden a carreras correspondientes a

dicho ámbito (psicología, enfermería, educación). Para este caso, las mujeres que vivencian

la discapacidad reconocen que los rasgos tradicionales de las mujeres que son quienes

mayoritariamente atienden a la población con discapacidad, han difundido un sentir en las

76
familias de las personas con discapacidad, reflejado en conductas de desconfianza frente a

hombres relacionados con carreras que vivencian la discapacidad.

“las familias se sienten más seguras, por ejemplo en psicología se presenta mucho
y es que si es hombre entonces como que las mamás entran con la niña, y dicen ¡uy! no
pero es que es un hombre y es que es mejor con una mujer-, (...) fonoaudiología o terapia
ocupacional, son carreras que por lo general lo estudian las mujeres n los hombre, si? Y
cuando hay un hombre es como novedoso y es algo difícil manejo porque por ejemplo las
mamás si son niños pequeños y ven que lo va atender un hombre como van a decir ¡no!,
Pero es que es un hombre, pero es que si lo coge, pero si le dice, en psicología es donde
más se evidencia eso.” (Mujer que vivencia la discapacidad)

En este sentido las acciones que desde la familia de contextos colombianos

fortalecen la existencia de un orden patriarcal, influye de forma negativa sobre las mujeres

(quienes además asumen una sobrecarga de roles y tareas) donde el desprendimiento de la

responsabilidad de los hombres fortalece las dinámicas de la división sexual de trabajos,

que para las realidades de nuestros territorios requieren de una trasformación urgente dadas

las demandas históricas.

Roles Y Estereotipos

Las implicaciones que trae una sociedad modificada de acuerdo a unos factores de

tipo sociocultural son aprendidos a partir de procesos socialización, constituyendo unos

estereotipos que asocian distintos elementos a lo femenino y lo masculino que se

configuran en imaginarios sociales que se difunde e consolidan con el tiempo. Desde esta

mirada Iyamira Hernández Pita plantea (2014) sobre estereotipo como (…) al conjunto de

ideas forjadas a partir de las normas o patrones culturales previamente establecidos.

(…)(Que) pertenecen al imaginario colectivo y se presentan como la pura realidad objetiva

e incuestionable, ya que están vinculados con la estructura social y obviamente

transcienden así a la sociedad” (pág. 68)

77
Estos elementos son difundidos a partir de un trabajo pedagógico desde las

instituciones sociales que promueven la difusión y masificación de ideas, sentires y

perspectivas, que con el tiempo se legitiman y sustentan a partir de estructuras y dinámicas

institucionalizadas. Para este caso, la familia constituye un núcleo importante que tras una

formación constante fomentan hábitos, donde lo femenino y masculino es representado e

inculcado con características específicas para cada caso. Ese mapa de géneros fomentado

desde los procesos pedagógicos, construyen para lo femenino y lo masculino elementos

importantes que se reflejan en las relaciones sociales promovidos a partir de señales

verbales, símbolos, modelos de comportamiento, explicaciones, muestras de cariño, afecto,

que permiten identificar a las personas en relación a su sexo en respuesta a determinados

cánones sociales (Hernández Pita, 2014).

“En las clases altas tu eres la princesa, tu eres la que se vas a casar, tenemos que
conseguirte el mejor esposos, porque es que ¡tú eres tan linda!, tu estas educada
para ser princesa, tu cuerpo necesitamos que lo modeles y lo figures de acuerdo
con el estándar, que busca un hombre de negocios y un gran empresario, entonces
contrólate de no ser tana autoritaria porque él quiere tener poder” (Mujer que vive
la discapacidad, 41 años)

Dadas las construcciones frente a hombres y mujeres, la asignación de labores de

acuerdo a esta condición a partir de su sexo y las construcciones en torno a él, se han

asignado a hombres el desempeño de labores productivas (el hombre es quien sale de casa

en busca del sustento), que le ha permitido entre otra cosas una destaca participación en la

vida pública. La mujer ha sido encargada de labores reproductivas, que aunque encuentra

una justificación en lo biológico (dada la posibilidad de la mujer para concebir), se ha

vinculado a las mujeres en el desempeño de labores de cuidado destinándolas a participar

medianamente en la vida privada del hogar.

78
Ya hemos visto que uno de los problemas esenciales que se plantean a propósito de
la mujer es la conciliación de su papel reproductor con su trabajo productor, la
causa profunda que en el origen de la historia destina a la mujer al trabajo
doméstico y le prohíbe participar en la construcción del mundo, es su sometimiento
a la función generadora (Beauvoir, 1985, pág. 154)

A partir de esta división de tareas (la mujer a la casa, y el hombre a la calle) se han

edificado una serie de roles que influyen profundamente en la histórica situación de la

mujer, donde le ha sido negado el acceso a la vida pública y al disfrute de una serie de

derechos. Esto se puede evidenciar a partir de lo dicho por Mujer que vive la discapacidad

de 25 años quien plantea:

“pues que la mujer está como la que se tiene que ocupar del hogar y los hijos, ¡y
pare de contar!, y la que no, siempre como que no tiene una participación y no
piensa por sí misma, si no es el hombre el que determina; sí, el que tomas las
decisiones, él es el que sale a trabajar. Como toda esta cuestión, el que da la plata
para la casa y la mujer está ahí con sus hijos. Ese es como el rol que se tiene y que
ha ido avanzado pero pues aún se tiene esa concepción” (Mujer que vive la
discapacidad de 27 años)

Esos modelos que han condicionado tanto a hombres como a mujeres los ha puesto

en un lugar de la sociedad, donde la mujer además de ser víctima de violencia ha

encontrado distintas limitaciones para ejercer papeles sociales que tradicionalmente no le

corresponden, ya que han sido pensados para ser ejercidos por hombres. La condición de la

mujer la ha destinado a ejercer labores de cuidado, donde la ética del cuidado femenina es

la capacidad de preocuparse por el otro, y es una condición inherente de las mujeres ya que

su naturaleza humana está dada al establecimiento de vínculos (Moliner, 2012). Es por ello

que a nivel profesional las mujeres son llamadas a ejercer los roles tradicionales, y se

evidencia en lo planteado por las mujeres que viven la discapacidad.

“En las profesiones también se ve reflejado no, que las mujeres están más para la
parte de aquellas profesiones que tienen que ver con la maternidad, con las
cuestiones estéticas, cierto, no relacionado pues como la fuerza, o con ese tipo de

79
profesiones que implican digamos como no sé, como un compromiso corporal o ese
tipo de cosas, pues porque de cierta manera son los estereotipos que se han creado,
creo que por ese lado se ven las distinciones entre hombres y mujeres.” (Mujer que
vive la discapacidad, 26 años)

Pensar que la mujer pueda salir de la casa anteriormente era prohibido, aun así la

mujer y los movimientos feministas han logrado victorias que se ha traducido en espacios

participativos donde la voz de las mujeres ha tenido importancia. Sin embargo la

participación de las mujeres en dichos escenarios ha sido precaria dada la influencia que

desde el sistema de géneros mantiene a las mujeres en el desempeño de ciertas tareas. Para

entender ello es importante recoger lo planteado por las mujeres que viven la discapacidad

al hablar de ese ejercicio de roles no tradicionales para las mujeres

“Digamos habían carreras que eran netamente masculinas se han ido cambiando,
las mujeres han ido en los temas de construcción uno ve mujeres, taxistas que
manejan mulas, que manejan buses, o sea las mujeres cada vez han ejercido
muchos más roles que están, inicialmente definidos para hombres (...) lo que pasa
es que eso ha llevado a que también la mujer, en algunas lecturas que he hecho
termine de ejercer sus roles como mamá y haya decidido cómo ponerse en una
pelea campante por, digamos por conquistar unos espacios que eran netamente
masculinos, pero a ha visto como una pelea hay veces, y la mujeres ha dejado
relegado su hogar y otras cosas que son algo clásico,” (Mujer que vive la
discapacidad, 41 años).

El pensar a la mujer en otros escenarios empieza controvierte el orden establecido,

ya que la mujer ha sido quien ha ejercido esa labor histórica que cohesiona la sociedad

desde el hogar. Este hecho encuentra sustento en la maternidad y la vida en matrimonio

debido a que la construcción social en torno a la familia designa labores y posiciones a unos

y otras, y desde este núcleo funciona orgánicamente la sociedad.

“las cargas del matrimonio siguen siendo mucho más pesadas para la mujer que
para el hombre. Ya se ha visto que las servidumbres de la maternidad (…) la mujer
soportan aun, así exclusivamente, tanto el cuidado de los niños como el
mantenimiento del hogar. (…) la tradición antifeminista es tan tenaz que un hombre
creería fracasar si participa en tareas reservadas antaño a las mujeres. Resulta de

80
ello que a la mujer le es mucho más difícil que al hombre conciliar su vida familiar
con su papel de trabajadora. En los casos de la sociedad exige ese esfuerzo de su
parte su existencia es mucho más penosa que al de su esposo.” (Beauvoir, pág. 152)

En la actualidad el debate se centra en el reconocimiento de las labores que se

ejercen en los ámbitos privados y públicos, ya que problemática real no radica en

abandonar un escenario para participar en varios, la problemática real está en la politización

y el reconocimiento de la multiplicidad de labores que cumplen las mujeres, entendiendo la

complejidad del trabajo de hogar y la importancia para la cohesión social. No se trata de

abandonar roles se trata de generar nuevas visiones de los mismo donde se reconozcan no

solo social si no económicamente:

“(...) pero también por el contrario, se han visto como esas muestras y esos
cambios en cuanto a que las mujeres han tomado como la el poder, y se han auto
determinado y se han hecho como notarse en diferentes campos entonces se va
desdibujando esa percepción de la mujer como persona débil, como persona que se
tiene que dedicar a cierta cosas y otras no” (Mujer que vive la discapacidad, 26
años)

Este tipo de realidades que claramente influyen sobre la vida de las mujeres y las ha

condicionado a tener una historia de sumisión y subalternidad son justificadas a partir de

códigos morales que han sido legitimados e institucionalizados, constituyéndose como el

deber ser donde se le ha impedido a la mujer dar cuenta de dichas realidades y encontrar en

ellas claros ejemplos de violencia; esto se puede justificar a partir de la complicidad de ella

en la perpetuación de dichas dinámicas. Como lo plantea La mujer que vive la discapacidad

(3 años)

“¿quiénes son más machistas las mujeres o los hombres? O las mujeres digamos
que con sus actitudes lo que terminan es apoyando el machismo y no por que las
mujeres, y no considero que digamos entonces, ¡bueno la mujeres y el feminismo!,
porque el tema de feminismo no es un tema de mujeres, así como el machismo no es
un tema de hombres, sino que también tiene que ver son las mujeres; el tema del
feminismo no es un tema netamente de mujeres, el tema del feminismo tiene que

81
involucrar a los hombres también sí, porque si las mujeres queremos ejercer nuevos
roles, o no nuevos los que siempre han existido pero han sido limitados, las mujeres
siempre han tenido deseos, anhelos derechos sino que no los han podido ejercer por
digamos esas convicciones que se tiene en la sociedad” (Mujer que vive la
discapacidad, 41 años)

Simone de Beuvoir (El Segundo Sexo (Tomo I), 1985) plantea una tradición de

resignación y sumisión que se traduce a una falta de solidaridad y conciencia colectiva que

las deja desarmadas y ha dificultado una emancipación total que promueva cambios

profundos en el sistema que las ha desdibujado de la historia.

Discapacidad, Niñas Y Mujeres

Para abordar el tema del género en relación a discapacidad y viceversa, es

indispensable reconocer los discursos que se ha tejido alrededor de la población con

discapacidad. Aunque este tema se desarrollará más ampliamente en otro apartado es

indispensable comprender qué elementos son esenciales para abordar el tema en relación al

género. En la actualidad se sigue a bordando la población con discapacidad como aquellos

y aquellas que necesitan cuidados, cuya condición es un problemática que no atañe a lo

social y que la solución de dicho problema se da e termino médicos; se entiende la

discapacidad desde la persona y no desde el contexto.

Las manifestaciones recogidas de las profesionales que viven la discapacidad

permiten evidenciar que para las persona con discapacidad la construcción del género,

aunque debería ser en términos inclusivos equivalente, se manifiesta nulamente dados los

discursos que se tejen alrededor de la discapacidad, por lo cual el género se vive de forma

distinta o simplemente no se vive, sobre todo en personas con discapacidades mentales.

