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La iglesia católica tiene en nuestros pueblos una raíz muy profunda, fueron los
españoles los que nos legaron la fe cristiana, trabajo de muchos años de los primeros
frailes que vinieron durante la conquista y después por los curas que utilizando
diferentes métodos, fueron introduciendo en nuestra cultura ancestral andina, la fe
católica; de manera que las expresiones religiosas actuales son el resultado, de esa
tenaz y constante evangelización, extrapolado en muchos casos con las costumbres y
festividades ancestrales de nuestros pueblos.
En Chavín como en otros pueblos del Perú profundo se celebra con gran religiosidad la
Pasión de Cristo; así nuestras madres, abuelas y también nuestros padres se
preparaban para conmemorar con mucha religiosidad la vida, pasión, muerte y
resurrección de nuestro señor Jesucristo.
Las celebraciones iniciaban con las faenas del "api rure", o "apiqui"; de manera que el
encargado de organizar estas festividades preparaba en grandes pailas la clásica
mazamorra de pascuas; el famoso "api"; a base de harina de "de almidón de papa",
aliñadas con la olorosa y la dulce fragancia del "anís" del campo; recuerdo muy bien,
que los niños salíamos presurosos a recoger esta planta; el famoso "tuna anís", que
crecía naturalmente en los alrededores de nuestro pueblo; esta deliciosa mazamorra y
se repartía a todos los habitantes y a los pobladores de las comunidades más cercanas;
por supuesto, acompañados por los ricos panes, cuyas bondades ya hemos
comentado...
En nuestro pueblo no existían las cofradías, sino las hermandades; las más antiguas la
de San Francisco de Asís; el Sagrado Corazón de Jesús y de la Virgen del Carmen y en
los últimos años, las del Señor de los Milagros y la de San Martin de Porres; las
hermandades tenían sus "cabezas visibles", personas muy religiosas, que guardaban
celosamente las costumbres y tradiciones de la semana santa de nuestro pueblo;
entre ellas mencionamos; a Gertrudis Gonzales; Leoniza Zevallos Agüero, Lucila de
Ortega, Hermenejilda Noceda, Eva Cáceres; Emilia y Epifania Romero; Magdalena
Salas; Domitila de Pozo, Dolora Ramírez; Margarita Mota; de las más antiguas; en mis
épocas recuerdo con mucho respeto y cariño a la "uchas"; Ludomila (Luducha)
Huerta; Iduviges (Iducha) Villavicencio; Trinidad (Trinicha) Olivera, Teofila Albujar
(Tiucha); doña Luz Coral, Juana Pozo, Lilia Pozo, etc.; eran las encargadas de realizar
todos los preparativos y adornos en las iglesias; además las organizadoras de los rezos
y en realidad de todos los pormenores para tan magno acontecimiento; ellas eran,
como repetimos, las depositarias de las costumbres y tradiciones de la fe cristiana en
nuestro pueblo; todas damas muy distinguidas, y queridas; las recuerdo en la
desclavaciòn de nuestro señor; vestidas de negro, y la mantilla, cubriendo su cabeza;
en el rostro el sufrimiento por el dolor de la muerte de nuestro señor.
La semana Santa, inicia con el miércoles de ceniza, donde se queman las ropas viejas
de los santos, los ramos y las palmas de los años anteriores, con esas cenizas, el
sacerdote realiza la unción en la crisma de los fieles; luego la celebración de los
domingos : de tentación, samaritana, cinco pan y la procesión del Domingo de Ramos,;
fecha de las lluvias de Marzo; esta época la tierra se muestra espectacular; hay un
verdor por doquier sin par; así el domingo muy temprano había que asistir a misa y
luego a la procesión de Ramos, acompañadas por las clásicas palmas y si no se
encontraba esta exótica planta, también servía las espigas de la planta del maíz.
El Lunes Santo, se inicia las solemnes festividades, se realiza el quinario, o sea el rezo a
las "cinco llagas de Cristo", y del mismo modo se inicia la repartición de la mazamorra
a todo el pueblo, acompañado de los deliciosos panes; es la llamada "colación".
Así como existía el clan de las "uchas"; se elegía entre los varones más religiosos del
pueblo a doce personas; eran los "santo varones"; quienes representan a los
apóstoles; además se designaba a otras doce personas, entre varones y mujeres; son
los cargadores; los "santovarones" más recordados son: Corsino Romero Ramírez;
Abraham Rodríguez León; Arsenio Sáenz Noceda; Jubilio Loarte, Moisés Loarte,
Alejandro Espinoza; eran los encargados de la sagrada ceremonia de desclavaciòn de
nuestro señor crucificado; golpe tras golpe, como consumados actores realizaban su
delicada labor, mientras que las "uchas" entonaban los cánticos, aquellos como la
dolorosa: "entre esas cinco llagas,, oh Cristo soberano...etc,etc"; que hacían
estremecer el alma; señoras y niños derramábamos lágrimas de inmenso dolor; en
verdad el cuadro era real y desgarrador....; los cargadores más recordados de nuestro
Señor Crucificado: son Quishu Montes, Ushi Romero, Don Julio Romero, Huinco Loarte;
Alejando Sigueñas; y de las cargadoras de la Virgen dolorosa, se recuerda a
Hermelinda Salas (Illmi), Ilberta Sánchez, Fortunata Rubina, Santa de Noceda etc...
En definitiva, siendo Dios, se hace hombre, elige sufrir como hombre para
entregar su vida por sus hijos, y con esa muerte, y posterior resurrección,
Cristo nos abre las puertas del Cielo, gracias a su redención.
¿Por qué no se come carne en
Semana Santa?
La Iglesia Católica manda a sus fieles a guardar ayuno de carne, a fin de conmemorar los
sufrimientos de Cristo, por ello se acostumbra la preparación de platos a base de pescado.
De acuerdo a la tradición, los católicos comen pescado o mariscos en Semana Santa para
cumplir con las Sagradas Escrituras y conmemorar el sufrimiento corporal y carnal de
Jesucristo.
Se señala que los fieles católicos no consumen carne roja porque representa el cuerpo de
Cristo crucificado.
La Semana Santa es la conmemoración anual cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de
Jesús de Nazaret, y comienza el Domingo de Ramos y finaliza el Domingo de Resurrección.
Por ello, es un período de intensa actividad litúrgica dentro de las diversas confesiones
cristianas.
Según un documento del Arzobispado de Lima, la Conferencia Episcopal Peruana acordó las
siguientes normas: “Ayuno y abstinencia los días Miércoles de Ceniza y Viernes Santo”.
“Abstinencia de carne todos los viernes del año. Esto puede ser reemplazado por prácticas de
piedad, mortificaciones corporales concretas, abstención de bebidas alcohólicas, tabaco,
espectáculos,etc”, indica.
Con estos acuerdos, los Obispos del Perú han querido que todo el pueblo se una a las
prácticas universales de penitencia”.
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