“Depende del nivel discapacidad que tenga, si nosotros hablamos de una


discapacidad grave, profunda pues ellos nos logran entender ese poder, el proceso
de pensamiento de categorizar o de asumir lo que está mencionando, las

82
categorizaciones o los prejuicios que uno tiene sobre si es mujer o si es hombre; si
es una discapacidad leve pues si se da, de pronto lo vemos cuando juegan futbol
pero es muy poco, no es tan marcado como en los otros normales entre
comillas”(Mujeres Que Vivencian La Discapacidad)

“Frente a genero implica un grado de conciencia más, no sé cómo más profundo


como que una realidad que sea más tangible con ellos que la puedan percibir, no
lo hemos evidenciado con nuestras chicas o chicos acá en la fundación.” (Mujeres
Que Vivencian La Discapacidad)

Estos elemento recogen los estereotipos que se han dado en relación a las mujeres

con discapacidad, ya que como lo rescata Luz Zaret Mena Ortiz (2012) al citar a Abberley

(2008) “su identidad primaria reside en la discapacidad y, paradójicamente, a la vez se le

niega legitimidad y valor a ese rasgo de la identidad. Si bien existe una estigmatización al

grupo de las personas en situación de discapacidad, las mujeres en situación de

discapacidad son mucho más estigmatizadas debido al binomio mujer/discapacidad que

genera un impedimento que sólo las afecta a ellas. Por ejemplo, la “incapacidad” de llevar

cabo roles socialmente designados asociados al ser femenino (madre-esposa-pareja sexual)”

(pág. 99)

“Dominan la discapacidad por encima del género, o sea tú ves en la calle a una
ciega y ves a un ciego y la gente hay pobrecito el ciego o las ciega no le importa si
es hombre o es mujer por que predomina la discapacidad; si? Ya después si tú ves a
una mujer a un hombre dicen no los cieguitos, pero no importa si eres una mujer o
un hombre, por qué domina la discapacidad” (Mujer que vive la discapacidad, 26
años)

La mujer con discapacidad enfrente una anulación social particular, ya que es

reconocida primariamente desde la discapacidad imposibilitándolas a cumplir los roles

tradicionales de la mujer sin discapacidad, “relegando a una categoría secundaria todos los

logros y funciones sociales [así, la discapacidad se convierte en una] característica

83
dominante a la que se someten todas las demás funciones sociales” (Cruz Pérez, 2012 -

2013, pág. 63)

La ausencia de una construcción de género en la población con discapacidad los ha

sometido a una eterna infantilización producto de esa mirada reduccionista de la persona,

generando una serie de dinámicas que caracterizan la situación de las mujeres con

discapacidad, y que por ejemplo se ven expresadas en la ausencia de posibilidades y

oportunidades para participar. “Aunque en las sociedades occidentales se considera la

sexualidad como elemento importante de la personalidad adulta, a las personas con

discapacidad se les niega ese derecho, infantilizándoles, sobre todo a aquellos a quienes se

considera dependientes. En concreto, se piensa que las mujeres con discapacidades no son

sujetos sexualmente deseables y se las ve como seres asexuados, que no tienen necesidades

de este tipo. Esto lleva parejo, en muchas de ellas, la inhibición de su deseo de establecer

relaciones afectivas y sexuales e incluso problemas de autoimagen.” (Conde Rodríguez ,

Portillo Mayorga , & Shun, 2006, pág. 40)

“Pero es otra vez esa infantilización de la discapacidad. “Ay tan tierna” no eres
una niña, eres una mujer con discapacidad, no una niña. Y se cree muy tierna la
infantilización pero es que es un grave problema y una violación del derecho. Te
tratan como un niño para que no ejerzan derecho de adultos, a los que tienes
derecho como persona y como adulto que eres, mayor de edad. Entonces ese es un
grave error que la sociedad repite y que toca romper, cambiar esos estereotipos.”
(Mujer que vive la discapacidad, 41 años)

La designación de las personas con discapacidad como eternos niños trae grandes

implicaciones, ya que destinan a la población a una vida de cuidados donde no es posible

comprender a esa persona fuera del contexto privado del hogar dada su condición de

discapacidad. A su vez implica que las mujeres con discapacidad puedan cumplir ciertos

84
roles designados a mujeres (labores de cuidado), más se imposibilita el ejercicio de su

sexualidad y su condición de ser mujer por la discapacidad.

La mujer con discapacidad debe enfrentar imaginarios que residen en su condición

como mujer frente a lo estético, el cuerpo, los cánones y estereotipos, pero además en su

condición como persona con discapacidad; las mujeres con discapacidad son desprovistas

de deseos sexuales, erotismo y belleza, la denominación de eternas niñas les confiere un

vida de cuidados y dependencia; “las mujeres con discapacidad son vistas de manera

negativa, pasivas y socialmente aisladas son consideradas enfermizas y débiles, viejas y

tristes, estériles y asexuadas.” (Mena Ortíz, 2012, pág. 100)

La exclusión social de este sector tiene origen en valores patriarcales dominantes


que las consideran poco atractivas, improductivas y físicamente inútiles para cubrir
los roles sociales esperados en “toda mujer”: ser ama de casa, madre y cuidadora;
situación que las lleva a experimentar sentimientos de inferioridad frente a los
hombres con discapacidades y a las mujeres estándar. (Cruz Pérez, 2012 - 2013,
pág. 63)

Frente al tema, las mujeres que viven la discapacidad plantearon:

“¿pero las mujeres con discapacidad?, pero ¿cómo? ¿Quién se va a meter con ella
además? ¿A quién le va a interesar relaciones con una persona discapacitada?
Bueno, para violarla hasta de pronto. Porque sí, las violaciones de niñas con
discapacidad y mujeres con discapacidad es muy alta, y no son violaciones muchas
veces “contra su voluntad” sino violaciones que son como “manipuladas”, porque
la gente no puede tomar esas decisiones autónomamente y se ven tergiversados los
sentimientos y engañando a las mujeres” (Mujer que vive la discapacidad, 41 años)

Este tema pone sobre la mesa un elemento que plantea en la comunidad que vive la

discapacidad y la que la vivencia distintos y opuestos debates en torno a la maternidad, ya

que la posibilidad de la mujer de dar vida y procrear, (aunque la mala interpretación de este

hecho haya promovido dinámicas de violencia con las mujeres) es un elemento importante

en la vida de las mujeres con y sin discapacidad. Frente a este tema se generan dos puntos

85
de vista; uno que reconoce la discapacidad como factor peligro en la medida en que esta

puede ser congénita, y segunda la que reside directamente sobre la mujer con discapacidad

donde ella es reconocida desde sus limitaciones y no desde las posibilidades.

Es muy común relacionar casi de manera natural a la mujer con la maternidad, e


incluso se asocia a las mujeres que deciden no procrear con un fracaso o con su
realización incompleta; caso contrario sucede con las mujeres en situación de
discapacidad, a quienes se las considera no aptas para la maternidad, impedidas
para cuidar de otros, sin independencia económica. Estos discursos excluyentes son
principalmente reforzados por las familias y por el discurso del ámbito médico.
(Ortiz, 2012, pág. 99)

Frente al primer punto de vista se reconoce en las profesionales que vivencian la

discapacidad lo siguiente:

“Pues está el riesgo de que el niño venga con discapacidad” (Mujer que vivencia
la discapacidad).

En esta manifestación se puede recoger las concepciones que se manejan sobre la

discapacidad y que a su vez promueven lo planteado en el segundo punto:

“Una mujer con discapacidad es más débil, si yo soy un hombre, y quiero que tenga
10 hijos, pues los tiene. Pero como se cree que una mujer con discapacidad no
puede tener hijos, entonces, adiós, descartada. ¿Usted cómo va a tener hijos, a
trabajar, a esforzarte? ¿Cómo vas a hacer? ¡Pues como debe ser, si no puedo pues
me retiro! Pero por favor, siempre se ha querido tomar decisión sobre las personas
con discapacidad.”(Mujer que vive la discapacidad 41 Años)

Los planteamientos tanto de las mujeres con vivencia como de las que viven la

discapacidad permiten observar que las mujeres con discapacidad en relación a la

maternidad esta visualizada desde el foco normalizante que busca eliminar la discapacidad,

ya que, por ejemplo “los planteamientos acerca del aborto eugenésico de fetos

“defectuosos” destinados a convertirse en personas con discapacidad, que más allá de una

decisión de las mujeres sobre su deseo o no de concebir, tiene su fundamento en la

86
necesidad de evitar tener una hija o hijo con “limitaciones” que se convertiría en una carga

para su familia y la sociedad” (Ortiz, 2012, pág. 101)

El tema de la maternidad y la sexualidad de mujeres don discapacidad, genera una

visión social que influenciada por el modelo médico, normalizador y eugenésico que

imposibilitan a las mujeres a vivir la sexualidad, a recibir información sobre la misma o a

decidir frente a la maternidad, donde se avalan “discursos y actitudes de rechazo por parte

de médicos y de la sociedad en general ante la intención de las mujeres de acceder a dichas

prácticas; e incluso, se llega a promover la esterilización forzada bajo la idea de que pueden

tener hijos con limitaciones o porque se les considera incapaces de procurar cuidados.”

(Cruz Pérez, 2012 - 2013, pág. 61)

El tema de la esterilización genera distintos puntos de vista, que vale la pena resaltar

en aras de analizar las elaboraciones de quienes viven la discapacidad. Por un lado las

mujeres con discapacidad participes de este ejercicio encuentran las siguientes

manifestaciones sobre la maternidad de mujeres con discapacidad:

“Sí, el querer asexuar a las personas con discapacidad es muy constante, porque
¿Y cómo va a tener una hija? ¿Y ya con discapacidad a ella no le parece que…? ¿Y
no les parece más irresponsable una mujer que tiene 10 hijos y vive en la calle?
¿No les parece irresponsable eso? En cambio una mujer con todo el amor que
tiene, el corazón, ¿va a detener un hijo así tenga un síndrome de Down? ¿Qué es
más responsable o irresponsable? ¿Quién tiene más amor por un hijo o quién no?
Sino que son decisiones qué quieren tomar los otros por uno, (…) por eso es la
esterilización, entonces “de una vez esterilicemos porque tan tierna, tan linda, es
una muñequita” Si, realmente es una muñequita, una muñequita que es el juguete
de todo el mundo, va a ser esterilizada” (Mujer que vive la discapacidad, 41 años)

Frente al tema de maternidad las mujeres que vivencian la discapacidad plantean:


“Es que no es solamente tener el útero, no es solamente porque seamos mama y
tengamos útero se te da el derecho a participar en ese rol, no es que tu tiene que
tener otras cosas aparte de tu útero, y esas otras cosas son por ejemplo un grado de
conciencia, contexto familiar, que aunque tenga una dificultad tiene alguna idea de

87
que eso que está ahí desarrollándose es de ella (...) para mí ni síndromes, ni
autismo severo, moderado, ni siquiera leve el autismo es muy complejo, es Déficit
cognitivo ni profundo ni moderado ni severo no!”(Mujeres Que Vivencian La
Discapacidad)

El tema de la maternidad resulta complejo de asumir ya que los imaginarios frente a

discapacidad rondan distintos escenarios y diversas opiniones, sin embargo es de especial

cuidado atender las implicaciones que en términos de género y discapacidad pueden ser

reconocidas en estos discursos. La maternidad de personas con discapacidad (sensorial,

física o mental) como un tema de alerta refleja por ejemplo, que la visión del eterno niño y

la eterna niña es una constante que aplica a todas las personas con discapacidad, pero que

se intensifica en aquellas personas que tiene discapacidad de orden mental o psicosocial; las

condiciones en términos de genero de las mujeres con discapacidad mental o psicosocial se

intensifican y se justifican, ya que giran en torno a la ausencia de conciencia y la

imposibilidad de dimensionar lo que implica la maternidad, es por ello que ha surgido la

esterilización como una apuesta médica para controlar la discapacidad en términos del

nacimiento de personas con discapacidad, y la sujeción de los mismo a un modelo

normalizador.

“El tema de la esterilización, porque se cree que es la única salida, entonces


porque no esterilizan a todas las mujeres, el tema de esterilización es por
embarazo, entonces realmente si es grave que queden embarazadas, por qué cómo
van a ser mamas?, pero realmente se ataca el problema cuando se esteriliza una
mujer?, se vuelve tres veces más vulnerable según los estudio porque ahora ni
siquiera queda embarazada, ahora la violencia se triplica, ósea antes por lo menos
está el susto quedara embarazada” (Mujer que vive la discapacidad, 41 años)

Aunque sea un tema de especial atención es importante recoger los planteamientos

de quienes participaron del ejercicio, y entender que estas construcciones surgen a partir de

cómo se proyecta la mujer en la sociedad y cómo está siendo visualizada la persona con

88
discapacidad. El negar por ejemplo la maternidad para ciertas poblaciones y hablar en

términos de esterilización sin recoger los intereses o proyecciones de las personas con

discapacidad, es recaer en el punto donde estas personas son vistas como aquellos y

aquellas que deben ser sobreprotegidos, a quienes se les dificulta realizar tareas sociales y

que por lo tanto su participación social es nula.

Una de las mujeres que viven la discapacidad es madre, por ello es valioso recoger

su interpretación frente al tema.

“Si tú tienes un novio, pues que espera de eso, como que ya eso es ya lo
normalizan, pero como hay gente que todavía te ve como la niña, ay es que ella es
mi niña! tiene una discapacidad. Como va hacer? Pero ya después de que esto, es
como algo muy normal como uno demostrar que pues la vida es así yo también
puedo. (..) está en decir ey! yo no puedo ser independiente por que ahora alguien
va a depender de mí, no fue fácil, porque pues tener a un chiquitín realmente no es
fácil, demostrarle a todo el mundo que tú también puedes ser madre, no fue fácil,
pero bueno lo logre.” (Mujer que vive la discapacidad, 27 años)

Por otra parte, y como elemento que determina a las mujeres con discapacidad en

contextos sociales surgen a partir del imaginario de la mujer con discapacidad desde la

ausencia de belleza, independencia, autonomía, capacidades que en contexto de una

sociedad patriarcal ha permitido que las mujeres con discapacidad tengan una vida de

extremos cuidados por parte de las familias y las instituciones en su afán de prevenir y

proteger a un ser que desde cualquier punto se identifique como vulnerable. Estas

conductas paternalistas y asistencialista han provocado en las mujeres con discapacidad

dependencia y baja autoestima en relación a los hombres con discapacidad y las mujeres

regulares que cumplen con los estereotipos estándares para la mujer.

Es común una situación de sobreprotección mayor que la que suelen tener el resto
de las personas que, lejos de suponer una mayor consideración, en último término,
da lugar a un menor grado de autonomía y toma de decisiones, considerándolas
como niñas a lo largo de su vida y hurtándoles el derecho a desempeñar incluso los

89
roles tradicionales de género: esposa, madre, cuidadora, etc. (Conde Rodríguez ,
Portillo Mayorga , & Shun, 2006, pág. 135)

Este elemento fuera de proveer de oportunidades a las mujeres con discapacidad,

imposibilita el ejercicio de la participación en distintos escenarios, restringiendo en ellas la

construcción de habilidades que permitan una independencia en actividades de la vida

diaria de alta o baja complejidad. Este elemento de sobreprotección al que son sujetas las

mujeres con discapacidad implica el bajo índice de mujeres que tiene la posibilidad de

acceder al campo laboral o educativo. Sin saberlo, las familias se convierten en obstáculos

que desde estas prácticas imposibilitan en efecto, la realización de distintos derechos que

permitan a las mujeres con discapacidad formarse como sujetas de derechos.

“Si hay una sobre protección unos esquemas implantados ahí no se desde hace
cuánto y si lo vemos a discapacidad pues lo vemos multiplicado, porque la niña no
pude salir sola que si la niña va a salir entonces quien la va a acompañar, y no
hablamos de trayectos largos, hablamos de trayectos cortos de ir a la tienda hacer
un mandado, no la envía sola porque de pronto el vecino, o el amigo de pronto la
roban o bota la plata entonces sí se ve más marcado en la mujeres”(Mujeres Que
Vivencian La Discapacidad)

Violencia De Género

La histórica situación de las mujeres encuentra justificación en la implementación

de una serie de estrategias políticas que legitiman un orden donde el hombre se posiciona

así mismo como el centro de la humanidad. Dichas estrategias se traducen en dinámicas de

violencia directa, simbólica y estructural que han marginado la vida de las mujeres y las ha

posicionado como el sexo débil al servicio del hombre.

Es importante entender que la violencia promovida por el orden patriarcal no es

solamente a mujeres, si no aquellos cuerpos feminizados como el de los niños y las niñas,

los ancianos, las personas con discapacidad y las personas con identidades de género que

90
extrapolan su sexo. Estos cuerpos feminizados enfrentan dinámicas violentas donde no es

necesario el golpe, una palabra o una cicatriz para identificar que se trata de un acto

violento, si no que a partir de la negación de una serie de derechos se presenta un tipo de

violencia estructural.

El dominio que el sistema patriarcal ha ejercido sobre las mujeres se refleja en el

dominio sobre los cuerpos de las mismas; donde las mujeres han modificado su cuerpo y lo

condicionan a los estándares que se han construido fruto de dicho sistema:

“Pero es que no quiero es no quiero, y como se ha visto el sexo débil, y yo puedo


hacer con tu cuerpo y tengo poder sobre tu cuerpo, y sobre todo lo que tiene que
ver como tu cuerpo es el ejercicio de un derecho, el ejercicio de lo que tu deseas”
(Mujer que vive la discapacidad, 41 años)

En el informe “Mujeres abriendo caminos, un nuevo acceso a la justicia” (Alcaldia

Mayor de Bogotá, 2012) plantea que “el cuerpo de la mujer se constituye como un cuerpo

potencialmente victimizante, agredible, violentable, un ejercicio de constitución que se da

en términos del establecimiento y el mantenimiento de un dominio y una posesión, lo cual

implica una relación jerarquizada donde las posiciones y los lugares a ocupar se hallan

previamente establecidos bajo la lógica biológica del sexo. (pág. 7) La violencia encuentra

sustento en la visión jerarquizante que proporciona en sistema patriarcal, que al difundir la

imagen del hombre sobre la mujer promueve un ejercicio de la violencia como sustento de

poder.

La permanecía de un discurso donde las comunidades que no caben dentro de ese

estatus homogeneizador son consideradas como los otros o las otras, han planteado

históricas relaciones antagónicas entre hombres y mujeres, ya que visualizar al otro o la

91
otra como diferente en términos de inferioridad, promueve unas dinámicas de violencia

expresadas en distintas formas.

“porque no existe ese respeto hacia la mujer en cuanto a verla como un sujeto igual
a mí, a los hombres, entonces lo hombres nos ven a nosotras y dicen no ¡son viejas,
mujeres!, en cambio no ve a otro hombre y lo miden entre comillas, entre si es más
fuerte, o si es igual de fuerte a él, pero entonces yo creo que eso mismo lo
fortalecemos nosotras” (Mujer que vive la discapacidad, 26 años)

Este modelo donde la figura del hombre fuerte, dominante y autoritario distingue a

unos u otros victimiza bajo sus prácticas no solo a mujeres, sino también a todos y todas

aquellas que no se encuentran recogidos bajo esos cánones de masculinidad. Por esto

mismo hablar de violencia de género es hablar de violencia a hombres y mujeres por

cuestiones de patriarcado y sus implicaciones en la vida de las personas. Es indispensable

esta aclaración para entender que los hombres también son víctimas de violencia de género

y se puede expresar justamente en el cumplimiento de dicho canon a través de cualquier

estrategia o medio.

“Precisamente esas dinámicas son tan machistas, tan patriarcales que se considera
que si hombre va a ser una denuncia que porque una mujer le cogió la nalga, dicen
¡a este man que qué le pasa!; en cambio si una mujer va y dice, ese tipo me miró,
ese tipo me toco, me rozo, cierto! Entonces ya las cuestiones son diferentes,
entonces yo digo! El tema de la violencia de genero relacionada con ese caso
particular, pues es una cuestión precisamente que está fortaleciendo no tiene que
ver simplemente con el género, son situaciones que independientemente orientadas
a hombres o mujeres” (Mujer que vive la discapacidad, 26 años)

“(…)Aunque hay mujeres también contra hombres, pero estos que se visibiliza
menos porque es el mismo tema del poder y del machismo, cómo va a decir este
hombre que la esposa le pega? ¡No que oso!” (Mujer que vive la discapacidad, 41
años)

En relación a la feminización de los cuerpos, las dinámicas propias de un modelo

patriarcal ejercen violencia no solo de hombre a mujeres, si no de mujeres entre sí y de

mujeres ante hombres, y aunque sea complejo de entender, la visión entre las persona no

92
como pares, si no como inferiores y propenso a ser violentado, son herencias de un sistema

de géneros que antagoniza las relaciones entre los seres humanos. En términos de

discapacidad la violencia es ejercida también sobre los hombres y niños con discapacidad,

más se presta mayor atención a la violencia contra las mujeres, que desde la dinámica

patriarcal victimiza fundamentalmente a los cuerpos femeninos.

“- yo considero que no, no hay una diferencia, tanto del niño como de la niña o el
adolescente, de la mujer pueden abusar de igual forma que del hombre, no llegar de
pronto al acceso carnal como tal, pero si, en la mujer se puede dar de igual manera
que con un chico (...) incluso han sido más los niños violentados sexualmente que
las niñas por que se protege de alguna manera más la niña de pronto por ese
miedo, porque la niña es más vulnerable por que la niña.
- Además porque las implicaciones para la niña son diferentes, de pronto un
embarazo
- y por ejemplo se escuchan más casos de niñas que han sido abusadas que de
niños, se escucha! Porqué se reporta pero no quiere decir que con los chicos no se
ve, si se escucha más en niñas y es recurrente en el punto que ha sido abusada por
el hermano, por el papa por el abuelo, si eso si es recurrente, sobre todo por que
desafortunadamente ellas entran en su etapa de desarrollo y ellas son vulnerables
como todo,(...) ellos si tiene ese imaginario de tener, pues imaginario no! pero si
aspiran a tener su pareja a tener una relación, y pues en esos momento ellos son
vulnerables porque no tienen ese grado de conciencia de identificar la maldad.”
(Mujeres Que Vivencian La Discapacidad)

DISCAPACIDAD

Para el ejercicio investigativo, tras realizar un barrido bibliográfico y como producto

de una reflexión desde lo teórico y lo practicó se entiende la discapacidad como un

concepto dinámico que comprende a las personas en relación a condiciones sociales,

ambientales, políticas, económicas y culturales que pueden posibilitar e imposibilitar el

ejercicio pleno de derechos y de la participación

La categoría de discapacidad es vista desde la comprensión multidimensional e

incluyente del concepto, ya que en la concepción dinámica que recoge los elementos

93
contextuales a nivel político, económico, social y cultural adscribirse a una sola postura

imposibilitaría la dialéctica del mismo entre la persona y el ambiente.

Desde la política pública de discapacidad que para Bogotá rige del 2007 al 2020, en

el artículo 3 del título 2, se plantea que la discapacidad “no responde a un único concepto,

en el momento actual no existe un consenso universal en su significado y como lo explica

su definición no es un simple ejercicio semántico sino que adquiere importantes

implicaciones en investigación social económica y política” (Alcaldía Mayor de Bogotá,

2007).

Frente a la conceptualización de discapacidad se reconoce, como lo plantea Gómez

& Cuervo “que el ejercicio de conceptualización no solo se orienta a afirmar qué es o no es

la discapacidad; este constituye un asunto medular en cuanto tiene implicaciones políticas y

prácticas, como en la medición de prevalencia de discapacidad, formulación de política,

construcción de sistemas de información, entre otros, que inciden en forma directa en la

vida de las personas con discapacidades; por ejemplo, en los beneficiarios de ciertos

servicios y privilegios sociales.” (2007, pág. 18)

Es desde esta mirada desde donde se construyen los análisis desde lo teórico y lo

vivencial por las mujeres participantes del ejercicio.

Permanencia De Miradas Sobre La Discapacidad.

Las miradas y el análisis que se ha hecho en torno a la discapacidad han pasado por

el reconocimiento de la misma a partir de varias concepciones que ha logrado justificar la

discapacidad, y que a su vez promueven dinámicas en torno a ella. En la actualidad, desde

la academia se habla de un modelo social de la discapacidad, siendo producto de unos

modelos anteriores que visualizaban a la persona con discapacidad y a la discapacidad

94
misma, como un factor externo producto de mandatos divinos y animistas. Este tipo de

discursos plantean unas realidades para las personas con discapacidad, ya que el no

reconocerlas como sujetos sociales, históricos y culturales implicaba no reconocerlos como

sujetas y sujetos de derechos. Como lo plantean las mujeres que viven al discapacidad.

“Claro, es que eso, la forma de nombrar tiene unas grandes implicaciones. Detrás
de una palabra hay una cantidad de conceptos. “Eres un ángel” ¿Qué es un ángel?
Un ángel es un ser alado que no estaba en la tierra, y asexuado, totalmente
asexuado.” (Mujer que vive la discapacidad, 41 años)

La permanencia de estas miradas y tratos específicos para las personas con

discapacidad, se ve reflejado en el modelo biomédico que sigue siendo el paradigma bajo

el cual se concibe a la persona con discapacidad y sobre el cual se generan unos tratos

específicos. Frente al modelo medico se plante que “La discapacidad es el resultado

ineludible de la enfermedad; esta mirada medicalizada la considera una cuestión que le

concierne solo a la persona que la posee, por lo tanto esta debe someterse al cuidado

médico y del equipo rehabilitador, quienes son los poseedores del conocimiento y, por

ende, saben lo que es mejor para recuperar la (su) normalidad” (Ortiz, 2012, pág. 70)

“Hay personas que todavía tienen una forma de ver la discapacidad como una
enfermedad si, entonces son personas que de cierta manera te conocen como
sujetos no completos, como sujetos entre comillas que no tienen la misma forma de
desempeñarse que una persona normal, entonces siempre parten de lo que tú no
tienes para sobresalir lo que no tienes, lo que te hace falta, dicen, ¡no! pero es que
¿cómo si es ciego?, ¿si es sordo?, pero entonces no ven más allá, cuando se parte
de la deficiencia física o la dificultad física, o intelectual, entonces siempre se va a
ver como el menos, como ese sujeto que no puede” (Mujer que vive la
discapacidad, 26 años)

Además de comprender la discapacidad como una enfermedad, se mantiene el

discurso donde la discapacidad es de orden individual y de tratamiento médico, por lo cual

la sociedad, las instituciones y el estado no juegan un papel activo en la superación de

95
barreras que acentúan la discapacidad. Este imaginario donde la problemática se centra en

la persona y es de orden médico, es decir que la situación responde a una enfermedad, hace

que se generalicen unos imaginarios desde la imperfección, la anormalidad, la enfermedad.

La sociedad ha relacionado categorías que reciben una correspondencia por la carga

simbólica de las mismas, es decir, relacionan lo bonito con lo agradable, lo bueno lo

positivo; es evidente que la enfermedad se distancia de ello, y se relaciona más con

deformidad, fealdad etc., categorías que afectan negativamente a quien las posee ya que

perturban su condición social. (Ortiz, 2012, pág. 99)

“Es que la gente con discapacidad no sabe hacer, no hace no sabe, son feos, son
sucios, huelen mal, y sí! ósea todo lo mal y lo negativo se le califica a una persona
con discapacidad, es que no puede, es que pobrecitos, tan lindos tan angelitos, todo
lo que puedes hacer, realmente yo quedo anonadada, y ¡todo lo que haces con tu
cuerpo, y felicitaciones porque corres con las piernas!, yo hago con mi cuerpo lo
que pueda hacer, pero yo no te estoy felicitando a ti porque eres una dura con las
piernas, ¿caminas?, ¡no realmente te felicito, eres una héroe!, no! desde ese cuerpo
que se asemeja a mí y yo con este cuerpo hago esto.” (Mujer que vive la
discapacidad, 41 años)

La permanencia de esta mirada permite explicar la razón por la cual las personas

con discapacidad son vistas desde la necesidad de cuidados, donde lo médico prima

cualquier otro elemento y donde se evidencia en gran escala la imposibilidad de participar

en espacios sociales, políticos y económicos. Esto permite evidenciar las razones por las

cuales las personas con discapacidad son relegados de la toma de decisiones y consagradas

a labores sociales de baja complejidad limitando el acceso al campo laborar y educativo.

“Siempre te ven que se tiene que sobreproteger, entonces yo creo que es por eso
que las personas te tienen con esa noción de que somos niños, muchos dicen que
somos ángeles, que no hacemos nada, que somos inocentes y pues realmente no, yo
creo que cada persona con discapacidad se da como dar a conocer puede decirse,
de pronto eso se ve más enarcado apersonas con discapacidad intelectual porque
siempre se suele como ay tan lindo, tan hermoso” (Mujer que vive la discapacidad,
27 años)

96
“Las personas con discapacidad todavía somos siendo vistas, digamos viéndonos
ante los ojos de los demás como los enfermos, entonces hay, es que la enfermita,
pobrecita la muchacha, cuando uno viene de un ambiente como el mío que es el
ambiente del campo, del pueblo, entonces no! la niña ciega, siempre es la hija de,
pero no tiene nombre, si la hija, si la muchacha esa, porque pues a pesar de que
eres un adulto, sigues siendo la niña, la niña ciega , si! Entonces ha sido muy difícil
porque tú tienes que luchar contra esos imaginarios, eso es en primer lugar como la
parte más complicada.” (Mujer que vive la discapacidad, 26 años)

Aunque los avances en términos conceptuales son evidentes, en sociedades como la

colombiana persiste la presencia de modelos que implican una sobrevaloración o

infravaloración de la persona con discapacidad, trayendo consigo grandes implicaciones

para el ejercicio de derechos y la participación social de las personas con discapacidad.

Concebir a la persona desde la discapacidad plantea unas dinámicas concretas que

se traducen a las posibilidades que el entorno pueda otorgar para que el imaginario del

“enfermo y el discapacitado” no influya en el desarrollo como personas y como sujeto

social, sino que pueda oponerse a dichos imaginarios y permitir la construcción de

discursos que posicionen a la persona con discapacidad como gestor de su propia realidad;

el ofrecimiento de apoyos, el trabajo conjunto, pero sobre todo la visión de la persona desde

la posibilidad son claves para abrir espacios donde las personas por el simple hecho de

serlo pueda participar de procesos sociales, tenga o no discapacidad.

“Yo no puedo esperar niveles de conciencia de una niña con autismo severo,
porque no tiene un nivel de conciencia de sí misma ni de su contexto, porque no
sabe ni ir al baño sola, ni comer sola igual no hay ningún cuidado ni de ella misma,
ni hacia ella mismo por que no sabe ni puede” (Mujeres Que Vivencian La
Discapacidad)

Discapacidad Asunto De Todos Y De Todas

La discapacidad y las concepciones que se han construido en torno a ella plantean la

importancia del componen social, ya que este condiciona la forma como es concebida pero

97
también como es asumida y practicada. Es necesario llevar el discurso social de la

discapacidad a la práctica y entender que las barreras que la generan deben ser resueltas por

todos y todas las personas, donde se comprenda que la participación de las instituciones es

indispensable para la trasformación del discurso sobre la discapacidad.

Desde este punto, la discapacidad deja de ser entendida como un hecho individual y

pasa a ser comprendida desde el componente colectivo y social que influye en la

permanencia y fortalecimiento de la discapacidad, o que permite la eliminación de la misma

a partir de acciones individuales, colectivas, personales e institucionalizadas.

“la discapacidad no es solamente relacionada con una concepción médica, sino


que la discapacidad ha pasado de ser digamos como, una concepción social, la
discapacidad no está situada en mí, sino es esta problemática que se da alrededor
de cómo la sociedad ósea, la discapacidad aparece en el momento en que yo no
puedo desarrollarme en una sociedad que está diseñada para unos cuantos” (Mujer
que vive la discapacidad, 41 años)

Desde este punto se debe interpretar la discapacidad desde un contexto de ciudad

que en términos estructurales, jurídicos y sociales ha sido construida desde una óptica

homogenizante que posibilita el acceso de aquellas y aquellos que no respondan a su

modelo normalizador. En consecuencia, la discapacidad es una condición que ocurre o se

da por la sumatoria de factores relacionados con el entorno donde se encuentra la persona,

que oprimen y excluyen a los sujetos por medio de barreras sociales. (ver tabla 2).

La mirada homogenizante y normalizadora, obstaculiza el comprender la diferencia

como un elemento valioso de la humanidad; la discapacidad como un factor irreversible en

términos negativos ha sido el lema bajo el cual las sociedades han construido el imaginario

de discapacidad, promoviendo actitudes excluyentes que imposibilitan vivir la discapacidad

desde lo positivo, primando lo negativo de la persona diferente que no pudo adaptarse a lo

98
establecido. Es por ello que la discapacidad no solo aparece cuando un edificio no está

condicionado en términos arquitectónicos, o cuando no hay un código de comunicación

distinto a la palabra hablada, sino también cuando las actitudes de las personas reflejan el

arraigo de dichos imaginarios.

“ Tu llegas a una cita y todo mundo te ve con discapacidad y como, pero no nos
habías dicho?, pero no los había dicho que!, pero usted tampoco me había dicho
que era gordo?, tampoco me había dicho que era alto?, usted tampoco me dijo que
era de Panamá?, pues me hubiera preguntado le hubiera dicho, no tengo ningún
problema, (...) porque habitualmente la gente no está acostumbrada que en los
roles sociales y en las distintas relaciones sociales participen personas con
discapacidad, pues claro la gente queda intimidada y como desconcertada y no
sabe cómo actuar, pero es actuar como si no fuera un extraterrestre.” (Mujer que
vive la discapacidad, 41 años)

El no saber asumir la discapacidad y partir del desconocimiento y la visión

impersonal sobre la misma ha sido un elemento importante para el surgimiento de

exclusiones, violaciones de derechos y la imposibilidad de generar una inclusión verdadera.

Frente a ello el modelo universal plantea que la “discapacidad es una condición propia de la

condición humana, ya que todas las personas tienen diferentes grados de discapacidad

frente a ciertas tareas y demandas de la sociedad. Por lo tanto, no es posible hacer una

clasificación entre personas con y sin discapacidad, ya que todos tenemos capacidades

diferentes para tareas diferentes” (Ver tabla 2).

“Digamos que para eso las actitudes negativas, porque hay gente que es como a
cada rato que te dice es que tú no puedes, ¿tu cómo vas hacer si es que no ves? Es
que en todo lado cuando te cierran las puertas y tú vas a entrar a un discoteca y de
un momento a otro como que no te atienden porque es que ¡a ver! ¡Tú no ves! o sea
primero ellos, uno ve que les da ese temor de afrontar de cómo te voy a tratar a ti,
uno como que se siente vulnerado. Aunque sea hábleme y yo le digo como me trata
primero, y también es esa actitud de que tú no puedes, ¿tu cómo vas hacer? es que
como usted no puede ver entonces usted como va estudiar, ¿usted cómo va hacer?
Yo había entrado al Sena y me dijeron como que ¡no!, yo iba a estudiar
manipulación de alimentos, me dijeron como usted que hace acá, ¿qué tal se corte?
O sea ¿qué tal se queme? o sea yo decía son cosas como que uno ¡a ver!, ni

99
siquiera me ha dado la oportunidad para saber si yo puedo o no puedo hacer esa
cosas, y dijeron definitivamente ¡no! Usted no puede estudiar acá.” (Mujer que vive
la discapacidad, 27 años)

Las barreras que limitan a las personas con discapacidad a acceder a una vida, en

términos de derechos igualitaria, está sustentado bajo los imaginarios que se tejen sobre la

discapacidad, y aunque se hable de un modelo social de la discapacidad, es preciso aclarar

que en lo practico la discapacidad sigue siendo vista como un asunto del individuo, un

asunto médico, e impersonal; estas visiones promueven, como lo plantean las mujeres que

viven la discapacidad, múltiples exclusiones y segregaciones.

Personas Con Discapacidad Sujetos Y Sujetas De Derechos.

Los imaginarios de las personas con discapacidad se han configurado producto de

factores históricos que han ubicado en distintos lugares y bajo diversas miradas a la

discapacidad. Como se ha nombrado anteriormente la permanencia de algunos modelos que

ven a la persona con discapacidad desde la enfermedad, impiden la comprensión social e

histórica de la misma, promoviendo dinámicas que condicionan la efectividad de los

derechos de esta población. Fortalecer la visión del necesitado desde la lastima, margina a

la población en la medida que no son vistos como un ciudadano o una ciudadana, si no

como sujetos que carecen de habilidades y capacidades por lo cual su valor como persona

también esta subvalorado.

Del modelo social, que permite identificar factores de tipo político, jurídico y

actitudinal surge otro modelo que plantea desde el activismo político la construcción de una

visión de la discapacidad que responda al momento histórico, donde las personas con

discapacidad al considerarse como sujetas y sujetos de derechos inician una lucha

100
reivindicativa de aquellos derechos históricamente vulnerados producto de una mala

comprensión sobre la discapacidad.

El modelo político activista enfatiza “el reconocimiento de las personas en situación

de discapacidad como miembros de un grupo excluido históricamente por la sociedad;

resaltan las relaciones de poder entre las personas en situación de discapacidad como un

colectivo colonizado por un grupo opresor, profesionales de la salud, que con su punto de

vista decide sobre lo que está bien o mal para estas personas. Las limitaciones en el acceso

a la salud, a la educación o a la vivienda son una consecuencia de las actitudes de la

persona sin discapacidad y del intencional relegó político”.

“No somos vistos como sujetos de derechos, estamos vistos como sobrevalorados, o
subvalorados, porque es el ¡pobrecito o es el héroe! Pero nunca somos vistos
como pares, y al ser vistos como pares de derechos, pero ¡no! o estás aquí o aquí,
pero nunca somos vistos como pares, somos muy o menos.” (Mujer que vive la
discapacidad, 41 años)

Las implicaciones que trae consigo generar una mirada de la discapacidad

deficiencia ha imposibilitado el ejercicio de los derechos humanos para la población con

discapacidad. Esto se refuerza en la medida en que estas personas no son concebidas desde

la autonomía e independencia si no desde las necesidades, los esfuerzos extra que se deben

realizar y los tratos especiales que una sociedad creada desde la homogenización no está

dispuesta a otorgar. Esto, más las implicaciones que trae el pertenecer a una sociedad de

carácter neoliberal, donde el capital y la fuerza de trabajo son elementos indispensables

para poder denominarse ciudadano o ciudadana y hacer efectivos sus derechos, condicionan

y agravan la situación de las personas con discapacidad.

Es por esta violación sistemática de los derechos de las persona con discapacidad

que ha sido necesaria la declaración de derechos especiales, convenciones, decretos y

101
políticas públicas que recojan y permitan una efectividad real de los derechos de las

personas con discapacidad.

“Ante la ley somos iguales, somos como cualquier otro ciudadano, entonces los
derechos de las personas con discapacidad, son los mismos (…) es que como se han
vendió vulnerando sistemáticamente han habido convenciones, que se han
ratificados, para que otra vez se tenga en cuenta, y en estas sobre todo la
convención de los derechos de las personas con discapacidad” (Mujer que vive la
discapacidad, 41 años)

Aun así, hay dos situaciones que se presentan en relación a los derechos de las

personas con discapacidad. La primera es que aunque Colombia tenga un conjunto extenso

y bien complejo de derechos para las personas con discapacidad, estos no son aplicados;

bien lo dicen dos mujeres entrevistadas:

“Pues realmente digamos que los derechos están ahí, están estipulados están
digamos la ley 1618 que se hicieron con personas con discapacidad debido a sus
necesidades, pero realmente esos derechos no se cumplen (…) En el Sena no me
dejaron estudiar, yo creo que también he tenido vulneración con las salud si?
Porque uno por ser una Persona con discapacidad muchas veces tiene que tener
ciertos medicamentos que pues tu discapacidad te lo exige y o te los dan si? Como
pues, son como todas esas cosas si la salud, si esas cosas básicas de la vida”
(Mujer que vive la discapacidad, 27 años)

“No tenemos igualdad de oportunidades como acceso, ya no puedes entrar a la U,


que quieres estudiar lo que quiere, no puedes estudiar en el colegio que quieres, así
tengas el dinero no puedes estudiar en el colegio que tú quieres porque resulta que
si el colegio tiene inclusión, entonces no te reciben ,entonces no puedes tener el
trabajo que quieres, ósea siempre ha habido como estas diferencias, que de cierta
manera te favorecen como persona con discapacidad en todos los ámbitos, salud,
todos, siempre ha estado hasta que no se cambie esa cultura creo que no va a poder
llegar a la igualdad y equidad. (…) entonces tú vas a un examen médico y te dicen
no, pero para que sí que es ciego para que se hace un examen con oftalmología si
usted ya no ve, entonces uno dice, ¡oye pero aja!, un control, no se!, no si usted es
ciego, échele tierrita entonces, es ilógico que tu no tengas el acceso supuestamente
siendo población entre comilla vulnerable, pero está siendo vulnerada desde esa
misma concepción o mala interpretación de los derechos” (Mujer que vive la
discapacidad, 26 años)

102
La segunda situación radica en el desconocimiento de los derechos; las familias y

las mismas personas con discapacidad se han acostumbrado a recibir beneficios y tratos

especiales por la condición, mas no reconocen que dichos beneficios son producto de unos

derechos que cobijan a las personas con discapacidad por lo cual se intensifica la “cultura

del favor” asumiendo que todo aquello que se otorga a la población es producto de la

caridad. Estas condiciones afectan significativamente a las poblaciones ya que al no

conocer el derecho se está imposibilitado el ejercicio del mismo en su papel como

ciudadano o ciudadana.

“En relación a los derechos de las personas con discapacidad: la verdad es que no
los tenemos muy claros y tampoco las familias las familias ni siquiera conocen que
sus hijos tienen unos derechos y por lo mismo no los hacen valer (…) Y que no
pelean, o sea no los conocen, no pelean y el gobierno no propone (...) es desde las
políticas que hay que trabajar, desde el gobierno que hay que trabajar para que las
personas y las familias puedan acceder, pero como las familias no pelean, no
discuten no van no se entera, pues entonces no hay una solución frente a
eso”(Mujeres Que Vivencian La Discapacidad)

Es importante rescatar la corresponsabilidad en relación al tema de discapacidad y al

tema de los derechos de las personas con discapacidad, ya que es reiterativo que la

discapacidad no es cuestión de la población con discapacidad sino de todos y todas aquellas

que están involucradas en ello, la discapacidad se vivencia en un contexto que desconoce la

diferencia, la discapacidad es vivida por su presencia en todo espacio.

Discapacidad, Diversidad Y Diferencia

Desde el modelo social de discapacidad que se sustenta bajo una amplia perspectiva

de derechos, la persona es comprendida desde la dignidad como valor intrínseco de cada

ser, que permite en efecto un trato equitativo desde una visión incluyente. Constituir una

visión de la discapacidad desde la diversidad y la diferencia implican una establecer una

103
aclaración, ya que un trato sobre la población con discapacidad en términos de la igualdad

no puede significar una homogenización, la igualdad en la aplicación de derechos debe

estar entendida desde la diferencia.

“Apelar a la igualdad no equivale a decir que no existan diferencias entre las


personas, sino más bien que una sociedad que respeta auténticamente el principio
de igualdad, es aquella que adopta un criterio inclusivo respecto de las diferencias
humanas, y las tiene en cuenta en forma positiva” (Palacios, 2008, pág. 167)

Cuando se habla de discapacidad se remite inmediatamente a la falencia, el daño o

la enfermedad, se centra la atención en las deficiencias, los desaciertos y lo negativo, lo que

no está o no se puede hacer por cierta condición. El enfoque diferencial permite identificar

a las personas desde las diferencias positiva que abandona la mirada homogeneizadora

imposibilidad la construcción de procesos democráticos, donde las personas son percibidas

desde sus posibilidades.

“Para mí la discapacidad es una cosa diferente, yo no considero la discapacidad


como una capacidad disminuida como seria la definición etimológica por decirlo de
alguna manera, sino yo lo veo más desde la diferencia, las posibilidades diferentes,
las habilidades diferentes. (...) Entonces obviamente que si lo tenemos que definir
desde una postura biológica, pues sí, el tema de la funcionalidad, el órgano y todo
ese tipo de cuestiones, médicas y biologías que tiene que existir, claro que existen,
pero si lo vemos desde una construcción más social desde un modelo más social, yo
lo veo como las capacidades diferentes como otras formas, de hacer algo, otra
forma de vivir, de que son igualmente validad, y que son simplemente diferentes en
medio de nuestra diversidad, porque pues todos somos diferentes
independientemente o no si tenemos discapacidad” (Mujer que vive la
discapacidad, 26 años)

Dentro de los paradigmas de normalización se busca homogenizar a todas las

personas, impidiendo la construcción de nuevas formas de entender la humanidad. La

diversidad se plantea como el elemento más valioso de la humanidad ya que este permite

diversificar puntos de vista y enriquecerlos a partir de una mirada que parta de la diferencia

como la posibilidad, no como algo negativo. “(…) la circunstancia de ser distinto y

104
diferente, pero también a la de ser desigual, lo que no sólo se manifiesta en una forma de

ser variada, sino de poder ser, de tener posibilidades de ser y de participar en los bienes

sociales, económicos y culturales (...) Lo diverso lo contraponerse a lo homogéneo (...) lo

desigual lo confrontamos con la nivelación y ésta es una aspiración básica de la educación

que es, capacitación para poder ser. En realidad, una actitud de respeto hacia la diversidad

en la sociedad democrática actual se entiende como la aceptación del pluralismo existente

(…) La búsqueda de la igualdad es la lucha por que algunas de las diferencias entre los

seres humanos (...) no se conviertan en murallas para el imposible ejercicio de la libertad de

los menos dotados en esa sociedad democrática” (Gimeno, 1996, pág. 59)

Las mujeres que viven la discapacidad plantean que la diferencia:

“Es lo que hace que haya un mundo cambiante y mundo de lleno de posibilidades,
pero como todos queremos que este bajo un, como un paradigma de normalidad,
que todo esté dentro de los cánones (…) pero todo tiene que ser dentro de
parámetros de normalidad, y si te sales de ahí, mal, no estas cumpliendo, y eso en
una sociedad que pone que seamos así, pero el que se sale, es revolucionario el que
es distinto, es lo peor, acabemos con estos, porque el sistema no quiere, quiere todo
un control social” (Mujer que vive la discapacidad, 41 años)

El modelo de la igualdad que reconoce en la diferencia las posibilidades de crear y

fortalecer procesos democráticos de participación, plantea que en lo práctico se deben tener

en cuenta dos elementos indispensables para el ejercicio y la aplicación de la misma. El

primero las políticas de la diferencia y el segundo las políticas distributivas. El primero

plantea que la diferencia que implica la discapacidad no sea usada negativamente y para

ello es necesario el reconocimiento de la diferencia que dicha condición implica; y en

segundo lugar, se requieren medidas y acciones tendentes a compensar de algún modo la

desigual distribución de los recursos, como consecuencia de dicha diferencia. (Palacios,

2008, pág. 168)

105
Lo que implica reconocer en primera instancia las implicaciones negativas dela

diferencia, pero a su vez plantea la ejecución de acciones y que respondan a las dinámicas

establecidas frente al tema. Es importante reconocer que partir de la igualdad, no puede

recaer en la homogenización de las prácticas institucionales y personales, sino que partir de

la diferencia implica reconocer en primera instancia las particularidades de los sujetos y las

sujetas para planear las acciones pertinentes para el acceso equitativo a derechos.

PARTICIPACIÓN

Partiendo de las bases teóricas que permiten realizar los análisis, y como parte de la

reflexión que implica reconocer en las voces de las mujeres que viven y vivencian la

discapacidad se reconoce la participación como un derecho y un privilegio de aquellas y

aquellos que a partir de sus posibilidades sociales, políticas, económicas y culturales

pueden hacer parte de un colectivo en la toma de decisiones trascendentales para el mismo.

La importancia en la toma de decisiones surge de la incidencia de las mismas en el

curso de la vida personal, pero también en las implicaciones que trae para una colectividad,

la participación se sentirse parte de algo donde las acciones que como individuo se efectúen

puedan aportar e influenciar al grupo al que se pertenece, por lo cual “la participación es la

capacidad para expresar decisiones que sean reconocidas por el entorno social y que afectan

a la vida propia y/o a la vida de la comunidad en la que uno vive” (Hart R. , 1993, pág. 45)

En relación a lo reconocido en lo que manifiestan las mujeres que viven y vivencian

la discapacidad, la participación de las personas con discapacidad en el contexto

colombiano se encuentra mediada por los elementos que emergieron de las diálogos, y que

se describirán a continuación.

106
Manipulación Y Decoración

En términos de participación las personas con discapacidad han enfrentado una serie

de barreras producto de los imaginarios que la sociedad tiene sobre la discapacidad; en el

momento que una persona con discapacidad es determinada a partir de sus falencias, de los

errores y desaciertos (que encuentra justificación desde un paradigma normalizador),

surgen supuestos claves que condicionarán el desarrollo de la vida de las personas con

discapacidad, expresándose por ejemplo en las oportunidades y espacios de participación.

La construcción de una imagen de la discapacidad desde la diferencia, y como

nombraba en apartados anteriores, radica en la consideración de la dignidad como pilar

humano y punto de partida de cualquier sujeto o sujeta. Dentro de esa construcción de la

dignidad, Rafael de Asís, citado por Palacios plantea que a autonomía como un momento

utópico individual de realización de los planes de vida, de los proyectos vitales, de

satisfacción de necesidades, condicionado por la dimensión social de la actividad humana

(2008, pág. 168), está íntimamente relacionada como la dignidad en la medida que

reconoce a la persona como sujeto pensante, idealizador y constructivo.

La autonomía en relación a la discapacidad plantea elementos problemáticos

producto de los imaginarios sociales que acuden a la población; en primera medida lo

relacionado con la carencia de la posibilidad intelectual para, por ejemplo tomar decisiones.

Es por este imaginario que surgen elementos como la interdicción que planeta un abandono

de las oportunidades participativas reales en términos de derechos de las personas con

discapacidad. La interdicción se presenta como la asignación de un tutor o tutora que vela

por los derechos de la persona con discapacidad, y que además expresa bajo la toma

107
decisiones de carácter político, jurídico y de derechos los intereses de la persona con

discapacidad.

En la elaboración del ejercicio y los diálogos frente al tema de participación,

emergió el elemento de la interdicción donde las mujeres planteaban que:

“La interdicción es una muerte en vida, ósea tu autónoma y todo, y, ¿por qué las
mamás y sus papás y los familiares acceden a eso?, ¿conocen? Saben a lo que están
exponiendo a sus hijos cuando, porque son los médicos, ya le hizo la esterilización,
ya esterilizo? Y segundo ya interdicción? la interdicción es uno de los procesos más
comunes en temas jurídicos, la interdicción es súper alta, realmente la gente,
¡imagínate!, una persona con discapacidad no puede ni siquiera interponer un
derecho porque le están vulnerando los suyos, no puede hablar, su voz no la puede
hablar porque usted está interdicto, y lo que diga no!” (Mujer que vive la
discapacidad, 41 años)

Es claro que en este caso la mirada medica de la discapacidad y la permanencia de

modelos que condicionan la vida de la persona con discapacidad represente un riesgo que

atenta directamente sobre la participación de la persona con discapacidad. Los rótulos de

enfermo, inútil, incapaz han hecho que las sociedades giren en torno a las limitaciones de

las personas con discapacidad, eliminando de la población el factor autonomía y

recurriendo a estrategias como la interdicción soportadas en dichos imaginarios.

“Pero no estoy descuerdo en la interdicción en cómo se ha dibujado ahorita que se


concibe que las personas con discapacidad no tiene una determinación política, no
son sujetos de derechos, sujetos que puedan pensar actuar, que puedan hacer ese
tipo de cosas (...) la gente como que desdibuja la figura de la persona con
discapacidad entonces por eso mismo han sido declarados interdictos personas que
no tiene por qué serlo” (Mujer que vive la discapacidad, 26 años)

Este tema de la interdicción en términos participativos representa el nivel más bajo

de participación de una persona, ya que el tutor o tutora es quien asume las decisiones que

considere pare este correctas sin tener en cuenta los intereses, convicciones o pensamientos

de las personas; aun así este proceso y la dinámica bajo la que se desarrolla es considerado

108
participación, aunque realmente no lo sea. la negación de la participación de aquellas

personas que por distintos factores requieren un apoyo adicional (bien sea recurso humano

o material) para la toma de decisiones sustenta el nivel más bajo de participación en la

escala de Roger Hart denominado manipulación y decoración, donde las decisiones

expresan la voz del adulto o tutor quien manifiesta a través de él o ella su posición

imponiendo su voz y omitiendo la de la persona, o cuando la persona promueven una causa

sin que tengan conocimiento o inclinación a ella. (1993, pág. 9)

Frente al tema de interdicción se recogieron distintas consideraciones que parten de

la forma como la persona ha vivido y vivenciado la discapacidad, donde la influencia de los

imaginarios que se tejen sobre discapacidad condicionan la postura frente al tema. Es así

como las mujeres que vivencian la discapacidad plantean las siguientes posturas frente al

tema.

“Interdicción: Hacer que alguien sea responsable que este vigilando por sus
derechos y no sean vulnerados, otros que son vulnerados, pues vemos las familias
que prefieren ese camino fácil por lo mismo que te digo no hay una educación no
hay políticas que velen por esas personas por esos”
“Interdicción: Que todos tiene derechos participar pero es que tu como le vas a
solicitar a una persona que digamos este diagnosticada con un retardo metal por
ejemplo severo, incluso hay personas con un retardo mental moderado y pues el
hecho de que tú lo aísles a tomar ciertas de decisiones ya se eta diciendo que se
está segregando pero pues es que lo que hablábamos nosotros es dela conciencia si
hay decisiones que son vitales para esa personas y ellos no tiene todavía la
conciencia para tomar esas decisiones pues de alguna manera uno si tiene que
aislar a esa persona y que el adulto responsable de esa persona es quien toma las
decisiones, si ahí hay como se vería una segregación pero es que no es simplemente
una segregación si no se está buscando un bienestar” (Mujeres Que Vivencian La
Discapacidad)

Si bien, los imaginarios sociales en relación a discapacidad que disminuyen el

ejercicio de las libertades en la toma de decisiones recaen fuertemente sobre las personas

con discapacidad, se acentúan cuando a discapacidad intelectual se trata, imponiéndoles

109
una autonomía restringida, esto desde una perspectiva de la igualdad plantea una exclusión

y una ausencia en la efectividad de los derechos que reduce las oportunidades de

participación.

“Que la autonomía en ciertos casos se encuentre más restringida no significa que


deba ser anulada o ignorada. Como expresa María José Añón, la autonomía no es
tanto un punto de partida como un punto de llegada, lo que supone reconocer que
el individuo concreto tiene limitaciones en el orden del conocimiento teórico y
práctico. En lo que concierne a las personas con discapacidades intelectuales o
psicosociales, es evidente que en muchos casos la autonomía puede encontrarse
limitada, pero es en esos casos precisamente donde debe resaltarse el rol del
Derecho en cuanto a la garantía de desarrollo pleno del grado de autonomía
existente, por mínima que sea.” (Palacios, 2008, pág. 166)

La Decisión Como Poder Social

La participación como un derecho comprende que la efectividad del mismo se da en

la toma de decisiones que se hace a nivel individual pero también colectivo; en este punto

la decisión se configura como el poder social y político que reside en la persona que es

reconocida desde su individualidad como perteneciente a un grupo más amplio.

Desde este punto, y con los insumos expuestos con anterioridad se establecen unas

dicotomías para las personas con discapacidad que se traducen a su condición frente a la

toma de decisiones.

“Pero pienso que la participación en las personas con discapacidad ha sido muy
limitada, porque las voces de las personas no se han querido escuchar y para
participar están no solamente mi presencia sino ¿Qué digo? Yo puedo estar como
asistente pero ¿Participó? ¿La gente habló? ¿A la gente le dejaron escuchar su
voz? (…). Entonces la participación tiene que ver con hacer parte de la sociedad
pero con tus puntos de vista, tus opiniones, con tus acuerdos y desacuerdos, no es
solo tu presencia sino que esa presencia tenga una incidencia, porque el silencio
también es una forma de participar, pero tiene un incidencia.” (Mujer que vive la
discapacidad, 41 años)

110
Las personas con discapacidad hacen parte de un colectivo históricamente

segregado en la toma de decisiones, sobre la cual se han construido discursos desde la

academia pero sin contar con la participación de ellos y ellas mimas; la discapacidad y lo

que comprendemos de ella mayoritariamente ha sido construido desde experiencias y

discursos externos a la misma. Es por ello que en la práctica los escenarios participativos y

las precarias oportunidades que se dan en torno a las personas con discapacidad, están

sustentadas bajo la visión de la eterna dependencia de la persona y en la concepción de la

incapacidad para decidir.

Lo mencionado se superpone con la carencia de poder que caracteriza a las


personas con discapacidad, que se confirma en el limitado control y en las escasas
oportunidades en lo que respecta a sus propias decisiones de vida. Esto se verifica
a través de la aguda división existente entre aquellos que ejercitan el poder —como
en el caso de los profesionales de la salud, y aquellos que simplemente “cumplen
órdenes” —como el caso de las personas con discapacidad—. (Palacios, 2008, pág.
172)

Este tema se plantea como una lucha constante de las personas con discapacidad por

ser reconocidos como sujetos y sujetas sociales y de derechos, que desde su realidad

pueden construir las condiciones para desarrollar sus vidas desde el componente de la

autonomía, para tener el poder de decidir por sí mismos y romper con la tradición que ha

hecho que siempre sean personas externas quienes deciden por las personas con

discapacidad.

“¡Ey! un momentico, yo ya tengo cierta edad, yo tengo derechos a igual que todos.
Pues para mí no fue fácil, yo vengo de una hogar donde me sobreprotegían, yo era
considerada la niña que no rompe un plato, entonces uno como que tiene que decir,
¡no un momentico yo soy igual a todos! yo también tengo derecho, pues
actualmente tengo un hijo, no fue fácil, en mi casa fue el shock más terrible de
todos, decir no yo ya de un momento a otro, (...) uno está ligado a lo que te den,
desafortunadamente depender de los demás económicamente, pero llega un
momento en que uno dice, ¡no yo tengo que mirar a ver qué hago!, como hago pero
yo tengo que demostrar que yo también soy independiente igual a los demás y

111
también tengo los mismo derechos y puedo hacer las mismas cosas” (Mujer que
vive la discapacidad, 27 años)

La independencia en un contexto donde las personas son medida de acuerdo a


competencias como estándares a desarrollar, y bajo la perspectiva de muchos y muchas
profesionales de la discapacidad, esta es dimensionada “en términos de actividades de
autocuidado, tales como bañarse, vestirse, asearse, cocinar y comer sin asistencia. Las
personas con discapacidad, sin embargo, definen la independencia de manera diferente,
considerándola como la capacidad de autocontrol y de tomar las decisiones sobre la propia
vida, más que realizar actividades sin necesidad de ayuda.” (Palacios, 2008, pág. 142).

La independencia debía ser medida —no en relación con cuántas tareas pueden ser
realizadas sin asistencia—, sino en relación con la calidad de vida que se podía
lograr con asistencia. (pág. 112)

Participación, Mujer – Familia – Niña

La permanencia de elementos culturales, políticos, sociales concretos como poseer

un sistema de clases reforzado por un sistema de géneros, determina las oportunidades

participativas de las mujeres en la sociedad. La división sexual del trabajo, la influencia de

roles, estereotipos que desde el género y desde la discapacidad condicionan a las mujeres

con discapacidad representan elementos sustanciales en términos de participación. “La

imagen de la mujer discapacitada que impera en nuestra sociedad es la de un ser que se

hace depositario de sentimientos encontrados de lástima y rechazo, que no armoniza el

papel de mujer y madre. (…). Pero la situación opuesta también es un problema porque la

sobreprotección, lleva al aislamiento y a que las personas con discapacidad, no aprendan

destrezas sociales.” (Soler, 2008, pág. 17)

Aunque es un tema que se desarrolla en otro apartado, la condición de la mujer en la

sociedad, y sobre todo de la mujer con discapacidad la ha condiciona a relaciones de

112
sobreprotección, que implícitamente promueven situaciones de exclusión dando como

resultado una carente autonomía y precaria participación.

“Aunque también puede haber el tema del cuidado, de la sobreprotección de los


padres, que es la que me parece que puede hacer que trabajen menos mujeres. Si
porque “pobrecita, ¿cómo sale?, mejor que no vaya”, en cambio el hombre, por lo
menos va en la silla o va solo y no hay tanto tema de vulnerabilidad” (Mujer que
vive la discapacidad, 41 años)

En el análisis de elementos que puedan afectar la participación de la mujer con

discapacidad en el ámbito social (educativo y laboral) se encuentran que estos elementos

pueden ser de orden intrínseco (motivación o intereses)o extrínseco (de orden social,

cultural, político), sin embargo un elemento trascendental que obstaculiza la participación

de las mujeres con discapacidad es la sobreprotección de las familias que obstaculiza la

apertura de nuevos escenarios de participación donde la mujer pueda desarrollar su vida,

sus interés, sus orientaciones o sus deseos.

Esta sobreprotección ha sido fundamentalmente fortalecida desde la familia, que a

partir de esas dinámicas fundadas desde las concepciones sociales donde la mujer es más

vulnerable que el hombre, refuerzan la condición de la niña con discapacidad,

infantilizándola eternamente como sujeta participativa y autónoma en la toma de

decisiones.

“Porque digamos que no tenemos, como eso hace que no tengamos


autodeterminación y no tomemos decisión individual como sujeta individual si no
que esa decisiones las toman pues nuestras familias o las personas que nos rodean
eso hace que nos quedemos estancadas o en la casa, muchas veces es así, entonces
las mujeres con discapacitada esta es en la casa y son las familias las que hacen
todo por ellas, las que piensan por ellas las que tomas decisiones por ellas” (Mujer
que vive la discapacidad, 27 años)

La sobreprotección de la que han sido sujetas las mujeres con discapacidad

promueve diversas situaciones discriminatorias, que han imposibilitado a la mujer con

113
discapacidad la participación en distintos escenarios que le permitan la adquisición de

herramientas para construir una vida desde la autonomía e independencia. Este hecho ha

sentenciado a la mujer con discapacidad a una vida de dependencia que incrementa los

riesgo de enfrentar situaciones de violencia por su condición de mujer, ya que como se ha

nombrado anteriormente el acceso al trabajo, la educación, a una independencia económica

permite a la mujer romper con los círculos de dominación y vulneración, que en el caso de

una mujer con discapacidad se intensificarían.

La Mirada De Los Otros Sobre La Participación De Personas Con

Discapacidad.

Este tema encuentra como principal componente la mirada y las construcciones

sociales que se tejen en torno a discapacidad, dado que la forma como la sociedad y las

instituciones asuman la discapacidad inciden de manera significativa en el acceso o

limitación de espacios participativos. Siendo la discapacidad de origen social existen

elementos concretos que posibilitan o impiden la participación de las personas con

discapacidad.

Los imaginarios sociales se presentan como alternativas u obstáculos para la

apertura de espacios de participación de las personas con discapacidad. Una sociedad

moldeada desde la anulación de las formas diferentes de vida, que precariza la diferencia

como un factor negativo y peligroso y que promueve prácticas de inviabiliza e infravaloran

a las personas, genera una visión de la participación de la población con discapacidad,

como una oportunidad que se otorga fruto de las buenas intenciones, mas no es reconocida

como un derecho social que atañe a todas las personas tengan o no discapacidad.

114
“La gente tiene esas formas por que no te ven más allá, no creen que tú eres un
sujeto que puede hacer algo más de lo que se concibe como la mendicidad, o de
estar como el niño de la casa, como el que va a cuidar los papas hasta que se
muera” (…) “Entonces ya no eres la educadora especial o la licenciada, la
magister, la doctora, sino eres la cieguita que va a pedir trabajo” (Mujer que vive
la discapacidad, 26 años)

La oferta de oportunidades a la población con discapacidad reside en el imaginario

del favor y la caridad; la precarización de dichas oportunidades recae en la visión

marginada y disminuida de las personas con discapacidad donde, por ejemplo “las

elecciones de vida de estas personas no son consideradas tan merecedoras de apoyo social

como las de las personas sin discapacidad. Ello, que pareciera partir de la consideración de

que la vida de estas personas no goza del mismo valor, ha llevado a que las condiciones

materiales que las personas con discapacidad necesitan para tener el control sobre sus vidas

hayan sido ignoradas y desatendidas.” (Palacios, 2008, pág. 166)

“Cuando uno entra a un lado te dicen a ti te pagamos más poquito porque hay que
tener en cuenta que tu no ves bien y no vas hacer las cosas igual que los demás”
(Mujer que vive la discapacidad, 27 años)

Esto es vivido desde la discapacidad, pero también es presenciado desde las

profesionales que viven la discapacidad en el ejercicio de inclusión socio laboral de

personas con discapacidad cognitiva.

“Las empresas que contratan a la persona con discapacidad tienden primero,


muchísimos requisitos más que con unas personas sin dificultades, y en algunos
casos las labores que se les asignan son subvaloradas (…) solamente tiene una
discapacidad cognitiva ellos no son capaces de desarrollar o no son capaces de
decir aquí está su refrigerio o aquí está el baño” (Mujeres Que Vivencian La
Discapacidad)

La mirada excluyente, biologizada, desde el diagnóstico y la diferencia como factor

negativo ha generado percusiones para la población con discapacidad, en la medid que

dichos discursos se han impregnado de tal forma que las personas con discapacidad

115
encuentran refuerzo en el mismo, desde donde justifican su condición, se perpetúan y no

consideran que el cambio de visión también le corresponde a ellos y ellas mismas. Esto se

puede ver desde dos puntos de vista, el primero desde la auto marginación y el segundo

desde la autoexclusión

Auto marginación: “Como las personas con discapacidad no conocen sus derechos,
no se empoderan de un discurso entonces así mismo no participan, y se convierte en el
asistencialismo de que todo me den por que pobrecito yo, porque yo no puedo, si? (...)
también propongan cambios porque siempre nos quedamos en el –yo no puedo! Toca que
me ayuden toca que me den, ¡Pero no! Nosotros también tenemos que proponer como
facilitar que los procesos se vena, o sea la limitación de las barreras también depende de
nosotros, porque nos otros somos los que las conocemos, entonces hay que empoderarse
más” (Mujer que vive la discapacidad, 26 años)
Autoexclusión: “Eso es más difícil, cuando uno mismo se autoexcluye, ese es el
síntoma más grave: “¿yo para que voy a una fiesta de modelos? ¿Para qué? ¿Para
sentirme mal toda la noche? Me siento horrible, y le pasa a cualquiera, no solo al
discapacitado. Aunque uno debería anteponerse decir: “voy porque mi presencia es la que
hace que haya cambios, y si a la gente no le gusta, voy a estar ahí, pero porque lo quiero, y
voy a bailar en la mitad de la pista, y voy a sacar a bailar yo a alguien”, imagínate, sacar
a bailar a un hombre.” (Mujer que vive la discapacidad, 41 años)

Estas miradas surgen de los tratos mismos que han recibido las personas con

discapacidad, donde reforzado a partir de una visión asistencialista, la persona con

discapacidad es considerada desde la enfermedad, la necesidad de cuidados, la deficiencia,

que posibilita el fortalecimiento y la permanecía de la marginación en torno a la

discapacidad cuya expresión también radica en las formas como las personas con

discapacidad se asumen así mismos.

Del análisis de los diálogos emergió otro elemento que permite analizar las

construcciones en torno a la discapacidad y la gama de diferencias que se incluyen en el

término. Puede denominarse “diversidad dentro de la diversidad” ya que los imaginarios

que se constituyen entorno a discapacidad varían de acuerdo a si la discapacidad es de

orden sensorial, físico o intelectual. Frente a ello, es indispensable analizar que las

116
discapacidades de orden cognitivo representan mayores exclusiones en términos

participativos que las sensoriales o físicas, ya que la sobrevaloración del intelecto o la

razón, y la “ausencia” del mismo en las personas limita la toma de decisiones y las confiere

a una vida dependiente y excluyente.

“O sea es que mira que un persona con limitación visual pues el hecho de que no
pueda ver, inclusive una mujer que sea sorda, el hecho que no pueda escuchar no
quiere decir que no tiene la capacidad de tomar decisiones o resolver conflictos,
eso es muy diferente, aquí hablamos de una discapacidad Cognitiva, que implica
otras cosas, inclusive una mujer que no tenga sus piernas o que le falte un brazo, es
una persona con discapacidad pero es que esa discapacidad no le está afectado la
toma de decisiones en ninguna forma” (Mujeres Que Vivencian La Discapacidad)

Como se ha nombrado en diferentes ocasiones, la superación de este tipo de

prácticas parten del reconocimiento de la población con discapacidad desde el enfoque

diferencial, donde la visión de la persona desde la igualdad (no en términos

homogenizantes) es comprender la multiplicidad de posibilidades en la construcción de una

mirada de la discapacidad verdaderamente inclusiva, incluso dentro de la misma

discapacidad. Generar miradas de los sujetos desde la posibilidad, aunque utópico, pretende

suplantar en lo concreto la mirada desde el diagnóstico y la enfermedad, desde la carencia y

el impedimento, promoviendo de esta manera unas transformaciones que partan de lo

actitudinal pero que se traduzcan a lo político, a lo estructural, a lo accesible y a lo

participativo.

“En cambio en la medida en que estemos en los espacios, nuestra presencia y


nuestras voces hacen que hallan transformaciones sociales, porque si no participo
¿Dónde está mi voz? Y si no está mi voz por lo menos ¿Dónde está mi presencia?
“Ay sí, saben que, yo me di cuenta que no vinieron porque cuando vinieron no
pudieron entrar, cómo si estamos en el décimo piso y no hay ascensor, pero como
todos subimos por escaleras”. Entonces, si la gente no participa no se escuchan sus
voces, sus problemáticas, sus deseos, sus sueños y sus anhelos” (Mujer que vive la
discapacidad, 41 años)

117
Participación Y Roles De Las Mujeres

Los escenarios participativos que han sido diseñados en la sociedad parten de la

división como principio del modelo socio-económico y de géneros. Frente a estas

perspectivas los escenarios de participación en incidencia tanto de hombres como mujeres

están limitando bajo dichas construcciones que generan condiciones concretas de vida de

las mujeres. La división sexual del trabajo, ha sido una constante al analizar la situación de

las mujeres con discapacidad y de las mujeres sin discapacidad ya que condiciona la

participación y la apertura de espacios tanto para hombres como para mujeres.

Los imaginarios sociales que ubican tanto a mujeres como a hombre en lugares

específicos de la sociedad han sido decisivos para la histórica sujeción de la mujer, ya que

la mayoría de labores sociales cumplidas por mujer no han significado retribución en

términos de dinero. La división sexual del trabajo han permitido a los hombres desempeñar

tareas sociales en el ámbito público generado en las mujeres como comunidad, una

segregación en la toma de decisiones tanto a nivel social como familiar, ya que el no poseer

un ingreso económico ha hecho que las mujeres se encuentren en una dependencia

económica que intensifica las situación de violencia y sujeción.

Si bien es cierto, los roles que han desempeñado hombres y mujeres, las demandas

contextuales en términos económicos, políticos y sociales han impulsado a las mujeres a

abandonar un poco el rol tradicional y acceder a espacios que la provean de garantías

económicas y políticas. En el tema laboral, las mujeres ha escalado posiciones en empresas,

corporaciones que han significado una construcción diferente del ser mujer en la sociedad

contemporánea; sin embargo es claro enunciar que las mujeres, si bien se encuentran

incluidas en el mundo laboral, representando el sector más laborioso de la sociedad, los

118
cargos desempeñados en dichos espacios aún se encuentran limitados dadas las

concepciones de género, y para este caso particular de discapacidad.

“Las mujeres cada vez escalan más espacios y supuestamente hay más mujeres que
hombres, y uno va a las empresas y ve más mujeres pero realmente están ¿en qué
cargos? ¿Directivos o en cuáles? Y si uno empieza a pensar esos ámbitos en
académicos ¿cómo está la cosa? Pues sí, hay mucho más mujeres en ciertas
carreras. Educación especial no creo que sea una carrera muy de hombres. Sí,
porque está el rol de la mujer, la cuidadora ¿y por qué no hombres? Y también los
hombres creen que estudiar eso es terrible porque se han sentido ¿pero este que
hace estudiando esa vaina? eso es de viejas. Entonces yo creo que el género tiene
mucho que ver” (Mujer que vive la discapacidad, 41 años)

Las distintas condiciones que atraviesan a las personas las enfrentan a dobles o

triples exclusiones en términos participativos. Kimberlé Williams Crenshaw, citada por

Muñoz (2011) platea la interseccionalidad como ““sistema complejo de estructuras

opresión que son múltiples y simultáneas”. En su marco teórico, la subordinación

interseccional es, a menudo, la consecuencia de un factor de discriminación que, al

interactuar con otros mecanismos de opresión ya existentes crean, en conjunto, una nueva

dimensión de des empoderamiento” (1995: 359).” (pág. 10)

Es así como a partir de dicho planteamiento, y bajo el análisis de los diálogos y las

manifestaciones de las mujeres que viven y vivencian la discapacidad se puede identificar

que no solo por razones de etnia, raza y genero las personas nos excluidas, sino que

también, la discapacidad representa otro factor que imposibilita la efectividad en derechos y

la apertura y legitimación de espacios participativos.

He encontrado en la interseccionalidad una posibilidad teórica, empírica y política


para vincular las bases de las discriminaciones y he hallado en las intersecciones
los nexos con el entorno social, económico, político y legal que alimenta la
discriminación y que estructura las vivencias de la opresión y del privilegio. (Ortiz,
2012, pág. 121)

119
Aunque la interseccionalidad como elemento analítico contempla los factores de

raza, etnia y géneros, sin embargo estos factores presentes en una mujer con discapacidad

pueden promover dinamizas de exclusiones aún más fuertes que permiten identificar en la

discapacidad un factor más que intersecta a las mujeres con discapacidad y que puede

plantear elementos concretos que imposibiliten ejercicio de derechos y acciones

participativos.

“Entonces sí, son esas interseccionalidades, esas categorías de opresión, si no es lo


mismo ser una mujer y un hombre que una mujer negra o una mujer blanca, una
mujer indígena, una mujer blanca o una mujer negra. Entonces una mujer negra
con discapacidad y lesbiana ¡no! ¡Mejor dicho! es muy vulnerable a ser excluida”
(Mujer que vive la discapacidad, 41 años)

Las implicaciones del género sumadas a las de discapacidad, genera unas

condiciones distintas para las mujeres con discapacidad en relación a hombres con

discapacidad configuran una realidad donde las posibilidades de acceder a un trabajo, o a

un espacio de participación social sean más limitadas para las mujeres. Estas dinámicas son

reforzadas desde la familia que mantiene y fortalece el imaginario de la mujer débil,

vulnerable, que requiere de mayores cuidados, contemplaciones y sobreprotección.

“- la familia de las niñas si promueve un poco más eso, nos vulneran en el hecho de
que tal vez a un chico le exigen a cierta edad que se transporte solo porque es
hombre, a las niñas no
-las sobreprotegen
- sí, las sobreprotegen entonces sí vulneran algunos derechos pero desde familia en
la sobreprotección, entonces ellos identifican un factor de riesgo más para las
niñas porque si acceden puede quedar embarazada” (Mujeres Que Vivencian La
Discapacidad)

Estos elementos ha hecho que en términos laborales las mujeres con discapacidad

tengan menos oportunidades, no solo por la identificación de la discapacidad como la

ausencia de una habilidad que imposibilitará un ejercicio pleno en el desempeño de labores,

120
sino además por las concepciones sobre los roles que las mujeres deben cumplir en la

sociedad. Estos dos elementos, el género y la discapacidad puede manifestarse como una

riesgo para la mujer con discapacidad que es imposibilitada por doble vía en la ejecución de

una tarea, planteando una desventaja determinada, por ejemplo, en los excesivos cuidados

de una familia sobreprotectora que retarda la construcción de una autonomía e

independencia.

Las concepciones del genero han recaído significativamente en la ubicación laboral

de las mujeres, donde los imaginario de fuerza, independencia y tendencia a la vulneración

(porque se está hablando de mujeres débiles y vulnerables) pueden influir en la postulación

para algún cargo, la escogencia de la vacante y el pago o remuneración por la labor

desempeñada. Este elemento se pudo identificar en lo planteado tanto por las mujeres con

discapacidad como por las profesionales.

“Si es un trabajo de pronto que tenga que cargar o manipular otros instrumentos
tal vez ahí si se pueda presentar una segregación, pero no es un segregación sino
más bien como que actividad se desarrollara, pero no es porque se esté haciendo
una segregación por el hecho de ser mujeres, sino simplemente porque implica
tener fuerza o de pronto como turnos laborales más en la noche y pues como está el
símbolo que es mejor que este un muchacho a una chica , es como en ese estilo de
cosas”(Mujeres Que Vivencian La Discapacidad)

“O a veces el ser madre, porque a veces como que tenemos un trabajo de tal hora a
tal hora, ha pero como tú eres mamá no puedes! Y como es de noche y con la
discapacidad ¿cómo? Y siendo mujer pues peor porque van y te violan van y te
hacen sí! Y entonces son como esas cosas, ser mujer, ser madre y tener u
discapacidad” (Mujer que vive la discapacidad, 27 años)

“Una mujer que trabaje en temas de ingeniería o de temas de que son típicos para
hombres, además de mujer , además de discapacidad y ¿tú de verdad sabes de eso?,
que a uno le pregunten, ¿usted de verdad sabe de eso?, ¿cómo así que si de verdad
se de eso?, claro que sé! ¿Usted le preguntó a esta señora que vino antes a hacer la
entrevista que si ella realmente sabe de esto?, es que yo le estoy mostrando mi hoja
de vida y estoy acreditando porque sé de eso, porque no le pregunto a él lo mismo,
(...)pero claro era hombre!, y los hombres como, si yo creo que los hombres saben

121
ms de ingeniería y de máquinas que u una mujer, porque me lo pregunto a mí?”
(Mujer que vive la discapacidad, 41 años)

Otro elemento que surgió fue la ausencia de la participación de las mujeres en la

vida política, esto puede identificarse ya que la mujer ha sido concebida históricamente

como una sujeta política nula expresada en la carencia de espacios participativos y en la

negación de la presencia de las mujeres en la toma de decisiones. Aunque esta realidad se

encuentre en constante transito debido a la emancipación femenina que ha permitido la

apertura de escenarios tradicionalmente destinados a hombres, la imagen de la mujer

iletrada políticamente se ha venido transformando. Sin embargo aún es persistente la

precaria participación de las mujeres en asuntos políticos y públicos (producto de ello ha

surgido una ley de cuotas que reglamenta la participación de la mujer en escenarios

decisorios). Así mismo la imagen de la persona con discapacidad como una persona con

ausencia de criterio y de conciencia que le imposibilita tomar decisiones ha hecho que los

espacios de participación en incidencia política no cuenten con la presencia de la población.

Esto ha hecho por ejemplo que se construyan tratados, leyes y proyectos sobre las personas

con discapacidad, pero sin la participación de ellos y de ellas.

La intersección del género y la discapacidad acentúa la situación de las mujeres con

discapacidad, y en términos de participación política se observa lo planteado por la sujeta

numero 2:

“Las mujeres tienen menos formas de participar y de incidir en los cambios


sociales, entonces nada más desde el hecho de la parte política, ósea ¿una mujer
presidente?, ¿una mujer alcalde?, ¿una mujer gobernadora? desafortunadamente
eso pesa para limitar la participación de las mujeres, entonces ahí vuelvo a la
parte machista y cultural, y que las mujeres no sirven pa’ la política! y todo ese tipo
de cosas, entonces claro limita la participación porque tú tienes el derecho
constitucional, la constitución dice que tienes derecho a participar sin importar
género, pero culturalmente así tu tengas la oportunidad de participar, pues tu

122
participación no es válida, siempre y cuando sigas dominando esas concepciones
patriarcales, no es válida no es equitativo.” (Mujer que vive la discapacidad, 26
años)

Los limitados y carentes espacios participativos representados en escenarios

políticos y laborales traen grandes implicaciones para la situación de las mujeres. En lo

político una concepción impersonal de la situación de la mujer y de las personas con

discapacidad, que se traduce a condiciones políticas que solo serán transformadas si

cuentan con la participación de mujeres con discapacidad. Y la situación laboral, las

mujeres con discapacidad presentan una condición de dependencia a las familias o a los

cuidadores que han impedido un ingreso al campo laboral, por lo tanto generar una

independencia económica indispensable para la superación del sometimiento y dependencia

que ha sido cómplice de la situación femenina no solo en términos de discapacidad.

“Entonces yo sí considero que aunque somos una sociedad machista ha ido


cambiando, y pienso que uno de los elementos ha sido que las mujeres han podido
acceder a la educación y eso permite una autonomía, acceder a un trabajo y poder
tener la libertad económica de decir ¡tomo decisiones y no necesito que otro tome
las decisiones por mí porque yo ahora dependo de mi misma!” (Mujer que vive la
discapacidad, 26 años)

123
CAPITULO V.

CONCLUSIONES Y SUGERENCIAS

CONCLUYENDO CAMINOS EN LA APERTURA DE NUEVOS

Desde las experiencias hermenéuticas en los diálogos, identificaron elementos que,

aunque desprovistos desde la academia y los discursos oficiales condicionan la situación de

las mujeres con discapacidad.

La mujer con discapacidad como sujeta social e histórica enfrenta hoy día

circunstancias medidas desde los elementos que se manifiestan en sus realidades, que

producto de los factores culturales y tradicionales infundados desde las prácticas educativas

de orden institucional y social, han hecho que estos se normalicen y sublimen en su diario

vivir. La manifestación en los diálogos con las mujeres que viven y vivencian la

discapacidad, permiten comprender que estos factores inciden en la vida de las mujeres con

discapacidad, que pueden ser analizados desde la interseccionalidad, donde elementos de

género, raza, etnia y discapacidad representan factores de exclusión que condicionan la

participación de las mujeres con discapacidad en ámbitos sociales.

La presencia de imaginarios sobre la discapacidad y sobre la mujer se construyen y

de-construyen constantemente, donde el reconocimiento de ellos a partir de ejercicios

reflexivos ha permitido a las mujeres con discapacidad edificarse a sí mismas como sujetas

políticas, que viven desde la discapacidad el ser mujer en una sociedad que niega las formas

de vida emergentes de la normalidad, donde la herramienta más importante para enfrentarse

en un mundo hostil con la diversidad, ha sido el edificarse así mismas como sujetas de

derechos, que viven la discapacidad desde la plenitud de la diferencia positiva.

124
Reconocer la importancia de las acciones sociales en la configuración de unas

pautas y dinámicas en relación a las mujeres con discapacidad, es pertinente e indispensable

entender que la discapacidad como condición vivida no solo reside en la persona individual,

sino que, en tanto situación contextual, recoge en su experiencia histórico – política a la

sociedad entera. Es así como relacionar a las personas con discapacidad con la deficiencia y

la dificultad es reflejo de la consolidación de imaginarios y representaciones sociales, que

identificados en el presente ejercicio se manifiestan desde una sublimación retorica

incluyente que maquilla las prácticas profesionales, pero que reproduce y fortalece el ideal

tradicional y conservador frente a la discapacidad biologizada e infravalorada.

Los discursos se vivencian en las prácticas, donde hacen evidentes las rupturas de

los ideales (profesados desde la academia y las versiones oficiales) con las realidades. La

eterna dicotomía entre lo que se plantea, se discute, se debate y construye en lo teórico, no

encuentra compensación alguna con las realidades frente a las que nuestros “sujetos-

objetos” de estudio vivencian. Hablar de la permanencia de modelos sobre la discapacidad,

es hablar de la vigencia de los mismos, aunque crudo y quizá controversial, la mirada

medica e individualizada de la población con discapacidad es un realidad latente, que hoy

día justifica la situación en términos sociales, participativos y de derechos de las personas

con discapacidad.

Este análisis plantea debates de importante consideración en la formación de

profesionales para la educación y de profesionales vinculados al trabajo con población con

discapacidad. Encontrar en sus discursos el fortalecimiento de prácticas que sustentan la

permanencia de modelos de discapacidad donde se desconoce a la persona desde la

integridad y la dignidad, es cuestionarse sobre la formación que desde los espacios

125
académicos y las instituciones se está dando a los y las profesionales en el ámbito de la

discapacidad. Esto se manifiesta en la irreconciliable relación entre las prácticas y los

debates; en contextos de elites académicas se presentan discursos situados de la

discapacidad, la diversidad y la diferencia desde lo positivo, pero desde las acciones diarias

del ejercicio profesional se identifica la interiorización de un modelo que visualiza la

discapacidad desde el déficit, un imaginario que discrimina y excluye.

Este elemento plantea retos y preguntas que pueden ser motores para transformar

desde la academia a los y las profesionales, comprendiéndolos y comprendiéndolas como

personas, sujetos y sujetas históricas, sociales, políticas y de derechos; sujetos y sujetas que

bajo la influencia de modelos concretos que desdibujan la diversidad, hacen evidentes en

sus prácticas la interiorización de modelos imperantes, y que bajo mecanismos pedagógicos

difunde ideales, paradigmas y estereotipos.

Estos retos son manifiestos para todas aquellas profesiones que desde su ejercicio

vivencien la discapacidad, pero sobre todo para los y las profesionales que desde el ámbito

educativo promuevan pautas a partir de ejercicios pedagógicos de discriminación en las

distintas comunidades. Para el caso de la licenciatura es importante identificar la

importancia de construir discursos situados que respondan efectivamente a las realidades de

la comunidad con discapacidad, que permita espacios de formación teórica orientada a la

reflexión, que desde el ejercicio profesional, le apueste a la trasformación de las

condiciones de las personas con discapacidad, que comprendan los simultaneidad de

factores de opresión en las personas, que suma una postura frente al género, la raza, la

condición social y la discapacidad. Para ello es necesaria la construcción de espacios

académicos que aborden dichas temáticas, que permita a través del ejercicio pedagógico

126
critico-reflexivo el reconcomiendo de las interseccionalidades que inciden negativamente

en las comunidades con discapacidad.

Entender la apertura de espacios como una demanda urgente, implica comprender

que desde los espacios académicos se deben evaluar las apuestas didácticas, a partir de un

análisis de las mismas que permita trasversal izar el tema de género, de la discapacidad, la

diferencia y la igualdad, que se le apueste a la democratización de la participación, de los

discursos y de las prácticas académicas, que difundan un ideal medido desde la acción

incluyente. Espacios donde la identificación de la influencia de estos factores en la

construcción de identidades sea un tema abordado desde la investigación, y esto es una

invitación concreta a que desde las líneas investigativas que se cuestiones las influencias en

los procesos identitarios de las personas con discapacidad, se de la apertura de escenarios

de acción e investigación que contemplen las interseccionalidades como factores

influyentes en la constitución de sujetos y sujetas, que permitan, por ejemplo, identificar a

los hombres desde el género, los roles y estereotipos impuestos, que analice de qué manera

dichos imaginarios condicionan a los hombres con discapacidad, aquellos que se alejan un

poco de los cánones establecidos por el orden patriarcal.

No se puede partir de supuestos y si hay algo que puede aportar el ejercicio, es

entender que el punto de partida no solo radica en el objeto de estudio –discapacidad y

género-, cuyas revisiones se han hecho desgastantes en las investigaciones y nulas en las

prácticas. Es indispensable establecer estrategias que surjan de la verdadera realidad de las

poblaciones y no de aportes externos, que si bien son importantes como punto de partida,

no son el fundamento de la situación real de nuestro contexto colombiano. Asumir que el

no construir una postura política frente al tema de la discapacidad, de la mujer y de las

127
mujeres con discapacidad, reproduce dinámicas impersonales que visualizan los problemas

desde lo externo como si de un asunto ajeno se tratase.

La educadora y el educador especial están llamados asumir un papel que rompa con

la idealización de la discapacidad y la segregación de la mujer con discapacidad, que

entienda a profundidad la situación de las poblaciones desde análisis contextuales (y no

foráneos, vale la aclaración), que se permita a sí mismo y a sí misma entender que la utopía

está en construcción, que el mundo de la inclusión es hostil y que transformarlo es una tarea

política por cambiar un modelo que anula la diferencia y que tiene como principal arma

negar a los sujetos y las sujetas de derechos, que entender la diferencia no es solo hablar de

las capacidades diferentes, hablar de la diferencia es entender que en la población con

discapacidad hay hombres y mujeres, con condiciones económicas distintas, con

procedencias étnicas diversas, que para cada uno y cada una de ellas las implicaciones han

sido diferentes, que cada persona con discapacidad tiene sueños, metas anhelos y

perspectivas propias de un sujeto y una sujeta social, pero ante todo histórica.

128
CAPITULO VI.

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132
APÉNDICES
Protocolo De Grupo Focal (Profesionales) Y Mujeres que viven la discapacidad

Tabla 12: Protocolo De Grupo Focal (Profesionales) Y Mujeres que viven la


discapacidad

Ejes de
Objetivo Preguntas
exploración
Para usted ¿qué es género?
Piensa usted ¿qué el género determina roles entre hombres y
Observar cuales con
mujeres?
Conceptualizaci las concepciones
¿Considera que el género promueve relaciones de
ón de género. que se tienen de
inequidad?
Género
¿Puede ser el género causante de violación de derechos?
¿Qué sabe de la violencia de género?
Para usted ¿qué es discapacidad?
¿Cómo considera que las personas con y sin discapacidad
Conceptualizaci Observar cual es la deben entenderla?
ón de conceptualización ¿Encuentra en la sociedad relaciones de inequidad por
Discapacidad de discapacidad factores de discapacidad?
¿Qué sabe de los derechos de las personas con discapacidad?,
¿se aplican?
¿Qué entiende usted por participación?
¿Cuál cree que es la importancia de la participación?
Observar cual es la
Conceptualizaci Según su experiencia ¿la participación de la mujer y le
conceptualización
ón de hombre es inequitativa?
que tiene de
participación A nivel social ¿los aspectos de género pueden incidir en la
participación
participación de las mujeres?
Y ahora ¿la participación de las personas con discapacidad?
¿Encuentra alguna diferencia entre un hombre con
discapacidad y una mujer con discapacidad?
¿Qué piensa de la noción que ubica a las personas con
discapacidad como eternos niños y niñas?
¿Considera que la mujer con discapacidad es más vulnerable
Observar cual es la que el hombre?
Conceptualizaci
conceptualización ¿Encuentra alguna relación entre estos elementos y la
ón de género y
que tiene de género participación social de mujeres con discapacidad?
discapacidad
y discapacidad. ¿Considera que la mujer con discapacidad puede desempeñar
las mismas labores que los hombres en lo educativo y lo
laboral?
¿Cree que la discapacidad y el género son factores de doble
discriminación?

133
Consentimiento Informado

CONSENTIMIENTO INFORMADO
Universidad Pedagógica Nacional
Licenciatura En educación con énfasis en educación especial
Título del Proyecto: GÉNERO Y DISCAPACIDAD:
Concepciones Sobre Su Influencia en La Participación social
De Mujeres Con Discapacidad.
Srta:
El propósito de este documento es entregarle toda la información
necesaria para que Ud. pueda decidir libremente si desea participar en la investigación que
se le ha explicado verbalmente, y que a continuación se describe en forma resumida:
Resumen del proyecto:
El presente ejercicio investigativo pretende describir las concepciones que tienen cuatro
mujeres y un grupo de mujeres profesionales de la fundación Ludus sobre género,
discapacidad y participación social. Para ello es necesario identificar la concepción que
tienen las mujeres con discapacidad en relación a su participación desde los roles que
desempeñan en la sociedad colombiana, así mismo como comprender las concepciones que
tienen las mujeres profesionales de la fundación Ludus sobre género, discapacidad y
participación social de la mujer con discapacidad.
Se pretende incidir en la concepción sobre género y discapacidad entendiendo la influencia
de estos dos factores en las realidades de mujeres con discapacidad, aportando a la
construcción de nuevos discursos que partan del entendimiento de ellos como factores de
desigualdad que imposibilitan la efectividad en derechos de estas mujeres, incitando a
promover desde la academia, nuevos discursos que partan del asumir a la mujer con
discapacidad como una sujeta social, política y participativa de derechos.
Al respecto, expongo que:
He sido informada sobre el estudio a desarrollar y las eventuales molestias e incomodidades
que la realización del procedimiento implica, previamente a su aplicación y con la
descripción necesaria para conocerlas en un nivel suficiente.
He sido también informada en forma previa a la aplicación, que los procedimientos que se
realicen, no implican un costo que yo deba asumir. Mi participación en el procedimiento no
involucra un costo económico alguno que yo deba solventar (hacerme cargo).
Junto a ello he recibido una explicación satisfactoria sobre el propósito de la actividad, así
como de los beneficios sociales o comunitarios que se espera éstos produzcan.
Estoy en pleno conocimiento que la información obtenida con la actividad en la cual
participaré, será absolutamente confidencial, y que no aparecerá mi nombre ni mis datos
personales en libros, revistas y otros medios de publicidad derivadas de la investigación ya

134
descrita.
Sé que la decisión de participar en esta investigación, es absolutamente voluntaria. Si no
deseo participar en ella o, una vez iniciada la investigación, no deseo proseguir
colaborando, puedo hacerlo sin problemas. En ambos casos, se me asegura que mi negativa
no implicará ninguna consecuencia negativa para mí.
Adicionalmente, la investigadora responsables, han manifestado su voluntad en orden a
aclarar cualquier duda que me surja sobre mi participación en la actividad realizada. Para
ello, se me informa que el contacto para estos efectos es: Angely Johanna Malpica
García, Numero celular: 3125143564, correo electrónico Johanna.malpica@gmail.com;
en el período comprendido en la investigación y hasta 6 meses después de concluida ésta.
He leído el documento, entiendo las declaraciones contenidas en él y la necesidad de hacer
constar mi consentimiento, para lo cual lo firmo libre y voluntariamente, recibiendo en el
acto copia de este documento ya firmado.
Yo, _____________________________________, Cédula de ciudadanía
N°________________________ mayor de edad. Consiento en participar en la
investigación denominada: GÉNERO Y DISCAPACIDAD: Concepciones Sobre Su
Influencia en La Participación social De Mujeres Con Discapacidad, y autorizo a la
señorita Angely Johanna Malpica García, investigadora responsable del proyecto, para
realizar el (los) procedimiento (s) requerido (s) por el proyecto de investigación descrito.
Fecha: ......./......./........ Hora: ...................
Firma de la persona que consiente:
__________________________________
Investigador responsable:
_______________________________________
Nombre Firma

135

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